Está en la página 1de 13
Volumen II PENSAMIENTO CRITICO LATINOAMERICANO Conceptos Fundamentales Ricardo Salas Astrain Coordinador Académico EDICIONES UNIVERSIDAD CATOLICA SILVA HENRIQUEZ 2005 NEOLIBERALISMO __Pablo da Silveira —_—__—_————— Palabras Clave GLOBALIZACION-MUNDIALIZACION - NUEVO ORDEN MUNDIAL - TEORIA CRITICA - DESARROLLO - POLITICA - SOCIALISMO/ CAPITALISMO - PRIMER MUNDO/TERCER MUNDO - ECOLOGIA Uruguay INTRODUCCION La palabra “neoliberalismo” se cuenta entre las mas frecuentemente utilizadas en el debate ptiblico de fines del siglo XX y principios del XXI. Una consulta al buscador de Internet Google realizada en mayo de 2004 arrojé 199.000 entradas para el vocablo y otras 206.000 para su version inglesa (“neoliberalism”). Es llamativo que su pariente préximo, el término “liberalismo”, no haya tenido resultados mucho mejores (244.000 entradas en castellano) pese a que su uso se generaliz6 con dos siglos de anticipacion. Que una palabra sea usada frecuentemente puede querer decir que expresa un concepto que resul- ta importante para mucha gente, o bien puede querer decir que se la esta usando para vehicular distintos significados. Y algo de esto parece ser Jo que ocurre en el caso del término “neoliberalismo”. Seguin los diferentes contextos de discusion, se lo utiliza para referirse a:! un conjunto de ideas 0 propuestas economicas,* una posicion o un conjunto de posiciones politicas,’ un punto de vista filoséfico sobre la naturaleza de la vida social, o * un punto de vista filos6fico sobre la condicion humana. La dificultad consiste en que algunos de estos sentidos del término pueden ser sus- critos al tiempo que se rechazan los demés, lo que obliga a un trabajo de delimitacion con el fin de darle inte- ligibilidad. En lo que sigue se intentara precisar el significado del término “neoliberalismo” en relacion a cada uno de los usos recién mencionados. En el curso de esta tarea se intentara analizar qué es lo que puede estar agregando el prefijo “neo” respecto del termino “liberalismo”. Finalmente se discutiré la relacion entre al menos algunos usos del vocablo y un error de razonamiento relativamente extendi- do al que puede llamarse “la falacia de la causa nica”. -681- NEOLIBERALISMO; DELIMITACION HISTORICA Neoliberalismo como idea econémica Parece claro que la palabra neoliberalismo empez6 a usarse en la discusién econdmica. Pero ni siquie- ra en este contexto tiene un sentido univoco, sino al menos tres diferentes. En el terreno de la teoria econém el término se asocia a una doctrina especifica que se conoce con el nom- bre de “monetarismo”. En el plano de las politicas economicas, el término se asocia a la preocupacion por los equilibrios macroeconémicos, a la desrregulacion (0 dicho de otro modo, al rechazo de la intervenci6n estatal en materias tales como el desempleo ola fijacion de tasas de interés) y alas politicas privatizadoras. Finalmente, en un terreno que podriamos llamar “doctrinal”, el término se asocia a la confianza en la capacidad de ajuste natural de los mercados, al rechazo de los monopolies y a una actitud favora- ble al libre comercio internacional. El monetarismo es una teoria econémica que se desarrollé desde fines de los afos 50, como resultado del trabajo de un conjunto de eco- nomistas cuyo representante mas famoso es el Premio Nobel de Chicago Milton Friedman. El rasgo tipico del monetarismo es la importancia que otorga al aspecto monetario de la economia como factor explicativo del comportamiento de la economia en su conjunto. Mas especificamente, los monetaristas introdujeron un cambio profundo en el debate econdmico al -682- aportar una explicaci6n del origen de la inflacion en términos del compor- tamiento de la oferta monetaria. De acuerdo a esta explicacion, la inflacion se produce cuando la cantidad de di- nero circulante aumenta mas rapido que el producto. El monetarismo tuvo una gran influencia sobre la teoria econémi- ca contempordnea, principalmente durante los aftos setenta (GatBrattii 1987). A partir de los aftos ochenta algunas de sus tesis fueron sometidas a critica, sobre todo en lo que respecta ala poca atencidn que prestaba a la ve- locidad de circulacion de los bienes y el dinero. Sin embargo, muchas de las ideas avanzadas por los monetaristas han pasado a formar parte de un sen- tido comin econémico ampliamente extendido. Un ejemplo de ello es la nocion de que, si los agentes esperan una inflacién elevada, las tasas de interés tenderén a subir y