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FACULTAD DE PSICOLOGÍA, RELACIONES INDUSTRIALES Y CIENCIAS

DE LA COMUNICACIÓN

ESCUELA PROFESIONAL DE PSICOLOGÍA

INVESTIGACIÓN SOBRE:
“USO MEDICINAL DEL CANNABIS”

INTEGRANTES:
 Calcina Pila, Nataly Shiomy
 Curo Rivera, Paúl Alexander
 Laura Hancco, José Miguel
 Rodríguez Macedo, Luis Fernando
 Vargas Ramos, Dayana Wendy

CURSO: Psicología de las Adicciones

DOCENTE: Dr. Marcio Soto Añari

AÑO Y SECCIÓN: 3RO “A”

Arequipa
2017
INTRODUCCIÓN

En los últimos años se ha generado en la sociedad, una gran expectativa y una gran
polémica sobre el posible uso terapéutico del cannabis, diversas noticias e investigaciones
han propiciado una discusión entre aquellos que consideran esta planta una panacea
universal para diversos males y quienes afirman que el aceite de cannabis es una droga
adictiva, en cualquiera de sus presentaciones y por tanto su uso debe de prohibirse en
todas sus formas.
La planta cannabis sativa, de la que se obtienen sustancias psicotrópicas como la
marihuana y el hachís, se emplea desde hace milenios para fines terapéuticos, a parte de
los consabidos fines recreativos. No obstante, sus propiedades medicinales continúan
siendo cuestionadas por el debate social y político que suscitan, a pesar de que los efectos
paliativos de los cannabinoides han sido probados y han impulsado de hecho su
legalización en algunos países. En países latinoamericanos, los productos medicinales
derivados de la marihuana son vendidos legalmente bajo una serie de normas y
restricciones, uno de estos fármacos es el aceite de cannabis, el cual es usado para tratar
distintos males. Lo cierto es que el aceite cannabis, al contrario de otras sustancias
naturales que también poseen un uso terapéutico potencial, lleva asociado el estigma de
su consumo lúdico y su consideración como droga de abuso en nuestro país.
La planta de cannabis posee distintos principios activos, denominados Cannabinoides, en
la actualidad los cannabinoides disponibles comienzan a ser utilizados en el tratamiento
de diversas enfermedades con la finalidad de aliviar sus síntomas; junto con el THC, el
Cannabidiol (CBD) a diferencia del primero, no posee efectos psicoactivos. En los
últimos años, el CBD ha sido impulsado por las comunidades científicas y médicas que
comenzaron a encontrar pruebas de su efectividad por uso en el tratamiento de una
variedad de diferentes condiciones médicas, y sin efectos secundarios psicoactivos.
Recientemente en el Perú, el Congreso de la República aprobó la ley que permite el uso
medicinal del cannabis y sus derivados, este proyecto de ley no busca legalizar el uso
recreativo de la marihuana, puesto que el cannabis medicinal no es de libre acceso a la
población, ya que requerirá un registro de pacientes terminales o con males crónicos. El
estado peruano, pretende así dar alternativas de solución a aquellas familias que viven un
verdadero drama humano porque sus hijos y/o parientes llevan tratamientos que les
generan dolor neuropático crónico, de convulsiones en pacientes con epilepsia refractaria,
de esclerosis múltiple, Parkinson, diversos tipos de cáncer (incluyendo los vómitos y
náuseas que soportan quienes reciben quimioterapia), autismo, síndrome de asperger,
entre otros, y que han encontrado en el aceite de cannabis un paliativo a esos problemas.
Los usos médicos del CBD han sido objeto de muchos estudios recientes, del mismo
modo, un creciente cuerpo de investigaciones apunta a muchas prometedoras aplicaciones
terapéuticas para este componente del cannabis. Dicho esto, es que nos resulta necesario
analizar a fondo esta cuestión, partiendo desde el uso medicinal, los antecedentes clínicos
y estudios existentes; hasta su composición y elaboración del aceite de cannabis, lo cual
nos permitirá obtener evidencias acerca de los beneficios y los riesgos de la utilización
de la misma.
1. USO RECREATIVO DE LA MARIHUANA

El uso recreacional de la marihuana difiere diametralmente al potencial uso medicinal de


ella, dada la disponibilidad de suficiente evidencia clínico-epidemiológica acerca de los
efectos deletéreos que produce en el largo plazo el fumar o inhalar marihuana,
especialmente en los adolescentes. Con el uso recreacional, el consumo es inhalado o
aspirado todos los componentes combustibles de la hoja de la planta, sin existir una
cantidad definida ni fija de cada uno de ellos.

