Está en la página 1de 8

YACIMIENTOS MINERALES METALICOS (3155) Prof.

Sebastián Grande
Tema 6 CLASIFICACION DE LOS YACIMIENTOS MINERALES
La formación de yacimientos minerales metálicos o METALOGÉNESIS no debe considerarse como un
proceso geológico aislado en el contexto del ciclo geotectónico. Más bien es un subproducto directo del ciclo
geológico, asociado directamente al marco tectónico global y a cualquiera de los procesos geológicos que
ocurren en la Tierra, como magmatismo, diagénesis, metamorfismo y deformación tectónica, erosión,
transporte y sedimentación, meteorización, o actividad hidrotermal. Para la mejor comprensión de los
diferentes tipos de depósitos minerales que pueden formarse en la corteza terrestre éstos han sido
agrupados en dos grandes categorías: ENDOGÉNICOS, cuya energía y aportes químicos provienen de
procesos que ocurren en el interior de la corteza terrestre, tales como magmatismo, diagénesis,
metamorfismo, neumatólisis y actividad hidrotermal; y EXOGÉNICOS, cuya energía y aportes químicos
provienen de procesos climáticos, relacionados con la energía solar y la gravedad, que ocurren en o muy
cerca de la superficie terrestre, como aquellos ligados al ciclo sedimentario y los procesos relacionados con
la erosión y meteorización superficiales. Claro está que algunos depósitos no pueden ser clasificados en este
estricto esquema, pues tienen características tanto endogénicas como exogénicas a la vez, se trata de los
depósitos vulcanogénicos y sedimentario-exhalativos, que por cierto están muy de moda en la literatura de
geología económica reciente.

6.1 PROCESOS ENDOGENICOS


Los procesos endogénicos son aquellos relacionados con la energía interna de la Tierra, que se
manifiesta como gradiente geotérmico y/o actividad ígnea. Todos los procesos endogénicos, que incluyen:
magmatismo, diagénesis, metamorfismo y circulación hidrotermal pueden, según las circunstancias, generar
depósitos de menas más o menos importantes. El magmatismo puede generar minerales magmáticos o
segregaciones especiales que pueden constituir menas valiosas, diseminadas o concentradas en capas o
cuerpos definidos. Los líquidos finales de la cristalización magmática generalmente acumulan una gran
cantidad de compuestos volátiles (H2O, H3BO3, P2O5, HF, H2S, HCl) y de elementos incompatibles con la
estructura de los silicatos magmáticos, como Li, Be, Rb, Cs, U, Zr, Nb, TR, Sn, W, etc. Estos pueden formar
segregaciones o diques de pegmatita, que a veces contienen notables concentraciones de U, Th, Nb, Ta, Sn,
y gemas preciosas o semipreciosas. Otros fluidos ricos en álcalis y HF pueden alterar metasomáticamente al
granito que los originó y crean los depósitos de greisen, que suelen contener menas de Li, Sn, Mo, Be y W.
Los procesos metamórficos pueden también generar minerales útiles y cuerpos de mena. Cuando ciertas
rocas sedimentarias o ígneas sufren metamorfismo es posible generar rocas ricas en minerales de uso
industrial, como pirofilita, cianita, sillimanita, andalucita, dumortierita, corindón, esmeril y jadeita (en rocas
pelíticas); granate (en rocas máficas); Mn-granate y rodonita, en sedimentos Fe-Mn oceánicos; asbestos y
talco, en rocas ultramáficas; mármoles y cuarcitas ornamentales, como producto de metamorfismo de calizas
y areniscas; corindón y esmeril, en paleobauxitas; y grafito, en rocas carbonosas. Los procesos de
metamorfismo y metasomatismo de contacto, sobre todo en calizas, son capaces de acumular importantes
depósitos de menas metálicas de skarn, conteniendo Fe, Pb-Cu-Zn-Ag-Au, Ni-Co-As y U-Mo.
La circulación de aguas calientes sobresaturadas, denominadas colectivamente "fluidos o soluciones
hidrotermales" es capaz de disolver, movilizar y precipitar diversos metales a distintos niveles de la corteza.
Originalmente se restringían a los fluidos acuosos calientes, residuales de la cristalización de ciertos magmas
silíceos. Actualmente, debido a los progresos alcanzados y a la visión global de la tectónica de placas: SE
CONSIDERA FLUIDO HIDROTERMAL TODA SOLUCIÓN ACUOSA CALIENTE QUE CIRCULE POR EL INTERIOR DE LA
CORTEZA TERRESTRE. Esta definición incluye: aguas magmáticas residuales, aguas connatas, aguas
meteóricas, marinas o lacustrinas en circulación convectiva profunda, aguas de deshidratación metamórfica y
la elusiva agua juvenil. Cuando los fluidos hidrotermales se generan a profundidades someras en zonas de
actividad volcánica, existe una interacción directa de éstos con el ambiente exogénico. En estas condiciones
se forman los depósitos de sulfuros de Cu-Zn-Pb vulcanogénicos, que tienen características endo y
exogénicas a la vez, puesto que su fuente energética proviene de magmas emplazados a niveles someros
(endo), mientras que la depositación de la mena ocurre en o dentro de sedimentos marinos o en propio piso
oceánico (exo), siendo el fluido agua marina recirculada y calentada dentro de la corteza. Se pueden
diferenciar los siguientes tipos de depósitos endogénicos:
2

