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PROYECTO DE INVESTIGACIÓN
INVESTIGADORES:
ASESOR METODOLÓGICO.
L.E MARIA GUADALUPE CASTAÑEDA CAMPOS.
ASESOR CIENTÍFICO.
L.E ISRAEL PÉREZ FAVELA.
LECTOR DE TESIS.
M.E CINTHYA MAGALY PACHECO
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ÍNDICE
INTRODUCCIÓN ................................................................................................................................... 3
JUSTIFICACIÓN .................................................................................................................................... 4
ANTECEDENTES .................................................................................................................................. 9
HISTORIA DE LA GERIATRÍA........................................................................................................... 10
HIPÓTESIS ........................................................................................................................................... 39
METODOLOGÍA .................................................................................................................................. 40
BIBLIOGRAFÍAS ................................................................................................................................. 41
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INTRODUCCIÓN
Expondremos a lo largo de esta introducción la necesidad de la aplicación de los cuidados
geriátricos en un área hospitalaria, debido a la falta de conocimiento por parte del cuidador. Con
el fin de mejorar la calidad de vida de los pacientes geriátricos.
Las personas ancianas en particular las personas de 65 años, presentan con frecuencia patologías
múltiples, para las cuales necesitan cuidados personalizados. Tienen en frecuencia síntomas
atípicos, signos no específicos de la enfermedad con repercusión medica, funcional, mental y
secundariamente social.
El aumento del número de personas de edad avanzada crean nuevas tipos de necesidades y
diferente utilización de los servicios de salud. Que requieran cambios en la orientación y
capacitación de quienes están a cargo de su cuidado.
Los individuos ancianos permanecen más tiempo de sus vidas en el hospital. Las necesidades de
hospitalización de los ancianos y las que surgen durante la estancia hospitalaria, no vienen
solamente determinadas por los requerimientos médicos, influyendo otros factores que deben ser
reconocidos, diagnosticados y tratados. Que afecten negativamente a la salud del anciano y al uso
de los recursos hospitalarios.
No existe evidencia de que los cuidados geriátricos se llevan a cabo cuando el paciente ingresa al
área de hospitalización, teniendo en esta investigación como objetivo profundizar en la aplicación
de estos cuidados.
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JUSTIFICACIÓN
La elaboración de esta investigación se realizó con el propósito de brindar los cuidados
geriátricos adecuados y proporcionar una mejor calidad de vida durante la estancia hospitalaria.
La aplicación de estos cuidados puede ser útil con el beneficio directo para el paciente al mejorar
la asistencia hospitalaria recibida, beneficio para su entorno social y para la misma institución
hospitalaria.
Actualmente hay 4.86 millones de ancianos en el país. En 1970 el porcentaje de adultos mayores
de 65 años correspondía al cuatro por ciento; para el año 2025, el porcentaje aumentará hasta el
10 por ciento, con alrededor de 12.5 millones de adultos mayores; para el año 2050, con una
población de 132 millones, uno de cada cuatro habitantes será considerado adulto mayor.
(INEGI, 2000).
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PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
Un problema potencial que aqueja a las personas mayores de 65 años durante su estancia
hospitalaria, es la falta de conocimiento y aplicación correcta de los cuidados geriátricos por parte
de sus cuidadores, debido a la carga de trabajo del personal de enfermería.
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PREGUNTA DE INVESTIGACIÓN
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OBJETIVO GENERAL
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OBJETIVOS ESPECÍFICOS
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ANTECEDENTES
Los pioneros de la geriatría de la Gran Bretaña en la década de los años 30, Marjorie Warren,
Lionel Cosin y Ferguson Anderson encontraron un total desinterés por los problemas de muchos
ancianos que permanecerían de por vida hospitalizados y encamados en sala de crónicos en salas
de hospitales ingleses, no siendo candidatos a tratamiento médico o rehabilitación.
En la segunda mitad del siglo XX, aparecen nuevas especialidades, a la sobra de los progresos de
la ciencia y la tecnología. Entre aquellas especialidades nace la geriatría con Leo Nascher.
En las últimas décadas, el envejecimiento de la población y los cambios sociales que se están
produciendo en el mudo occidental han conducido que el envejecimiento constituya unos de los
retos más importantes para la sociedad.
Guse toma en cuenta para la evaluación funcional del anciano los aspectos referidos en la
CIDDM-2, y sobre todo hace hincapié en las actividades que debe de proporcionar el personal de
enfermería, pues tendrá que auxiliar, mantener y obtener el máximo rendimiento de la capacidad;
además de ocuparse de las incapacidades y de las intervenciones oportunas de enfermería para
poder compensar y prevenir nuevas incapacidades, situación similar a la vertida por Eliopoulos
(2005), ya de acuerdo al modelo de enfermería geriátrica sustentado en la teoría de Orem D, del
autocuidado, donde la enfermera debe fortalecer la capacidad de autocuidado, eliminar o
minimizar la limitación del autocuidado y el de asistir parcialmente
En el cuidado del adulto mayor debe considerarse la capacidad funcional que este presenta,
misma que debe ser valorada, tomando en consideración múltiples elementos como son los
cambios fisiológicos propios del envejecimiento y distinguirlo de las modificaciones que
provocan los procesos mórbidos, implicando la pérdida de capacidad funcional para desempeñar
las ABVD como lo menciona Rodríguez y Alfonso (2006).
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MARCO TEÓRICO
HISTORIA DE LA GERIATRÍA
Con Ian L., Nascher y la doctora Marjory Warren en 1930 inicia la geriatría como especialidad
médica, inicialmente en el Reino Unido y posteriormente en los Estados Unidos de Norteamérica
cuando la administración de veteranos desarrollo los centros clínicos para valoración geriátrica.
