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EL DESARROLLO LABORAL DE LOS JOVENES PROFESIONALES:

UNA REFLEXIÓN SOBRE LAS TENDENCIAS SOCIOEDUCATIVAS.

Ph. D. Jesús Lazo Machado.


Ph. D. Enrique Iñigos Bajos.

Introducción.

El mundo ha cambiado, existen nuevos y significativos requerimientos en todos los


órdenes de la vida, estamos en una época en que lo inimaginable o lo que parecía
ficción es realidad, gracias al elevado nivel de desarrollo del conocimiento.

Por otra parte existe un gran consenso de que una de las fundamentales ventajas
competitivas que deben desarrollar los países menos desarrollados es el
conocimiento, la formación y preparación de su capital humano.

Las condiciones del mundo actual y el nuevo valor del conocimiento le confieren hoy a
la Educación Superior una significativa importancia como generadora y difusora del
mismo. De este modo se estrecha aún más el vínculo entre educación, conocimiento,
progreso científico-tecnológico y desarrollo social.

Todo ello hace que, entre otras circunstancias, la educación en general y la educación
superior en particular, se encuentren sometidas a inusitadas tensiones que la
compulsa a avanzar hacia nuevos paradigmas y metas que involucran el afán de
alcanzar niveles cada vez más altos y pertinentes, que se encuentran convocado a
partir de la búsqueda de la excelencia educativa.

En el proceso de evolución de la Universidades ha estado siempre presente, y sobre


todo a partir de los sesenta, e institucionalizado en Iberoamérica a partir de los años
90, la necesidad de la búsqueda constante y objetiva de cambios dirigidos al
incremento de la calidad y al logro de la excelencia de la educación acorde con los
más importantes requerimientos de su dinámico entorno.
Esto no puede separarse de una planificada y sistemática identificación de elementos
que caracterizan tanto las fortalezas, debilidades y áreas a mejorar del quehacer
universitario interno y la evolución de su contexto social, cultural, científico-tecnológico,
económico, político y ambiental, donde impacta inevitablemente el desempeño
profesional de los graduados en cada institución, estrechamente vinculado a la
utilización que de ellos se hace en el mundo del trabajo .

Una premisa imprescindible para lograr este fin, lo es sin lugar a dudas, el contar
con profesionales capacitados. De aquí el hecho de que resulte factible afirmar que
la valoración de la pertinencia de la educación superior en la época actual tiene
como condición esencial el aporte de la misma al desarrollo económico-social,
determinado esto por la vinculación de las instituciones docentes a la práctica
social, a través de nuevas y diversas formas de vínculo con empresas y entidades 1.

El desempeño de los egresados universitarios dentro del contexto económico juega un


papel decisivo en este empeño. De ahí nuestro interés por estudiar de manera
sistemática el desarrollo de la correspondencia entre los procesos de su formación y
utilización, lo que según nuestro criterio puede ayudar, a que los responsables de
ambos, perfeccionen de manera ininterrumpida la calidad de los mismos, a fin de que
por esta forma aumentar el impacto de los profesionales en la eficiencia, eficacia y
efectividad de los procesos de trabajo.

Para ello resulta imprescindible examinar, aunque sea en una aproximación inicial, el
desarrollo histórico y actual de los principales cambios en el contexto socioeconómico
de la Universidad, que constituyen una importante premisa de este análisis.


Utilizamos este concepto, preconizado por la OIT y diversos autores, por el carácter
abarcador que propone al considerar los diferentes elementos tecnológicos, técnicos,
económicos, organizacionales y humanos que constituyen los reales procesos de
trabajo; en oposición al tradicional concepto de mercado de trabajo, que aunque es
utilizado, posee un importante sesgo economicista.

1
Martín, E. y Henríquez, R. D. (1996): “La Formación del profesional y las exigencias sociales” en Mar del Norte,
Año 11 No 3, Diciembre, Chimbote-Perú.

2
Evolución de las exigencias externas al proceso de formación de profesionales. 

El papel de la formación de profesionales en la universidad contemporánea se


diferencia notablemente con respecto a las exigencias que enfrentaron estos procesos
en los diferentes momentos históricos sociales de la humanidad. El lugar ocupado por
las universidades manifiesta la diversidad de concepciones desarrolladas en cada
etapa, apreciándose una evolución dialéctica en correspondencia con las necesidades
sociales de cada época.

Con una perspectiva histórica podemos observar que desde el surgimiento de la


primera universidad en el siglo XII (Bologna, 1119) el conocimiento ha sido el eje
central de la actividad académica.

El proceso de aprendizaje toma diferentes matices, inicialmente el hombre sabe de


muchas cosas, de elementos variados que lo llevan a un conocimiento no tan profundo
de las mismas, después el hombre se caracteriza por saber mucho de pocas cosas
profundizando en ese conocimiento, ya en el siglo XX se aprecia una explosión del
conocimiento vinculada al incremento de las instituciones universitarias por razones
políticas y a los cambios de las estructuras sociales, aspectos vigentes desde los
cambios de la Revolución Industrial hacia finales del siglo XVIII y de los cambios de la
universidad moderna del siglo XIX.

Como consecuencia de la Revolución Industrial aparecen nuevas exigencias científico-


técnicas productivas y nuevas formas de organización laboral que definen tipos de
trabajos para responder a estas. Aparece el requerimiento de desarrollar una nueva
gama de profesionales, técnicos y obreros calificados que necesita tener determinados
conocimientos para enfrentarse a actividades productivas nuevas y que va a derivar
más tarde en la identificación como fuerza económica de una demanda de "Fuerza de
Trabajo Calificada". La formación de ahora en adelante tiene que incluir en su
perspectiva inevitablemente la de resolver los problemas de esta nueva demanda.


Utilizamos este término en su sentido más al uso en nuestro medio, como graduados
universitarios de pregrado.

3
Por primera vez la universidad comienza a tener conexiones más definidas e
inmediatas a través de su participación en el desarrollo socioeconómico, que se
consolida también con el desarrollo científico- tecnológico de la sociedad
contemporánea.2

En este nuevo contexto surgen, se van conformando y consolidan diversos modelos de


Universidad en dependencia del tipo de respuesta que asumen ante estos nuevos
requerimientos.

La nueva situación mundial a partir de los años 30 del presente siglo XX avizora una
efectividad positiva de la universidad con relación a la sociedad a partir de fórmulas de
influencia en el desarrollo económico, apreciándose un incremento del Producto
Interno Bruto (PIB) y una influencia de forma mistificante en la socialización del
capitalismo, resaltando que cada individuo posee parte del capital a través de los
conocimientos que "vende" al capitalista, lo que sirve de argumento ideológico a los
defensores de estas teorías. 3

Todo ello sirve de base al desarrollo de la teoría del Capital Humano que describe al
hombre con un determinado grado de conocimientos y habilidades, de competencias,
en oposición a otras que enfatizan en la utilización de recursos financieros e
inversiones sólo en medios de producción y tecnológicos, abogando en este caso por
la necesidad de invertir en el desarrollo del hombre.