DEPÓSITOS ENDOGÉNICOS:
A) CONCENTRACIÓN MAGMÁTICA: consisten en menas formadas por la cristalización, fraccionamiento y
diferenciación de ciertos magmas, sobre todo basálticos, komatíticos, kimberlíticos o alcalino-carbonatíticos.
Pueden constar de minerales muy valiosos diseminados (recuperados generalmente como placeres o
aluviones), segregaciones inmiscibles de sulfuros u óxidos de metales industriales (Ni, Ti, V), de apatito, o
segregaciones estratiformes de cromita, o líquidos inmiscibles de sulfuros con Pt. Generalmente se hallan
asociados a complejos gabroides estratiformes, plutones de anortosita, peridotitas serpentinizadas,
carbonatitas, komatitas o kimberlitas. Son fuentes importantes de Ni, Cr, V, Pt, Ti, Cu, Fe o diamantes.
B) PEGMATÍTICO-NEUMATOLÍTICOS: formados por la cristalización de fundidos o vapores residuales de la
cristalización de ciertos magmas graníticos o alcalinos. Pueden ser pegmatíticos o de greisen. Contienen
importantes concentraciones de elementos raros o radiactivos, tales como: Li, Be, Cs, W, Sn, Nb, Ta, T.R.,
Zr, Hf, U, Th, etc., y de gemas, como turmalina polícroma, topacio, berilo noble (aguamarina, heliodoro),
espodumena noble (kunzita e hiddenita), euclasa, etc.
C) HIDROTERMALES: son vetas o cuerpos mineralizados debido a la acción de fluidos salinos calientes que
circularon por el interior de la corteza. Se clasifican de acuerdo al rango de temperatura del fluido
mineralizante inicial, que determina en gran parte el tipo de metales o menas depositadas. Los metales más
importantes de uso industrial se hallan preferentemente como menas de sulfuros u óxidos en estos tipos de
depósitos, a saber: Cu, Pb, Zn, Ag, Au, Mo, Sn, W, Bi, Ge, Sb, As, Hg, U, Cd, Tl, etc.
D) METAMÓRFICOS: se forman debido los procesos del metamorfismo regional o de contacto. Pueden ser
cuerpos de minerales metamórficos de uso industrial acumulados en rocas esquistosas, anfibolitas o
mármoles. Los formados debidos al metamorfismo de contacto (skarns) pueden contener valiosos de
depósitos metalíferos de Cu, Pb, Zn, Ag, Au, W, Sn, U, Ni-Co-As, etc. La expulsión masiva de fluidos
metamórficos por la deshidratación que ocurre al pasar a la facies de granulita puede generar soluciones
mineralizantes calientes capaces de generar depósitos de Zn-Cu-Fe, estos depósitos en realidad serían
hidrotermales o metasomáticos.

