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UNIVERSIDAD POPULAR DE LA CHONTALPA

LÓPEZ VIDAL, SANDRA I. “LA ESENCIA DE ENSEÑAR FILOSOFÍA EN LAS AULAS DE CLASES:
“Universidad del pueblo y para el pueblo”
APREHENDIENDO DE UN BUEN MAESTRO”

Articulo de Divulgación Científica


“LA ESENCIA DE ENSEÑAR FILOSOFÍA EN
LAS AULAS DE CLASES: APREHENDIENDO
DE UN BUEN MAESTRO”

Elaborado por:
Sandra Ivonne López Vidal

Asesor Catedrático:
M. en Psp. Euler Ferrer Cordova

Materia:
Filosofía de la Educación

Nivel:
Maestría en Educación con Orientación en
Docencia

Cárdenas, Tab., a 03 de Octubre de 2014


LA ESENCIA DE ENSEÑAR FILOSOFÍA EN LAS AULAS DE
CLASES: APREHENDIENDO DE UN BUEN MAESTRO

Sandra Ivonne López Vidal


Est. Maestría en Educación con Orientación en Docencia
Universidad Popular de la Chontalpa (UPCH)

Resumen:
El presente artículo tiene como finalidad destacar algunos aspectos
importantes acerca de ¿Por qué la filosofía debe ser enseñada y aprehendida
desde las aulas de clases?, esto haciendo énfasis en el nivel Medio Superior
donde según el plan de estudios se hace presente el primer acercamiento a la
filosofía; además de señalar quién debe instruir a los educandos en esta
asignatura y cómo debe enseñar el maestro para que el alumno realmente
aprehenda. Para esto, se realizó una investigación de corte cualitativa en
diferentes fuentes de información con el fin de desarrollar una metodología de tipo
ensayo filosófico en el presente escrito, donde defenderé lo elemental que es
enseñar la filosofía a nuestros jóvenes.

Palabras claves: Filosofía antigua, filosofía educativa, pensamiento crítico,


reflexión. humanismo, curiosidad, enseñanza filosófica, filosofía del docente.

Abstract:
This article aims to highlight some important points about why philosophy
should be taught and seized from the classrooms ?, This emphasis on the Middle
Superior level where as the curriculum becomes present the first approach to
philosophy; besides pointing out who should instruct students on this subject and
how to teach the teacher to the student actually apprehended. For this, a
qualitative research cut off of different sources of information in order to develop a
methodology of philosophical essays written in this type where I will defend to
basics philosophy is to teach our youth.

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LÓPEZ VIDAL, SANDRA I. “LA ESENCIA DE ENSEÑAR FILOSOFÍA EN LAS AULAS DE CLASES:
APREHENDIENDO DE UN BUEN MAESTRO”

Introducción
Actualmente, muchos desconocemos la profundidad de la filosofía dentro de
nuestro diario vivir, debido a que sólo la referimos hacia el conocimiento del ser y
estar del hombre. Pero su estudio va más allá de lo imaginable y nos podemos dar
cuenta en el significado de la palabra filosofía, que proviene del griego filos que es
amor y sophia que significa sabiduría; es decir, filosofía en término griego es
definida como Amor a la sabiduría. La misma filosofía es una pedagogía, es decir,
es una teoría de la educación, porque el amor a la sabiduría no debe ser egoísta,
al contrario debe ser difundida a todo el que desee aprender de ella.

Para enseñar filosofía educativa se tiene que convocar a otras disciplinas


para tener un conocimiento profundo del objeto de estudio que en este caso es el
ser humano, un ser que va más allá del género, sexo, naturaleza, sociedad,
racionalidad, etc. El hombre es influenciado por varios factores, entre ellos la
cultura que “es elemento formativo, es decir, no se puede entender como un
simple medio de subsistencia, sino como modos característicos y determinados
que forjan el ser de los individuos” (Osorio A./ 2006:175). Por ende, la filosofía ha
transformado el proceso de enseñanza aprendizaje porque busca crear un alumno
que esté preparado para la vida.

De esta forma comprenderemos que la educación filosófica (actividad


formadora) es una de las determinaciones esenciales del hombre, sin la cual no
podría realizarse en su verdadero ser, ya que es necesario saber por qué y para
qué estamos aquí y así poder tomar el lugar que nos corresponde en el mundo.

