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Alteraciones del ciclo del agua. Proceso que sigue el agua en la naturaleza,
a partir de la evaporaciónde mares, ríos y océanos, este vapor es conducido a
la atmósfera donde se condensa y forma nubes, el descenso térmico provoca
la precipitación del agua., que discurre por la superficie terrestre, infiltrándose
en el terreno o en otros casos evaporándose, pasando así de nuevo a la
atmósfera y comenzando de nuevo el ciclo una y otra vez.
Alteraciones del ciclo del agua
El ciclo del agua puede sufrir alteraciones tanto de la naturaleza como por parte
del hombre.
Un efecto natural que afecta este ciclo es la erosión que contamina aguas
subterráneas, pero no en tal afecta en cantidad como la incontrolable tala
de bosques.
Los principales ecosistemas y biotas terrestres, así como los seres humanos,
dependen del agua dulce, aquella cuyo contenido de sales es menor al 0,01%.
El 97% del agua de la Tierra es salada y se encuentra en mares y océanos, y
del restante 3%, el 87% esta concentrada en los casquetes polares y
los glaciares, es agua profunda inaccesible o se halla en la atmósfera, por lo
que es solo asequible el 0,4% del total.
https://www.botanical-
online.com/ciclodelagua.htmRiesgos en el
ciclo del agua
Por Walberto Caballero
El balance hidrológico nos indica que este recurso tiende a agotarse, porque se extrae
más de su capacidad de recarga natural. Su ciclo está muy alterado, negativamente,
comprometiendo la cantidad y calidad, limitando el acceso y su disponibilidad.
Esta condición no es exclusiva del acuífero Patiño; afecta a las aguas superficiales y
otras subterráneas del país.
Lamentablemente, no se está midiendo este riesgo que puede dejar sin agua a gran parte
del país, en menos de una década, considerando la descontrolada sobreexplotación y
contaminación.
La gestión del riesgo es un concepto que permite identificar, evaluar y priorizar las
fuentes potenciales de amenaza, las causas y sus consecuencias, enmarcadas en las
condiciones culturales, sociales, ambientales, económicas e institucionales de las
poblaciones.
Urge, entonces, empezar a pensar en cómo gestionar estos riesgos en el ciclo del agua
en el país.
Contribuir al proceso de divulgación y discusión de las diferentes estrategias para la
evaluación y gestión del riesgo en el ciclo del agua debe ser una labor de las
instituciones vinculadas al sector, como la Secretaría del Ambiente (Seam), el Ente
Regulador de los Servicios Sanitarios (Erssan), el Ministerio de Obras Públicas, entre
otras.
Hay que empezar a reunir a un grupo representativo de profesionales nacionales e
internacionales relacionados con la gestión del riesgo, para intercambiar ideas,
experiencias e innovaciones en este campo del conocimiento.
Se debe, en concreto, no perder tiempo ni esperar situaciones más críticas para empezar
a trabajar en la prevención y mitigación de los impactos en los recursos hídricos, con el
objetivo de lanzar alertas tempranas y garantizar la calidad del agua.
Retención:
Pero no todo el agua que precipita llega a alcanzar la superficie del terreno. Una parte del
agua de precipitación vuelve a evaporarse en su caída y otra parte es retenida (“agua de
intercepción”) por la vegetación, edificios, carreteras, etc., y luego se evapora.
Del agua que alcanza la superficie del terreno, una parte queda retenida en charcas, lagos
y embalses (“almacenamiento superficial”) volviendo una gran parte de nuevo a la
atmósfera en forma de vapor.
Escorrentía superficial:
Otra parte circula sobre la superficie y se concentra en pequeños cursos de agua, que
luego se reúnen en arroyos y más tarde desembocan en los ríos (“escorrentía superficial”).
Este agua que circula superficialmente irá a parar a lagos o al mar, donde una parte se
evaporará y otra se infiltrará en el terreno.
Infiltración:
Pero también una parte de la precipitación llega a penetrar la superficie del
terreno (“infiltración”) a través de los poros y fisuras del suelo o las rocas, rellenando de
agua el medio poroso.
Evapotranspiración:
En casi todas las formaciones geológicas existe una parte superficial cuyos poros no están
saturados en agua, que se denomina “zona no saturada”, y una parte inferior saturada en
agua, y denominada “zona saturada”. Una buena parte del agua infiltrada nunca llega a la
zona saturada sino que es interceptada en la zona no saturada. En la zona no saturada
una parte de este agua se evapora y vuelve a la atmósfera en forma de vapor, y otra parte,
mucho más importante cuantitativamente, se consume en la “transpiración” de las plantas.
