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Masculinidad

hegemónica
y seguridad ciudadana

Publicación N°
8 SERIE EN
FORMACIÓN CONVIVENCIA SOLIDARIA
SEGURIDAD CIUDADANA
Y
4 | masculinidad hegemónica y seguridad ciudadana | | introducción | 5

Ministerio del Poder Popular para


Relaciones Interiores y Justicia
Ministro Tareck El Aissami
Contenido
Ministerio del Poder Popular para
la Educación UNIVERSITARIA
Ministra Yadira Córdova
AUTORIDADES UNIVERSIDAD NACIONAL
Presentación 7
EXPERIMENTAL DE LA SEGURIDAD
Rectora
Soraya Beatriz El Achkar Gousoub 1. Introducción 9
Vicerrectora de Desarrollo Académico
Aimara Aguilar
Vicerrector de Creación Intelectual 2. El patriarcado 12
y Vinculación Social
Antonio González Plessmann a. El patriarcado 13
Secretario
Frank Bermúdez Sanabria b. Formas en que se reproduce el patriarcado 16
c. El feminismo 19
d. Perspectiva de género
Sistema sexo-género 20
e. Roles de género y estereotipos 21
f. Lo masculino, emblema de lo poderoso 24

3. La condición masculina 29
a. Un Hombre de Verdad 29
masculinidad hegemónica y seguridad ciudadana
Universidad Nacional Experimental de la Seguridad, 2012
b. Masculinidad hegemónica 31
Producción editorial: Vicerrectorado de Creación Intelectual y Vinculación Social c. Los mandatos de la masculinidad 34
Textos: Camilo Artaza Varela
Fotos: Miguel Pereira y Archivo Venpres
Impresión: Imprenta UNES d. Los privilegios de la masculinidad hegemónica 35
Atribución-NoComercial-CompartirIgual. Todas y todos somos libres de
compartir, copiar, distribuir y comunicar públicamente los contenidos de esta
e. La masculinidad en duda 36
publicación; bajo las condiciones de reconocer la fuente y de hacerlo sin fines
comerciales. De alterarla o generar obras derivadas, prelan idénticas condiciones.

UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL DE LA SEGURIDAD (UNES)


Dirección: Calle La Línea, zona industrial L, Catia.Apartado postal:
Caracas 1030 – Venezuela | Caracas, julio de 2012. WWW.UNES.EDU.VE

5
6 | mujeres de mi barrio |

4. Masculinidad y seguridad ciudadana 40


a. Masculinidad y violencia 42
b. Hacia otros hombres 47
c. Hacia la mujer 48

5. Nuevas masculinidades 56 Presentación

Bibliografía 62
R educir los altos índices de violencia y delito es un obje-
tivo que sólo puede lograrse si todos y todas reflexiona-
mos y transformamos en torno al modelo de masculinidad
que ha regido la forma en la que nos relacionamos. No sólo
estamos refiriéndonos a las profundas desigualdades entre
hombres y mujeres (que ya es bastante alarmante), sino a
todo el entramado de prácticas que, en los órdenes social,
político, económico, etcétera, sustentan un modelo hege-
mónico altamente excluyente y generador de violencia.
El modo en que en nuestro país los hombres se hacen
hombres de verdad atenta dramáticamente en contra de
la voluntad que tenemos, todas y todos, comunidades, ins-
tituciones, colectivos, de combatir y minimizar la violencia.
Esto requiere procesos de formación, organización y movili-
zación de las comunidades, pero principalmente de los hom-
bres. También reconocemos que el trabajo no se agota en el
reconocimiento personal y colectivo de una masculinidad
originariamente violenta, sino que también se requiere de la
generación de otros procesos políticos de impacto y concien-
tización de la sociedad como un todo. Desterrar al patriar-
cado y al capitalismo para avanzar en un mundo mejor, de
igualdad y equidad entre hombres y mujeres, no es sólo un
acto de fe sino una lucha que necesita de caminos infinitos
hacia la liberación. Demanda una permanente problemati-
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8 | masculinidad hegemónica y seguridad ciudadana | | introducción | 9

zación de nuestras prácticas como mujeres y hombres y de


las realidades que vivimos.
Particularmente desde el Vicerrectorado, asumimos el
compromiso de intercambiar saberes populares con y desde
las comunidades, así como motorizar prácticas necesarias
para la transformación. Este material, muy oportuno para
nuestra Serie “Formación en Convivencia Solidaria y Seguri-
dad Ciudadana”, es una de las iniciativas que desarrollamos
para sumarnos al reto, junto a otros y otras, de “destapar la
olla” de la masculinidad hegemónica y avanzar en la com-
prensión de las violencias que ejercen muchos hombres en 1
las sociedades contemporáneas. Introducción
En Masculinidad hegemónica y seguridad ciudadana se abor-
dan los principales elementos, prácticas y valores que his-
tóricamente han impuesto una manera de ser hombres; el
“Más del 90% de los crímenes violentos a
material también lleva a la problematización de las creen-
lo largo y ancho del mundo son cometidos
cias y actitudes cotidianas en las que vamos reproduciendo
día a día el modelo patriarcal que queremos desmoronar. o tienen por víctimas personas del sexo
Sin des-responsabilizar a los actores de violencia ni caer en masculino.”
estigmatizaciones, con este material facilitamos una he-

E
rramienta de diálogo, reflexivo y crítico, que contribuirá a ste material está destinado a aquellos hombres y mujeres
que nos aproximemos a la problemática y avancemos en su que deseen detenerse1 a reflexionar sobre qué significa
transformación. ser hombre y cómo se expresa en lo cotidiano; también
sobre las maneras de relacionarnos con algunas formas de
Vicerrectorado de Creación Intelectual
masculinidad y los riesgos y consecuencias que provocan.
y Vinculación Social
La preocupación por hablar de masculinidad es para
develar la relación existente entre violencia y construcción
de los géneros, ya que según los datos que proporcionan las

1Palabra compuesta, y es una doble invitación: parar un instante y


pensar sobre ti y darse un espacio para estar con uno o una para te-
nerse en cuenta.
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estadísticas de criminalidad de diversos países, más del 90% cada uno y una tome una posición des-naturalizadora, des-
de los crímenes violentos a lo largo y ancho del mundo son constructiva y des-legitimadora del orden social patriarcal,
cometidos o tienen por víctimas personas del sexo masculino. a fin de atravesar las barreras que tienden a normalizar esta
¿Es posible hablar de una sola manera de ser hombre?, realidad que delimita ciertas prácticas femeninas (delicade-
¿qué es ser hombre?, ¿qué significa? Para emprender esta za, sumisión, sensualidad, cariño, cuaimatismo, etc.) y cier-
ruta apelamos a la esperanza de transformación que, para tas prácticas masculinas (fuerza, rudeza, valentía, potencia
San Agustín, se nutre de la ira y de la voluntad. La ira para sexual, responsabilidad, promiscuidad, etc.). De esta mane-
indignarnos por el estado de lo actual y la voluntad para que ra podremos transitar por propuestas inacabadas, pero di-
cambiemos los asuntos de este mundo, comenzando por versas y libres.
preguntarnos con absoluta honestidad sobre cómo nos rela-
cionamos con nuestro entorno.
Este material lo podemos utilizar de muchas maneras: ...
O b j e t i v o s d e l m a t er i a l
podemos partir por el final y finalizar en su inicio, podemos
de-tenernos un momento en cualquier página a leer y pen-
1.  Que reconozcamos el papel de la socialización de género en
sar. Podemos leerlo solos o en compañía de nuestros fami- el aprendizaje de las masculinidades.
liares, vecinos y vecinas o camaradas; sentados al borde de
2.  Que develemos los efectos de la socialización de género en la
la acera, en taburetes, chinchorros, da igual. Lo importante
forma de vincularnos y de relacionarnos con nuestro me-
es que le dediquemos unos minutos, pero unos minutos re- dio social y con las demás personas.
flexivos, y no que pasemos por él como si fuera un trámite
3.  Que reconozcamos las formas de expresión de las violen-
que cumplir o un simple pasatiempos, sino que dialogue-
cias masculinas que se materializan contra otros hombres, con-
mos con el texto. Por supuesto, si estamos acompañados o tra sí mismos y contra las mujeres.
acompañadas, lo discutiremos, compartiendo reflexiones y
4.  Que nutramos nuestra mirada comprensiva a partir de con-
experiencias sobre cómo nos construimos como hombres.
ceptos como: patriarcado, masculinidad hegemónica, machismo,
Esta aproximación a las masculinidades la realizaremos mandatos, perspectiva de género y roles.
colocándonos los lentes de la perspectiva de género, po-
sición que nos facilita la mirada comprensiva ya que nos
permite entender cómo los mundos masculinos son atra- ...
vesados por los mandatos, prescripciones y atribuciones de
género y cuál es su incidencia en la construcción de los vín-
culos y las prácticas cotidianas. Hablar de género implica ne-
cesariamente asumir una postura problematizadora donde
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De-tengámonos, preguntémonos:
¿Cuáles for­man parte de los estereotipos mas­
culinos y femeninos, según la sociedad en que vi­
vimos?, ¿a cuáles de estas características les asigna­
mos más valor?
Estereotipos  Consiste en creencias altamente di-
fundidas de cómo deben comportarse las personas, en
nuestro caso, si se es varón o si se es mujer.

2 a. El patriarcado
El patriarcado Este modelo social resulta principalmente de la mayor valo-
rización de las características comúnmente asignadas a los
hombres, y está basado en la conformación de “categorías
“Lo masculino y lo femenino se estructuran duales”, opuestas de formas radical y que establecen el or-
a partir de ideas sociales, que se van den, las prioridades, los objetivos, las maneras y las prácti-
cas de la sociedad en que está establecido este modelo. Entre
construyendo colectivamente a través
las categorías duales o pares de opuestos, en el patriarcado
del tiempo”.
resaltan: hombre/mujer, fuerza/debilidad, cultura/natura-
leza, razón/sentimientos. Estas categorías están jerarqui-
zadas en el orden de los géneros, donde el hombre posee
Para empezar…
la mayor parte de las características más valoradas (reco-
Revisemos las siguientes características:
nocimiento social) y, como consecuencia de ello, conforman
Deseo sexual, espontaneidad, ternura, ina­pe­ten­ una manera de organización política, económica, religiosa
cia, inteligencia, fuerza física, aceptación, genero­
y social basada en su autoridad y liderazgo. Para que poda-
sidad, dependencia, autoridad, belleza, debilidad,
mos apreciarlo sería bueno que discutamos estos tres aspec-
adap­tabilidad, independencia, auto­nomía, super­
tos que nos hablan del patriarcado: en lo religioso, en lo
ficialidad, templanza, decencia, astucia, empren­
económico y en lo social.
dimiento, habilidad, dominio, sumisión, actividad,
abnegación, sacrificio, in­ con­formidad, intuición,
violencia.

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En lo religioso prestigio porque se le asociaba con la Madre tierra por su


capacidad de dar vida.
“A la mujer le dijo: Multiplicaré tus trabajos y miserias Luego surgió la agricultura y todo un modelo basado en
en tus preñeces; con dolor parirás los hijos y estarás la acumulación de riquezas y sentido de propiedad. En este
bajo la potestad de tu marido, y él te dominará”. periodo se empieza a asociar al hombre, “El Patriarca”, con
Génesis, Capítulo III, Versículo 16 ( 3.761 años A. de C.) la producción y a la mujer con la reproducción. Lo cual la
destinó al hogar y ser únicamente madre y esposa.

Sabías que...
La palabra familia viene de la palabra Famulus,
que quiere decir conjunto de bienes que pertenecen
al patriarca.

En lo social
Con anterioridad a la irrupción del patriarcado, la humani-
dad contaba con muchos dioses y diosas, en donde las diosas En el siguiente mapa mental, veamos cómo lo masculino
(Atenas, Afrodita, etc.) poseían múltiples funciones y gober- se relaciona con otras categorías duales, que suelen darnos
naban el mundo de manera equilibrada con los dioses. jerarquía social. Completemos:
La visión masculina del mundo se impuso en la historia y
se logró con mayor eficacia con la creación de un Dios único E l M a p a Me n t a l d e l Po d er e n l o s o c i a l
y dominante. Desde estos tiempos se pone en primer plano el Columna 1 Columna 2
poder y la prevalencia de la razón..., que, siguiendo nuestros Adultos
ejemplos de categorías duales o pares de opuestos, es un Blancos
atributo asignado mayormente a los varones. Hombres
Venezolanos
En lo económico
Ricos
En el patriarcado se considera a los hombres como los principa- Jefes
les en la consecución de lo necesario para sobrevivir y, por con- Cristianos
siguiente, deben tener el poder. Pero esto no siempre fue así: Profesionales
Durante un largo periodo, la humanidad fue recolecto- Gente de la ciudad
ra y tanto hombres como mujeres realizaban iguales tareas Heterosexuales
para poder sobrevivir. Era cuando la mujer poseía mucho
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Discutamos a cuál de las 2 columnas de nuestra Un espacio para de-tenernos…


tabla solemos asignarle mayor valor, jerarquía o A partir de la frase anterior, discutamos los roles
reconocimiento social. Detengámonos: ¿en cuál esperados de niñas y niños, justificándolos
de las 2 columnas se encuentra la mayor parte de con características atribuibles a su género. Deten­
los atributos que desearíamos tener o que tuviesen gámonos en instituciones como la familia, la es­
nuestros hijos e hijas? Y más, a las personalidades, cuela, la comunidad, la religión.
locales, nacionales o internacionales que conside­
¿A partir de qué momento los roles niña-niño co­
ramos comúnmente “poderosas”, ¿cuáles atributos
mienzan a distinguirse?, ¿bajo qué medidas ellas y
le asisten?, ¿columna 1 o 2?
ellos obedecen al rol que le asignan?

Al completar el Mapa Mental del Poder también debemos Cada una las instancias o agentes sociales reproduce un
emprender un diálogo comprensivo sobre cómo los siste- conjunto de convicciones y creencias, que construyen una
mas jerárquicos se naturalizan, es decir, que nos hacen especie de patrón mental de creencias que se solidifican en
creer que siempre han sido así por razones (tal vez religiosas, una matriz cultural u opinión generalizada.
tal vez naturales) que van más allá de nosotros y nosotras, Las caracterizaciones que hemos utilizado en el ejercicio
de la voluntad y de la cultura. En fin, que no podemos ha- anterior nos muestran cómo lo masculino y lo femenino se
cer nada para transformar ese sistema jerárquico. estructuran a partir de ideas sociales, que se van constru-
“Es normal que los hombres tengan varias mujeres”. yendo colectivamente a través del tiempo. Es decir, la ma-
nera en que nos comportamos y juzgamos a los y las demás
proviene de creencias y comportamientos que los sujetos y
b. Formas en que se reproduce el patriarcado sujetas aprendemos a través de la socialización.

El patriarcado se reproduce a través de las instituciones o


colectivos sociales, mediante procesos de socialización de
género que lo reproducen. Existe una cantidad innumera-
ble de prácticas que multiplican constantemente las formas Socialización  Son una serie interminable de procesos me-
“aceptadas”. Veamos: diante los cuales las personas tomamos los elementos socio-
culturales de nuestra sociedad y los integramos a nuestra iden-
“Las niñas deben estar en su casa porque son decentes, tidad o personalidad.
los niños en la calle porque tienen que aprender
  La mayoría de los procesos de socialización producen eti-
a ser independientes”. quetas, despectivas o no, para señalar si las personas nos he-
mos adaptado a las categorías establecidas como “normales”.
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Un paseo al cajón de los recuerdos… c. El feminismo


¿Qué mensajes en nuestra niñez nos reforzaban
El feminismo es un movimiento social surgido en Francia
este conjunto de ideas acerca de los roles femenino
hacia el año 1837 como respuesta a la cultura de domina-
y masculino?
ción masculina y la desigualdad de género presente durante
Ejem.: “¡Vaya y acompañe a su hermana, recuerde
muchísimas generaciones y ha tenido como principales ob-
que usted es el hombre” y “Levántese mija, y sírvale
jetivos:
el plato a su hermano”.
1. la modificación de las relaciones de poder entre hombres
El modelo patriarcal se establece con fuerza en nuestras
y mujeres,
sociedades gracias a un conjunto de ritos y ceremonias co-
tidianas. Ellas establecen prácticas con las que se busca que 2. el reconocimiento de las mujeres como aliadas en una
cada uno de nosotros y nosotras deje su niñez. En el caso de misma lucha, y
los varones, que el niño deje su inocencia y demuestre que es
un hombres fuerte y duro. 3. la autovaloración de las mujeres y la conciliación con su
Alcanzar este estatus de “hombre de verdad” necesita propia fuerza.
de un proceso, de unas pruebas a superar. Por ejemplo, un
De formas más concretas, las luchas feministas se orga-
rito que fue muy común, pero que aún se mantiene, es lle-
nizaron en torno a reivindicaciones como:
var al hijo que está entrando en la adolescencia a un burdel
para que se inicie sexualmente. Otro rito es que el hijo varón »» derecho al voto,
debe abandonar tempranamente la casa de los padres para
demostrar que ya es un adulto y autosuficiente. Otro es que se »» derecho a controlar su sexualidad y natalidad, por ejem-
celebre con mayor algarabía la noticia de un hijo varón. plo con las pastillas anticonceptivas y la despenalización
del aborto,
Un paseo al cajón de los recuerdos…
De nuestra niñez y adolescencia, ¿qué ritos recor­ »» derechos laborales,
damos?, ¿cuáles aún permanecen en nuestra socie­
dad o entorno? »» protección ante la violencia de la pareja.

Toda esta posibilidad de hablar del patriarcado y explorar Como vemos, es errada la creencia en que el feminis-
sus características, ha sido posible gracias a las luchas que mo postula que las mujeres son mejores que los hom-
han sostenido los movimientos feministas a nivel mundial. bres. Mientras que el machismo es la expresión de la des-
Por esa razón, daremos un espacio para nombrarlo y otor- valorización y desprecio hacia las mujeres y lo femenino, el
garle el reconocimiento que se merece. feminismo es la expresión de las luchas que, en forma per-
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manente, las mujeres han tenido y tienen que librar no sólo S E XO GÉNERO
contra el machismo sino contra el patriarcado mismo. Es Biológico / Natural Cultural / Aprendido
una lucha que deben librar en todos los campos por la con-
Por consiguiente: Por consiguiente:
quista de nuevos derechos y de nuevas ideas.
No puede cambiarse Puede cambiarse
Así como los movimientos de obreros y obreras han te-
Ejemplos: Ejemplos.
nido que forjarse un camino de lucha para la conquista de
sus derechos laborales; así como los movimientos indígenas a. Sólo los hombres pueden a. Mujeres y hombres pueden
han tenido que organizarse para la defensa de sus culturas fecundar trabajar de profesores/as,
obreros/as ingenieros/as
originarias; así como los pueblos no paran en la lucha por b. Sólo las mujeres pueden
más participación democrática, de esta misma forma los dar a luz b. Mujeres y hombres pueden
movimientos feministas luchan para conquistar dere- cuidar a los niños/as y
ancianos/as
chos, pero no sólo en lo laboral, ni en lo cultural ni en
lo político, sino también en lo académico, lo sexual, lo Sin embargo, debemos notar que el tema sobre la distin-
artístico, lo doméstico, etcétera. Todas son luchas que no ción de lo que es biológico y natural de lo que no lo es, des-
acaban, y que van abriendo caminos a otros modelos u otras pierta muchas inquietudes, por no decir pasiones.
posibilidades de relacionarse. Completemos el cuadro anterior. Reflexionemos y discu-
tamos qué otros atributos humanos forman parte de la na-
d. Perspectiva de género turaleza sexual de las personas y cuáles otros son el resulta-
Sistema sexo-género do de la cultura o de lo aprendido. ¿No hay más?, ¿sí los hay?

Para que comprendamos más ampliamente qué es el géne-


ro, es necesario que aclaremos inicialmente la diferencia
e. Roles de género y estereotipos
entre sexo y género, ya que solemos confundirlos. La sociedad va imponiéndonos tanto a hombres como a mu-
El sexo es el conjunto de características biológicas con jeres ciertas prácticas, vestuarios, acciones e, incluso, postu-
las que nacen los seres humanos y diferencian a hembras ras ante la vida para cada uno.
y a varones. Por su parte el género es la construcción social
resultado de la suma de valores, actitudes, prácticas o ca- “El color azul para los varones
racterísticas culturales basadas en el sexo y que atribuye a y el rosado para las niñas”.
los seres humanos comportamientos “masculinos” o “feme- Los roles de género se traducen en una conducta social
ninos”. Partiendo de esta aseveración, el sexo se refiere a individual, donde nuestras sociedades asignan papeles dife-
un hecho biológico, y el género a un hecho social y cul- renciados a hombres y mujeres. Según este enfoque, al rol
tural.
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de las mujeres corresponderían las responsabilidades de la


crianza, la educación, la atención y cuidado de los miembros
de la familia y organización y mantenimiento del hogar, ac-
tividades éstas que constituyen lo que se define como “traba-
jo reproductivo”. Por su parte, los varones tienen asignado
el “rol productivo”, papel central, para ellos, vinculado a la P a p e l o c o m p or t a m i e n t o s s o c i a l e s
actividad económica o actividad “productiva”, como “pro-
veedores” del núcleo familiar. En algunas sociedades se Mujeres Varones
valoriza únicamente el trabajo productivo por su rela- Se orienta más hacia lo
Se orienta a las personas
ción con la retribución monetaria, mientras el trabajo material
reproductivo no remunerado es visto como “natural” y Interés por la educación y el Interés por la aventura, la
por tanto es desvalorizado. cuidado de los demás diversión y el dinero
Este sistema sexo-género define un conjunto de atribu-
Comportamiento coopera-
tos y características que debemos cumplir para responder Comportamiento individual
tivo
al canon o imagen de un buen hombre y una buena mujer.
Mundo privado, del hogar y Mundo público, del trabajo
Es como si fuera una camisa o un traje que debemos utilizar
de los niños fuera del hogar
obligatoriamente si deseamos ser aceptados por los demás.
Dependencia económica Independencia económica
“El otro día lo vimos jugando juegos de niñitas”.
P a p e l o c o m p or t a m i e n t o s e m o c i o n a l e s
O te adaptas a tu género asignado ya desde la barriga
“Será un varoncito muy fuerte y juguetón”, o te arriesgas a los Mujeres Varones
señalamientos, ataques y malos tratos por no cumplir estos
Dependencia afectiva Independencia afectiva
mandatos.
Sumisión, inseguridad de sí Decisión, autosuficiencia y
Un espacio para de-tenernos… misma seguridad en sí mismo
Recordemos comentarios o señalamientos que Pasividad, tranquilidad Actividad, inquietud
recibimos en nuestra niñez o adolescencia y, muy
Sensibilidad, emotividad, Frialdad, estabilidad emo-
importante, ¿cuáles seguimos reproduciendo en la
inestabilidad emocional cional
crianza de nuestros hijos, hijas, nietos, nietas, veci­
nitos y vecinitas?, ¿por qué los encontramos
necesarios?
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f. Lo masculino, emblema de lo poderoso se comporta como macho es aquel que sabe defender su hon-
ra y la de las mujeres de su familia.
Conquistar la masculinidad implica ser reconocido como
hombre por los miembros del colectivo y se construye en la “Me pueden ofender de cualquier manera pero nadie
relación entre los hombres y en contra de lo femenino. Lo puede dudar de la reputación y pureza de mi madre”.
masculino es una especie de proyecto que debe lograr el
niño o el adolescente, y que siendo adulto debe mantener Un espacio para de-tenernos…
y defender constantemente. Paradójicamente, lo femenino ¿En qué situaciones te han tildado o llamado “ma­
no se cuestiona y operamos como si la feminidad fuera chista”?, o… ¿en cuáles situaciones has tildado a al­
natural. En este orden, algunos estudiosos de las masculi- guien de machista?
nidades señalan que la mujer es, mientras que el hombre ha ¿Qué es para ti que te respeten?, ¿alguna vez te han
de hacerse. faltado el respeto? Y… ¿cómo respondiste?
Este gran proyecto de “hacerse hombre”, opera mediante ¿Qué atributos y actitudes debemos tener, mujeres y
dos mecanismos: hombres, para merecer el respeto de los y las demás?

»» el hiperdesarrollo del Yo, que consiste en hacer, lograr y Entonces…


actuar, y El hablar de masculinidad nos permite reconocer las
marcas simbólicas de género, las que se han instalado como
»» la represión de la emociones. marco de referencia desde el cual se articulan modos y for-
“Nadie se tiene que preocupar por mí, yo soy
el que lo tengo que resolver. Es mi propio problema”.

La virilidad se sustenta en un principio fundamental: Sabías que...  La cultura del honor y el respeto se remon-
“Nada con asuntos de mujeres”, por lo que el hombre debe ta a épocas en donde no existía un sistema judicial o de po-
mantener una actitud y una posición de imposición física y psi- licía y que, para sobrevivir, los hombres creían fielmente que
cológica todo el tiempo. En este orden, Zubillaga (2003), señala ellos mismos tenían que defender sus intereses. En ese con-
que el hombre joven caraqueño de barrio, se inscribe en una texto, era necesario que los hombres fuesen vistos por los
dinámica de virilidad competitiva que se expresa en pruebas de otros como sujetos con quien “nadie puede meterse”.
valor y temeridad entre hombres que muchas veces se resuel- (Julio González, 2009)

ven con armas de fuego para preservar el respeto.


La cultura de la honra y la cultura del respeto están pre-
sente en Latinoamérica bajo la forma del machismo. Quien
26 | masculinidad hegemónica y seguridad ciudadana | | el patriarcado | 27

mas de tramitar la masculinidad que determinan un con- las alas frágiles. Si lo aprietas lo suficiente como para impedir que
junto de actitudes, valores y conductas consideradas aptas escape, lo lastimarás, hasta puedes llegar a matarlo.
para los varones. En este marco surgen los significados en
—¡Pero si abro la mano se volará! –exclamó el chico.
relación con este fondo de sentido en donde los hombres son
compelidos a concebirse como superiores. —Tal vez –respondió el padre–. Por otra parte, si vuela, tal vez re-
grese algún día. Pero si por tu temor a perderlo lo dejas inválido
o lo matas, lo perderás con toda seguridad. La única forma en
que puedes retener a un ser silvestre y libre es con la mano
A t err i z a n d o l o a p re n d i d o …
abierta.
Actividad 1
Aprender a abrir la mano De manera que el niño abrió la mano y por supuesto, el gorrión
salió volando de inmediato. Con tristeza lo observó alejarse, y lue-
Había una vez un niño que encontró un gorrión con un ala rota
go padre e hijo volvieron a entrar a la casa.
en el bosque próximo a su casa. Llevó el gorrión adentro, le hizo
Durante todo el día el niño sintió una soledad tremenda. Pero por
una jaula de palitos y con toda paciencia lo cuidó y lo curó.
la mañana siguiente despertó con el sonido familiar de un gorjeo
En poco tiempo el niño le tomó cariño y comenzó a pensar en él
y vio a un gorrioncito posado en una rama fuera de la ventana. El
como “suyo”.
niño no sabía si era su gorrión o no, pero cuando bajó a desayunar
Al cabo de más o menos un mes el ala del ave estaba curada. Pron- se dio cuenta de que su sensación de soledad había desaparecido.
to empezó a tratar de escapar de la jaula, aleteando con fuerza y
abalanzándose sobre los barrotes. Al verlo, el padre del niño le Ve a mos…
dijo:

—Hijo, tendrás que dejarlo ir. Es un animalito silvestre y jamás po-


¿Qué elementos de esta lectura relacionamos con
el modelo patriarcal?
dría ser feliz en una jaula. Si lo conservas, lo único que sucederá es
¿Cómo es posible que en el nombre del amor se im­
que se lastimará y tratará de lastimarte.
pida el libre desarrollo de otro ser?
Llevaron la jaula al exterior y con suavidad el chico sacó al gorrión.
Presintiendo la libertad, el ave extendió las alas e intentó volar.
Impulsivamente el niño cerró la mano, súbitamente temeroso de
perder a su mascota para siempre. El pájaro chilló y aleteó.

—Hijo –dijo el padre con voz queda–, abre tu mano. Sé que lo


amas, pero mira cómo lucha. En un instante se le pueden romper
28 | masculinidad hegemónica y seguridad ciudadana | | el patriarcado | 29

Actividad 2
Sobre el poder y sistema jerárquico

LA PI R Á MID E S O CIAL

Pensemos acerca de una organización o institución, o varias en las


que hayamos participado. Por ejemplo un lugar de trabajo, grupo
religioso, un club social, una escuela, un club deportivo. Podemos 3
también pensar en instituciones en las que no hayamos participado La condición masculina
pero que conocemos, como la Iglesia, los bomberos, el parlamento,
un banco, colegios profesionales, fuerzas armadas, etc.

“Lo hegemónico establece ciertas


A continuación cada uno de nosotras y nosotros mantenga­
direcciones de cómo debe ser y lo que se
mos en nuestras mentes una o dos de estas instituciones o gru­
pos y reflexionemos a partir de las siguientes preguntas: espera de los hombres en un contexto
¿Quiénes están en la parte más alta de las pirámides que hici­ social determinado”.
mos?
¿Cómo llegaron ahí?, ¿porque son talentosos y talentosas, por­
Un espacio para de-tenernos…
que son quienes trabajan más duro, o por qué?
¿Qué es ser hombre y cómo debe ser un hombre?
¿Quiénes están inmediatamente por debajo de ellos o ellas?
¿Podemos hablar de un “hombre de verdad”, de
¿Quiénes están en la parte más baja y en la mitad?
una manera de ser hombre y actuar como tal?

a. Un Hombre de Verdad

E l ser hombre al parecer se mide por la magnitud de sus


retos y los retos nos muestran diariamente que tenemos
que estar siempre en la acción respondiendo y cumpliendo.

29
30 | masculinidad hegemónica y seguridad ciudadana | | la condición masculina | 31

“Tener los pantalones bien puestos”. Otro antecedente en que se desenvuelve la masculinidad
es la construcción de la identidad con la exigencia de vencer
Esta trayectoria que es la vida, en la que vamos creciendo
y sobreponerse a las adversidades y, como tal, se mide por el
y nos vamos desarrollando, implica el construirnos en hom-
poder, el éxito, la riqueza y la posición social. En este ámbito
bres y, en este acto, el ir descubriendo el conjunto de exi-
se relaciona al hombre como aquel que es responsable, segu-
gencias y mandatos que se instalan o se nos presentan
ro de sí mismo, un buen proveedor, que sabe lo que quiere y
y que trazan los desafíos que nos sitúan en una constante
lo que desea, que no duda y va directo y sin rodeos.
lucha, en una constante demostración de que estamos a la
altura de los desafíos. “Yo soy así y siempre he sido así”.

“Quién llega más lejos”. Este orden de cosas es tan firme que no se cuestiona y se
“Quién lo tiene más grande”. conforma en un complejo sistema de condiciones, situacio-
“Quién aguanta más”. nes y circunstancias siempre dadas y sobrentendidas como
algo tan natural que no exige siquiera que se piense en ellas.
Se nos ha dicho como hombres que debemos ser fuertes,
Maneras de comportarse que no son biológicas, más bien
valientes, saber aguantar y siempre responder ante los de-
responde a un sistema de crianza de educación y socializa-
safíos, sabiendo demostrar que resolvemos los problemas y
ción que se basa en un mismo modelo que llamaremos:
tenemos el control en todos los ámbitos de la vida.

“¡Ay! Parece una mujercita”. b. Masculinidad hegemónica


“Hombre que se respeta…”.
Podemos explicar la masculinidad hegemónica como el
Un paseo al cajón de los recuerdos… conjunto de enseñanzas y creencias que se expresan en exi-
gencias y mandatos de cómo se debe pensar y actuar como
¿Qué experiencias o vivencias recordamos?, ¿en
dónde nos hicieron estas exigencias?
hombres.

Actualmente, ¿lo exigimos? Un hombre debe ser:

Como podemos apreciar, pareciera que en nuestra mane-


ra de ser hombre se nos presenta un molde común de cómo
se debe actuar y que nos coloca en un campo infértil, en
tanto nos limita las posibilidades de relacionarnos con los
demás y de comportarnos como personas, posicionando En este sentido, lo hegemónico establece ciertas direc-
una noción esencialista, rígida y natural de la mascu- ciones de cómo debe ser y lo que se espera de los hombres
linidad. en un contexto social determinado.
32 | masculinidad hegemónica y seguridad ciudadana | | la condición masculina | 33

“Un hombre no se deja humillar”. la experiencia y tramitar los diversos sentimientos. Un pun-
“Usted no se deja pegar”. to a considerar es que se presenta una censura social que
“Ojo por ojo, diente por diente”. cataloga la rabia como emoción “negativa” que nos lleva
a desarrollar un control sobre esta vivencia, situación que
Estos atributos nos muestran una masculinidad que gira
lleva a que las rabias se acumulen en el cuerpo como una
sobre la capacidad del hombre para ejercer poder y control,
especie de olla a presión donde vamos depositando nuestras
dicha posición nos permite imponer nuestra voluntad y do-
molestias. Este mecanismo aleja de nuestra conciencia la
minar sobre las demás personas.
posibilidad de entender la rabia, de entender lo que la origi-
Otro elemento que también se desprende de las enseñan-
na y de, luego, poder expresarla sin conflicto.
zas que hemos recibido de la masculinidad hegemónica es
Es necesario aclarar que la rabia no es necesariamen-
que como hombres no debemos expresar nuestros senti-
te violencia, pero la violencia casi siempre lleva en sí la
mientos, sobre todo si son de tristeza, dolor o vulnerabilidad.
rabia y la ira, no siendo su causa o justificación. Es impor-
Éstos deben estar bajo control.
tante distinguir que la rabia o la ira son una emoción o senti-
“De nada sirve quejarse, hay que saber resolver” miento, y que la violencia es una acción.
Como podemos observar, cada uno de nosotros apren-
Un espacio para de-tenernos… de que para mantenerse en control debe guardar distancia
¿Cuándo fue la última vez que compartiste algu­ con su entorno, es decir con su mujer, con sus hijos e hijas.
nos de tus sentimientos con otra persona? Así también, el trato con los amigos que no debe exponerle
¿En los últimos días cuáles han sido los sentimien­ y mostrar los sentimientos que lo puedan asociarlo con la
tos más recurrentes o comunes? debilidad, sino más bien destacar su potencia y fuerza. La
La tristeza ( )   El miedo ( )  La alegría ( )  audacia, las conductas temerarias y las hazañas serán sus
La rabia ( )  El dolor ( )  El amor ( ) expresiones.
La masculinidad hegemónica se maneja con la creen-
Hemos sido educados para negar nuestras emociones, cia de que expresar nuestros sentimientos nos hace vul-
porque se asocian con debilidad y falta de hombría, así nues- nerables a los demás. Por ello ese lugar tan común al que
tros esfuerzos y energía están dirigidos a tragarnos nuestros recurrimos los hombres del “No pasa nada”, y que se expresa
sentimientos y a actuar como si no los tuviéramos. también en el silencio masculino, muchas veces relacionado
como una forma de control. Con “No pasa nada” también se
“Sí estoy bien, no pasa nada…”. revela en el no escuchamos a otras y otros, ni expresamos
En la expresión de los sentimientos pareciera ser que la aspectos problemáticos de nosotros mismo.
rabia es de los pocos canales o puertas para contactarse con
34 | masculinidad hegemónica y seguridad ciudadana | | la condición masculina | 35

Según varios autores que han estudiado las masculinida- La contradicción que nos encontramos en este encargo es
des señalan que ésta se conforma con base en tres manda- que a los hombres se nos coloca esta atribución de ser protec-
tos o encargos básicos que definen cómo debe ser un hom- tores y somos justamente nosotros los que nos enfrentamos
bre, a continuación revisaremos cada uno de ellos. y nos exponemos diariamente a mayor número de peligros.
Debemos proteger, pero muchas veces no somos capaces de
c. Los mandatos de la masculinidad protegernos ni cuidarnos a nosotros mismos, porque no so-
mos capaces de identificar los riesgos.
El hombre como proveedor
El hombre como autosuficiente
Esta imagen de lo masculino ha configurado históricamente
la noción de masculinidad centrada en el poder asociado con Desde pequeños se nos presenta este encargo de resolver las
la economía y la racionalidad. Y algunos hombres creen cosas utilizando nuestros medios y por lo tanto no depender
que por ser proveedores pasan a asumir directamente el rol de de nadie. Este encargo se aprecia con claridad en los super-
jefe del hogar. Las parejas deben hacer lo que ellos digan, sus héroes clásicos quienes combaten el crimen sin apoyo: Su-
hijos e hijas y cualquier otro u otra que viva bajo ese techo. perman, el Hombre Araña, Batman, etc.

“Mientras yo traiga la comida a la casa, “Vamos, levántate, tú puedes”.


acá se hace lo que yo diga”. “Un hombre que se vale, sabe resolver las dificultades”.
“Yo quiero un hombre que me represente”.
Podemos identificar la presión que se ejerce sobre las
El ser un buen hombre muchas veces se mide en la ca- masculinidades en donde al parecer el solicitar ayuda es vis-
pacidad de responder a las necesidades económicas y lograr to como una muestra de debilidad.
proveer materialmente de todo lo necesario a la familia, lo Estos mandatos establecen que para alcanzar la mas-
que trae el descuido de otras áreas importantes de la vida, culinidad tradicional o hegemónica debemos priorizar y
como el diálogo, el compartir, la instropección, entre otros. centrarnos en el hacer, en el lograr, en el tener, en la esfe-
ra pública. Y se postergan, niegan y rechazan mediante la
El hombre como protector
desvalorización de los afectos y necesidades más básicas de
Este mandato se posiciona como una obligación, el tener relación, nutrición emocional y cuidado.
que enfrentar los peligros y siempre actuar con valentía, por
lo mismo ante una situación de riesgo es un deber mantener d. Los privilegios de la masculinidad hegemónica
la calma y saber resolver.
Como hemos podido ver con los temas anteriores, la mascu-
“Tú eres el hombre de la casa, linidad se va construyendo a partir de un conjunto de creen-
así que cuida a tu hermanita”.
36 | masculinidad hegemónica y seguridad ciudadana | | la condición masculina | 37

cias y muchas de éstas se sostienen en que un hombre tiene »» ¡Nada con asuntos de mujeres! La masculinidad es el re-
derecho a ciertos privilegios simplemente por ser hombre. pudio a lo femenino.

“La presa más grande del pollo es para el papá”. »» ¡Sea el timón principal! La masculinidad se mide por el
Condición de privilegios que en la expresión de la mascu- poder, el éxito, la riqueza y la posición social. Esta con-
linidad tradicional se basa o sustenta como respuesta a su signa se resume en la necesidad de demostrar que uno es
rol de protector y proveedor, y en esta función o rol encon- importante.
tramos nuestra justificación para imponer nuestra visión y
»» ¡Sea fuerte como un roble! Consiste en mantener en cal-
nuestra voluntad sobre los asuntos del día a día. El hablar de
ma y controladas las emociones.
privilegios necesariamente refiere a identificar la presencia
de ciertos derechos sobre diferentes asuntos que poseen cier- »» ¡Mándelos al infierno! Actúe con agresividad, el macho
tas personas y otras no. Dicha dinámica la pudieron o pue- se arriesga.
den observar en la Actividad 2 de la pirámide social, donde
Como frecuentemente se presenta la duda y la sospecha
les invitamos a reflexionar sobre los sistemas jerárquicos.
sobre el nivel real de la masculinidad, en nuestras socieda-
des patriarcales existen los llamados “marcadores de viri-
e. La masculinidad en duda lidad”, que son como exámenes que las diferentes culturas
La masculinidad como tal siempre está en duda y, por tanto, establecen para medir a los hombres y dar la aprobación de
siempre se debe estar probando que no se ha perdido la hom- su virilidad.
bría y la virilidad. Tener varias mujeres.
“Estar a la altura de los desafíos”. Consumir alcohol en exceso.
Tener relaciones sexuales sin protección.
No basta el haber demostrado una vez la hombría, debe
demostrarse de manera continuada, una y otra vez median- Un espacio para de-tenernos…
te pruebas consecutivas. ¿Qué otras marcas de virilidad recuerdas?, ¿cuáles
son las más comunes en tu entorno? ¿Qué ocurre
“Si una mujer desea sexo,
cuando uno falla o no cumple con dicha prueba?
uno está obligado a responder”.
Asociado a los marcadores de virilidad, se presentan las
Este imaginario de “hombre de verdad”, se basa en el ma-
prohibiciones sociales específicas hacia los hombres en
chismo, en donde lo macho está en constante construcción,
su campo afectivo. Entre las frases de prohibición más co-
basado a cuatro consignas (Robert Brannon):
munes encontramos:
38 | masculinidad hegemónica y seguridad ciudadana | | la condición masculina | 39

“Los hombres no lloran”. 3. Tu pareja está preparando la cena, mientras tú...…


“Habla como un hombre”. “No seas marico”. ʭʭ Pones la mesa y le sugieres que cocinen entre los dos.
Entonces... Una de las características más relevantes de ʭʭ No le dices nada, piensas que estará mejor haciéndolo sola.
la masculinidad hegemónica es la necesidad de demostrar y ʭʭ Viendo televisión, le preguntas en qué puedes ayudarla.
ejercer poder sobre el entorno y las demás personas. Y en la
medida que sentimos que poseemos poder y somos capaces Ahora, discutamos:
de actuar con control sobre el entorno, ya sea nuestro traba- 1.  ¿En el seno de nuestros hogares, están distribuidas de forma
jo o un deporte, y sobre las demás personas, consideramos justa y equitativa las tareas domésticas?
que hemos alcanzado el modelo de masculinidad normativo 2.  ¿Este aspecto se habla en nuestras casas?, ¿se discute o se
y que desde muy temprana edad se nos ha presentado como negocia la distribución de estas tareas?
el adecuado. 3.  ¿Participamos los hombres (adultos, niños y adolescentes varones)
de forma igualitaria en el trabajo doméstico?
A t err i z a n d o l o a p re n d i d o … 4. ¿Nos sentimos menos hombres si atendemos a nuestros
Actividad 3 hijos(as) en todas sus necesidades cotidianas?
¿Qué tipo de hombre eres?

Actividad 4
Respondamos las siguientes situaciones domésticas:
El mundo de los hombres
1. Tu hija representa una obra de teatro que coincide con un partido
de beisbol. ¿Qué haces? Proponemos que, de manera individual o en grupo, imaginemos un
escenario o un ambiente de hombres, pueden ser:
ʭʭ Pactas con tu pareja que la acompañe ella a cambio de que
otro día se tome unas horas libres. 1. El estadio, 2. En el trabajo, 3. En un bar, y 4. En una rumba don-
de hay muchas mujeres.
ʭʭ Le pides que vaya ella, no quieres tener que decir que no a
tus amigos.
Y luego, contestemos:
ʭʭ Dejas de ir al juego de beisbol. Prefieres no decepcionar a tu hija. ¿Qué hacen los hombres en esos lugares?, ¿cómo se espera que se
2. Recientemente tu pareja ha dado a luz, ¿cómo colaboras? comporten?
ʭʭ Juegas con la criatura cuando llegas del trabajo, así ella tiene ¿De qué cosas hablan?
tiempo para la casa. ¿Cómo expresan sus sentimientos?
ʭʭ Te informas sobre los permisos de paternidad, quieres disfru- ¿Cómo se relacionan con las demás personas?
tar de la experiencia de ser padre. ¿Cuáles frases son típicas de los hombres en esos ambientes o esce­
ʭʭ Haces horas extras en el trabajo. Quieres que a partir de ahora narios?
ella se dedique al cuidado de la familia.
40 | masculinidad hegemónica y seguridad ciudadana | | masculinidad y seguridad ciudadana | 41

están organizadas a partir de estructuras que nos violentan


frecuentemente: trabajos enajenantes, tráfico y servicios co-
lapsados, publicidad devastadora, hartazgo la calle y en la
casa.
Si le preguntáramos a un grupo grande de personas reu-
nidas si les parece que exista la violencia, la mayoría diría
que no y expresaría su rechazo; pero, paradójicamente, a
veces pareciera imposible no reaccionar violentamente a
ciertas situaciones, sobre todo en el caso de los hombres. Por
ello es importante reflexionar cómo se nos prepara coti-
4 dianamente y desde un periodo temprano de nuestro
Masculinidad y seguridad crecimiento para la convivencia violenta.
ciudadana
¡Se nos regalan pistolas, tanques y aviones de guerra,
héroes violentos fantásticos, arcos y flechas!
“Si te golpean, no te puedes dejar joder”.
“Adaptarse a las exigencias de ciertos
modelos hegemónicos de ser hombre, se Retomemos: estamos ante una construcción de identidad
evidencian de manera dramática en las masculina que se reproduce en el contexto de la sociedad pa-
triarcal y que nos ofrece una masculinidad relacionada con
estadísticas de mortalidad”.
la autoridad, la dominación, el control de las emociones y la
seguridad. El resultado será correspondiente: hombres
Para continuar en esta ruta, preguntémonos:
agresivos, ambiciosos, recios, posesivos, fuertes, entre
muchos otros atributos que surgirán de la necesidad de
¿Quiénes son los que cometen la mayoría de los ac­
cumplir con determinados imperativos de la masculinidad.
tos violentos, las mujeres o los hombres?
Reflexionar sobre las masculinidades es una invitación
¿La violencia se justifica?, ¿cuándo se justifica?, ¿está
para comenzar a pensar cómo, en la sociedad venezolana,
bien actuar con violencia en algunas ocasiones?
ésta se encuentra subsumida en una secuencia de diversas