la moneda tendera a perder valor en relacién a otras monedas mas estables. De modo que, si por “neoliberales” debe enten- derse aquellos que suscriben la teoria monetarista en su version original, debe concluirse que hay relativamente pocos neoliberales (lo que no permi- tiria explicar el uso tan extendido del término). Y si por “neoliberales” se entiende a todos aquellos que han in- corporado ideas como la mencionada, entonces deberia concluirse que casi todos nos hemos vuelto neoliberales (con lo que el término perderia toda capacidad de discriminacion). Tal vez esto explique por qué, en el terreno de la teoria economia, la palabra es muy poco usada Las ideas tedricas avanzadas por los monetaristas condujeron a un conjunto de politicas econémicas que se hicieron muy influyentes durante los afios ochenta, y a las que normal- mente se identifica con lo que suele lamarse la “revolucién anti-keynesia- na”. Estas politicas apuntan en general a cuidar los equilibrios macroecon6- micos y a alentar el funcionamiento eficiente de los mercados mediante un retraimiento de la intervencion estatal. Dados estos objetivos, y dada la alta intervencion del Estado en el periodo precedente, los principales instrumentos utilizados por los im- pulsores de estas politicas han sido la desrregulacion y la privatizacion. Un segundo uso de la palabra “neolibe- ralismo” en el terreno economico ha consistido en utilizarla para identifi- car a las politicas que incluyen esta clase de medidas, 0 a aquellos que las impulsan. Este uso esta muy extendido y tiene una indudable eficacia retorica. Sin embargo, es bastante problematico desde el punto de vista conceptual. La desrregulacién y las privatizacio- nes son medidas concretas a las que se puede apelar por razones muy variadas, Ciertamente, un moneta- tista tendra razones para hacerlo si toma la conduccion de un gobierno que hasta ese momento ha aplicado politicas keynesianas (tipicamente, un gobierno que ha creado muchos empleos publicos a pesar del aumen- to del deficit fiscal, porque esperaba reactivar la economia provocando un aumento de la demanda). Pero consi- deremos el caso de un keynesiano que deba hacerse cargo del gobierno luego de un periodo en el que se abus6 de estas politicas hasta el punto de que el déficit fiscal se ha vuelto insostenible. En un contexto semejante, también Pablo da Silveira podria ocurrir que el gobernante keynesiano adoptara medidas desrre- guladoras y privatizadoras, al menos durante cierto perfodo, El uso de la palabra “neolibera- lismo” para calificar a estas medidas 0 a quienes las aplican tiene entonces el problema de todas las adjetivaciones excesivamente asociadas a un elemen- to circunstancial: personas o politicas movidas por preocupaciones o por ob- jetivos muy diferentes pueden o no ser calificadas de este modo, segtin cual sea el contexto en el que les toque ac- tuar. Y si, para evitar esta dificultad, se opta por extender el uso del término a todos aquellos que expresan alguna preocupacion por los equilibrios ma- cro-econémicos o por la eficiencia de los mercados, se cae nuevamente en el riesgo de vaciar al término de toda capacidad discriminadora. Por ultimo, la palabra “neo- liberalismo” ha sido utilizada para referirse a una posicion general de caracter doctrinal, que incluye entre otras cosas la confianza en la capaci- dad de ajuste natural de los mercados, el rechazo de los monopolios y una actitud favorable al libre comercio internacional. El término aludiria asi a una sensibilidad o actitud de base, més que a una teoria econémica bien desarrollada o a un conjunto de me- didas especificas a las que se podria llegar desde perspectivas teoricas divergentes. Este uso parece a primera vista sostenible, dado que efectivamente hay mucha gente que es en principio doctrinalmente favorable al libre mercado, del mismo modo que hay mucha gente que es doctrinalmente -683- NEOLIBERALISMO favorable al dirigismo economico. Pero la pregunta que surge en este caso es: {qué agrega exactamente el prefijo “neo”? Porque la confianza en la mano invisible, el rechazo a los mo- nopolios y la actitud favorable al libre comercio internacional son atributos que han caracterizado a los liberales economicos desde tiempos de Adam Smith. Si fueran estas actitudes las que caracterizaran al neo-liberalismo, en- tonces solo estariamos ante un nuevo nombre del viejo liberalismo Esta dificultad se agrava a cau- sa del hecho siguiente: si hay algo en el terreno