6.2 PROCESOS EXOGENICOS


Cerca de o en la superficie terrestre las rocas y los minerales contenidos en éstas son desintegrados y
alterados por los procesos de meteorización física y química. Los productos de meteorización pueden ser
transportados a grandes distancias por los agentes erosivos (agua, viento, hielo, gravedad) o llevados en
solución o suspensión al océano. Dónde las condiciones físico-químicas del medio lo permitan, algunos de
estos productos de meteorización pueden ser precipitados. Aquellos que no son transportados formarán
suelos residuales, eluviones o lateritas. Según su comportamiento geoquímico se reconocen los siguientes
tipos de minerales residuales:
 HIDROLIZATOS: minerales con H2O de hidratación o estructural, como (OH)-. Pertenecen a este grupo las
arcillas, la garnierita, y los hidróxidos u óxidos hidratados amorfos de Fe, Al y Mn.
 OXIDATOS: minerales oxidados anhidros: hematita, pirolusita, anatasa.
 RESISTATOS: minerales resistentes a la meteorización química: circón, rutilo, ilmenita, monacita, casiterita,
cinabrio, diamante y otras piedras preciosas, metales nobles, etc.
 EVAPORATOS: sales solubles que son precipitadas en aguas salinas por evaporación en cuencas
restringidas y en climas áridos: halita, yeso, anhidrita, sales de K-Mg, Na-Ca-boratos, Na-K-nitratos, etc.
 CARBONATOS: sales metálicas carbonatadas presentes como mena o ganga precipitadas químicamente:
rodocrosita, malaquita, azurita, siderita, dolomita, calcita, magnesita, etc.

Se pueden diferenciar los siguientes tipos de depósitos exogénicos de acuerdo al tipo geoquímico de las
menas depositadas o precipitadas. Los depósitos supergénicos, lateríticos y de placer en muchos textos se
agrupan bajo depósitos RESIDUALES, es decir, producidos por procesos de meteorización y transporte
superficiales, relacionados a la primera parte del ciclo exogénico. En este texto se tratan todos ellos en un
mismo tema, aunque se describen por separado, dadas sus obvias diferencias. Estos depósitos residuales
constituyen la base de la minería de los países tropicales y subtropicales, y contienen enormes reservas de
metales industriales, como Fe, Al, Mn, Ti, Ni, o nobles, Au y Pt. EN VENEZUELA, CASI TODA LA MINERÍA A GRAN
ESCALA SE REALIZA EN DEPÓSITOS RESIDUALES, SOBRE TODO DE TIPO LATERÍTICO (Al, Fe, Ni) Y DE PLACER (Au, D).
3

DEPÓSITOS EXOGÉNICOS:

A) SUPERGÉNICOS: consisten en el enriquecimiento de ciertas menas mezcladas (polimetálicas) o de bajo


tenor (pórfidos de Cu-Mo-Au) cuando son expuestas al O2, CO2 y H2O atmosféricos y a aguas subterráneas o
meteóricas que contienen aniones simples o radicales aniónicos disueltos, como Cl-, I-, Br-, (CO3)2-, (VO4)3-,
(PO4)3-, (AsO4)3-, (MoO4)2-, (SO4)2-, (CrO4)2- , etc.

B) LATERÍTICOS: consisten en espesos suelos residuales generados por meteorización química sobre ciertas
rocas madre de composición mineralógica favorable, en condiciones de clima tropical o subtropical (cálido y
húmedo) y escaso relieve. Metales como Al, Fe, Mn, Ni y Nb provienen en gran parte de ricos depósitos
lateríticos ubicados en las franjas intertropicales actuales o pasadas (*).
C) DE PLACER: son placeres aluviales, eluviales, coluviales, estuarinos, glaciales, eólicos o de playa que
contienen minerales resistentes a la meteorización química. Muy importantes son los placeres estuarinos y
de playa de casiterita (SnO2) de Malasia e Indonesia, las arenas negras de las costas de Brasil, Australia y la
India (que contienen circón, monacita, ilmenita y magnetita), las arenas de playa de la costa oeste de
Sudáfrica y Namibia (que contienen el 50% de las reservas mundiales de diamante), los placeres de Pt de los
Montes Urales y de la Cordillera Occidental de Colombia y los numerosos placeres auríferos de las cuencas
retro-arco en América, desde Alaska (Yukón), pasando por California, Colombia hasta Perú; y los placeres
ubicados en cinturones verdes auríferos precámbricos, como los de Australia, Canadá, India, Brasil, Guyana
y Venezuela.
D) SEDIMENTARIOS Y SEDIMENTARIO-EXHALATIVOS: los primeros, los sedimentarios, se forman durante los
procesos de sedimentación clástica, química y bioquímica, o durante la diagénesis somera de ciertos
sedimentos. Algunas rocas sedimentarias son explotadas como tales: calizas, areniscas cuarzosas, arcillas
puras, fosforitas, evaporitas, diatomitas, cretas y ftanitas. Los segundos se deben la generación, movimiento
y entrampamiento de soluciones hidrotermales diagenéticas o connatas, las cuales pueden depositar
importantes cuerpos estratiformes o estratolimitados de sulfuros de Cu, Pb, Zn, Ag, o de menas de U-V. Por
lo tanto se deben considerar como un tipo de depósitos hidrotermales, también.
E) VULCANOGÉNICO-EXHALATIVOS: se forman debido a la actividad volcánica submarina en arcos de islas
emergentes, rifts avanzados, dorsales centroceánicas y, quizás, en islas oceánicas o montes marinos
sumergidos. La actividad volcánica félsica o alcalina en arcos volcánicos o islas oceánicas se asocia con la
depositación de secuencias clásticas marinas y piroclásticas, mientras que en las dorsales e islas oceánicas
basálticas, el aporte sedimentario o piroclástico es escaso o nulo, ya que se trata de vulcanismo basáltico.
Constituyen cuerpos notables de sulfuros masivos de Zn-Pb-Cu, o de Cu-Fe-Au, conteniendo apreciables
cantidades de Au y Ag. También deben considerarse como un tipo de depósitos hidrotermales.

