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obra y que a su vez mencionen el blog.
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RESUMEN
3
CAPÍTULO 1
PJ tiró la toalla sobre su hombro, posando sus ojos en el hombre
sobre la cinta. Ahora, eso era un infierno de vista en su opinión. El
hombre estaba reluciendo con sudor, vestido sólo con pantalones cortos
de entrenamiento, y sus glúteos estaban tan malditamente apretados
que PJ estaba condenadamente seguro de que una moneda de veinticinco
centavos podría rebotar en esos deliciosos montículos dorados.
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«Duh», ellos eran gay. No hacía falta ser un genio o un idiota, para
averiguar por qué le decían a Jenny que no. A ella le faltaba una muy
dura, y erecta, parte vital.
Gran cosa.
5
posibilidad que pudiera tener -y su posibilidad de conseguir una
oportunidad con Michael Grafton era alrededor de un trillón a ninguna-
con el hombre.
―¡PJ!
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pesar de que trabajaba en un gimnasio, su cuerpo carecía de la
definición de la mayoría de los hombres que estaban en este lugar.
Esperaba.
―Disculpe.
1
Juego de palabras entre Wicked Bitch of the East y Wicked Witch of the West (bruja mala del oeste personaje del
Maravilloso Mago de Oz)
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No podía estar allí y ver sus sueños esfumarse. Él había estado
codiciando a Michael desde hace meses y soñando con el hombre
follándolo en las pesas. Ahora estaba allí sintiéndose como la pesa.
Qué manera tan jodida para saber que el hombre era recto.
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PJ levantó la vista cuando la puerta del vestuario se abrió y entró
Michael, su sueño perdido. Podía sacudir al hombre fuera, como siempre
lo hacía, incluso cuando se enteraba de que un hombre era recto, pero
no se sentía bien.
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Ahora PJ no tuvo más remedio que sentarse allí. No iba a permitir
que nadie tomara las cosas de Michael. Y le dio la excusa perfecta para
esperar y poder ver a Michael caminando envuelto en una toalla.
«Woo-hoo».
Si tenía suerte, tal vez el hombre dejaría caer la toalla justo en
frente de PJ. Sólo podía rezar para ver el paquete del hombre. Valdría
la pena la decepción de descubrir que Michael estaba interesado en
Jenny en lugar de él.
O tal vez sólo sería una tortura para PJ ver lo que nunca podría
tener.
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Y PJ había hecho algunas cosas salvajes y locas en su vida.
Eso «no» estaba ayudando. Todo lo que PJ podía hacer era mirar el
pecho desnudo del hombre, todavía brillaba con gotas de agua. Se lamió
los labios, queriendo desesperadamente lamer cada gota del poderoso
cuerpo de Michael.
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―O no ―Michael se apresuró a añadir al tiempo que cogía su traje,
que todavía colgaba en su casillero.
PJ se quedó helado.
«Santo».
«Jodido».
«Infierno».
―Es un gran lugar para comer. Conozco al chef que trabaja allí.
―Michael agarró su bóxer de la bolsa de deporte y lo sostuvo en la
mano mientras miraba a PJ.
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La lengua de PJ se deslizó fuera y se arrastró por su labio inferior
mientras se imaginaba lo que sería el sabor de Michael.
«Dioses, ayúdenme»
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CAPÍTULO 2
Michael sabía muy bien lo que estaba haciendo. Y no estaba
avergonzado de admitir que estaba cansado de esperar para pedirle
salir al pequeño ayudante sexy del gimnasio. Él había visto a PJ en el
Total Body meses atrás y había querido al hombre desde entonces.
Él iba a usar todo su arsenal para conseguir al hombre interesado
en él. Y colgar su polla en la cara del chico parecía hacer el truco. PJ era
todo lo que Michael amaba en un hombre. Era delgado, bajo, y tenía el
más hermoso par de ojos grises que había visto nunca. El hombre tenía
la cabeza llena de cabello rubio, y sus labios eran tan llenos que estaba
seguro de que el hombre pudiera chupar una pelota de golf a través de
una manguera de agua.
―E-Eso suena razonable. ―PJ asintió con la cabeza, pero sus ojos
nunca dejaron la ingle de Michael―. P-Podríamos... uh... podríamos... eso
es...
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piel. Los ojos grises de PJ siguieron el movimiento y luego volvieron a la
media endurecida polla de Michael.