A lo largo de la historia el hombre ha estado preocupado por el envejecimiento, tanto en sentido
positivo como negativo. Los antecedentes de esa preocupación se remontan a todas las latitudes
del planeta: los antiguos chinos consideraban el envejecer como un gran honor, Confucio
establecía una correlación positiva entre la edad de una persona y el grado de respeto hacia ella y
en el Antiguo Testamento se destacan las virtudes que adornan a las personas mayores, su papel
de ejemplo o modelo, así como de guía y enseñanza; por el contrario, los antiguos egipcios
odiaban envejecer y desarrollaron toda una serie de opciones para evitarlo. En la antigua Grecia
existían opiniones divididas: Platón presentaba una visión individualista e intimista de la vejez -
resaltaba la idea de que se envejece como se ha vivido y de la importancia de cómo habría que
prepararse para la vejez en la juventud- que constituye un antecedente de la visión positiva de la
vejez y de la importancia de la prevención y la profilaxis y promocionaba a los ancianos como
mejores líderes (gerontocracia) y Aristóteles lo negaba y presentó las etapas de la vida del
hombre: primera, la infancia; segunda, la juventud; tercera -la más prolongada-, la edad adulta y
cuarta, la senectud, a la que se refirió como el deterioro y la ruina y a la que consideró como una
enfermedad natural
La Geriatría debe atender al anciano tanto en situación de salud como de enfermedad. Debe
prestar atención tanto a los aspectos clínicos presentes en sus enfermedades como a la prevención
de las mismas. De forma especial y particular los aspectos sociales que pueden influir en la salud
del anciano como son la soledad, el aislamiento, la dependencia, deben formar parte del trabajo y
actuación de la enfermera, y en su defecto del cuidador.
La Geriatría es una especialidad joven comparada con otras, aunque no tanto como pudiera
parecer. El término geriatría se usa por primera vez a comienzos de siglo, en la literatura médica,
para hacer referencia a las enfermedades que padecían los ancianos y sus tratamientos. Se
comienza así a tener conciencia de esta particularidad.
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El envejecimiento de la población supone un nuevo escenario económico, cultural, social y
asistencial. Es cierto que los ancianos consumen cada más recurso en visitas médicas, ocupación
de camas hospitalarias, gastos farmacéuticos.
La jubilación así mismo supone una disminución de ingresos en los mayores, en un momento en
que son mayores sus necesidades sociales y sanitarias. Esta falta de recursos puede ser parte de
sus problemas socio familiar y sanitario.
Los cambios sociales han supuesto pasar de núcleos familiares rurales de estructura patriarcal a
familias nucleares urbanas donde el papel del anciano está desplazado. Esto supone un riesgo de
pérdida de lazos familiares y sociales que pueden llevar al anciano a situaciones de aislamiento,
marginación y riesgo social.
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CAMBIOS QUE SE PRESENTAN CON EL ENVEJECIMIENTO
CAMBIOS EN EL CABELLO Y EN LAS UÑAS CON LA EDAD.
Es uno de los signos más obvios del envejecimiento. El color del cabello se debe a un pigmento,
llamado melanina, que producen los folículos pilosos. Los folículos son estructuras en la piel que
producen y permiten el crecimiento del cabello. Con la edad, los folículos producen menos
melanina y eso provoca las canas.
A menudo, el cabello empieza a encanecer en las sienes y se extiende hacia la parte superior del
cuero cabelludo. El color del cabello se torna cada vez más claro y finalmente blanco.
Con el tiempo el vello corporal y facial también se vuelve gris, pero generalmente más tarde que
el del cuero cabelludo. El vello de la axila, del pecho y del área púbica puede encanecerse menos
o no encanecer.
Como se sabe el cabello está hecho de muchas fibras de proteína. Un solo cabello tiene una vida
normal de entre 2 y 7 años. Posteriormente ese cabello cae y es reemplazado por uno nuevo. La
cantidad de vello que uno tenga en el cuerpo y en la cabeza también está determinada por los
genes.
Las fibras de cabello se vuelven más pequeñas y tienen menos pigmento. Es así que el cabello
grueso y áspero de un adulto joven se convierte con el tiempo en un cabello delgado, fino y de
color claro. Asimismo, muchos folículos pilosos dejan de producir nuevos cabellos.
Los hombres pueden comenzar a mostrar signos de calvicie hacia los 30 años de edad. Muchos
están casi calvos hacia la edad de 60 años. Un tipo de calvicie relacionada con la hormona
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masculina testosterona se denomina calvicie de patrón masculino. La pérdida de cabello se puede
dar en el área de la sien o en la parte superior de la cabeza.
Las mujeres pueden desarrollar un tipo similar de calvicie a medida que envejecen. Esto se
denomina calvicie de patrón femenino. El cabello se vuelve menos denso y el cuero cabelludo
puede hacerse visible.
Las uñas también cambian con la edad. Crecen más lentamente y se vuelven pálidas y frágiles.
También se pueden volver amarillentas y opacas.
Las uñas, particularmente las de los dedos de los pies, pueden volverse duras y gruesas. Las uñas
encarnadas pueden volverse más comunes. Las uñas de las manos se pueden partir.
Algunos cambios en el corazón y en los vasos sanguíneos normalmente ocurren con la edad. Sin
embargo muchos otros cambios que son comunes con el envejecimiento se deben a factores
modificables. Si no se tratan, estos pueden conducir a enfermedad cardíaca.
Cambios en el corazón.
