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Estudios Culturales Las culturas de fin de siglo en América Latina Cologuio en Yale, 8 y 9 de abril de 1994. Josefina Ludmer (comp.) Carlos Alonso, Jean Franco, Anibal Gonzalez, Eduardo Gonzélez, Horacio Gonzalez, Roberto Gonzélez Echevarria, John Kraniauskas, Josefina Ludmer, Francine Masiello, Sylvia Molloy, Carlos Monsivais, Maria Moreno, Julio Ramos, Richard, William Rowe, Jorge Solessi, Silviano Santiago, Roberto Schwarz, Doris Sommer. BEATRIZ VITERBO EDITORA ran valor. y sobre su peo. na gruesa cadena de oro que Con esas dos muertes, Moreira hace la trav Justicia popular: el pasaje de la legalad a la ilegalidad por una sicién de un sujeto entre dos culturas y jonor y det valor. y'la Justicia escrita cidn de Juan Moreira entonces: héroe de la justicia popular contra el poder. 4 escandalo de continuar La ida, en 1879-80, con la confton- tacién hasta el fin, se suma ef escindalo de radicalizarla a una posicion ta y nacionalista a la vez (porque el anarquismo de ese momento es extranjero), El escéndalo permanente de Moreira ¢s que encam la violencia Popular en su estado puro, drigida violentamente a la opresién. (Gerchunoff lo vio cl . y.escribié que era “ur drama esencialmente sociedad organizada ental caso, el drarna de los dramas actuales de tesis acrética se pintan las fa enistencia de otra lengua misma, en el Pero Juan Moreira no es, cuando nace, un hétoe oral (30 vendira después, con el teatro, después de haber pasado por el euerpo y el gesto), porque la tecnologfa de la prensa impone otra lengua, yen el nico me representa cantando en la novela (es deci, en la pos no canta en gauchesco sino en el espafol det ‘Ven muerte, tan escondida” ro a.Juan Moreira no sélo hay un cambio lterario, econémi 0, tecnol6gico, de pronombres, nombres y primeras personas, sino que también hay un cambio en la politica de a lengua 104 la culture oral representaba la justcia popular en la voz, en el cantor mismo y ensu lengua. Y también hay moderizadores es qué hacer n Sus discursos y sus tones. las dos posiciones pasibles de la ‘cultura popular: una con vor nacional popular, y con pacto econémico. La otra rompe el pacto econémico y ataca directamente a poder, pero canta en espatiol Yy muere en manos de la ley. El hérae muerto no aparece en Martin Fierro, Juan Moreira no silo encar ncia de la justicia popular, sino tambign ‘muerte violenta de Moreira marca, cada ‘dems, y la escena final sirvié de momento clave de muchas de las versiones, literarias y de cine: como el momento de la verdad y del legado del mértir popular de la violencia. Este juego entre la justicia popular y la ley que triunfa constituye el marco acto de la obra y la novela, Moreira representa oiras pasiciones posibles de la violencia popular en ese momento: SorerEoeEe ee 1 que pelea por la fama, con su: representa entonces la violencia como “Iujo” de hombre, como exhibicién del valor; —representa también al que después de pelear contra la partida pasa a Pelear por la partida como sargento (posicion que estaba en Cruz, en La ida): —y también representa la posicién del que quienes protege de la violencia, Juan Moreira ocupa todas las posiciones posibles en el interior de la violencia, y no s6lo se escribe para continuar la confrantacién hasta la muerte, sino para cambiar las alianzas “nacionales” y “popu ‘némicos se transforman en politicos con la modernizacion liberal, Moreira dice “patron” solamente a los jefes politicos reales y contemporéneas como Alsina (cuyas armas ostenta con la daga) © como el juez Marafién, y no al duetio utopico de la estancia, como hace Martin Fierro. Una vez en la ilegalidad, Moreira pelea en las pulperias por la fama, por la gloria de héroe popular del valor, otra insttucién literaria nacional con Borges. Y por eso mismo, por su fama de guapo o macho, se legaiza periddicamente mediante “patrones pol 0s", Es decir, eambia de posici6n, pasa a In lezalidad: los caminos parecen reversibles en Ia violencia. La novela y el segundo acto representan larelacién 105 {que también se marca en el teatro), una rel Patron: en un ataque, Juan M ista Marafion que, entonces, lo decl lva.a su vez. Y después de luchar contra la partida salva al sargento 9. el que mandaba la partida, que también lo legaliza como noble y no delincue in mediacién, con el “patrén” que lo perdona, insisto en esto, es ofa posicién de la cultura popular. una utopia tradicional de salvacidn, usada por el poputismo politico. y fue un esciindalo alestado en el primer acto. y en el segundo salva, antes de morir violentame! 