―Estoy teniendo una conversación con PJ. ¿Se supone que debes
estar en el vestuario de los hombres? ―Su voz adquirió un tono de
acero, no apreciando completamente la forma en que miró a PJ, y luego
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sus ojos recorrieron a Michael; su pecho subiendo y bajando un poco
más rápido.
Una vez que PJ se fue, él no tenía ninguna razón para estar de pie
desnudo. Se puso los pantalones vaqueros y una camisa con botones que
estaban guardados en su bolsa de deporte, sacó los calcetines y los
zapatos, y luego agarró sus pertenencias en dirección a la puerta.
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Personas que por algún motivo quieren frenar la avanzada por conseguir tener algún tipo de
relación –sexual- con un hombre o mujer.
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Vio que Jenny le observaba, una mezcla de resentimiento y deseo
en sus ojos. Puede que fuera necesario tener una charla con el
propietario de Total Body acerca de su elección de los
supervisores. Estaba siendo muy poco profesional.
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Él se sentó al volante de su BMW plateado Nazca M12 y se alejó
del gimnasio. Navegó a través de las calles de la ciudad, y dirigió su
coche deportivo al garaje de la Quest, un edificio de apartamentos
donde vivía.
Sacó una camisa Ermenegildo Zegna polo de manga corta. Eso era
lo bastante informal. También tomó un par de pantalones
vaqueros. Michael se vistió rápidamente y luego se miró en el
espejo. Normalmente, no tomaba las medidas para asegurarse de que se
viera perfecto, pero Michael estaba detrás de un pequeño hombre muy
caliente.
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―Pensé que lo habías olvidado ―Jacob bromeó mientras Michael
se sentó.
―¿Es un sub?
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«Buena pregunta». ―Ya veremos. Esta es nuestra primera cita. Es
demasiado pronto para decirlo.
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Las cejas de Raúl se dispararon, y luego se aclaró la garganta,
dando un movimiento de cabeza, su cara una máscara estoica de
nada. ―Muy bien, Señor Grafton.
«¡Booyah!»
Michael se sentó, sonriendo a sus amigos. ―PJ, este es Taylor
McKinley, Jacob Lyndhurst, y Alexander Sheffield, mis asociados.
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Antes de que Michael pudiera levantar la mano para llamar al
camarero, el hombre se apresuraba hacia su mesa. ―Dale tu orden de
bebidas, PJ.
«Oh, diablos».
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CAPÍTULO 3
PJ se sentó, colocando su brazo en la parte posterior de su
silla. Miró a cada hombre sentado a la mesa y sabía que estaba viendo a
cuatro hombres muy dominantes. Ellos amplificaban el poder, el dinero y
la masculinidad.
―Así que, ¿estás esperando algo de culo por esta comida? ―Le
preguntó a Michael mientras tomaba el café del hombre y daba un
sorbo―. Porque yo no tengo ningún problema en darlo en un lugar
elegante como este. ―Él agitó su mano alrededor abarcando el
restaurante completo. Estaba esperando que el Dom saliera de
Michael. PJ sabía a ciencia cierta que el hombre lo tenía en él, pero
Michael no estaba reaccionando a cualquier cosa que PJ dijera.
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PJ quería ser puesto en su lugar y quería ser castigado. Él estaba
enfermo y cansado de jugar con Doms que no tenían una maldita idea de
lo que PJ necesitaba. La mayoría se dio por vencido dentro de la primera
semana -algunos dentro de la primera hora- reclamando que PJ era,
definitivamente, un mocoso y que no iban a perder su tiempo en él.
¿Qué demonios iba a tener que hacer para que este hombre
reaccionara ante él?
¿Asesinar a alguien?
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Él había terminado hecho un manojo de nervios alrededor de
Michael en el gimnasio. Pero PJ sabía que si quería lo que Michael podría
ofrecer potencialmente, tenía que patear la mierda a un lado y
conseguirlo abajo y sucio.
«Grrr».
Tan frustrado como estaba, PJ sonrió despacio y sacudió la
cabeza. ―Nada de nada, nena. Estoy muerto de hambre. ¿Cuándo vas a
pedir mi comida para mí, guapo?
«Oh, sí, por favor». Esperó PJ, esperanzado. Podía sentir su culo
empezando a sentir un hormigueo justo con la idea de la gruesa mano de
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Michael venir sobre él. La anticipación lo estaba matando. Ni siquiera
importaba si Michael lo hacía aquí en el medio del restaurante.
«¿Qué?»
«¡No!»
Los ojos de PJ se ensanchaban mientras observaba Michael
yaciendo en su asiento, mirando a todo el mundo como si no tuviera
ninguna atención.
