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Existen dos usos del vocablo intervención, en derecho civil y en el lenguaje corriente.
En derecho civil, es el pacto por el que un tercero, que originariamente no era parte de un
litigio judicial, se presenta en el mismo para tomar parte y hacer valer sus derechos o sostener los
de una parte principal. El derecho civil asigna a dicha acción, hacer suya la causa de una de las
partes en presencia o defender intereses propios, no pueden dejar de iluminar críticamente la
función que el psicosociólogo puede ser llamado a cumplir, más o menos conscientemente, en una
organización.
El encargo
Hay encargo cuando uno o varios miembros de una organización, en virtud de su posición
jerárquica y/o nombre del grupo que son portavoces, se dirigen a un o unos psicosociólogos
supuestamente competentes para responder a ciertas necesidades o para resolver ciertas
dificultades.
Tanto si el encargo es claro como si es vago, el psicosociólogo intentará ir más allá, para
caprat de quién y de qué situación emana realmente el encargo: cómo ha llegado hasta él, por qué
un encargo de tal tipo, quién quedaría afectado por la realización eventual del encargo.
Es evidente que un trabajo así cuestiona demasiados intereses y que en general el cliente
es ambivalente respecto de la intervención y del psicosociólogo:su deseo de cambio va
acompañado simultáneamente de resistencias.
La exploración preliminar
Este análisis inicial de las peticiones y de las implicaciones, que debe hacerse con los
mismos actores, permitirá elaborar no un diagnóstico, que sería prematuro y sobre todo inhibidor
de las acciones futuras, sino, más modestamente, unas hipótesis de diagnóstico remitidas en
feedback a los actores afectados.
Durante esta fase, el psicosociólogo tendrá que preguntarse sobre sus deseos y sus
motivaciones en relación con la perspectiva de proseguir la intervención, en relación con la
organización, considerada en su conjunto o en tal o cual de sus actores.
La negociación
A partir del encargo, habrá habido negociación entre el psicosociólogo y los que lo
formularon, aunque sólo fuera para determinar las condiciones de acción durante las fases
anteriores.
El o los interventores y los actores de la organización, durante las fases anteriores, se han
dado mutuamente muestras de sus comportamientos y de sus valores: por tanto, pueden empezar
a negociar, con conocimientos de causa, los marcos generales de la intervención:
No se trata de elaborar una lista exhaustiva de las acciones que constituyen la intervención
psicosociológica. Nos contentaremos con formular dos observaciones esenciales:
La sucesión de las acciones tiene que respetar el tiempo vivido de los actores afectados
La estrategia de conjunto de dichas acciones debe procurar desarrollar las capacidades de
la organización para resolver por sí misma sus dificultades y, por lo tanto, hacerla
progresivamente autónoma respecto del psicosociólogo.
El psicosociólogo se halla ante dos exigencias contradictorias: por un lado, cierta continuidad
que permita la profundización del trabajo y, por otro lado, mantener una flexibilidad muy grande
de la situación, para conservar una movilidad en la organización y una proximidad a los
acontecimientos que tienen lugar en la misma.
Que las diversas partes y los diferentes elementos están en situación de interdependencia
y que por ellos toda modificación de una parte o de un elemento implica la modificación
del conjunto
Que la organización vive en interacción con segmentos adecuados del entorno.
Que la interdependencia interna y externa se inscribe en una duración.
La formación y los deseos del psicosociólogo, así como las expectativas de los clientes
respecto del mismo, pueden llevarlo a polarizar su atención en las relaciones interpersonales e
intragrupales, concebidas como fenómenos interpsíquicos, relacionados sobre todo con la
afectividad.
El análisis estratégico está orientado hacia el actor: intenta descubrir, más allá de las
irracionalidades aparentes, la significación de sus comportamientos relacionándolos con las
exigencias del sistema. El análisis sistémico rechaza el esquema de casualidad lineal, causas-
efectos, para interesarse por los efectos-causas considerados como interdependientes en el
interior de un sistema cuyas propiedades permiten comprender y prever los resultados que
querrían explicar.
Parece normal, desde un punto de vista casi deontológico, restituir, aunque sólo
sea de modo resumido, los resultados de una encuesta o la síntesis de informaciones recogidas, no
sólo a los actores entrevistados, sino también a todas las partes del sistema afectadas, de cerca o
de lejos, por la intervención.