A partir del contexto derivado de la Segunda Guerra Mundial se advierte un ascenso


económico, pero además un ascenso social donde las concepciones capitalistas
anteriores son superadas por el nuevo Capitalismo Monopolista de Estado al intentar
estrategias para lograr mayor igualdad y distribución de recursos y no solo bienestar
técnico sino social, tratando de compensar desigualdades del capitalismo precedente.
En ese momento la educación empieza a revitalizarse y comienza a repartir valores,
oportunidades y a creer balances que amortiguaran la crisis anterior.

2
Yñigo, E; Lazo, J. (2003) "Algunos problemas de la adaptación de los graduados de nivel superior al
desarrollo de su actividad laboral" en Problemas de la economía de la Educación Superior No. 19. CEPES-UH,
La Habana.
3
Drucker, P. (1993): La sociedad postcapitalista. Ediciones Sudamericana, Buenos Aires.

4
Es en los años 50 y 60 donde se destaca, y se pone de manifiesto para muchos, que el
contenido de la educación no sólo es económico sino social, por lo que a la Educación
Superior se le agregan funciones de desarrollo social. Esto implica que la formación no
se ve como un perfil técnico solamente sino también como un perfil social de desarrollo
individual.

En la década de los años 60 se genera una crisis en el desarrollo de los valores en los
principales países capitalistas como Francia, Estados Unidos (Guerra de Viet Nam)
etc., que comienza a influir de alguna manera en los procesos educativos de muchos
países del mundo. Paralelo al auge de este período, el Capitalismo Monopolista de
Estado comienza a cambiar, la sociedad cambia, se acentúa la crisis económica y
moral; ante este peligro inminente aparecen los esbozos del neoliberalismo y sus
influencias negativas.

Hasta entrada la década de los años 70 la Educación Superior toma auge en América
Latina destacándose en particular la formación de pregrado y su relevancia, conferida
a raíz de la visión de que la educación era el motor principal de la movilidad social
ascendente de la población y del crecimiento económico del país, sin embargo, la
palpable realidad coadyuvó a abandonar los criterios optimistas sobre la educación. 4
En el caso de América Latina, al agravarse la situación económica, deja como
consecuencia un creciente desempleo y una Educación Superior con exceso de
graduados sin puestos de trabajo.

En la década de los años 80, a partir de los procesos de globalización neoliberal que
conllevó en la Universidad el auge de la privatización, los cambios en las concepciones
tradicionales de financiamiento, etc.; varios sistemas universitarios occidentales
estrenaron nuevos marcos jurídicos, caracterizados, entre otras notas, por la
autonomía de la universidad, siendo este un argumento fundamental para el logro de
los objetivos de progreso de la Educación Superior en dichos países, derivándose la
diversificación, flexibilización y la competencia que promocionarían niveles más altos
de calidad y excelencia.

4
Filmus, D. (1992): Demandas populares por educación. AIQUE, Buenos Aires.

5
Por otro lado, los gobiernos cambian sus estrategias a favor de exigir una rendición de
cuentas (Accountability) a fin de demostrar que las decisiones tomadas y las acciones
ejecutadas están dirigidas a la mejora de la calidad de la institución. A juicio de los
expertos el inequívoco interés de los gobiernos en la exigencia de un sistema de
evaluación institucional es una clara expresión de la creciente atención a la dimensión
extrínseca de la calidad y a la vez presupone un claro síntoma de que la sociedad
parece no estar dispuesta a seguir aceptando que las universidades sólo saben
autojustificarse y desea conocer las actividades que desarrollan. 5

Existen otros factores que justifican el desarrollo del proceso de evaluación: la propia
globalización y sus intrínsecos y vertiginosos procesos de regionalización e
internacionalización, la expansión de los Sistemas de Enseñanza Superior pone de
manifiesto las significativas debilidades de los mismos, las restricciones económicas
fuerzan a una mayor eficiencia, eficacia y efectividad, la aparición de diversas
instituciones que empiezan a asumir funciones que antes se consideraban exclusivas
de la Universidad; por todo ello la sociedad exige un mayor aporte al desarrollo
nacional, así como evidencias de la calidad de la acción y gestión de la universidad.

También, la naturaleza de las funciones y actividades de las instituciones


universitarias, reclaman la existencia de procesos internos y externos de evaluación
como procedimiento para garantizar la pertinencia, eficacia, eficiencia, efectividad e
impacto de las mismas. El proceso de gestión debe responder a las necesidades de
graduados que la sociedad demanda, siendo el impacto y pertinencia de los mismos
una variable importante para valorar el desarrollo futuro de la universidad, sobre todo
en la época contemporánea donde la dinámica la ciencia y tecnología, cada vez más,
significa el contacto entre las ciencias, e inevitablemente el surgimiento de nuevas
profesiones.

Varias investigaciones dieron cuenta de la crisis del modelo del estigmatizado, por
Brunner, como “Estado Benefactor” y el desfase existente entre la demanda de la

5
Estaba Briceño, E. 2003. La experiencia de Venezuela en el ámbito de la evaluación de sistema educativo.
(Documento fotocopiado).

6
sociedad y lo que efectivamente brinda el sistema educativo, caracterizándose, entre
otros aspectos, por la desvinculación de la escuela del mundo del trabajo. 6

Características generales de los retos actuales

Actualmente la valoración que se hace del conocimiento como fuente de poder por su
capacidad como generador de alto valor agregado, la correspondencia con los cambios
políticos, económicos, sociales y ambientales, ocurridos en el mundo ha cobrado una
importancia creciente.

Al mismo tiempo el vínculo entre educación, conocimiento y formación de fuerza de


trabajo altamente capacitada se ha hecho más determinante y es una necesidad, para
el desarrollo de la educación superior, marchar con extrema atención hacia las
tendencias predominantes en este nivel educacional en el mundo contemporáneo,
donde la universidad no puede vivir ajena a toda la gama de influencias que crecen y
demanden cada vez más fuera de sus fronteras.

En este sentido, la diversidad de respuestas de la educación superior a las demandas


sociales contribuye al aumento de la relación de las Instituciones de Educación
Superior (I.E.S.) con el contexto socioeconómico. Por ejemplo, en el plano de la
formación profesional se reconoce académicamente el valor de la actividad excampus
y se incorporan e incrementan el número de estas en los planes de estudio.

En la investigación la interacción universidad-contexto se expresa en resultados


científicos que satisfacen determinadas demandas económico-sociales y que
simultáneamente devienen en fuente de financiamiento para la universidad y el
desarrollo del conocimiento científico y tecnológico, en ese quehacer universitario
dialéctico e imprescindible con su entorno.

El derrumbe del campo socialista, el impetuoso avance científico-tecnológico, los


nuevos paradigmas de organización del trabajo y la internacionalización y globalización
de las economías y de las tecnologías, entre otros factores, cambian los pilares del

6
Filmus, D. (1992): Demandas populares por educación. AIQUE, Buenos Aires.

7
desarrollo a favor del conocimiento. En consecuencia el mundo de hoy se va dictando
por las transformaciones tecnológicas que son las que modifican las demandas de la
transformación del sistema educativo.[ 7]

El auge de la diversificación mundial en la producción, marcado por un desarrollo hacia


el conocimiento y la tecnología científica, se relaciona con la estructuración y desarrollo
del sistema educativo produciéndose un estado de “anomia” respecto a las demandas
de la sociedad y a la vez una búsqueda constante a la interrogante ¿para qué educar?.

