1, LA CONCIENCIA DE LA MUERTE
1. Blerotoma, la muerte yel “diablo
cenlavida
vex un specto
Esverdad que “disbéli
jombrede erotismo.
mo, No obstant
easy enese tiempo cl dablo...apesar de todo.
Ia paredes de sus cavernas, m0
amanera estaba asociado-e
le ellos nos permite decir que sabtan -cose que
.conocimiento temer0s0
de lamuere. Las imagenes
superit Se cuenten ent las ms an
vyeinte.otreintamil ats). Pero asa existe, de una
bres -oal menos los ancestros
onenlaespera, en laany
embrionaria, desde
deswespecie-reconocieron que morfany v
delamuere.
2. Loshombnsprehistricosyascavemuaspimadas
nos en verdaderasrumnbas, son muy posterites a
Jos més antiguos restos hurnanos. No, obstante esos hombres que eran bospri-
‘meros en preocuparse po los cadveres de los suyos, no eras todavia exact
miescos: su mandibulaes prominence y la mayor parte de las veces su
perciliar estd bestiaimente guarnecido por
6:03 eres primitivos no tenfan la perfecta est
icamente nos designa y
parados, pero sus pen
tras, Debemos pense tam
piloso que los eeu
lexosy
que tenemos susinstramentos di nan un progreso
cnirelacisn con los de sus padres. Estos fueron menos hiamanos eh su conjun-
‘0, por lo demas, el Hombre de Neanderthal fue superado a su vez demas
do rapid por e
Jante. (A despech casi nada més que ese
10, quele precedia, per fisicamente ers nuestro sem
‘Tanto al Hombre de Neanderthal como a sus predeceso
nero). Desde que aparece la herra-
ideacuerdoa ese usose tata, efectiva-
lel Norce (en Ternifine
Peroetriempoen que lam
16
1 epulturas, tiene ya un inmenso interés (en particular en el plano del ero-
" ce rata de cien mil afios
.qvelotoestablece sin equivocolagertenencia arestta especie (sinose
jenencn cuenta los restos de osamentasaisldas sino de rmbasnumerosasy
Jas toda una cvilisaciGn), nos rmite como méximo a una antigbedad
ints mil
0s. Vesta ver no se trata de restos humanas ofrecidos
sala ciencia, als prehistoria que los interpreta y que, ne
vesatiamente, deseche.
‘Se trata de signosresplandeciences...designos
Jad ins profunda: esos signos poseen, por éltimo, la fuerza para
turo yanunca dejarin de turbarmos. Ess signos
alcanzan la sensl-
very, sinduda alguna,
‘tras que los hombres is antiguos dejaron sobre las paredes de las
prety ensu conjuntolessestos que nos
me. Aquello que sabersos de ély
ino, a la sensbildad. Side sus cost
guela
nos actualmente
nosotrosporel hechode que nos ofrecen:
El nacimiento de esta emocién extrema que designamos con el nom-bre deer
aporte que lasinvestigaciones pre
al, es un aspecto esencial del
anal conocimiento,
3.Blerotismo est tigado a comccimiento delamuerte
Elpaso del hombre todavia un poco simiesco de Neanderth
cotinents es hinie waedocqoenekocnree de nce
troy del cual las pinturas-o os grabados wn los que igura- nos hacen saber
ane haba ead abundant tema is de animal fc aparentemen-
tedecisivo, Hemos visto que el hombre velludo de Neanderthal tenfa como-
cimiento de la muerte. Y esa patirde este conocimiento, que opone fa vida
sexo delbombre dl animal, qe aparece rosso Epretemanoha
sido planteados en principio el régimen sexual del hombre que, como en la
rayorta de ls animales, noes petidico, parece deivar del régimen del
no. Peroel mono difereesencial hombre por cuntonotene cone
erent idem ene an congener laconic dsl mono
falererancletiver dle accent
‘no interrumpe ningdn pertddico, pero a] mismo tiempo es cm
1s monos... El tormenta frente a la actividad: i cca
tiene de incongruent. La muerte
seo sexual alarisa. Perolarisa noe: di
lidacn que parece serlo,locon-
trarode ls lgrimas tantoel bjt elas como al des isn vin
de violencia que interrumpe el curso
errumipe el curso regular, el
sas. Las légrimas se vinculan habitualmente a aconte-
lamuerte, odeta
onerse ala vida, que ess resultado, El momento exiticoeslac-
‘cuya mayor fuerza e intensidad se muestran en el momento eh
“res e atraen, se acoplan y se perpettan. Se trata de la vida, se trata
cil, pero reproduciéndose la vida desborda: al deshordar alana
deltio, Esoscuerpos mezclados, que se tuercen, que desfllecen y
in excescs de voluptucsidad, van en sentido contrario al de la
nds tarde losconsagratéen el silenciode la corrupcién.
