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Biogás

El biogás es un gas combustible que se genera en medios naturales o en dispositivos


específicos, por las reacciones de biodegradación de la materia orgánica, mediante la acción
de microorganismos y otros factores, en ausencia de oxígeno (esto es, en un
ambiente anaeróbico). Este gas se ha venido llamando gas de los pantanos, puesto que en
ellos se produce una biodegradación de residuos vegetales semejante a la descrita.
La producción de biogás por descomposición anaeróbica es un modo considerado útil para
tratar residuos biodegradables, ya que produce un combustible de valor además de generar
un efluente que puede aplicarse como acondicionador de suelo o abono genérico.
El resultado es una mezcla constituida por metano en una proporción que oscila entre un 50%
y un 70% en volumen, y dióxido de carbono conteniendo pequeñas proporciones de otros
gases como hidrógeno, nitrógeno, oxígeno y Ácido sulfhídrico/sulfuro de hidrógeno. El biogás
tiene como promedio un poder calorífico entre 18,8 y 23,4 mega julio (unidad) por metro
cúbico (MJ/m³).
Este gas se puede utilizar para producir energía eléctrica mediante turbinas o plantas
generadoras a gas, en hornos, estufas, secadores, caldera (calefacción u otros sistemas de
combustión a gas, debidamente adaptados para tal efecto.

Índice
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 1Composición y características del biogás


 2Etapas de la producción de biogás
o 2.1Etapa I: Hidrólisis
o 2.2Etapa II: Acidogénesis
o 2.3Etapa III: Acetogénesis
o 2.4Etapa IV: Metanogénesis
 3Biodigestor
o 3.1Biodigestores familiares de bajo costo
o 3.2Adaptación de los biodigestores
 4Lecciones aprendidas en divulgación y difusión
 5Talleres de difusión de la tecnología
 6Nuevas tecnologías para producir Biogás
 7Referencias
 8Enlaces externos

Composición y características del biogás[editar]


La composición química del biogás depende primordialmente de dos factores: los materiales
empleados en la digestión y la tecnología utilizada para el proceso. Teniendo eso en cuenta, el
biogás puede contener entre 55 - 70% de metano, 30 - 45% de dióxido de carbono y < 5%
trazas de otros gases (considerados impurezas).1
Entre sus características el biogás posee un poder calorífico entre 6 - 6,5 kWh/Nm3, su
equivalente en combustible es de 0,6 - 0,65 L de petróleo por metro cúbico de biogás.
Temperatura de ignición de 650 a 750°C. Presión crítica de 74 a 88 atmósfera. Temperatura
crítica de -82,5°C. Densidad de 1,2 kg/m3. Masa molar de 16,043 g/mol.2

Etapas de la producción de biogás[editar]


El proceso de producción de biogás mediante digestión anaeróbica de la materia orgánica se
divide en cuatro etapas. Así lo han demostrado estudios bioquímicos y microbiológicos
realizados hasta la actualidad.2
Etapa I: Hidrólisis[editar]
Para iniciar el proceso de descomposición anaeróbica es necesario que los compuestos
orgánicos puedan atravesar la pared celular y así aprovechar la materia orgánica. Los
microorganismos hidrolíticos producen enzimas extracelulares capaces de convertir la materia
orgánica polimérica en compuestos orgánicos solubles. Esta etapa es determinante en la
velocidad global del proceso de producción de biogás y puede verse afectada por factores
como: la temperatura, el pH, el tamaño de las partículas, la composición bioquímica del
sustrato, entre otros.
Etapa II: Acidogénesis[editar]
Se produce la transformación de las moléculas orgánicas solubles en compuestos que pueden
ser aprovechados por las bacterias metanogénicas (acético, fórmico e hidrógeno), otros más
reducidos como (valérico, propiónico, láctico y otros) y ciertos compuestos que no pueden ser
aprovechados por estas bacterias (etanol, ácidos grasos, y compuestos aromáticos). También
eliminan cualquier traza de oxígeno presente en el biodigestor.
Etapa III: Acetogénesis[editar]
Aprovechan los compuestos que no pueden ser metabolizadas por las bacterias
metanogénicas (etanol, ácidos grasos, y compuestos aromáticos) y los transforman en
compuestos más simples como acetato e hidrógeno. Unos microorganismos acetogénicos
muy especiales, denominados homoacetogénicos son capaces de solo producir acetato y
pueden ser empleados para mantener bajas presiones parciales de gas hidrógeno ya que no
lo producen.
Etapa IV: Metanogénesis[editar]
Las bacterias metanogénicas actúan sobre los productos de las etapas anteriores y completan
el proceso de descomposición anaeróbica mediante la producción de metano. Se ha
demostrado que el 70% del metano producido en biodigestor es resultado de la
descarbolixación del ácido acético, debido a que solo dos géneros de bacterias
metanogénicas pueden usar el acetato.

