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BASES DE FITOTERAPIA

INTRODUCCION
La utilización de las plantas en la curación de enfermedades, probablemente nació conjuntamente
con el hombre, y éste, con el transcurso del tiempo, ha atesorado experiencias sobre los efectos
benéficos de sus innumerables componentes. De esta manera fueron separadas las especies
comestibles de la venenosas y seleccionadas las partes útiles. Las plantas se clasificaron y fueron
químicamente analizadas para distinguir sus principios activos o alcaloides.

Se ha comprobado, por vía experimental, que sustancias extraídas de plantas medicinales en


relación a las producidas sintéticamente se comportan de distinta manera, desde el punto de vista
curativo, en su capacidad de absorción y en sus efectos indeseables; definitivamente, el uso de
plantas produce mejor efecto en el organismo humano, en relación a sustancias químicamente
sintéticas, ya que proporcionan al instante el medicamento que requiere el cuerpo, además su
extracción, clasificación y conservación son fáciles de lograr. Constituye sin duda, una ventaja la
posibilidad de tener a nuestra disposición toda una amplia variedad de sustancias esenciales,
necesarias para nuestro organismo humano, proporcionadas por un organismo vivo de origen
vegetal. Esta afinidad natural permite una fácil y total asimilación de los elementos que ha
elaborado la planta, mediante la utilización de sus órganos de crecimiento, que resultan
indispensables para la normal función de la vida humana.

Otra ventaja del uso de medicinas vegetales, es la inocuidad del tratamiento, siempre y cuando
éstas se encuentren exentas de pesticidas, herbicidas, químicos, así como de metales pesados, como
el plomo o el mercurio. Por esta razón, es aconsejable tener en casa un cultivo de plantas
medicinales, las cuales pueden ser sembradas inclusive en macetas en caso de personas que
dispongan de poco espacio. En el caso de recolección de plantas, se deberá evitar aquellas que se
encuentran expuestas a contaminantes de todo tipo, por ejemplo las que crecen en aceras,
carreteras, depósitos de basura, ríos contaminados, etc.

