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Embutidos

Son aquellos derivados, preparados a partir de las carnes autorizadas, picadas o


no, sometidas o no a procesos de curación, adicionadas o no de despojos
comestibles y grasas de cerdo, productos vegetales, condimentos y especias, e
introducidos en tripas naturales o artificiales.

Tipos de embutidos

Según su principal ingrediente, los embutidos se clasifican en:

Embutidos de carne.

Embutidos de vísceras.

Embutidos de sangre.

Fiambres.

Estos productos también se pueden diferenciar según sean:


• crudos (sin tratamiento térmico), y dentro de los crudos hay
• frescos
• ahumados
• escaldados (cocinados en agua caliente).

También se pueden clasificar según si son mezclas de ingredientes o puros, según su:
• consistencia
• color
• etcétera.

Los embutidos de carne más conocidos y consumidos encontramos: chorizo, lomo


embuchado, morcón, salchichón, fuet, salchicha, butifarra, sobrasada.

Los fiambres son un grupo bastante heterogéneo que incluye, por ejemplo, el
jamón de York, la mortadela.
Embutidos bajos en sodio.
En los cárnicos la sal es indispensable, sin embargo la industria tiene una gran
oportunidad de crear productos más bajos en sodio.
La sal, especialmente en los productos cárnicos embutidos, tiene la función de
extraer las proteínas miofibrilares que ayudarán a formar una buena emulsión y un
buen producto final.

Hay algunos fiambres muy magros como son el jamón serrano y el jamón cocido,
así como las pechugas de pollo y pavo.

Salud del consumidor


La mayor parte de estos alimentos poseen grasas saturadas en proporciones
superiores predominan los ácidos grasos monoinsaturados en cantidades
notables.

Los fiambres y/o embutidos como son los derivados de carnes rojas, poseen alta
cantidad de purinas, que deben reducirse en la dieta de quienes padecen ácido
úrico alto en sangre.

Estos alimentos también poseen alta cantidad de hierro y si no existen dislipemias


como triglicéridos o colesterol alto en sangre, pueden ayudar mucho ante la
anemia ferropénica.

Esto es muy importante contemplarlo si sufrimos de hipertensión arterial o de


problemas renales, pues en estas situaciones se debe reducir la ingesta de sodio
con los alimentos y es importante moderar el consumo de alimentos salados.

Pueden llegar a alcanzar los 2 gramos de sodio por cada 100 gramos.

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