economico que diferencia a los llamados “neoliberales” de los liberales elasicos, es que autores como Milton Friedman o Friedrich Von Ha- yek (normalmente considerados los padres fundadores del neoliberalismo) admiten la existencia de imperfec- ciones en el mercado o de asimetrias de informacion, en una medida no percibida por Adam Smith. De modo que, en este punto especifico, los neoliberales no se parecerian tanto a los liberales como a sus criticos. Si la diferencia radicara aqui, el prefijo “neo” seria desorientador. DELIMITACION CONCEPTUAL En resumen: el adjetivo *neo- liberal” no parece ser demasiado util para definir una posicion especifica en el debate economico. En el terre- no de la teoria, si se lo utiliza como sinonimo de “monetarista” resulta demasiado estrecho y si se lo utiliza de manera mas amplia se vuelve irre- levante. En el terreno de las politicas -684- econdémicas, si se lo asocia a deter- minadas medidas especificas puede volverse paraddjico, y si se lo vineula a una preocupacion general por los equilibrios macroeconomicos vuelve a perder capacidad discriminatoria, En el terreno doctrinal, si se lo asocia de manera general al libremercadismo se vuelve indistinguible del liberalismo a secas, y si se lo usa para marcar dife- rencias entre “viejos” y “neo” liberales puede conducir a algunas conclusio- nes sorprendentes. Esto no quiere decir que el término “neoliberal” no pueda utilizarse para caracterizar cier- tas posiciones existentes en el debate economico, pero si quiere decir que solo se podra actuar de este modo en la medida en que esas posiciones econémicas vayan asociadas a otros compromisos politicos 0 filos6ficos. Neoliberalismo como idea politica Una de las acusaciones mas frecuentemente lanzadas contra el neoliberalismo es su vinculacion his- t6rica con experiencias politicas auto- ritarias. Segun la forma que adopten : estas criticas, las politicas econémicas | neoliberales requeririan como condi- cion, o al menos alcanzarian su mayor eficacia al ser asociadas con formas de gobierno que ignoren los derechos fundamentales de los ciudadanos. Estas criticas pueden con- siderarse parcialmente exageradas. Gobiernos como los de Ronald Reagan y Margaret Thatcher, a los que (con | mayor o menor grado de exactitud) | se asocia de manera paradigmatica | con la aplicacion de politicas econd- | micas neoliberales, fueron sin duda gobiernos conservadores, pero fueron también gobiernos respetuosos de las garantias constitucionales y legales que protegian a sus propios ciuda- danos. También es posible encontrar gobiernos que siguieron politicas consideradas neoliberales y que ni siquiera pueden ser considerados conservadores en el mismo sentido que los anteriores. Pero, asi como es verdad que muchos de estos juicios mere- cen ser matizados, también es cierto que existen casos bien conocidos de aplicacion de politicas econdmicas consideradas neoliberales por parte de regimenes politicos inequivocamente autoritarios. El Chile de Pinochet y varios gobiernos del Sudeste Asiatico son casos tipicos a este respecto. Y esta convivencia entre libremercadismo y autoritarismo politico es tal vez una de las peculiaridades historicas que permita establecer una distincion més clara entre el neoliberalismo y el liberalismo clasico. Los padres fundadores del liberalismo no veian al libre mercado como un compartimiento estanco, separado de toda contingencia po- litica, sino como un componente esencial de una sociedad donde pudieran florecer la libertad y la jus- ticia. Para Adam Smith, por ejemplo, la libertad economica y la libertad politica se requerian mutuamente. Por una parte, el respeto a la libre iniciativa econdémica era visto como una condicion para que cada persona pudiera construir su propia vida en un contexto de “igualdad, libertad y justicia”. Por otra parte, “el orden y el buen gobierno, y con ellos la libertad y seguridad de los ciudadanos”, eran Pablo da Silveira vistos como condiciones de la propia prosperidad’, Todo a lo largo de sus obras, los juicios y recomendaciones politicas de Smith, son consistentemente favora- bles al gobierno limitado, al respeto de las libertades individuales y a la construccion de garantias institucio- nales. En ningun momento la libertad economica es puesta como un objetivo por el que valga la pena sacrificar la libertad politica. En este sentido, po- demos imaginar que Smith se hubiera sorprendido si hubiera podido visitar el Chile de Pinochet. La reduccion de