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Sebastián Grande
Tema 6 CLASIFICACION DE LOS YACIMIENTOS MINERALES
La formación de yacimientos minerales metálicos o METALOGÉNESIS no debe considerarse como un
proceso geológico aislado en el contexto del ciclo geotectónico. Más bien es un subproducto directo del ciclo
geológico, asociado directamente al marco tectónico global y a cualquiera de los procesos geológicos que
ocurren en la Tierra, como magmatismo, diagénesis, metamorfismo y deformación tectónica, erosión,
transporte y sedimentación, meteorización, o actividad hidrotermal. Para la mejor comprensión de los
diferentes tipos de depósitos minerales que pueden formarse en la corteza terrestre éstos han sido
agrupados en dos grandes categorías: ENDOGÉNICOS, cuya energía y aportes químicos provienen de
procesos que ocurren en el interior de la corteza terrestre, tales como magmatismo, diagénesis,
metamorfismo, neumatólisis y actividad hidrotermal; y EXOGÉNICOS, cuya energía y aportes químicos
provienen de procesos climáticos, relacionados con la energía solar y la gravedad, que ocurren en o muy
cerca de la superficie terrestre, como aquellos ligados al ciclo sedimentario y los procesos relacionados con
la erosión y meteorización superficiales. Claro está que algunos depósitos no pueden ser clasificados en este
estricto esquema, pues tienen características tanto endogénicas como exogénicas a la vez, se trata de los
depósitos vulcanogénicos y sedimentario-exhalativos, que por cierto están muy de moda en la literatura de
geología económica reciente.
DEPÓSITOS ENDOGÉNICOS:
A) CONCENTRACIÓN MAGMÁTICA: consisten en menas formadas por la cristalización, fraccionamiento y
diferenciación de ciertos magmas, sobre todo basálticos, komatíticos, kimberlíticos o alcalino-carbonatíticos.
Pueden constar de minerales muy valiosos diseminados (recuperados generalmente como placeres o
aluviones), segregaciones inmiscibles de sulfuros u óxidos de metales industriales (Ni, Ti, V), de apatito, o
segregaciones estratiformes de cromita, o líquidos inmiscibles de sulfuros con Pt. Generalmente se hallan
asociados a complejos gabroides estratiformes, plutones de anortosita, peridotitas serpentinizadas,
carbonatitas, komatitas o kimberlitas. Son fuentes importantes de Ni, Cr, V, Pt, Ti, Cu, Fe o diamantes.
B) PEGMATÍTICO-NEUMATOLÍTICOS: formados por la cristalización de fundidos o vapores residuales de la
cristalización de ciertos magmas graníticos o alcalinos. Pueden ser pegmatíticos o de greisen. Contienen
importantes concentraciones de elementos raros o radiactivos, tales como: Li, Be, Cs, W, Sn, Nb, Ta, T.R.,
Zr, Hf, U, Th, etc., y de gemas, como turmalina polícroma, topacio, berilo noble (aguamarina, heliodoro),
espodumena noble (kunzita e hiddenita), euclasa, etc.
C) HIDROTERMALES: son vetas o cuerpos mineralizados debido a la acción de fluidos salinos calientes que
circularon por el interior de la corteza. Se clasifican de acuerdo al rango de temperatura del fluido
mineralizante inicial, que determina en gran parte el tipo de metales o menas depositadas. Los metales más
importantes de uso industrial se hallan preferentemente como menas de sulfuros u óxidos en estos tipos de
depósitos, a saber: Cu, Pb, Zn, Ag, Au, Mo, Sn, W, Bi, Ge, Sb, As, Hg, U, Cd, Tl, etc.
D) METAMÓRFICOS: se forman debido los procesos del metamorfismo regional o de contacto. Pueden ser
cuerpos de minerales metamórficos de uso industrial acumulados en rocas esquistosas, anfibolitas o
mármoles. Los formados debidos al metamorfismo de contacto (skarns) pueden contener valiosos de
depósitos metalíferos de Cu, Pb, Zn, Ag, Au, W, Sn, U, Ni-Co-As, etc. La expulsión masiva de fluidos
metamórficos por la deshidratación que ocurre al pasar a la facies de granulita puede generar soluciones
mineralizantes calientes capaces de generar depósitos de Zn-Cu-Fe, estos depósitos en realidad serían
hidrotermales o metasomáticos.
