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Ü Introducción
En la actualidad los propios genetistas afirman que la expresión de los genes ocurre siempre en interacción con las
circunstancias ambientales. ¿Cómo genes y ambiente actúan e interactúan para dar forma a la personalidad?
Entre los factores ambientales que contribuyen al desarrollo de la personalidad, los más importantes son las
influencias culturales. El ambiente y la cultura en la que nacemos nos ofrecerán un conjunto de posibilidades y no
otras. Las continuas y dinámicas interacciones entre el individuo y el medio irán formando la personalidad.
Colectivismo Individualismo
Enfaticen el carácter único e independiente del
Enfatice con su grupo siendo interdependiente de él.
individuo.
Se describan a sí mismas más como miembros que Se describan a sí mismas mediante atributos
como individuos. personales.
Crean que la conducta social está más determinada por Crean que la conducta social está más determinada por
los elementos externos (normas). atributos personales que por características externas.
Metas Colectivas (Asia, África, América Latina y Prioridad a sus metas personales sobre las del grupo.
Pacífico) (América del Norte Australia y Europa)
Cultural Transcultural
2) Personalidad y Cultura
2.1 El Self
Hace referencia a cómo la persona se ve a sí misma y cómo se evalúa. A su vez, este conjunto de esquemas
autoreferentes que constituyen lo que se denomina self, influye, e incluso determina la experiencia individual, es
decir, cómo se percibe el mundo, o cómo se piensa, siente y actúa.
Se va construyendo a través de la interacción del individuo con el ambiente cultural. Mediante esta interacción el
individuo capta los significados del ambiente. Se distingue el self independiente, propio de las culturas
individualistas, del self interdependiente, más frecuente en las sociedades colectivistas.
Las personas en las culturas individualistas se perciben como independientes, autónomas y completas o lo
intentan, percibiéndose como agentes separados que actúan para conseguir sus propias metas, siendo algunas de
las más importantes intentar ser único y autosuficiente. En este sentido, es el propio self el que actúa como fuente de
acción y motivación. Se describen con una serie de atributos internos (rasgos, preferencias, deseos, etc.)
inmutables, que determinan y causan la conducta. Sí que consideran que se puede cambiar el mundo. Este
hecho, el que se crea que el mundo es más mutable que el self propicia que se experimente una percepción de
control individual peculiar, a la que se denomina “control primario”. Las relaciones con los demás juegan un rol
menor en la identidad.
2.2. Motivación
Una de las diferencias más características entre culturas es que las personas individualistas se orientan más a
conseguir el éxito (motivación de aproximación), mientras que las colectivistas se orientan más a la evitación del
fracaso (motivación de evitación).
Se ha encontrado que las personas individualistas puntúan más alto en las escalas de autoestima que las
colectivistas, para conseguir mantener o aumentar la autoestima estas personas presentan lo que se conoce como
motivo de auto-ensalzamiento o tendencia a verse lo más positivamente posible, aunque para ello tengan que
sesgar o distorsionar la realidad. Esta motivación también les va a llevar a intentar trabajar duro o persistir en tareas
en que tengan éxito, y que aumenten la probabilidad de aumentar la positividad del self.
En las sociedades colectivas, el mandado cultural más importante para las personas es lograr el respeto y
deferencia de los otros, lo que sólo se puede conseguir cuando los demás juzgan que uno se comporta
adecuadamente, lo que a su vez, sólo se logra en la medida en que el individuo es capaz de vivir con las expectativas
(frecuentemente desconocidas) de los otros.
El auto-ensalzamiento característico de los individualistas se logra de diferentes maneras.
• Muestran un estilo atributivo defensivo, es decir, explican sus éxitos por causas internas (por ejemplo, su
capacidad, su forma de ser, etc…), y sus fracasos por causas externas (por ejemplo por los demás).
• Por otra parte, cuando se comparan con los demás (compañeros, padres, profesores), indican que son mejores
que los otros, y a la hora de definirse emplean muchos más atributos positivos que negativos.
