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ANTOLOGIAS

MARÍA DOLORES MORALES MARTÍNEZ

Es Profesora-investigadora de la Dirección de Estudios Históricos (DEH) del


Ensayos urbanos
instituto Nacional de AntropoioQía e Historia: Miembro del Seminario de Historia
Urbana desde su creación er, la década de los años setenta. Actualmente partici-
La Ciudad de México
pa en el colectivo "Censos Históricos 1763-1882" de la DEH. en el siglo xix
Sus investigaciones se han caracterizado por el riguroso manejo y análisis ARQUITECTURA:
Maria Dolores Morales IVlartínez
de las fuentes documentales y por su vinculación con la cartografía urbana; asi
c e n o por sus importantes aportaciones para la historia de ¡a Ciudad de México,
Historia ^
en especial, para los temas de la propiedad urbana, la desamortización de los
bienes del clero, las IransforiTiaciones espaciales, el crecimiento urbano, los e m -
presarios fraccionariores, grandes csiablecimicnlos comerciales, ios censos de
población, los usos de sueiü y la vivienda.

I
En 1981 obtuvo el Piernio "Historia de la Ciudad de M é x i c o " otorgado por
el Archivo Histórico de la Ciudad de M é x i c o . Ha publicado numerosos capítulos
y artículos en revistas y libros a c a d é m i c o s , tanto nacionales como extranjeros.
Entre sus principales publicaciones destacan: ios a r t í c u l o s "Estructura urbana
y distribución de la propiedad en la Ciudad de M é x i c o en 1813" y "La expan
sión de la Ciudad de M é x i c o : el caso de los fraccionamientos": !a c o o r d i n a c i ó n
del libro Continuidades y rupturas urbanas en los siglos xviii y xix. Un ensayo
comparativo entre .México y E s p a ñ a y ios libros en coautoria publicados en
J 0 0 6 y 2 0 0 9 : El quehacer ae censar. Cuatro historios\i Territorio y demorcación
en ios censos de población. Ciudad de México, 1753, 1790. 1S4SYI882.

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insayos urbanos
La Ciudad de M é x i c o en el siglo xix
UNIVERSIDAD AUTÓNOMA METROPOLITANA
UNIDAD XOCHIMILCO
ANTOLOGIAS

Ensayos urbanos
Dr. Enrique Fernández Fassnacht DISEÑO DE LA COLECCIÓN:
Rector General Esta.colección fue diseñada por alumnos
del Área Editorial, trimestres x, xi y xii de
Mtra. Iris Santacruz Fabila la carrera de Diseño de la Comunicación
Secretaria General Gráfica de la UAM-X. La Ciudad de México en el siglo XIX
Dr. Salvador Vega y León
María Dolores Morales Martínez
CORRECCIÓN
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Dra. Beatriz Araceli García Fernández Abitia y Catalina Duran.
Secretaria de la Unidad
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na ice
UNIVERSIDAD A U T Ó N O M A METROPOUTANA

Primera edición, 2011


Universidad A u t ó n o m a Metropoiitana Presentación
Prolongación Cana! de Miramontes 3855.
Col. Exhacienda San Juan de Dios,
Tlalpan, 14387, México, D.F.
Prólogo

ISBN 978-607-477-406 1 Estructura urbana y distribución de la propiedad


La UAM es una institución de educación púbica que hace critica en la Ciudad de M é x i c o en 1813.
e investigación científica, literaria, tecnológica o artística como
parte de sus funciones sustantivas y sin fines de lucro.
La distribución de la propiedad en la Ciudad
Con base en el artículo 148 de la Ley Federal de Derechos de Autor,
las imágenes reproducidas en este libro son utilizadas para fines de México, 1813-1848.
de investigación científica, sin alteración de la obra y citando la
fuente.
La desamortización y su influencia en la estructura
Se prohibe la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier de la propiedad. Ciudad de M é x i c o 1848-1864.
medio sin el consentimiento escrito de los titulares de los derechos.