Tal vez necesitaba subir su juego un poco. ¿Sólo que haría falta
para que Michael lo castigara? Los ojos de PJ se deslizaron a los otros
hombres en la mesa, una pequeña sonrisa de diversión cruzando sus
labios al ver el ceño fruncido en cada uno de sus ojos.
Él tenía la cosa.
―Así que, ¿si cojo con el resto de ustedes, puedo venir a cenar
aquí de nuevo?
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PJ se volvió hacia Michael y de repente le costaba respirar. La
decepción evidente en el rostro de Michael envió su corazón al suelo
como un golpe.
―Michael.
―¡Michael!
―No me gusta jugar juegos, PJ. Si quieres actuar como una total
perra, ese es tu negocio, pero me rehúso a poner mi tiempo en alguien
que no puede ser fiel a mí.
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La puerta se cerró de golpe en el rostro de PJ antes de que
pudiera siquiera abrir la boca para responder. Él se sorprendió al ver a
Michael apoyarse en la ventana del pasajero delantero y tirar un poco
de dinero al conductor.
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CAPÍTULO 4
Michael estaba solemne mientras entraba en su lugar de
estacionamiento, apagaba el motor y se bajaba de su coche. Mientras se
abría camino hacia el ascensor, no podía dejar de preguntarse cómo
pudo haber juzgado tan mal a PJ.
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haciendo segura esta habitación para su sub, quienquiera que pudiera
haber sido. Había tenido la habitación especialmente equipada con casi
todos los malditos juguetes sexuales que podía imaginar usar. Allí habían
cestas de tapones anales, consoladores, plumas, restricciones,
floggers3, vendas y lubricante –allí había un montón de lubricante.
Pensando que era algo como una bombilla quemada o algo así,
Michael se acercó y abrió la puerta. El vaso en la mano cayó al suelo
cuando vio a PJ apoyado contra la pared de la derecha fuera de su
puerta.
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Floggers: o pequeño látigo de colas, empleado en rituales de flagelación.
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―¿Qué estás haciendo aquí? ―Él estaba más que confundido sobre
lo que el hombre estaba haciendo en su condominio. ¿Cómo PJ siquiera
sabía dónde vivía? No le había dicho al chico. ¿Y cómo había logrado
superar al portero? Michael iba a tener una charla muy seria con
Orlando sobre dejar a cualquiera caminar por el edificio.
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Michael no estaba seguro de si quería reír o tirar al hombre fuera
sobre su culo. Él suspiró, sus hombros perdieron parte de su tensión
mientras miraba al magnífico hombre. ―¿Qué quieres de mí, PJ?
―Lo que quiero es a ti, Michael. ―PJ pasó la mano por el pecho de
Michael, inclinando su cabeza hacia atrás mientras miraba hacia Michael
con aquellos hermosos ojos de color gris claro. ―Lo que quiero es un
maestro que sepa cómo frenarme. Lo que necesito es que el maestro
seas tú, Michael Grafton.
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Los ojos de PJ fueron de un calor ardiente a confusión en un abrir
y cerrar de ojos. Y luego los rodó a ambos y salió del agarre de
Michael. ―¿Qué diablos tengo que hacer para sacar al Dom en ti? He
intentado jugar al buen muchacho, al mocoso, e incluso estaba siendo
seductor ahora mismo. ¿Qué demonios estás buscando, Michael?
Michael entrecerró los ojos. ―No lo harías―. Tendría que salir del
club y posiblemente moverse si PJ plantaba esa pequeña mentira en su
cabeza. La mujer era implacable. Ella no sabía cómo tomar un no por
respuesta.
―Pruébame.
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con el hombre. Pasó de eufórico e interesado a querer con ganas poner a
PJ en su lugar sobre su hermosa espalda al final.
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preguntas. Cinco, te castigaré cuando y donde a mí me parezca, aunque
sea en una habitación llena de gente. ¿Se entienden estas reglas?
PJ asintió rápidamente.
―Yo espero oír una respuesta verbal cuando te haga una pregunta,
PJ.
―Zombie.
―Sí, maestro.
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Michael le golpeó de nuevo por si acaso y luego le dio la
vuelta. ―Creo que te di una orden, PJ.
―S-sí, maestro.
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Una vez que la ropa de PJ estuvo cuidadosamente doblada y
apilada junto a la puerta, Michael se acercó a la puerta. ―Cierra los
ojos, PJ, y mantenlos cerrados hasta que yo diga lo contrario.