En este caso se argumenta fuertemente el papel del conocimiento como factor


fundamental para el desarrollo y competencias de las naciones, produciéndose
también un estado de anomia en los sistemas educativos que ocurre al mismo tiempo
que las transformaciones mundiales, a partir de las cuales se constituyen las
transformaciones tecnológicas y sociales, las que a su vez modifican las demandas
hacia el sistema educativo. 8

Los retos actuales de la ciencia y la tecnología y los retos del desarrollo


socioeconómico son también retos de la formación universitaria, de los graduados que
actuarán en una sociedad donde el conocimiento va convirtiéndose en un recurso
fundamental del desarrollo socioeconómico de nuestros países y por tanto un objetivo
esencial de evaluación en las universidades; justificándose de esta manera que el
desempeño de los egresados a partir de los conocimientos adquiridos debe responder
a las demandas de la sociedad basado en el constante desarrollo, perfeccionamiento y
aplicación de la ciencia y la tecnología, sirviendo de retroalimentación a la Universidad
como factor importante de su gestión de la calidad hacia la excelencia educativa 9.

Al abordar los retos del desarrollo científico-tecnológico y socioeconómico en la


formación de capital humano hay que señalar además la reorganización empresarial, la

7
Yñigo, E. Lazo, J. (2003) "Algunos problemas de la adaptación de los graduados de nivel superior al
desarrollo de su actividad laboral" en Problemas de la economía de la Educación Superior No 19. CEPES-UH,
La Habana.
8
Filmus, D. (1992): Demandas populares por educación. AIQUE, Buenos Aires.
Márquez Tavera Silverio. Artículo: La gestión del cambio en la Universidad Autónoma “Gabriel René Moreno”
(Documento fotocopiado).
9
Filmus,D (1993): "El papel de la educación frente a los desafíos de las transformaciones científico-
tecnológicas". AIQUE, Buenos Aires.

8
competitividad, el crecimiento de la capacitación del sistema empresarial, el máximo
aprovechamiento de tecnologías, las nuevas profesiones que surgen a ritmo acelerado
y desaparición de otras y el amplio mundo laboral que las predetermina.

Para acercarnos más al fenómeno universidad- impacto social debemos señalar que
una formación esencialmente academicista y desvinculada del mundo del trabajo
tiende a caer en el mecanicismo y el adiestramiento instrumentalista. Por esto la
universidad debe acercarse al conocimiento de la realidad, utilizando de forma más
intensiva el mundo del trabajo como recurso pedagógico y además, articulando
acciones conjuntas con empresas, sindicatos, y la s restantes instituciones del entorno
universitario.

Evolución y reorganización en el mundo del trabajo.

La ocupación de los egresados de la I.E.S está cambiando rápidamente. Las viejas


profesiones liberales se han transformado en los diferentes segmentos de los
mercados de trabajo, que por lo general son ya indistinguibles de lo que antaño eran.

Este germen de cambio nos indica que el nivel de las ocupaciones, los factores
educación, grado de escolaridad, ciertas competencias y un conjunto de conocimientos
y valores, relacionados con las nuevas áreas de la ciencia y la tecnología serán cada
vez más importantes para alcanzar un empleo y una permanencia, y pueda implicar
mejoría económica y participación en los niveles de bienestar social.

La reorganización del mundo laboral hace referencia a una verdadera revolución de las
competencias requeridas para los futuros niveles y tipos de empleo y trabajo . Las I.E.S
deben comprender que la formación de sus educandos no debe ser más pensada en
los términos en los que se encuentran hoy laborando los profesionales que hizo
egresar hace diez años. Lo que se debe pensar y planificar es el tipo de ciudadano y
trabajador que operará dentro de los próximos cinco, diez y quince años, al menos.

Como tendencia existe una fuerte reconstitución de los mercados laborales en donde la
demanda por tareas de baja competencia laboral tiende a disminuir, mientras que hay
9
un incremento en la necesidad de la sociedad por mayores niveles de competencias de
la fuerza de trabajo; los movimientos laborales y del mundo del trabajo tienden al
crecimiento del sector de servicios y a la reducción de las horas de trabajo. Asimismo
hay un significativo incremento de los teletrabajo, formados por equipos muy
competentes, incluso fuera de fronteras.

Todo ello, genera un conjunto de implicaciones hacia el sector educativo superior,


sobre todo en relación con el tiempo libre, pero más aún en términos del crecimiento de
un nuevo sector de trabajo intensivo que algunos autores han diferenciado del
denominado sector “terciario”, llamándolo “cuaternario”, con énfasis de utilizar
“habilidades sociales”, de comunicación y de uso creativo de la inteligencia; ello
abarca al propio sistema educativo, al de salud, de trabajo comunitario y social, de las
agencias de apoyo, entre otras. 10

Lo anterior revela la necesidad de efectuar un conjunto de cambios en las I.E.S hacia


la solución de un nuevo tipo de relaciones entre estos y el mundo de trabajo, más en el
sentido de crearlos y penetrarlos de formas creativa y transformadora, que de
adecuarse mecánicamente entre ellas. Ello implica una gestión universitaria de alta
eficacia y efectividad.

Esto implica que las I.E.S deben relacionar sus misiones, visiones y funciones
directamente con la sociedad civil, sus actores y sectores de vanguardia y con el
sistema empresarial, sobre todo de carácter social. 11

La reorganización del ámbito laboral impone a las I.E.S requerimientos que hacen
variar la concepción de los antiguos modelos educativos. Se exige una educación
flexible, elevar sus requisitos de calidad social y de pertinencia para formar
profesionales que dominen como lenguaje común la modelación de los procesos, como
el más elevado requerimiento de la polivalencia en el mundo laboral y del trabajo en
equipo, de pleno desarrollo de una formación tendiente a la unidad dialéctica de la
10
Didriksson, A. (1996). Una agenda del presente para la construcción del futuro de la Educación Superior de
América Latina y el Caribe. En: A. Didriksson (Ed), La UNESCO frente al cambio de la Educación Superior en
América Latina y el Caribe. CRESALC/UNESCO, Caracas.
11
UNESCO (1995): Documento de Política para el Cambio y el Desarrollo en la Educación Superior.
UNESCO-París.

10
creación-innovación-producción, de modo que puedan innovar en el mundo del trabajo
hacia una sociedad sostenible.

Los esfuerzos que se encaminan en este sentido, deben, tanto en los cambios de los
sistemas nacionales como de su proyección regional e internacional, formar
ciudadanos del mundo plenamente capacitados para interactuar en sociedades cada
vez más interdependientes y correlacionadas, sobre la base de la globalización de las
economías y las tecnologías. 12

Exigencias de desarrollo de los procesos de trabajo en la actualidad

Retomando el análisis entre la Educación Superior y el mundo del trabajo, Beatriz


Macedo (1996) las caracteriza como: una situación compleja a enfrentar por parte de
las I.E.S. Esta complejidad tiene múltiples facetas, una de ellas y tal vez la más simple
de evidenciar, se refiere a las transformaciones rápidas y radicales que sufre el mundo
del trabajo y la pérdida de vigencia y de actualidad de muchos de los conocimientos
adquiridos por los estudiantes en su formación inicial. Esto nos lleva a plantear la
necesidad de que las relaciones establecidas por el binomio educación superior-
mundo del trabajo se dé a partir de un proceso continuo, permanente, integrado al
conjunto de la misión de las I.E.S y de sus actividades. 13

Unida también a esta compleja situación se encuentra la pertinencia de una institución


universitaria que tiene que ver con la relación entre sus funciones específicas
(docencia, investigación y extensión) y las demandas y carencias actuales y futuras de
la sociedad donde se insertan el mundo del trabajo y la propia universidad.