AHCM. Reproducción autorizada por el Archivo Histórico de la Ciudad


Cambios en la traza de la estructura vial de la
de México, de las imágenes que aparecen en las páginas 130.138. 142 Ciudad de México, 1770-1855.
y 167.

AGN. Reproducción autorizada por ei Archivo General de la Nación, de La nacionalización de los conventos y los cambios
la imagen que aparece en la página 123. en los usos de suelo. Ciudad de M é x i c o 1861-1882.
D.R. Todos los derechos reservados conforme a la ley.
Impreso y hecho en México/Printed and made in México. La expansión de la Ciudad de M é x i c o en el siglo xix:
el caso de los fraccionamientos.

Francisco Somera y el primer fraccionamiento


de la Ciudad de México. 1840-1889.

Rafael M a r t í n e z de la Torre y la c r e a c i ó n de
fraccionamientos. El caso de la Colonia Guerrero.

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Presentación I
a colección Antologías es una serie que goza de juventud a la vez que refleja
la voz de la experiencia; es joven porque hace apenas dos años que salió su
- J primer número y experimentada porque a través de ella se reeditan textos que
salieron a la luz por primera vez hace cinco, diez o más de veinte años.
La existencia de esta colección responde a la visión que tenemos en la División de
Ciencias y Artes para el Diseño sobre las publicaciones: éstas son un medio imprescindible
para la vida académica, ya que contribuyen a mantener viva y nutren la discusión y análi-
sis del conocimiento. Los investigadores, docentes y estudiantes recurren tanto a los tex-
tos clásicos como a los contemporáneos para fundamentar teorías y reflexiones sobre sus
objetos de estudio, mismos que les permiten avanzar en la generación de nuevas ideas.
A lo largo del tiempo, hemos visto que la gran variedad de artículos especializados
difundidos en las revistas de dentro y fuera de la UAM quedan dispersos y se pierden en
el inmenso mundo editorial. Muchos de estos textos siguen siendo vigentes y varios de
ellos resultan imprescindibles para poder analizar la secuencia y evolución que han su-
frido con el paso del tiempo las teorías y diferentes posturas sobre áreas específicas de
conocimiento. Otros de estos artículos siguen consultándose por la comunidad docente
y estudiantil, pero son de difícil acceso por tratarse de una publicación agotada y por
lo tanto el único medio que tienen para reproducirse es el de la fotocopia.
Ante esta situación, y después de sondear las necesidades editoriales que apoyen
la discusión académica, se llegó a la conclusión de que sí es necesaria la reedición de
un buen número de artículos de investigación escritos por nuestros profesores. De tal
manera que nos propusimos abrir una colección de libros que reunieran los artículos
de investigación más sobresalientes y necesarios para la docencia dentro de nuestra
división, con el objetivo de recopilar los textos dispersos de autores representativos
de un tema, visualizar la diferencia de opinión de varios investigadores acerca de una
misma temática, rescatar textos importantes de publicaciones agotadas y analizar la
evolución y secuencia en la forma de pensamiento de un autor a lo largo del tiempo.
Con este tercer número de la colección, referente a la obra publicada por la
Maestra María Dolores Morales sobre la historia de la Ciudad de México, hacemos
entrega a la comunidad académica no sólo de la División de Ciencias y Artes para el
Diseño sino también de otras escuelas pares, de estos importantes textos que a lo lar-
go del tiempo han retroalimentado a los estudiosos del tema. Esperamos que con ello
obtengamos un panorama amplio sobre este fascinante contenido y ponga sobre la
mesa de discusión otros argumentos que den lugar a nuevas reflexiones académicas.

