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Violencia familiar
Alfonso Pérez Poza
Trabajo 3er curso de terapia Familiar
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INTRODUCCION
En los últimos 15 años ha habido un aumento de la concienciación sobre la
prevalencia y consecuencias de la violencia familiar.
La violencia familiar es un problema muy extendido que afecta a personas de
todos los contextos sociales, religiosos, educativos, geográficos y económicos.
Los costes económicos y sociales relacionados con la violencia familiar incluyen
un aumento de la necesidad de acción judicial, acción policial y recursos de salud
mental.
La violencia familiar es un término muy amplio que puede referirse al abuso
físico, verbal o sexual con el cónyuge, hijos o personas mayores. Este texto quiere
limitarse a la violencia física contra el cónyuge.
Una vez que dentro de una relación se produce una conducta agresiva, ésta
suele desarrollarse convertirse en un patrón estable a lo largo del tiempo. Una
conducta agresiva puede y a menudo lo hace, como vemos continuamente en las
noticias de TV, empeorar con el tiempo y puede llegar a terminar en un asesinato. Los
intentos de separación llevados a cabo por una mujer que es víctima de un marido
abusivo puede terminar en un homicidio. El fenómeno de la violencia está ligada al
género, la mayor parte de la violencia familiar y la más severa es cometida por
hombres contra mujeres. Al analizar a una familia violenta, es importante analizar y
comprender si el patrón existente es de violencia física mutua, si hay agresión verbal
por parte de la mujer combinada con agresión física por parte del hombre o si el
marido tiene todo el control sobre la esposa que está muy victimizada. Es importante
saber que hay situaciones en las que el agresor tiene un trastorno psiquiátrico
diagnosticable.
Estos problemas, sin ninguna duda, implican a toda la familia y requieren un
tratamiento muy especializado y agresivo por parte del terapeuta familiar y de otros
profesionales del campo de la salud.
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INCIDENCIA DE LA VIOLENCIA
No se pueden obtener estimaciones precisas de la violencia familiar debido a
los sesgos muestrales y a la gran cantidad de casos no denunciados. Los datos han de
juzgarse con prudencia. No obstante, en primer lugar resultará útil algunos datos
sobre la incidencia de la violencia.
􀁦 Total matrimonios con problemas de agresiones 20-30%
􀁦 Proporción de mujeres seriamente agredidas 2-4%
􀁦 Proporción de niños maltratados 3,6 %
􀁦 Parejas violentas en el primer año de matrimonio 16 %
􀁦 Parejas violentas en el transcurso del 2º año 28 %
Tabla 1. Tabla de incidencias
􀁦 Proporción de mujeres que toleran el abuso más de un
año antes de abandonar la pareja 75 %
􀁦 Proporción de mujeres que toleran el abuso por más de 5 años 26 %
􀁦 Agresiones severas 2 %
􀁦 Proporción de mujeres residentes en casas de acogida que
retornan con sus maridos, a pesar del peligro 35 %
􀁦 Casos de maltrato que se informan a las autoridades 1 cada 10
Tabla 2. Tabla de incidencias
El la tabla 1 y 2 se recogen una serie de indicadores que tratan de reflejar la
incidencia en población general y la persistencia del problema revelando que la
violencia llega a ser un problema estructural y cotidiano, resulta sorprendente que en
un 26% de las parejas llegan a aguantar 5 años antes de separarse.
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􀁦 Tasa de hombres que se vuelven violentos sin haber tenido
una historia previa de violencia en su familia 1 %
􀁦 Tasa de hombres que se vuelven violentos con una historia
precia de violencia en su familia 6 %
􀁦 Incidentes violentos en el que está presente el alcohol 50 %
􀁦 Alcohólicos también violentos 20 %
Tabla 3. Relación de la violencia actual con una historia de violencia previa
En la tabla 3 se relaciona violencia actual con una historia previa de violencia
como testigo o como víctima en la familia. No obstante, resulta importante destacar
que el 94% de los hombres testigos o víctimas en su infancia no repitan este patrón
violento. También se destaca el papel que juega el abuso de alcohol en las conductas
violentas en el ámbito familiar.
Es importante definir que se entiende por violencia-simétrica y que se entiende
por violencia-complementaria.
Violencia-simétrica: (violencia agresión) se genera en situaciones de desafío en
el que uno trata de imponerse al otro, La mujer es la quien suele llevar los golpes, pero
no se somete, se las arregla ara continuar la lucha. La agresión es abierta y existe el
sentimiento de culpa.
Violencia-complementaria: (violencia castigo) es un intento de perpetuar una
relación de desigualdad. En esta relación hay un fuerte y un débil, el fuerte se cree en
el derecho de castigar al débil. Es más oculta, rechaza todo tipo de intervención
profesional o contrato social, no hay sentimiento de culpa y sí una cierta sanción
cultural que justifica la violencia del fuerte.
La distinción es muy importante por las distintas implicaciones que esto supone.
En el caso de la violencia-simétrica es posible una intervención psicoterapéutica de
tipo sistémica. en la situación de violencia-complementaria las víctimas presentan un
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estado alterado de conciencia, prestándose de forma pasiva y ritual a las maniobras
del violento. La violencia-castigo puede de una manera, no demasiado difícil, llevar a la
muerte, este es un tipo de violencia que hay que denunciar y hacer que intervenga la
justicia sin otra opción. Se contraindica la terapia familiar.