―Sí, maestro.
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Estaba tan agradecido de que PJ no pudiera verlo. Tenía que estar
en control aquí, y si PJ veía que estaba encendido, Michael nunca ganaría
la mano con el hombre.
―Hermoso ―susurró.
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―Gracias, maestro.
―Te dije que era una habitación muy especial, PJ. La tengo
diseñado a medida para mi placer. ¿Qué piensas?
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Y luego lo llevó al nivel superior.
―¡Maestrooo!
―¿Sí, PJ?
PJ gimió.
―Uno, maestro.
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cada golpe y nunca usó su palabra de seguridad. Michael lo sabía porque
había estado escuchando atentamente para ello. Ante el primer sonido,
se detendría de forma instantánea.
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CAPÍTULO 5
PJ podía oír la incertidumbre en la voz de Michael. No estaba
seguro de lo que debía hacer. No podía ver los ojos verde jade de
Michael para determinar lo que el hombre estaba sintiendo. Ni siquiera
podía mover su cuerpo.
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presentimiento sobre esto. Calientes, ásperas manos agarraron sus
muñecas y las bajaron, pero las esposas no fueron retiradas.
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―No vas a prestar atención a nadie en esta habitación, sólo a
Michael. No debes mirar a los ojos de nadie excepto los suyos, y sólo
cuando te pida mirarlo. ¿Entiendes, PJ?
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trataba de una prueba. Si tal vez estos hombres estaban tratando de
ver si PJ podría permanecer en la posición de reposo sin abrir la maldita
boca.
Era duro como el infierno, pero se las arregló para mantener sus
comentarios sarcásticos en la bahía. De repente, era vital que PJ
demostrara que podía ser el sumiso perfecto para Michael. Había
anhelado al hombre en los últimos meses en el Total Body, y ahora que
estaba de rodillas ante Michael, él no iba a hacer nada para ponerlo en
peligro.
Esperaba.
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bloquearon con unos gris claro. ―No sé con quién has jugado antes, pero
tu rápida boca para aquí.
«Oh, sí». PJ se estaba poniendo duro otra vez. Eso era lo que
había estado buscando. Pero se volvió incierto cuando todavía vio la
pequeña cantidad de vacilación en los ojos de Michael. Quería que se
fuera. Él no quería que Michael cuestionara nada de lo que quería
hacerle a PJ.
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PJ esperó, preguntándose qué más Michael iba a hacer para
castigarlo, pero el hombre permaneció en silencio.
―¿Qué has dicho, PJ? ―Michael preguntó, su voz más suave que
momentos antes.
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―El maestro perfecto para mí ―respondió él, sintiendo sus
esperanzas y sueños escapando con las lágrimas que resbalaban por sus
mejillas―. No fue mi intención empujarte, maestro. Yo sólo quería que
me ordenaras, que me pusieras en mi lugar, y me mostraras el potencial
en bruto que puedo ver en ti.
―Esta es una buena partida la que tenemos aquí, ―dijo Taylor con
un silbido―. ¿Tienes algo como una cruz de San Andrés?
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espalda―. Un Dom debe determinar cuáles son las necesidades de su
sumiso. Con Dusty, lo supe de inmediato. Mi sumiso carecía de guía, de
paz interior. Por lo que he sido testigo, Michael, PJ no tiene control de
él mismo. Se le debe enseñar que su comportamiento no será tolerado.
Él debe entender el conocimiento de que ‘vas’ a castigarlo por ser
malcriado y empujarte. Nunca debes sentirte culpable por darle a tu
sumiso lo que está pidiendo a gritos. ―Una sonrisa irónica se dibujó en
los labios de Alexander mientras cerraba sus ojos con PJ―. Pero eso no
significa que él debe disfrutar de ello tampoco. Es un castigo, después
de todo.
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Michael―. Y tú, Michael, eres un verdadero Dom. Dale a tu sumiso lo que
necesita, y encontrarás que serás capaz de controlarlo mejor.
Suspiró.
Michael levantó los brazos de PJ, sujetando cada muñeca con una
correa de cuero suave. Él gimió cuando su pene se presionó contra la
cruz, recordándole a PJ que todavía no podía venirse.
«Maldita sea».
PJ miró sobre su hombro, viendo como Michael se arrodillaba,
sujetando cada tobillo a continuación. Tiró de sus manos, sintiendo las
restricciones dándole sólo una fracción de pulgada. Estaba atado y
desvalido, y tenía que poner toda su confianza en Michael ahora.
