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Adan
Haydeermar
LOS TRASTORNOS ESQUIZOAFECTIVOS: son trastornos episódicos en los cuales tanto los
síntomas afectivos como los esquizofrénicos son destacados y se presentan durante el
mismo episodio de la enfermedad. Preferiblemente de forma simultanea o al menos con
pocos días de diferencia entre unos y otros. Los enfermos que sufren episodios
esquizoafectivos recurrentes en particular aquellos cuyos síntomas son de tipo maniaco
más que de tipo depresivo generalmente se recuperan completamente y solo rara vez
desarrollan un estado defectual. El diagnostico de trastornos esquizoafectivos debería
hacerse solo cuando las manifestaciones de ambos tipos de síntomas esquizofrénicos y
afectivos son claras y destacadas y se presentan simultáneamente o con un plazo de pocos
días entre unos y otros dentro del mismo episodio de la enfermedad y cuando como
consecuencia de lo anterior el episodio de enfermedad no satisface las pautas ni de
esquizofrenia, ni de episodio depresivo o maniaco. En el tratamiento de la esquizofrenia y
trastornos delirantes persistentes se emplearan los recursos biológicos, psicológicos y
sociales. En los recursos biológicos se podrá orientar durante las crisis agudas el uso de la
cloropromacina, haloperidol y trifluoperazina. Además de otros neurolépticos de segunda
generación que actúan a nivel de la serotonina y otros neurotransmisores como la
risperidona, se recomienda el uso de los neurolépticos de depósito o de efectos
prolongado como tratamiento de mantenimiento. En los recursos psicológicos es
importante el seguimiento del tratamien o y la actitud de reserva ante el delirio por parte
del paciente para evitar su expresión publica.
Los recursos sociales se basan en la orientación a la familia y las orientaciones laborales
como forma reabilitatoria.
Abiel
Maria
LOS EPISODIOS DEPRESIVOS: se caracterizan porque el enfermo que las padece sufre un
humor depresivo. Una perdida de la capacidad de interesarse y disfrutar de las cosas.
Una disminución de su vitalidad que lleva a una reducción de su nivel de actividad y a un
cansancio exagerado que aparece incluso tras un esfuerzo mínimo. También son
manifestaciones de los episodios depresivos la disminución de la atención y
concentración, la perdida de la confianza en si mismo y sentimientos de inferioridad. Las
ideas de culpa y de ser inútil una perspectiva sombría del futuro. Los pensamientos y actos
suicidas o de autoagresiones. Los trastornos del sueño y la pérdida del apetito. En los
episodios depresivos el estado de ánimo depresivo varía escasamente de un día para otro
y no suele responder a cambios ambientales. La presentación clínica puede ser distinta en
cada episodio y en cada individuo. Las formas atípicas son particularmente frecuentes en
adolescentes. La alteración del estado de ánimo puede estar enmascarada por otros
síntomas tales como: irritabilidad, consumo excesivo de alcohol, comportamiento
histriónico, exacerbación de fobias o síntomas obsesivos preexistentes o por
preocupaciones hipocondríacas. Para el diagnostico del episodio depresivo de cualquiera
de los tres niveles leve, moderado o grave. Habitualmente se requiere una duración de al
menos dos semanas. Los episodios depresivos graves pueden manifestarse con o sin
síntomas psicóticos. Los enfermos con episodios depresivos leves son frecuentes en la
práctica del MIC. La diferenciación entre los grados leves, moderados y graves de los
episodios depresivos se basa en una complicada valoración clínica que incluye, el número,
el tipo y la gravedad de los síntomas presentes. El nivel de la actividad de la actividad
social y laboral cotidiana suele ser una guía general muy útil de la gravedad del episodio.
Aunque los factores personales, sociales y culturales que influyen en la relación entre la
gravedad de los síntomas y la actividad social son lo suficientemente frecuentes e
intensas.
Yersulis