A l hablar de seguridad ciudadana necesariamente debe- problemáticas sociales, en que la violencia es una de sus
mos explorar el tema de la violencia urbana. Un pri- principales expresiones. En forma cotidiana, la podemos
mer acercamiento es reconocer su naturalización, ya que apreciar en las estadísticas de homicidios por violencia
la vemos como algo normal. Vivimos en sociedades que

40
42 | masculinidad hegemónica y seguridad ciudadana | | masculinidad y seguridad ciudadana | 43

armada, las muertes por accidentes de tránsito y los delitos »» la rivalidad,


por agresiones y maltratos.
»» la competencia frente a los pares, y
Sabías que... La Organización Paname-
»» la demostración de superioridad.
ricana de la Salud (OPS) menciona que en
todos los países los varones jóvenes son La rivalidad es un aspecto sustantivo de las masculi-
tanto los principales perpetradores como nidades y podemos identificar su presencia en diferentes
las principales víctimas de los homicidios. campos en los que nos desenvolvemos como hombres: en el
trabajo, en la comunidad, en los estudios, en los deportes,
a. Masculinidad y violencia debatiendo algún tema. Asumimos una postura defensiva y
nos comportamos de forma violenta para reafirmar nuestra
Los patrones masculinos y maneras singulares de ser hom- masculinidad, y demostrar a los demás y a uno mismo que
bre, están atravesados por los mandatos del modelo patriar- somos más que el otro. Si es necesario, para ello gritaremos,
cal. Son justamente estas exigencias lo que, al parece, ha intimidaremos, golpearemos y, en ocasiones, mataremos.
favorecido que se encarne la violencia urbana y, específica-
mente el homicidio, en el rostro masculino. “Tú crees que vas a venir aquí a mandar”.
Hay quienes dicen que los hombres actuamos así por “Aquí se hace lo que yo digo”.
razones biológicas, producto de la secreción de ciertas hor-
monas, y que por tal razón somos natural y biológicamente Un espacio para de-tenernos…
más agresivos y propensos a la violencia. Pero no hay in- Exploremos la definición de la violencia a través de la si­
vestigación seria que haya podido demostrarlo. guiente frase:
“Todo intento de imponer tu voluntad a otra persona es un
Un espacio para de-tenernos… acto de violencia”. Mahatma Gandhi
Discutamos: ¿el hecho de que a las mujeres se a. ¿Están de acuerdo con esta definición?
las críe enseñándoles a cuidar a otros a través del b. ¿Creen que imponer la voluntad es un acto de violencia?,
juego con las muñecas y a los hombres se les críe ¿por qué?
enseñándoles a competir con otros a través del jue­ c. ¿Qué formas de imponer la voluntad conocen? ¿En la so­
go con pistolas o balones, tendrá incidencia en la ciedad, en el mundo?
agresividad?
d. ¿Cómo estas formas restringen la libertad de las perso­
Hay varias condiciones o factores generadores que son nas?
explicativos de estas maneras de tramitar la masculinidad, e. ¿Para qué se intenta imponer la voluntad a otra persona?
cuyos efectos se expresan violentamente. Enumeramos acá
varios rasgos (Azaloa, 2001):
44 | masculinidad hegemónica y seguridad ciudadana | | masculinidad y seguridad ciudadana | 45

Las consecuencias de adaptarse a las exigencias de cier- Un paseo al cajón de los recuerdos…
tos modelos hegemónicos de ser hombre, se evidencian de Recordemos nuestras acciones más arriesgadas.
manera dramática en las estadísticas de mortalidad, en las ¿Qué nos motivó o motiva a hacerlas?
que se observa una gran entre los índices de mortalidad de Recorramos esta ruta reflexiva y pensemos estas
las mujeres y de los hombres. masculinidades, reflexionemos cómo hemos traza­
A partir de los 15 años es el periodo de edad que com- do el cómo debe y tiene que ser un hombre, quien
prende la conformación de la identidad en donde el sujeto al parecer en ocasiones…
hombre, se posiciona en el espacio público. De manera, que
se puede relacionar el periodo etario de posicionamiento en “La vida no vale nada”.
el espacio público con los rasgos, mandatos y marcas simbó-
Es importante aclarar que no es que para todos los hom-
licas de género referidos anteriormente.
bres la vida no vale nada, y no por ser hombre hay que ser
Ta b l a 1 violento; pero hay una asociación y una realidad que se evi-
Grupo Grupo de sexo dencia tanto en las crónicas policiales como en las calles, en
de edad Total Hombre Mujer los espacios en que se encuentran uno, dos o más hombres.
15-19 4.357 3.652 705 Allí se expresan variadas formas de violencia ejercidas hacia
20-24 6.274 5.510 764 sí mismo, hacia otros hombres y hacia las mujeres.
25-29 5.609 4.654 955
a. Hacia sí mismo
30-34 4.626 3.656 970
35-39 4.090 2.969 1.121 Como podemos apreciar en el gráfico 1, la diferencia de le-
40-44 4.527 3.094 1.433 sionados hombres producto de accidentes de tránsito es
45-49 5.543 3.609 1.934 significativa, en comparación con las cifras de la población
Fuente: Instituto Nacional de Estadística (INE).
femenina. Otro elemento llamativo es la edad en la que se
presentan la mayor cantidad de incidentes, que se concen-
Estas cifras reflejan la elevada presencia de defunciones tran entre los 11 a los 30 años de edad, periodo que podemos
entre los 15 a los 24 años, periodo vital en que los jóvenes considerar como aquel en que el hombre es más intrépido y
varones se ven impelidos a demostrar su virilidad mediante más ágil.
demostraciones de destrezas y prácticas arriesgados. Estas
Un espacio para de-tenernos…
situaciones sociales de muertes violentas, así como los acci-
¿Cuáles otras conductas de riesgo son propias de
dentes, suicidios y la prevalencia masculina en las cárceles
los hombres?
son descritas por Alba Carosio (2008) como los síntomas de
masculinidad, ya que “ser varón es un factor de riesgo”.
46 | masculinidad hegemónica y seguridad ciudadana | | masculinidad y seguridad ciudadana | 47

Luis Bonino, un autor español que ha trabajado el tema b. Hacia otros hombres
de las masculinidades, señala que los varones que se adhie-
Es sorprendente e impactante la cantidad de enfrentamien-
ren a los mandatos de la masculinidad hegemónica son más
tos que implican algún tipo de arma de fuego o arma blan-
susceptibles de llevar a cabo comportamientos aparen-
ca; es cuando el imponerse frente al otro, adquiere para no-
temente autodestructivos. Podríamos decir que son prácti-
sotros la condición de enemigo al que debemos vencer.
cas temerarias cuya función es reafirmarse frente al modelo
A continuación presentaremos dos tablas: una sobre las
tradicional de virilidad.
cifras de víctimas (Tabla 2) y otras sobre victimario/a (Ta-
“Curdo y todo, me pegué una hora y cuarenta bla 3). En estas tablas nos encontraremos con cifras que nos
y cinco minutos de regreso…”. mostrarán la prevalencia y el protagonismo masculino en
las prácticas violentas.
G rá f i c o 1 : E DAD Y G É N E R O
D E L O S ACCID E NTAD O S E N LA PA R R O Q U IA Un espacio para de-tenernos…
S U C R E E N E L A Ñ O 2010
Antes de explorar la presencia de este tipo de vio­
80 lencia, nos gustaría que nos preguntáramos:
74
Edad de los accidentados en
70 67 la Parroquia Sucre ¿Al escuchar la palabra víctima en quién pensa­
0 (masculina) mos?, ¿cuáles son sus características? (grupo social,
4
60 en
sexo, edad, estructura física, raza, personalidad,
0 7 Sucrede los accidentados en
Edad
50 46 )La Parroquia Suc re apariencia, etcétera).
43 (femenino)
0
40 en Muchas veces la condición de víctima la relacionamos
0 6 re
Polinómica (Edad de los
30 3 )
accidentados directamente con una función pasiva frente al problema; es
en la
24
0 22 Parroquia Sucre decir, una persona víctima de un acto de violencia se le aso-
20 (masculina))
los
0 11
13 cia, primeramente, con lo femenino y con sus característi-
4 8 8 la
Polinómica (Edad de los
10 2 Sucre
accidentados cas y cualidades. Esta idea o situación es la que nos im-
en La
0 0 0 )Parroquia Suc re pide muchas veces reconocer cómo los hombres estamos
0 3
1 (femenino))
los
0 0- 10 11 a 20 21 - 30 31 - 40 41 - 50 51 - 100
La
siendo las principales víctimas de la violencia y que, por
Edad de los accidentados en la Polinómica, de edad de los accidenta- re tal razón, estamos en una situación de mayor debilidad y de
)
parroquia Sucre (masculina) dos en la parroquia Sucre (masculina) riesgo. La concepción machista y patriarcal impide observar
Edad de los accidentados en la Polinómica, de edad de los accidenta- este fenómeno.
parroquia Sucre (femenina) dos en la parroquia Sucre (femenina)

Fuente: Instituto Nacional de Tránsito Terrestre.