la idea de libertad a la idea de libertad de mercado le hubiera parecido un abandono de los principios funda- mentales del liberalismo. Este contraste entre las ideas del liberalismo clasico y algunas experiencias historicas asociadas al neoliberalismo permite delimitar un uso politico de este ultimo término que es a la vez util y razonablemente preciso. Segtin este uso (que va mas alla de lo econémico) el neoliberalis- mo consistiria en una combinacion entre una actitud firmemente favo- rable a la libertad de mercado y una actitud de relativa indiferencia hacia la libertad politica. “Indiferencia” no significa aqui que no pueda existir una preferencia individual en favor de las libertades politicas, sino la ausencia de reconocimiento de todo lazo conceptual profundo entre am- bos tipos de libertad. De este modo, el neoliberalismo como doctrina politica no seria una continuacion ni una actualizacion del liberalismo clasico, sino mas bien una ruptura con la version original. Entendido en estos términos el prefijo “neo” agrega -685- NEOLIBERALISMO informacion importante, ya que per- | mite distinguir entre dos actitudes | politicas fuertemente divergentes: es § posible ser liberal y al mismo tiempo rechazar el neoliberalismo. Mas aun, si se lo entiende en estos términos, es posible rechazar al neoliberalismo en nombre del liberalismo, eoliberalismo y teoria de la sociedad Algunos usos de la palabra “neoliberalismo” sugieren que dewras de ella no solo habria un conjunto de ideas econémicas, ni una concepcion de las relaciones entre libertad eco- némica y libertad politica, sino una teoria mas profunda acerca del modo en que las sociedades se desarrollan, se hacen fuertes y compiten entre si. Seguin esta teorfa, la vida social (en un sentido amplio que incluye la actividad economica) operaria como un gran mecanismo de asignacion de recursos capaz de identificar y de pri- vilegiar a aquellos que estén en condi- | ciones de usarlos mas eficientemente. | Las sociedades mas dispuestas a dejar | operar este mecanismo sin interferen- cias se volveran mas fuertes y prospe- ras que las demas. Entendida de esta manera, la palabra “neoliberalismo” se vuelve sindnimo de la expresion “darwinismo social”. El darwinismo social es una postura tedrica que tuvo su momento de mayor impacto a fines del siglo XIX. El més célebre de sus defenso- res fue el fildsofo britanico Herbert Spencer. Basicamente, el darwinismo social consiste en una aplicacion a los asuntos humanos de la idea de seleccion natural, desarrollada por -686- Darwin para explicar la evolucion de las especies biologicas. Tal como ocurre en la naturaleza, la vida social seria un gran mecanismo destinado a asegurar la supervivencia de los mas aptos. Y el funcionamiento libre del mercado seria uno de los ambitos privilegiados donde se produciria esta seleccion. En la medida en que se la deje operar por si sola, la libre competencia economi- ca conduciria a la eliminacion de los mas débiles y a la concentracion de los recursos en aquellos que son capaces de extraer mayores réditos. Las sociedades pueden optar entre dejar operar libremente este mecanismo de seleccién o preferir entorpecerlo (por ejemplo, apro- bando leyes que intenten proteger a los mas débiles). Pero esta decision no sera gratuita, dado que tendra efectos importantes sobre su suerte como sociedad. Esto se debe a que el mecanismo de seleccion no opera solamente entre los individuos sino también entre sociedades. Al igual que los individuos, las sociedades disputan entre si por recursos, ha- cen mejores o peores usos de ellos y alcanzan mayores 0 menores niveles de bienestar. Y en el largo plazo, las sociedades mas eficientes seran las que sobreviviran. La compasion y la preocupacion por los mas débiles son sentimientos morales engahosos porque solo pueden conducir a peo- res resultados para todos. La mejor manera de velar por el bienestar co- lectivo consiste en dejar que la libre competencia haga su trabajo El darwinismo social es una posicion dificil de sostener en tér- minos morales. Esto se debe a que ignora la exigencia kantiana cle tratar a los demas como fines en sf mismos y no como medios para la realizacion de nuestros propios fines. En la pers- pectiva del darwinismo social, todos nos volvemos medios para la reali- zacion de un fin supremo que es la supervivencia de la sociedad a la que pertenecemos (y, en ultima instancia, de la propia especie). En este sentido, puede afirmarse que el