Para Alvear G. (2015), en el uso terapéutico están absolutamente definidas las dosis
necesarias que deben ser ingeridas diariamente para lograr los efectos beneficiosos
esperados, mientras que con el uso recreacional no existen antecedentes en cuanto a las
“dosis” diarias potencialmente seguras.

1.1 Adicción y dependencia:


En algún tiempo se pensó que la marihuana producía adicción, pero no dependencia
física; ahora se sabe que produce ambos fenómenos, aunque se presentan de manera
menos intensa que con otras drogas (Budney et al., 2007). De los usuarios de marihuana
que entran a algún programa de tratamiento, 90% reincide por el deseo de usarla
(conducta de búsqueda) y/o para evitar el síndrome de abstinencia (Cooper y Haney,
2008; Filbey, 2009). El deseo de usar la marihuana y la conducta de búsqueda caracterizan
la adicción; es decir, la marihuana sí produce adicción. La marihuana también produce
tolerancia, fenómeno en el que es necesario aumentar la dosis para mantener los mismos
efectos. Al igual que en la adicción y en la dependencia, la tolerancia a la marihuana está
mediada por los receptores CB1 (Cooper y Haney, 2008)

1.2 Efectos psicoactivos:


Se sabe que el fumar marihuana conlleva un riesgo significativo de adicción,
especialmente en los adolescentes y en aquellos que la fuman diariamente, también hay
evidencias que muestran que impacta en el desarrollo cerebral normal. Los
endocannabinoides juegan un rol crítico en el desarrollo y maduración cerebral,
especialmente durante la niñez y la adolescencia, ya que estos procesos se mantienen
hasta los 21 años en promedio. Por lo que el uso frecuente de marihuana desde la
adolescencia se relaciona con una disminución significativa del coeficiente intelectual o
con un rendimiento escolar malo comparado con los que no la fuman.

2. USO MEDICINAL DEL CANNABIS

2.1 Justificación:
La planta de cannabis se utilizó por miles de años en distintas culturas alrededor del
mundo para distintos fines, entre ellos, la medicina. Dicha planta posee distintos
principios activos, denominados Cannabinoides, estos, por estar dentro de la planta se
denominan Fitocannabinoides.
El cuerpo humano posee, en la superficie de muchas células de nuestro organismo, sitios
específicos donde se acoplan estos principios activos de la planta, los fitocannabinoides,
siendo los más comunes y de los cuales se tiene mayor información son el THC, el CBD,
CBG, CBN y algunos más. Los receptores de estos cannabinoides son denominados CB1
y CB2, encontrándose distribuidos por todo el cuerpo; el cuerpo humano también produce
moléculas similares a las de la planta de cannabis, llamados endocannabinoides, que
además de mantener las funciones básicas, el sistema endocannabinoide también actúa en
respuesta a la enfermedad.
Los cannabinoides tienen muchas propiedades medicinales, y esto permite que algunas
dolencias y patologías puedan ser tratadas con cannabis, tales como cáncer, epilepsia,
glaucoma, esclerosis múltiple, fibromialgia, dolor crónico, etc.

2.2 El cannabidiol (CBD): Usos médico y efectos:


El cannabidiol (CBD) es un compuesto que se encuentra en el cannabis que tiene
propiedades médicas significativas, pero que no llega a alterar a los usuarios al no ser
psicoactivo. Recientemente, el CBD se ha convertido en un tema de interés para los
pacientes como para los investigadores, que están interesados en aprender más acerca de
sus posibles beneficios y su uso como un medicamento.