Biodigestor[editar]
Un biodigestor es un sistema natural que aprovecha la digestión anaerobia (en ausencia de
oxígeno) de las bacterias que ya habitan en el estiércol, para transformar éste en biogás
y fertilizante. El biogás puede ser empleado como combustible en las cocinas e iluminación, y
en grandes instalaciones se puede utilizar para alimentar un generador que produzca
electricidad. El fertilizante, llamado biol, inicialmente se ha considerado un producto
secundario, pero actualmente se está considerando de la misma importancia, o mayor, que el
biogás, ya que provee a las familias campesinas de un fertilizante natural que mejora mucho el
rendimiento de las cosechas.
Los biodigestores familiares de bajo costo han sido desarrollados y están ampliamente
implantados en países del sureste asiático, pero en Sudamérica, solo países
como Argentina, Cuba, Colombia y Brasil tienen desarrollada esta tecnología. Estos modelos
de biodigestores familiares, construidos a partir de mangas de polietileno tubular, se
caracterizan por su bajo costo, fácil instalación y mantenimiento, así como por requerir sólo de
materiales locales para su construcción. Por ello se consideran una ‘tecnología apropiada’.La
falta de leña para cocinar en diferentes regiones de Bolivia hacen a estos sistemas
interesantes para su difusión y divulgación a gran escala. Las familias dedicadas a
la agricultura suelen ser propietarias de pequeñas cantidades de ganado (dos o tres vacas,
por ejemplo) y pueden, por tanto, aprovechar el estiércol para producir su propio combustible y
un fertilizante natural mejorado. Se debe considerar que el estiércol acumulado cerca de las
viviendas supone un foco de infección, olores y moscas que desaparecerán al ser introducido
el estiércol diariamente en el biodigestor familiar. También es importante recordar la cantidad
de enfermedades respiratorias que sufren, principalmente las mujeres, por la inhalación de
humo al cocinar en espacios cerrados con leña o excremento seco. La combustión del biogás
no produce humos visibles y su carga en ceniza es infinitamente menor que el humo
proveniente de la quema de madera.

Equipo de reciclaje de estiércol fácil de construir.

