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MERCEDES CABELLO DE CARNONERA

Mercedes Cabello de Carbonera

Nace en la ciudad de Moquegua el 17 de febrero de 1842. Fue hija de Don


Gregorio Cabello, viticultor que introdujo métodos franceses para elaborar
vino en Moquegua y de Doña María Mercedes Llosa y Mendoza de Cabello.
Su niñez y juventud transcurrieron en su tierra, viviendo en la solariega
casona familiar de típico corte andaluz. “En una época hostil a la educación
de la mujer, lee incansablemente en un metódico superarse diario. Se
rebela contra el oscurantismo hispano hacia la mujer, que debía ser
únicamente inspiración estática”. Su afición literaria se desarrolló desde
temprana edad, escribiendo versos.

A los 20 años viajó a Lima donde después contrajo matrimonio con el


médico Urbano Carbonera quedando viuda pocos años después, sin tener
descendencia. En lima inicia su vida literaria desde 1868, cuando publica
versos en revistas literarias como “Revista de Lima”, y el “Correo del
Perú”, el más importante del momento; también colaboró con otra revistas
como “La Alborada”, “La Perla del Rímac” , “La Bella Limeña”, “El
Semanario del Pacífico”, “Recreo del Cusco”, “El Correo del París”,
“Ilustración de Curazao”, “El Plata ilustrado”, “La Prensa Libre de Costa
Rica”, “La Revista Literaria de Bogotá”, “La Habana Elegante”, “El Album
Iberoamericano de Madrid”. Una intensa actividad literaria y fuertes
vínculos con el extranjero; su seudónimo “Enriqueta Pradell” era famoso.
Los artículos publicados con seudónimo o con su propio nombre eran
polémicos por la forma nueva de enfocar los temas: “Influencia de la mujer
en la civilización moderna (1874), asombró al colocar a la mujer en el mismo
nivel del hombre en el avance del siglo; “La Poesía” ataca al versificador
sólo de forma y no intérprete de la naturaleza; con “Estudio comparativo
de la belleza e inteligencia de la mujer” y “Perfeccionamiento de la
Educación y de la Condición Social de la Mujer” (1876) se convierte en una
ferviente precusora del feminismo de nuestros actuales. Su ensayo
“Influencia de las Bellas Artes en el Progreso Moral y Material de los
pueblos”, le mereció la Medalla de Oro de la Municipalidad de Lima en 1884.
Sus grandes obras fueron: “Sacrificio y Recompensa”, ensayo novelado
publicado en 1886, editándose 200 volúmenes que se agotaron
rápidamente, mereciendo ser premiada con Medalla de Oro. En 1887
publicó en “La Nación de Lima” su segunda novela: “Los Amores de
Hortensia”, luego fue “Eleodora”, novela corta publicada primero en
Madrid y reproducida en Lima. De ellas se dice “....guardan aún rezagos
modernistas, pero contienen ya la crítica social y las localizaciones
realistas que caracterizan su arte novelístico....” En 1888 publicó “Blanca
Sol”, su más claro éxito “..... algo semejante por su argumento a Madame
Bovary de Flaubert y a “La de Bringas”, de Pérez Galdós”, por sus
alusiones acaso demasiado transparentes a sucesos reales de la sociedad
limeña, fue un progreso en su camino realista y produjo un alud de
críticas....” pero fue redituada en 1889, 1890 y 1894. En 1889 da a publicidad
“Las consecuencias”, considerada como una ampliación o ensayo
modificado de “Eleodora”, y donde se presentan regresiones a la casa
hacienda de Moquegua. Finalmente, en 1892 cierra su ciclo novelístico con
“El Conspirador” considerado como “....acre censura de la sordidez
política peruana y de la demagogia de los caudillos, llámese estos Cáceres
o Piérola...” La trascendencia de su obra se refleja en la Medalla y Diploma
en la Exposición de Chicago, y en la “Rosa de Oro” que recibió en el
Certamen Hispano Americano de la Academia de Literatura. Por su obra
“Novela Moderna” obtuvo el primer premio del Concurso Hispano
americano de Ensayo de la Academia de Buenos Aires, en 1892.

“La reputación de la Señora Cabello es universal, muchas publicaciones


del extranjero han honrado sus páginas publicando su retrato y
dedicándole magníficos artículos. Entre las escritoras americanas es
indudablemente una de las que cultiva la novela moderna con mayor y así
se explica sus obras son reproducidas en todos los periódicos de los
países de habla castellana y aún algunas se hayan traducido al
portugués...” dice Enrique Guzmán y Valle. “....Aclimata el naturalismo en
el Perú, intentando crudas descripciones zolescas de los vicios..:” anota
Ventura García Calderón. Finamente anotaremos a Tauro del Pino que
afirma : “Aunque las concepciones novelescas de Mercedes Cabello de
Carbonera no se encuentran emancipadas de la influencia romántica, su
realismo el leal a la apariencias objetivas de la vida social. Prescinde del
paisaje y el medio, y apenas incide en las reacciones emocionales de sus
personajes. Prefiere la descripción de las acciones, y el comentario a las
condiciones generales de la realidad...”

Sin embargo, la vida de nuestra escritora no fue plácida; su pensamiento


renovador, su empeño de reflejar sin hipocresías la realidad que la rodeaba,
su impulsivo feminismo que era escandaloso para el siglo XIX, provocaron
la reacción de los sectores conservadores, del clero de mentalidad
oscurantista y de los viejos y aristocráticos escritores. Aprovechando su
triunfo político debido a la revolución civil-demócrata del 1895, que llevó a
la Presidencia a Nicolás de Piérola, y vengándose de las sátiras
presentadas en “El Conspirador”, Juan de Arona,, Benjamín Cisneros y
Clemente Palma, criticaron cruelmente a Mercedes Cabello, ridiculizándola
sin piedad, en cuanto medio escrito se inclinó ante su prestigio y su
influencia política-económica, logrando que nuestra primera gran novelista
peruana sea aislada y condenada al ostracismo social, cerrándole sus
puertas la sociedad y los círculos literarios capitalinos. La angustia que le
provoca este aislamiento la perturba tan fuertemente que pierde la razón.

El 27 de Enero de 1900 fue internada en el manicomio del Cercado de Lima,


quedando encerrada en un ambiente que no satisfacía ni las más mínimas
necesidades de atención. En habitaciones sin luz, estrechos y húmedos
pasadizos, paso sus últimos años de vida. En habitaciones sin luz,
estrechos y húmedos pasadizos, pasó sus últimos años de vida, con la
mente fuera de este mundo, viviendo con los fantásticos personajes que
su locura creaba. Finalmente, murió el 12 de octubre de 1909 sin haber
recuperado su brillante lucidez. Mercedes Cabello de Carbonera “se
adelantó, puede decirse, a nuestro medio, pues su época no estaba
preparada para estos senderos”, pese a ello es la más importante figura de
la literatura del Perú del siglo XIX.

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