En este contexto es importante comprender que la imagen que la sociedad tiene de la


universidad puede ser distinta a la realidad cotidiana que vive la comunidad
universitaria. La universidad deberá convertirse en un agente activo de los procesos de
transferencia de conocimiento, desarrollo y ejecución de programas de servicio y

12
Lazo Machado, J. Iñigo Bajos, E. (2003). La calidad de la Educación Superior Cubana. Revista Cubana de
Educación Superior. Vol. XVII. No3. P. 30- 64. CEPES, Cuba.
13
Macedo, B. (1996). La UNESCO y la Educación Superior. En: L. Caló (Ed). Los nuevos escenarios
universitarios ante el fin de siglo. CRESALC/ UNESCO, Caracas.

11
tecnología demandados por el estado, las empresas y otros sectores institucionales y
sociales.

Pero también es preciso que las universidades se aboquen al estudio de los grandes
problemas que afectan a la sociedad con el objetivo de caracterizar e identificar la
naturaleza de los mismos y las propuestas de acciones necesarias para mejorar la
calidad de vida de la población.14

Marcuzzo Do Canto (1997) se refiere acertadamente a la utilización de los


profesionales en el mercado cuando plantea que hay quienes confunden calidad
educativa y científica con capacidad de adaptación de la mano de obra a los
imperativos del mercado. Si la educación y la ciencia fueran teleguiadas
exclusivamente por el mercado, solamente estarían contribuyendo a la servidumbre
humana, a la subordinación del hombre a la ciencia y a la obsolescencia recurrente de
la mano de obra. Lo que se entiende por calidad científica es, precisamente, la
recuperación de las funciones sociales de la universidad, la integración del mundo de la
ciencia y de la cultura al mundo de la producción. 15

Eso significa que el proceso de trabajo no debe funcionar como barrera al pleno
desenvolvimiento de las capacidades y potencialidades del trabajador no como forma
de mutilación de sus facultades individuales y colectivas sino como catalizador de su
desarrollo. 16

Importancia contemporánea del desarrollo de competencias básicas.

La rápida obsolescencia, característica de los procesos de trabajo, obliga a pensar en


la actualización permanente de los trabajadores, de las competencias o cualidades
básicas necesarias a formar en el profesional lo que significa fortalecer la formación
general de alta calidad, de abstracción, de modelación, abarcativa, la capacidad y
14
Gottifredi, J. . (1996). Pertinencia de la Educación Superior. En: L. Caló (Ed). Los nuevos escenarios
universitarios ante el fin de siglo. CRESALC/ UNESCO, Caracas.
15
Marcuzzo Do Canto, O. (1997). El compromiso social de la Educación Superior. En: J. Wainer (Ed). La
Educación Superior como responsabilidad de todos. CRESALC/ UNESCO, Caracas.
16
Estaba Briceño E. La experiencia de Venezuela en el ámbito de la evaluación de sistema educativo.
(Documento fotocopiado).

12
actitud positiva hacia el aprendizaje, y el autoaprendizaje e innovación continua, así
como la disposición permanente para adaptarse a los cambios, y contribuir de forma
novedosa a la transformación de los objetos estudiados.

Por ello la formación y desarrollo de competencias necesarias, encierra un potencial


político, social, moral y económico de inconmensurable valor. Las mismas pudieran
considerarse como “la plusvalía” de la educación, y tienen un carácter desarrollador,
revolucionador, transformador en distintos órdenes de la vida de los hombres y los
países.

Para argumentar la importancia que dichas competencias revisten, debemos referirnos


al impacto que provocan en la economía, base de toda formación económicosocial y
soporte decisivo de toda superestructura social.

Los más recientes estudios en el campo de la Dirección de las organizaciones


empresariales (células fundamentales del sistema económico) se enfocan a lo que se
conoce hoy como visión de la firma basada en sus recursos. Esta corriente teórica
argumenta que toda empresa esta formada por un conjunto de recursos y que la
posición competitiva superior que muestran unas sobre otras (y por tanto el crecimiento
y desempeño superior), se sustenta en aquellas combinaciones de recursos en las que
predomina el conocimiento colectivo como el actor esencial de generación e
implementación de estrategias de desarrollo.

Son diversos los atributos que pueden considerarse recursos. En general, son todos
aquellos activos, capacidades, competencias, procesos, información, conocimientos.
controlados por la organización y que le permiten concebir e implementar estrategias
para elevar su eficiencia, eficacia, efectividad e impacto.

Estos recursos pueden dividirse en cuatro categorías: capital financiero, capital físico,
capital humano y capital organizacional.

Lo común de las reglas de captación del capital financiero, constituido por todas las
fuentes monetarias que la organización puede emplear para concebir e implementar
sus estrategias; y de la adquisición del capital físico, compuesto por la tecnología física

13
empleada, es decir, planta y equipos, hace que, poseerlos, sea un camino abierto, lo
cual no significa que sea fácil de transitar, pero si es imitable, repetible.

Los atributos verdaderamente distintivos y diferenciadores, lo novedoso, lo difícil de


imitar por otros proviene de las competencias del capital humano y mucho más del
capital organizacional. La anterior afirmación resulta plenamente justificada si se toman
en toda su dimensión los conceptos de capital humano y organizacional.

EI capital humano incluye los conocimientos, habilidades, experiencia, juicio,


inteligencia, capacidad de relacionarse, perspicacia, entrenamiento de los directivos y
trabajadores, significa el dominio de las competencias técnicas, cognitivas y
emocionales.

Mientras que el capital humano incluye atributos de individuos, el capital organizacional


incluye los atributos de los equipos, grupos de trabajo, incluye por tanto los sistemas
informales y formales de planificación, control, y coordinación y todas las formas de
interrelación entre grupos, tanto dentro de la organización como con otros
pertenecientes al entorno.

Hablamos por tanto del saber hacer humano, “del saber cómo se sabe”, de procesos y
conocimientos generados por individuos y; a un nivel superior, grupos de individuos,
que difícilmente pueden ser apropiados o copiados, como sucede con las tecnologías
y los métodos de obtención de recursos monetarios. Ello es así porque sólo se dan en
las acción de esos individuos o equipos de trabajo.

Las fortalezas de una organización, las que permiten aprovechar plenamente las
oportunidades del entorno y combatir las amenazas, se concentran cada vez más en
combinaciones adecuadas de recursos que sólo los capitales humano y organizacional
pueden generar y que son la fuente válida de creación de ventajas competitivas
sostenibles.