6.3 CLASIFICACION DE LINDGREN DE LOS YACIMIENTOS MINERALES


La clasificación de LINDGREN (1933), Tabla 6-1, es sólo una de las tantas formas posibles de clasificar o
agrupar los depósitos de menas. Esta clasificación ha sido objeto de numerosas críticas, puesto que se basa
en los minerales presentes, sin especificar sus rangos de estabilidad. Además utiliza términos relativos, como
"alta", "media", "baja" que aplicados a la P o la T resultan muy inexactos. Nuevos estudios y hallazgos han
demostrado la posibilidad de generar depósitos de alta T a profundidades muy someras (xenotermales), por
lo tanto, ambas P y T, pueden ser variables independientes. La clasificación de LINDGREN se basa en dos
grandes grupos: los depósitos de origen químico y los de origen físico o mecánico. Dentro de los de origen
químico especifica su lugar de emplazamiento: en cuerpos ígneos, cuerpos de roca caja y cuerpos de agua.
Dentro de cada categoría se proponen varios tipos diferentes de depósitos. La Tabla 6-1 siguiente muestra
una versión modificada y actualizada por el autor de la antigua clasificación de LINDGREN, en la que se dan
rangos de temperatura algo más exactos y realistas.

________________________________________________________________________________________________
(*): debido a la deriva continental, propulsada por la tectónica global de placas, regiones o continentes hoy situados en zonas
templadas contienen depósitos lateríticos formados durante el Mesozoico, cuando éstos se hallaban más cerca del ecuador terrestre y
además el clima terrestre era más cálido. Así en Francia, Italia, Croacia y Arkansas (U.S.A.) existen importantes depósitos de bauxita a
pesar de que actualmente dichas regiones se hallan en la zona templada norte. El depósito de Baux es la localidad tipo de ese tipo de
mena alumínica, se halla en el sur de Francia.
4

Tabla 6-1. CLASIFICACION DE LOS DEPOSITOS DE MENAS


(modificada de LINDGREN, 1968)

(I) Depósitos producidos por procesos de concentración química


(A) En cuerpos ígneos, por procesos de diferenciación magmática
1. MAGMATICOS: diseminados, de segregación y de inyección: T  700°C, P muy elevada.
2. PEGMATITICOS: T de 500-700°C; P muy elevada
3. NEUMATOLITICOS: (greisen) T de 500-700°C; P moderada

(B) En cuerpos de roca


1) Concentración efectuada por la introducción de sustancias ajenas
a. Origen dependiente del emplazamiento de rocas ígneas

i. VULCANOGENICOS: asociados a secuencias volcano-sedimentarias


T de 100 a 400°C; P baja a atmosférica
ii. DE SUBLIMACION: fumarolas asociadas rocas extrusivas
T de 100 a 400°C; P baja a atmosférica
iii. METASOMATICOS DE CONTACTO (skarns): ígneo-metamórficos
T de 500 a 800°C; P moderada a elevada
b. Hidrotermales: origen dependiente del enfriamiento de soluciones
acuosas calientes y ascendentes, de origen incierto
i. HIPOTERMALES: depositación y concentración a gran profundidad
T de 450 a 700°C; P muy elevada
ii. MESOTERMALES: depositación y concentración a profundidad media
T de 200 a 450°C; P elevada
iii. EPITERMALES: depositación y concentración a profundidad somera
T de 50 a 200°C; P moderada
iv. TELETERMALES: depositación y concentración por soluciones casi
agotadas. T de 50 a 200°C; P moderada
v. XENOTERMALES: depositación y concentración a profundidades muy someras
T de 50 a 600°C; P baja a atmosférica (condiciones subvolcánicas)
c. Fuentes termales: origen debido a la circulación de agua meteórica
a profundidades someras o muy someras. Importancia menor.
T hasta 100°C; P muy baja a atmosférica