darwinismo social se apoya sobre supuestos éticos fuertemente deshumanizadores. No es extrafo, por lo tanto, que pueda conducir a politicas que tengan conse- cuencias terribles para los mas débiles y necesitados. Nada impide que la palabra “neoliberalismo” sea utilizada para caracterizar a esta posicion tal como se presenta en el debate contempo- raneo. Pero es importante saber que este uso puede inducir a confusiones en quienes nos escuchan. En primer lugar, no existe ningtin vinculo de necesidad entre una postura favo- rable a las politicas econdmicas que suelen Ilamarse “neoliberales” y la adhesion al darwinismo social. Alguien puede apoyar esas politicas por razones independientes (por ejemplo, porque cree que éste es el mejor camino para corregir errores cometidos en el pasado), del mismo modo que alguien puede negar que haya vinculos estrechos entre la liber- tad econémica y la libertad politica (es decir, alguien puede ser neoliberal en el sentido “politico” del termino) sin adherir por ello a esta concepcion de la vida social. Los adherentes al darwinismo social sin duda existen, pero si los llamamos “neoliberales” estamos sugitiendo una proximidad conceptual que no existe en todos los casos. Pablo da Silveira Otra raz6n para evitar este uso es la siguiente. Como se ha dicho, mucha gente tiende a creer que el neoliberalismo es de algtin modo una continuacion natural del liberalismo clasico. Esto es falso como afirmacion general, pero lo es especialmente si se trata de los vinculos con el darwinis- mo social. Ni John Locke, ni Adam Smith, ni Immanuel Kant ni John Stuart Mill fueron darwinistas socia- les, entre otras razones porque todos, con la unica excepcion de Mill, son anteriores a Darwin. El uso del tér- mino “neoliberalismo” para referirse a esta posicion puede, por lo tanto, sugerir continuidades ilusorias. Neoliberalismo y antropologia moral Otros usos de la palabra “neo- liberalismo” establecen vinculos con una idea a la que se suele llamar “indi- vidualismo liberal”. Segun este punto de vista, el neoliberalismo implicaria una concepcién profunda acerca de la vida humana (mas precisamente, de las relaciones interindividuales) que seria incompatible con toda afirma- cion del valor de lo identitario, de la construccién de lazos de solidaridad y de las formas de vida comunitaria. Tanto en el terreno de lo descriptivo como en el prescriptivo (es decir, tanto en lo que refiere al ser como al deber ser) el neoliberalismo reduciria Ja persona humana a la figura teorica del “hombre econémico racional” y veria a las relaciones entre individuos como un sistema de intercambios entre agentes racionales y egoistas, cuya accion estaria orientada hacia la satisfaccion de preferencias autono- mamente formuladas. -687- NEOLIBERALISMO. Este uso del término “neo- liberalismo” tiene raices historicas profundas, dado que el propio li- beralismo ha sido tradicionalmente asociado al individualismo. De hecho, algunas de las criticas mas fuertes que se le han dirigido io acusan de ignorar la importancia de los lazos comunitarios, o de generar efectos nocivos sobre ellos’. Sin embargo, los autores liberales han tenido actitudes mas bien disimiles frente al tema. Algunos de ellos, como James Buchanan o David Gauthier, han defendido versiones fuertes del individualismo. Pero otros prestan una enorme atencion a la vida comunitaria, como lo ha- cen actualmente William Galston 0 Will Kymlicka iExiste algun lazo conceptual fuerte entre la adhesion al liberalismo y ja afirmacion del individualismo? Todo depende de cémo se entienda la palabra “individualismo”. Hay al menos tres sentidos en los que se la puede emplear y es importante distin- guir entre ellos*, Un primer sentido del término es lo que podemos denominar indivi- dualismo ontoldgico. Esta modalidad de individualismo afirma que, como una cuestion de hecho, los seres hu- manos son auto-centrados y egoistas. No solamente definen sus preferencias de manera aislada sino que, a la hora de intentar satisfacerlas, solo tienen en cuenta a los demas en la medida en que puedan facilitar o entorpecer sus propios planes. El hombre es el lobo del hombre, no solo en el estado de naturaleza (como pensaba Hobbes) sino en cualquier contexto de accion que se considere -688- Un segundo sentido del térmi- no “individualismo” es lo que pode- mos llamar individualismo ético, Este punto de vista afirma que, cualquiera sea la condicion natural del hombre (es decir, independientemente de