Catalina Duran Me Kinster


RESPONSABLE DEL PROGRAMA EDITORIAL CYAD-X
Prólogo I
a construcción del México moderno se llevó a cabo en gran parte durante
el siglo XIX, intenso y accidentado periodo en el que se pudieron superar
- i las prácticas propias de una vida cotidiana supeditada durante trescientos
años a la incontestable autoridad de un reino, dentro del cual la Iglesia desem-
peñó un papel preponderante en la determinación de comportamientos sociales
e individuales favorables a la sumisión de los subditos hacia Dios y hacia el
monarca. Si bien es cierto que la superación de esos hábitos nunca fue completa,
implicó para sus habitantes vencer los temores y la incertidumbre por abandonar
sus viejas costumbres y enfrentarlas a los ánimos de modernización inherentes a
su propia evolución como sociedad.
También durante ese siglo tuvieron lugar dos de las gestas más trascenden-
tales para la historia del pais. En primer lugar se libró la guerra de Independencia,
que cristalizó en la creación de la nación mexicana. Ese acontecimiento fue la
culminación de una serie de hechos que desde varias décadas atrás hacían evidente
la necesidad de los habitantes novohispanos de cambiar el orden imperante hacia
nuevas formas de vida y de organización de la sociedad. No obstante, una vez
lograda la independencia fue necesario para los mexicanos urdir, en medio de
enfrentamientos armados, inestabilidad política y fragilidad económica, un
proyecto de nación que les diera certidumbre y bienestar.
El otro gran acontecimiento fue la Reforma liberal expresada en una serie de
leyes, incluida la Constitución de 1857, que significaron el fin del antiguo régimen,
el cual no había sido posible superar con la independencia. Ese importante hecho
implicó la aparición del ciudadano y el fin de la sujeción a la Iglesia que se había
tenido en todos los órdenes, para dar paso a una vida secular y a unos poderes
públicos que se convirtieron en garantes de la vida y la propiedad privadas y fa-
cilitaron el desarrollo de una burguesía fundamentalmente urbana, enriquecida
mediante lucrativos negocios inmobiliarios realizados en la ciudad.
Esos acontecimientos aceleraron la modernización de la sociedad y de la ca-
pital del país. No obstante, formaron parte de un proceso complejo para sus po-
bladores que significó enfrentarse a un mundo desconocido el cual, pese a los
enormes atractivos que aparentaba ofrecer, implicaba dejar atrás los viejos valores,
incluyendo los religiosos, que habían sido el sustento de la sociedad en lo espiri-
tual y en la cotidianidad. La educación, el restablecimiento de la salud y gran parte
de la habitación habían sido proporcionados por la Iglesia, que casi súbitamente
se vio desplazada de sus incontables funciones, mermó su inmenso poder y perdió
la mayoría de sus propiedades, las cuales fue obligada a vender o fueron tomadas
ANTOLOGÍAS
María Dolores Morales