Historia.-
El descubrimiento de las propiedades curativas de las plantas, fue al principio por observación y
deducción, probablemente, muchas tristes experiencias enseñaron a los hombres de las propiedades
de las plantas, comprobando así sus resultados. Reconoció que la cariofilada (Geum Urbanum,
hierba de San Benito) cura las heridas, al observar que el ciervo se sirve de ella con este fin; o que
la grama (Cynodon Dactylon, grama canina, diente de perro) provoca vómitos, la cual conoce
instintivamente el perro. Numerosos autores relatan ejemplos notables de esta espontánea
sensibilidad de los animales, utilizando las plantas apropiadas. Así, Cicerón cita el uso del apio
(Apium Graveolens) por parte de los cervatos para facilitar el parto. Plutarco menciona el uso del
aro (Arum Italicum, hierba de Aaron, yaro, jaro, hierba del juicio del año, flor de la primavera,
cartucho) para este mismo fin. Las cabras dice la leyenda: "Mulah Schadelih se dormía muchas
veces durante la lectura del Coran, y no había modo de combatir su propensión al sueño. Y el
hombre tenía serio remordimiento de conciencia, pues, a causa de ello, no podía leer debidamente
el Coran, ni rezar las oraciones prescritas con el recogimiento y devoción necesarios. Cierto día se
encontró con un pastor que apacentaba en un campo lleno de arbustos. Los animales se
comportaban de una manera tan revoltosa, que llamaron su atención; saltaban violentamente de acá
para allá y hacían toda suerte de cabriolas. ¿Por qué están tan excitadas estas cabras?, pregunto
Mulah. Parecen incansables. -¡Oh gran Mulah!, repuso el pastor, mis cabras han vuelto a comer de
aquel raro arbusto, cada vez que pasan y muerden sus frutos y sus hojas, se comportan de esta
forma tan extraña. Durante horas y horas saltan y brincan de un lado para otro, no piensan en
dormir, ni se dan reposo alguno. -Muéstrame el arbusto, dijo Mulah. El pastor le enseño un arbusto
que no solo tenia flores, sino también unos frutos verdes y rojos. Mulah, cogió algunos maduros y
se los comió. Sin embargo dejaron de producir el efecto que esperaba. Se dijo que quizás había que
tostar el fruto y tomó un puñado de granos, los puso en un sartén de cobre a tostarlos.
Entre tanto llegó la hora de la oración, y el hombre se olvido de los frutos que tenía en la sartén.
Cuando al cabo de una hora, volvió al fin, junto a su fogoncito, aquellos frutos rojos ya estaban
completamente quemados y un olorcillo muy agradable llenaba la estancia. Acababan de ser
tostados los primeros granos de café. Mulah, vertió agua encima y dejó que los granos tostados
flotaran durante cierto tiempo. El resultado fue una bebida oscura, aromática de magnifico sabor.
Mulah, se la bebió y comprobó que desaparecía todo su cansancio; tanto que no pudo dormir en
toda la noche. Permaneció pues, en vela y se puso al corriente de sus oraciones. Acababa de ser
descubierta la bebida del café".
Otra manera de descubrir los secretos de las plantas fue el asociar la forma de éstas con los órganos
internos o también la de asociar la forma de éstas con las patologías que presenta el ser humano.
Por ejemplo, el Polipodium Vulgare o en catalán conocido como la herba de la pigota, esto es,
hierba de la viruela, ya que en el envés de sus hojas presenta numerosos montoncitos de
esporangios, como pústulas variolosas, la hoja de Trifolium Pratense presenta en su hoja una
mancha blanquecina, que asemeja a la catarata, como adiestrando a quien observa su utilización en
caso de esta patología. Esta teoría de signos o señales, tan natural y propia del hombre la sintetiza
Paracelso en pocas palabras: "Todo vegetal esta señalado por la naturaleza; y para lo que el nos
significa, para ello es bueno". Según Dioscorides de Mattioli, Dios puso señales en las plantas para
abrir camino al hombre en su afán de procurarse remedios, revelando de esta manera lo que estaba
oculto. Por esto, decir las plantas y sus secretos, es lo mismo que las plantas y su virtudes. Hay
plantas signíferas, es decir, que traen señal o insignia sugerente de sus secretos o virtudes y otras
que nos las muestran por otras vías.
Existen señales que se basan en la forma de la planta o de sus partes, por ejemplo, el
Cardiospermum Halicabum, enredadera llamada usualmente farolito, dentro de sus frutos
vesiculosos hecha tres semillas redondas, primero verdes, luego parduscas y finalmente negras, en
medio de las cuales se puede ver un parche blanco con figura de corazón. Entre las orquídeas,
tenemos a la cynosorchis o compañones de perro, "si quieres satisfacer a la dama, porque, según
dicen, despierta y aguijonea la virtud genital". Los frutos del beleño (Hyoscyamus niger)
representan una muela podrida, arrancada y con sus raíces al aire; " saumando la boca con el, de los
dientes cariados se ven saltar los gusanitos, cuando el humo del beleño llega hasta ellos" según el
venerable Nasi de Marruecos. Los aguijones del rosal silvestre (Rosa Canina) se asemejan a los
colmillos de perro, preparando una bebida de las raíces del rosal silvestre hervidas con agua,
preservan contra las mordeduras del perro rabioso; cuando el rosal ha fructificado, el escaramujo
forma una cavidad como la vejiga urinaria en miniatura, pero llena de piedrecillas durísimas, señal
que se a de aprovechar para combatir los cálculos vesicales. El culantrillo de pozo o calitricho
(Adiantum Capilus-Veneris), se llamo así no solo por los negros rabillos de las frondes y por sus
raíces, sino por la notable virtud que se le atribuyo de restituir y acrecentar los cabellos perdidos y
darles tintura muy agradable. Con las nueces, dice el doctor Lecler, la Medicina de las similitudes
encontró un remedio contra las afecciones de la cabeza; la cáscara verde representa el cuero
cabelludo, la cáscara dura y leñosa corresponde a los huesos del cráneo; la película amarillenta o
leonada que recubre la almendra equivale a las meninges; y la propia almendra a los hemisferios
cerebrales.