Por otra parte, la orientación del flujo de capitales y tecnologías entre países
desarrollados y de éstos hacia los países subdesarrollados va modificando su cauce a
favor de la búsqueda de una fuerza laboral de cualidades superiores.
14
Siendo así, en el mundo de hoy, donde el intercambio desigual se profundiza y las
ventajas competitivas se concentran por lo general en unos pocos países altamente
desarrollados, formar profesionales de nivel superior en nuestras universidades,
dotados de aptitudes y habilidades que los capaciten para generar individual y
colectivamente un quehacer profesional no sólo de alta competencia, sino además
distintivo, basado en una cultura nacional propia, abre, sin lugar a dudas, nuevas y
sólidas posibilidades al desarrollo de nuestras economías.

La calidad de la educación la consideramos deseable, relativa y multidimensional, y


deberá caracterizarse para el objeto evaluado y, por tanto, debe encontrar respuesta
concreta en el perfil profesional para orientar el diseño y formación de las competencias
y que implica que, dichas competencias, deberán cumplir con las exigencias de:

• Validez social.
• Correspondencia con el contexto de un país, sistema político, cultura, economía,
comunidades y sociedades concretas.
• Considerar las tendencias internacionales de la globalización de las economías y
las tecnologías, como un elemento significativo que contribuye al desarrollo de
prácticas y lenguaje común entre profesionales de los diferentes países, de
modo que sirvan para paragonarse entre ellos y países.

Introducir las experiencias y resultados de la calidad de la educación en las


competencias o cualidades básicas requeridas en los profesionales en respuesta a la
dinámica del mundo del trabajo, es dar respuesta a una paulatina transformación de la
educación superior hacia la excelencia educativa, que tiene una profunda significación
para avanzar en el perfeccionamiento de la educación que se ofrece en nuestras
universidades y de este modo dar una mejor respuesta a las demandas sociales.

Demandas y competencias que se exigen a las lES respecto a la relación


formación-empleo en el mundo del trabajo.

Del análisis de los acápites anteriores se ha establecido la necesidad de cambio de las


universidades, el estudio de la calidad como un elemento que puede guiar este cambio, el

15
nacimiento de nuevos paradigmas que refuerzan la necesidad de un nuevo tipo de aprendizaje
que incluye la formación de competencias y que sirven en diversos ordenes de la vida, además
se ha establecido la importancia de dichas competencias.

Sin embargo es preciso analizar qué demandas se exigen actualmente a las lES y qué tipo de
competencias se precisa para dar respuesta a las mismas, al respecto, al referirnos a la
relación educación-mundo del trabajo, sostenemos que las transformaciones mundiales
colocan al conocimiento como el factor principal de la competitividad de las naciones, y que
esta situación de centralidad del conocimiento hace necesario definir que tipo de educación es
la que se necesita y a que exigencias se da respuesta.

Por el desarrollo tecnológico y el avance científico mundial, se han producido cambios


de gran magnitud, así la sustitución de materias primas por materiales sintéticos y el
deterioro constante de los precios de las primeras hacen que en los países
subdesarrollados prime la centralidad del conocimiento, y por tanto, las IES jugarán un
papel decisivo para la subsistencia de esos países en la economía mundial.

Por otra parte el capital y la tecnología tienden a instalarse en naciones que maximicen
sus beneficios en cuanto a la nueva tecnología, se plantea que su localización
dependerá principalmente de la calidad del capital humano existente donde ella se
asiente. Los recursos naturales, el capital y la nueva tecnología, se desplazarán
rápidamente alrededor del mundo y los productos y tecnologías ya no podrán
considerarse nacionales.

También se significa, que no es sólo al desarrollo científico -tecnológico al que debe dar
respuesta el sistema educativo, así se habla de la conformación de una nueva
ciudadanía en la que hay que dar respuestas a lo social, o sea, a aspectos como la
oportunidad laboral, el ascenso social, la formación de la personalidad individual y
requerimientos supranacionales.

Son cuatro ejes a los que las IES deben apuntar y dar direccionalidad para la
conformación de esta nueva ciudadanía y que al mismo tiempo den respuesta a la
situación de anomia:

16
a) La integración nacional, b) el fortalecimiento del sistema democrático, c) mayores
niveles de justicia social y e) parámetros más altos de productividad y competitividad
internacional.

El acceso al conocimiento y a determinadas competencias es un factor clave para


superar la situación actual, ya que paradójicamente, los 4 ejes señalados para la
conformación de la nueva ciudadanía se asemejan cada vez más a los que se exigen
para adecuarse al desarrollo científico- tecnológico.

Las transformaciones mundiales modifican sustantivamente los desafíos que debe


asumir el sistema educativo para formar los trabajadores profesionales necesarios para
participar activamente en los nuevos sistemas productivos. Las formas de trabajo que
emergen hoy, requieren el desarrollo de competencias hasta el momento no valorizadas
por los sistemas productivos vigentes.

Esta problemática se ha convertido en uno de los puntos centrales del debate educativo
en el ámbito mundial y con referencia podemos citar el caso de los Estados Unidos,
donde a partir de la constatación de que "más del 50% de los jóvenes abandonan los
estudios sin los conocimientos o preparación básica que necesitan para obtener y
conservar un buen empleo'', la Secretaría del Trabajo de los EEUU convocó a
representantes de escuelas, empresas y sindicatos del gobierno a discutir la temática.

EI trabajo de la Comisión permitió detectar 8 áreas de competencias consideradas


esenciales tanto para aquellos jóvenes que deben incorporarse al mercado del trabajo,
como para quienes opten por seguir estudios superiores y que son las siguientes:

• La elevación del nivel de complejidad de las actividades genera la creación de


una mayor cantidad de puestos de trabajo que requieren más capacitación para
realizar operaciones de nuevo tipo y que desplazan a quienes se encuentran
menos calificados, esta mano de obra calificada debe poseer:

- Una sólida formación general.


- Capacidad de pensamiento teórico-abstracto.

17
-Comprensión global del proceso tecnológico fortalecido por una sólida
formación lógico- matemática, estadística e informática.

•Las nuevas formas de organización del trabajo avanzan hacia una mayor
versatilidad de las tareas específicas, hacia la desaparición de los puestos de
trabajo fijos, se abre la rotación y un amplio espectro de tareas en conexión con
contenidos heterogéneos en un solo empleado, es por ello que una de las
características básicas del nuevo tipo de formación debe ser la polivalencia,
polifuncionalidad y flexibilidad.

Esta realidad potencia la necesidad de fortalecer una formación general de


abstracción y sistematización, y a una competencia técnica amplia. Esta formación
permitiría adaptarse a requerimientos de diferentes puestos de trabajo y empresas.

• La flexibilización de las formas organizativas de la producción tiende hacia la


descentralización en la toma de decisiones, se está produciendo el reemplazo de
estructuras piramidales y cerradas por redes planas, interactivas y abiertas,
existen cada vez más tareas que requieren decisiones de carácter individual y
otras tareas demandan mayor grado de autonomía. En este marco las
competencias que se demandan están vinculadas con:

- La capacidad de autonomía en torno a las decisiones.