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―Date la vuelta, PJ. ―Las palabras de Michael fueron más
dominantes, adquiriendo el tono de un verdadero Dom.
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CAPÍTULO 6
Las palmas de Michael sudaban tanto que apenas podía sujetar el
flogger en su mano. Si lesionaba a PJ, nunca se lo perdonaría a sí mismo.
Lanzó una mirada de preocupación a sus amigos. Todos ellos tenían
sumisos, y Michael quería que PJ fuera suyo, ¿pero era esta la manera
correcta de hacerlo?
―Cuenta, PJ.
―Uno, maestro.
―Dos, maestro.
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Mientras Michael llevaba el flogger abajo una y otra vez, las
marcas comenzaron a crear un patrón cruzado. La voz de PJ era más y
más alta mientras contaba cada golpe. Cuanto más azotaba a PJ, más
calmado se sentía Michael.
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acarició su mano por la parte posterior de la cabeza de PJ, acariciándolo
suavemente.
Una vez que PJ estuvo atendido, Michael llevó las manos de PJ por
encima de su cabeza. Tenía esposas forradas de terciopelo suave unidas
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a un gancho en la cabecera de la cama. Michael las envolvió
cuidadosamente alrededor de las muñecas de PJ y luego se agachó para
colocar la sábana hasta la cintura.
Su primera escena.
¿Qué dirían?
¿Qué pensarían?
―Necesito un trago.
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―No ―dijo al instante Taylor―. Nunca bebas cuando estás en una
escena con tu sub. Es la única manera segura de arruinar las cosas. Una
bebida se convierte en dos, y antes de que lo sepas, puedes hacerle
daño a tu sumiso.
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―Va a ser más fácil cada vez, Michael ―agregó Jacob―. PJ es uno
de esos sumisos que necesitan una mano fuerte para mantenerlo feliz. Él
necesita a alguien que lo ponga en su lugar. Él te necesita.
―En realidad, creo que el destino eligió a Doby para mí. Es la única
manera de explicar cómo su correo electrónico terminó en mi bandeja
de entrada. Pero eso no es lo que quiero decir.
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garganta, metiendo sus manos en los bolsillos delanteros―. Lo he
experimentado una o dos veces cuando empecé con las escenas.
«Maldición».
¿Y Alexander el Grande estaba admitiendo una debilidad?
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hacer una mueca de dolor. Tuvo que recordarse a sí mismo que PJ había
rogado por esto con sus acciones. Él había estado malditamente cerca
de poner el látigo en las manos de Michael.
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El hombre tenía que odiar a Michael. Ni siquiera estaba dispuesto
a abrir los ojos y mirarlo. Michael sintió los bordes de la depresión
tratando de abrirse camino en sus entrañas. Esta fue su primera
escena, y muy bien podría ser la última.
―A ti, maestro.
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CAPÍTULO 7
PJ estaba en el cielo. Él sabía que Michael era el elegido. El
hombre le había dado a PJ exactamente lo que había estado buscando.
Ningún otro Dom le había cumplido en la manera en que Michael lo
acababa de hacer. Le dolía en lugares que nunca había sentido antes, y
su cuerpo estaba todo zumbando. Maldita sea, si él no se sentía bien.
No era que él fuera egoísta. Pero él sentía que todo el que ganara
su confianza tenía que ser capaz de aferrarse a ella. Y estaba bastante
seguro de que Michael podía hacer precisamente eso.
PJ se quedó allí sin saber qué hacer. Él sabía cómo ser un bocazas.
Sabía cómo ser lo suficientemente malcriado para apretar los botones
de alguien. Pero cuando llegó a la mirada abatida en la cara de Michael,
PJ no tenía ni idea de cómo reaccionar.
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―¿Por qué? ―Michael preguntó, como si no pudiera comprender la
profunda necesidad interior de PJ, no sólo para sentir una mano firme
en su cuerpo, sino para saber que estaba a salvo. Quería fronteras,
límites y estructura. Lo necesitaba desesperadamente.
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el dolor para poder funcionar. ¿Quién querría alguien tan retorcido
como él?
―Lo que realmente quieres es alguien que te ame. Alguien que haga
que te sientas seguro y cuidado. ¿Estoy en lo cierto, PJ?
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―Estás aprendiendo ―dijo Michael mientras se subía a la cama,
con su gruesa polla presionando en su estómago. La vista hizo que el
maldito agujero de PJ y los músculos de su culo se apretaran. Quería la
polla en su culo malamente.