2.3 Estudios Clínicos:


Los estudios clínicos se consideran el mejor nivel de evidencia sobre la seguridad y
eficacia de un compuesto médico. La literatura médica actual incluye estudios clínicos
para apoyar el uso del CBD, entre las más importantes condiciones tenemos:
La eficacia del CBD en el tratamiento de la epilepsia es quizás el mejor uso del
cannabidiol puro estudiado. Un fármaco de grado farmacéutico llamado Epidiolex,
compuesto de aceite de CBD casi puro, ha sido aprobado para su investigación por la
Administración de Alimentos y Drogas. Existen numerosos informes de pacientes con
epilepsia que muestran una reducción en la frecuencia de las convulsiones después de
tomar un preparado de aceite CBD (López, 2016).
Muchos pacientes oncológicos en tratamiento que utilizan cannabis ven como éste alivia
las náuseas y vómitos posteriores a la quimioterapia, sus efectos son ampliamente
reconocidos, y cada vez hay más evidencia que sugiere un rol importante del sistema
endocannabinoide en la regulación de las náuseas y vómitos. Efectivamente, se han
encontrado receptores cannabinoides CB1 y CB2 en las zonas del tronco cerebral
asociadas con el control del vómito. Este efecto está mediado tanto por THC, como por
CBD (Hornby, 2001).
Por otro lado, Lotan et al., (2014), hizo un estudio de 21 pacientes con Parkinson, los
cuales fueron asignados al azar para recibir placebo y CBD a 75 mg / día o CDB a 300
mg / día.
Los pacientes calificaron su calidad de vida al inicio del estudio después de recibir el
tratamiento. El grupo que recibió 300 mg / día de CBD anotó significativamente mayor
calidad de vida en general que el grupo con placebo. Sin embargo, en otro estudio, el
CBD en dosis de más de 300 mg / día exacerbó el parkinsonismo.
Asimismo, en un estudio realizado por Blanco et al., (2016), en 29 pacientes con
esquizofrenia paranoide se les dio 600 mg de CBD o un placebo durante 14 días. Después
del período de 14 días, los pacientes cambiaron los tratamientos del CBD con el placebo
y viceversa. El CBD se encontró que mejoraba significativamente los síntomas psicóticos.
Otro estudio abierto de seis pacientes sugiere que una dosis de 2,5 mg dronabinol por la
tarde redujo la agitación y la actividad motora nocturna en pacientes con demencia severa
debido al Alzheimer (Walther et al., 2006).
Es importante mencionar el estudio realizado con aceite de cannabis en 30 pacientes con
esclerosis múltiple, donde se observó una reducción significativa de la espasticidad, así
como en el dolor. Los resultados sugieren que el cannabis inhalado es eficaz en la
reducción de los síntomas como la espasticidad y el dolor en pacientes con EM resistentes
al tratamiento (Corey-Bloom et al., 2012).

3. COMPOSICIÓN QUÍMICA DEL CANNABIS Y DE SUS DERIVADOS


MEDICINALES:

3.1 Cannabis Sativa:


En la composición química de esta especie se han podido estudiar e identificar
aproximadamente 500 compuestos, entre los que se encuentran canabinoides, terpenos,
flavonoides, alcaloides, estilbenos, amidas fenólicas y lignanamidas. (Ángeles, Brindis,
Niizawa, & Ventura, 2014)
Los canabinoides son los metabolitos más abundantes y exclusivos de esta especie. Son
los de mayor importancia debido a que son capaces de interaccionar con todo un sistema
de receptores endógenos. También se han identificado alrededor de 120 terpenos en esta
especie vegetal. Estos metabolitos son responsables del sabor de las diferentes variedades
y determinan la preferencia de los usuarios de las mismas. (Ángeles, Brindis, Niizawa, &
Ventura, 2014). El óxido de cariofileno, es el principal compuesto aromático y volátil del
cannabis y que los perros utilizados para la detección de narcóticos pueden olfatear.
Otros componentes químicos que también están presentes en la planta son los alcaloides,
aunque en menor proporción. Estos son compuestos nitrogenados que usualmente
presentan una actividad biológica a dosis bajas y que pueden derivar de aminoácidos

