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MADRE

RECOMENDACIONES PARA LA MAMÁ

 SOBRE EL DOMINIO PROPIO

La madre necesita ejercer el más perfecto dominio propio; y para conseguirlo debe tomar
toda precaución posible contra cualquier disturbio físico o mental. Debe ordenar su vida de
acuerdo con las leyes de Dios y de la salud. Como la alimentación afecta materialmente el
intelecto y la disposición, la madre debe ser muy cuidadosa al respecto y comer alimentos
nutritivos, pero que no sean estimulantes a fin de tener nervios serenos y genio apacible. Le
resultará entonces más fácil manifestar paciencia para tratar con las variables tendencias de
sus hijos y para sostener las riendas del gobierno con firmeza y sin embargo
afectuosamente.
La madre puede y debe hacer mucho para dominar sus nervios y ánimo cuando esté
deprimida. Aun cuando está enferma, puede, si se educa a sí misma, manifestar una
disposición agradable y alegre, y puede soportar más ruido de lo que una vez creyera
posible. No debiera hacer sentir a los niños su propia flaqueza y nublar sus mentes jóvenes
y sensibles por su propia depresión de espíritu, haciéndoles sentir que la casa es una tumba
y que la pieza de mamá es el lugar más lúgubre del mundo. (G. White, La Salud de la Madre
y su Apariencia, 1975), Felicidad y Armonía en el Hogar

 SOBRE LAS TAREAS DE CASA

Hay que velar con cariño por las fuerzas de la madre. En vez de permitir que las malgaste
en tareas agotadoras, hay que reducir sus cuidados y cargas. Muchas veces el esposo y
padre desconoce las leyes físicas que el bienestar de su familia exige que conozca. Absorto
en la lucha por la vida, o empeñado en labrarse una fortuna y acosado por cuidados y
apuros, permite que caigan sobre la esposa y madre cargas que agotan sus fuerzas en el
período más crítico de su vida y le causan debilidad y enfermedad.
Concuerda con su propio interés y el de su familia que se ahorre todo recargo innecesario
de trabajo y que emplee todos los medios de que dispone para conservar la vida, la salud y
las energías que Dios le dio. Porque necesitará para su gran obra el vigor de todas sus
facultades. Debiera pasar una parte de su tiempo al aire libre, haciendo ejercicio físico, a fin
de quedar vigorizada para hacer su trabajo dentro de la casa con buen ánimo y esmero,
siendo la luz y la bendición del hogar. (G. White, La Salud de la Madre y su Apariencia,
1975), Felicidad y Armonía en el Hogar

 ESTÉTICA

Algunas esposas y madres parecen creer que no tiene importancia el aspecto que ofrecen
cuando trabajan y cuando las ven tan sólo sus familiares, pero son muy meticulosas en
cuanto a vestirse con gusto si las han de ver personas hacia quienes no tienen obligaciones.
¿No deben apreciarse la estima y el amor del marido y de los hijos antes que los
manifestados por extraños o amigos comunes? La felicidad del padre y de los hijos debe ser
para toda esposa y madre más sagrada que la de todos los demás.
Lleve Ud. ropas que le sienten bien. Esto aumentará el respeto de sus hijos hacia Ud.
Procure que ellos también vistan en forma adecuada. No permita que contraigan hábitos de
desaseo.
Si las madres se permiten llevar vestidos desaseados en la casa, enseñan a sus hijos a
seguir por el mismo camino del desaliño. Muchas madres piensan que en la casa cualquier
ropa es bastante buena, por sucia y desaliñada que esté. Pero pronto pierden su influencia
en la familia. Los hijos comparan el vestido de la madre con el de quienes visten con aseo,
y se debilita el respeto que le tienen.
Madres, haceos tan atrayentes como podáis; no por atavíos elaborados, sino llevando
vestidos limpios, que os queden bien. Así daréis constantemente a vuestros hijos lecciones
de aseo y pureza. Para toda madre el amor y el respeto de sus hijos debe ser lo más
valioso. Todo lo que ella lleve sobre su persona debe enseñar el aseo y el orden y quedar
asociado con la pureza en el recuerdo de ellos.
Aun en la mente de los niños en tierna edad existe un sentido de lo que queda bien, una
idea de lo que es propio; y ¿cómo puede hacérseles comprender lo deseables que son la
pureza y la santidad cuando tienen diariamente bajo los ojos vestidos sucios y habitaciones
desordenadas? ¿Cómo puede invitarse a que entren en moradas tales los huéspedes
celestiales, que moran donde todo es puro y santo? (G. White, La Salud de la Madre y su
Apariencia, 1975), Felicidad y Armonía en el Hogar