Ayudan a los grupos a celebrar reuniones y a progresar hacia sus objetivos es una
actividad básica del psicosociólogo, el cual sin embargo, a menudo se ha quedado en el nivel de la
consulta puntual. Recordaremos que un grupo, para funcionar, tiene que hallar un equilibrio
satisfactorio entre dos funciones: la función de producción, orientada directamente al logro de los
objetivos del grupo, y la función de mantenimiento, centrada en el desarrollo de las interacciones
entre los miembros del grupo, sin las cuales la función de producción no puede llevarse a cabo.
Muchos análisis del proceso de consultoría sostienen que, a menos que el gerente que es
cliente sepa con exactitud que espera del consultor, es muy probable que quede bastante
decepcionado. En realidad, sin embargo, el gerente a menudo no sabe qué espera y, de hecho, no
se debería esperar que lo supiera. Con frecuencia, los gerentes perciben que las cosas no marchan
bien o que podrían estar mejor, pero no cuentan con las herramientas necesarias para traducir sus
sentimientos vagos a medidas concretas de acción.
En esos casos existe la suposición de que el gerente sabe qué tipo de información o
servicio busca. La probabilidad de que este modelo funcione dependerá entonces de:
La importancia del diagnóstico conjunto deriva del hecho de que el consultor pocas
veces puede aprender lo suficiente acerca de una organización determinada para conocer
realmente cuál sería un mejor curso de acción, o siquiera qué información sería de mayor
utilidad para ellos.
El modelo médico-paciente
Uno o más gerentes de la organización deciden llevar a un consultor para que “los
revise” y descubra si hay algún área organizacional que no esté funcionando
adecuadamente. El consultor llega a la organización para descubrir qué anda mal y en qué
parte para después, como el médico, recomendar un programa de terapia o recetar una
medida curativa.
Que el cliente inicial haya identificado con precisión qué persona, grupo o
departamento está, en efecto, “enfermo”
Que el “paciente” releve la información precisa
Que el “paciente” acepte y crea en el diagnóstico al que llegue el “doctor”
Que el “paciente” acepte la receta, es decir, que haga lo que el “médico”
recomiende
El consultor de procesos pretender dar al cliente una idea sobre lo que está
sucediendo a su alrededor, en su interior, y entre él y otras personas. Es necesario ayudar
al cliente a que permanezca “pro-activa”, en el sentido de retener tanto la iniciativa
diagnóstica como la curativa. Los hechos que deben ser observados y de los cuales se
aprenderá son las acciones humanas que tienen lugar durante el curso normal del trabajo.
En la mayoría de los casos de este tipo no me entero, desde el primer contacto, de cuál es
el verdadero problema, por lo que sólo acepto comentarlo más a fondo durante la reunión
exploratoria. Uno de los criterios más importantes para predecir la posibilidad de lograr una
relación de consultoría provechosa es la relación inicial establecida entre el cliente de contacto y
yo; entonces evalúo el grado de franqueza, el espíritu de indagación y la autenticidad de la
comunicación de dicho cliente.
Si la persona parece muy segura de saber qué es lo que anda mal, si me asigna el papel de
experto en algo en lo que no lo soy o si es evidente que tiene una idea equivocada sobre lo que un
consultor proveniente de una marco de psicología organizacional puede ofrecer, me cuido de no
sugerir siquiera una reunión posterior. Si no surge ninguno de estos obstáculos, la reunión
exploratoria se convierte en el primer paso, el más importante, hacia el establecimiento de una
relación.
La reunión exploratoria
El contrato psicológico
El contrato tiene dos aspectos: la decisión formal sobre cuánto tiempo se dedicará
a la consultoría y el “contrato psicológico” informal que incluye las expectativas implícitas
del cliente con respecto a lo que obtendrán en la relación.
Resumen
El consultor no puede evitar ni rehuir la responsabilidad del tipo de método que emplee
para la recopilación de información. Si dicho método no concuerda con sus valores generales o no
cumple con las normas de una intervención aceptable, no deberá utilizarlo. La premisa correcta es
que todos los actos del consultor de procesos constituyen una intervención. Solicitar ayuda
modifica la percepción y la actitud de algunos miembros de la organización. El consultor no puede
ignorar estos cambios; debe preverlos y aprender a dirigirlos hacia los objetivos finales definidos.
El consultor debe pensar a fondo todo lo que hace, en función del impacto que esto pueda tener
sobre la organización.