3.2 Componentes Medicinales:


Según Del Bosque, et al., (2013). El análisis y evaluación de los potenciales usos médicos
del cannabis tienen fundamentos científicos ya que en el organismo existen receptores
cannabinoides (CB1 y CB2). El CB1 tiene una expresión privilegiada en el SNC; mientras
que el CB2 la tiene en el sistema inmunológico. Por lo que su modulación de estos tiene
potenciales para beneficios terapéuticos.
El cannabis contiene más de 60 fitocannabinoides de los cuales el THC
(tetrahidrocannabinol) es el más abundante y principal componente psicoactivo del
cannabis. Del resto de los cannabinoides que han sido estudiados como recurso medicinal
tenemos a:
El cannabidiol (CBD) que no tiene efecto psicoactivo, pero si antiinflamatorio,
analgésico, antipsicótico, anti-isquémico, ansiolítico y antiepiléptico (Del Bosque, et al.,
2013)
El cannabigerol (CBG) con efectos terapéuticos potenciales en las psicosis, la epilepsia,
la ansiedad, las alteraciones del sueño, los procesos neurodegenerativos, la isquemia, la
ingesta de alimentos, la diabetes tipo I, la osteogénesis y el cáncer. (Del Bosque, et al.,
2013)

4. PROCESO DE ELABORACION DEL ACEITE DE CANNABIS:

El aceite de cannabis es un extracto concentrado obtenido por extracción con disolventes


de las flores y hojas de la planta de cannabis. Se ha utilizado como disolventes no polares,
al éter de petróleo, la nafta, el alcohol y el aceite de oliva. En general, los métodos de
preparación del aceite de cannabis son relativamente simples y no requieren instrumentos
especiales.
El cultivo controlado permite mantener las condiciones óptimas para que las plantas de
C. sativa puedan desarrollarse, la cual llega a crecer de tres a cuatro metros. Para la
preparación del aceite de Cannabis, se utiliza las flores femeninas (cogollos) las cuales se
dejan secar al aire en la oscuridad y una vez limpiadas son troceados en fragmentos muy
pequeños, se vierte el disolvente seleccionado, se realiza un precalentamiento a baño
maría; la cual ha sido recomendado, para descarboxilar los ácidos cannabinoides
presentes de forma natural en el material de la planta de cannabis como son el THCA y
el CBDA y convertirlos en sus homólogos más potentes THC y CBD
Los ácidos cannabinoides se pueden convertir rápidamente en sus análogos 'neutros' bajo
la influencia del calor o del almacenamiento prolongado, lo que causa la pérdida del grupo
carboxilo relativamente inestable en forma de dióxido de carbono (descarboxilación). La
conservación del espectro de terpenos presente en el material de cannabis, debe, por tanto,
ser un objetivo importante en la producción optima del aceite de cannabis. Cabe señalar
que mientras más concentrado llega a ser un extracto más difícil será eliminar su
disolvente residual, pero al mismo tiempo se perderá también terpenos, siempre hay una
pérdida de terpenos a cambio de una menor cantidad de residuos del disolvente,
especialmente cuando el aceite de cannabis se elabora con métodos simples caseros.
Siendo así que el aceite de oliva es más beneficioso basado en el hecho de que extrae más
grandes cantidades de terpenos que otros disolventes; esto puede explicarse por el carácter
no polar, no volátil lo que da lugar a una buena solubilidad de los terpenos limitando al
mismo tiempo su perdida por evaporación.