Se pueden diferenciar los siguientes tipos de depósitos exogénicos de acuerdo al tipo geoquímico de las
menas depositadas o precipitadas. Los depósitos supergénicos, lateríticos y de placer en muchos textos se
agrupan bajo depósitos RESIDUALES, es decir, producidos por procesos de meteorización y transporte
superficiales, relacionados a la primera parte del ciclo exogénico. En este texto se tratan todos ellos en un
mismo tema, aunque se describen por separado, dadas sus obvias diferencias. Estos depósitos residuales
constituyen la base de la minería de los países tropicales y subtropicales, y contienen enormes reservas de
metales industriales, como Fe, Al, Mn, Ti, Ni, o nobles, Au y Pt. EN VENEZUELA, CASI TODA LA MINERÍA A GRAN
ESCALA SE REALIZA EN DEPÓSITOS RESIDUALES, SOBRE TODO DE TIPO LATERÍTICO (Al, Fe, Ni) Y DE PLACER (Au, D).
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DEPÓSITOS EXOGÉNICOS:
B) LATERÍTICOS: consisten en espesos suelos residuales generados por meteorización química sobre ciertas
rocas madre de composición mineralógica favorable, en condiciones de clima tropical o subtropical (cálido y
húmedo) y escaso relieve. Metales como Al, Fe, Mn, Ni y Nb provienen en gran parte de ricos depósitos
lateríticos ubicados en las franjas intertropicales actuales o pasadas (*).
C) DE PLACER: son placeres aluviales, eluviales, coluviales, estuarinos, glaciales, eólicos o de playa que
contienen minerales resistentes a la meteorización química. Muy importantes son los placeres estuarinos y
de playa de casiterita (SnO2) de Malasia e Indonesia, las arenas negras de las costas de Brasil, Australia y la
India (que contienen circón, monacita, ilmenita y magnetita), las arenas de playa de la costa oeste de
Sudáfrica y Namibia (que contienen el 50% de las reservas mundiales de diamante), los placeres de Pt de los
Montes Urales y de la Cordillera Occidental de Colombia y los numerosos placeres auríferos de las cuencas
retro-arco en América, desde Alaska (Yukón), pasando por California, Colombia hasta Perú; y los placeres
ubicados en cinturones verdes auríferos precámbricos, como los de Australia, Canadá, India, Brasil, Guyana
y Venezuela.
D) SEDIMENTARIOS Y SEDIMENTARIO-EXHALATIVOS: los primeros, los sedimentarios, se forman durante los
procesos de sedimentación clástica, química y bioquímica, o durante la diagénesis somera de ciertos
sedimentos. Algunas rocas sedimentarias son explotadas como tales: calizas, areniscas cuarzosas, arcillas
puras, fosforitas, evaporitas, diatomitas, cretas y ftanitas. Los segundos se deben la generación, movimiento
y entrampamiento de soluciones hidrotermales diagenéticas o connatas, las cuales pueden depositar
importantes cuerpos estratiformes o estratolimitados de sulfuros de Cu, Pb, Zn, Ag, o de menas de U-V. Por
lo tanto se deben considerar como un tipo de depósitos hidrotermales, también.
E) VULCANOGÉNICO-EXHALATIVOS: se forman debido a la actividad volcánica submarina en arcos de islas
emergentes, rifts avanzados, dorsales centroceánicas y, quizás, en islas oceánicas o montes marinos
sumergidos. La actividad volcánica félsica o alcalina en arcos volcánicos o islas oceánicas se asocia con la
depositación de secuencias clásticas marinas y piroclásticas, mientras que en las dorsales e islas oceánicas
basálticas, el aporte sedimentario o piroclástico es escaso o nulo, ya que se trata de vulcanismo basáltico.
Constituyen cuerpos notables de sulfuros masivos de Zn-Pb-Cu, o de Cu-Fe-Au, conteniendo apreciables
cantidades de Au y Ag. También deben considerarse como un tipo de depósitos hidrotermales.