Entre las personas de las culturas colectivistas, (japoneses) no sólo no se da el sesgo de auto-ensalzamiento,
sino que son muy autocríticos. Aunque se había creído que la focalización en los aspectos positivos de uno mismo
era la única manera de motivar al self, la psicología cultural ha puesto de manifiesto que la autocrítica también se
asocia con el buen rendimiento. En relación al auto-ensalzamiento, se ha encontrado que los colectivistas así
muestran los sesgos típicos de favorabilidad (auto-ensalzamiento cuando se refiere a uno mismo)
Otros estudios sobre diferentes aspectos motivacionales han encontrado que en las culturas individualistas las
personas están muy motivadas para influir en el ambiente y cambiarlo, mientras que las personas de las culturas
colectivistas están más motivadas por el ajuste a las circunstancias que les rodean. Cuando la gente actúa para influir
en el ambiente, experimenta eficacia, creencia en la propia capacidad y sentimiento de competencia, mientras que
cuando las personas se ajustan a su ambiente, especialmente a otras personas, reciben respuestas interpersonales
positivas y apoyo socioemocional y experimentan un sentimiento de conexión con los demás.
Los procesos emocionales se dan en todas las culturas, pero existen marcadas diferencias entre las sociedades
en las emociones predominantes, la frecuencia con que se expresan y la regulación y valoración de las mimas.
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Tema 3: Influencias Genéticas y Culturales en la Personalidad 2016
Un concepto clave para entender las emociones desde un marco cultural es diferenciarlas de acuerdo a una
dimensión interpersonal. De esta manera, se puede distinguir entre las que son implicativas o tienen como referente
a los demás y las que no son implicativas o tienen como referente al yo, o ego-focalizadas.
Esta diferencia se puede hacer tanto entre las emociones positivas como entre las negativas.
• En cuanto a los sentimientos positivos, las emociones como orgullo, autoconfianza o sentimiento de
superioridad (que se consideran emociones no implicativas) suelen ser resultado de la satisfacción o
confirmación de los atributos internos como metas, deseos o derechos. Experimentar y expresar estas emociones
afirma la identidad del self como una entidad independiente. Por el contrario, otras emociones positivas como
la simpatía o los sentimientos de respeto, cercanía o amistad (que son emociones implicativas), resultan del
hecho de estar conectados con los demás en las relaciones. Cuando estos sentimientos se experimentan y se
expresan la armonía y unidad se fortalecen y se percibe el self como implicado en estas relaciones.
• Las emociones negativas también se pueden localizar de acuerdo con una dimensión interpersonal. Así, las
emociones como ira o frustración (emociones NO implicativas) normalmente derivan del bloqueo de metas,
deseos o derechos, o de interferencias en creencias. Este tipo de emociones motivan para eliminar la amenaza y
restaurar el sentido de independencia. Otras emociones negativas como la culpa o la vergüenza (emociones
implicativas) resultan de algún tipo de fracaso producido en las relaciones con los demás, y motivan al individuo
para cambiar su comportamiento y restaurar la armonía y unidad que se dan en las relaciones.
Los japoneses experimentan y expresan más emociones implicativas que no implicativas (positivas como
negativas), mientras que los americanos presentan el patrón contrario. Los japoneses informan de menos
emociones, menos intensas y de más corta duración. Se cree que este hecho deriva de los distintos focos
atencionales de unos y otros, así como los japoneses están más atentos a la información extra-individual, dedican
parte de sus recursos atencionales a los demás y al ambiente circundante y atienden menos a sus emociones, sin
embargo, los norteamericanos desarrollan una sensibilidad especial para detectar cualquier cambio interno.
También hay diferencias en la regulación emocional. Así, la libre expresión de emociones negativas puede
interferir en las relaciones, por lo que en las culturas colectivistas, se tiende a controlar la expresión emocional. Para
aquellos con un self interdependiente puede ser muy importante no experimentar intensamente las emociones
negativas como la ira, ya que serían amenazantes para el self, y por ello, muchas culturas han desarrollado
estrategias para evitar la expresión de emociones negativas.
Los predictores de la felicidad en las sociedades individualistas son la autoestima, las emociones positivas (sobre
las negativas), el logro de metas personales y la percepción de control personal. En las sociedades colectivistas la
felicidad se consigue mediante la armonía social, la adaptación a las normas sociales, el logro de metas
interpersonales, la percepción de conexión social y el apoyo emocional de los demás. En las culturas colectivistas, la
felicidad se relacionaría más con el balance entre emociones positivas y negativas, puesto que, las experimentan
simultáneamente y correlacionan alta y positivamente.