―Sí, maestro.
«¡Válgame!».
«¡Dios!».
―M-Maestro. ―PJ gimió mientras molía su polla en el colchón.
«Grrr». ¿Por qué no podía Michael sacarle el anillo para el pene? Sería
mucho más fácil hacer estallar su carga si se lo quitaba.
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―¿Tengo que amordazarte?
«¡Sí!»
―¿Hay mierda de oso en el bosque? ―Bueno, así que él había
tratado de comportarse. Pero con Michael tocando su culo, ese plan no
estaba funcionando tan bien.
PJ casi se derritió.
PJ asintió.
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Con tal de que él pudiera venirse.
PJ asintió.
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PJ no estaba seguro de dónde venía toda esta agresión, pero
realmente le encantó. Rezaba por que así fuera como Michael realmente
actuaba en la cama. La abrió ampliamente, y la polla de Michael se
deslizó adentro haciendo gemir a PJ alrededor del grueso eje, con los
ojos rodando hacia la parte posterior de su cabeza, mientras Michael
daba un empuje rápido.
La polla de PJ palpitaba.
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Michael bajó la cabeza y le dio a PJ la más malvada de las sonrisas
mientras sacaba su miembro libre.
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CAPÍTULO 8
Michael lanzó un condón y lubricante en la cama, justo en frente
de la cara de PJ. Quería que el hombre supiera exactamente lo que
tenía en mente. Había esperado meses para follar el culo apretado de
PJ. Él no iba a esperar un momento más.
―Sí, maestro.
―Sí.
―Sí, maestro.
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Michael sonrió y soltó el cabello de PJ, alisando los cortos
cabellos. ―Quiero que te dejes crecer el pelo, PJ. Me dará algo mejor a
lo que aferrarme.
―No, maestro.
―¿Sí, maestro?
―No hay pregunta, PJ. Te ordené dejarte crecer tu pelo para que
este largo y discutiste conmigo.
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PJ sólo gemía.
―¿PJ?
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Si bien era cierto, después de sentir los músculos de PJ apretando
alrededor de su pene, Michael se preguntó si él había encontrado a su
igual. Ya podía sentir sus bolas llenándose, amenazando con explotar.
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PJ era suyo para hacer lo que quisiera. Suyo para disciplinar. Suyo para
follar. Y su placer en su tiempo libre.
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apretó su mano alrededor de la base de la polla de PJ por un momento
antes de quitar el siguiente cerrojo. Tenía sólo un cerrojo más que sacar
antes de que PJ fuera libre―. ¿O quieres conseguirla a través de
complacer a tu maestro?
―Buen chico.
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Lo hizo lento el tiempo suficiente para lubricar más su polla antes
de empujarse de nuevo en PJ. El hombre quería ser dominado. Michael
iba a dominarlo. Infiernos, Michael iba a follarlo hasta el olvido.
―Sí, tú puedes, PJ. Una última vez, bebé. Dame un orgasmo más, y
entonces voy a dejarte descansar. ―Michael agarró la polla de PJ y
comenzó a acariciarlo al mismo tiempo que sus embestidas. PJ gimió y se
tensó contra las ataduras alrededor de sus muñecas.
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―A ti ―susurró PJ.
Michael podía sentir su cuerpo cada vez más cerca al borde del
éxtasis con cada palabra que PJ decía. ―Tu cuerpo es mío para hacer lo
que quiera con él.
―Sí.
―Sí.
―Sí.
―Mi maestro.
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Una carcajada salió disparada de sus labios antes de que pudiera
detenerla. PJ estaba cubierto de sudor y de semen, y cubierto de
marcas de latigazos y huellas de sus manos. Y él estaba fuera de
combate con una sonrisa de felicidad en su rostro.
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CAPÍTULO 9
PJ se quejó mientras movía su dedo hacia su flequillo. Michael
quería que se dejara crecer el pelo, por lo que se lo estaba dejando
crecer. En este momento, sin embargo, tomaría una navaja si pudiera.
Sus flequillos eran demasiado cortos para ponerlos en una coleta, pero
lo suficientemente largos para pasar por encima de sus ojos. Eso lo
volvía loco.
78
rápidamente lo que volvía loco a PJ. PJ no podía contar el número de
horas que había sido atado, refrenado, amordazado y follado hasta que
Michael finalmente le permitía venirse.
Y él la sentía mucho.