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(*): debido a la deriva continental, propulsada por la tectónica global de placas, regiones o continentes hoy situados en zonas
templadas contienen depósitos lateríticos formados durante el Mesozoico, cuando éstos se hallaban más cerca del ecuador terrestre y
además el clima terrestre era más cálido. Así en Francia, Italia, Croacia y Arkansas (U.S.A.) existen importantes depósitos de bauxita a
pesar de que actualmente dichas regiones se hallan en la zona templada norte. El depósito de Baux es la localidad tipo de ese tipo de
mena alumínica, se halla en el sur de Francia.
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Los depósitos formados por metamorfismo no son generalmente de menas metálicas, sino más bien de
menas no-metálicas. Casi siempre constan de cuerpos lenticulares o diseminados de silicatos de Al de uso
industrial como sillimanita, cianita, andalucita, dumortierita, pirofilita, etc., o de piedras semipreciosas, como
jade, granate o corindón, o de rocas grafíticas. Los depósitos metamorfizados suelen ser metálicos, pero en
ellos la concentración inicial del metal no ocurrió durante el metamorfismo, que se considera como un
proceso isoquímico, sino que fue heredada de una roca precursora que contenía algún tipo de depósito
magmático, hidrotermal o exogénico previo capaz de concentrar menas metálicas. Sin embargo los depósitos
metamorfizados se pueden considerar como una familia aparte dado que la deshidratación y recristalización
metamórficas son capaces de movilizar los metales allí acumulados.
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Esta nueva clasificación concuerda con la tendencia actual de las ciencias geológicas de relacionar a
todos los procesos geológicos con los de la tectónica global. Los depósitos magmáticos serán casi siempre
generados en marcos intraplaca, que incluyen rifts y puntos calientes, tanto oceánicos como continentales.
Incluso las antiguas komatitas arqueanas se cree que se formaron en marcos extensionales, similares a las
actuales cuencas retro-arco expansivas, sólo que bajo un régimen termal más caliente del que ha existido en
épocas geológicas más recientes y que permitió porcentajes de fusión parcial del manto superior mayores del
45%. Los depósitos hidrotermales bajo esta nueva óptica ya no están confinados a ningún marco tectónico
en particular, puesto que sus “ingredientes” principales, que incluyen fuente de fluidos y de calor, rocas
corticales permeables y roca madre conteniendo metales, pueden darse prácticamente en cualquier lugar
donde exista alguna actividad tectónica, tanto intraplaca como de márgenes divergentes o convergentes. Así
pueden formarse depósitos hidrotermales tanto en rifts continentales y dorsales, como en arcos volcánicos o
márgenes activos, puntos calientes, e incluso en márgenes pasivos. Asimismo, los depósitos exogénicos
pueden también formarse en cualquiera de los marcos tectónicos emergidos posibles en el planeta, tanto rifts
continentales, como escudos y cratones estables, como zonas de convergencia o de colisiones de placas.
Los Temas 7 al 15 que siguen a esta discusión agrupan los depósitos endogénicos (7 al 10) y los
exogénicos (11 al 14). El Tema 15 trata del muy importante tópico del metamorfismo de los depósitos
minerales y de los depósitos metamorfizados. Se debe recordar que el 80% de los depósitos de menas
metálicas a la escala mundial se hallan en terrenos metamórficos, que en gran parte son de edad
precámbrica. En el Tema 16 se trata de relacionar los procesos metalogénicos con el marco tectónico global,
operante desde 2.500 Ma hace, por lo menos, pero haciendo énfasis en la Era Fanerozoica. El Tema 17 trata
de la petrogénesis y metalogénesis de la Era Precámbrica. La petrogénesis precámbrica ha producido
conjuntos de rocas que van desde muy similares a los generados por la tectónica global moderna a
complejos ígneo-metamórficos de carácter único, especial e irrepetible. Por ello, antes de comprender los
procesos de metalogénesis precámbrica, que no escapan de las cuatro grandes familias antes propuestas,
es necesario tratar la petrogénesis de estos importantes complejos, que incluyen cinturones de rocas verdes,
cinturones granulíticos y cuencas sedimentarias metalíferas, entre otros.
