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4) gases y agua requeridos por las plantas y por los organismos subterráneos.
La naturaleza física del suelo está determinada por la proporción de partículas de varios
tamaños que varían entre el de los trozos distinguibles de piedra y grava hasta los de
menos de 1/40.000 centímetros. Las grandes partículas del suelo, como la arena y la
grava, son en su mayor parte químicamente inactivas; pero las pequeñas partículas
inorgánicas, componentes principales de las arcillas finas, sirven también como depósitos
de los que las raíces de las plantas extraen nutrientes.
La parte orgánica del suelo está formada por restos vegetales y restos animales, junto a
cantidades variables de materia orgánica amorfa llamada humus. La fracción orgánica
representa entre el 2 y el 5% del suelo superficial en las regiones húmedas, pero puede ser
menos del 0.5% en suelos áridos o más del 95% en suelos de turba.
El componente líquido de los suelos es sobre todo agua con varias sustancias
minerales en disolución, cantidades grandes de oxígeno y dióxido de carbono disueltos. La
solución del suelo es muy compleja y tiene importancia primordial al ser el medio por el que
los nutrientes alcanzan y son absorbidos por las raíces de las plantas.
En general los suelos se componen de silicatos con complejidades que varían desde
la del sencillo óxido de silicio —cuarzo— hasta la de los silicatos de aluminio hidratados,
muy complejos, encontrados en los suelos de arcilla. Los elementos del suelo más
importantes para la nutrición de las plantas incluyen el fósforo, el azufre, el nitrógeno, el
calcio, el hierro y el magnesio.
Las plantas obtienen nutrientes de los coloides del suelo, partículas diminutas
parecidas a la arcilla que se mezclan con el agua, aunque no se disuelven en ella. Se
forman como producto de la meteorización física y química de minerales primarios.
Consisten en cantidades variables de óxidos hidratados de hierro, aluminio y silicio y de
minerales cristalinos secundarios como la caolinita y la montmorillonita.
Los coloides tienen algunas propiedades físicas marcadas que afectan fuertemente
las características agrícolas de los distintos suelos. Los suelos de las regiones con
precipitación escasa y poca agua subterránea están sometidos a lixiviación moderada y,
por tanto, contienen gran cantidad de compuestos originales, como calcio, potasio y sodio.
Los coloides de este tipo se expanden en gran medida cuando se mojan y al secarse
toman una consistencia gelatinosa y forman masas impermeables al agua.
Materia orgánica
El término general utilizado para definir la mezcla compleja de materia orgánica del
suelo es humus. No es una mezcla estable de sustancias químicas, es más bien una
mezcla dinámica, en constante cambio, que representa cada etapa de la descomposición
de la materia orgánica muerta, desde la más simple a la más compleja. El proceso de
descomposición está causado por la acción de un gran número de bacterias y hongos
microscópicos.
Bajo condiciones naturales, así como en zonas que no han sido nunca perturbadas
por cultivo o deforestación, hay un equilibrio entre la cantidad de humus destruido por
descomposición total y la materia añadida por la putrefacción de plantas y de cuerpos
animales. Donde se practica la agricultura o donde se altera el equilibrio de los procesos
naturales, bien por los humanos, bien por accidentes naturales como el fuego, se pierde la
estabilidad y se reduce el contenido orgánico del suelo hasta que se alcanza un nuevo
equilibrio.
Agua en la tierra
Los suelos compuestos por partículas finas suelen tener una porosidad total
superior, por tanto, retienen cantidades de agua mayores que los suelos de textura gruesa.
El agua se mueve y queda retenida por un sistema de poros.
Las fuerzas que actúan sobre el agua, llamadas succión del suelo, pueden
clasificarse en:
Las causadas por las partículas (fuerzas mátricas), dichas fuerzas surgen de
la acción capilar y de las interacciones electrostáticas entre el agua y las
partículas del suelo.
Las causadas por los solutos disueltos en el agua (fuerzas osmóticas) Las
fuerzas osmóticas dependen de la cantidad de sales disueltas en el agua y
que influyen de forma indirecta en su movimiento por el suelo.
La suma de las fuerzas mátricas y osmóticas se llama potencial total del agua.
Las necesidades de agua de las plantas se satisfacen con el agua del suelo. El límite
máximo de embalse depende de la capacidad del terreno, y el mínimo depende del
porcentaje de secado permanente y también de la ocupación efectiva de las raíces de la
cosecha. La capacidad del terreno es la cantidad de agua en un suelo dos o tres días
después de una inundación completa de su perfil, expresada como peso seco del suelo. El
coeficiente de marchitamiento se define como el valor de la humedad del suelo bajo el cual
un vegetal se marchitaría y moriría, aún cuando se encuentre en una atmósfera húmeda.