48 | masculinidad hegemónica y seguridad ciudadana | | masculinidad y seguridad ciudadana | 49

En cambio, cuando hablamos de la función activa o de


T a b l a 2 : C i f r a s re s u m e n V i c t i m a
quien ejerce el acto violento, hablamos de victimario y tal
p or Se x o 2 0 0 9
condición no está sujeta a dudas de ningún tipo.
En la tabla 2 podemos observar, en consonancia con lo Sexo de la víctima
Delito
anterior, la alta incidencia de homicidios que afectan a los Total Masculino Femenino
hombres, en un margen mucho más amplio que la ocurren- Total 19.113 15.507 3.606
cia a las mujeres. El hombre es víctima del 81% de los ase- Homicidio % 100,00% 81,130 18,87%
sinatos, cifra que nos conduce a varias preguntas y que a CV % 0,00% 12,36 53,14%

la vez nos coloca en términos explícitos y evidentes ante el Total 5.005 522 4.493
Abuso
riesgo que implica ser hombre. Esta situación necesaria- % 100,00% 10,43% 89,57%
sexual
mente debemos integrarla a los contenidos que hemos CV % 0,00% 96,44% 11,23%

revisado en este material. Cifras que nos confirman cómo Fuente: Encuesta Nacional de Victimización
dicha masculinidad hegemónica y tradicional se sustenta y Percepción de Seguridad Ciudadana, 2009.

en una serie de mandatos y exigencias sociales que nos obli-


gan a actuar de determinada manera, en muchas ocasiones
asociada a la violencia.
T a b l a 3 : C i f r a s re s u m e n V i c t i m a R I O / R IA
Ahora podemos revisar otras cifras, que refieren a la con-
p or Se x o 2 0 0 9
dición de victimarios/as.
La violencia contra otros hombres se evidencia con mu- Sexo victimario
Delito
cha claridad en las cifras presentadas en el estudio de vic- Total Masc. Fem. yHombres No sabe
mujeres no resp.
timización del Instituto Nacional de Estadística (2009), los Total 19.113 14.921 706 3.420
asesinatos son cometidos por los hombres en un 80%. Homicidio % 100,00% 79,07% 0,66% 3,69% 17,69%
CV % 0,00% 9,12% 0,35% 94,19% 36,35%
c. Hacia la mujer Total 5.005 5.005
Abuso % 100,00% 100,0%
sexual
Detrás del asesinato de una mujer hay una larga historia de CV % 0,00% 0,00%
violencia acumulada y desatendida. También hay una es-
Fuente: Encuesta Nacional de Victimización
tructura de valores y prácticas que sustenta muchos de es- y Percepción de Seguridad Ciudadana, 2009.
tos asesinatos, a los que proponemos llamar femicidios,
y no, como es más común: “crímenes pasionales”. Lla-
marlos femicidio es un acto político y de compromiso en la
denuncia e impugnación de los valores que contiene el mo-
50 | masculinidad hegemónica y seguridad ciudadana | | masculinidad y seguridad ciudadana | 51

delo patriarcal y es subrayar que se trata de crímenes realiza- Un espacio para de-tenernos…
dos en función del género de la víctima, y no, como lo su- ¿Cómo explicamos los actos de violencia contra
giere la expresión “crímenes pasionales”, que fue realizado en la(s) mujeres?
función del afecto que unía al victimario con la víctima. Al conocer actos de violencia de un hombre contra
Reconozcamos, también, que ante otras situaciones de vio- su pareja, ¿hemos intervenido?, ¿por qué?
lencia contra la mujer, solemos pensar o expresar cosas como
“Ella como que es masoquista,...”, “A ella le gusta que la mal- En nuestro país, la violencia hacia las mujeres se evi-
traten”; “Ella seguro hizo algo…”, “Es que esa mujer tiene loco dencia en las 108.200 denuncias realizadas por mujeres du-
a ese hombre”. Detengámonos en cada una de estas expresio- rante los meses de junio 2008 a diciembre de 2010, cifras
nes, que nos son muy familiares, y veamos que todas tienden proporcionadas por la magistrada Yolanda Jaimes en el año
a quitarle el carácter de víctima a la mujer. 2011. Si revisamos las cifras contenidas en la tabla 2, vere-
mos que en los casos de violencia sexual, los hombres son
los principales victimarios y las mujeres son las principales
víctimas con un 89,57% de los casos.
La violencia contra las mujeres, según el artículo 14 de
la Ley Orgánica Sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida
Femicidio  “¿De qué hablamos cuando nombramos la pa-
Libre de Violencia (LOSDMVLV), “...comprende todo acto
labra femicidio? Hablamos de un fenómeno invisibilizado du-
sexista o conducta inadecuada que tenga o pueda tener
rante milenios, de un hecho normalizado desde los inicios de
como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual, psi-
la sociedad humana global. El asesinato de las mujeres por
cológico, emocional, laboral, económico o patrimonial; la
el hecho de ser mujeres cometido por hombres  –la defini-
coacción o la privación arbitraria de la libertad, así como la
ción más básica y que debería aparecer en los diccionarios– es
amenaza de ejecutar tales actos, tanto si se producen en el
tan difícil de comprender y de asimilarse socialmente que nos
ámbito público como en el privado”.
vemos en la necesidad fáctica de situarlo en el centro mismo
En la LOSDMVLV, marco jurídico que junto a la Cons-
de la barbarie. Una barbarie que no distingue entre países del
titución establece legalmente los derechos de la mujer y la
norte o países del sur, ni clases sociales, ni origen étnico. Una
protegen de la violencia, se describen 19 tipos de violencia
barbarie, cuyo impacto planetario se manifiesta con sus parti-
y se tipifican como delitos, dándoles también carácter legal
cularidades en cada sociedad y que aún hoy, en ciertos contex-
para así contribuir a evitar la impunidad que siempre había
tos,  intenta ser silenciada y desmantelada por el discurso
existido en el tema.
dominante: patriarcal, androcéntrico y misógino.”
  Las formas en que se expresa la violencia hacia
Graciela Atencio, Feminicidio.net la mujer son múltiples y los medios a partir de los
52 | masculinidad hegemónica y seguridad ciudadana | | masculinidad y seguridad ciudadana | 53

cuales se ejerce dicha violencia son también di- La violencia de género se sostiene sobre el eje poder y con-
versos, pero debido a cierto reduccionismo en su trol, de manera que el hombre utilizará cada uno de estos
abordaje, se condensa la atención al fenómeno en recursos para mantener indemne su condición de privilegio
los efectos de la violencia y en tal sentido la mirada
masculino, por lo que utilizará las siguientes tácticas con el
se desplaza a lo evidente, al cuerpo sangrante o
el rostro morado (que es un tipo de violencia que
objetivo de imponer su voluntad por sobre los deseos e inten-
corresponde a la física), o ciertas prácticas de vio- ciones de su pareja.
lencia psicológicas. Pero se siguen manteniendo
ocultos otros medios de ejercer violencia, tales
como el sarcasmo, la ironía, las descalificaciones
indirectas, la seudo-preocupación.

Máximo, El País, 19 de febrero de 2006.

“¿Dónde estabas que no contestabas el teléfono?,


¿no ves que me preocupo por ti?”.
“Mira lo mal que se porta el niño, y tú saliendo
a chismear con tus amigas”.
54 | masculinidad hegemónica y seguridad ciudadana | | masculinidad y seguridad ciudadana | 55

A t err i z a n d o l o a p re n d i d o … lo cometió a los 15 años. Nos cuenta que estaba en el colegio y que
Actividad 4 a los 13 años él no estaba pendiente de pelear pero fue tanta la pre-
El costo de vivir la masculinidad sión y el acoso que agarró una tijera y se la enterró a uno de los que
lo molestaban. Después de ese día se ganó el respeto del liceo, pero
Revisemos las siguientes historias:
hasta que a los 15 años un contrincante lo venció y lo humilló frente
al resto. Él no se iba a deja humillar. Al día siguiente entró al liceo con
ʭʭ Manuel
una pistola que le prestó un primo y descargó tres disparos, luego no
Manuel es un hombre de 56 años, conductor de autobús urbano.
volvió más al liceo.
Trabaja desde hace 20 años haciendo una jornada de 7 de la mañana
a 9 de la noche todos los días; un domingo por medio descansa. Su
familia son su pareja, 3 hijos y 2 hijas y él quiere que su familia no pase Un espacio para de-tenernos…
trabajo. Puede compartir con su familia sólo los domingos pero está Analicemos estas historias y luego realicemos una
tan cansado que prefiere reunirse con algunos vecinos en la puerta pequeña representación de cada una de ellas. Dis­
de su casa a tomar cerveza y jugar dominó. Hace un año le subió la cutamos:
tensión y tuvo que disminuir las jornadas de trabajo. Ahora llega a ¿Cuáles son los costos de vivir así la masculinidad?
su casa mucho más temprano, pero desde entonces está teniendo
muchos problemas con todos sus hijos e hijas, él les exige e intenta
poner ciertas reglas y ellos y ellas están respondiendo con rebeldía.
Hace una semana uno de sus hijos estuvo a punto de golpearlo, pero
la madre se interpuso y la situación no terminó en tragedia. Manuel ¿ Qué podemos hacer para cambiar los modelos
de masculinidad hegemónica en nuestras vidas
culpa a su mujer por el mal comportamiento de sus hijos e hijas. que nos conducen a la violencia y la reproducen?
ʭʭ Jorge Discutamos este folleto con amigos, parejas, en
Jorge es un hombre de 35 años, casado desde hace 4 años con Silvia. los espacios comunitarios y pensemos en co­
Es banquero. Es muy celoso. La llama por teléfono hasta 10 veces al lectivo alternativas que nos ayuden a construir­
día, le impide que salga con amigas y que visite a su madre. Espera nos como hombres de una manera distinta:
tener sexo con ella todos los días, hasta dos veces al día, pero si ella se so l ida ria , p a c í f ica e ig ua l ita ria .
niega él se enoja mucho. Hace dos semanas cometió agresión contra
ella (le fracturó algunas costillas y la cortó con un cuchillo). Ahora está
encarcelado y tiene una orden judicial que le impide acercarse física-
mente a ella. (Extraído de manual Hombres trabajando con hombres,
2007).
ʭʭ Carlos
Carlos es un hombre de 28 años. Se encuentra detenido en Yare des-
de hace cuatro años. Fue detenido por robo armado. Su primer delito
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El asumir una exploración crítica y reflexiva sobre estas


formas de tramitar la masculinidad es una apuesta por la
transformación que necesariamente pasa por que cada uno
de nosotros sea consiente de como transitar por lógicas dis-
tintas. Para ello es necesario que comprendamos nuestra
forma de agenciar la masculinidad e iniciar este transitar
por nuevas trayectorias que sólo será posible en la medida
en que nos abramos a preguntarnos:

¿Cómo he vivido mi masculinidad?