Los elementos litófilos, al estar a ambos lados de la tabla periódica tienen electronegatividades extremas,
o muy bajas, o muy altas. Cuando se combinan con el oxígeno o halógenos tienden a formar compuestos
con enlaces predominantemente iónicos, como silicatos, aluminosilicatos, fosfatos y boratos. Los elementos
siderófilos y calcófilos, al hallarse en las partes centrales de la tabla, tienen electronegatividades moderadas
y tienden a formar con S, As, Se o Te compuestos con enlaces de carácter covalente o metálico, a menudo
resonantes, como sulfuros y sulfosales, incluyendo arseniuros, seleniuros y telururos.
Esta clasificación explica muy bien como se distribuyeron los elementos en los cinco principales
reservorios geoquímicos del planeta (y de otros planetas, también), a saber: núcleo, manto, corteza,
hidrosfera y atmósfera. La sobreabundancia de oxígeno en las partes exteriores de la Tierra, manto y
corteza, no permitió la formación de líquidos metálicos y los elementos siderófilos no tuvieron chance de
comportarse como tales, siendo incorporados a las rocas como litófilos o a las menas sulfurosas, como
calcófilos. Sin embargo, excepto en los depósitos de mena donde estos elementos se concentran como
sulfuros o sulfosales, el S es un elemento traza en la corteza y el manto, de modo que los elementos
calcófilos como el Pb, y siderófilos, como el Ni, se hallan dentro de fases silicatadas de la corteza y el manto.
El Pb se concentra en los feldespatos potásicos, donde sustituye parcialmente al K en intersticios de alto
número de coordinación. El Ni y el Co sustituyen parcialmente al Fe y Mg en el olivino y el ortopiroxeno de la
peridotita del manto, o de las serpentinitas derivadas de ella, en proporciones no mayores del 0,25%. El Cu y
el Au se hallan en los clinopiroxenos de las rocas basálticas, donde ocupan parcialmente, sustituyendo al Ca,
intersticios de coordinación cúbica, algo grandes.
Comentarios finales
Hay que recordar que: LAS CAPAS ROCOSAS DE LA TIERRA, CORTEZA Y MANTO, NO SON SINO UN
EMPAQUETAMIENTO MÁS O MENOS REGULAR, MÁS O MENOS COMPACTO, DE GRANDES ANIONES OXÍGENO, CUYOS
INTERSTICIOS SE ENCUENTRAN PARCIALMENTE OCUPADOS POR CATIONES METÁLICOS DE RADIO MEDIANO A
PEQUEÑO. En efecto, el oxígeno es el elemento más abundante de la corteza y del manto, le siguen en orden
de abundancia Si, Al, Fe, Mg, Ca y Na. Al introducir estos elementos de manera adecuada y conveniente en
el empaquetamiento de oxígenos (y oxhidrilos) se forman estructuras cristalinas más o menos complejas,
polimerizadas o simples, que constituyen los minerales denominados COMBINACIONES OXIGENADAS
COMPLEJAS, que incluyen los comunes y abundantes silicatos formadores de rocas y los menos abundantes,
sulfatos, fosfatos, carbonatos y afines. El azufre y otros metaloides frecuentemente asociados a las menas
metálicas, son elementos trazas en la corteza. La acumulación de menas de sulfuros u óxidos es un proceso
casi milagroso, en realidad muy especial. Hay que imaginar lo que significa concentrar un metal como el
cobre en un depósito conteniendo varios Mt de metal beneficiable, con un tenor de 0,5%, a partir de rocas
madres corticales que contienen 25 ppm de dicho elemento. El factor de enriquecimiento de este metal en
ese depósito es de unas 200 veces; ¡en otros depósitos de metales se tienen factores de enriquecimiento de
1.000 o 10.000 veces! Lo extraordinario de estos procesos hace sumamente dificultosa la formación de
yacimientos explotables de metales, por ello los depósitos económicos no se consiguen sino en
determinados lugares de la corteza, donde una feliz y casi fortuita combinación de múltiples variables
químicas, geológicas y tectónicas permitieron su formación, exposición y preservación.
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Anexo
s c
a t
Elementos mayoritarios Elementos alcalinos El. alcalino-térreos
v sv
Elementos volátiles El. semi-volátiles Elementos radiactivos