El corazón tiene un sistema de marcapasos natural que controla el latido cardíaco. Algunas de las
rutas de este sistema pueden desarrollar tejido fibroso y depósitos de grasa. El marcapasos natural
(nódulo sinoauricular) pierde algunas de sus células. Estos cambios pueden ocasionar una
frecuencia cardíaca ligeramente más lenta.
Es común que se presente un leve incremento del tamaño del corazón, especialmente en el
ventrículo izquierdo. Asimismo, la pared cardíaca se hace más gruesa, de modo que la cantidad
de sangre en la cavidad puede de hecho disminuir a pesar del aumento del tamaño general del
corazón. El corazón puede llenarse más lentamente.
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Los cambios cardíacos hacen que el electrocardiograma de una persona mayor y saludable sea un
poco diferente del electrocardiograma de un adulto sano más joven. Los ritmos anormales
(arritmias), como fibrilación auricular son comunes en personas mayores.
Estos pueden ser causados por una enfermedad cardíaca.
Los cambios normales en el corazón incluyen depósitos del "pigmento del envejecimiento", la
lipofucsina. Las células del músculo cardíaco se degeneran ligeramente. Las válvulas del
corazón, que controlan la dirección del flujo sanguíneo, se vuelven gruesas y más rígidas. En
personas mayores, es más o menos común un soplo cardíaco causado por la rigidez valvular.
Las paredes de los capilares se engruesan ligeramente. Esto puede ocasionar una tasa de
intercambio de nutrientes y desechos un poco más lenta.
La arteria principal del corazón (aorta) se vuelve más gruesa, más rígida y menos flexible. Esto
probablemente está relacionado con los cambios en el tejido conectivo de la pared del vaso
sanguíneo. Esto hace que la presión arterial sea más alta y que el corazón se esfuerce más, lo que
puede llevar al engrosamiento del miocardio (hipertrofia). Las otras arterias también se hacen
más gruesas y rígidas. En general, la mayoría de las personas mayores tienen un aumento
moderado de la presión arterial.
Cambios en la sangre.
La sangre misma cambia ligeramente con la edad. El envejecimiento normal produce una
reducción en la cantidad total de agua corporal. Como parte de esto, hay menos líquido en el
torrente sanguíneo de tal forma que la volemia se reduce.
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La velocidad con la cual se producen los glóbulos rojos sanguíneos en respuesta al estrés o la
enfermedad se reduce. Esto crea una respuesta más lenta a la pérdida de sangre y a la anemia.
La mayoría de los glóbulos blancos sanguíneos se mantienen en los mismos niveles, aunque
ciertos glóbulos blancos importantes para la inmunidad (neutrófilos) disminuyen en cantidad y
capacidad para combatir bacterias. Esto reduce la capacidad para resistir infecciones.
A medida que se envejece, el sistema inmunitario ya no trabaja tan bien. Pueden presentarse los
siguientes cambios al sistema inmunitario:
El sistema inmunitario se vuelve más lento para responder. Esto aumenta su riesgo de
enfermarse. Es posible que las vacunas antigripales u otras vacunas no funcionen tan bien ni lo
protejan durante el tiempo que se esperaba.
Se puede presentar una enfermedad auto inmunitaria. Se trata de una enfermedad en la cual el
sistema inmunitario ataca por error y destruye los tejidos sanos del cuerpo.
El cuerpo puede sanar más lentamente. Hay una cantidad menor de células inmunitarias en el
cuerpo para lograr la curación.
La capacidad del sistema inmunitario para detectar y corregir defectos celulares también
disminuye. Esto puede ocasionar un mayor riesgo de cáncer
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CAMBIOS EN EL SISTEMA NERVIOSO CON LA EDAD.
El cerebro y el sistema nervioso son el control central del cuerpo. Controlan los siguientes
aspectos del cuerpo:
Movimientos.
Sentidos.
Pensamientos y recuerdos.
Los nervios son los caminos que llevan señales desde y hacia el cerebro y el resto de su
cuerpo. La médula espinal es el manojo de nervios que va desde el cerebro bajando por el centro
de la espalda. Los nervios se extienden desde la médula espinal a cada parte del cuerpo.
A medida que se envejece, el cerebro y el sistema nervioso pasan por cambios naturales. El
cerebro y la médula espinal pierden peso y neuronas (atrofia). Las neuronas pueden comenzar a
transmitir mensajes más lentamente que en el pasado. Los productos de desecho se pueden
acumular en el tejido cerebral, a medida que las neuronas se descomponen. Esto puede causar que
se formen cambios anormales en el cerebro llamados placas y ovillos neurofibrilares. Un
pigmento graso de color marrón (lipofuscina) también se puede acumular en el tejido nervioso.
La descomposición de los nervios puede afectar los sentidos. Se podría presentar reducción o
pérdida de los reflejos o la sensibilidad. Esto lleva a problemas con el movimiento y la seguridad.
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Problemas en el sistema nervioso en las personas mayores.
La demencia y la pérdida importante de la memoria no son una parte normal del envejecimiento.
Pueden ser causadas por enfermedades cerebrales, como el mal de Alzheimer, el cual los médicos
piensan que está asociado con placas y ovillos neurofibrilares que se forman en el cerebro y a la
acumulación de lipofuscina.
Cambios en el sueño.
Con la edad, los patrones de sueño tienden a cambiar. La mayoría de las personas encuentran que
el proceso de envejecimiento los lleva a tener dificultades para conciliar el sueño. Se despiertan
con más frecuencia durante la noche y se levantan más temprano por la mañana.
El tiempo total de sueño se mantiene igual o disminuye ligeramente (6.5 a 7 horas por noche).