2) Concentración de sustancias contenidas en el propio cuerpo de mena


a. METAMORFICOS: concentración por metamorfismo regional o cataclástico
T hasta 600°C; P muy elevada. Mena heredada de la roca precursora.
b. DIAGENETICOS: concentración por circulación profunda de aguas superficiales
T hasta 200°C; P moderada
c. SUPERGENICOS Y LATERITICOS: concentración debida a la descomposición de las
rocas y a la formación de suelos residuales.
T y P atmosféricas (mejor desarrollo en climas tropicales y subtropicales)

(C) En cuerpos de agua.


1. EXHALATIVOS: manantiales subacuáticos asociados a vulcanismo submarino
T de 300 a 350°C; P muy baja (subacuática, en parte)
2. HIDROGENICOS: por interacción de soluciones;
a) reacciones orgánicas (bacterianas); b) reacciones inorgánicas (redox)
T de 0° a 70°C; P muy baja (subacuática, en parte)
3. EVAPORITICOS: por evaporación de cuerpos de agua marina o lacustre
T y P atmosféricas (máximo desarrollo en climas áridos o semiáridos)

(II) Depósitos producidos por procesos de concentración mecánica


PLACERES: de playa, aluviales, coluviales, eluviales, estuarinos, glaciales, eólicos.
T y P atmosféricas
5

6.4 CLASIFICACION MODERNA DE LOS YACIMIENTOS MINERALES


Al examinar detenidamente la Tabla 6-1 anterior es indudable la gran preponderancia de depósitos de
menas formados por la acción de “soluciones calientes”, es decir, fluidos hidrotermales. En efecto, los
depósitos HIDROTERMALES son responsables de casi la totalidad de las reservas existentes de metales base,
Pb-Cu-Zn, y de otros metales industriales, tales como Mo, As, Sb, Hg, Bi, W, y de metales preciosos como
Au y Ag. Otros depósitos formados por la “acción” del magma, al ser examinados detalladamente, resultan
también como originados por “fluidos acuosos calientes”, que en parte son verdaderas aguas magmáticas o
juveniles, algunos tan calientes que se comportan como gases, estando muy poco clara la distinción entre
soluciones acuosas y fundidos sobresaturados en volátiles y gases. Lo que realmente sucede es que sólo los
depósitos de segregación magmática pueden considerarse como magmáticos, sensu stricto, puesto que se
generan en magmas basálticos o komatíticos, prácticamente anhidros y de muy poca viscosidad, que
permiten el asentamiento gravitacional de cristales o líquidos inmiscibles densos, bajo la acción de la
gravedad. Los depósitos de la categoría (A) denominados pegmatíticos y neumatolíticos al fin y al cabo se
formaron no por la acción de fundidos magmáticos sino de fluidos sobrecalentados, a veces muy
sobresaturados, pero soluciones en verdad. Incluso el ascenso y emplazamiento explosivo de las kimberlitas
se debe a su contenido anómalo en volátiles (CO2, H2O), siendo frecuentes en ellas fenómenos de alteración
hidrotermal y la presencia de carbonatos y sulfuros metálicos.
Todos los depósitos clasificados por Lindgren en la categoría (B), tanto los del renglón (1) como los del
renglón (2), excepto los “metamórficos”, son efectivamente depósitos hidrotermales, es decir, formados por la
precipitación de menas metálicas a partir de soluciones acuosas calientes, más o menos saturadas. La
distinción entre hidrotermales, diagenéticos, vulcanogénicos, de sublimación o metasomáticos se refiere más
que todo al ambiente geológico y al tipo de roca caja donde ocurre la precipitación de las menas, pero obvia
el hecho de que todos ellos se formaron por la acción de fluidos acuosos o gaseosos calientes que
depositaron su carga metalífera en el interior de la corteza o en el fondo marino. Lo mismo aplica a los
depósitos exhalativos e hidrogénicos de la categoría (C), que son también hidrotermales, es más, son la
quintaesencia de tales depósitos, tal como lo demuestran los estudios realizados recientemente en las
chimeneas hidrotermales en los fondos oceánicos. En la categoría (B-2) los depósitos supergénicos y
lateríticos conforman otro gran grupo de depósitos no ligados a la actividad hidrotermal o magmática sino al
una parte del ciclo hidrogeológico (exogénico), que incluye los fenómenos de meteorización, erosión y
transporte. Igualmente, los depósitos estrictamente sedimentarios (rara vez metálogénicos), los evaporíticos
y los de placer también forman parte del ciclo exogénico. Con esto se concluye que, en realidad, sólo existen
cuatro grandes familias de depósitos de menas metálicas, agrupados como sigue:

Tabla 6-2. CLASIFICACION MODERNA DE LOS DEPOSITOS DE MENAS


(Basada en la obra de F. Piragno, 1987)

Familias de depósitos Tipos de depósitos (según antigua clasificación)


MAGMÁTICOS Segregación magmática: estratiformes o diseminados
HIDROTERMALES, Hidrotermales sensu stricto, pegmatíticos, neumatolíticos (greisen),
sensu lato vulcanogénicos, metasomáticos de contacto (skarns), diagenéticos,
exhalativos, hidrogénicos y metamórfico-metasomáticos.
EXOGÉNICOS Residuales (supergénicos, lateríticos, de placer) y evaporíticos.

METAMORFIZADOS Debidos al metamorfismo regional de todo tipo de depósitos previos

Los depósitos formados por metamorfismo no son generalmente de menas metálicas, sino más bien de
menas no-metálicas. Casi siempre constan de cuerpos lenticulares o diseminados de silicatos de Al de uso
industrial como sillimanita, cianita, andalucita, dumortierita, pirofilita, etc., o de piedras semipreciosas, como
jade, granate o corindón, o de rocas grafíticas. Los depósitos metamorfizados suelen ser metálicos, pero en
ellos la concentración inicial del metal no ocurrió durante el metamorfismo, que se considera como un
proceso isoquímico, sino que fue heredada de una roca precursora que contenía algún tipo de depósito
magmático, hidrotermal o exogénico previo capaz de concentrar menas metálicas. Sin embargo los depósitos
metamorfizados se pueden considerar como una familia aparte dado que la deshidratación y recristalización
metamórficas son capaces de movilizar los metales allí acumulados.
6

Esta nueva clasificación concuerda con la tendencia actual de las ciencias geológicas de relacionar a
todos los procesos geológicos con los de la tectónica global. Los depósitos magmáticos serán casi siempre
generados en marcos intraplaca, que incluyen rifts y puntos calientes, tanto oceánicos como continentales.
Incluso las antiguas komatitas arqueanas se cree que se formaron en marcos extensionales, similares a las
actuales cuencas retro-arco expansivas, sólo que bajo un régimen termal más caliente del que ha existido en
épocas geológicas más recientes y que permitió porcentajes de fusión parcial del manto superior mayores del
45%. Los depósitos hidrotermales bajo esta nueva óptica ya no están confinados a ningún marco tectónico
en particular, puesto que sus “ingredientes” principales, que incluyen fuente de fluidos y de calor, rocas
corticales permeables y roca madre conteniendo metales, pueden darse prácticamente en cualquier lugar
donde exista alguna actividad tectónica, tanto intraplaca como de márgenes divergentes o convergentes. Así
pueden formarse depósitos hidrotermales tanto en rifts continentales y dorsales, como en arcos volcánicos o
márgenes activos, puntos calientes, e incluso en márgenes pasivos. Asimismo, los depósitos exogénicos
pueden también formarse en cualquiera de los marcos tectónicos emergidos posibles en el planeta, tanto rifts
continentales, como escudos y cratones estables, como zonas de convergencia o de colisiones de placas.
Los Temas 7 al 15 que siguen a esta discusión agrupan los depósitos endogénicos (7 al 10) y los
exogénicos (11 al 14). El Tema 15 trata del muy importante tópico del metamorfismo de los depósitos
minerales y de los depósitos metamorfizados. Se debe recordar que el 80% de los depósitos de menas
metálicas a la escala mundial se hallan en terrenos metamórficos, que en gran parte son de edad
precámbrica. En el Tema 16 se trata de relacionar los procesos metalogénicos con el marco tectónico global,
operante desde 2.500 Ma hace, por lo menos, pero haciendo énfasis en la Era Fanerozoica. El Tema 17 trata
de la petrogénesis y metalogénesis de la Era Precámbrica. La petrogénesis precámbrica ha producido
conjuntos de rocas que van desde muy similares a los generados por la tectónica global moderna a
complejos ígneo-metamórficos de carácter único, especial e irrepetible. Por ello, antes de comprender los
procesos de metalogénesis precámbrica, que no escapan de las cuatro grandes familias antes propuestas,
es necesario tratar la petrogénesis de estos importantes complejos, que incluyen cinturones de rocas verdes,
cinturones granulíticos y cuencas sedimentarias metalíferas, entre otros.