La educación basada en la filosofía antigua


En tiempos antiguos la filosofía era una rama de gran auge para las
civilizaciones greco-romanas, tanto que basaban su educación en la forma de
enseñanza de Sócrates, Platón y Aristóteles, filósofos que tuvieron un gran
apogeo y fueron llamados el triunvirato de los grandes filósofos griegos. Se puede
citar que “Sócrates, era considerado un gran maestro y ve en la educación un

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método para desarrollar los dones naturales; Platón funda la Academia, basado
más en ideal de sabiduría, de formación personal y de vida interior que en la
eficacia practica de sus alumnos; y Aristóteles un sabio irrepetible, crea El Liceo,
institución formadora en las dimensiones científica, filosófica y ética” (Osorio A./
2006:109).

Anteriormente, se consideraba que una buena educación tenía que estar


basada en los factores que rodeaban al alumno desde su nacimiento hasta la
edad adolescente, en que donde él ya era capaz de poder tomar la decisión del
ámbito en que deseaba desarrollarse. Para comprender lo antes mencionado,
considero primordial explicar cómo era la educación griega y romana en la
antigüedad, debido a que se deben rescatar aspectos que han sido abandonados
y que han ido denigrando el papel del triángulo educativo (maestros, padres y
alumnos).

Por ejemplo, el objetivo griego era preparar a los jóvenes intelectualmente


para asumir posiciones de liderazgo en las tareas del Estado y la sociedad. En
siglos posteriores, los conceptos griegos sirvieron para el desarrollo de las artes,
la enseñanza de todas las ramas de la filosofía, el cultivo de la estética ideal y la
promoción del entrenamiento gimnástico. Mientras tanto, el modo de educación
que se efectuaba en Roma no está del todo alejado de lo que se vive en la
actualidad, pues nuestros actos son reflejo de una primera educación que se
recibe en el hogar, al lado de nuestra familia, y que para que se lleve a cabo de
manera eficaz debe basarse en el respeto y conservación de una serie de
costumbres y tradiciones que nos dotan la identidad frente a las demás.

¿Por qué educar mediante la filosofía?


En México la educación se encuentra consagrada en nuestra Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos y cómo es legislada por organismos
gubernamentales, las instituciones educativas de todos los niveles juegan un
papel muy significativo en el proceso educativo y por ello, tienen el compromiso de

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prestar un servicio que sea compatible con lo socialmente requerido. En otras


palabras, lo socialmente requerido actualmente es una enseñanza filosófica de
calidad, donde las instituciones educativas forjen a un ser social que aprenda a
reflexionar y criticar para después transformar, y así llegar a ser funcional en
cualquier ámbito.

Como se ha podido observar, la filosofía de la educación nació desde hace


cientos de años, y a pesar de haber tenido un gran desarrollo, en la actualidad ha
perdido terreno; sin embargo autoras como Hortensia Cuéllar Pérez (2008) asume
que “la filosofía de la educación está orientada a la proyección de un modo
existencial de concebir la formación humana con fines desplegados en torno a lo
que significa ser hombre y mujer y su crecimiento como persona en donde se
aprecian posiciones filosóficas de fondo sobre el ser humano, los fines de la
educación, el conocimiento especulativo y el práctico, la formación axiológica y
ética, la relevancia de la cultura, las diversas instituciones educativas y su
proyección en la educación del hombre, la política educativa y social, el papel de
la historia, la tradición, las nuevas tecnologías, la innovación pedagógica, el
problema de la globalización y el multiculturalismo” (Tunal G./ 2010:4). Sin
embargo, actualmente la Secretaria de Educación se preocupa más por enseñar
las ciencias exactas que por nutrir de pensamientos reflexivos a los alumnos.