- Posibilidad de pensar estratégicamente y planificar y responder creativa e
innovadoramente a demandas cambiantes.
- Capacidad de observación, interpretación y de reacción con toma de
decisiones ante situaciones imprevistas,.
- Capacidad de resolver problemas, habilidad para identificar, reconocer y
definir problemas. Formular alternativas. Modelos, soluciones y evaluar
resultados. Capacidad de transformación de ideas en aplicaciones prácticas.
- Conciencia acerca de criterios de calidad y desempeño.
- Autodisciplina en el trabajo.

• La fusión de empresas o unidades productivas y el proceso de descentralización


de etapas productivas exige un trabajo de cooperación e interacción de los roles
18
ocupacionales que demandan una alta capacidad de cooperación entre los
trabajadores y esta capacidad dependerá en gran medida de la competencia
para la interpretación de la información y la comunicación verbal, el dominio de
competencia para el trabajo en equipo, la competencia de negociación,
sobreponer argumentos científicos y articular propuestas, aspiraciones y
expectativas, el espíritu de colaboración y aglutinación.

• Por último, la rápida obsolescencia de las tecnologías obliga a pensar en una


recalificación permanente de los trabajadores, ya que investigaciones recientes
prevén que una vez que un joven deja el sistema educativo se enfrenta a no
menos de tres cambios sustantivos en la tecnología.

Ello demanda la formación general de una alta calidad de abstracción y abarcativa y


demanda una gran capacidad y actitud positiva hacia el aprendizaje y
autoaprendizaje continuo. La posibilidad de planificar y organizar la propia
formación permanente pasa a ser fundamental. Por otra parte, esta capacidad debe
complementarse con una predisposición permanente para adaptarse a los cambios.

Pensamos que lo destacable de estas competencias que demandan las tecnologías y


los modos de organizar la producción como respuesta a la globalización de la
economía y las tecnologías, es el desarrollo de procesos hasta ahora inéditos y que
son:

• Las competencias exigidas son también imprescindibles para potenciar las


posibilidades de participación social y laboral de aquellos que quedan
marginados del acceso a los puestos de trabajo, y este proceso esta basado en
que los perfiles no sólo deben demandar formar para el trabajo sino también la
formación integral como ciudadano, además que las competencias exigidas
abren mayor igualdad de posibilidades de acceso a los restringidos puestos de
trabajo.

• Las competencias exigidas son coincidentes con las necesarias para el


desarrollo consecuente y multilateral de la personalidad y la participación social,
de confirmarse esta teoría se pondría fin a la dicotomía entre educación general
19
y la alta especialización, sin embargo se necesita una formación general que
abandone su tradición excesivamente academista y se aproxime al conocimiento
de la realidad, en especial al sistema productivo y para que esto suceda se debe
lograr:

• La profundización de la dimensión potencialmente profesional de las materias


tradicionalmente académicas.
• La universalización de la educación científico- tecnológica-humanista general.
• La utilización más intensiva del mundo del trabajo como recurso pedagógico.. a
partir de modelos pedagógicos innovadores, donde las TICs tienen un
significativo rol no sólo como medio de enseñaza sino como medio de
producción intelectual.
• La inclusión de contenidos progresivamente diversificados y optativos que
posibiliten aprendizajes profesionales y elecciones vocacionales, bajo el
lenguaje de la modelación de los objetos de trabajos de las esferas de actuación
profesional.
• La articulación de acciones conjuntas con empresas, sindicatos y restantes
instituciones del entorno universitario.

De esta forma se rompería el histórico divorcio entre la cultura escolar y laboral. Pero al
mismo tiempo la escuela debe educar en valores y principios éticos tales como la
integración social, la igualdad, la solidaridad, la honestidad, que no sólo permiten
desenvolverse en la vida familiar, cultural, comunitaria y política, sino también darle un
sentido más profundo, más crítico y colaborativo a su actividad laboral, y a los fines con
que son utilizados los avances científico-tecnológicos.

Algunas experiencias en la búsqueda de una mayor relación entre la educación y


el mundo del trabajo.

Las nuevas relaciones entre educación, trabajo y empleo en los últimos años propone
también nuevos retos del mundo del trabajo a los sistemas de educación y, por ello,
podemos resumir las principales enseñanzas extraídas de las experiencias de países
que han logrado en los últimos años combinar con éxito innovaciones en sus sistemas
de educación y prosperidad económica, acompañándolos de una alta tasa de empleo.

20
Si bien dichas innovaciones se enfrentan con especiales dificultades a la hora de ser
aplicadas en los países en vías de desarrollo, los modelos en los que se basan pueden
serles igualmente útiles, así los países del “Sur" se enfrentan a gravísimos problemas
de desempleo, con un escaso margen de maniobra a causa de numerosas
circunstancias: deuda externa, limitado poder de negociación de sus exportaciones,
reducción de las inversiones públicas y privadas, precariedad de los sistemas de
formación, elevado crecimiento de la población activa, reducción del crecimiento de los
puestos de trabajo, privatización de las economías, que en este último caso trae
consecuencias en el empleo, en la estabilidad de los contratos, en la movilidad
profesional y en las exigencias de cualificación.

Así los últimos años se ha caracterizado por lo que ha dado en llamarse el paro o
desempleo estructural sin fronteras, que es por lo general un desempleo de larga
duración y que afecta a un gran número de personas "inadaptadas al empleo'', a causa
principalmente de una formación insuficiente para adaptarse a la evolución de la
economía, y por lo tanto la capacidad de adaptación, basada en una formación flexible,
se convierte en el principal seguro contra el paro para la mayoría de las personas, pues
como indican la mayoría de los análisis contemporáneos un dictamen del Comité
Consultor para la Investigación y el Desarrollo Industrial perteneciente a la Comunidad
Europea, en los próximas años va a ser necesaria una reducción sumamente
importante de los trabajadores no calificados y una mano de obra mucho más
calificada, período en la que el factor humano ha pasado a ocupar el primer plano entre
todos los medios de producción.

La creciente competitividad en el ámbito internacional, basada en la calidad de los


productos y en la rapidez de prestación de los servicios, hace que la mano de obra se
convierta en el principal elemento pare garantizar el futuro de las empresas.

Ello obliga a ser más flexibles y versátiles, a disponer de un bagaje amplio de


conocimientos teórico prácticos y a una correcta comprensión del mundo en que cada
uno vive y trabaja. Las experiencias europeas de transición de los jóvenes a la vida
adulta y profesional, en un marco de programas de educación-trabajo han demostrado
que aquellas competencias que son fundamentales para el pleno desarrollo de la
21
personalidad humana, lo son también para la inserción en la sociedad y la vida
profesional. Explica que a igual conclusión han llegado investigadores de la formación y
del mundo laboral. Las competencias de base que necesitan los trabajadores actuales
tienen mucho que ver con actividades humanas profundas, como la capacidad de tomar
iniciativas, seguir un razonamiento lógico y abstracción de los elementos esenciales
que caracterizan el objeto, aprender por sí mismo y trabajar en equipo.

No se trata de multiplicar hasta el infinito los elementos o contenidos de los programas


escolares, sino de dar un tratamiento interdisciplinario, multidisciplinario y
transdisciplinario en su unidad dialéctica a los temas, dada la compleja naturaleza de
los problemas a resolver en la vida real.