5. BENEFICIOS DEL USO MEDICINAL DEL CANNABIS (ya Alex, no subrayare


tu parte, ya luego subes tus bibliografías papu)
Muchos cannabinoides tienen propiedades analgésicas y antiinflamatorias demostradas
en modelos animales y en la observación clínica. Sus efectos son capaces de bloquear o
inhibir la transmisión del impulso nervioso a varios niveles. Esta actividad farmacológica
parece ejercerse a través de la activación de receptores CB1 a nivel del cerebro, la médula
espinal, y las neuronas sensoriales periféricas.
5.1 Náuseas y vómitos por quimioterapia anticancerosa
De toda la información disponible sobre el posible uso terapéutico de los cannabinoides,
la más contrastada es la relativa a su eficacia en las náuseas y vómitos por la quimioterapia
anticancerosa. La conclusión de todos estos ensayos clínicos es que tanto el dronabinol
como la nabilona pueden ser eficaces antieméticos en pacientes tratados con
quimioterapia anticancerosa (Nagy, 1978; Formukon, 1989).
5.2 Espasticidad muscular
El Cannabis bien por inhalación (fumado) o con la administración oral de dronabinol
puede aliviar los síntomas en pacientes con esclerosis múltiple, en los que otros fármacos
habían fracasado. En la mayoría de los casos se manifestó una mejoría subjetiva, aunque
los signos objetivos de la enfermedad no siempre experimentan una mejoría. En algunos
ensayos con Cannabis fumado se obtuvo mejoría objetiva del control postural y el
equilibrio (Grinspoon y Bakalar, 1993; James, 1993; Ferriman, 1993).
5.3 Anorexia
El Cannabis aumenta el apetito por un mecanismo no bien conocido; se ha podido
demostrar que después de tres horas de la administración de Cannabis en sujetos normales
se produce aumento del apetito, retardo de la saciedad e incremento del gusto por los
alimentos, especialmente por los alimentos dulces; sin embargo, la administración crónica
o dosis elevadas suprimen el apetito (Mattes, 1994).
5.4 Epilepsia
Los cannabinoides tienen acciones complejas sobre la actividad convulsiva pudiendo
ejercer efectos anticonvulsivantes y proconvulsivantes (Consroe y Sandyk, 1992). Según
datos de investigación animal en epilepsias experimentales, el cannabidiol parece ser el
más prometedor como antiepiléptico pues tiene un espectro de propiedades
anticonvulsivantes más amplio que el dronabinol y el de otros antiepilépticos
convencionales, además de ser un cannabinoide sin efectos psicoactivos.
5.5 Asma bronquial
Es conocido que dosis elevadas de Cannabis y dronabinol ejercen un efecto
broncodilatador sobre los bronquiolos pulmonares, si bien su mecanismo de acción no
conocido, parece ser distinto al de los β-estimulantes y demás fármacos antiasmáticos
convencionales. El peligro que puede suponer el uso crónico de β-estimulantes, ha
planteado la posible utilidad terapéutica de los cannabinoides en el asma bronquial
(Hollister, 1986; Graham, 1986). Si bien parece demostrada la eficacia farmacológica del
Cannabis y algunos cannabinoides como broncodilatadores, es necesario para establecer
su posible utilidad clínica, llevar a cabo ensayos con resultados a largo plazo, evaluar la
posible aparición de tolerancia, así como su eficacia asociados a otros broncodilatadores,
y orientar la investigación al desarrollo de nuevos compuestos con efectos
broncodilatadores selectivos y desprovistos de efectos psicoactivos y cardiovasculares.

6. RIESGOS EN EL USO MEDICINAL DEL CANNABIS

6.1 Posibles Efectos Secundarios del Cannabis Medicinal (aquí no veo ninguna cita
jeje xD)
La única preocupación que debería tener acerca de la marihuana medicinal es la
psicoactividad del THC o su capacidad para hacerle sentir "drogado". Aunque en algunos
casos, el THC también podría ser beneficioso, especialmente en pacientes que sufren
dolores severos.
Pero aparte de eso, generalmente el cannabis es seguro de utilizar. De igual manera, puede
evitar este efecto secundario al buscar específicamente si las formulaciones de cannabis
son altas en CBD y bajas en THC.
Asimismo, debe considerar el riesgo generado por las diferentes versiones de marihuana
sintética. No puede sufrir una sobredosis por una hierba verdadera, pero PUEDE sufrir
una sobredosis por las versiones sintéticas — y no necesita mucha cantidad de ellas. La
mayoría de las personas no se dan cuenta lo peligrosa que puede ser la marihuana
sintética. A diferencia de la marihuana medicinal, la versión sintética no solo carece de
cualquier componente curativo, sino que también puede ponerle en riesgo de sufrir efectos
secundarios graves.