Predictores de violencia familiar y perfil del agresor
Los estudios sobre perfiles del agresor y predictores de violencia han de
interpretarse con mucha precaución. Algunas familias que presentan los factores de
riesgo no son, sin embargo, violentas mientras que algunas que no tienen el perfil lo
son. Los datos de las tablas 4 y 5 son solamente orientativos.
􀁦 Observación de agresiones parentales o ser objeto de la agresión parental
􀁦 Personalidad agresiva
􀁦 Estrés cotidiano
􀁦 Abuso de alcohol
􀁦 Problemas maritales
􀁦 Estilo de interacción negativa con la pareja (críticas, sobreimplicación, comentarios
negativos, dudas sobre la capacidad)
􀁦 Actitud positiva hacia el maltrato físico
􀁦 Su grupo social apoya la violencia física (significado social y cultural de la agresión
física)
􀁦 Percepción de los acontecimientos cotidianos como estresantes
􀁦 Clase social baja
􀁦 Aislamiento social (raramente las familias maltratantes permanecen más de 2 años
en un mismo lugar)
􀁦 Falta de un ambiente cálido en la familia
Tabla 4. Predictores de violencia (Arias y O'Leary, 1988)
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􀁦 Estilos agresivos, impulsivos y defensivos
􀁦 Sometidos a un alto estrés cotidiano
􀁦 Poco asertivos
􀁦 Baja autoestima y depresión
􀁦 Historia de exposición a la violencia
􀁦 Aceptan las agresiones como método legítimo de la relación
􀁦 Frecuentemente son alcohólicos
􀁦 Sienten que su vida está siendo un fracaso, viéndose impotentes para cambiarla
􀁦 Reprimen los sentimientos de desagrado hasta que se produce un estallido de cólera.
El estrés real o percibido es el detonante.
􀁦 Se ven como víctimas y no como agresores, consideran que reaccionan de forma
inevitable a la provocación de la víctima
Tabla 5. Perfil del agresor
El perfil de la víctima es muy similar al de su victimario (en ocasiones es
exactamente igual).
CÓMO OCURREN LOS ACTOS DE VIOLENCIA. EL CICLO DE LA
VIOLENCIA
En 1980 Walken desarrolló la teoría del ciclo de la violencia en el abuso
conyugal. Identificó 3 etapas en el patrón de conducta: 1) un periodo de aumento de la
tensión, 2) un incidente agudo de violencia y 3) un periodo de reducción de la tensión
caracterizado por amabilidad y conducta cariñosa de arrepentimiento.
Deschner (1984) ha propuesto un modelo de ciclo de la violencia que se ha
hecho célebre y que se reproduce a continuación:
1) Dependencia mutua: el punto de partida es una relación entre dos personas
que sienten una fuerte necesidad una de la otra. Se trata de un vínculo con alta
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intensidad emocional en la que ambos hacen votos de devoción mutua que excluye
otras relaciones y el mundo exterior.
2) Acontecimiento problemático: En un momento dado la paz se rompe. La
"víctima" hace algo que se percibe como indeseable por el abusador. Cae fuera del
contrato de dependencia mútua; el acontecimiento puede ser totalmente trivial.
2a) Respuesta afectiva del abusador al acontecimiento prejudicial: el abusador
se siente abandonado y rechazado.
2b) No-comunicación de sentimientos: Los sentimientos de rechazo se
transforman en heridas que el abusador no es capaz de comunicar, y la incomunicación
la torna después en explosiones de rabia.
3) Intercambios de coacciones: El abusador hace varios intentos de detener la
situación displacentera, generalmente mediante una serie de amenazas verbales y
denuncias; el otro miembro de la pareja participa en la escalada respondiendo a las
amenazas. La ansiedad de la situación escala, sin que ambos sean capaces de rebajarla.
4) El último recurso: El violento juzga la situación como insostenible, no
pareciendo existir salida al impasse alcanzado. Esta decisión es clave, ciertas normas
culturales afectan la velocidad con que se alcanza el climax.
5) Furia primitiva: El ataque se produce como consecuencia del juicio anterior.
Se atacan objetos de la casa, paredes, etc. Se ataca a puñetazos, mordiscos,
empujones, con instrumentos, armas, etc. a ala pareja o al(los) hijos, se les golpea o
incluso dispara más allá de los necesario para vencer. La conciencia del atacante se
inunda de furia. La mente racional del sujeto se desvanece, incluso olvida lo realizado
durante el ataque.
6) Refuerzo de la agresión: Durante el ataque de rabia la víctima cesa en su
comportamiento como una forma de sobrevivir al ataque y no provocar más furia. Con
la detención de la conducta, la víctima está enviando el mensaje de que la "violencia
funciona" ya que sirve para detener aquello que molesta al violento. De forma que la
táctica puede repetirse en el futuro.
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Si la víctima no resultó excesivamente herida, puede intentar aplacar al
maltratador con gestos o palabras que indican sumisión, por ejemplo, culpándose de lo
que ha sucedido o siendo amable con é preparando comidas, siendo más servicial, o
teniendo relaciones sexuales, lo que de nuevo funciona en la medida en que disuelve la
furia del agresor.