Es imprescindible que la enseñanza inicial básica de a conocer e inicie el aprendizaje


sobre las TICs.

Sería un grave error, además de una injusticia, limitar el acceso a estas tecnologías por
considerarlas sofisticadas o caras, puesto que hoy ya forman parte del paisaje de la
vida cotidiana, que ha modificado el modo de actuar de la sociedad, es cada vez más,
el puente digitalizado entre el hogar, el trabajo y la sociedad. Las TICs pertenecen, de
hecho, a lo que llamamos cultura general, que es objeto de la enseñanza inicial básica.

Los sistemas tradicionales de formación profesional, al olvidarse de las necesidades


del mundo del trabajo, han cometido gravísimos errores de planificación y dispendios
económicos inaceptables en países que tienen otras necesidades urgentes.

La formación ha de tener, además, un carácter polivalente, sin centrarse en los


conocimientos demasiado puntuales o en la especialización muy concreta, ya que dejan
de tener sentido cuando cambian las tecnologías y la organización del trabajo.

La educación terciaria de primer ciclo debe volver a dar una educación sólida, y no
necesariamente a preparar para una profesión concreta. Educación generalista y
esencial, de perfil amplio. El objetivo de una educación generalista es ofrecer una
cultura amplia, multicultural, que ayude a aprender a cómo se sabe, de forma crítica e
independiente. La ciencia y la tecnología que se trasmite en alianza con el entorno
22
empresarial, excluye el dogmatismo, la intolerancia, y sobre todo la superstición y
autoridad de la tradición. Lo importante no es ya explicar a los estudiantes lo que tienen
que pensar, sino cómo pensar. Se trata de saber, de saber cómo se sabe, de aprender
a aprender; y sobre todo de motivar el aprendizaje a lo largo de la vida (L.L.L, lifelong
learning).

El reto del cambio del proceso enseñanza aprendizaje actualmente es desarrollar la


competencia de investigación, saber cómo se sabe, pensar críticamente y de forma
independiente, ser creativo e innovador, saber procesar información, incorporando lo
que es esencial y útil, y rechazando lo que es irrelevante.

La formación abierta a campos profesionales amplios permite adaptarse a los cambios


ocupacionales que pueden producirse a lo largo de la vida. En un mundo del trabajo
cambiante no es práctico establecer un currículo formativo rígido, que aspire a durar
indefinidamente.

Las soluciones más lógicas, en correspondencia con las tendencias apuntadas, se


basan en el establecimiento de currículo de formación flexibles, que cada trabajador,
tras su formación inicial de perfil amplio con sólida formación de competencias básicas,
pueda elaborar su propia carrera profesional de forma permanente de acuerdo con las
salidas profesionales que existan en cada momento.

Otro rasgo importante en la educación es la alternancia, es decir, la capacidad de


combinar los conocimientos teóricos con el aprender a hacer en un centro de trabajo.
Este saber hacer consiste en conocer el contexto real de trabajo y en sistematizar
conocimientos teóricos.

Todo esto tiene su expresión concreta en diferentes contextos, circunstancias


específicas y tradiciones, de las cuales pudiéramos señalar algunos ejemplos
extraídos de estudios realizados en Cuba sobre algunas tendencias en la formación de
las universidades reconocidas como de excelencia (2001), donde se aprecia que el
vínculo universidad-sociedad-ámbito laboral, por ejemplo, en Estados Unidos va
ganando espacio la interrelación con el mundo de los negocios, los sectores
productivos y los servicios dentro de la formación de pregrado.

23
En Canadá, aunque no generalizado, existen los “cooperative program” donde los
estudiantes combinan desde primer año y de manera creciente períodos de trabajo con
actividades docentes bajo la dirección de la universidad en coordinación con las
industrias y sectores de los servicios.

En universidades españolas existe un Consejo Social que los vincula con la sociedad y
tiene la función de ejercer la supervisión de las actividades económicas y del
rendimiento de sus servicios.

En Alemania la universidad FHS es más cercana a las demandas de la producción y los


servicios, esto hace que la industria y los centros de investigación apoyen
financieramente a estas universidades.

En Francia, con relación al acceso, se plantea la necesidad de poner en práctica toda


una estrategia de información, orientación y seguimiento de los estudiantes desde el
bachillerato y hasta la inserción profesional, dándole a la orientación la mayor
prioridad, aclarando a los jóvenes sobre las vías ofrecidas y ayudar a cada uno de ellos
a discernir mejor sobre sus gustos, deseos y posibilidades, establecer que la selección
del ciclo de estudio que mejor corresponda a su vocación y a las necesidades de la
sociedad deberían hacerse generalmente antes del ingreso a la universidad y con una
posible reorientación, esto en cierta medida contribuye a aumentar la motivación del
estudiante por una carrera e influye además en la preparación y en el futuro
desempeño del graduado potenciando el interés y la responsabilidad por el entorno
social.

En el caso de Brasil se aprecia una tendencia hacia la promoción de acciones


orientadas a la integración local, nacional y regional, con vistas a apoyar el desarrollo
y se propone promover y estimular la participación del Consejo de Universidades
Brasileñas a través de las universidades en proyectos relevantes de carácter
educacional y social para reforzar el papel de estas y su inserción en las cuestiones
que afectan a la vida de la población; también se apoya dar seguimiento e intensificar
actividades de diseminación y divulgación de acciones desarrolladas por las I.E.S
intentando promover permanentemente la universidad junto a la sociedad brasileña con
24
la participación efectiva de los representantes regionales. Por otro lado uno de los
aspectos sobre los cuales se evalúa la calidad de los programas de pregrado es la
interacción de las instituciones con la comunidad, sociedad.

En las universidades de Europa y Estados Unidos la evolución de la actividad


extensionista a lo largo del siglo XXI, aunque ha ampliado su contacto con la realidad
socioeconómica y cultural de la comunidad donde están insertadas, se ha inclinado
esencialmente al desarrollo industrial de las principales potencias mundiales, así como
a la concepción de la prestación de sus “servicios” en correspondencia con los
cambios de su entorno. Sin embargo en cierta medida se han desinteresado por la
proyección de sus misiones educativas con enfoques en lo social.

Esto contrasta desde un ángulo visible de la calidad y la excelencia donde la


universidad debe sentirse responsable conjuntamente con el Estado de la existencia de
un programa social coherente, garante de la equidad, la solidaridad y la cohesión de la
sociedad que genere a su vez en cada individuo un sentido de participación,
compromiso social y responsabilidad para los demás.

Tenemos aquí un punto de partida para que la universidad estudie los problemas
sociales que colinden con sus aulas y utilice la retroalimentación en la búsqueda de
soluciones que potencien su pertinencia social y su prestigio logrando un marcado
protagonismo en la vida del país, no solo brindando sino recibiendo influencias y
demandas de las comunidades como elemento de reflexión para el trazado de políticas
y elaboración de concepciones de desarrollo en aras de la excelencia. 17

17
Vega, J. F. (2001) Tesis de Maestrías en Ciencias de la Educación Superior. CEPES- U.H. Cuba.

25
En Cuba el desarrollo de la Universidad Cubana ha estado fuertemente relacionado a
la evolución histórico social de la nación y con las tendencias más reconocidas
internacionalmente. Desde la fundación de la Universidad de la Habana en 1728,
transitando por las reformas de Enrique José Varona en 1900, las reformas
universitarias en revolución en 1962, la reestructuración universitaria en 1976, el
período de madurez universitaria a partir de 1989 a raíz de la rectificación de errores y
tendencias negativas y hasta nuestros días, siempre han estado a través de los años,
las nociones de dirección.