2 los representantes del poder ps estatal. Los salva por violencia y en medio de la violencia, y ellos fo bendicen, El unieo modo de le . sin prineipios, tal como se la representa en Roberto J (escrito en Bruselas de Moreira, su pulso a“salvarles la vida” en medio de la violencia, se ditige por dos bandos politicos opuestos en ese momento. Moreira protegié @ Alsina, cuya daga y caballo ostenta, es decir, tiene sus “armas”, Y. después se past bbando mitista enemigo, con Maran a quien salva: es un leal-desleal, un camaleén en el cine, en la pelicula iones, puede decinse que Moreira tiene ianda la partida). y también una doble sy itistas), Y ahora quisiera ver su doble identidad en el género, en la vida privada que no deja de representarse en ese momento. Moreira no s6lo tiene una telacién 09 rte y se qued con e Y a ese waidor dividen en fieles e infieles como los la justcia popular. Las mujeres no se gos sino: ievo itresponsables”, dado iménez. le perdona la vid pide que la mate, Y —en traidoras 0 Pero en Gutiérrez el compadre es un ‘como Edipo con oto, el cementerio y -gado del perro. Es una verdadera inoamericana la de los afectos, porque Moreira es cempilehado” que dice Mande como si fuera su pen, amigo Moreira”. ¥ con él, con el amigo fel {que esta mas abajo, del cuales “patren’, representa Moreira el afecto masculi- no, Cuando se encuentran: «en la boca come dos amantes,sllando con aquel beso apasionade la 1s habian profesado desde pequetos”? que se convierte'en el epigrafe del poema “Moreira” de Perlongher, otto scandal 0 politico en los'80, 'No sélo hacia Juliin sino también hacia su Juancito: “lo conternplé a ta pélida luz de le vela con una termura east mater de besos como si quisiera pagarse. con aque! placer supre esventuras™ 158 Ese cariio por su hijo “asomaba dulcisimo a su pupila, dando a aquella fisonomfa varonil y hermosa una expresién de dulzura arrabadora”, un verda- dero “éxtass paternal” WoT Moreira representa los afectos hacia el patrén o como patrén. La pirdmide pateralista de la cultura popular coincide con la representacién de los afectos ‘masculinos en su grado extremo, tan melodramatico que toca el otro génerc, Et héroe popular de la violencia esté armado como un juego de posiciones Populares contrapuestas. Tiene una identida doble, legal, politic, y genérica, y tambin tiene una dobie identidad social en la novela misma, en el capitulo fen que aparece wasmutado en Juan Blanco, un “rico”, hermoso y elegante hacendado. Esto ocurre después de su “exilio” de tres meses con los indios, ‘cuando escapa con el dinero que les rob6 haciéndoles trampas en el juego. Moreira como Blanco hace justia en el pueblo de Salt, y se consagra'como hhéroe popular del valor”. Le aplica Ia siira, la hur ¥¥ unos golpes al fepresentante del estado mientras le quita su chinita en el baile. Y mata al ‘epresentante de la economia, que se llama precisamente Juan Rico. despues de jugar al bllarcon él y hacerie trampas, Moreira como Blanco reproduce, en el interior de la novela y como simulzeién”, como mascara y disfraz, el juego de Ja violencia y también el juego de las identidades dobles dela literatura alta del ‘mismo periodo (y uno de los rasgos dela cultura de los saltos modemizadores) Blanco es la primera “representacién” de Moreira. El juego de Moreira es escandaloso porque es confrontacién pura en cada tuna de las posiciones sociales, politicas y legales. El héroe popular del salto ‘modemizador seria esa pura fuerza de conftontacién, un dirigible, porque combina violencia con posiciones contrapuestas. Representa de un modo ‘masivo la violencia popular, la justicia por mano propia y su desting final, y también representa la violencia estatal y politica, que la dirige. Juan Moreira puede leerse, en todos los escindalos, debates y trasmutaciones, como una teoria de la violencia popular, de la violencia politica y de la violencia del estado al mismo tiempo, en el salto modernizadar y con la tecnologia de la prensa Es un héroe popular y quizés un asesino serial de hoy televisado, que representa lajusticia por mano propia en los estados Fue por Ia representacién, por el teatro que le devolvi6 la voz violencia, y le puso misica y bailes, que Morera leg6 a ser un héroe populary nacional. Funds el teatro argentino en el circo en 1884, representado por Pepé Podesti, Cémo nacionalizar o canonizar, c6mo incluir en la historia del nacional, textos que representan la violencia popular? Este artefacto cultural que es Moreira, con su doble identidad, muestra los us0s que hizo la cultura nacional de esa posicién especifiea de la cultura 108 popular de fin dk nacional popular ache a noche invadido por lo més iene Buenos Aires” (..) “se ven sentados, ya en atenta y itud, ya dueflos de un excelente buen humor mi forma de francas y expansivas careajadas, a personas alejamiento para confun- de un citeo donde la urbanidad, la comeccion y fo jamas en circo alguno al Dr. fanacio 30? Sin embargo era él el que se encontraba el imensa muchedumbre que aplaudia, rela y go en sus