tin efecto, segin ls apariencias el erotismo estéligado para todo et
acimiento, ala eprodueciéin que reconstruye sin fin sobre los es
ttagsdela muerte,
"Noes menos certo que el animal, el mono cuyasensualidada veces se
nora el erotismo. Lo ignora en la medida en que le falta el conoci-
Trienro de la muerte. Contrariamente, es causa de que somos humans y de
{je vivimos en La sombra perspectiva dela muerte, que conocemos [a vio
sca desesperada delerotismo.
Es verdad al hablar en fos lites utlcarios de la as6n percbimos el
ad del desorden sexual. ‘Se habrén equivocado
jedan el nombre de “pequesia mu:
exasperada, la vi
sentido prictica y a neces
que as fase rermins
sentido tnebre?
4.Lamwerteenel fonda del "poro" delacavemade Lascaus
{No hay en les reacciones oscutas -inmediatas- relacionadas con la
como creo posible interpretarls, un valor decisiv,
“Alcomiento hablé de un aspecto“diabslico" que tendefan lass vie-
fas imagenesdel hombre que hanllegadohasta nosotros
Pero este elemento “diabilico”, la maldicinligada a la actividad se-
sl Zaparece realmente endichas imégenes?
‘Al encontear entre fos documentos prehstéricos més anciguos el te-
‘aa Biblia, me imogino que introduce, finalmente, ef problema
irave. Al reencontar 0 pot lo menos diciendo que reercuentro, en 10
profundo de I caverna de Lascaus, el tema del pecado origina, el tema
Teyenda biblical, ila muerte ligada al pecado, igadn a la exaltacibn se-
sua alerotisio
Sea como sea, esta cavernaplantea, en una especie de pozo que noes
sna anfractuosidad natural muy ifielmente accesble- un enigma des-
‘Bao a forma de una pintursexcepcional el orabre de Lascaux supo
19centerzarenlo ms profundoeste enigma qu
habia enigma. Ese hombre y ese bi los que represcntaba,te-
m sentido claro, Peco ahora nosotros debemos desesperamos frente:
‘imagen oscura que nosfrecen las paredesde a caverna: lade un hom.
Secae, que tiene el rostro de pjara ymuestra el sexo erguido, Este
14 extendido frente a un bisonte herido, que va a mort,
frente al hombre pierde horrblemente sus entraias,
Un carécter oscuro yextrafo asl esta escena parética con lacual no
puede compararse ninguna otra obra dela misma época. Sobre el hombre cat
dohay un péjaro,dibujado por el mismo trzoen la extremidad de una estaca,
(que termina por turbarel
Propone. A decir verdad, pa-
leja un inaceronte, pero seguramen.
sdoala escenaen lac el bisont y el hombre -piato parecen
proxitnidadde la muerte
Elabate Breuil ha sugerido que et rinoceronte pod, después de ha-
ber abicrto el vientre del bison amente de los agonizantes. Pe-
to, claramente, ta comp nbre, al venablo que so fa
is. El rinoceronte, pore
taro, me parece independiente de la escena principal, que podrfa, por
otraparte,quedar inexplicable para sempre,
iQuédecirde rendente, entrada desde hace ml-
Tenios en esa pro
nuestros dias, exactamente desde
slo cuatro personas puede ad
de setiembre). Desde
ndescender al fondo
mocer perfectamente es pi
2 aun hombre con cabeza de pajaro,
cas frente un bisonte en agonta yquese aban.