por el Estado. Ello abrió inesperadas posibilidades de cambio en las condi- nómica y fue poco favorable para la construcción habitacional, lo cual
ciones de vida de la población. seguramente se tradujo en la subdivisión de las casas existentes para
La ciudad fue el espacio donde con mayor intensidad se libró la lucha dar cabida al incremento de pobladores en la ciudad, quienes continua-
entre los valores establecidos y las expectativas de una vida distinta. Los ron solucionando su problema de habitación a través del arrendamiento,
trabajos de María Dolores Morales que conforman esta antología nos principalmente en inmuebles de propiedad eclesiástica. No obstante, el
ponen frente a esa amplia transformación social, económica y urbana y grupo de los grarvdes propietarios particulares había cambiado a favor de
nos permiten saber de los afanes modernizadores de la sociedad, de las los comerciantes prestamistas pues, al suprimirse los mayorazgos y los
acciones emprendidas para su logro y hasta de algunos individuos que títulos nobiliarios, la nobleza había vendido sus edificios.
se convirtieron en impulsores de la modernización que experimentó la El tercer capitulo, "La desamortización y su influencia en la estruc-
Ciudad de México durante el siglo Xix. tura de la propiedad. Ciudad de México, 1848-1864", finaliza el estudio
El primer texto, titulado "Estructura urbana y distribución de la pro- sobre la propiedad inmueble en la capital. En él se trata el asunto de la
piedad en la Ciudad de México en 1813", explica las características de desamortización de los bienes de las comunidades civiles y religiosas,
la propiedad inmobiliaria en la capital novohispana hacia finales de la hecho que propició una transformación muy significativa del espacio ur-
época colonial; entonces la Iglesia se erguía como la principal propietaria bano al adjudicarse estos inmuebles a los inquilinos o haber sido puestos
y concentraba 47% del valor total de los inmuebles, los particulares 44. a remate. Dicha operación transfirió el grueso de la propiedad a manos
56% y el gobierno poseía únicamente 7.76%. El grupo religioso estaba de los particulares, que se hicieron de cientos de casas. Una acción del
constituido por 102 propietarios, entre órdenes regulares y clero secular, Estado en contra de la Iglesia aún más contundente, tratada también
la mayor parte de cuyas casas estaban destinadas al arrendamiento. Los en este capítulo, es la nacionalización de los bienes eclesiásticos que
propietarios particulares, más de 2 000, poseían sobre todo casas mo- pasaron al dominio del Estado; junto con ella se suprimieron las órdenes
destas habitadas por ellos mismos; empero, entre ellos se encontraba la religiosas y fueron extinguidos los monasterios. La descomunal riqueza
nobleza, que además de sus numerosas casas era propietaria de las que de la Iglesia que en 1848 equivalía a casi 40% del valor de los inmuebles
tenían más alto valor en la ciudad. Los datos proporcionados por María urbanos, al final del periodo se redujo a menos de 0.2% con la pérdida de
Dolores Morales, además de hacer evidente la desigualdad social reinante 1 694 fincas, mientras que los particulares aumentaron su participación
en la capital, nos acercan a la terminología utilizada en la arquitectura hasta 99% del total del valor inmobiliario. De esa manera se constituyó
doméstica para ubicar los distintos tipos de casas, su jerarquización den- el imperio de la propiedad privada y surgió un nuevo monopolio en las
tro de la estructura urbana, así como las condiciones físicas y geográficas manos de una naciente burguesía que se consolidó como un nuevo grupo
de la capital. de poder, constituido por empresarios, comerciantes prestamistas y algu-
Esta información está relacionada con la del segundo capítulo, deno- nos funcionarios públicos.
minado "La distribución de la propiedad en la Ciudad de México, 1813- El cuarto capitulo, titulado "Cambios en la traza de la estructura vial
1840", en el que se muestran los esfuerzos realizados para afectar la de la Ciudad de México, 1770-1855", es trascendental para comprender
propiedad corporativa de la Iglesia -que, pese a haber sufrido algunas el proceso físico de modernización experimentado por la urbe durante
mermas, seguía poseyendo el mayor valor de la propiedad inmobiliaria-, los últimos años coloniales y a lo largo de la época republicana. En las
minar su base económica y fortalecer al Estado secular. Asimismo, nos postrimerías del periodo virreinal, la ciudad comenzó a ser comprendida
permite conocer la resistencia que ésta opuso y los medios a que recurrió y utilizada como una totalidad y no fragmentariamente como había su-
para impedirlo, entre ellos la promoción de rebeliones militares. La época cedido en épocas anteriores; de igual manera la calle se constituyó en el
se caracterizó por su inestabilidad política y relativa inmovilidad eco- elemento toral de la transformación urbana, tanto por los afanes de las
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M.iil.i ll.il.iM-. M.ir;il.", í Historia