Puede ser más difícil quedarse dormido y usted puede pasar más tiempo total en la cama. La
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transición entre el sueño y despertarse con frecuencia es abrupta, lo que hace que las personas
mayores sientan que tienen un sueño más ligero que cuando eran jóvenes.
Se pasa menos tiempo durmiendo profundamente y sin soñar. Las personas mayores se despiertan
en promedio de 3 a 4 veces cada noche. También son más conscientes del hecho de estar
despierto.
Las personas mayores se despiertan con más frecuencia porque pasan menos tiempo en el sueño
profundo. Otras causas incluyen la necesidad de levantarse a orinar (nicturia), ansiedad e
incomodidad y dolor por enfermedades crónicas.
La dificultad para dormir es un problema molesto. El insomnio crónico es una de las principales
causas de accidentes automovilísticos y depresión. Debido a que el sueño de las personas
mayores es más liviano y se despiertan con mayor frecuencia, pueden sentirse privadas de sueño,
aun cuando su tiempo total para dormir no haya cambiado.
La privación del sueño con el tiempo puede ocasionar confusión y otros cambios mentales. Sin
embargo, esto se puede tratar. Usted puede disminuir los síntomas cuando duerme lo suficiente.
Los problemas del sueño también son un síntoma común de depresión.
El esqueleto proporciona apoyo y estructura al cuerpo. Las articulaciones son las zonas en donde
se unen los huesos. Estas proporcionan la flexibilidad al esqueleto para el movimiento. En una
articulación, los huesos no tienen contacto directo entre sí. En lugar de eso, están amortiguados
por cartílagos, membrana sinovial alrededor de la articulación y líquido.
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Cambios por el envejecimiento.
Las personas pierden masa o densidad ósea conforme envejece, especialmente las mujeres
después de la menopausia. Los huesos pierden calcio y otros minerales.
La columna está conformada por huesos llamados vértebras. Entre cada hueso se encuentran unos
cojines de aspecto gelatinoso (discos). El tronco se vuelve más corto a medida que los discos
pierden líquido en forma gradual y se hacen más delgados.
Las vértebras también pierden parte de su contenido mineral, haciendo que cada hueso sea más
delgado. La columna vertebral se vuelve curva y comprimida (apretada). También se pueden
formar espolones óseos en las vértebras, provocados por el proceso de envejecimiento y el uso
general de la columna vertebral.
Los arcos del pie se vuelven menos pronunciados, lo que contribuye a una pérdida ligera de
estatura.
Los huesos largos de los brazos y las piernas son más frágiles debido a la pérdida mineral pero no
cambian de longitud. Esto hace que los brazos y las piernas se vean más largos al compararlos
con el tronco acortado.
Las articulaciones se vuelven más rígidas y menos flexibles. El líquido dentro de estas puede
disminuir. El cartílago puede empezar a friccionarse y a desgastarse. Los minerales se pueden
depositar en algunas articulaciones y a su alrededor (calcificación). Este fenómeno es común en
el hombro.
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La masa corporal magra disminuye. Esta disminución se debe en parte a la pérdida del tejido
muscular (atrofia). La velocidad y la cantidad de los cambios musculares parecen ser provocados
por los genes. Los cambios musculares empiezan, con frecuencia, a los 20 años en los hombres y
a los 40 en las mujeres.
Los músculos están menos tonificados y son menos capaces de contraerse debido a cambios
normales en el tejido muscular y a los cambios en el sistema nervioso por el envejecimiento. Los
músculos se pueden volver rígidos con la edad y pueden perder tono, incluso con ejercicio
regular.
Los huesos se vuelven más frágiles y se pueden romper con más facilidad. Se presenta
disminución de la estatura, principalmente debido a que el tronco y la columna se acortan.
El deterioro de las articulaciones puede llevar a inflamación, dolor, rigidez y deformidades. Los
cambios articulares afectan casi a todas las personas mayores. Estos cambios que van desde una
rigidez leve a una artritis grave.
La postura se puede volver más encorvada (inclinada). Las rodillas y las caderas se pueden
flexionar más. El cuello se puede inclinar, los hombros se pueden volver más estrechos, mientras
que la pelvis se vuelve más ancha.
El movimiento es lento y puede volverse limitado. El patrón de la marcha (andar) se vuelve más
lento y más corto. La marcha se puede volver inestable y hay poco movimiento de brazos. Las
personas mayores se cansan más fácilmente y tienen menos energía.
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CAMBIOS EN LA FIGURA CORPORAL CON LA EDAD.
La forma de su cuerpo cambia de manera natural con la edad. No se puede evitar algunos de estos
cambios, pero sus elecciones de estilo de vida pueden frenar o acelerar el proceso.
El cuerpo humano está compuesto de grasa, tejido magro (músculos y órganos), huesos y agua.
Después de los 30 años de edad, las personas tienden a perder tejido magro. Los músculos, el
hígado, los riñones y otros órganos pueden perder algunas de sus células. Este proceso de pérdida
de masa muscular se denomina atrofia. Los huesos pueden perder algunos de sus minerales y se
vuelven menos densos (una afección llamada osteopenia en etapas tempranas y osteoporosis en
etapas tardías). La pérdida de tejido reduce la cantidad de agua en su cuerpo.
La cantidad de grasa corporal aumenta de manera constante después de los 30 años. Las personas
mayores pueden tener casi un tercio más de grasa, comparado con la que tenían cuando eran más
jóvenes. El tejido graso se acumula hacia el centro del cuerpo, incluso alrededor de los órganos
internos. Sin embargo, la capa de grasa por debajo de la piel se vuelve más pequeña.
