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CORTE SUPREMA DE JUSTICIA

SALA DE CASACIÓN LABORAL

PONENTES :EDUARDOLÓPEZ VILLEGAS


LUISJAVIEROSORIO LÓPEZ

Referencia: Expediente No. 25677


Recurso de Anulación

Acta No. 9

Bogotá D.C., primero (1º) de febrero de dos mil cinco (2005).

Resuelve la Corte el recurso de anulación interpuesto por el apoderado


de la empresa AVINCO S.A. contra el Laudo Arbitral proferido el 18 de
noviembre de 2004 por el Tribunal de Arbitramento Obligatorio convocado para
dirimir el conflicto colectivo de trabajo suscitado entre la empresa recurrente y
el SINDICATO NACIONAL DE TRABAJADORES DE AVINCO.
I-. ANTECEDENTES

Ordenada la constitución de un tribunal de arbitramento obligatorio con


el propósito de estudiar y decidir el conflicto colectivo de trabajo suscitado entre
las partes antes mencionadas, fueron nombrados árbitros los señores CARLOS
EDUARDO ORTÍZ VELÁSQUEZ (designado por la empresa), JESÚS
ALFONSO RUIZ (elegido por el sindicato) y ORLANDO MORA PATIÑO (tercer
árbitro, nombrado de común acuerdo por las partes). Una vez posesionados de
sus cargos y decidida en forma negativa la recusación propuesta por el
representante legal de la sociedad AVINCO S.A., Javier Arango R., respecto
del árbitro designado por el sindicato, instalaron el Tribunal el 13 de octubre de
2004. Eligieron como Presidente del mismo al doctor ORLANDO MORA
PATIÑO y como Secretario al señor Jesús Giraldo Vargas, y, luego de solicitar
una prórroga para adoptar la decisión pertinente, profirieron el 18 de noviembre
de 2004 el Laudo Arbitral que resolvió el conflicto sometido a su consideración
(fl.110).

II-. EL LAUDO ARBITRAL

El Tribunal hizo un recuento de los antecedentes del conflicto y de lo


expuesto por cada una de las partes, expuso en forma amplia sus
consideraciones en torno a su decisión, y en su parte resolutiva dispuso lo
siguiente en cuanto interesa a los efectos del recurso de anulación:

PERMISO SINDICAL REMUNERADO


La empresa concederá hasta treinta (30) horas mensuales, no acumulables,
para ser empleadas por la junta directiva en sus actividades sindicales.
Para hacer uso de este beneficio, el sindicato debe comunicar a la empresa
con una antelación de por lo menos dos (2) días hábiles el nombre de las
personas titulares de esta prestación, con la limitación de que nunca pueden
ausentarse a la vez más de dos personas de un mismo lugar de trabajo (planta
o almacén).

VALE PARA POLLO


La empresa concederá a cada trabajador el día veinticuatro (24) de diciembre
de cada año un (1) pollo asado. Este reconocimiento es diferente y adicional al
que fue establecido en el laudo anterior; se entregará en cualquiera de los
almacenes y su valor no constituye salario.

VIGENCIA DEL LAUDO


Este laudo tendrá vigencia desde su fecha de expedición hasta el diez y siete
(17) de noviembre de dos mil seis (2006).

III-. EL RECURSO DE ANULACION

Humberto Jairo Jaramillo V., apoderado de la Empresa Avinco S.A.


(fl.39), impugnó el laudo mencionado, con el objeto de que se anule por
considerar, en primer lugar, que el arbitro designado por el sindicato se
encontraba impedido para actuar. En este sentido se remite a lo que en su
oportunidad expusiera ante los árbitros y alega en síntesis:
“Por estar demostrado al proceso que el señor Jesús Alfonso Ruiz,
arbitro designado por al (sic) organización sindical de primer grado promotora
del conflicto, y a su vez socia de la CUT Antioquia, organización sindical de
segundo grado de la cual es miembro del comité ejecutivo, en este árbitro,
existe causal de impedimento ordenada en el Artículo 454 del C.S.T. y el
Artículo 150 numeral 1º, 11, y 12 del C.P.C., no dio concepto, pero en el
derecho de asociación asesoran a ese sindicato, con un interés directo por el
derecho de asociación del resultado final del mismo …”.

De otra parte, y “Dado que no se acojan los planteamientos procesales


de competencia e integración del Tribunal de Arbitramento”, solicita se declare
la nulidad de las cláusulas arriba transcritas, “por ser contrarios (sic) al
ordenamiento laboral”, en los siguientes términos:

“Vale de pollo. La convención colectiva es el contrato que regula las


condiciones económicas del contrato laboral en su vigencia, pero no es la
obligación de celebrar contratos de orden comercial o civil, en concurrencia con
el contrato laboral, como tampoco el tener que realizar donaciones en especie
como aquí se ordena.

“Permiso Sindical. La calidad de miembro de la junta directiva, no


exonera la obligación para la prestación personal del servicio en la jornada
laboral, y no es potestad de los árbitros disponer del tiempo de trabajo de la
persona, por ello cuando conceden unos permisos sindicales están derogando
los artículos del derecho laboral, que hacen referencia a la prestación personal
del servicio y la jornada laboral (Artículos 22, 23 literal A 57 numeral 6º y 158
C.S.T.)