Los fenómenos de evaporación y transpiración en la zona no saturada son difíciles de
separar, y es por ello por lo que se utiliza el término “evapotranspiración” para englobar
ambos términos.
Escorrentía subterránea:
El agua que desciende, por gravedad-percolación y alcanza la zona saturada constituye la
“recarga de agua subterránea.
El agua subterránea puede volver a la atmósfera por evapotranspiración cuando el nivel
saturado queda próximo a la superficie del terreno. Otras veces, se produce la descarga
de las aguas subterráneas, la cual pasará a engrosar el caudal de los ríos, rezumando
directamente en el cauce o a través de manantiales, o descarga directamente en el mar, u
otras grandes superficies de agua, cerrándose así el ciclo hidrológico.
El ciclo hidrológico es un proceso continuo pero irregular en el espacio y en el tiempo. Una
gota de lluvia puede recorrer todo el ciclo o una parte de él. Cualquier acción del hombre
en una parte del ciclo, alterará el ciclo entero para una determinada región. El hombre
actúa introduciendo cambios importantes en el ciclo hidrológico de algunas regiones de
manera progresiva al desecar zonas pantanosas, modificar el régimen de los ríos, construir
embalses, etc.
El ciclo hidrológico no sólo transfiere vapor de agua desde la superficie de la Tierra a la
atmósfera sino que colabora a mantener la superficie de la Tierra más fría y la atmósfera
más caliente. Además juega un papel de vital importancia: permite dulcificar las
temperaturas y precipitaciones de diferentes zonas del planeta, intercambiando calor y
humedad entre puntos en ocasiones muy alejados.
Las tasas de renovación del agua, o tiempo de residencia medio, en cada una de las fases
del ciclo hidrológico no son iguales. Por ejemplo, el agua de los océanos se renueva
lentamente, una vez cada 3.000 años, en cambio el vapor atmosférico lo hace
rápidamente, cada 10 días aproximadamente.
Ciclo Hidrológico
Se pudiera admitir que la cantidad total de agua que existe en la Tierra, en sus tres fases:
sólida, líquida y gaseosa, se ha mantenido constante desde la aparición de la Humanidad.
El agua de la Tierra - que constituye la hidrósfera - se distribuye en tres reservorios
principales: los océanos, los continentes y la atmósfera, entre los cuales existe una
circulación contínua - el ciclo del agua o ciclo hidrológico. El movimiento del agua en el
ciclo hidrológico es mantenido por la energía radiante del sol y por la fuerza de la
gravedad.
El ciclo hidrológico se define como la secuencia de fenómenos por medio de los cuales el
agua pasa de la superficie terrestre, en la fase de vapor, a la atmósfera y regresa en sus
fases líquida y sólida. La transferencia de agua desde la superficie de la Tierra hacia la
atmósfera, en forma de vapor de agua, se debe a la evaporación directa, a
la transpiración por las plantas y animales y por sublimación (paso directo del agua
sólida a vapor de agua).
La cantidad de agua movida, dentro del ciclo hidrológico, por el fenómeno de sublimación
es insignificante en relación a las cantidades movidas por evaporación y por transpiración,
cuyo proceso conjunto se denomina evapotranspiración.
El vapor de agua es transportado por la circulación atmosférica y se condensa luego de
haber recorrido distancias que pueden sobrepasar 1,000 km. El agua condensada da lugar
a la formación de nieblas y nubes y, posteriormente, a precipitación.
La precipitación puede ocurrir en la fase líquida (lluvia) o en la fase sólida
(nieve o granizo). El agua precipitada en la fase sólida se presenta con una estructura
cristalina, en el caso de la nieve, y con estructura granular, regular en capas, en el caso
del granizo.
La precipitación incluye también incluye el agua que pasa de la atmósfera a la superficie
terrestre por condensación del vapor de agua (rocío) o por congelación del vapor (helada)
y por intercepción de las gotas de agua de las nieblas (nubes que tocan el suelo o el mar).
El agua que precipita en tierra puede tener varios destinos. Una parte es devuelta
directamente a la atmósfera por evaporación; otra parte escurre por la superficie del
terreno, escorrentía superficial, que se concentra en surcos y va a originar las líneas de
agua. El agua restante se infiltra, esto es penetra en el interior del suelo; esta agua
infiltrada puede volver a la atmósfera por evapotranspiración o profundizarse hasta
alcanzar las capas freáticas.