La tendencia a bajar de estatura se produce en todas las razas y en ambos sexos. La pérdida de
estatura está relacionada con los cambios por el envejecimiento en los huesos, los músculos y las
articulaciones. Las personas suelen perder alrededor de media pulgada (casi 1 centímetro) cada
10 años después de los 40 años. La pérdida de estatura es aún más rápida después de los 70 años.
Usted puede perder un total de 1 a 3 pulgadas (2.5 a 7.5 centímetros) de estatura a medida que
envejece. Usted puede ayudar a prevenir la pérdida de estatura consumiendo una dieta saludable,
manteniéndose físicamente activo, al igual que previniendo y tratando la pérdida ósea.
El hecho de tener menos músculo en las piernas y articulaciones rígidas puede llevar a que el
desplazamiento sea más difícil. El exceso de grasa corporal y los cambios en la forma del cuerpo
pueden afectar el equilibrio. Estos cambios corporales pueden hacer que las caídas sean más
probables.
Los cambios en el peso total del cuerpo varían para hombres y mujeres. Los hombres suelen
aumentar de peso hasta más o menos los 55 años, y luego comienzan a bajar de peso
posteriormente en la vida. Esto puede estar relacionado con una disminución de la hormona
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sexual masculina testosterona. Las mujeres suelen aumentar de peso hasta los 65 años y luego
comienzan a bajar. La pérdida de peso en la edad adulta se produce en parte porque la grasa
reemplaza el tejido muscular magro y la grasa pesa menos que el músculo. Los hábitos
alimentarios y de actividad física pueden desempeñar un papel importante en los cambios de peso
de una persona a lo largo de su vida.
Los pulmones tienen dos funciones principales. Una es obtener el oxígeno del aire que va hacia el
cuerpo y la otra eliminar el dióxido de carbono del cuerpo. Su cuerpo necesita oxígeno para
trabajar apropiadamente. El dióxido de carbono es un producto de desecho que el cuerpo produce
cuando utiliza el oxígeno.
Los huesos se vuelven más delgados y cambian de forma. Esto puede cambiar la forma de
su caja torácica. Como resultado, la caja torácica no puede expandirse y contraerse
durante la respiración tan efectivamente.
El músculo que ayuda a la respiración, el diafragma, se debilita. Esta debilidad puede
impedir que usted inhale y exhale suficiente aire.
Estos cambios en los huesos y los músculos provocan un menor nivel de oxígeno en la sangre
que irriga el cuerpo. Además, se elimina menos dióxido de carbono del cuerpo. Se pueden
presentar síntomas como cansancio y dificultad para respirar.
Los músculos y otros tejidos que se encuentran cerca de las vías respiratorias pierden su
capacidad para mantenerlas abiertas por completo. Esto hace que dichas vías respiratorias
se cierren fácilmente.
El envejecimiento también provoca que los alvéolos pierdan su forma y se hinchen.
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Estos cambios en el tejido pulmonar pueden disminuir el nivel de oxígeno en su cuerpo. De igual
manera, el cuerpo puede expulsar una menor cantidad de dióxido de carbono. Se pueden
presentar síntomas como cansancio o falta de aire.
Como resultado de estos cambios, las personas mayores tienen un aumento del riesgo de:
Los riñones filtran la sangre y ayudan a eliminar los desechos y el exceso de líquido del cuerpo.
Estos órganos también ayudan a controlar el equilibrio químico del cuerpo.
Los riñones son parte del sistema urinario, el cual también incluye los uréteres, la vejiga y la
uretra.
Los cambios musculares y los cambios en el aparato reproductor pueden afectar el control
vesical.
A medida que usted envejece, los riñones y la vejiga cambian. Esto puede afectar su
funcionamiento.
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Se reduce la cantidad de unidades filtradoras (nefronas). Las nefronas filtran el material
de desecho de la sangre.
Los vasos sanguíneos que irrigan el riñón se pueden endurecer. Esto provoca que los
riñones filtren la sangre más lentamente.
Cambios en la vejiga:
La pared de la vejiga cambia. El tejido elástico se vuelve duro y la vejiga se torna menos
elástica. La vejiga no puede contener tanta orina como antes.
Los músculos de la vejiga se debilitan.
La uretra puede resultar bloqueada. En las mujeres, esto puede deberse a músculos
debilitados que provocan que la vejiga o la vagina se caigan de posición (prolapso). En
los hombres, la uretra puede resultar bloqueada por un agrandamiento de la glándula
prostática.
En una persona sana que envejece, la función renal permanece normal. Sin embargo, una
enfermedad, los medicamentos y otras afecciones pueden afectar el funcionamiento del riñón.
Problemas comunes
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CAMBIOS EN LOS SIGNOS VITALES CON LA EDAD
Los signos vitales incluyen la temperatura corporal, frecuencia cardíaca (pulso), frecuencia
respiratoria y presión arterial. A medida que usted envejece, los signos vitales pueden cambiar
según cuán saludable sea usted. Algunos problemas de salud pueden provocar cambios en uno o
más de los signos vitales.
Temperatura corporal.
La fiebre también es un signo de infección. Cuando una persona mayor tiene una infección, su
cuerpo puede no ser capaz de producir una temperatura más alta. Por esta razón, es importante
verificar otros signos vitales, al igual que cualquier síntoma o signo de infección.
A medida que se crece, la frecuencia del pulso es más o menos la misma de antes. Sin embargo,
cuando se hace ejercicio, puede tardar más tiempo para que el pulso aumente y más tiempo para
que se reduzca de nuevo posteriormente.