10.5 GEOQUÍMICA DE LOS ELEMENTOS METÁLICOS


Exceptuando algunos elementos mayoritarios o minoritarios, como Fe, Mn, Al y Ti, todos los otros metales
de uso industrial o estratégico, como Cu, Zn, Pb, Sn, Ag, Au, Sb, As, Mo, W, Bi, Cd, V, Ni, Co, Pt, Y, Sc, Nb,
Ta, Tl, Zr, T.R., Th y U, son ELEMENTOS TRAZAS en las rocas corticales o mantelares. Siendo elementos
ubicados en diferentes partes de la tabla periódica, cada uno tiene un comportamiento químico único en el
marco de la metalogénesis. Para comenzar es necesario definir qué es un elemento traza. Una buena
definición pudiera ser: es un elemento que no es un constituyente estequiométrico de las fases del
sistema de interés. Claro, esto es algo ambiguo, puesto que un elemento puede ser traza en un sistema y
no en otro. Por ejemplo, el K nunca forma un mineral propio en un basalto de piso oceánico, donde se
encuentra en proporciones de 1.500 ppm, pero de seguro no es un elemento traza en los granitos, donde se
halla entre 5-8%, como K2O. Otros elementos ambiguos son Ti, Cr, Zr, Nb-Ta, y P, como P2O5, que pueden o
no formar minerales propios, de acuerdo al tipo de roca.
La mejor manera de comprender el comportamiento de los elementos, tanto traza como mayoritarios o
minoritarios es utilizando la clasificación geoquímica de Goldschmidt, que agrupa a los elementos es cuatro
grandes categorías: atmófilos, litófilos, calcófilos y siderófilos. Los elementos atmófilos son muy volátiles se
concentran en la atmósfera e hidrosfera terrestres y son gases o líquidos a temperatura ambiente; los
elementos litófilos muestran una gran afinidad con fases silicatadas y se concentran en las partes rocosas
de la Tierra, la corteza y el manto; los calcófilos tienen afinidad con fases sulfurosas fundidas; y los
siderófilos con fases metálicas fundidas. Obviamente las dos últimas categorías se han concentrado en las
menas de sulfuros magmáticas y en el núcleo terrestre, respectivamente.
Es fácil notar que los elementos litófilos se hallan preferencialmente en las columnas a la izquierda y a la
derecha de la tabla periódica (Fig. 6-1), que incluyen a los elementos alcalinos y alcalino-térreos (grupos Ia y
IIa), al oxígeno y los halógenos, así como algunos metales de transición de alta valencia, como Cr, Ti, Nb,
Ta, Y, y las REE. Los elementos siderófilos comprenden principalmente los grupos VIIIa, VIIa y sus vecinos,
incluyendo los metales nobles (Au) y los del grupo del platino. Los calcófilos comprenden los grupos Ib y IIb,
además de los elementos pesados de los grupos IIIb a VIb y tienden a formar minerales de la clase sulfuros
y sulfosales, mientras que los atmófilos comprenden los gases atmosféricos y los gases nobles (VIIIb).
7

TABLA 6-3. CLASIFICACIÓN GEOQUÍMICA DE LOS ELEMENTOS, DE GOLDSCHMIDT

SIDERÓFILOS CALCÓFILOS LITÓFILOS ATMÓFILOS


Fe*, Co*, Ni* (Cu), Ag, Pb Li, Na, K, Rb, Cs
(H), N, (O)
Ru, Rh, Pd Zn Cd, Hg Be, Mg, Ca, Sr, Ba
He, Ne, Ar, Kr, Xe
Os, Ir, Pt Ga, In, Tl B, Al, Sc, Y, REE,
Au, Re†, Mo† (Ge), (Sn), Si, Ti, Zr, Hf, Th,
Ge*, Sn*, W‡ (As), (Sb), Bi P, V, Nb, Ta,
C‡, Cu*, Ga* S, Se, Te O, Cr, U
Ge*, As†, Sb† (Fe), Mo, (Os) H, F, Cl, Br, I
(Ru), (Rh), (Pd) (Fe), Mn, (Zn), Ga
*: calcófilo y litófilo en la corteza; †: calcófilo en la corteza; ‡: litófilo en la corteza.