Observación directa
Entrevistas individuales o en grupo
Cuestionarios o algún otro formato que deba completarse
El estilo de intervención
Resumen
Confianza – Schlemenson
Definiciones
Confiar significa esperar con firmeza y seguridad, encargar o poner al cuidado de uno algún
negocio u otra cosa. Confidente es alguien fiel, seguro de confianza, o persona a quien otra fía sus
secretos o le encarga la ejecución de cosas reservadas.
Peter Blau define la confianza como una forma que en las relaciones sociales usan sus
actores para poder enfrentar la incertidumbre y la vulnerabilidad existentes en todas sus
relaciones. Fred Hirsch, define el término como un bien público y necesario para el éxito en
muchas transacciones económicas. Sissella Bok habla de la confianza como un bien social.
Nada puede erosionar más rápido la efectividad organizacional que una relación ausente
de confianza. Sin confianza, las incomprensiones cotidianas se toman como traiciones, directivas
simples se transforman en expresiones estridentes y el plan mejor concebido fracasa.
Las siete dimensiones son siempre relevantes, incluso en los casos en que algunas no
parezcan referir a cuestiones críticas. Ninguna debe ser dejada de lado en el análisis. Cada
dimensión constituye un eje temático, que involucra un conjunto de variables definitorias de un
aspecto particular o unidad de sentido de la realidad organizacional. Las dimensiones permiten
crear un cuadro orientador donde sistematizar la información obtenida en un diagnóstico inicial.
Desde el punto de vista metodológico, la indicación es siempre analizar cada dimensión en relación
con el contexto.
El proyecto
Toda organización supone un proyecto, la idea de algo que puede crearse mediante un
plan explícito para satisfacer las necesidades de:
Para que un proyecto sea bueno, debe ser coherente, realista, realizable, promotor de
efectividad. El proyecto refiere a una dimensión prospectiva, temporal. Señala un rumbo. El
proyecto se dirige hacia afuera: el contexto, el mercado y el futuro. Se basa en una dimensión
intencional de la conducta. En un contexto turbulento como el actual, las organizaciones necesitan
incrementar su capacidad de dar respuesta a través de una modalidad proactiva, tendiente al
desarrollo de proyectos y la búsqueda de nuevos posicionamientos. El proyecto puede representar
una propuesta formal y oficialmente aprobada, o implícitamente aceptada.
Muchas veces se hace referencia al proyecto con denominaciones distintas, como por
ejemplo plan de negocios o de estrategia. En cualquier caso, nos hablan de un plan central, del
cual se deducen los propósitos, metas y objetivos de las funciones contempladas en la estructura.
En resumen, los proyectos nacen de intuiciones. De manera progresiva, se van transformando en
ideas conscientes hasta llegar al estadio de un plan de acción. El pasaje a la acción permite testear
en la realidad las intuiciones y los proyectos imaginados. El plan debe operacionalizarse en
objetivos, metas y programas que puedan delegarse en los diversos estratos organizacionales a
través del sistema gerencial.
Como señala Henry Mintzberg, toda estrategia supone una visión que explicita el
posicionamiento que se pretende lograr o afirmar en el futuro; y un plan de acción para su
consecución. Trabajar de manera estratégica y planear conllevan una evaluación del contexto y el
mercado en que la organización se desenvuelve y a los que debe adaptarse para posicionarse de
manera efectiva.
Todas las organizaciones tienen su razón de ser en el público que atienden. En contextos de
competencia, solo una profunda orientación hacia la satisfacción de las demandas del cliente
puede garantizarles permanencia y desarrollo. Esto explica por qué los empresarios exitosos se
distinguen por la capacidad de realizar una lectura siempre actualizada de la demanda.
Este tipo de empresas, por lo general, carecen de planes globales explícitos y formalizados,
tanto como de áreas funcionales definidas y con asignaciones particulares y concretas. Entonces, el
plan ausente es suplido por el proyecto del dueño o socio principal, que puede resultar insuficiente
toda vez que no sea producto de un análisis sistemático ni esté sometido a una revisión y crítica
metódica.
La estructura
La estructura ejecutivo-jerárquica.
Las personas
Los procedimientos de Recursos Humanos permiten trabajar con las personas en forma
sistemática y homogénea para toda la organización. Entre los más importantes se encuentran:
El sistema de retribución
Busca reconocer el aporte individual a través del pago recibido por el trabajo realizado,
componente esencial de la motivación individual.