La frecuencia respiratoria por lo general no cambia con la edad. Sin embargo, la función
pulmonar disminuye ligeramente. Las personas mayores sanas generalmente pueden respirar sin
esfuerzo.
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Presión arterial.
Las personas mayores pueden marearse cuando se incorporan demasiado rápido. Esto se debe a
una caída repentina de la presión arterial. Este tipo de caída en la presión arterial al ponerse de
pie se denomina hipotensión ortostática.
El riesgo de desarrollar presión arterial alta (hipertensión) aumenta a medida que usted va
envejeciendo. Otros problemas comunes relacionados con el corazón entre los adultos mayores
incluyen:
Son un grupo de condiciones comunes y cambios que ocurren con el aumento de la edad.
Los cambios en la piel están entre los signos más visibles de envejecimiento. Los signos del
aumento de la edad incluyen las arrugas y la piel flácida. El encanecimiento del cabello es otro
signo obvio de envejecimiento.
Aunque la piel tiene muchas capas, en general se puede dividir en tres partes principales:
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La capa interna bajo la dermis (la capa subcutánea) contiene las glándulas sudoríparas,
algunos folículos pilosos, vasos sanguíneos y grasa.
Cada capa contiene también tejido conectivo, con fibras de colágeno para dar soporte y fibras de
elastina con el fin de proporcionar flexibilidad y fuerza.
Con el envejecimiento, la capa externa de la piel (epidermis) se adelgaza, aun cuando la cantidad
de capas celulares permanece sin cambio alguno.
La cantidad de células que contienen pigmento (melanocitos) disminuye. Los melanocitos que
quedan aumentan de tamaño. La piel envejecida aparece más delgada, más pálida y transparente
(traslúcida). Las manchas pigmentadas grandes, incluso las manchas por la edad, manchas
hepáticas o lentigos, pueden aparecer en zonas expuestas al sol.
Los vasos sanguíneos de la dermis se vuelven más frágiles. Esto lleva a que se presenten
hematomas, sangrado debajo de la piel (a menudo llamado púrpura senil), hemangiomas capilares
y afecciones similares.
Las glándulas sebáceas producen menos aceite a medida que usted envejece. Los hombres
experimentan una mínima disminución, más frecuentemente, después de los 80 años de edad. Las
mujeres producen gradualmente menos aceite después de la menopausia. Esto puede hacer que
sea más difícil mantener la piel humectada, lo que causa resequedad y picazón.
La capa de grasa subcutánea se adelgaza, por lo que tiene menos aislamiento y amortiguación.
Esto aumenta el riesgo de lesión de la piel y reduce la capacidad de conservar la temperatura
corporal.
Algunos medicamentos son absorbidos por la capa grasa. Perder dicha capa cambia la manera en
la que actúan dichos medicamentos.
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Las glándulas sudoríparas producen menos sudor. Esto hace que sea más difícil mantenerse
fresco.
Las neoplasias como papilomas cutáneos, verrugas, parches ásperos (queratosis) y otras manchas
son comunes en las personas mayores.
Es importante reconocer cuáles son los factores determinantes para que un adulto mayor deba
recibir ayuda por parte de un cuidador. A continuación los mencionamos:
PSÍQUICO: Vigilaremos los cambios que pueda sufrir, en cuanto a su nivel de conciencia.
Estaremos pendientes del estado de ánimo. Observaremos las alteraciones del sueño.
SOCIAL: Le incentivaremos para que realice sus actividades diarias. Intentaremos que el anciano
esté orientado en el tiempo, que sepa la fecha: día que es, estación del año y festividades.
Haremos que ejercite su memoria, sobre todo la memoria reciente.
Suele haber un cuidador principal, el que pasa más tiempo con el anciano y se ocupa de su
cuidado integral. Este cuidador es el encargado de cubrir todas las esferas del anciano, a nivel
psíquico, físico, y social:
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CUIDADOS GERIÁTRICOS.
1. HIGIENE CORPORAL
Para mantener la piel sana, las principales actividades son su limpieza e hidratación. Estas
actividades se deben realizar a diario, tanto en ancianos sanos como en ancianos enfermos. Para
el aseo del anciano en el domicilio tan importante es su grado de validez como las características
del domicilio.
Puntos clave
Informaremos al cuidador sobre el procedimiento del aseo, ya que esto mejora su colaboración y
disminuye su ansiedad.
DUCHA
Debemos asegurarnos de la temperatura del agua para evitar quemaduras o frío excesivo,
el agua estará templada o según la preferencia del anciano.
El agua no debe estar excesivamente caliente, ni la ducha debe durar más de 15 minutos,
ya que puede provocar bajadas de tensión.
Comenzaremos la ducha desde los pies e iremos subiendo poco a poco.
Pondremos en la ducha una alfombrilla, tanto dentro como fuera, para evitar caídas. Se
recomienda la ducha con asiento.
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Después de la ducha, realizaremos un buen secado corporal y aplicaremos una crema
hidratante o aceite de almendras.
BAÑO EN LA CAMA:
Realizaremos el lavado por zonas corporales, como hemos mencionado con anterioridad.
Utilizaremos jabones neutros y agua templada. Durante el aseo, examinaremos con
especial atención la piel, sobre todo donde hay prominencias óseas, en busca de zonas
enrojecidas, ampollas o erosiones.
Prestaremos especial cuidado en los pliegues y en los espacios interdigitales, tanto en el
lavado como en el secado.
En las ancianas, el aseo de la zona genital se debe realizar desde adelante hacia atrás para
evitar infecciones del tracto urinario.
En los ancianos, limpiar y secar bien el pliegue del prepucio, ya que es una zona muy
sensible a infecciones.
