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Los materiales cerámicos son mucho más resistentes a la corrosión y al envejecimiento que los
metálicos. Los materiales cerámicos, que pueden ser tanto materiales cristalinos como amorfos, se
pueden dividir en cinco grandes familias:
- Vidrios, basados en la sílice (SiO2) –
- Cemento y hormigón.
- Las nuevas cerámicas de altas prestaciones.
- Cerámicas naturales: piedras y rocas ornamentales, incluyendo el hielo.
Aunque sus propiedades difieren considerablemente entre ellas tienen un punto en común, son
frágiles.
Los productos cerámicos más tradicionales se fabrican compactando polvos o partículas en matrices
para darles forma y posteriormente calentarse a temperaturas muy altas con el objeto de unir
firmemente las partículas entre sí.
La mayoría de los productos se preparan por aglomeración de partículas. Estas materias primas se
mezclan en seco o en húmedo con otros constituyentes, tales como aglomerantes y lubricantes.
3.1.1 Secado.
Elimina el agua, lubricantes y aglutinantes de la preforma, antes de ser sometido al tratamiento final
a alta temperatura.
3.1.2. Sinterización.
Calentamiento hasta una temperatura muy alta (en ocasiones próxima a la de fusión), se
consigue que las partículas se unan entre sí, provocándose la transformación de un producto
poroso en otro compacto.
La transferencia de materia se efectúa mediante cuatro mecanismos diferentes:
a) Flujo viscoso o flujo plástico de las partículas.
b) Difusión.
c) Evaporación-condensación.
d) Sinterización en fase líquida.
El hormigón es una mezcla de cemento, que actúa como aglutinante, con arena y grava, que son elementos
que le confieren más dureza y rigidez.
3.2.3. Vidrios.
El vidrio es un material cerámico obtenido a partir de materiales inorgánicos a altas temperaturas.
La principal diferencia frente a otros cerámicos es que sus constituyentes se calientan hasta la fusión
y posteriormente se enfrían a una velocidad superior a una crítica obteniéndose un sólido rígido
100% amorfo.
El punto de fusión corresponde a la temperatura a la cual la viscosidad es igual a 10 Pa s: el vidrio es lo
suficientemente fluido para ser considerado como líquido.
El punto de trabajo caracterizado por una viscosidad de 103 Pa s, permite deformarlo mecánicamente con
facilidad.
El punto de ablandamiento se corresponde con una viscosidad de 4·106 Pa s. Entre estos dos puntos se sitúa
el intervalo térmico que permite dar forma a las piezas de vidrio.
El punto de recocido es la temperatura a la que la viscosidad es igual a 1012 Pa s. A esta temperatura la
difusión atómica es lo suficientemente rápida para que cualquier tensión interna pueda ser eliminada.
Por debajo del punto de deformación ya se pueden enfriar al aire los vidrios sin que se generen tensiones
internas.