Que fue más o menos cuando Michael le había dado una lista de
cosas que hacer antes de la cena y le dijo que las comprobaría.
¿Iba a hacerlas?
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paliza y un anillo para el pene por discutir sobre cuánto tiempo le
llevaría la lista.
Y a veces la línea entre los dos era muy borrosa para PJ. No sabía
si iba a venirse o irse o simplemente flotar en algún lugar entre ellos. A
Michael le gustaba mantenerlo adivinando.
80
le gustaba el gusto de Michael para la ropa. El hombre tenía estilo y un
buen sentido de la moda.
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pasado desapercibido para Jenny. Y la manera en que Michael se
aseguraba de decirle adiós a PJ no había pasado desapercibida por la
gerente de Total Body.
Hablando de presiones.
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Él sabía que esta era la oportunidad de Michael para mostrar a su
nuevo sub y las mejoras que hicieron en el último mes. Pero PJ también
sabía que Michael quería mostrarle a los otros Doms lo lejos que había
llegado como un Dom.
No podía ser.
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doblaron y su corazón dolía mientras las lágrimas corrían por sus
mejillas sin control.
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había sido testigo de unas pocas que prácticamente se habían arrojado
al todopoderoso Michael Grafton.
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CAPÍTULO 10
―¿Y bien? ―Jenny preguntó mientras se inclinaba hacia atrás,
lamiéndose los labios y sonriendo como si hubiera ganado algún tipo de
medalla de oro―. Dime que no preferirías mis labios a los de PJ.
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definitivamente te digo que si alguna vez te acercas a mí, voy a
demandar las estrías justo al lado de tus muslos.
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fuera de su mente mientras se dirigía hacia su coche. PJ estaba
probablemente haciendo las cosas de la lista para la cena de esta noche.
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sociales, Michael había descubierto que tenían mucho más en común que
sólo sexo.
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Michael parpadeó confundido cuando PJ eludió sus brazos y caminó
a la derecha pasando de él. Michael se volvió mientras seguía a PJ con
sus ojos. Algo estaba mal. La postura de PJ era tan rígida que a Michael
le sorprendió que el hombre no se lesionara.
―¿PJ?
Eso se sintió más como una afirmación que una pregunta, y Michael
no sabía por qué. Él extendió la mano y agarró el brazo de PJ, tirando de
él. ―PJ, ¿qué pasa?
«La fiesta». Tal vez eso era todo. Quizás PJ estaba nervioso.
Michael sonrió mientras levantaba la barbilla de PJ con sus dedos. ―Va
a estar espectacular, PJ.
90
porque algo obviamente estaba pasando, pero el timbre de la puerta
sonó.
―Ah.
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―¿Puedo ofrecerles algo de beber?
―Jugo para Doby ―dijo Taylor―, voy a tomar agua por ahora.
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CAPÍTULO 11
PJ podía oír voces que venían de la sala de estar. Él sabía que los
huéspedes de Michael habían llegado. También sabía que se suponía que
estaba vistiéndose para que pudiera salir y montar un espectáculo para
ellos.
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Él no iba a ser otro más que un completo mocoso y oró humillar a
Michael tanto como el hombre lo había humillado. Era lo menos que se
merecía el hombre por lo que le había hecho a PJ.
Michael lo odiaría.
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Justo antes de que él saliera del baño, se dio la vuelta, y un
mechón de pelo le cayó sobre su frente. PJ volvió de nuevo hacia el
espejo y vio los mechones rubios caer sobre su frente, y una ira
irracional se apoderó de él.
Buscó en los cajones del baño hasta que encontró justo lo que
estaba buscando. Las lágrimas corrían por su rostro cinco minutos
después, mientras miraba su pelo rapado. Estaba desigual y algunos
mechones eran más largos que otros, pero Michael no sería capaz de
agarrarlo ahora.
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Ignoró las suaves inhalaciones que escuchó cuando entró en la sala
de estar. Luciendo una enorme sonrisa en su rostro, lanzó las tres
almohadas a los pies de Doby, Brian, y Dusty, sonriéndoles mientras él
se tumbaba en una de las sillas. Pasó una pierna sobre su brazo,
asegurándose de que todas sus gloriosas partes estuvieran a plena vista.
―Supuse que podrían utilizar algo como esto para sentarse. ―Él
arrugó la nariz mientras sonreía―. ¿No es eso lo que todos ustedes
hacen, sentarse a los pies de sus amos?
«Misión cumplida».
―Necesitas cuidar tu boca, PJ ―Taylor rompió.