Los signos gustativos y olfativos también se han desarrollado para conocer las virtudes de las
plantas. Cuando las quinas americanas (originarias de Loja-Ecuador), dejaron maravillados a los
europeos por sus virtudes febrífugas, se relaciono su extremado amargor, con aquella virtud
farmacológica.
Otras señales derivadas de las disposiciones de los órganos las encontramos en el rizoma llamado
Sello de Salomon (Polygonatum Odoratum o suelda blanca). Este rizoma esta formado por
pequeños troncos en forma de huesos, esta ha sido una buena señal para soldar las fracturas.
Parecidas virtudes en fracturas parece tener el sinfitum (Symphitum, consolida, consuelda).
Otras señales sugeridas son las dadas por las condiciones del lugar en que vive la planta. Hay un
genero de musgos que se crían en las aguas; no en cualesquier agua, sino en las mas claras y
frescas, en las que fluyen sin demasiada precipitación. Antiguamente, se creyó que unos musgos
así, se debían aprovechar para combatir las calenturas, hasta tal punto que Linne haciéndose eco de
tal creencia llamo a uno de ellos Fontinalis Antipyretica.
La teoría de las señales la teníamos en América desde tiempos inmemoriales y además, los médicos
o yachacs tenían-tenemos actualmente la propiedad de hablar con las plantas y ellas nos cuentan
sus propiedades, la riqueza y sabiduría en cuanto a Fitoterapia se refiere ha quedado demostrada: 1-
Por la transmisión oral que ha pasado de generación en generación y hasta nuestros días se la
conserva. 2- El primer libro escrito sobre plantas medicinales, es un manuscrito azteca (Tlatelolco)
de 1552, llamado "Libelius de Medicinalibus Indorum Herbis" (Opúsculo acerca de las Hierbas
Medicinales de los Indios), escrito por Martín de la Cruz, que textualmente al inicio dice lo
siguiente: "Lo compuso un indio medico del Colegio de Santa Cruz, que no hizo ningunos estudios
profesionales, sino que era experto por puros procedimientos de experiencia". Su contenido es el
siguiente:
Capitulo I: Curación de la cabeza. Furúnculos. Caspa o alopecia. Tina. Caída del pelo.
Descalabradura o fractura de la cabeza.
Capitulo II: Cuidado de los ojos. Calor. Ojos inyectados de sangre. Glaucoma. Entorpecimiento de
las cejas, o mejor dicho de los párpados. Hinchazón de los ojos. Inducción al sueno. Modo de evitar
la somnolencia.
Capitulo III: Purulencia de los oídos, sordera u obstrucción.
Capitulo IV: Catarro. Medicina que a de instilarse en la nariz. Hierba sanguinaria.
Capitulo V: Limpiador de dientes o dentífrico. Curación de encías inflamadas o purulentas. Dolor y
putrefacción de los dientes. Fuerte calor, Tumor o supuración de la garganta. Anginas. Medicina
con que se mitiga el dolor de garganta. Para desechar la saliva reseca. Para acabar con el esputo
sanguinolento. Para calmar la tos. Para quitar el aliento fétido y repugnante. El hipo.
Capitulo VI: Refrigerio para la boca inflamada por el calor. Remedio para el que no puede bostezar
por el dolor. Sarna de la cara. Sarna de la boca. Estruma o escrófula del cuello. Agua subcutánea.
Debilidad de las manos.
Capitulo VII: Opresión molesta del pecho. Dolor en el corazón. Calor. Dolor de costado. Medicina
que mata lombrices y animalejos que se alojan en el vientre del hombre. Antídoto. Inflamación del
estomago. Dolor de vientre. Disentería o cólicos. Ruidos del vientre. Frialdad. Diarrea.
Capitulo VIII: Curación de la región púvica. Hierba Inguinaria. Hierba para la vejiga o halicacabo.
Disuria o extranguria. Mal de asentaderas. Podagra. Dolor poplíteo. Contracción incipiente de la
rodilla. Remedio de las grietas en la planta de los pies. Lesión de los pies. Contra la fatiga. Árboles
y flores contra el que administra la republica y desempeña un cargo publico.
Capitulo IX: Remedio contra la sangre negra, fiebre, lepra, hemorroides, condiloma, calor
excesivo, cuerpo maltratado, liquen o mentagra, fiebres intermitentes, sarna, heridas, enfermedad
de las articulaciones, psora, pus agusanado, quemaduras del cuerpo, digestión difícil, venas
inflamadas por la incisión de la sangría. Del fulminado por el rayo.
Capitulo X: De la enfermedad caduca o comicial. Remedio contra el miedo o poquedad de animo.
Mente de abdera. Vejados por el torbellino o el ventarrón. Verrugas. Fetidez de los enfermos. Mal
olor de las axilas. Enfermedad del piojo y piojos en la cabeza. Para el que pasa rió o agua. Para el
viajero.
Capitulo XI: Remedio para la parturienta y para la menstruación. Lavado del vientre de la puérpera.
Tumor mamario. Medicina para provocar la leche.
Capitulo XII: De la sarna o quemadura de los niños. Para cuando el niño ya no quiere mamar por
alguno dolor.
Capitulo XIII: De algunas señales de la cercanía de la muerte.
3.- Por la descripción que los españoles realizaron en tierras americanas, un ejemplo de esto
tenemos descrito en el libro: "La Flora Huayaquilensis" de Juan Tafalla, quien realizo la expedición
a Guayaquil de 1799 a 1803. Inicia sus trabajos haciendo una primera excursión hacia Daule y
Balzar, conjuntamente con Manzanilla y Rivera; de regreso a Guayaquil el 29 de diciembre de
1799, requiere un dibujante y por esta razón se incorpora el pintor quiteño Xavier Cortés y Alcocer
(1775-1840). En el ano 1800 organizaron excursiones a dos zonas notables por sus producciones
vegetales: Yaguachi y Babahoyo, llegando a completar 444 laminas con sus respectivas
descripciones. En Junio de 1803 concluye los trabajos en Guayaquil y Tafalla y sus compañeros
deciden ir a Quito para organizar la expedición a Loja, la patria de la Quina, la cual la realizan de
1804 a 1808. Durante su estancia en Loja Juan Tafalla no solamente se dedico a identificar y
herborizar las distintas especies de quina de la región, sino que hizo una detenida observación de
los aspectos tecnológicos y administrativos vinculados a la extracción y comercialización de la
corteza, escribiendo una memoria denominada: "Método de Extraer y Acopias la Corteza de
Cascarilla, que se remite todos los anos al Soberano para su Real Botica, de la Provincia de Loxa".
En la primera edición de la Flora Huayaquilensis se presento in extenso la transcripción de la 625
descripciones de especies botánicas y se publicaron las 216 laminas que se conservan en el Jardín
Botánico de Madrid.

