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5bases de Fitoterapia 5 PDF
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INTRODUCCION
La utilización de las plantas en la curación de enfermedades, probablemente nació conjuntamente
con el hombre, y éste, con el transcurso del tiempo, ha atesorado experiencias sobre los efectos
benéficos de sus innumerables componentes. De esta manera fueron separadas las especies
comestibles de la venenosas y seleccionadas las partes útiles. Las plantas se clasificaron y fueron
químicamente analizadas para distinguir sus principios activos o alcaloides.
Otra ventaja del uso de medicinas vegetales, es la inocuidad del tratamiento, siempre y cuando
éstas se encuentren exentas de pesticidas, herbicidas, químicos, así como de metales pesados, como
el plomo o el mercurio. Por esta razón, es aconsejable tener en casa un cultivo de plantas
medicinales, las cuales pueden ser sembradas inclusive en macetas en caso de personas que
dispongan de poco espacio. En el caso de recolección de plantas, se deberá evitar aquellas que se
encuentran expuestas a contaminantes de todo tipo, por ejemplo las que crecen en aceras,
carreteras, depósitos de basura, ríos contaminados, etc.
Historia.-
El descubrimiento de las propiedades curativas de las plantas, fue al principio por observación y
deducción, probablemente, muchas tristes experiencias enseñaron a los hombres de las propiedades
de las plantas, comprobando así sus resultados. Reconoció que la cariofilada (Geum Urbanum,
hierba de San Benito) cura las heridas, al observar que el ciervo se sirve de ella con este fin; o que
la grama (Cynodon Dactylon, grama canina, diente de perro) provoca vómitos, la cual conoce
instintivamente el perro. Numerosos autores relatan ejemplos notables de esta espontánea
sensibilidad de los animales, utilizando las plantas apropiadas. Así, Cicerón cita el uso del apio
(Apium Graveolens) por parte de los cervatos para facilitar el parto. Plutarco menciona el uso del
aro (Arum Italicum, hierba de Aaron, yaro, jaro, hierba del juicio del año, flor de la primavera,
cartucho) para este mismo fin. Las cabras dice la leyenda: "Mulah Schadelih se dormía muchas
veces durante la lectura del Coran, y no había modo de combatir su propensión al sueño. Y el
hombre tenía serio remordimiento de conciencia, pues, a causa de ello, no podía leer debidamente
el Coran, ni rezar las oraciones prescritas con el recogimiento y devoción necesarios. Cierto día se
encontró con un pastor que apacentaba en un campo lleno de arbustos. Los animales se
comportaban de una manera tan revoltosa, que llamaron su atención; saltaban violentamente de acá
para allá y hacían toda suerte de cabriolas. ¿Por qué están tan excitadas estas cabras?, pregunto
Mulah. Parecen incansables. -¡Oh gran Mulah!, repuso el pastor, mis cabras han vuelto a comer de
aquel raro arbusto, cada vez que pasan y muerden sus frutos y sus hojas, se comportan de esta
forma tan extraña. Durante horas y horas saltan y brincan de un lado para otro, no piensan en
dormir, ni se dan reposo alguno. -Muéstrame el arbusto, dijo Mulah. El pastor le enseño un arbusto
que no solo tenia flores, sino también unos frutos verdes y rojos. Mulah, cogió algunos maduros y
se los comió. Sin embargo dejaron de producir el efecto que esperaba. Se dijo que quizás había que
tostar el fruto y tomó un puñado de granos, los puso en un sartén de cobre a tostarlos.
Entre tanto llegó la hora de la oración, y el hombre se olvido de los frutos que tenía en la sartén.
Cuando al cabo de una hora, volvió al fin, junto a su fogoncito, aquellos frutos rojos ya estaban
completamente quemados y un olorcillo muy agradable llenaba la estancia. Acababan de ser
tostados los primeros granos de café. Mulah, vertió agua encima y dejó que los granos tostados
flotaran durante cierto tiempo. El resultado fue una bebida oscura, aromática de magnifico sabor.
Mulah, se la bebió y comprobó que desaparecía todo su cansancio; tanto que no pudo dormir en
toda la noche. Permaneció pues, en vela y se puso al corriente de sus oraciones. Acababa de ser
descubierta la bebida del café".
Otra manera de descubrir los secretos de las plantas fue el asociar la forma de éstas con los órganos
internos o también la de asociar la forma de éstas con las patologías que presenta el ser humano.
Por ejemplo, el Polipodium Vulgare o en catalán conocido como la herba de la pigota, esto es,
hierba de la viruela, ya que en el envés de sus hojas presenta numerosos montoncitos de
esporangios, como pústulas variolosas, la hoja de Trifolium Pratense presenta en su hoja una
mancha blanquecina, que asemeja a la catarata, como adiestrando a quien observa su utilización en
caso de esta patología. Esta teoría de signos o señales, tan natural y propia del hombre la sintetiza
Paracelso en pocas palabras: "Todo vegetal esta señalado por la naturaleza; y para lo que el nos
significa, para ello es bueno". Según Dioscorides de Mattioli, Dios puso señales en las plantas para
abrir camino al hombre en su afán de procurarse remedios, revelando de esta manera lo que estaba
oculto. Por esto, decir las plantas y sus secretos, es lo mismo que las plantas y su virtudes. Hay
plantas signíferas, es decir, que traen señal o insignia sugerente de sus secretos o virtudes y otras
que nos las muestran por otras vías.
Existen señales que se basan en la forma de la planta o de sus partes, por ejemplo, el
Cardiospermum Halicabum, enredadera llamada usualmente farolito, dentro de sus frutos
vesiculosos hecha tres semillas redondas, primero verdes, luego parduscas y finalmente negras, en
medio de las cuales se puede ver un parche blanco con figura de corazón. Entre las orquídeas,
tenemos a la cynosorchis o compañones de perro, "si quieres satisfacer a la dama, porque, según
dicen, despierta y aguijonea la virtud genital". Los frutos del beleño (Hyoscyamus niger)
representan una muela podrida, arrancada y con sus raíces al aire; " saumando la boca con el, de los
dientes cariados se ven saltar los gusanitos, cuando el humo del beleño llega hasta ellos" según el
venerable Nasi de Marruecos. Los aguijones del rosal silvestre (Rosa Canina) se asemejan a los
colmillos de perro, preparando una bebida de las raíces del rosal silvestre hervidas con agua,
preservan contra las mordeduras del perro rabioso; cuando el rosal ha fructificado, el escaramujo
forma una cavidad como la vejiga urinaria en miniatura, pero llena de piedrecillas durísimas, señal
que se a de aprovechar para combatir los cálculos vesicales. El culantrillo de pozo o calitricho
(Adiantum Capilus-Veneris), se llamo así no solo por los negros rabillos de las frondes y por sus
raíces, sino por la notable virtud que se le atribuyo de restituir y acrecentar los cabellos perdidos y
darles tintura muy agradable. Con las nueces, dice el doctor Lecler, la Medicina de las similitudes
encontró un remedio contra las afecciones de la cabeza; la cáscara verde representa el cuero
cabelludo, la cáscara dura y leñosa corresponde a los huesos del cráneo; la película amarillenta o
leonada que recubre la almendra equivale a las meninges; y la propia almendra a los hemisferios
cerebrales.
Los signos gustativos y olfativos también se han desarrollado para conocer las virtudes de las
plantas. Cuando las quinas americanas (originarias de Loja-Ecuador), dejaron maravillados a los
europeos por sus virtudes febrífugas, se relaciono su extremado amargor, con aquella virtud
farmacológica.
Otras señales derivadas de las disposiciones de los órganos las encontramos en el rizoma llamado
Sello de Salomon (Polygonatum Odoratum o suelda blanca). Este rizoma esta formado por
pequeños troncos en forma de huesos, esta ha sido una buena señal para soldar las fracturas.