“La vigencia para todo lo que allí se decide debe ser desde la ejecutoria,
nunca desde la expedición o retroactiva como aquí lo efectuaron los
arbitradores, ya que las providencias judiciales sólo obligan desde el momento
de la notificación y ejecutoria, pero no es un acto de cumplimento inmediato
siendo al respecto de interés la sentencia del Tribunal Superior de Medellín …
de fecha mayo 14 de 1997 …

“Se ordena un laudo arbitral con vigencia desde su expedición,


actuación con la cual desconocen los árbitros que las decisiones judiciales, y
esta es una decisión judicial de creación de derecho, solo tienen efecto desde
su ejecución, por interpretación judicial retrospectivo el salario cuando existe
una convención anterior, con lo que da una solución de continuidad al salario,
no es de cumplimento inmediato o desde su expedición como lo realizan los
aquí arbitradores” (fl.121).

IV-. CONSIDERACIONES DE LA CORTE

Dos son los puntos cuestionados en el recurso: Uno, relacionado con el


impedimento para actuar que, según insiste la parte recurrente, tiene el árbitro
designado por el sindicato. El otro tiene que ver con la petición para que se
anulen las cláusulas relativas a Vale para Pollo, Permisos Sindicales y
Vigencia del Laudo.

En cuanto al primero, esto es, la inconformidad del recurrente con la


decisión de los árbitros de no aceptar la recusación en cuestión, se trata de un
aspecto que hace relación a la conformación o integración misma del tribunal
de arbitramento que, conforme lo ha expresado la Sala en reiterada doctrina,
es ajeno a su competencia. En este sentido, expresó lo siguiente esta
Corporación en pronunciamiento de 30 de junio de 1998 (Rad.11261), reiterado
en múltiples oportunidades:

“La presunción de legalidad del acto administrativo mediante el cual el


Ministerio de Trabajo ordena constituir un tribunal especial de arbitramento para
que dirima un conflicto colectivo suscitado en una empresa que realiza
actividades calificadas como de servicio público, o en cualquiera otro de los
casos en los cuales es dado convocar tribunales de arbitramento obligatorio,
impiden que los arbitradores puedan desconocer la orden de convocatoria; y
tampoco la jurisdicción ordinaria es la encargada de juzgar sobre la legalidad de
ese acto administrativo, o de cualquiera otro de los que eventualmente deba
proferir dicho ministerio para resolver los recursos que hayan podido interponer
las partes enfrentadas en el conflicto.
“El artículo 143 del Código Procesal del Trabajo es claro al fijar la
competencia que se tiene dentro del trámite del denominado por la ley recurso de
homologación, y que se reduce a verificar "la regularidad del laudo"; control sobre
el fallo arbitral que actualmente permite a la Corte, en cuanto sustituyó en sus
funciones al extinguido Tribunal Supremo del Trabajo, declararlo exequible,
"confiriéndole fuerza de sentencia, si el tribunal de arbitramento no hubiere
extralimitado el objeto para el cual se le convocó" (se subraya), o anularlo si se
extralimitó al proferirlo.

“Por ser claro el sentido de la ley, en obedecimiento a la regla de


interpretación establecida en el artículo 27 del Código Civil, no debe
desatenderse su tenor literal a pretexto de consultar un supuesto sentido
recóndito, dado que no hay ninguna expresión oscura que deba ser interpretada
recurriendo a una intención o espíritu diferente al sentido que resulta de la
literalidad de la norma.

“Es por ello que no le compete a la Corte indagar si corresponden o no a la


verdad los asertos que hace la recurrente de haber sido equivocadamente
adoptado el pliego de peticiones, o indebidos la convocatoria del tribunal de
arbitramento y el nombramiento del árbitro designado por la organización
sindical, sin que ello implique, desde luego, negar la vigencia de las normas
relativas a la integración y constitución de esta clase de tribunales.

“Lo que en verdad ocurre, y para esta Sala no existe la menor duda sobre
el punto de derecho, es que la competencia para conocer de la legalidad o
ilegalidad de un acto administrativo está exclusivamente asignada a la
jurisdicción de lo contencioso administrativo, pues sólo de manera excepcional le
ha sido atribuida a la Corte Suprema de Justicia el juzgamiento de actos
administrativos, a manera de ejemplo cabe citar los proferidos por el Consejo de
Estado (Código Contencioso Administrativo, artículo 128, ordinal 16, segundo
inciso) y la elección de los miembros del Consejo Nacional Electoral (ibídem,
artículo 231, parágrafo).

En lo que respecta a las cláusulas cuya nulidad se pretende se observa


lo siguiente:

VALE PARA POLLO. El reconocimiento a sus trabajadores, por su condición de


tales, en dinero o en especie, hace parte de la regulación del contrato de
trabajo y por lo tanto no se trata, como lo supone el recurrente, de un contrato
civil o comercial, el cual sólo se podría predicar de los clientes de la empresa.
En este caso, el pollo asado que por virtud de esta cláusula la empresa se
compromete a conceder a cada trabajador el día veinticuatro (24) de
diciembre de cada año, se traduce en un reconocimiento que bien cabe dentro
de un marco de equidad, que por tanto no afecta derechos constitucionales,
legales o convencionales de las partes.

PERMISOS SINDICALES. Se discute la potestad de los árbitros para conceder


permisos con fines sindicales, en la medida en que éstos puedan afectar el
derecho del patrono a disponer de los servicios del trabajador. Ciertamente le
corresponde al empleador disponer, mediante órdenes, la utilización del tiempo
del trabajador vinculado. Pero esa facultad no es absoluta, por cuanto es la ley
la que le señala situaciones y casos particulares en que debe conceder
permisos para cumplir determinadas funciones, del mayor interés, como es el
permiso sindical, que tiene estrecha relación con el derecho de asociación.
Justamente por esta razón es que la doctrina de la Sala ha considerado que
puede ser materia de decisión arbitral. Ahora bien: en el sub examine el
recurrente plantea la ilegalidad de la cláusula convencional sobre “PERMISO
SINDICAL REMUNERADO” por considerar que se viola el numeral 6º del
artículo 57 del CST en el cual se comprende también la remuneración de los
permisos y respecto a los cuales la tesis mayoritaria de la Sala considera que
los árbitros no tienen competencia por cuanto, como se desprende claramente
de la norma citada, el no descuento de salarios por los permisos en cuestión
solamente procede por convención entre la partes.

Sobre este particular precisó la Sala en sentencia del 20 de junio de


1997 (rad.10008), reiterada el 15 de diciembre de 2003 (rad. 22843) y, más
recientemente, el 25 de noviembre de 2004 (rad. 25195):

“En relación con los permisos para ausentarse del trabajo, esta Sala
de la Corte ha dicho y repetido que es inexequible la decisión arbitral
que impone al empleador la obligación de remunerarlos; pues tanto
el numeral 6° del artículo 57 del Código Sustantivo del Trabajo como
el numeral 8° del artículo 26 del Decreto 2127 de 1945, le permiten
descontarlos del salario del trabajador o compensarlos en tiempo,
“salvo convención en contrario”. Y, conforme al artículo 458 del
Código Sustantivo del Trabajo, el fallo arbitral “no puede afectar
derechos o facultades de las partes reconocidos por la Constitución
Nacional, por las leyes o por las normas convencionales vigentes”.

Así las cosas, de la cláusula que se analiza, se anulará la expresión


“remunerado”, confirmándose en lo demás.

VIGENCIA DEL LAUDO. Se discute el momento a partir del cual ha de regir el


laudo, para lo cual el recurrente propone aplicar las normes que regulan las
decisiones judiciales. Al respecto se anota que si bien el tribunal de
arbitramento ha de ajustarse, en lo posible, en determinados aspectos, a las
decisiones judiciales, no es posible equiparar aquél con éstas, principalmente
por cuanto lo que se resuelve en un tribunal de arbitramento es un conflicto
económico, que no jurídico, -se trata de una decisión económica en equidad y
justicia- que puede ser resuelto incluso tomando decisiones con efecto
retroactivo.
Y es que, conforme ha tenido oportunidad de precisar esta Corporación,
las únicas limitaciones en derecho que tienen los árbitros al señalar los linderos
temporales del fallo colectivo que profieran son las que determine expresamente
la ley, sin que estén sujetos a la camisa de fuerza de las aspiraciones de las
partes sobre el particular. Y esa única restricción legal está contenida en el
artículo 461 del código sustantivo de trabajo que precisamente regula el "El efecto
y vigencia de los fallos arbitrales", y en su numeral 2 prescribe que "La vigencia
del fallo arbitral no puede exceder de dos años".

De tal modo que los árbitros pueden disponer que el fallo arbitral rija desde
la fecha de su expedición en adelante, durante el lapso que en equidad estimen
razonable, sin exceder de dos años , y siempre que ese punto haya sido
sometido a su decisión.

En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de Justicia, Sala de


Casación Laboral,

RESUELVE

PRIMERO.- ANULAR la expresión “remunerado” contenida en la


cláusula relativa a los permisos sindicales del Laudo Arbitral proferido el 18
de noviembre de 2004 por el Tribunal de Arbitramento Obligatorio convocado
para dirimir el conflicto colectivo de trabajo suscitado entre la empresa
recurrente y el SINDICATO NACIONAL DE TRABAJADORES DE AVINCO.
CONFIRMAR el laudo en lo demás.

SEGUNDO.- Remitir el expediente al Ministerio de Protección Social.


Cópiese, notifíquese y publíquese.

EDUARDO LÓPEZ VILLEGAS

GUSTAVOJOSÉ GNECCO MENDOZA CARLOS ISAACNADER

LUISJAVIEROSORIO LÓPEZ FRANCISCO RICAURTE GÓMEZ


CAMILO TARQUINO GALLEGO ISAURAVARGASDÍAZ

MARÍAISMENIA GARCÍAMENDOZA
SECRETARIA

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