En el caso de Bolivia, donde existen tres regiones diferenciadas como altiplano, valle y trópico,
esta tecnología se introdujo en el año 2002 en Mizque, (2200 msnm Cochabamba) como parte
de la transferencia tecnológica a una ONGcochabambina. Desde entonces, en constante
colaboración por Internet con instituciones de Camboya, Vietnam y Australia, y la ONG de
Cochabamba, estos sistemas han sido adaptados al altiplano. La primera experiencia fue en el
año 2003 instalando un biodigestor experimental a 4100 msnm que aprovechaba el efecto
invernadero. Este diseño preliminar sufrió un desarrollo para abaratar costes y adaptarlo a las
condiciones rurales manteniendo el espíritu de tecnología apropiada. Son tres los límites
básicos de los biodigestores: la disponibilidad de agua para hacer la mezcla con el estiércol
que será introducida en el biodigestor, la cantidad de ganado que posea la familia (tres vacas
son suficientes) y la apropiación de la tecnología por parte de la familia.
Biodigestores familiares de bajo costo[editar]
Este modelo de biodigestor consiste en aprovechar el polietileno tubular (de color negro en
este caso) empleado en su color natural transparente en capas solares, para disponer de una
cámara de varios metros cúbicos cerrada herméticamente. Este hermetismo es esencial para
que se produzcan las reacciones biológicas anaerobias.
El film de polietileno tubular se amarra por sus extremos a tuberías de conducción, de unos
150 mm de diámetro, con tiras elásticas recicladas de las cámaras de las ruedas de los autos.
Con este sistema, calculando convenientemente la inclinación de dichas tuberías, se obtiene
un depósito hermético. Al ser el polietileno tubular flexible, es necesario construir una ‘cuna’
que lo albergue, ya sea cavando una zanja o levantando dos paredes paralelas.
Una de las tuberías servirá como entrada de materia prima (mezcla de estiércol con agua de
1:4). En el biodigestor se alcanza finalmente un equilibrio de nivel hidráulico, por el cual, según
la cantidad de estiércol mezclado con agua que se introduzca, saldrá una determinada
cantidad de fertilizante por la tubería del otro extremo.
Debido a la ausencia de oxígeno en el interior de la cámara hermética, las bacterias
anaerobias contenidas en el propio estiércol comienzan a digerirlo. Primeramente se produce
una fase de hidrólisis y fermentación, posteriormente una acetogénesis y finalmente
la metanogénesis por la cual se produce metano. El producto gaseoso llamado biogás
realmente tiene otros gases en su composición, como son dióxido de carbono (20-40%),
nitrógeno molecular (2-3%) y sulfhídrico (0,5-2%), siendo el metano el más abundante con un
60-80%.
La conducción de biogás hasta la cocina se hace directa, manteniendo todo el sistema a la
misma presión: entre 8 y 13 cm de columna de agua dependiendo de la altura y el tipo de
fogón. Esta presión se alcanza incorporando en la conducción una válvula de seguridad
construida a partir de una botella de refresco. Se incluye un ‘tee’ en la conducción, y mientras
sigue la línea de gas, el tercer extremo de la tubería se introduce en el agua contenida en la
botella de 8 a 13 cm. También se añade un reservorio, o almacén de biogás, en la conducción,
permitiendo almacenar unos 2 o 3 metros cúbicos de biogás.
Estos sistemas adaptados para altiplano han de ser ubicados en ‘cunas’ enterradas para
aprovechar la inercia térmica del suelo, o bien dos paredes gruesas de adobe en caso de que
no se pueda cavar. Además se encierran los biodigestores en un invernadero de una sola
agua, apoyado sobre las paredes laterales de adobe. En el caso de biodigestores de trópico o
valle, el invernadero es innecesario pero se ha de proteger el plástico con una semisombra.
Los costes en materiales de un biodigestor pueden variar de 110 dólares para trópico a 170
dólares para altiplano, ya que en la altura tienen mayores dimensiones y requieren de carpa
solar.
Adaptación de los biodigestores[editar]
Los biodigestores deben ser diseñados de acuerdo con su finalidad, la disposición de ganado
y tipo, y la temperatura a la que van a trabajar. Un biodigestor puede ser diseñado para
eliminar todo el estiércol producido en una granja de cerdos, o bien como herramienta de
saneamiento básico en un colegio. Otro objetivo sería el de proveer de cinco horas de
combustión en una cocina a una familia, para lo que ya sabemos que se requieren 20 kilos de
estiércol fresco diariamente. Como se comentó anteriormente, el fertilizante líquido obtenido
es muy preciado, y un biodigestor diseñado para tal fin a permitir que la materia prima esté
más tiempo en el interior de la cámara hermética, así como reducir la mezcla con agua a 1:3.
La temperatura ambiente en que va a trabajar el biodigestor indica el tiempo de retención
necesario para que las bacterias puedan digerir la materia. En ambientes de 30 °C se
requieren unos 10 días, a 20 °C unos 25 y en altiplano, con invernadero, la temperatura de
trabajo es de unos 10 °C de media, y se requieren 55 días de tiempo de retención. Es por esto
que para una misma cantidad de materia prima entrante se requiere un volumen cinco veces
mayor para la cámara hermética en el altiplano que en el trópico.

Lecciones aprendidas en divulgación y difusión[editar]