Todos los sistemas deben promover el equilibrio entre tres variables: nivel de rol, nivel de
capacidad del empleado o funcionario y nivel de la retribución percibida que, en conjunto,
establecen las condiciones de equilibrio psicoeconómico. En las organizaciones complejas, el área
de Recursos Humanos diseña y lidera los sistemas básicos para cumplir con los propósitos
enunciados. En las PyME, el área como tal es incipiente o no está recortada como instancia
gerencial o de jefatura.
La existencia de un proyecto y una estructura que señalan la orientación y los límites de los
roles del sistema, da marco y forma a un proceso dinámico donde las personas, relacionadas por
una finalidad común, están involucradas con sus vivencias, motivaciones, necesidades y deseos,
con su individualidad y su modo de vincularse. La identidad y la singularidad de cada integrante de
la organización buscan autoafirmarse y autorrealizarse.
Desde el punto de vista de las personas que la integran, toda organización supone un juego
de atracciones y complementariedades que se combinan con tensiones, diferencias
interpersonales y conflictos.
Los vínculos intersubjetivos se ordenan en el sistema alrededor de dos ejes, uno vertical y
otro horizontal:
Eje vertical. Hace a la asimetría de las relaciones interpersonales en relación con el líder o
la figura de autoridad.
Claro está que los vínculos entre pares no siempre son armónicos. En ocasiones, están
signados por la rivalidad y la competencia. Estas situaciones de tensión y conflicto suelen
amenazar la integridad del sistema, en particular, cuando se producen entre socios. En el caso de
las empresas familiares, muchos conflictos provienen de la superposición de dicho ámbito o campo
relacional. Se trata de una subjetividad que emerge en la empresa dificultando el funcionamiento
del sistema ejecutivo.
Los estilos de personalidad y los rasgos de carácter son parte de la individualidad que debe
ser respetada. Pero en situaciones de conflicto disruptivo, el tratamiento de la dimensión vincular
intersubjetiva debe considerar una premisa clara: la modificación de aspectos de la personalidad
no constituye un tema que pueda ser resuelto por la organización. Por lo tanto, no constituye un
objetivo del análisis organizacional.
Una organización bien diseñada favorece la confianza entre sus miembros, un sentimiento
fundante y constructivo de la personalidad que se expresa en las relaciones interpersonales. La
confianza consolida vínculos.
El poder
El cumplimiento de las metas exige a quienes dirigen la organización interactuar con una
variedad de grupos significativos de poder, internos y externos, organizados como tales o no. Esto
grupos están integrados por individuos que, o bien ocupan roles dentro de la estructura jerárquica
formando parte del sistema interno (dueños, accionistas, gerentes, operarios), o bien mantienen
una relación relevante con el quehacer de la organización (proveedores, clientes, públicos).
Los dueños
Los clientes
Los empleados
La autoridad de los dueños y del sistema ejecutivo necesita ser refrendada tácticamente
por los que deben acatarla para que las decisiones ejerzan influencia. El poder se convierte en
autoridad legítima cuando puede ser mediatizado, expresado y canalizado para el bien común. El
poder de los grupos se hace manifiesto cuando se produce un desequilibrio de intereses.
El reconocimiento del poder como una dimensión en las relaciones entre grupos o actores
sociales implica crear un ámbito para la negociación que permite articular intereses particulares y
conjuntos a fin de crear una franja de responsabilidades compartidas. La continuidad de la
organización requiere siempre un esfuerzo concentrado entre pares, que deben aceptar la
parcialidad de su poder en aras de resguardar los intereses comunes.
La conducción y el liderazgo
Cuando todas las dimensiones están alineadas detrás de una estrategia común, la
estructura ha sido definida y las personas ocupan los roles adecuados, corresponde encarar las
tareas de conducción y liderazgo. El liderazgo ejecutivo se define como el ejercicio legítimo de la
autoridad que tiene el ocupante de una posición para conducir a un grupo de individuos en pos del
cumplimiento de metras organizacionales. La autoridad recorta al gerete como figura de sus
colaboradores, así como también ante los clientes y otros grupos significativos de poder con que
inteactúa.
Para el ejercicio del liderazgo, es necesario contar con un diseño global o integral de los
niveles organizacionales acordde en cantidad y ubicación con el grado de complejidad y del
tamaño de la empresa.
Las prácticas gerenciales deben orientarse hacia una forma participativa de trabajar en
equipo, de destaque y reconozca el esfuerzo humano, promueva el desarrollo de la gente, aliente y
reconozca el esfuerzo humano, promueva el desarrollo de la gente, aliente la asunción de
compromisos mayores, despliegue de las potencialidades y la adopción de una visión más amplia
del contexto en que las tareas se realizan.