Después del baño, aplicar crema hidratante o aceite de almendras en todo el cuerpo.
Se debe realizar, como mínimo, una vez a la semana, y dependerá de la actividad del
anciano.
El cuidado del cabello requiere: el peinado, cepillado (que mejora la circulación capilar)
y el lavado.
Si el anciano no tiene pelo, protegeremos la cabeza cuando salga a la calle, tanto en
invierno como en verano.
No aplicaremos colonia en el pelo canoso, porque lo amarillea.
AFEITADO Y DEPILACIÓN:
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CUIDADOS DE LOS PIES:
Los ancianos llevarán las manos siempre limpias, las lavaremos con agua y jabón, y las
secaremos bien, sobre todo, entre los dedos.
Cortaremos las uñas de forma recta
CUIDADOS DE LA BOCA:
Estos cuidados deben realizarse después de cada comida o siempre que sea necesario.
Los ancianos independientes, que realicen solos la higiene bucal, deben utilizar cepillos
suaves y pasta dental con flúor, que previene las caries.
A los ancianos dependientes, mezclaremos en un vaso antiséptico bucal y agua, a partes
iguales, y lo aplicaremos con una gasa sobre la lengua de un lado a otro, para no provocar
náuseas; limpiaremos el paladar, los laterales de la boca y las encías.
Si el anciano es portador de prótesis dental, retirarla durante el sueño (en la imagen vemos
forma de retirar la dentadura).
La limpiaremos con agua y solución antiséptica, tantas veces como sea necesario.
Hidrataremos los labios con vaselina o cacao.
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CUIDADOS DE LOS OJOS:
Limpiaremos los ojos con una gasa estéril, impregnada con suero fisiológico,
comenzando desde el lagrimal al ángulo externo retirando secreciones.
Utilizaremos una gasa para cada ojo.
Limpiaremos el pabellón auditivo con agua y jabón, intentando que el jabón no entre
dentro del oído, puesto que puede producir irritación y picor.
No introduciremos bastoncillos en el oído Si el anciano es portador de audífono, lo
retiraremos durante la noche y limpiaremos los restos de cerumen.
CUIDADOS DE LA NARIZ:
Mantendremos siempre sin mucosidad las fosas nasales; podemos emplear suero
fisiológico para deshacer la mucosidad sólida.
Recortaremos el vello que suele crecer en las fosas nasales, sobre todo en los ancianos.
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La curación es lenta y en algunos casos se cronifican, sobre todo cuando existen
problemas circulatorios, desnutrición y falta de movilidad.
Hay que evitar la presión constante sobre estas zonas, realizando cambios posturales en el
anciano cada 2 o 3 horas (decúbito supino, decúbito lateral y decúbito prono).
También podemos utilizar elementos que reducen la presión de las zonas susceptibles y,
sobre todo, debemos tener una alimentación adecuada y una correcta higiene e hidratación
de la piel.
Arcos de cama.
Colchones alternantes.
Protecciones como taloneras, etc.
Almohadas.
No dejar arrugas en la ropa de cama.
3. PREVENCIÓN DE RIESGOS DE CAÍDAS EN LOS ANCIANOS
Lo que aparece con mayor frecuencia en los ancianos son las caídas y éstas son las
responsables, en muchos casos, de la pérdida de su autonomía.
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CÓMO INTENTAR EVITAR LAS CAÍDAS
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MARCO CONCEPTUAL.
GERIATRIA
Rama de la medicina que se ocupa de la atención integral del adulto mayor en la salud y
enfermedad considerando aspectos clínicos terapéuticos, preventivos y rehabilitación precoz. La
atención Integral del adulto mayor a que hace referencia la definición comprende: la evaluación,
diagnóstico y plan de cuidado, considerando las esferas física, psicológica, social y funcional. La
rehabilitación precoz hace referencia al proceso de aprendizaje, simultáneo al tratamiento de
patologías, que considera las cuatro esferas mencionadas, siendo su meta restaurar la función y
mejorar la calidad de vida.
Objetivos de la geriatría:
PACIENTE GERIATRICO
A lo largo de los años, y en función de la fuente consultada, los conceptos de anciano, anciano
frágil o paciente geriátrico varían e incluso en algunas ocasiones se han utilizado de forma
indistinta. Por paciente geriátrico se entiende aquel sujeto de edad avanzada con pluripatología y
polifarmacia y que además presente cierto grado de dependencia para las actividades básicas de
la vida diaria. Es frecuente que asocie problemas cognitivos o afectivos y la necesidad de
recursos socio-sanitarios. Por tanto, es evidente que la definición de paciente geriátrico engloba
una serie de aspectos médicos, psicológicos, funcionales y sociales de los cuales dista el mero
término de anciano. Algunos autores distinguen el concepto de anciano frágil. El anciano frágil es
aquel paciente de edad avanzada que presenta una serie de cambios consecuencia del
envejecimiento en los diferentes órganos y sistemas que le otorgan una pérdida de la reserva
fisiológica. Dicho paciente conserva la independencia para las actividades básicas de la vida
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diaria, pero ante la presencia de un proceso intercurrente está en riesgo de sufrir un deterioro de
la capacidad funcional.
CUIDADOS GERIATRICOS
Es el conjunto de actividades asistenciales que desde una óptica sanitaria y social deben
garantizar la calidad de vida de los ancianos que viven en área o sector y deben proporcionar
respuestas adecuadas a los problemas de enfermedad.