2.4. Cognición
Uno de los procesos cognitivos que más atención ha recibido es la atribución. Este sesgo NO ES UNIVERSAL
como se creía, y que es mucho más débil en las culturas colectivistas. Choi y sus colaboradores llevaron a cabo una
revisión sobre las causas que se emplean para explicar la conducta en distintos tipos de culturas, y concluyeron que
los individuos de culturas colectivistas (Asia), utilizan mayormente causas de tipo situacional para explicar la
conducta.
Se han realizado algunos trabajos sobre la atención, encontrándose que los orientales, respecto a los occidentales,
atienden más al ambiente y prestan atención a un rasgo más amplio de eventos simultáneamente (holística),
atienden tanto al objeto como al campo, mientras que los americanos se centran más en el objeto (focalizada).
Otro aspecto cognitivo que también se ha estudiado es la tolerancia a las contradicciones. Los orientales
muestran una mayor preferencia por soluciones de compromiso y argumentos más holísticos. Los americanos se
ponen a favor de una parte y en contra de la otra (por ejemplo “las madres deben respetar la independencia de sus
hijas”), mientras que los chinos intentan encontrar un “punto medio” que reconcilie la contradicción (por ejemplo
“madre e hija fallan en entenderse la una a la otra”).
El rechazo o aceptación de las contradicciones es uno de los hechos que ponen de manifiesto 2 formas diferentes de
pensamiento en distintas culturas, el pensamiento analítico (individualistas) y el pensamiento holístico (colectivas).
2.5. Rasgos
Los rasgos, fundamentalmente los del modelo de los 5 grandes, SON UNIVERSALES y se presentan en todas las
culturas. La psicología cultural no pone en duda la existencia de los rasgos en las diversas culturas, sino su
relevancia.
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Tema 3: Influencias Genéticas y Culturales en la Personalidad 2016
Es evidente que las personas no occidentales conocen los términos relativos a los rasgos y que si se les evalúa
sobre ellos, pueden contestar y después se puede encontrar una estructura factorial. Si en vez de rasgos se utilizaran
ítems sobre otros constructos también encontraríamos alguna estructura factorial entre ellos.
La mayoría de los estudios transculturales sobre los 5 grandes factores de personalidad se han basado en la
traducción del cuestionario más utilizado para evaluarlos, el NEO-PI-R. Otros estudios han empleado procedimientos
desarrollados a partir de listas de palabras tomadas del diccionario propio de la lengua del país.
Cuando las comparaciones entre culturas se han realizado empleando traducciones del citado cuestionario, se han
obtenido idénticas estructuras factoriales, de 5 factores, en los distintos países. Lo que realmente están probando
estos estudios, es que lo ítems recogidos en el cuestionario se agrupan formando 5 factores, pero lo que no pueden
aclarar es si existen otras características, no evaluadas por el cuestionario, que también pueden ser importantes en
otras culturas, y si éstas se englobarían o no en estos 5 factores.
Se ha comprobado que en las culturas no occidentales, los roles y normas sociales son más predictivos del
comportamiento que los atributos internos. Aunque la autoevaluación se puede realizar en todas las culturas, este es
un ejercicio mucho más natural en las sociedades individualistas, y así, las personas de culturas colectivistas tardan
mucho más en definirse a sí mismas. La utilización de atributos internos por los orientales, está mucho más
contextualizada, viendo estos atributos como específicos de la situación. En las culturas occidentales, el sentido de
consistencia o coherencia deriva de la identificación de características internas que se asume son estables y
duraderas, mientras que en oriente, la coherencia y predictibilidad proviene de los roles, relaciones y obligaciones
que son las que se perciben estables y duraderas.
3) Consideraciones Finales
La psicología cultural considera que personalidad y cultura se influyen mutuamente. Los estudios se han centrado en
cómo en las diferentes culturas, los individuos desarrollan diferentes patrones de comportamiento, pero se ha
prestado muy poca atención a los procesos mediante los que la persona puede influir en la cultura.
La personalidad de la gente va dando forma a los contextos culturales en lo que viven, tanto a nivel micro (tendencias
musicales, etc…) como a nivel macro (orientación política, etc…) son necesarios muchos más estudios.
Aunque la psicología cultural defiende que la personalidad se construye socialmente, a través de las continuas
interacciones del individuo con el ambiente, sus estudios se centran en los efectos de esas interacciones, pero no en
la interacción en sí misma.