6.2 Efectos secundarios agudos


Los efectos secundarios físicos más frecuentes son: sedación, euforia, disminución de la
memoria de corto plazo, alteración de la percepción del tiempo, aumento en la percepción
sensorial, risa. A veces también, puede producir disforia, ansiedad, temor, desconfianza,
pánico, sentimiento de pérdida de control, depresión y alucinaciones. En el caso de que
estos síntomas sean intensos, debe apartarse al usuario a un lugar donde se encuentre
cómodo y tranquilizarlo hasta que pasen los efectos.
Otros efectos secundarios frecuentes descritos son sequedad de boca, alteración en los
movimientos, relajación muscular, verborrea, taquicardia y en posición vertical
hipotensión ortostática (baja de presión arterial que puede causar un desmayo) y
ocasionalmente lipotimia (desvanecimiento), en este caso el paciente debe ser acostado,
ya que en posición horizontal se detecta un leve aumento de la presión arterial. Otros
efectos secundarios más raros son náuseas y dolores de cabeza.
El consumo de marihuana disminuye la capacidad para crear recuerdos nuevos y para
desviar la atención de una cosa a otra. El THC también entorpece la coordinación y el
equilibrio y el tiempo de reacción. Por lo tanto, se ve afectada la capacidad de realizar
tareas complicadas, aprender (conservando recuerdos en la memoria) y de conducir un
vehículo.
Todos los efectos secundarios detectados son dependientes de la dosis administrada y
generalmente desaparecen en horas (ocasionalmente pueden tardar hasta 1-3 días) sin
tratamiento específico.

6.3 Efectos secundarios en una terapia a largo plazo


Se ha descrito desarrollo de tolerancia para muchos de sus efectos, entre ellos los
psíquicos, los problemas psicomotrices, el efecto sobre el corazón y la circulación, sobre
el sistema hormonal, la presión intraocular y el efecto antiemético (disminución de
náuseas y vómitos). Tolerancia significa que los efectos decrecen con el tiempo durante
el uso del cannabis y puede aparecer tras un consumo repetido en el transcurso de varias
semanas, a distintas dosis y según para los distintos efectos.
El cannabis posee potencial de adicción, la dependencia no debería ser un problema
relevante en el caso de ser usado como medicamento, no debería de darse síndrome de
abstinencia. No se ha descrito dicho síndrome en pacientes que han sido tratados con THC
durante mucho tiempo, pero sí en su uso recreativo, consistente en síntomas psíquicos
(ansiedad, irritabilidad, insomnio) y físicos (salivación, diarrea).
La comprensión de los efectos a largo plazo de la marihuana en el cerebro es limitada.
Los resultados de las investigaciones sobre cómo el consumo crónico del cannabis afecta
la estructura del cerebro, por ejemplo, han sido inconsistentes. Aunque los estudios de
imágenes (resonancia magnética funcional o fMRI, por sus siglas en inglés) muestran
algunas alteraciones consistentes en los usuarios crónicos, la relación de estos cambios
con el funcionamiento cognitivo es poco clara.
CONCLUSIONES:

PRIMERO: La posibilidad de utilizar el cannabis con fines terapéuticos está


avalada por multitud de investigaciones, de tal forma que ya se han establecido
una serie de indicaciones actualmente aprobadas para su uso que se sustentan en
evidencias y experimentaciones totalmente contrastadas.

SEGUNDO: Se puede evidenciar que el análisis y evaluación de los potenciales


usos médicos del cannabis tienen fundamentos científicos ya que en el organismo
existen receptores cannabinoides (CB1 y CB2) sobre los que actúan los diferentes
componentes de la sustancia.

TERCERO: Como recurso medicinal cannabis es una “planta de actividad


intermedia”. Tiene un margen terapéutico relativamente amplio, pero con efectos
adversos que deben ser monitoreados.

CUARTO: En cuanto al poder analgésico de los cannabinoides, éstos disminuyen


la reactividad al dolor, tanto agudo como crónico, neuropático e inflamatorio.

QUINTO: Como disolventes de extracción para la producción de aceites de


cannabis, el etanol y el aceite de oliva son mucho mejores, quedando probada la
eficaz extracción de todos los terpenos y cannabinoides.

SEXTO: En los países que se tienen aprobadas algunas indicaciones médicas de


los cannabinoides, basan primordialmente en el uso de compuestos orales y no en
el cannabis fumado, elaborado por la industria farmacéutica puesto que es
necesario tener un estricto control de todos los diversos componentes que hay en
esta sustancia.
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