Los elementos litófilos, al estar a ambos lados de la tabla periódica tienen electronegatividades extremas,
o muy bajas, o muy altas. Cuando se combinan con el oxígeno o halógenos tienden a formar compuestos
con enlaces predominantemente iónicos, como silicatos, aluminosilicatos, fosfatos y boratos. Los elementos
siderófilos y calcófilos, al hallarse en las partes centrales de la tabla, tienen electronegatividades moderadas
y tienden a formar con S, As, Se o Te compuestos con enlaces de carácter covalente o metálico, a menudo
resonantes, como sulfuros y sulfosales, incluyendo arseniuros, seleniuros y telururos.
Esta clasificación explica muy bien como se distribuyeron los elementos en los cinco principales
reservorios geoquímicos del planeta (y de otros planetas, también), a saber: núcleo, manto, corteza,
hidrosfera y atmósfera. La sobreabundancia de oxígeno en las partes exteriores de la Tierra, manto y
corteza, no permitió la formación de líquidos metálicos y los elementos siderófilos no tuvieron chance de
comportarse como tales, siendo incorporados a las rocas como litófilos o a las menas sulfurosas, como
calcófilos. Sin embargo, excepto en los depósitos de mena donde estos elementos se concentran como
sulfuros o sulfosales, el S es un elemento traza en la corteza y el manto, de modo que los elementos
calcófilos como el Pb, y siderófilos, como el Ni, se hallan dentro de fases silicatadas de la corteza y el manto.
El Pb se concentra en los feldespatos potásicos, donde sustituye parcialmente al K en intersticios de alto
número de coordinación. El Ni y el Co sustituyen parcialmente al Fe y Mg en el olivino y el ortopiroxeno de la
peridotita del manto, o de las serpentinitas derivadas de ella, en proporciones no mayores del 0,25%. El Cu y
el Au se hallan en los clinopiroxenos de las rocas basálticas, donde ocupan parcialmente, sustituyendo al Ca,
intersticios de coordinación cúbica, algo grandes.

Comentarios finales
Hay que recordar que: LAS CAPAS ROCOSAS DE LA TIERRA, CORTEZA Y MANTO, NO SON SINO UN
EMPAQUETAMIENTO MÁS O MENOS REGULAR, MÁS O MENOS COMPACTO, DE GRANDES ANIONES OXÍGENO, CUYOS
INTERSTICIOS SE ENCUENTRAN PARCIALMENTE OCUPADOS POR CATIONES METÁLICOS DE RADIO MEDIANO A
PEQUEÑO. En efecto, el oxígeno es el elemento más abundante de la corteza y del manto, le siguen en orden
de abundancia Si, Al, Fe, Mg, Ca y Na. Al introducir estos elementos de manera adecuada y conveniente en
el empaquetamiento de oxígenos (y oxhidrilos) se forman estructuras cristalinas más o menos complejas,
polimerizadas o simples, que constituyen los minerales denominados COMBINACIONES OXIGENADAS
COMPLEJAS, que incluyen los comunes y abundantes silicatos formadores de rocas y los menos abundantes,
sulfatos, fosfatos, carbonatos y afines. El azufre y otros metaloides frecuentemente asociados a las menas
metálicas, son elementos trazas en la corteza. La acumulación de menas de sulfuros u óxidos es un proceso
casi milagroso, en realidad muy especial. Hay que imaginar lo que significa concentrar un metal como el
cobre en un depósito conteniendo varios Mt de metal beneficiable, con un tenor de 0,5%, a partir de rocas
madres corticales que contienen 25 ppm de dicho elemento. El factor de enriquecimiento de este metal en
ese depósito es de unas 200 veces; ¡en otros depósitos de metales se tienen factores de enriquecimiento de
1.000 o 10.000 veces! Lo extraordinario de estos procesos hace sumamente dificultosa la formación de
yacimientos explotables de metales, por ello los depósitos económicos no se consiguen sino en
determinados lugares de la corteza, donde una feliz y casi fortuita combinación de múltiples variables
químicas, geológicas y tectónicas permitieron su formación, exposición y preservación.
8

Anexo

TABLA PERIÓDICA GEOQUÍMICA DE LOS ELEMENTOS


(Según Goldschmidt)

s c

a t
Elementos mayoritarios Elementos alcalinos El. alcalino-térreos

v sv
Elementos volátiles El. semi-volátiles Elementos radiactivos

l Elementos litófilos c Elementos calcófilos s Elementos siderófilos


tr Tierras raras

También podría gustarte