Para poder tener una educación filosófica hay que verla como una actividad
formadora, encargada de estudiar el discurso pedagógico teórico-práctico; por
ende hay autores como Romeo C. y Fernández J. (2011: 37) que en la siguiente
cita nos dicen por qué se debe enseñar filosofía en las aulas de clases, “la OEI
señala que la enseñanza de la filosofía en la EMS mexicana es obligatoria porque:
con esta asignatura se responde a la necesidad de formar estudiantes reflexivos,
críticos y conscientes de su comportamiento social, como seres humanos y como
ciudadanos” (OEI/ 1998: 220). Aquí podemos encontrar la respuesta al tema que
nos atañe, se debe incluir como materia obligatoria la filosofía en el Nivel Medio
Superior y dársele seguimiento en semestres posteriores con alguna materia que

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vaya refería a las ramas de la filosofía, como la epistemología, gnoseología u
ontología; que se refieren al estudio del saber, el conocimiento o explicación
racional del cosmos y el estudio del ser, respectivamente; debido a que urge la
necesidad de un enfoque filosófico.

Además, la filosofía ha cumplido una función tan valiosa al complementarla


con la ciencia que sería ingenuo, no tomar en cuenta que al realizar dichos
estudios se abrirán mayores puertas del conocimiento. “El cientificismo que hoy se
nos presenta permite tergiversar la verdad universal de la búsqueda del
conocimiento. No podemos negar que el avance de la ciencia en nuestro tiempo
es incontenible, los límites parecen cada vez más amplios, la capacidad de
inventiva y de exploración del hombre han sobrepasado las expectativas. Sin
embargo, ese mismo desarrollo se ha ido alejando de manera progresiva del
aspecto ético y humano que animó al hombre a investigar e indagar más allá de
sus propios horizontes. Debemos aspirar, al igual que la filosofía, una ciencia que
reconcilie al ser humano con su propia naturaleza” (Antúnez A./ 2002:8). Estos
aspectos, ayudarían al alumno y a los demás actores involucrados a llegar a un
ideal moral donde se promueva la realización de cada individuo y a la expansión
de sus potencialidades.

Tanto para el alumno como para el profesorado, la experiencia de la


enseñanza de la filosofía es lo suficientemente valiosa y gratificante en sí misma
como para justificar su presencia.

¿Quién me puede enseñar filosofía?


Comenzaré este apartado citando al autor José Villanueva (2006:11), el cual
rescata en su artículo La filosofía y la formación docente que: “el estudio de la
filosofía, se presenta ante el docente como un espacio natural y connatural para el
desarrollo de sus propias ideas, en la que se valora y redescubre la importancia de
su opinión… el docente en formación, pasará de la teorización sobre la conciencia,
a la elaboración de líneas maestras para su accionar humano-profesional;

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arraigándose de este modo la filosofía en el devenir de su mundo como vida y


proyecto”. Con esto comprendemos, que la persona que nos puede enseñar
filosofía definitivamente es el maestro, sin embargo para el estudio de cuerpo-
mente-alma, él docente debe despertar su propia curiosidad y la de sus pupilos,
recordando las ansias que teníamos de pequeños por querer explorar y comernos
el mundo completo; logrando con ello, prestar mayor atención a lo que nos rodea
aunque pensemos que caemos en obviedad.

Cuando una persona decide estudiar filosofía, se logra dar cuenta que
despierta el lado humanista que muchos olvidamos por querer ser sólo racionales;
pero ese amor al estudio filosófico engrandece cuando decide compartirlo con los
demás de la forma más antigua, dando cátedras en instituciones educativas,
logrando que en la filosofía el docente encuentre una “aliada segura”, la cual “le
guiará y acompañará (si él la deja) en la búsqueda y conquista del ideal de
perfección humana y profesional, que se propone alcanzar para sí mismo y para
los que ante sí, en cierto modo, es responsable del mundo: sus alumnos”
(Savater, 1997; 150). Por ende, para poder convertirse un buen docente este debe
nutrir su experiencia construyendo sus propios conceptos gradualmente tal como
se enseñaba en la antigua Roma; reflexionando sobre sus actos y la base de los
conocimientos que va adquiriendo, con el fin de “saber ser” para después “saber
hacer”. “Todo lo cual le ayudará al Docente a fortalecer y consolidar su perfil
axiológico, intelectual y profesional, tan necesarios para enfrentar con éxito los
retos que le depara la educación del siglo XXI” (Villanueva J./ 2006:11).