6a) Instigación de miedo: Una vez se ha producido la agresión, el miedo se
convierte en un ingrediente activo de la relación. con cada repetición del ciclo aumenta
el miedo, y la fase de arrepentimiento se torna menos convincente. El miedo
incrementa la ansiedad de la relación impactando su dogma básico según el cual la
relación debe proveer de todo lo necesario. Reconocer el miedo se convierte en una
forma de denunciar el contrato : la relación ya no puede llenar, ya no sirve, se crea una
distancia.
7) Fase de arrepentimiento: Tanto la víctima como el agresor están
trastornados por lo que acaba de suceder. La víctima puede necesitar atención médica,
o ha huido a una casa de acogida de mujeres. El abusador, debido a su amnesia parcial,
difícilmente puede creer la magnitud de su violencia y, sinceramente, promete no
volver a hacerlo. La víctima entiende que el arrepentimiento es honesto, y superando
sus sentimientos de miedo y rabia, le da una oportunidad más. Desafortunadamente, la
sumisión durante la fase anterior ya ha reforzado la aparición de nuevos episodios de
violencia.
1. Dependencia mutua
2. Acontecimiento problemático
a. Respuesta afectiva del abusador al acontecimiento perjudicial
b. No comunicación de sentimientos
3. Intercambio de coacciones
4. El último recurso
5. Furia primitiva
6. Refuerzo de la agresión
a. Instigación de miedo
7. Fase de arrepentimiento
Tabla 6. Ciclo de formación de la violencia
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Contrato 1. Negociación 2. Gritos 3. Insultos 4.Coacciones
Irrealizable de diferencias CIRCUITO DE INTENSIFICACIÓN
5. Amenazas
ACTIVA- 6. Activador
CION Puntual
7. Agresión
10. Perdón de 9. Arrepentimiento 8. Cese del motivo
la víctima del agresor de la disputa
COMPLEMENTARIEDAD
FACTORES DE ESTRÉS AMBIENTAL
CONDICINES SOCIALES DE VIDAD
Tabla 7. Ciclo de generación de la violencia en parejas simétricas (Deschner, 1984)
Son varios los supuestos que manejamos en el modelo:
Patrón circular, se alimenta a sí mismo, no necesita de razones externas y pasa
a formar parte del repertorio de patrones de interacción de la pareja.
La violencia se construye entre dos, por lo que hacen uno y otro. Eso que hacen
es entendido como una escalada primero verbal y después física.
Para finalizar la violencia es necesario que los dos actores de la violencia hagan
algo. La finalización de la violencia se concibe como un cambio de un patrón
interaccional y no como cambio de la conducta de una persona.
Hay un acuerdo implícito, rígido. El consenso alcanza tres áreas: espacial,
temporal y temática.
Espacial: acuerdan vivir la violencia en un lugar determinado y no en
otro, fuera de estos ámbitos la violencia está prohibida.
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Temporal: se relaciona con la secuencia temporal del acto violento,
siempre se eligen los mismos momentos
Temática: la violencia está ligada a la discusión de ciertos temas.
EVALUACION DE LAS CUESTIONES INDIVIDUALES Y DEL
SISTEMA FAMILIAR
El primer paso del tratamiento de la violencia familiar consiste en una
evaluación global del funcionamiento individual y familiar. Aunque el tratamiento de la
violencia familiar, a menudo, debería enfocarse desde una perspectiva sistémica, el
clínico debería ser consciente que los factores individuales también pueden estar
desempeñando un rol importante. Los diagnósticos psiquiátricos pueden ser el origen
de la violencia y deberían ser tratados de forma adecuada, hacer terapia familiar
puede resultar imposible a menos que se estabilice primero la psicopatología individual.
Recordar que está contraindicado la terapia en el caso de violencia complementaria
(violencia-castigo) y se debe denunciar.
En el caso de parejas simétricas si, tras una evaluación, el terapeuta cree que
el agresor no está motivado para detener la conducta violenta o si no es posible
controlar dicha conducta, el tratamiento familiar no será una estrategia terapéutica
adecuada. en cambio, debería recomendarse tratamiento individual para el agresor
(p.e. un grupo de control de la ira) y para la víctima (p.e. tratamiento individual dirigido
a dar poder a la víctima, grupos de mujeres maltratadas). Bajo estas circunstancias, el
terapeuta debería defender activamente al cónyuge que es víctima de malos tratos
para que abandone la relación.
Si el clínico tiene evidencias de que ha ocurrido en el hogar alguna forma de
violencia, es importante evaluar el peligro que supone el agresor para los demás. Se
deberían dar ciertos pasos para garantizar un seguridad inmediata en el hogar. Se
debería preguntar sobre la gravedad, naturaleza y frecuencia de la violencia.
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Asimismo, debería evaluarse el grado en que el agresor es capaz de controlar sus
tendencias hostiles.
Si durante la entrevista de una familia violenta una discusión familiar comienza
a subir de tono, el clínico debería tomar un rol activo y anticipador y no permitir que
las discusiones se intensificaran.
Leyes de obligatoriedad de denunciar. Informar de las limitaciones de la
confidencialidad. El clínico puede facilitar este proceso permitiendo a la familia estar
presente cuando pone la denuncia o dejando a un miembro de la familia que el mismo
haga la denuncia. Si se rompe la relación por la ruptura de la confidencialidad habrá
que remitir a otro clínico.
Seguridad como primer paso. Se recomienda desarrollar un plan de escape
(llamar a la policía, llaves del coche, dinero, refugio, alertar a amigos o vecinos)
Contrato de no violencia
La posición básica debería se confrontativa y de apoyo.
Un objetivo básico es la reducción del aislamiento familiar. Suelen ser sistemas
cerrados.
En la tabla 8 señalamos los objetivos básicos de una terapia.
1. Que nadie resulte físicamente herido y, mucho menos, muerto
2. Consideración positiva de la otra persona o, al menos, respeto
3. Mejorar la relación (comunicación, solución de problemas, negociación)
Tabla 8. Estrategias de intervención. Objetivos generales
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􀁦 Técnicas de comunicación, negociación y solución de conflictos (L'Abate y
McHenry 1983, Liberman 1987)
􀁦 La negociación es una alternativa a la violencia, les decimos que ninguna de las dos
posturas prevalecerá.
􀁦 Cada cual se compromete porque quiere, no porque el otro se comprometa. Lo que
quiere decir que hemos abandonado un contrato basado en la contingencia de conductas
(quid pro quo). Recordar que las relaciones se deterioran no sólo por el intercambio de
conductas negativas sino por la ausencia de positivas.
􀁦 La terapia no ha terminado cuando cesó la violencia, comienza una segunda fase que
impedirá la recaída en la medida que intercambien cosas positivas.
Tabla 9. Técnicas resolutivas del conflicto
􀁦 Primo non nocere
􀁦 La terapia ha de basarse en la experiencia
􀁦 Desarrollar una consideración positiva entre los miembros de la familia
􀁦 Escuchar empáticamente, comprender pero no justificar
􀁦 Tratar tanto con la familia como con el contexto extenso
Tabla 10. Principios cuando se trabaja con familias violentas (Fishman, 1990)
TRATAMIENTO SISTEMICO-FAMILIAR
Una vez que la violencia se encuentra bajo control y se crea un sentimiento de
seguridad suficiente, puede desarrollarse un trabajo más intensivo focalizado en las
dinámicas familiares disfuncionales.
Uno de los primeros pasos del tratamiento de la violencia familiar suele ser
mejorar las habilidades de comunicación deficientes.
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Es importante el examen de los aspectos intergeneracionales que puede ayudar
a la familia a ver sus patrones de interacción en un contexto más amplio. Puede aliviar
los sentimientos de culpa y desprecio conforme los miembros de la familia asumen la
responsabilidad de su conducta reconociendo que sus patrones de conducta pueden
haberse formado en un contexto en el que apenas tenían control. Especialmente es útil
es el uso de genograma.
La terapia familiar estructural puede servir para identificar los subgrupos
familiares importantes, coaliciones, triángulos dinámicos de poder y fronteras.
Un objetivo importante de la terapia es aumentar las fuentes de apoyo de esas
familias. En algunos sistemas familiares cerrados los miembros de la familia puede
también estar aglutinados y pueden tener sentimientos ambivalentes sobre su
dependencia de otros miembros de la familia. Esos miembros de la familia pueden
utilizar conductas violentas como forma de crear distancia entre los miembros de la
familia o como forma de liberar la ira reprimida que sienten por la dependencia insana
que se vive en al familia. En estos casos, el objetivo sería desarrollar fuentes de apoyo
fuera de la familia y una diferenciación sana entre los miembros de la misma. Las
familias violentas necesitan ayuda para crear fronteras apropiadas y para restablecer
esas fronteras rápidamente después de que se han roto.
Otro tema importante para las familias violentas es el grado de cualquier tipo
de desequilibrio de poder. La violencia familiar puede concetualizarse como una forma
en que un miembro de la familia ejerce control sobre otros miembros. en dichos
sistemas familiares cualquier amenaza directa o indirecta al poder del miembro de la
familia controlador se encuentra con intimidación y violencia. El miembro de la familia
controlador debe comenzar a ver que su conducta intimidadora cumple justamente el
objetivo opuesto, por ejemplo, si el miembro de la familiar controlador teme que su
esposa le abandone, se le debe hacer comprender que intimidándola no obtendrá su
amor ni confianza sino miedo y desconfianza. El miembro de la familia controlador
debe llegar a comprender la diferencia entre el poder abierto y encubierto y
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demostrar un deseo de abandonar el poder abierto para obtener formas de poder más
indirectos. El poder abierto hace referencia a la influencia obtenida mediante la
intimidación y el miedo. El poder encubierto hace referencia al poder influencial
obtenido mediante un comportamiento respetuoso y cariñoso. No es muy probable que
el miembros de la familia controlador comprenda este mensaje fácilmente, puede
pasar un tiempo considerable antes de que los miembros de la familia se encuentren lo
suficientemente cómodos como para compartir abiertamente sus sentimientos sobre
la conducta controladora y así confrontar al abusador con el efecto negativo que su
conducta tiene en la relación familiar.
Aunque en el trabajo con familias la alianza terapéutica siempre es un tema
difícil, mantener las alianzas puede ser especialmente problemático cuando se trabaja
con familias violentas. Los problemas de alianza se establecen inicialmente cuando el
terapeuta se centra en detener la conducta violenta dela agresor y garantizar la
seguridad de la víctima.
El terapeuta debe transmitir que la conducta es inaceptable sin condenar al
agresor como persona. A la vez que se reconoce que el agresor es responsable de la
conducta violenta, el terapeuta debe ver la disfunción y discordia familiar como un
problema sistémico, es decir, el terapeuta debería reconocer y validad la provocación
descrita por el agresor y a la vez poner énfasis en que la provocación nunca justifica la
conducta violenta.
Ya que los agresores a menudo se sienten fuera de control, es importante que
el terapeuta pueda ocuparse de ellos y de la violencia durante la terapia. El terapeuta
necesita poner límites en cuanto a la violencia. cuando el agresor pone a pruebas esos
límites, el terapeuta no debería mostrar miedo sino exponer las consecuencias de esa
conducta.
Por último los terapeutas deben preocuparse por su propia seguridad y también
deben prestar atención a sus reacciones de contratrasferencia para no trasmitir a sus
pacientes sentimientos de desesperanza o negatividad.
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BIBLIOGRAFIA
1. Andolfi M: Terapia Familiar. Barcelona. Ed. Paidos, 1985
2. Browne A: Violence againt women by male partners. Am Psychol 48: 1077-
1087, 1993.
3. Bornstein PM: Terapia de Pareja. Enfoque conductual sistémico. Madrid. Ed.
Pirámide, 1988
4. Cardenas EJ: Violencia en la pareja. Barcelona. Ed. Granica, 1999
5. Deschner JP: How ro end the hitting habit. New York. Free Press, 1984
6. Glick ID, Berman EM, Clarkin JF: Terapia conyugal y familiar. Barcelona. Ed.
Aula Médica, 2003
7. Jacobson N y Gottman J: Hombres que agreden a sus mujeres. Barcelona.
Ed. Paidos, 2001
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SEXO Y GÉNERO:
DE LO DIFERENTE A LO DESIGUAL.
La palabra “violencia” por lo general despierta el recuerdo de imágenes
vistas por televisión,
en fotografías o en películas, que muestran el sufrimiento humano que
ocasionan
la guerra entre países, agresiones entre grupos sociales, entre policías y
delincuentes.
Es decir, hechos que para muchas personas son lejanos a su propia
experiencia de
vida.
En contraste, la palabra “familia” con frecuencia, hace pensar o recordar a
una o varias
personas queridas y situaciones de convivencia grata. Es decir, hechos que
para muchas
personas son cercanos a su propia experiencia de vida.
Es difícil asociar en la mente y comprender lo que quiere decir un solo
concepto que
combina dos significados racionales y emocionales opuestos. Por ejemplo,
lo lejano con
lo cercano, lo desagradable con lo grato, el miedo con la tranquilidad, la
inseguridad
con la protección y... la violencia con la familia.
Sin una preparación previa, el concepto de violencia familiar resulta tan
difícil de interpretar
como lo es el de “guerra pacífica”.
Dicha preparación incluye conocer las diferencias entre sexo y género.
Con base en las características biológicas que determinan la pertenencia a
un sexo, las
sociedades construyen y predeterminan, a lo largo de su historia, las
conductas y expectativas
que corresponden a los hombres y a las mujeres. Casi la totalidad de las
sociedades
asigna un valor superior a “lo masculino”, lo que da lugar a una
desigualdad
de poder entre los hombres y las mujeres.
SEXO
Características genéticas, fisiológicas, biológicas
y anatómicas que indican si una
persona es hombre o mujer.
GÉNERO
Se refiere a los roles y responsabilidades
determinadas socialmente. El género se relaciona
con la manera en que somos percibidos y en
cómo es esperado que pensemos y
a c t u e m o s como hombres o
como mujeres según
el consenso social.
El enfoque de género
aborda específicamente
las desigualdades de poder entre
hombres y mujeres y distingue diversas formas de violencia entre ambos.
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LA VIOLENCIA FAMILIAR:
TRAS EL VELO DE “LO NATURAL”
Todos los seres humanos vivimos situaciones conflictivas y muchas veces
cometemos
actos violentos. También, somos agredidos muchas más veces de las que
podemos rec
o rd a r. No sólo hemos
participado en un intercambio
de violencia con
desconocidos, también lo
hemos hecho con compañ
e ros y comp a ñ e ras de
trabajo, y con miembros
de nuestra propia familia.
Algunos ejemplos muy
f re c u e n tes de agre s i o n e s
entre miembros de la familia
son: castigar a un niño
o a una niña con el uso
de la fuerza física y la agresión
verbal, impedir que la
pareja conozca el monto del ingreso familiar, fingir un malestar para evitar
que la pareja
salga de la casa, tener el volumen alto de la radio o el aparato para discos, a
pesar
de que la abuela no pueda alcanzar el botón desde la silla de ruedas, etc.
Es probable que usted o un número elevado de quienes están leyendo estas
palabras,
no identifique como acto violento alguna o ninguna de las conductas
ejemplificadas.
Esto se debe a que son tan frecuentes que se consideran como algo natural
en la convivencia
familiar. En otras palabras, pasan desapercibidas o son invisibles.
Uno de los velos que cubren a la violencia familiar está tejido con los hilos
de “lo natura l ” .