Morfología de las plantas

La base vegetativa de una planta pertenece a dos tipos distintos llamados: Talo y cormo. El talo es
propio de los Talofitos que incluye grupos como Hongos y Líquenes. El cormo da origen a los
Cormofitos, que incluyen Musgos, Hepáticas, Helechos y Fanerógamas o plantas superiores en
general. En el cormo se diferencian tres partes importantes: raíz, tallo y hojas.
La raíz es el órgano encargado de fijar la planta y realizar la absorción de los elementos nutritivos.
Las raíces se clasifican en: axomorfas, cuando la raíz principal tienen un desarrollo mucho mayor
que las secundarias: fasciculadas, cuando todas las raíces presentan un desarrollo mas o menos
equivalente y se disponen en manojo: tuberosas, cuando se convierten en órgano de reserva:
acuáticas, si viven completamente sumergidas en agua; aéreas, si están expuestas al aire.
El tallo o caule es otro órgano importante de una planta. Es el órgano de sostén de las ramas flores
y frutos y el medio de circulación de la savia. Se dividen en principal y secundario. En su
extremidad, se dispone la yema apical, que es la responsable de su crecimiento.
La hoja es un apéndice de color normalmente de verde, que se inserta al tallo o a la ramificación.
Constituye el órgano de transformación y elaboración, sede de la fotosíntesis clorofílica.
La flor es la parte reproductiva de la planta y se encuentra formada de: pistilo, corola, pétalos,
androceo (estambres), gineceo (ovario), sépalos, cáliz, receptáculo. De esta se desarrollan, el fruto
y la semilla.