En varias investigaciones podemos observar diversos puntos de vista de


profesores que están a favor y en contra de enseñar filosofía en las aulas de
clases, debido que su estudio como hemos visto, suele despertar al individuo y lo
incita a reflexionar sobre su conocer y hacer; y no a todos los ámbitos de la
sociedad les conviene. A pesar de ello, hay profesores de bachillerato como Félix
García que ha dado su cátedra de filosofía desde hace 25 años en la Universidad
Autónoma de Madrid, que busca que la sociedad reconozca el trabajo que

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emprende el enseñar y aprehender Filosofía desde jóvenes; por tanto él expone lo
siguiente “normalmente, los profesores de filosofía apelamos a una doble
argumentación. Por un lado consideramos que la filosofía ayuda a desarrollar una
capacidad de abstracción y unas actitudes de escucha y diálogo que son
imprescindibles en un mundo en el que los procesos acelerados de globalización
amenazan seriamente la estabilidad social de las sociedades. La presencia de la
filosofía en la educación básica y secundaria supondría una aportación decisiva
para evitar riesgos de xenofobia y exclusión, así como nacionalismos e
integrismos excluyentes”.

¿Cómo enseñar para aprehender filosofía?


Ahora el punto es saber cómo el maestro debe enseñar filosofía, así que se
deben seguir los pasos de grandes personajes que dieron cátedras en la época
antigua, ejemplo de ellos son los maestros llamados Quintiliano y Plutarco que
dejaron un gran legado educativo en Roma y Grecia; ambos coincidían en que se
debía cultivar el conocimiento sobre el niño debido a que es una tierra fértil, pero
para ello se necesitaba un buen agricultor. Por lo cual, para que el alumno no sólo
aprenda (sea un recipiente que adquiere conocimientos) sino más bien aprehenda
(haga suyo el conocimiento, lo construya y sea parte del resultado), se debe
utilizar una pedagogía de esfuerzo tendente, donde cada uno llegue al nivel
máximo de sus posibilidades, desarrollándolas una por una sin olvidar ninguna.

Adecuadamente presentada, la filosofía es algo muy interesante y


provocador para los alumnos; sobre todo si primero puntualizamos el objetivo que
se desea alcanzar en ellos, las actividades que comúnmente se hacen en clases y
en algunos casos (maestros en servicio) analizar si la forma en que se ha ido
trabajando la asignatura de filosofía es la correcta.

Al momento que el docente motive al alumno a filosofar, deberá ser


equitativo con su ejercicio profesional en particular y con la práctica educativa en
general, a fin de ser auténtico instrumento en las manos del docente para la

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conquista y posesión de las herramientas requeridas para la obtención “del


mejoramiento de la calidad de la educación”. De esta forma, el maestro correcto
será quien tenga un extenso conocimiento teórico – práctico en la materia, y que
además con el uso correcto del material que tenga a su disposición, despierte la
curiosidad del alumno por una búsqueda que lo lleve a forjarse una imagen
correcta de sí mismo, para después formar ciudadanos que convivan y trabajen
para transformar su sociedad.

Después de enseñanza filosófica el punto interesante vendrá al momento de


evaluar, por tanto deseo rescatar las siguientes recomendaciones que nos da el
profesor Félix García en el desarrollo de su investigación ¿Para qué sirve enseñar
filosofía?:
1. Una prueba clásica para evaluar es la disertación o ensayo
argumentativo; es muy posible que su validez esté sobradamente
garantizada, el problema es que goza de poca fiabilidad porque una
misma prueba puede obtener puntuaciones distintas según quién o
cuando se evalúe; todo dependerá del evaluador.
2. Es necesario, además, desarrollar pruebas que tengan capacidad de
evaluar la transferencia de lo aprendido a ámbitos alejados de la filosofía.
Utilizando por ejemplo ejercicios de lógica para ver cómo han
desarrollado su capacidad de razonar.

Considero necesario que el docente utilice todas las habilidades que ha ido
desarrollando durante su quehacer educativo, debido a que enseñar filosofía no
será nada fácil si sólo basa su enseñanza en la teoría, porque el alumno se
tornará aburrido y sin ánimos de adquirir conocimientos y muchos menos querrá
ser parte del resultado que el docente pretende obtener.