saber si priman en él los impulsos egoistas 0 los solidarios) lo mejor que podemos hacer es actuar bajo el supuesto de que el individualismo ontologico esta en lo cierto. Actuando de este modo, vamos a reducir el ries- go de ser victimas de los eventuales calculos egoistas de los demas. Si se adopta este punto de vista, el indivi- dualismo deja de ser una descripeién de la naturaleza humana para conver- tirse en un programa de vida. El tercer sentido en el que es posible usar el término puede llamarse individualismo politico”. Este ulti- mo plantea una exigencia normativa segun la cual, a la hora de distribuir libertades o recursos por parte de los poderes publicos, la unidad de cuenta que debe emplearse no es la etnia, la nacion ni la comunidad, sino el indi- viduo. Esto no significa que, a la hora de distribuir libertades y recursos, la etnia, la nacién o la comunidad carezcan de toda relevancia. Pero lo decisivo es que los derechos indi duales no pueden ser sacrificados en nombre de los derechos colectivos. Un defensor del individualismo politico puede optar por un estilo de vida fuer- temente centrado en lo comunitario, pero debe negarse a todo intento de imponer ese mismo estilo a quienes no lo prefieran voluntariamente. Quien quiera vivir en el marco de una comu- nidad caracterizada por la calidez de los lazos interpersonales, debe poder hacerlo. Y quien prefiera una vida in- dependiente o aislada, tambien debe tener asegurada la libertad de llevar a cabo ese programa sin ver reducidas sus garantias ni ver limitado su dere- cho a incidir en la toma de decisiones politicas El individualismo politico es la unica forma de individualismo que necesariamente debe aceptar un liberal’. En esencia, se trata de la aplicacién del viejo principio kantiano (negado por el darwinismo social) segun el cual los demas miembros de la sociedad deben ser vistos como fines en si mismos. Pero la adhesion a cualquier otra forma de individua- lismo (sea ontoldgico o ético) no guarda una relacion de necesidad con la adhesién al liberalismo y debe ser defendida mediante argumentos independientes. Una vez mas, nada impide utilizar el término “neoliberal” para referirse a aquellos que, ademas de aceptar el individualismo politico propio de la tradicién liberal, aceptan también el individualismo ontologico 0 el individualismo ético. Pero hay al menos tres razones que desaconsejan este uso. En primer lugar, porque insi- mua una continuidad con la tradicion liberal que en realidad no existe. En segundo lugar, porque sugiere una relacién conceptual profunda con los otros usos posibles de la palabra “neoliberalismo” (en el terreno eco- n6mico 0 politico, o en el de la teoria social) que no es apodictica: una vez mas se trata de posiciones que pue- den ser adoptadas separadamente o en conjunto. En tercer lugar, porque durante mucho tiempo se utilizaron otras palabras para identificar a esas posturas (“individualismo posesivo”, “atomismo”, etc.) y en general no es bueno apartarse de los usos lingitisti- cos largamente establecidos. Neoliberalismo y falacia de la causa tnica La discusion precedente sugie- re que la palabra “neoliberalismo” es polisémica y, en consecuencia, merece ser tratada con prudencia. En caso de no hacerlo, es posible caer en el riesgo de convertir al neoliberalismo en un concepto impreciso y oscuro, construido mediante la sumatoria de ideas o de politicas que generan algu- na clase de rechazo en quienes usan el término. Al menos en el debate inte- lectual deberiamos cuidarnos de esta clase de uso, ya que nos hace victimas faciles de lo que puede ser llamado “la falacia de la causa unica”. Veamos brevemente en qué consiste este error a partir de un ejemplo. En el correr del ultimo cuarto de siglo, las sociedades latinoameri- canas se vieron obligadas a realizar reformas y a introducir politicas que transformaron profundamente el fun- cionamiento de sus economias. Parte de estas decisiones se adoptaron como consecuencia del fracaso de intentos anteriores (por ejemplo, las estrategias de industrializacion fundadas en la sustitucion de importaciones). Otras intentaron poner fin a practicas patri- monialistas 0 clientelistas largamente identificadas como obstaculos al cre- cimiento y al buen funcionamiento de las instituciones democraticas. Otras medidas formaron parte de las condiciones fijadas por organismos financieros con los que previamente se habian generado relaciones de dependencia -689-

También podría gustarte