Obtención de sus alcaloides


Las transformaciones destinadas a este fin, forman parte de la rama de la farmacia denominada
"galénica". Dada la gran cantidad de compuestos que forman los principios activos o alcaloides y
dada la especificidad de cada uno de ellos sobre cada órgano, ha sido preciso elaborar metodologías
diversas que permitan la extracción sencilla o múltiple en base al resultado que se desea obtener.
Algunos tipos de transformaciones son complejos y escapan por ello al uso común familiar; en
cambio, los restantes por su simplicidad se encuentran al alcance de cualquier persona.
Estas manipulaciones simples se las clasifica en cuatro: decocción, maceración, infusión y
extracción de jugos. A pesar de que se trata de transformaciones simples, no son menos eficaces
que otros preparados que requieren procedimientos complejos para su obtención.
La decocción se aplica normalmente en algunas plantas que presentan principios activos de difícil
extracción, por estar contenidos en las partes leñosas de la planta, o bien que requieren un calor
prolongado, a fin de lograr su extracción en la solución. La extracción por decocción tiene lugar al
hacer hervir la planta o partes de la misma en agua durante diez a quince minutos y dejándola
posteriormente macerar otro periodo antes de proceder a la filtración. Algunos autores aconsejan
una maceración en agua fría, previa a la ebullición. La decocción como puede fácilmente
comprenderse constituye un método de transformación fuerte que puede modificar algunos
compuestos de la planta. Ello debe tenerse presente a fin de comprobar, si junto al principio activo
que se desea extraer, se obtienen otros de acción contraria, debido a las transformaciones causadas
por el calor.
La ebullición que alcanza el agua implica en la mayoría de los casos la perdida de los principios
activos volátiles, es decir, de aquellos que presentan un bajo punto de ebullición. De todo ello se
desprende que la decocción obtenida no poseerá jamás todos los principios iniciales contenidos en
la planta. La operación de filtrado es también muy importante, ya que se debe retirar no solo los
restos coriáceos de la planta, sino también los mucílagos o depósitos de sustancias amorfas que
quedan en la solución como consecuencia de la ebullición. Siempre debe dejarse decantar el liquido
obtenido antes de su uso, y posteriormente se filtra mediante un papel o tela de malla muy fina.
El segundo método de extracción, la infusión, es claramente el mas idóneo para obtener los
principios activos cuando las partes de la planta empleadas sean blandas y frágiles, como en el caso
de hojas, yemas o flores. Es preferible, salvo en casos excepcionales utilizar especias ligeramente
desecadas que incrementan, por disminución del agua, la concentración de los compuestos
principales. Este método permite, al contrario que la decocción, obtener una gran parte de los
principios volátiles que de otro modo se pierden, y en cambio impide la extracción de los que
requieren un grado de calor elevado y continuo. Esta diferencia inicial permite al experto
conocedor de los compuestos contenidos en las plantas medicinales, distinguir el método mas
adecuado para obtener el o los principios activos deseados. La infusión se logra vertiendo agua
hirviendo sobre una cantidad determinada de planta. El recipiente de cerámica o vidrio, debe
taparse inmediatamente luego de la adición del agua. De este modo se logra condensar vapores con
abundantes concentraciones de principios activos que se reincorporan a la infusión.
El tercer método sencillo se conoce con el nombre de maceración y se utiliza en el caso de aquellas
plantas medicinales cuyos principios activos son solubles en agua fría. Basta para ello sumergir en
simple agua fría durante algunas horas y todos los principios que nos son termolábil es, se
incorporan a la solución. El método es aplicable también a los mucílagos contenidos en plantas
como la malva y la altea que, según algunos autores se obtiene con mayor rendimiento mediante
una maceración en frió, que a través de una infusión.
El cuarto método simple es la extracción de los jugos, en este caso la especia debe ser
necesariamente fresca y con abundantes contenidos acuosos. El jugo extraído mediante diversos
procedimientos, el contiene las sales minerales, las vitaminas y los alcaloides que la planta posee, y
las restantes sustancias que pueden obtenerse mediante presión.
Para las cuatro metodologías descritas existe una limitación temporal, lo que hace que esos
procedimientos puedan definirse como de corto periodo. En efecto, la decocción, infusión,
maceración y extracción del jugo contienen una serie de compuestos biológicos que,
inmediatamente después de su obtención, experimentan procesos de oxidación y fermentación que
cambian la naturaleza de las sustancias medicinales, haciendo que a menudo adquieran aspecto
repugnante y sean nocivas.
El tema de la conservación de los principios medicinales una vez extraídos constituye un problema
de mayor importancia y a su solución dirige sus esfuerzos la técnica farmacéutica. La dificultad de
hallar plantas exóticas o raras, los tiempos de recolección relativamente breves, han llevado a
desarrollar y decodificar procedimientos de extracción y conservación que en la actualidad son
ampliamente usados. Algunos de estos productos se obtienen de jugos antes citados.
Estos preparados se denominan extractos y se dividen en: blandos, secos y fluidos, o bien, según
una clasificación que atiende al vehículo, en acuosos, hidroalcoholicos y etéreos. El extracto en su
definición mas estricta, consiste en la concentración de todas las sustancias y sales que estaban
diluidas en el jugo obtenido. Para lograr esta concentración se acude a dos procedimientos
fundamentales: el primero se basa en la congelación y el segundo en la evaporación, este ultimo, es
el método mas practicado. Consiste en hacer evaporar mediante un ligero calor y en una cápsula de
porcelana la parte acuosa del jugo, obteniendo con ello directamente el extracto. Esta claro que
según sea el proceso de evaporación, pueden obtenerse diversos niveles de concentración del jugo.
Con ello se dispone de una gama de concentraciones que va desde aquellas que todavía conservan
un alto contenido en agua, a otras en las que el agua esta ausente.
Los extractos en cuya obtención interviene el éter se denominan etéreos y aquellos en los que
interviene el alcohol, hidroalcoholicos.
Si el vehículo de maceración fuera en cambio una mezcla de alcohol y éter, se obtendría la
denominada tintura etérea o mas científicamente eterolito. La mas conocida es la denominada
tintura etérea de valeriana.
Los alcoholatos o espíritus, son productos resultantes de los alcoholitos. La diferencia entre loas
alcoholatos y alcoholitos, se basa en que los primeros, a través de la destilación, contienen solo los
productos volátiles de la planta y no los fijos, que en cambio si se hallan en los alcoholitos. Se
emplean habitualmente alcoholes con grados entre 70o y 80o, después de la oportuna maceración.
Existen preparados a los cuales se les ha adiciona miel de cana o de abeja, denominándolos melitos.
A esta categoría pertenece la miel rosada, melito a base de pétalos de rosa, con el fin de
administrársela a los niños
Si la disolución de las sustancias medicinales no se lleva a cabo con los solventes comunes , sino
con aceite, nos hallamos frente a las preparaciones definidas como oleólico, o aceite medicinal. La
preparación puede llevarse a cabo disolviendo en una cantidad concreta de aceite de oliva refinado,
una parte de extracto fluido aceitoso de la planta en cuestión, o bien haciendo hervir la apropia
planta en el aceite procediendo posteriormente a su filtración.
Los ungüentos, afines a los oleólicos, consisten en preparaciones en el que el excipiente suele ser
una grasa, como la manteca o la lanolina. La preparación puede realizarse por simple mezcla de
polvos en la grasa o bien por fusión con sustancias medicinales y posterior solidificación.
La destilación reviste una importancia fundamental para la obtención de determinadas sustancias,
definidas actualmente como aceites esenciales o esencias, ampliamente utilizadas en la
Aromaterapia y en la fabricación de perfumes.