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PJ se recostó en su silla y empezó a sacar alguna imaginaria
suciedad debajo de sus uñas. ―¿Les gustó? ―Expresiones similares de
ira y disgusto cubrieron los rostros de Alexander, Taylor, y Jacob―. A
mi sí. Es tan malo que no tomara la lección. Oh, sé que Michael lo
intenta, pero no lo tiene en él el ser un verdadero Dom. No como
ustedes tres. ―PJ miró a los tres hombres y luego a sus sumisos―. ¿Tal
vez uno de ustedes podría castigarme?
Pero era realista. Sabía que Michael era un bastardo de dos caras.
No le importaba PJ. Michael no daba una mierda por él.
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―¡PJ!
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Ya no más.
―Posiblemente.
―Fuera. ―Las palabras fueron dichas tan bajo, tan duramente, que
PJ casi no las había escuchado.
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PJ se contuvo antes de saltar. Ni siquiera había oído a Michael
caminar hacia el dormitorio. Él vio a Michael por el rabillo del ojo, viendo
al hombre fuerte y poderoso apoyado en el marco de la puerta.
«Jodido Michael».
Cuando llegó a la puerta de la habitación, Michael le cerró el paso.
―Si vas a actuar como el mayor mocoso del mundo y luego caminar lejos
de mí, por lo menos merezco una explicación.
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La expresión de Michael era de genuina confusión. Oh, él era
bueno. Si PJ no hubiera visto a Michael y Jenny juntos en el vestuario,
se habría creído esa mirada. Casi lo hizo de todas formas hasta que una
imagen fresca llenó su mente.
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venganza. Dio un paso hacia atrás, apartando los ojos, necesitando más
que nunca escapar.
Todo estaba perdido con su Dom porque había tomado lo que vio en
el vestuario y corrió con eso, en lugar de cuestionar a Michael. El labio
inferior de PJ comenzó a temblar mientras él esquivaba a Michael y se
dirigía hacia la puerta del dormitorio.
―¿Tu corazón?
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decir mientras caminaba de regreso a PJ, rasgando la camisa de malla
de su cuerpo―. Esta noche había planeado pedirte que te mudaras
conmigo. ―Se agachó, y con una mano, arrancó los pantalones cortos
completamente―. Tenía planeado decirte que te amaba y luego
colocarte un collar.
―¿Lo haces?
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arreglarla. Quería gritarle a Michael para que cambiara su mente, para
decirle a Michael que estaba arrepentido.
―Voy a exigirlo.
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suavemente que PJ pensó que se lo había imaginado―. Y por eso, yo soy
el que lo siente.
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―Hey ―dijo mientras se sentaba―. Siento llegar tarde. PJ tenía
problemas con la máquina de fax. Él piensa que es una mala pieza de la
tecnología tratando de comerse cada fax que intenta enviar, algo acerca
de los faxes enviándolos hacia el espacio exterior.
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―Perfectas. PJ se ha trasladado a vivir conmigo y es mi sub por
veinticuatro-siete. Está teniendo un poco de problemas para adaptarse
en ser mi asistente, pero estamos teniendo cuidado de eso. ―Michael
sonrió al recordar el anillo para el pene que PJ recibió la orden de llevar
mientras estuviera en el trabajo. Si él era bueno en el trabajo, Michael
lo llevaría a casa y le premiaría. Si no lo era, Michael lo llevaría a casa y
lo torturaría en todos los sentidos sexuales que pudiera soñar.
―Voy a permitir que Dusty se reúna con PJ, pero insisto en que yo
esté allí ―dijo Alexander―. Dusty no utiliza a la gente como PJ, y no
estoy seguro de cómo vaya a manejar la situación.
Pero él quería que PJ tuviera amigos, y ¿qué mejor que los subs de
sus amigos? ―Por favor, sólo piensen en ello. PJ realmente ha recorrido
un largo camino y él… ―los ojos de Michael saltaron de su cabeza cuando
oyó un carraspeo y se volvió para ver a PJ de pie vestido con un
uniforme de camarero.
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Eso no podía ser tan malo si Dusty, Doby, y Brian estaban de pie
junto a él, vestidos de la misma manera. Aparentemente PJ había
tomado el asunto en sus propias manos y arreglado con los otros
sumisos. Michael no podía haber estado más orgulloso del hombre.
«Mocoso».
―Buenas noches, maestros ―dijo PJ―. ¿En qué podemos servirles
esta noche?
FIN.
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SOBRE LA AUTORA
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