Parecidas virtudes en fracturas parece tener el sinfitum (Symphitum, consolida, consuelda).
Otras señales sugeridas son las dadas por las condiciones del lugar en que vive la planta. Hay un
genero de musgos que se crían en las aguas; no en cualesquier agua, sino en las mas claras y
frescas, en las que fluyen sin demasiada precipitación. Antiguamente, se creyó que unos musgos
así, se debían aprovechar para combatir las calenturas, hasta tal punto que Linne haciéndose eco de
tal creencia llamo a uno de ellos Fontinalis Antipyretica.
La teoría de las señales la teníamos en América desde tiempos inmemoriales y además, los médicos
o yachacs tenían-tenemos actualmente la propiedad de hablar con las plantas y ellas nos cuentan
sus propiedades, la riqueza y sabiduría en cuanto a Fitoterapia se refiere ha quedado demostrada: 1-
Por la transmisión oral que ha pasado de generación en generación y hasta nuestros días se la
conserva. 2- El primer libro escrito sobre plantas medicinales, es un manuscrito azteca (Tlatelolco)
de 1552, llamado "Libelius de Medicinalibus Indorum Herbis" (Opúsculo acerca de las Hierbas
Medicinales de los Indios), escrito por Martín de la Cruz, que textualmente al inicio dice lo
siguiente: "Lo compuso un indio medico del Colegio de Santa Cruz, que no hizo ningunos estudios
profesionales, sino que era experto por puros procedimientos de experiencia". Su contenido es el
siguiente:
Capitulo I: Curación de la cabeza. Furúnculos. Caspa o alopecia. Tina. Caída del pelo.
Descalabradura o fractura de la cabeza.
Capitulo II: Cuidado de los ojos. Calor. Ojos inyectados de sangre. Glaucoma. Entorpecimiento de
las cejas, o mejor dicho de los párpados. Hinchazón de los ojos. Inducción al sueno. Modo de evitar
la somnolencia.
Capitulo III: Purulencia de los oídos, sordera u obstrucción.
Capitulo IV: Catarro. Medicina que a de instilarse en la nariz. Hierba sanguinaria.
Capitulo V: Limpiador de dientes o dentífrico. Curación de encías inflamadas o purulentas. Dolor y
putrefacción de los dientes. Fuerte calor, Tumor o supuración de la garganta. Anginas. Medicina
con que se mitiga el dolor de garganta. Para desechar la saliva reseca. Para acabar con el esputo
sanguinolento. Para calmar la tos. Para quitar el aliento fétido y repugnante. El hipo.
Capitulo VI: Refrigerio para la boca inflamada por el calor. Remedio para el que no puede bostezar
por el dolor. Sarna de la cara. Sarna de la boca. Estruma o escrófula del cuello. Agua subcutánea.
Debilidad de las manos.
Capitulo VII: Opresión molesta del pecho. Dolor en el corazón. Calor. Dolor de costado. Medicina
que mata lombrices y animalejos que se alojan en el vientre del hombre. Antídoto. Inflamación del
estomago. Dolor de vientre. Disentería o cólicos. Ruidos del vientre. Frialdad. Diarrea.
Capitulo VIII: Curación de la región púvica. Hierba Inguinaria. Hierba para la vejiga o halicacabo.
Disuria o extranguria. Mal de asentaderas. Podagra. Dolor poplíteo. Contracción incipiente de la
rodilla. Remedio de las grietas en la planta de los pies. Lesión de los pies. Contra la fatiga. Árboles
y flores contra el que administra la republica y desempeña un cargo publico.
Capitulo IX: Remedio contra la sangre negra, fiebre, lepra, hemorroides, condiloma, calor
excesivo, cuerpo maltratado, liquen o mentagra, fiebres intermitentes, sarna, heridas, enfermedad
de las articulaciones, psora, pus agusanado, quemaduras del cuerpo, digestión difícil, venas
inflamadas por la incisión de la sangría. Del fulminado por el rayo.
Capitulo X: De la enfermedad caduca o comicial. Remedio contra el miedo o poquedad de animo.
Mente de abdera. Vejados por el torbellino o el ventarrón. Verrugas. Fetidez de los enfermos. Mal
olor de las axilas. Enfermedad del piojo y piojos en la cabeza. Para el que pasa rió o agua. Para el
viajero.
Capitulo XI: Remedio para la parturienta y para la menstruación. Lavado del vientre de la puérpera.
Tumor mamario. Medicina para provocar la leche.
Capitulo XII: De la sarna o quemadura de los niños. Para cuando el niño ya no quiere mamar por
alguno dolor.
Capitulo XIII: De algunas señales de la cercanía de la muerte.
3.- Por la descripción que los españoles realizaron en tierras americanas, un ejemplo de esto
tenemos descrito en el libro: "La Flora Huayaquilensis" de Juan Tafalla, quien realizo la expedición
a Guayaquil de 1799 a 1803. Inicia sus trabajos haciendo una primera excursión hacia Daule y
Balzar, conjuntamente con Manzanilla y Rivera; de regreso a Guayaquil el 29 de diciembre de
1799, requiere un dibujante y por esta razón se incorpora el pintor quiteño Xavier Cortés y Alcocer
(1775-1840). En el ano 1800 organizaron excursiones a dos zonas notables por sus producciones
vegetales: Yaguachi y Babahoyo, llegando a completar 444 laminas con sus respectivas
descripciones. En Junio de 1803 concluye los trabajos en Guayaquil y Tafalla y sus compañeros
deciden ir a Quito para organizar la expedición a Loja, la patria de la Quina, la cual la realizan de
1804 a 1808. Durante su estancia en Loja Juan Tafalla no solamente se dedico a identificar y
herborizar las distintas especies de quina de la región, sino que hizo una detenida observación de
los aspectos tecnológicos y administrativos vinculados a la extracción y comercialización de la
corteza, escribiendo una memoria denominada: "Método de Extraer y Acopias la Corteza de
Cascarilla, que se remite todos los anos al Soberano para su Real Botica, de la Provincia de Loxa".
En la primera edición de la Flora Huayaquilensis se presento in extenso la transcripción de la 625
descripciones de especies botánicas y se publicaron las 216 laminas que se conservan en el Jardín
Botánico de Madrid.
La base vegetativa de una planta pertenece a dos tipos distintos llamados: Talo y cormo. El talo es
propio de los Talofitos que incluye grupos como Hongos y Líquenes. El cormo da origen a los
Cormofitos, que incluyen Musgos, Hepáticas, Helechos y Fanerógamas o plantas superiores en
general. En el cormo se diferencian tres partes importantes: raíz, tallo y hojas.
La raíz es el órgano encargado de fijar la planta y realizar la absorción de los elementos nutritivos.
Las raíces se clasifican en: axomorfas, cuando la raíz principal tienen un desarrollo mucho mayor
que las secundarias: fasciculadas, cuando todas las raíces presentan un desarrollo mas o menos
equivalente y se disponen en manojo: tuberosas, cuando se convierten en órgano de reserva:
acuáticas, si viven completamente sumergidas en agua; aéreas, si están expuestas al aire.
El tallo o caule es otro órgano importante de una planta. Es el órgano de sostén de las ramas flores
y frutos y el medio de circulación de la savia. Se dividen en principal y secundario. En su
extremidad, se dispone la yema apical, que es la responsable de su crecimiento.
La hoja es un apéndice de color normalmente de verde, que se inserta al tallo o a la ramificación.
Constituye el órgano de transformación y elaboración, sede de la fotosíntesis clorofílica.
La flor es la parte reproductiva de la planta y se encuentra formada de: pistilo, corola, pétalos,
androceo (estambres), gineceo (ovario), sépalos, cáliz, receptáculo. De esta se desarrollan, el fruto
y la semilla.
Bibliografia
Autor:
PROF. DR. MED. FERNANDO PINTO FLORIL
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