Por lo general, los patrones culturales en México establecen que la
violencia es una forma
“normal” en las relaciones de pareja. Por esta razón, gran número de
víctimas y de
agresores no consideran que su relación sea violenta, a pesar de la
presencia de maltrato
físico, psicológico y de abuso sexual. Un ejemplo muy ilustrativo lo aporta
el testimonio
de una mujer, víctima de abuso sexual, quien pidió ayuda al sacerdote de su
comunidad.
Al respecto, ella comentó:
“Yo consultaba si era normal eso o qué... Me dijo que no, que eso no era
normal,
que eso era una violación, que yo tenía derecho a decir que no”. (1)
Tendemos a repetir en
nuestra vida adulta los
p a t rones apre n d i d o s
durante la niñez. Investigaciones
acerca de las
p e rcepciones de las
prestadoras y los prestadores
de servicios en
centros de salud e instancias
de just i c i a ,
muestran que gran parte
de ellos tiende a considerar “natural” la violencia que sufren las mujeres al
minimizar
o prestar escasa atención a los hechos violentos que ellas padecen. (2)
10
El testimonio de un prestador de servicios de salud ejemplifica la
naturalización de la
violencia hacia las mujeres, y a la vez, la interpretación injustificada de sus
acciones:
“¿La violencia sexual entre miembros de la pareja? Yo creo que no está
bien estudiado eso,
¿no? Entre los casos que he visto, por lo menos un porc e n taje alto de las
mujeres no sólo han
dado lugar a que ocurra la relación sexual, sino que muchas de ellas lo
han buscado”. (1)
LA V I O L E N C I A FA M I L I A R E STÁ P R E S E N T E E N TO D O S LO S G RU
P O S S O C I A L E S Y N I V E L E S E CO N Ó M I CO S
La violencia contra las mujeres ocurre en todos los países. México no es la
excepción.
Por ejemplo, en 1995 un estudio sobre violencia familiar realizado en el
área metropolitana
de Monterrey, N.L. apor tó la siguiente información: (3)
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Se observa que 165 mujeres de un total de 1,064 fueron identificadas por
los investigadores
como víctimas de algún tipo de violencia familiar. Sin embargo, ellas no lo
reportaron,
quizá porque no conocen la diferencia entre ciertos actos de violencia
familiar
y lo que suponen son “hechos naturales en la relación de pareja”.
¿QUÉ PODEMOS HACER COMO PRESTADORES Y PRESTADORAS DE
SERVICIOS DE SALUD?
U sted encontra rá info rm a c i ó n
esencial para el ejercicio de su
p ro fesión en la Norma Ofi c i a l
Mexicana NOM-190-SSA1-1999,
denominada “Prestación de servicios
de salud. Criterios para la
atención médica de la violencia
familiar”. Algunas de las definiciones
textuales incluidas en
dicha norma son:
Violencia familiar, al acto u omisión
único o repetitivo, cometido
por un miembro de la familia, en relación de poder - en función del sexo, la
edad o la
condición física -, en contra de otro u otros integrantes de la misma, sin
importar el espacio
físico donde ocurra el maltrato físico, psicológico, sexual o abandono.
La violencia familiar comprende:
ABANDONO, al acto de desamparo injustificado, hacia uno o varios
miembros de la familia
con los que se tienen obligaciones que derivan de las disposiciones legales
y que
ponen en peligro la salud.
MALTRATO FÍSICO, al acto de agresión que causa daño físico.
MALTRATO PSICOLÓGICO, la acción u omisión que provoca, en quien lo
recibe alteraciones
psicológicas o trastornos psiquiátricos.
MALTRATO SEXUAL, a la acción u omisión mediante la cual se induce o se
impone la realización
de prácticas sexuales no deseadas o respecto de las cuales se tiene
incapacidad
para consentir.
En el mundo, no existe consenso respecto al concepto de familia. En este
sentido las
interpretaciones giran en torno a formas de relación que comprenden desde
el parentesco
legal, el consanguíneo, la unión libre, el concubinato, las relaciones de
amasiato
con convivencia esporádica, hasta cualquier nexo afectivo
u amoroso que proporcione a las personas un
sentir de convivencia familiar.
La relación entre los agredidos y los agresores
es muy importante para distinguir las
agresiones que forman parte de la violencia
familiar de otros tipo de violencia.
El espacio físico en el que ocurren
los actos violentos no determina si estos
corresponden a la violencia familiar.
¿SÓLO LAS MUJERES SON LAS VÍCTIMAS,
LOS HOMBRES NO SON AGREDIDOS POR
ELLAS?
Si bien es cierto que algunos hombres son víctimas
de violencia familiar, estudios realizados en Australia,
Canadá, Israel, Sudáfrica y Estados Unidos muestran que del total de las
mujeres asesinadas,
los homicidas fueron sus parejas entre el 40% al 70% de los casos. En
contraste,
en Estados Unidos sólo el 4% de los hombres asesinados entre 1976 y 1996
fueron
víctimas de sus parejas. (4 - 9)
13
14
Una de las formas más comunes de violencia contra las mujeres es la
ejercida por sus
parejas. Este hecho contrasta notoriamente con el tipo de violencia que
padecen los
hombres, quienes en general, tienen una probabilidad mucho mayor de ser
atacados
por un extraño que por alguien en su círculo de relaciones.
VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES
Los actos más fre c u e n tes de violencia contra las mujeres son:
• MALTRATO PSICOLÓGICO:
Amenazas: de daño físico; de secuestro de
los hijos; de abandono; de retirar el sustento
económico; etc.
Intimidación: generar miedo a través
de miradas, acciones o gestos; destrozar
objetos personales; maltratar a sus
m a s c otas; ch a n taje; oste n tar armas; et c .
D e s va l o rización: h a c e rla sentir inferior;
culpabilizarla; humillarla; insultarla
con apodos ofensivos; generar confusión
en ella; desacreditarla, etc.
• MALTRATO FÍSICO:
Bofetadas, puñetazos, patadas, intento de estrangulación, etc.
• MALTRATO SEXUAL:
Relaciones sexuales forzadas o condicionadas y otras formas de coerción
sexual como
lo son las prácticas sexuales sin el consentimiento de los adultos
involucrados: sexo
anal, sexo colectivo, etc.
Las investigaciones realizadas sugieren que la violencia física en la
relación de pareja
frecuentemente es acompañada por abuso psicológico y también abuso
sexual. Por
ejemplo, en ciudad Nezahualcóyotl, de las mujeres violentadas, el 66%
sufrió también
violencia física, 76% psicológica y 21% sexual. (10)
Además de los actos de maltrato contemplados en la NOM-190-SSA1-
1999, la ONU y
otras organizaciones añaden a la violencia contra las mujeres lo siguiente:
• ABUSO ECONÓMICO:
Impedir que la mujer trabaje o que mantenga
su empleo; no aportar al sustento
de la familia; no informar el monto
de los ingresos familiares; impedir
su acceso a los mismos; obligarla a
pedir dinero; destruir objetos de
va l o r; disponer sin su consentimiento
del dinero y de los bienes inmuebles
que forman parte del patrimonio
familiar. El abuso económico
también es conocido como abuso patrim
onial.
• CONDUCTAS PARA EL DOMINIO Y CONTROL:
Aislamiento: impedir, controlar o supervisar la vida social y familiar de la
mujer; limitar
lo que hace y dice; impedir, controlar o supervisar su acceso a la
información; prohibir
el uso de métodos anticonceptivos y para la prevención de ITS.
• MANIPULACIÓN DE LOS HIJOS:
Culpar a la mujer por el comportamiento de los hijos e hijas; usarlos como
intermediarios
o mensajeros en la relación de pareja; maltratar o abusar de los hijos o
hijas.
15
16
IMPACTO DE LA VIOLENCIA FAMILIAR EN LA SALUD DE LAS
MUJERES (11)
Por abuso del compañero, agresión sexual o abuso sexual en la niñez
CONSECUENCIAS
MORTALES:
Homicidio
Suicidio
Mortalidad materna
Relacionadas con el VIH/SIDA
NO MORTALES
Comportamiento negativo respecto de la salud
Tabaquismo
Abuso de alcohol y drogas
Comportamiento sexual arriesgado
Inactividad física
Comer en demasía
Salud física
Lesiones
Daño funcional
Síntomas físicos
Somatizaciones
Discapacidad
Obesidad grave
Salud mental
Estrés post-traumático
Depresión
Ansiedad
Insomnio
Fobias
Trastornos de pánico
Disfunción sexual
Autoestima baja
Abuso de sustancias
Trastornos crónicos
Síndromes de dolor crónico
Síndrome de intestino irritable
Trastornos gastrointestinales
Fibromialgia
Consecuencias negativas en la salud reproductiva
Embarazo no deseado
ITS / VIH
Trastornos ginecológicos
Aborto en condiciones de riesgo
Abortos espontáneos / bajo peso al nacer
Enfermedad pélvica inflamatoria
Pérdida de años de vida saludable
La atención a la violencia familiar ge n e ra ga stos signifi c a t i vos en los
re c u rsos asignados al
s e c tor salud y tiene un alto costo en la pérdida de años de vida saludable
en las mujeres.
En la ciudad de México, la pérdida de años de vida saludable a
consecuencia de la violencia
familiar ocupa el tercer lugar después de la diabetes mellitus y de los
problemas
del parto. (12).
CAUSAS PRINCIPALES DE LA PÉRDIDA DE VIDA SALUDABLE
EN LAS MUJERES DE LA CIUDAD DE MÉXICO
Enfermedades y lesiones Porcentaje
1. Diabetes mellitus 8.1 %
2. Problemas del parto 7.9 %
3. Violencia contra la mujer 5.6 %
4. Anomalías congénitas 5.5 %
5. Artritis reumatoide 5.1 %
6. Cardiopatía isquémica 5.1 %
7. Enfermedades cerebrovasculares 3.9 %
8. Neumonía 3.2 %
9. Osteoartritis 2.6 %
10. Accidentes en vehículos automotores 2.2 %
17
18
ACCIONES DESDE EL SECTOR SALUD:
HACIA UNA POLÍTICA PÚBLICA DE PREVENCIÓN Y ATENCIÓN A LA
VIOLENCIA FAMILIAR
Ningún tipo de violencia es parte inev i table de la condición humana. Ta
mpoco lo es
la que tiene su ori gen en patrones sociales que ri gen la conducta, es decir,
en const
rucciones sociales como es el caso de la violencia fa m i l i a r.