Se expresa como porcentaje de masa de suelo seco.
Evolución de sus constituyentes
Constituyentes minerales
Los suelos empiezan a formarse cuando las partículas de roca son transformados por
acción química y biológica. Dichos fragmentos de roca pueden haberse acumulado por
diversas causas. Hay suelos que retienen muchos fragmentos resistentes a las alteraciones
Suelo
químicas, lo que contribuye a formar suelos húmedos y a sustentar las plantas. Estas
partículas disminuyen a través de fenómenos físicos, aumentando la zona superficial e
incrementando la vulnerabilidad a los procesos químicos.
Los minerales arcillosos poseen cargas eléctricas que les permite retener los nutrientes de
las plantas y cuando la planta lo necesita, las raíces pueden extraerlos a través del agua.
Algunos minerales arcillosos aumentan en volumen con la humedad y vuelven a disminuir al
secarse, quebrajándose el suelo. Las arcillas son lo suficientemente finas como para ser
desplazadas por el agua a horizontes más pobres en arcillas. Las partículas minerales
confieren al suelo su textura.
Materia orgánica
Los materiales orgánicos son transformados por la acción de hongos y bacterias. Los
minerales insolubles quedan como un duro esqueleto en la superficie, mientras el resto se
convierte en humus. Éste es importante ya que puede contener los nutrientes para las
plantas y el aire es necesario para realizar sus funciones vitales. Además suministra
nitrógeno a las plantas y puede ganar de ellas oxígeno. El agua del suelo disuelve parte del
dióxido e carbono, adquiriendo mayor acidez que ayuda a desintegrar la roca originaria.
Entisoles (del latín ent: juventud): suelos débilmente desarrollados sobre material de
acarreo en áreas montañosas o serranas. Sus limitaciones son el pobre desarrollo del perfil,
la baja fertilidad y, a veces, el alto contenido de sales. Se los encuentra en cualquier tipo de
clima y la vegetación va de acuerdo con el mismo, aunque la más característica es la de
ribera en los valles aluviales.
Suelo
Vertisoles (del latín verto: verter): suelos pesados y arcillosos de clima subhúmedo a
árido pero siempre con un período húmedo que satura el suelo. Las temperaturas varían de
cálidas a templadas y son capaces de provocar evaporación. La vegetación natural es de
pastos y hierbas anuales con formaciones xerófilas, adaptadas al período de sequía. Son
suelos difíciles de trabajar ya que cuando se humedecen se expanden y en períodos secos
se endurecen y agrietan. Esto provoca restricciones al uso agrícola debido a la contracción y
la expansión. Constituye buenas áreas pastoriles ya que tienen mediano a alto contenido de
nutrientes
Aridisoles (de árido): suelos de zonas áridas con bajo contenido de materia orgánica y
escasa fertilidad. Su textura es gruesa y erosionable, por lo que deben ser manejados muy
cuidadosamente para no desencadenar el deterioro por sobrepastoreo. Se halla reducido al
pastoreo extensivo. Bajo riego pueden entrar en producción agrícola pero son vulnerables a
la salinización.
Molisoles (del latín molis: blando): excelentes suelos agrícolas. Tienen una buena
estructura granular o migajosa con alto contenido de materia orgánica y buen drenaje. Son
los de mayor fertilidad y potencial agropecuario del país. Las precipitaciones anuales deben
ser abundantes para suministrar cierto lavado a través del suelo, aunque las estaciones
secas suelen ser normales. Se localizan en una gama climática muy amplia. La vegetación
esta compuesta por pastos abundantes y bosques cadufolios de madera dura.
Ultisoles (del latín ultimus: últimos): suelos de baja saturación básica con materiales
meteorizables que le dan un color rojo. Poseen materiales arcillosos lavados. Su fertilidad es
baja y son pobres en humus. Se los encuentra en climas húmedos, tropicales y templados.
La vegetación natural puede ser el bosque, la sabana o flora de pantanos y marismas. Su
capacidad agrícola puede acrecentarse con fertilizantes y un buen manejo.
Oxisoles (de óxido): suelos rojos por su contenido óxido, muy lavados de clima
subtropical húmedo o templado. Ofrecen una gran fertilidad cuando no han sido explotados.
Son muy susceptibles a la erosión hídrica si no están bien manejados. Ofrecen una débil
estructura de bosques.
Histosoles (del griego histos: tejido): suelos muy ricos en materia orgánica poco
descompuesta. Son típicos de turberas, mallines y algunas terrazas fluviales. