Está en la página 1de 1

10 de Enero de 2018

Ha sido más de una vez en la que cuestiono mi porvenir. ¿El emprendimiento podría ser la verdadera
puerta por la que se entre a tal paraíso que he querido? No existe un interés por lo material, no un
interés exuberante como se podría imaginar. Más bien una necesidad de condiciones que antes, pocas o
jamás he tenido. Una tranquilidad; un suelo, techo y paredes en las cuales dejar entrar la luz, con la
encantadora compañía del silencio. Divorciarme con el estrés familias, hablo del económico, no de
algún otro. Viajar ¿Por qué no? Me gustaría. ¿Y lo necesario? Invertir tiempo, pensar; este último
requisito me agrada, tanto he peleado por problemas a resolver, y realmente pocas veces que me
planteado alguno real. ¿Y la gente? La gente… Si soy realista, llegaré a las conclusiones que ya he
pensado; solamente he conocido a gente de un estatus similar al mio, hablando en términos
económicos, educacionales, regionales, etc. Y por eso es que resulta tan chocante convivir con esas
personas, y aún más, pensar que tendría que convivir con personas así. Los valores que tienen
arraigados, su superficialidad tremenda, su poco juicio con respecto a los valores humanos… ¡Farsante!
Bernabé siento ellos con un poco más de cascajo, valioso, pero cascajo a final de cuenta. Y hoy se te
presenta una persona que por fin hace algo que te conmueve, bajo las premisas que tanto detestas
escuchar. Una pequeña explosión a tu ego. Tiempo, situación, allá, aquí, horrible. Buenas noches.

También podría gustarte