Tanto el escurrimiento superficial como el subterráneo van a alimentar los cursos de agua
que desaguan en lagos y en océanos.
La escorrentía superficial se presenta siempre que hay precipitación y termina poco
después de haber terminado la precipitación. Por otro lado, el escurrimiento subterráneo,
especialmente cuando se da a través de medios porosos, ocurre con gran lentitud y sigue
alimentando los cursos de agua mucho después de haber terminado la precipitación que le
dio origen.
Así, los cursos de agua alimentados por capas freáticas presentan unos caudales más
regulares.
Como se dijo arriba, los procesos del ciclo hidrológico decurren en la atmósfera y en la
superficie terrestre por lo que se puede admitir dividir el ciclo del agua en dos ramas: aérea
y terrestre.
El agua que precipita sobre los suelos va a repartirse, a su vez, en tres grupos: una que es
devuelta a la atmósfera por evapotranspiración y dos que producen escurrimiento
superficial y subterráneo. Esta división está condicionada por varios factores, unos de
orden climático y otros dependientes de las características físicas del lugar donde ocurre la
precipitación.
Así, la precipitación, al encontrar una zona impermeable, origina escurrimiento superficial y
la evaporación directa del agua que se acumula y queda en la superficie. Si ocurre en un
suelo permeable, poco espeso y localizado sobre una formación geológica impermeable,
se produce entonces escurrimiento superficial, evaporación del agua que permanece en la
superficie y aún evapotranspiración del agua que fue retenida por la cubierta vegetal. En
ambos casos, no hay escurrimiento subterráneo; este ocurre en el caso de una formación
geológica subyacente permeable y espesa.
La energía solar es la fuente de energía térmica necesaria para el paso del agua desde las
fases líquida y sólida a la fase de vapor, y también es el origen de las circulaciones
atmosféricas que transportan el vapor de agua y mueven las nubes.
La fuerza de gravedad da lugar a la precipitación y al escurrimiento. El ciclo hidrológico es
un agente modelador de la corteza terrestre debido a la erosión y al transporte y
deposición de sedimentos por vía hidráulica. Condiciona la cobertura vegetal y, de una
forma más general, la vida en la Tierra.
El ciclo hidrológico puede ser visto, en una escala planetaria, como un gigantesco sistema
de destilación, extendido por todo el Planeta. El calentamiento de las regiones tropicales
debido a la radiación solar provoca la evaporación contínua del agua de los océanos, la
cual es transportada bajo forma de vapor de agua por la circulación general de la
atmósfera, a otras regiones. Durante la transferencia, parte del vapor de agua se condensa
debido al enfriamiento y forma nubes que originan la precipitación. El regreso a las
regiones de origen resulta de la acción combinada del escurrimiento proveniente de los
ríos y de las corrientes marinas.
AYUDAS O ACCIONES DE MEJORA AL CICLO DEL AGUA POR PARTE DE LA HUMANIDAD
1. Educar para el cambio de modelos de consumo y estilos de vida. Para hacer frente a la
próxima era de la escasez de agua se requieren grandes cambios de todas las formas de
consumo, desde el uso individual al de las grandes corporaciones. El factor inicial es el
conocimiento y concienciación sobre el problema a afrontar.
2. Desarrollar nuevas tecnologías de conservación y almacenamiento del agua. En las
zonas donde los acuíferos se están agotando y el aporte por agua de lluvia es cada vez
más impredecible, la innovación en sistemas de conservación y almacenamiento es
especialmente necesaria. El desarrollo de tecnologías de conservación debe hacerse
compatible con una reducción del consumo de energía.
3. Reutilización de aguas residuales. En los últimos años ha crecido la llamada a una
nueva mentalidad en el tratamiento de aguas residuales, haciendo de ellas un recurso.
Algunos países, como Singapur, han realizado avances importantes en la reutilización de
agua para diferentes usos, incluido el uso como agua potable, reduciendo el consumo de
agua y mejorando la autosuficiencia.
4. Mejorar el riego y las prácticas agrícolas. Un 70 por ciento del agua dulce del mundo se
utiliza para la agricultura. La mejora del riego puede reducir de forma importante la
diferencia entre la oferta y la demanda, a la par que se asegure la disponibilidad de
alimentos.
5. Adecuación del precio del agua. Según la OCDE elevar los precios ayudaría a reducir
los residuos y la contaminación. Sin embargo, otros organismos señalan que el precio del
agua y los derechos van de la mano.