i
autoridades para despejarla de obstáculos y destinarla a la circulación, que habían pertenecido al clero. De esa manera se pudo dar el soporte
como por el interés que hubo para alinear la traza de los barrios indíge- material requerido por la modernización urbana y se crearon nuevos espa-
nas con la retícula de la ciudad española, lo cual quedó plasmado en un cios de uso laico, con lo cual quedó cerrado un capitulo de la historia de la
plano realizado por el arquitecto Ignacio Castera en 1794, a partir del capital en el que la Iglesia tuvo un papel preponderante.
cual se realizaban las obras. Por la misma época fueron construidos a las La secularización abrió otra época en la historia de la ciudad. De ello
orillas de la ciudad los paseos de Bucareli, Azanza y Revillagigedo, que trata el capítulo "La expansión de la Ciudad de México en el siglo xix: el
eran calles destinadas al solaz de los habitantes y a estimular la cons- caso de los fraccionamientos", donde se muestra el vigoroso proceso de
trucción de casas de campo. expansión urbana experimentado durante las últimas décadas de la cen
Durante las primeras décadas de la vida independiente continuaron furia como resultado de la fundación de fraccionamientos y la invasión de
realizándose proyectos de transformación urbana, como los elaborados municipios aledaños, ranchos y barrios indígenas, con lo que se duplicó
por Tadeo Ortiz, para la edificación de una ciudad idealizada. Asimis- la extensión de la metrópoli. En esos años también se rompió con la orien-
mo, se promulgaron diversos bandos para el ordenamiento y el embe- tación de la traza colonial y el crecimiento urbano estuvo determinado por
llecimiento de las calles y se llevó a cabo la apertura de varias otras criterios especulativos y de beneficio privado.
de acuerdo al proyecto de Castera. También se trazaron al suroeste las En este proceso María Dolores Morales reconoce tres etapas, que tu-
primeras colonias que abrieron paso a una incipiente modernización, a vieron efecto entre los años 1858-1883, 1884-1899 y 1900-1910. En la
lo cual contribuyó la construcción de los nuevos equipamientos e infra- primera se reestructuraron las áreas desordenadas de la ciudad, se crearon
estructuras urbanas y la desaparición de lugares y edificios de la época diversos equipamientos urbanos como estaciones de ferrocarril, talleres,
precedente. el hipódromo y aparecieron las primeras colonias al oeste y noroeste de
Los afanes modernizadores existentes en la capital del país finalmente • la ciudad: Barroso, Santa María, Guerrero y De los Arquitectos. En la se-
pudieron llevarse a cabo en la época republicana debido a la promulgación gunda etapa, la ciudad creció en diversas direcciones y ocupó parte del
de las Leyes de Reforma, entre las que destacó la de Nacionalización de los municipio de Guadalupe Hidalgo. Asimismo, prosiguió la construcción
Bienes del Clero Secular y Regular, cuyos efectos son el tema del capítulo • del equipamiento urbano. En la tercera se expandió hacia el suroeste debi-
"La nacionalización de conventos y los cambios en los usos del suelo en la do a la fundación de colonias destinadas a la clase alta; se dio una distinta
Ciudad de México, 1861-1882", el cual permite conocer los acontecimientos 1 orientación a las nuevas calles para seguir el eje diagonal del Paseo de
que condujeron a la supresión y exclaustración de las órdenes religiosas, asi I la Reforma y el Ayuntamiento tomó mayor control del crecimiento de la
como los diversos usos que se dieron a los conventos desocupados. Algunos urbe e hizo obligatoria la introducción del agua potable y del saneamiento
se fragmentaron para ser utilizados como vivienda, otros fueron vendidos al fraccionar las colonias, así como la cesión de predios para dotarlas de
o cedidos a personas e instituciones para establecer servicios y comer- parques, mercados y escuelas.
cios y algunos más, que fueron parcialmente demolidos, permitieron abrir Los dos últimos capítulos: 'Francisco Somera y el primer fracciona-
nuevas calles y recuperar algunas que habían sido invadidas por los reli- miento de la Ciudad de México, 1840-1889" y "Rafael Martínez de La
giosos. El derribo de los conventos perseguía asimismo hacer irreversible el i Torre y la creación de fraccionamientos. El caso de la colonia Guerrero"
proceso de secularización de la metrópoli y de la vida cotidiana: se supri- están destinados al estudio de dos de los más importantes fraccionadores
mió la sepultura en las iglesias, se cancelaron las concesiones gratuitas de de la época, cuyos negocios inmobiliarios determinaron en gran parte las
agua a los conventos, se edificaron nuevas casas, se establecieron nuevos características que adquirió la ciudad.
equipamientos y servicios urbanos y algunas de las colonias fundadas por En el primer caso se estudia la Colonia de los Arquitectos, creada en
entonces ocuparon parte de los conventos o de los terrenos suburbanos 1859 por Francisco Somera, quien aprovechando su privilegiada posición
ANTOLOGÍAS ANTOLOGÍAS
16
María Dolores Morales Historia