ccepcional:dicha pintura, lorepito, e
tal vermuerto, caidoen
donaala fai,
sole [a caverna de Lascaun’ escrta hace seis afios me
lente. Me limitaba ane-
955, 9.139,
schicte der Shamans"
spos modemos. A decir verdad laincerpretacin solotiene,
la extraficza de la escena’,* Después de dos
meparecié posibleadelantar,carente de una hipétesis pre-
inconsecutivaal
mncierta medida
lspincarasde lascavernas" yoafitmaba en una nuevacbra’
“tL tema de esta célebre!pintura (que suscita expicaciones con-
as, numerosas frégiles) seria lamuerteylaexpaciin
muerte del bisonte, La expiacién
‘para numero-
Hl chaman expresara, al mori,
ze de los animales matados en la cazaes obliga
idecazadores.
Habiendo pasado custeo aos a prudencia del enunciado me parece
‘exesiva, La afirmacin, carente de comentaries, tenia poco sentido. En
1997 todavia me limitaba a decir:
*Porlomenos esta manerade ver euvo el mérto desustituirlaevi-
imagenes
wa mas en acuerdo con
Actualmente me parece esencial ir més lejos. En ese nuevo libro el
ia de Lascaux no ocupari todo el lugar pero seré, por le menes a mis
»s,elpuntodesde el cual portitc. Espor ese motivo que me esforzaré por de-
el sentido de un aspecto del hombre al que es en vano deseuidar w
inyal cual elnombre de ertismo designaHl, EL TRABAJO Y EL JUEGO
hablar de emo fue en suorigen.
Nopuedo dej
Desde tn extrenao al otto de lade un aezecentamient.
presenta uno adquisilén, peroel primitivono ve lasd-
jo como resultado dela
fragmentos que le arrancaba le daban,
hombre se cambia 2
dad, Sealejaron de ella pati
habian adaptado su actividad
elmacho que busca a
Perohabiendoac-
2, Las eavernas dos
los del Hombre de Neander
igificaciSn fundamental
imiento de un be
creacitin, La procreaciéa na era, al pi
cuando el
osy que tal vez, necesaio
sgosalos nuestros. Nada prue1e a veces llamamos “salva
Jes "primitivos”. (Las pinturas de su tiempo, que por otra parte som las pri
‘eras conocids, ino son a veces comparables alas obtas maestras de nucs-
trosmuseos?)
Ehombre de Neanderthal todavia tenis, en oposicin.a lo que somos
ovotros, una inferioridad mani dudas posefac 70s
(aligual que sus ancestros) fx estaciGn erguida, PeroaGn se doblaba un poco
sobre ls piemnasy por consiguiente no caminaba “humanamente":era el bor
de exterioryno la planta del pie lo que apoyaba sobee la tier, Tentala fence
estrecha, la mandibula prominente yu cuello nora, tal como el nuestro, [o
Suficientemente largo y delgado. Inclusive es légico imaginatlo cubietto de
pelos comolosmonosy como Fosen su conjunto,
"Nada sabemos sobre la desapaticidn de este hombre arcaico, salvo
{ue sin ninguna transiei6n nuestro semefante ocupa las regiones que hast
«se momento habfa ocupado el Hombre de Neanderthal: y que se multiplica
por ejemplo enel valle de la Vérere yen ocrasregiones (del sudoeste de Fran-
ciay del norce de Fspatia) donde fueron descubiertos los numerosos restos de
sus dones admirables el nacimiento del arte sigue, en efecto, al acabamiento
fisica del ser bursano.