6. Aumentar la eficiencia energética de las plantas de desalinización. Hasta la fecha, la
desalación ha sido una solución de alto consumo energético a la escasez de agua, sólo
viable en regiones con disponibilidad de recursos. Se precisa el fomento de tecnologías
basadas en energías renovables.
7. Mejorar la captación de agua. Los sistemas de captación de agua son esenciales para
las zonas sin fuentes de agua fiable. Pakistán y la India son dos ejemplos de países que
tendrán que revisar sus sistemas de captación de aguas pluviales para adecuarse los
posibles efectos del cambio climático. Los esfuerzos deben permitir un control
independiente de los recursos hídricos.
8. Asegurar la representatividad en los gobiernos. Las administraciones deberán tener en
cuenta las opiniones y necesidades de todos los grupos. Para ellos es esencial que las
comunidades se estructuren y organicen. En abril, por ejemplo, los grupos indígenas se
reunieron en la Conferencia sobre Cambio Climático alternativo en Bolivia, un encuentro
destinado a fomentar las alianzas internacionales entre los grupos insuficientemente
representados.
9. Desarrollar y poner en práctica mejores políticas y reglamentos. La escasez de agua
complica la seguridad alimentaria y la contaminación, por lo que los gobiernos tienen que
tomar medidas que consideren los efectos a medio y largo plazo. A modo de ejemplo de la
disparidad de actuaciones, el gobierno de EE.UU. está considerando expandir la Ley de
Agua Limpia para garantizar mayor protección, mientras que Rusia ha aprobado vertido de
residuos al lago Baikal.
10. Mejora de la gestión de ecosistemas. Debe aplicarse una gestión integral con un
enfoque práctico y de sentido común para la supervisión de los recursos naturales,
teniendo en cuenta consideraciones económicas, culturales y los objetivos ecológicos. Un
buen ejemplo de gestión integral son las comunidades que tienen plantas de tratamiento
de aguas residuales que son utilizadas para riego y fertilización de cultivos energéticos
locales.
11. Mejorar la infraestructura de distribución. Las deficiencias en la distribución tienen un
impacto serio en la utilización de los recursos, la salud y la economía. El problema no se
limita al mundo en desarrollo.
12. Reducir la huella del agua corporativa. Las industrias dan cuenta de aproximadamente
el 22 por ciento del consumo de agua a escala mundial. La huella corporativa incluye el
agua que se consume directa e indirectamente cuando los bienes son producidos. La
fabricación sostenible alcanzará importancia desde el punto de vista económico y de
imagen.
13. Generar los marcos institucionales internacionales y la cooperación. Los acuerdos
regionales sobre recursos transfronterizos o compartidos, tales como el Pacto de los
Grandes Lagos en los EE.UU o del Nilo en África, son difíciles de ratificar. Sin embargo
serán esenciales para afrontar el futuro en diversas regiones.
14. Luchar contra la contaminación. La medición y control de la calidad del agua es
esencial para la salud humana y la biodiversidad. Deben establecerse políticas de
desarrollo basadas en garantizar que el uso del agua no lleva a la reducción de su calidad
y del medio.
15. Acceso equitativo a los recursos públicos comunes. Uno de los objetivos de la clave
de las Naciones Unidas de Desarrollo del Milenio (ODM) es garantizar el acceso al agua
potable. La tesis de que el agua es un derecho fundamental debe hacerse compatible con
mantener las oportunidades de desarrollo económico públicas y privadas basadas en el
agua.
16. I + D + i. La investigación, el desarrollo y la innovación será clave para desarrollar
tecnologías y procedimientos que permitan asegura la calidad del agua y la optimización
del consumo.
17. Proyectos hidráulicos en los países en desarrollo basados en la transferencia de
tecnología. El cambio climático y la escasez de agua están produciendo las consecuencias
más dramáticas en las regiones en desarrollo, como el noroeste de la India y África
subsahariana. Una solución propuesta es la transferencia de tecnologías de conservación
de agua a estas zonas secas, si bien la debilidad de las economías de estas zonas
dificulta su implantación.
18. Mitigación del cambio climático. El cambio climático y la escasez de agua es uno de los
mayores desafíos de la raza humana. El trabajo decidido ambos frentes requiere de una
mayor participación de las energías renovables en el ciclo de gestión del agua.
19. Controlar el crecimiento de la Población. Debido al crecimiento acelerado de la
población mundial, la brecha entre oferta y demanda se ampliará en un 65 por ciento para
el año 2030.
- Proteger las reservas de agua, como los acuíferos subterráneos, los lagos y los
humedales.
- Proteger y recuperar las zonas de nacimientos de agua, los páramos, las estrellas
hidrográficas y las microcuencas.
