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Hay básicamente tres tipos de empresarios que se reconocen oficialmente entre la

clasificación de los mismos.

Pueden haber diferentes tipos de empresarios que busquen intereses totalmente

opuestos, independientemente de si son buenos para sí mismo o para el pueblo, aunque se
suponga que las empresas públicas solamente tienen que ver el bien del pueblo, se pueden
encontrar en ellas clases de empresarios pro negocio gracias a la corrupción.

Empresarios pro negocio

los empresarios pro negocio básicamente apoyan la libertad de mercado pero solamente a su
favor.

consideran que es necesario que haya una libertad de mercado para que la comercialización
sea justa y aceptan que haya competencia, pero ellos apoyan esa noción solamente en su
nicho de mercado. Esto significa que este tipo de empresarios sólo velan por lo que les
conviene y nada más.

Ej.

Si son agricultores por ejemplo, sólo se preocuparan por los aranceles de exportación de sus
productos y lo que tenga que ver con ellos, lucharán por eliminar los impuestos a la canasta
básica;

Empresarios pro mercado

podrían considerarse básicamente la contraparte de los empresarios pro negocio, pues a éstos
empresarios también les gusta y apoyan el modelo de la libertad de mercado y a diferencia de
los anteriores, no buscan en ella pequeños baches legales para aprovecharse de la misma;

consideran que la libertad total de mercado es de beneficio para toda la población y la apoyan
desde todos los puntos de vista y para todos los rubros, no sólo para el que ellos mas
necesiten.

considera que lo mejor para poder activar una empresa son los modelos de inversión y los
apoyan desde todo punto de vista; consideran que si alguien amasa una gran fortuna es por su
propio esfuerzo y porque logró moverse bien en el mercado.

Empresarios socialistas.

está hablando de una persona que prácticamente se siente mal por tener demasiado y no solo
apoya la libertad del mercado como oportunidad para nuevos inversores, sino que empuja y
exige al Estado mejores oportunidades de inversión a las empresas emergentes.

Éstos consideran que el amasar una fortuna es producto de la explotación y no les interesa si
las nuevas oportunidades que se abran a los nuevos empresarios hacen que ellos no puedan
amasar más dinero.