Fitoterapia, la medicina del pasado, presente y futuro.-

Debido a la suavidad de su acción, a la ausencia de efectos secundarios y contraindicaciones, los


medicamentos fitoterápicos son los aliados cotidianos. Durante 21 anos he podido ver verdaderos
milagros con su correcta aplicación, ha sido un aprender a respetar y a conducir la energía que ella
encierra, llegando a comprender que cada planta medicinal es un ser vivo, que nos habla, que se
manifiesta, que actúa y que cuida de que nuestra misión medica se cumpla en forma eficaz y digna.
Por estas razones la sabia naturaleza, seguirá guiando y curando las dolencias.

Bibliografia

Font Quer Pio Dr. "Plantas Medicinales", Ed. Labor


Krumm - Heller Dr. "Plantas Sagradas", Ed. Kier
"Guia de Plantas Medicinales", Ed. Grijalbo
De la Cruz Martin, "Libellus de Medicinalibus Indorum Herbis", Fondo de Cultura Economica
Estrella Eduardo Dr. "La Flora Huayaquilensis de Juan Tafalla", Banco del Progreso
Pinto Floril Fernando Dr. "La Trascendencia de la Medicina Natural", Omniversidad de Amerika
Polunin Miriam y Robbins Christopher "La Farmacia Natural", Ed. Acanto

Autor:
PROF. DR. MED. FERNANDO PINTO FLORIL
Prohibida su reproducción parcial o total.
Derechos Reservados.

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