ana tealzada que primeramente nos:
etriedad, una satistaccién que no ess Enelmo-
trabajo era desde bacta
humana, Porltimo,no
trabajo sino el juego quien decide cudndo la ubra de arte se realiza yc
bajose convierte, al menos en parte yen las wuténticas obras maestras, ena:
t Jad. Es verdad que el hom-
mal que traboja Pero también sabe cambiar e
vata propésito del arte (del nacimie
juego humano, verdaderamente humano, fueen primer re
trabajo que seconvirtié en un juego. Estees finalmente el sentidode
{as maravillosaspinturas que aoman en desorden las cavern profundssy
les accesos. Dichas cavernas eran sombtios santuatos que las
luminaban débilmente; es verdad que las pinturas debfan causar mi
‘camente la muerte de las bestias, de la eaza que representaban, Pero sibel
* aos ints de este trabajo no puedo hacer msc
eel abo,
26
Inicialy decisive
inal, que fascina luego de milenios de olvido, siempre tene un sentido
educci6n y la pasin, el del juego asombrado, el
ende elalientoy que subyace al deseo del éxixo,
El daminio de ls cavemas-santuarios es esenctalmente el del juego.
met lugar en estas cavernas estado aa caza la causa del valor magico
a pinturas y también, tal vez, por la belleza de las figuraciones que eran
ccniméefencerenlaedidaenguecranmas bells Pola sec
la profunda educcién del juego lalograba sin dudaen la atmSsfera car~
Ila cavernas, es en este sentido que es posible interpreta Ia asocia~
fe as figuras animales de la caza yl figuras humanas eréticas,Sin duda
tal asociacién no depende de una toma de posicin previa, Més higico
invocazel zat Peroes verdad q
reron consapradas de hecho a aque
| trabajo y cuyo sentido cor
yo que se opone a trabajo y
seer laseducciGn, en responder alpasin, Perolo que la pasion itto-
clas figuras humanas apazecen, pintadas o dibujadas sobre los
en primer lugar esas sombrisscaver-
sel jeg en ou pond
ros de ls caverns prehistéricas, es elerotismo. Sin hablar ya del hombre
crtodel pozo de Lascausx, muchas de esa figuras maseulinas tienen cl sex
abrigo de una r0¢a
presenta abi
Laliberead de esos primeros tiempos
jue sus civiizaciones rudimen-
ran la guerra La de los esqui
era vigorosas
detaactuclided qula gnoraban antes de allegada des lancos, no
scales; no tiene la suprema virtud de la aurora. Pero el
sregiones érticasdon-
nor de fiesta de los esquimales
al de aquellos que fueron nuestros leanos ancestres.
pastores, que quetian oponerse a su libertad
bre y alegremente, de
ran. Sin duda alguna el fio
Lmsesquimales respondian ;
‘que hasta ese momento ellos hal
snera semejante ala de los péjaros que!
ssmesetas del Tibet, cuyo:
amente afectos estos juegos.
“al ves haya un aspecto paradisfaco de ese erotismo originaci del cual
rnos en as cavernas los rastros ingenuos, Peoeste aspecto no es muy
.genuidad infantil seopone una certagravedad,‘Almismo empolarisayla muerte, lavisa ye ertismo, estén ligados..
Enlomés profundo dela cavemade Lascauxya vimosel eotismo lige-
doalo muerte
tanto més extrafiopor cuanto ese mi
‘vido iene la cabeza de un pdjaro, cabeza de animal tan pueril que quizéoscu-
ramente yentaincertidumbre surge deella un aspectorisible,
otra imagen tan gravida de horror cémi-
cipio,ininteligible,
nigma desesperante que con wna erueldad risible se
plantea en la
este enigtna. Po
lo,nopoders
alazaren
femas prehistbricas
ilencio absoluto se
masprofunda yrambid
28
porsaseg ni
{Podemosimaginar un lugar
lida de esta caverna,
: je la vida proptamente by
29Hegel, la muerte
y el sacrificio
“Thule original: Hg la mort ctl sacrifice. Exraido de Douce
lon, octubre de 1955. Taductr: Emilio Terzaga.
de un estudio sobre el pensaminto fundamental