- Orientar el uso eficiente del agua a través de la formación de una conciencia de uso
racional en la población.
- Adoptar tecnologías para disminuir la contaminación y el desperdicio del agua.
-Proteger, recuperar y mejorar el medio ambiente en las zonas costeras y los terminales
marítimos.
- Recuperar y proteger los ecosistemas naturales estratégicos, como los manglares, las
praderas submarinas y los arrecifes de coral.
- Disminuir las emisiones que afectan la calidad del agua en la atmósfera, de acuerdo
con las normas vigentes sobre la calidad del aire.
¿Sabías que…?
Fuentes: Informe de las Naciones Unidas sobre el desarrollo de los recursos hídricos en el mundo 4.
Volumen 1: Gestionar el agua en un contexto de incertidumbre y riesgo. WWAP, 2012 Informe de las
Naciones Unidas sobre el desarrollo de los recursos hídricos en el mundo 3. El agua en un mundo
en constante cambio. WWAP, 2009. Iniciativa Energía Sedienta del Banco Mundial, 2014
La existencia de servicios mejorados de agua y de energía reduce la carga que las mujeres y las
niñas tiene que soportar, ya que a menudo éstas pasan varias horas al día recogiendo agua y leña
para cocinar, liberando así tiempo para su educación y su participación en actividades generadoras
de ingresos. La provisión de servicios mejorados de agua y de energía contribuye también a mejorar
la salud, facilita el desarrollo de actividades económicas (microempresas) y las oportunidades de
mejora de la productividad agrícola.
La falta de disponibilidad y de acceso a servicios básicos de agua y de energía impide a los
individuos y a las comunidades alcanzar mayores niveles de bienestar y beneficiarse de las
oportunidades de desarrollo social y económico. Esto es particularmente cierto en los segmentos
más pobres y vulnerables de la población, como las mujeres y la infancia. La inversión en servicios
de agua y de energía mejora los niveles de salud de las personas, contribuye a la reducción de los
niveles de pobreza e indigencia y permite la mejora de las oportunidades educativas y de empleo, lo
que resulta en el desarrollo económico general del país.
En muchos países pobres, la biomasa representa el 90% del consumo de energía en los hogares.
Por lo tanto, los servicios de los ecosistemas, no solo sirven para el suministro de energía en los
países de bajos ingresos, sino que también están críticamente afectados por la elección
predominante de trasporte/distribución de energía y los niveles totales de consumo. La seguridad
hídrica y la de los ecosistemas tienen una relación recíproca necesaria para la mejora de ambos y
por tanto para la conservación de la energía.
• ONU-Energía
Establecida en 2004, ONU-Energía se inició como un mecanismo para promover la coherencia y la
colaboración interagencial en el ámbito de la energía y para el desarrollo de un mayor compromiso
colectivo entre las Naciones Unidas y otras las partes interesadas clave. El trabajo de ONU-Energía
se organiza en torno a tres núcleos temáticos: (1) El acceso a la energía; (2) Las energías
renovables; y (3) La eficiencia energética.
El agua y la energía están intrínsecamente interconectadas. Todas las fuentes de energía (incluida
la electricidad) requieren del agua en sus procesos de producción: para la extracción de materias
primas, la refrigeración de plantas térmicas, los procesos de limpieza, la producción de
biocombustibles y para el funcionamiento de las turbinas. Se requiere de la energía para que se
pueda disponer de agua para uso y consumo humano (incluyendo el riego) a través del bombeo,
transporte, tratamiento y desalación.
La forma en que la sociedad entiende la gestión conjunta de los recursos hídricos y energéticos se
ha desarrollado con el tiempo. Esta relación, tal y como se define hoy en día, se puede considerar
que es simplemente cuál es la intensidad energética en el sector del agua y cuál es la intensidad del
agua en el sector de la energía. Esto es, la cantidad de agua necesaria, directa o indirectamente,
para la exploración, la extracción, la generación y la transmisión de la energía, y la cantidad de
energía necesaria para la extracción, el transporte, la distribución, la recogida, el tratamiento y el uso
final del agua. El nexo agua-energía fue acuñado como un área de estudio separada dentro del
concepto del nexo con el fin de analizar las interdependencias y las complejidades específicas en la
relación entre el agua y la energía. La dependencia que tiene el agua del sector energético y la
dependencia del sector energético del agua gira en torno a cuestiones elementales como son los
sistemas de gestión del agua y de infraestructuras o la energía sostenible y la eficiencia de los
sistemas.