El contexto
Encuadre general
Así, la observación del objeto constituye el paso inicial del método: el referente empírico
que señala el camino. Los esfuerzos por hallar instrumentos de evaluación y medición, adecuados
a la naturaleza del objeto estudiado, son plausibles.
La observación y el estudio de cada caso son claves. Los datos en los que se sustenta el
análisis no son de acceso directo. Comprometen aspectos no manifiestos de la conducta, que
involucran riesgos y compromisos para las partes que participan del proceso.
Como parte de los requisitos que hacen a la intervención y rubricando condiciones que
hacen a la transparencia generadora de confianza, el proceso y las entrevistas deben encuadrarse
en un contrato que defina de forma explícita, clara y consensuada:
Entre las condiciones que dan confiabilidad a una observación, se incluye, por una parte,
comprender y determinar de manera clara el tamaño de la unidad objeto de la observación; y, por
otra, definir el horizonte temporal y el marco de la observación, incluyendo los aspectos de
contexto más amplio que lo otorgan sentido.
Enfoque histórico-genético.
Es aquel análisis del pasado que se vale de la anamnesis, inspirada en el modelo médico.
Incluye la descripción de ciertos síntomas y el rastreo de cómo fueron surgiendo o
evolucionando históricamente.
Enfoque situacional.
Independencia y autonomía
Está dada por el hecho de que el rol no forma parte del sistema de autoridad de la
organización, y en tal medida, es independiente. Esta condición es necesaria para resolver
problemas de naturaleza política.
Colaboración
La colaboración entre las partes es una condición necesaria para que las personas brinden
información fidedigna, punto de partida de cualquier intervención.
Propósito analítico
Neutralidad
A las condiciones descriptas, debe agregarse el carácter neutral del rol con respecto a las
pujas eventuales de poder que se juegan internamente en toda organización: intereses,
amenazas, presiones, condicionamientos, influencias específicas. El analista debe
mantenerse neutral con respecto a estos intereses, rescatándolos como datos de una
realidad multifacética de partes en conflicto.
La confianza
La consulta inicial constituye siempre un emergente de la situación global, aun cuando sea
solicitada y llevada adelante por alguien o un grupo en particular. Por eso, debe interpretarse
en función del marco organizacional completo, aun cuando no se pueda tomar contacto desde
el comienzo con la totalidad de los integrantes por razones técnicas, prácticas o ligadas con la
problemática existente.
A fin de poder ofrecer al cliente una nueva perspectiva u orientación respecto del
problema planteado en las consultas iniciales, se debe distinguir entre lo que se expresa como
un “quiero”, como un deseo, y lo que realmente se necesita, de acuerdo con una visión amplia
de la totalidad del sistema.
Definir el problema
Recopilar información
Elaborar información recogida
Extraer conclusiones, para los entrevistado y para otros niveles o sectores de la
organización
Las conclusiones de vuelcan en informes que funcionan como base de un proceso ulterior,
allí se detallan los puntos de vista iniciales, el análisis realizado y las conclusiones extraídas. Las
entrevistas individuales apuntan al análisis de los roles que conforman la estructura y la
recopilación de datos para definir y tratar problemas organizacionales o para diseñar el
organigrama. Las entrevistas grupales, por su parte, ofrecen un ámbito para compartir y reflexionar
sobre los problemas que van surgiendo durante el proceso de cambio, al tiempo que proveen un
continente para la elaboración de ansiedades y conflictos.
Sin desconocer los méritos de la técnica de la reunión grupal en los desarrollos iniciales del
proyecto, se fue dejando de lado la táctica de dividir a los empleados en grupos artificialmente
constituidos y se limitó a trabajar con grupos solo cuando se presentaban ya estructurado como
tales: comités, departamentos, etc.
Una vez que todas la entrevistas planificadas han sido realizadas con la intensidad y el
tiempo apropiados, se procede a la compilación de los principales hallazgos, producto que va
adoptando la forma de documento de trabajo para ser sometido a la consideración de los
participantes.
Los informes hablan de las falencias, de los puntos de vista relevados y de los resultados
del análisis sobre cómo debería ser la organización para que se aproxime al modelo expresado
como deseado. Para brindar claridad sobre los objetivos de cambio, los informes puntualizan una
variedad de conceptos organizaciones y, eventualmente, procedimientos y políticas que pueden
instaurarse.