 SOBRE LA AYUDA DIVINA

Si las madres fueran a Cristo con más frecuencia y confiaran más plenamente en él, sus
cargas serían más ligeras, y hallarían descanso para sus almas. (G. White, Promesas de
Dirección Divina, 1975)
Los niños tienen la percepción rápida, y disciernen los tonos pacientes y amorosos en
contraste con las órdenes impacientes y apasionadas, que desecan el raudal del amor y del
afecto en los corazones infantiles. La verdadera madre cristiana no ahuyentará a sus hijos
de su presencia por su irritación y falta de amor y simpatía. (Nota: Signs of the Times, 13 de
septiembre, 1877.*)

 INFLUENCIA

La pregunta de todo padre y madre debe ser: "¿Cómo obraremos con el niño que nos ha de
nacer?'' Muchos han considerado livianamente el efecto de las influencias prenatales; pero
las instrucciones enviadas por el cielo a aquellos padres hebreos... nos indican cómo mira
nuestro Creador el asunto.
La madre si ha de ser una maestra idónea para sus hijos, antes del nacimiento de éstos
debe formar hábitos de abnegación y dominio propio; porque ella les transmite sus propias
cualidades, sus propios malos o buenos rasgos de carácter. El enemigo de las almas
entiende mejor este asunto que muchos padres. Presentará tentaciones a la madre
sabiendo que si ella no lo resiste, el niño será afectado por esto. La única esperanza de la
madre está en Dios. Debe buscar en él gracia y fortaleza. No buscará en vano esta ayuda;
Dios la capacitará para transmitir a sus descendientes cualidades que les ayudarán a tener
éxito en esta vida y a ganar la vida eterna (Matutina del 21 de Marzo ¿Qué clase de
herencia?, Dios nos cuida)

La esfera de la madre puede ser humilde; pero su influencia, unida a la del padre, es tan
perdurable como la eternidad. Después de Dios, el poder la madre en favor del bien es el
más fuerte que se conozca la tierra. (Nota: Good Health, marzo de 1880.*)
Habrá malos consejeros que dirán a la madre que le es necesario satisfacer todo deseo e
impulso; pero semejante enseñanza es falsa y perversa. La madre se halla por orden de
Dios mismo bajo la obligación más solemne de ejercer dominio propio. (Antes que el niño
llegue), Conflicto y valor
Los pensamientos y sentimientos de la madre ejercerán una influencia poderosa sobre el
legado que deje a su hijo. Si ella permite que su mente se espacie en sus propios
sentimientos, si cede al egoísmo, si es regañona y exigente, la disposición de su hijo lo
reflejará. Así es como muchos han recibido en herencia tendencias casi invencibles hacia el
mal. El enemigo de las almas comprende este asunto mucho mejor que numerosos padres.
Despliega sus tentaciones contra la madre, sabiendo que si ella no le resiste, él puede por
su intermedio afectar a su hijo. La única esperanza de la madre se cifra en Dios. A él puede
huir en procura de fuerza y gracia; y su búsqueda no será en vano. (G. White, 1975),
Felicidad y Armonía en el Hogar, CAP. 25.

 LA RECOMPENSA MAYOR

El día de Dios revelará cuánto debe el mundo a las madres piadosas por los hombres que
defendieron resueltamente la verdad y las reformas, hombres que fueron audaces para
obrar y avanzar, que permanecieron indómitos entre pruebas y tentaciones; hombres que
antes que los honores mundanales o la vida misma prefirieron los altos y santos intereses
de la verdad y de la gloria de Dios. (G. White, 1975)

LA MAGNITUD DEL AMOR DE UNA MADRE:

Indudable. Isa. 49:15

EL DEBER DE LOS PADRES:

Buscar dirección divina en la instrucción del niño. Jueces 13:8

EL TRATO A LOS PADRES:

Respetar y obedecer a nuestros padres. Juan 2:1-12

Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te
da." Exo. 20: 12.

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