En muchos países y en México, una vez identificada la ex i stencia de la
violencia fa m il
i a r, las aproximaciones iniciales para su control han sido centralizadas en
el siste m a
judicial. Sin embargo, la naturaleza propia de este sector ha re st ringido a
la sanción
el abord aje de la violencia fa m i l i a r. Po ste ri o rm e n te, se ha hecho ev
i d e n te la necesidad
de la participación activa del sector salud ya que se tra ta de un problema
grave
de salud pública. Además, para las mujeres el espacio de los servicios de
salud les es
más familiar que el de los ministe rios públicos y ot ros del sector judicial.
La participación de los pre sta d o res y pre sta d o ras de servicios de salud
es ideal por el
h e cho de que son muchas más las mujeres que por dive rsas causas tienen
conta c to
con ellos que con los pro fesionales de ot ras instancias. De ahí la imp o
rtancia y el cará
c ter obliga to rio de la N O M - 19 0 - S SA 1 - 1999.
En México es de vital imp o rtancia establecer modelos de atención inte
gral y multid
i s c i p l i n a ria para brindar la mejor atención a quienes viven en
situaciones de violencia
fa m i l i a r. Una buena parte de esta responsabilidad recae en manos del
sector sal
ud.
¡YO NO!: EL RETO A VENCER
No identificar a las mujeres
que viven en situación de
violencia es sólo uno de los
fa c to res que impiden la
participación de los prestadores
y prestadoras de servicios
en la atención a la
violencia familiar.
Sin embargo, también ex i ste n
otros factores que obstaculizan la
atención integral a este problema. Entre
los más importantes destacan:
• desconocimiento de la violencia familiar como
un grave problema de salud pública;
• desconocimiento de la importancia
que tiene el sector salud en la detección,
control y prevención de la violencia
familiar;
• sobrecarga en la demanda de
servicios de salud, que resulte en
una escasez de tiempo para escuchar
y orientar a las mujeres;
• temor de los prestadores y prestadoras
de servicios de salud a ser
confrontados por los agresores y,
• temor a declarar ante insta n c i a s
judiciales.
19
¡YO SÍ!: EL OBJETIVO A LOGRAR
La NOM-190-SSA1-1999 representa uno de los primeros esfuerzos para
guiar el trabajo
de los profesionales de la salud con relación a la detección, investigación y
educación
sobre violencia familiar en México. Otro esfuerzo del sector salud que
complementa a
dicha norma oficial, es impulsado por el Programa Mujer y Salud
(PROMSA).
Una de las est ra tegias para elevar la salud de la población, conte mplada
en el Programa
Nacional de Salud 2001 - 2006, es la de “vincular a la salud con el desarro l
lo
económico del país”. La contribución específica del PRO M S A en esta est
ra tegia es la
i n t roducción de la pers p e c t i va de gé n e ro en el sector salud. Es decir,
pro m over la inve
st i gación multidisciplinaria que perm i ta dete c tar las situaciones que afe
c tan a las
m u j e res con base en su gé n e ro .
C o n tar con esta info rmación es indispensable para establecer políticas
que mejore n
las condiciones de vida no sólo de las mujeres, sino también de los
hombres, de las
familias y de la sociedad en la que todos part i c i p a m o s .
Para obtener mayor información sobre la violencia familiar y el sector
salud visite la
página w w w. m u j e rys a l u d . g o b . m x
20
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REFERENCIAS
1. Monserrat Sagot, “La ruta crítica de la mujeres afectadas por la violencia
intrafamiliar en
América Latina”, Organización Panamericana de la Salud, Programa Mujer,
Salud y
Desarrollo, 2000
2. Florinda Riquer, “Violencia y salud de la mujer: oportunidades y obstáculos
para su atención.
El caso de México”, reporte de investigación, El Colegio de México, 1996
3. Marcela Granados, “Salud reproductiva y violencia contra la mujer: una
perspectiva de
género: el caso del área metropolitana de Monterrey”. Avance de Investigación.
Consejo
Estatal de Población, Monterrey, 1995.
4. Mouzos J. “Femicide: the killing of women in Australia 1989 –1998”.
Canberra, Australian
Institute of Criminology, 1999.
5. Juristat. “Homicide in Canada”. Ottawa, Statistics Canada, 1998.
6. Gilbert L. “Urban violence and health: South Africa 1995”. Social Science and
Medicine,
1996, 43:873 – 886.
7. Bailey JE et. al. “Risk factors for violent death of women in the home”.
Archives of
Internal Medicine, 1997, 157:777 –782.
22
8. Carcach C, James M. “Homicide between intimate partners in Australia”.
Canberra,
Australian Institute of Criminology, 1998.
9. Crowell N,Burgess AW. “Understanding violence against women”.
Washington, DC,
National Academy Press,1996.
10. Shraeder Cox y Vadez Santiago, 1992
11. Center for health and Gender Equity (change) Population Reports, 1999.
12. Rafael Lozano, “Efectos de la violencia doméstica en la salud: ciudad de
México, en
Andrew Morrion y María Loreto Biehl (eds.). El costo del silencio. Violencia
doméstica en
las Américas. Banco Interamericano de Desarrollo, Washington, 1999.

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