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Conclusión
Después del extenso análisis realizado sobre la esencia de impartir la asignatura
de Filosofía en las aulas de clases y que el alumno aprehenda de un buen
maestro, algunas consideraciones finales serían las siguientes:
1. Según nuestra constitución, las instituciones educativas de todos los niveles
tienen el compromiso de prestar un servicio que sea compatible con lo
socialmente requerido.
2. La presencia de la filosofía en la educación básica y secundaria aportaría
un estudio sobre aspectos de cuerpo, mente y alma en los educandos.
3. La enseñanza de la filosofía es obligatoria en la EMS porque deben formar
estudiantes reflexivos, críticos y consientes.
4. Con el estudio de la filosofía se abrirán mayores puertas del conocimiento,
porque es una ciencia que reconcilia al ser humano con su propia
naturaleza.
5. El docente es quién será el encargado ideal de enseñar la asignatura de
filosofía en las aulas de clases; pasando de la teorización sobre la
conciencia, a la elaboración de líneas maestras para su accionar humano-
profesional.
6. Para enseñar filosofía el docente debe desarrollar en el alumno una
capacidad de abstracción y unas actitudes de escucha y diálogo.
7. Para hacer interesante está clase, se deben marcar objetivos de lo que se
desea obtener, hacer que los alumnos sean parte del resultado y analizar el
trabajo que se está realizando.
8. Por último, para evaluar el nivel alcanzado de reflexión y crítica se deben
aplicar evaluaciones de disertación, combinadas con ejercicios de lógica
que permitan al alumno relacionar lo aprendido con su vida diaria.

Definitivamente, enseñar filosofía es enseñar a los alumnos a visualizar de


forma diferente su adquisición de conocimiento, no sólo como un aprendizaje
mecánico, sino que formen parte de su transformación al hacerlo un aprendizaje
significativo que les ayuda a ser personas reflexivas y criticas, el cual siempre ha

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sido el objetivo de la filosofía. De esta forma, teniendo a un maestro que ayude al


alumno a cuestionar todo lo que consideremos estable, permitirá replantear lo que
sabemos para así juzgar si es correcto o no; pero esto sólo se logrará cuando en
las aulas de clases de la Instituciones Básicas y Medio Superior, haya maestros
que gusten de enseñar y alumnos que deseen aprehender, filosofía.

Referencias bibliográficas:
Libros:
 Osorio Valencia, Amado Ezequiel. Filosofía, filosofía de la educación y didáctica
de la filosofía. Editorial Universidad de Caldas, 1° ed., Colombia, 2006.
 Romeo Rodríguez, C. y Fernández Pérez, J. Filosofía de la educación.
Perspectivas y propuestas. Siena editores, 1° ed., México, 2011.
 Savater, Fernando. El valor de educar. Editorial Ariel. Barcelona, 1997.

Revistas Electrónicas:
 Antúnez Pérez, Ángel Z (2002). Las ciencias sociales y la filosofía: una
dimensión educativa. Revista de Teoría y Didáctica de las Ciencias Sociales,
núm. 7, enero-diciembre, Venezuela, pp. 115-127. Disponible en:
http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=65200706
 Bárcena, Fernando (2013). Filosofía de la Educación: un aprendizaje. Educação
& Realidade, Vol. 38, núm. 3, julio-septiembre, Brasil, pp. 703-730. Disponible en:
http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=317228456002
 Espino de Lara, Ramiro. Educación Holística (s/f). OEI Revista Iberoamericana
de Educación. Recuperado de: http://www.rieoei.org/deloslectores/330Espino.pdf
 García Moriyón, Felix (1998). ¿Para qué sirve enseñar filosofía?. Ponencia del
Congreso Mundial de Filosofía XX. Madrid. Recuperado de:
https://www.bu.edu/wcp/Papers/Chil/ChilMori.htm
 Tunal, Santiago (2010). Reseña de “¿Qué es la filosofía de la educación?” de
Hortensia Cuéllar Pérez. Revista Electrónica de Investigación Educativa, vol. 12,
núm. 1, México, pp. 1-5. Disponible en:
http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=15513269010

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 Villanueva, José. (2006). La filosofía y la formación docente hacia la construcción
y consolidación de una praxis educativa más consciente, crítica y
participativa. Laurus, vol. 12, Venezuela, pp. 206-235. Disponible en:
http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=76109912

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