En todo este proceso de desarrollo, divulgación y difusión de esta tecnología en Bolivia hay
varias lecciones aprendidas. La introducción de los biodigestores en una familia significa que
ya no se requiere buscar leña diariamente para cocinar, tarea normalmente asignada a las
mujeres y niños. Por ello es necesario que sea la mujer la que se apropie de la tecnología
como nuevo combustible para cocinar. Incluso para hacer las cocinas de biogás se han
adaptado las cocinas tradicionales de barro mejorado para que la combustión de biogás sea
más eficiente. Esta liberación de la carga de trabajo de las mujeres implica mayor
disponibilidad de tiempo para otros usos productivos, capacitación, participación social, etc.
Por otro lado, la producción de fertilizante despierta mayor interés en el hombre, ya que suele
ocuparse de los cultivos, y por tanto es importante capacitarle convenientemente en su uso,
de forma que él también se apropie de la tecnología que le provee de un fertilizante ecológico
y natural. Los niños y niñas también es importante tenerlos en cuenta, y hacerlos partícipes
como parte de la familia, evitando que en juegos o vandalismo, pudieran dañar el biodigestor.
La estrategia para la divulgación y diseminación de esta tecnología que se ha visto más
acertada es a través de biodigestores demostrativos. Esto es, instalar uno o dos biodigestores
por comunidad, en una granja municipal si hay interés de las autoridades o en granjas o
centros educacionales ‘modelo’ que existan, de forma que los vecinos vean su
funcionamiento, manejo y beneficios. Esta estrategia no es agresiva y se da a conocer una
tecnología nueva, de modo que las familias tendrán información y criterios propios para decidir
la conveniencia de introducir, o no, un biodigestor en sus viviendas y manejo agropecuario. En
posteriores visitas a las comunidades se puede hacer ya una diseminación mayor a las
familias interesadas.
Una lección de última hora aprendida es introducir los biodigestores demostrativos en dos
familias a la vez en una comunidad, de forma que se genera un apoyo mutuo entre ambas
familias en cuanto a trabajo, dudas y transmisión de conocimiento. La participación de la
familia en toda la instalación de biodigestor ayuda a su apropiación y entendimiento de la
tecnología. Se han dado casos en los que la familia ha desmontado y vuelto a montar un
biodigestor por considerar otra ubicación más idónea, o para repararlo. El trabajo propio de la
familia cavando la zanja que servirá de ‘cuna’, instalando la línea de biogás desde el
biodigestor hasta la cocina es importante valorarlo.
Cuando un biodigestor se instala se realiza su primer llenado con gran cantidad de estiércol y
agua, hasta que el lodo interior tape las bocas de las tuberías de entrada y salida para
asegurar una atmósfera anaeróbia. Es importante hacer un seguimiento posterior, puesto que
el biodigestor tardará tantos días como tiempo de retención se haya considerado para entrar
en plena producción de biogás y fertilizante. En el caso del altiplano esto puede suponer dos
meses cargando diariamente un biodigestor que aún no da los productos esperados, y por
tanto es necesario acompañar y apoyar a la familia en este proceso para que sienta que el
trabajo no es vano.
Es importante aprovechar las estructuras sociales propias de cada lugar, como por ejemplo la
asociación de productores de leche local u otros tipos de asociaciones. De esta manera ya
existe una forma de representación, de comunicación, convocatoria y de control interno que no
es necesario generar con cada nuevo proyecto.
En caso de existir subvenciones monetarias para adquirir los materiales, ya sea por parte de
ONG, municipios o cualquier otro tipo de ayuda, nunca ha de ser total, y por tanto hay que
hacer partícipe a la familia en los costos. Es importante que la familia no solo ponga parte de
la mano de obra para la construcción de la ‘cuna’, sino que además aporte dinero. Esta
cantidad de dinero puede ser variable de acuerdo al contexto social, pero es recomendable
que no sea inferior a los 30$us. De esta forma las familias que decidan instalar un biodigestor,
lo harán en un grado muy importante de apropiación de la tecnología, además que obliga a la
institución o promotor a tener una responsabilidad y dar garantía en los materiales empleados
y en el funcionamiento del sistema. De otro modo, tanto la apropiación de la tecnología por
parte de la familia así como el compromiso del buen hacer del instalador pueden ser menores.

Talleres de difusión de la tecnología[editar]


Disponiendo de una tecnología apropiada, de gran potencial en Bolivia, pero de poca difusión,
divulgación y diseminación, la mejor forma de comenzar es a través de talleres prácticos. El
objetivo de estos talleres es capacitar a personas en el diseño, instalación, propuesta y
ejecución de proyectos de diseminación de biodigestores.
Los talleres se plantean de forma intensiva con una duración de cuatro días. El primer día se
tratan los conceptos biológicos que rigen este sistema natural, se dan las claves y parámetros
para su diseño según el objetivo del biodigestor (generación de biogás, producción de
fertilizante o de manejo de residuos orgánicos por criterios medioambientales). Además se
invita a personas con experiencia en biogás, proyectos de biodigestores, manejo
del fertilizante, etc. para que compartan sus experiencias con los asistentes.
El segundo día resulta el más interesante, ya que se traslada a los participantes a alguna
comunidad campesina cercana para la instalación de un biodigestor. Previamente la familia ya
ha construido la cuna donde se albergará el biodigestor. Durante una mañana se trabaja junto
con los participantes y la familia en la instalación, paso por paso, del biodigestor. Este día
sirve de clase práctica al taller, no sólo en cuanto a tecnología, sino también en la capacitación
de la familia en su construcción, manejo y mantenimiento.
Y el tercer día se imparten clases sobre la ejecución de proyectos, su identificación,
planificación, presupuestos y forma de diseminación y ejecución. A la tarde, en una mesa
redonda entre todos los participantes, se plantea las formas de financiamiento y sostenibilidad
de esta tecnología a medio plazo en Bolivia. Además se realiza un mapeo nacional de los
primeros proyectos que coordinarían las instituciones participantes en el taller. A partir de
estos talleres son varias las instituciones que deciden incorporar a los biodigestores familiares
de bajo costo en sus programas de desarrollo rural. Es importante subvencionar inicialmente
la tecnología.

Nuevas tecnologías para producir Biogás[editar]


A través de contribuciones como las del proyecto NANOCLEAN se están desarrollando
nuevas formas para obtener Biogás basadas en la aplicación de nanotecnología para
optimizar la producción de gas, a través de la introducción controlada de nanopartículas de
óxido de hierro en el proceso de tratamiento de materia orgánica,3 generando nuevas
oportunidades de empleo.4

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