Personas ancianas sanas: Son personas que desde el final de la edad adulta y en el
discurrir de la vejez mantienen su independencia y por lo tanto son capaces de satisfacer
sus necesidades básicas a pesar de las limitaciones propias de la edad. Dentro de este
grupo de población los cuidados van dirigidos a la promoción y la prevención de la salud,
motivando y enseñando a la persona que envejece a desarrollar hábitos de vida saludables
que le permitan adaptarse a los cambios que pueden producirse durante el proceso de
envejecimiento y a prevenir las consecuencias negativas que éste puede comportar.
Personas ancianas frágiles o de riesgo: Las personas que debido a tener una edad muy
avanzada, a factores de tipo social o de pérdida de salud, tienen un elevado riesgo de
perder su autonomía, de sufrir complicaciones en su estado de salud, de morir o de
ingresar en una institución si no reciben la ayuda adecuada. Los cuidados han de ir
dirigidos a la detección de este grupo de población y a establecer o coordinar las ayudas
necesarias, prevenir las complicaciones y proporcionar los cuidados necesarios para que
la persona, por sí misma o con la ayuda de su entorno (natural o profesional), pueda
alcanzar el máximo nivel de independencia posible en la satisfacción de sus necesidades.
Pacientes geriátricos: Son personas ancianas que tienen dificultades para satisfacer sus
necesidades o que padecen enfermedades que comportan pérdidas de autonomía funcional
y cuya situación está condicionada por factores psíquicos o sociales.
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Los cuidados van dirigidos a recuperar al máximo las capacidades, prevenir las complicaciones y
compensar los déficits, movilizando los recursos de la persona y de su entorno para satisfacer de
forma óptima sus necesidades y mejorar su calidad de vida. En este grupo se incluye también los
cuidados dirigidos a asegurar una muerte digna y apacible.
ENVEJECIMIENTO
Abordar el tema del envejecimiento y de la vejez supone reconocer que estamos frente a una
realidad compleja en la que interactúan factores biológicos, psicológicos y sociales. La vejez
entendida como un período de la vida y como parte del proceso mismo de envejecimiento, ocurre
en un sujeto particular y único, por lo cual la modalidad de envejecimiento no se puede
generalizar a partir de los cambios que ocurren sólo a nivel físico, pues cada sujeto interpreta
éstos cambios de acuerdo a sus esquemas mentales, su estructura de personalidad, creencias,
valores, los procesos de socialización a los que ha sido expuesto y al lugar que ocupa dentro de
un contexto social y ecológico particular. El envejecimiento es un proceso dinámico, progresivo e
irreversible en el que intervienen múltiples factores biológicos, psicológicos y sociales. Se lo ha
definido como: “Un deterioro progresivo y generalizado de las funciones que produce una
pérdida de respuesta adaptativa al estrés y un mayor riesgo de sufrir enfermedades relacionadas
con la edad.”
Ahora bien, esos cambios no son lineales ni uniformes, y su vinculación con la edad de una
persona en años es más bien relativa. Si bien algunos septuagenarios disfrutan de una excelente
salud y se desenvuelven perfectamente, otros son frágiles y necesitan ayuda considerable.
Además de los cambios biológicos, el envejecimiento también está asociado con otras
transiciones de la vida como la jubilación, el traslado a viviendas más apropiadas, y la muerte de
amigos y pareja. En la formulación de una respuesta de salud pública al envejecimiento, es
importante tener en cuenta no solo los elementos que amortiguan las pérdidas asociadas con la
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vejez, sino también los que pueden reforzar la recuperación, la adaptación y el crecimiento
psicosocial.
VEJEZ
Con término vejez se hace referencia a un estado biológico, psicológico y social irreversible al
que se llega a cierta edad de la vida y que varía según los lugares, las épocas e incluso los
individuos: en la Edad Media se era viejo a los 35 – 40 años y hoy los hombres de 70 años
pueden dar una impresión de “juventud”. La vejez, o senectud, o ancianidad, no es más que el
estadio final del ciclo vital normal. Las definiciones de lo que es “vejez” no son equivalentes en
biología, demografía, empleo, jubilación y sociología. A efectos administrativos y estadísticos, se
considera como ancianos a las personas mayores de 60 o 65 años.
La vejez se caracteriza también por la aparición de varios estados de salud complejos que suelen
presentarse solo en las últimas etapas de la vida y que no se enmarcan en categorías de
morbilidad específicas. Esos estados de salud se denominan normalmente síndromes geriátricos.
Por lo general son consecuencia de múltiples factores subyacentes que incluyen, entre otros, los
siguientes: fragilidad, incontinencia urinaria, caídas, estados delirantes y úlceras por presión.
Los síndromes geriátricos parecen predecir mejor la muerte que la presencia o el número de
enfermedades específicas. Ahora bien, a excepción de los países que han desarrollado la geriatría
como disciplina médica, con frecuencia se dejan de lado en los servicios de salud de estructura
tradicional y en la investigación epidemiológica.
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HIPÓTESIS
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METODOLOGÍA
TIPO DE ESTUDIO
Descriptivo. El estudio será descriptivo porque mediante el daremos a conocer ciertos conceptos
y con ello sabremos ciertas características de nuestra investigación. Y con esto nosotros sabremos
que cuidados geriátricos realizaremos.
SEGÚN EL TIEMPO
Prospectivo. Se planeara y se recolectara información y a partir de la recolección de datos
llevaremos a cabo una estrategia educativa.
SEGÚN LA EVOLUCION
Longitudinal. Se realizaran 2 mediciones, un pre para saber si los cuidadores tienen alguna
noción de cómo llevar a cabo los cuidados geriátricos.
Y otra segunda medición post ya a ver realizado con ellos las actividades planeadas y así volver a
medir el grado de conocimiento que se llevan con las capacitaciones.
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