En determinadas etapas fueron predominantes la planificación, la administración y la


evaluación, pero en los momentos actuales se le brinda a la gestión una importancia
extraordinaria como elemento integrador, debido a la relevancia que produce la
necesidad de planificación estratégica, dirigir y evaluar dentro del contexto institucional
y la pujanza de los retos de los procesos de evaluación y acreditación que imponen los
cambios globalizadores del mundo contemporáneo.

En el campo de la formación el egresado universitario debe tener una formación


integral según el Proyecto Educativo Cubano, desarrollando los valores éticos y
morales, la cultura, el espíritu revolucionario que caracteriza a nuestra sociedad, el
dominio de las TICs, el dominio de las lenguas extranjeras, las cualidades de
solidaridad y cooperación; para entregar a la sociedad un profesional culto que esté al
nivel de sus expectativas.

Haciendo referencia a las universidades cubanas, se destaca los objetivos esenciales


del currículo vigente desde el curso de 1990-1991, los que se concibieron para lograr
una formación de profesionales de perfil amplio en el pregrado con un contenido
integrador de los componentes académico, investigativo y laboral.

La realización de estudios por las universidades y sus profesores demostraron la


necesidad de formar profesionales que con una sólida preparación en los
conocimientos fundamentales de una profesión y con habilidades profesionales de
mayor generalidad, estuviera en mejores condiciones para adquirir y actualizar
conocimientos de posgrado y desarrollar las nuevas competencias que requieren las

26
diversas y crecientes demandas de la dinámica del mundo del trabajo y el avance de la
sociedad.

Para ello en cada carrera se determinó el conjunto característico de problemas de la


profesión como punto de partida para el nuevo diseño curricular, en el que el modelo
del profesional es la expresión pedagógica del encargo social para cada carrera. Entre
los diversos aspectos de este diseño, el concepto de disciplina integradora, como
importante elemento para la sistematización e integración de los contenidos
curriculares ha sido el de mayor impacto. Identificado con la actividad profesional, es a
través de esta disciplina que se puede enfatizar mejor el vínculo con la práctica y la
investigación, y constituyéndose en una armónica estructuración de la actividad
investigativa y laboral a lo largo de toda la carrera.

“La función formadora de la universidad no se limita a conocimientos y habilidades;


sino también, y a la par, a la formación y consolidación de valores. Las universidades
deben ganar cada vez mayor conciencia de que los retos son académicos y científicos,
morales y éticos. Lograr una formación integral para un desarrollo sostenible
presupone no solo altos niveles de competencia técnica que garantizan el desarrollo,
sino personalidades plenas que de una manera consciente y activa repudien todo
vestigio de injusticia social, que sientan el orgullo de formarse y trabajar en el país en
que nacieron y de su identidad latinoamericana y caribeña. 18

La Universidad Cubana transciende sus propios marcos para extenderse al sector


productivo y de los servicios. Existen asimismo sectores que por su trascendencia en la
función social que ejercen en el desarrollo del país tienen adscriptas directamente sus
instituciones universitarias, como es el caso de la formación médica, pedagógica y de
la cultura física; lo que le confiere una integralidad en la concepción, proyección y
ejecución de la formación de su capital humano, la investigación científica y la función
de servicios que las mismas realizan.

La posibilidad que propicia el sistema universitario cubano como función social


permite, en todos los casos, la existencia de unidades docentes (centros laborales
18
Vecino Alegret, F. (1997). La Educación Superior en Cuba: Historia, actualidad y perspectivas. Revista Cubana
de Educación Superior. Vol. XVII. No1. p. 11- 29. CEPES, Cuba.

27
docentes, por ejemplo, hospitales, fábricas, granjas agrícolas, institutos de
investigación, etc), donde se interrelacionan la labor de profesores y estudiantes
universitarios con profesionales y especialistas del sector correspondiente,
produciendo una relación bidireccional que garantiza la actividad de los que se
forman, es decir, los estudiantes se forman en el mundo real donde se desarrolla el
proceso productivo o asistencial vinculándolo a la vida y creando condiciones
favorables para la inserción profesional de los futuros graduados. Se produce
fundamentalmente retroalimentación sistemática desde los centros productivos y de
servicios sobre las nuevas tecnologías, softwares profesionales y metodologías que se
introducen, contribuyendo a la actualización y enriquecimiento de la formación
profesional. 19

Las universidades trabajan intensamente con el fin de lograr la formación del


profesional de estos tiempos. La educación e instrucción superior en Cuba se fusionan
favoreciendo el alcance de las nuevas metas, de las nuevas cualidades de formación
ciudadana; concibiendo al proceso docente educativo y la ejecutoria curricular: su
diseño, su implantación, su control, su evaluación, su acreditación, su continuo
perfeccionamiento; orientados, cual sistema, a la formación integral con un predominio
de la pertinencia social.

Este profesional al que aspira la educación superior debe, además de ser de perfil
amplio, ser portador de elevadas convicciones ideológicas, con plena conciencia sobre
sus deberes y responsabilidades ciudadanas, con conocimientos, hábitos, habilidades
y aptitudes que le permitan la suficiente creatividad, innovación e independencia desde
el mismo inicio de su inserción en la vida profesional. 20

La incorporación de nuevas tecnologías de productos y procesos solo significa un


aumento de productividad permanente y a largo plazo, siempre que esté acompañado
de profundos cambios en la forma de organización y de las relaciones laborales. Estas
transformaciones relegan a planos inferiores las teorías tradicionales de los modelos
vigentes hasta este entonces, modificando sustantivamente los paradigmas
19
Abascal Iglesias, A. (1997). Pertinencia de la Educación Superior Cubana. Revista cubana de Educación
Superior. Vol. XVII. No 1. p.30-39. CEPES, Cuba.
20
Vecino Alegret, F. (1997). La Educación Superior en Cuba: Historia, actualidad y perspectivas. Revista Cubana
de Educación Superior. Vol. XVII. No1. p. 11- 29. CEPES, Cuba.

28
socioeducativos de los sistemas educativos que deben asumir retos en la formación de
los trabajadores y profesionales que participarán activamente en los nuevos sistemas
productivos y de servicios.

Este aprendizaje reafirma los enfoques pedagógicos que sustentan una actividad social
de reproducción y producción de conocimiento mediante la cual se asimilan los modos
sociales de actividad y de interacción de los conocimientos científico-tecnológicos bajo
condiciones de orientación e interacción social.

Por todo ello, es que se necesita considerar, como trascendental, la convergencia


digital entre la educación y la cultura, pues la primera necesita siempre interacción
mientras que la segunda no necesariamente, entonces los nuevos modelos
pedagógicos responderán a la solución de esta contradicción con eficiencia, eficacia,
efectividad e impacto social, de modo que podamos hablar de la verdadera educación
de masas.

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