heroicas ".Y el general Manuel Campos, riéndose ante los dichos, _graciosos del napolitano del pericén. Concluye el Sud-América La vida representada de Juan Moreira es hay In admiracin de lad mis de los més entusiastas Es bueno que a emp ‘Club del Progreso: Edmundo A, Mael Bolse: inglés Balcarce y Ramon y Servando Feo Juan Moreira era noble y valiente y que 10 que representa “una raza donde el valor es innato”, porque representa el valor en grado supremo. Noble y valiente, como 109 los gauchos de Giemes: la lectura racial de Juan Moreira que hace el Sud- sa es notable y fend una enorme repercusién lteraria, 3s iterviene en el debate sobre el valor nacional y popular, mato o lo genético, Pero lo hace desde la ps {que nunca haya escrito esta conferencia En suma, dice Ingenieros, después de haber demostrado que servia al mejor postor electoral, como muchos delin- ‘cuentes, y que era ladrén y que carecia del sentimiento de nacionalidad, Moreira fue un amoral congénit, es decir. un delincuente nato, con les ipo por el ambiente gaucho. Tal sujeto no es, pues. ‘un exponente de las cualidades psicol6gicas del cri no més bien su antitesis. dice Ingenieros. Es funesto para nuestra moral colectiva el culto de semejante personaje. Seria preferible educar en el pueblo el cult del valor en formas menos ativicas: porque hi trabajador que produce, en ef sa ‘madre, que en la flera humana solamente de sus semej violencia es una combi ‘que aparece Mor Para termins fo por Juan José de Soiza Moreira a su personaje de La cid de las locas de 1903"): Rubén Dario hace 30 aftos, en su Espana Cantempordnes. p. 336— novelista americano, 0 el nico hasta no: Eduardo Gutiérrez. Ese barbaro folletin espeluznante, esa confusién de la leyenda y de la historia nacional en una escritura desenfadada y a la forman, en lo copioso de la obra, la sefial de una época en nuestas | ratura, yen plena globalizacién, Moreira es un hérve exportable. 10 Lugones tambien salvé literariamente a Gutiérrez y después vino lacanoni- _zacién de Borges y sus textoé sobre el valor crol YY a partir de ese momento. la muerte del héroe popular en manos de la ley fue la protagonista de los escdndalos. Porque en las escrituras y representacio- res mas recientes, lo que importa ‘como momento dela y que se quiso ligada con fo popular y su violent 2. Trabajé de modos opuestos la muerte y el legado. En el Moreira de popular" malo” no de fa vanguardia lierariay de la revolucion, y la muerte en el prostibulo el momento socritico del texto, el ‘momento de la verdad litera ica y psicoaralitica. Moreira cita a Freud y exhorta: "Sean marxistas” (p. 61) y vence como.a 400 soldados, y Felisa, fa ta, habla por teléfono en alemdn: “—-Wo es war, soll Ich werden. (Si va voy yo)" (p.76). Los soldadas se dispersan, primero en “partides”. luego en “hordas”. Y termina sin haber narrado la muerte 'Y en un cine que se quiso totalmente popular como el de Favio, la muerte de Moreira enmarca el film. pero aparece personificada para anunciar la de Moreira: no deja herederos ni legados. Favio ira, justo en el momento de la violencia totalmente parédico y una doble identidad. * hoy mismo en Buenos Aires, Gerardo Pensa director de una puesta indepensiente de Juan Moreira en el teatro El Colonial y en plazas porteftas, dio: “Decidi ser lo mas fiel posible al espiritu, la aventura, ¥y agregarle 2 los conflictos fundamentales ciera actualidad. Por ejemplo. a Vicenta la matan y actor y Notas ‘Eduardo Gutiérrez: Juan Moreira. Buenos Aires: Centro Eiitor de América ut Alberto Gerchunoff “La vuelta de fuan Moreira" en £1 hombre que hab en la Sortona. Buenos Aires: M. Gleizer Pitor, 1926, pp. 167-175 “Juan Morera, ed fuan Moreira. Lacrttca leva en José 1 Podesté. Medio sig de fortindla (Memoria. Buenos Aires: Rio de ia Plata. 1930. p. 65. “Aparecio en dnales de Psicologia. Vol Il, Buenos Aires. 1911 (trabajos de 1910). pp. 149-150, como un resumen de lacomunieacign orl. El mismo resumen en Archivos de Criminalogia. Vol IX. 1910, p. 630. “Juan Tosé de Soiza Reilly: “Hablan las mujeres de Juan Ci Anaconda sif.p. 261, Lanoveta de Soiza os locas (Aventuras de Tar Maueci, 1914, 2a)es lo" en Mujeres de Jn que puede se Rodeado po wva:"Vuelve en esta iscfpulos, Juan Moreira Morera”. en Alambres. Buenos Aires: Ediciones Ultimo sjo—ijo—el panvelo celeste con que me io, en fa eontera:y el zaino amarronad!y los Tunares que vos creas tener que tengo yo.."sy te deja tambignes0stovives, con Sus ‘aballos de carton quefruedan empantanacos en el barro”: “y también esos pastos cengrasados donde perdi ese prendedar, de! plat, s lo encontis es tayo" La vigencia de Juan Moccia”. en Primer Plano. Suplemento de Cultura de Péginail2. Buenos Aires, 2 de octubre de 1984 3 La representacién de los excluidos

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