5 ¿Cuáles han sido los encargos de la masculinidad?

Nuevas masculinidades ¿Cómo manejo el poder?

¿Cuáles son las expectativas y desafíos que debo cum-


plir como hombre?
Se requiere que asumamos una
transformación colectiva de los ¿Cuáles han sido las consecuencias negativas y positi-
vas que ha significado para ti y para tú entorno?
patrones y lógicas de entender y
entendernos como hombres para abrir ¿Cuándo me comporto de forma machista?
paso a otras prácticas, comportamientos y
¿Cómo me criaron?
formas de relaciones.
Esta transformación al parecer requiere que cada uno
efectúe un trabajo individual casi de introspección, identi-

L as páginas que hemos revisado con anterioridad son una


hoja de ruta para revisar desde una mirada reflexiva las
lógicas sociales patriarcales y, a partir de ellas, iniciar nues-
fique estas maneras de ejercer y vivir la masculinidad y co-
mience a incluir elementos nuevos. Pero no basta tan sólo
con esta acción, ya que requiere que asumamos una trans-
tra ruta personal en que indagamos y exploramos cuánto de
formación colectiva de los patrones y lógicas de entender y
todo esto aún permanece en nuestras maneras de relacio-
entendernos como hombres para abrir paso a permitir otras
narnos con nosotros mismos, con los otros hombres y con
prácticas, comportamientos, formas de relaciones.
las mujeres.

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No condenar: ¿Por dónde es que podemos transitar?, con seguridad de


que no estamos repitiendo los patrones machistas es incor-
» Al hombre que muestra debilidad porando en nuestra mirada y en nuestro proceder ético la
» Al hombre que realiza labores del hogar equidad e igualdad de género. El iniciar una trayectoria por
» Al hombre que no necesariamente tiene la equidad significa que hombres y mujeres acceden con jus-
todas las respuestas ticia e igualdad al uso, control y beneficio de los bienes y ser-
» Al hombre que tiene miedo vicios de la sociedad.
Y actuar incluyendo la igualdad pero con la claridad de
» Al hombre que necesita de los otros
que el concepto de igualdad no es lo contrario de diferen-
» Al hombre que se entristece
cia, sino que lo contrario a la igualdad es la desigualdad, la
» A tantos hombres que creen en la igualdad entre hombres y mujeres se refiere a la equivalen-
equidad cia de derechos, no que seamos idénticos e idénticas.

Nuestra invitación es a construir juntos un hombre


nuevo, ¿hacia dónde? No lo sabemos y no lo podemos exi-
gir ni colocar como una acción forzada, pero sí podemos
decir con claridad y convicción :
. . .

YA BASTA:
C omo han podido apreciar durante todo este trayecto re-
flexivo que ha posibilitado este material, es que las ma-
neras como se expresan muchas masculinidades es debido
»» De repetir las lógicas hegemónicas masculinas machis-
tas que nos impone el orden patriarcal. a un proceso aprendido y no responde a factores biológicos
y heredados. Por lo mismo, la gran apuesta y la esperanza
»» De imponer nuestra voluntad por sobre los otros y otras. es que cada hombre, consciente de sus prácticas machistas,
puede desaprender y re-aprender para con-formar una
»» De no renunciar a los privilegios del poder.
nueva masculinidad, ya no basada en los patrones rígidos
»» De tener que demostrar la virilidad. que nos imponían las lógicas patriarcales.
Para cerrar, los invitamos a reflexionar sobre un sin-
»» Y de tantas otras maneras de ejercer la masculinidad que número de derechos que sería bueno que los incluyéramos
dañan nuestro entorno, a nuestros cercanos y uno mismo. como posibilidad y que la cultura patriarcal nos ha negado
(Álvaro Campos, 2007):
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Ámbitos para nuevas masculinidades


»» Tengo derecho a sentir y pensar diferente a lo que la ma-
yoría de hombres piensan y sienten, sin que por eso me
deba sentir “poco hombre”.

Una nueva »» A dejar de creer únicamente en la razón, y creer en los


Que cultive la capacidad de diálogo, compren-
masculinidad sentimientos que tengo.
sión del otro y otra, aceptación de los espacios
en las
autónomos y que prescinda del control como »» Admitir las propias limitaciones y dejar de pensar que lo
relaciones de
forma de establecer la relación.
pareja debemos saber y hacer todo.

Implica ver y situarse en el hogar donde lo »» Admitir que puedo experimentar dolor físico y emocional.
Una nueva asumamos como algo compartido, que es muy
masculinidad distinto a ayudar, ya que compartir las tareas »» Reconocer que puedo tener miedo y compartirlo con al-
en el hogar implica reconocer que la responsabilidad no es guien más.
sólo de la mujer.
»» A pedir ayuda, sin temor o vergüenza.
Hoy en día se puede ver cada vez más a hom-
bres cargando a sus hijos y asumiendo tareas »» A no guardar los asuntos y problemas que tengo.
como llevarlos al médico o asistiendo a las
Nuevas reuniones en el liceo o escuela. »» Puedo contar lo que me pasa y puedo ser escuchado.
paternidades:   Proponemos el ejercicio de la paternidad no
más calidad en se reduzca tan solo a un asunto de responsabi- »» Escuchar a otro/a sin tener que darle las soluciones a sus
la relación lidad económica y de imponer o ejercer la dis- problemas.
ciplina. Creemos en paternidades más afectivas
y que apoye en la construcción de hombres »» Reconocerme como soy, desde conocer mi cuerpo hasta
menos machistas. saber qué me gusta y qué no me gusta de mi forma de ser.
La realidad en las comunidades nos muestra »» Poder expresar lo que me disgusta sin enojarme.
el amplio protagonismo de las mujeres en la
Nuevas
organización y en la participación de accio- »» Manejar los impulsos y no actuar de forma violenta.
masculinidades
nes y actividades comunitarias, apreciándose
en la
comúnmente una ausencia de los hombres en »» Participar en los procesos de construcción de la equidad
comunidad,
dichas iniciativas. de género.
en las
  Que se incorpore en las acciones comuni-
organizaciones
tarias promoviendo relaciones de igualdad y »» A luchar contra todas las formas de violencia y discrimi-
equidad entre los géneros. nación contra las mujeres, niños, niñas, personas adoles-
centes y otros hombres.
Bibliografía

Azaola, Elena y Cristina José Yacamán (2001). El delito de ser


mujer. México: Plaza y Valdés, Centro de Investigaciones
y Estudios Superiores en Antropología Social. 2ª ed.
Campos, Álvaro (2007). Así aprendemos a ser hombres. Saba-
nilla, San José de Costa Rica.
Kimmel, M. S. (1997). “Homofobia, temor, vergüenza y si-
lencio en la identidad masculina”. En T. Valdés & J. Olava-
rría. (eds.). Masculinidad/es. Poder y crisis. Santiago, Chile:
Ediciones de las Mujeres, núm. 24, Isis Internacional/
FLACSO.
Pujal i Llombart, Margot (1991). Poder, saber, naturaleza: la trian-
gulación masculina de la mujer. Análisis psicosocial de una in-
vención. Tesis Doctoral. Universitat Autònoma de Barcelona.
Zubillaga, Verónica. (2003). “Un testimonio reflexivo sobre
la experiencia de construir historias de vida con jóvenes
de vida violenta”, Revista Mexicana de Sociología, núm. 2,
abril-junio, 2003, México.

Referencias electrónicas
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bre es no ser una mujer”. http://av.celarg.org.ve/Reco-
mendaciones/AlbaCarosio.htm
I.N.E. (2010). “Estadísticas vitales, mortalidad”. http://www. Esta edición de Masculinidad hegemónica y seguridad ciudadana,
se terminó de imprimir en los talleres de la Imprenta
ine.gov.ve/registrosvitales/mortalidad/DRGEYSexo.htm de la Universidad Nacional Experimental de la Seguridad (UNES),
el mes de julio de dos mil doce,
Declaración de Yolanda Jaime: http://www.ultimasnoticias. y consta de dos mil ejemplares.
com.ve/Noticias/Van-108-mil-22-quejas-de-violencia-
contra-la-mujer.aspx

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