como funcionario del Ayuntamiento adquirió tierras ejidales para fundarla Estos textos, originalmente publicados en diversos libros y revistas, rá-
y la cual se formó en dos etapas. La primera (1859-1879) correspondió a pidamente se convirtieron en materiales imprescindibles para que los estu-
su establecimiento como una colonia campestre que se pretendía fuera diosos realizaran otras investigaciones sobre la ciudad y sus procesos, como
poblada por los arquitectos y los estudiantes de la Academia de San la desamortización, la secularización, la concentración de la propiedad, la
Carlos, quienes edificarían en ella casas de campo. No obstante, su ocu- habitación y la arquitectura, entre otros. Sin embargo, varios de esos artí-
pación fue muy lenta debido a la inestabilidad política y económica de culos o capítulos resultaban muy difíciles de conseguir y aun de consul-
aquellos años. La segunda etapa (1880-1889) correspondió a un periodo tar, debido a su dispersión. Es por ello, y gracias a la colaboración de la
de mayor certidumbre y al momento en que el Paseo de la Reforma, con autora, que la División de Ciencias y Artes para el Diseño de la Universidad
el cual colindaba la colonia, fue embellecido. Asimismo se comenzaron Autónoma Metropolitana-Xochimilco se dio a la tarea de reunirlos en un
a aplicar algunas normas urbanísticas para su lucimiento, como el trazo solo volumen, en el cual se han reproducido los planos e ilustraciones en
en pancoupé de algunas esquinas, la orientación de sus calles paralelas un tamaño conveniente para ser apreciados.
al Paseo de la Reforma y el dejar al frente de las mansiones construidas Con la publicación de esta obra capital sobre la historia de la Ciu-
sobre éste un jardín de por lo menos ocho metros de anchura. dad de México, la Universidad Autónoma Metropolitana hace también un
En el segundo articulo sobre los fraccionadores se estudia a Rafael merecido reconocimiento a la maestra María Dolores Morales Martínez
Martínez de la Torre, abogado de formación, cuya diversidad de activida- como una de las más importantes investigadoras entre aquellos que con
des comprendió la fundación de diversas colonias agrícolas y urbanas, en- sus trabajos nos han permitido conocer la historia de nuestra metrópoli.
tre las cuales sobresalió la Colonia Guerrero en la Ciudad de México que,
a iniciativa del entonces presidente de la república, Sebastián Lerdo de Enrique Ayala Alonso
Tejada, se pretendió destinar para obreros y artesanos con el fin de aliviar
la falta de habitaciones humildes. Lo cual en parte se cumplió al haber
sido habitada por numerosos trabajadores, aunque éstos en su mayoría
no fueron propietarios como tendría que haber sido, sino inquilinos de las
innumerables vecindades construidas por los especuladores que adquirie-
ron esas tierras.
Los artículos de María Dolores Morales que integran este volumen
comprenden uno de los periodos más intensos y pletóricos de aconteci-
mientos en la historia urbana de la Ciudad de México; hoy podemos cono-
cerlo gracias a sus investigaciones, pues durante muchos años esa etapa
fue prácticamente ignorada por los estudiosos, al grado de aparentar que
poco había sucedido en dicha centuria que valiera la pena recordar. No
obstante, gracias al trabajo riguroso de la investigadora, publicado a lo
largo de veinticuatro años, es posible conocer los diversos momentos en
que la ciudad no sólo rompió con su inmovilidad de tres siglos y se hizo
moderna, sino que fue el escenario privilegiado de múltiples acontecimien-
tos políticos, sociales y culturales que dieron lugar al México actual y a las
instituciones contemporáneas.

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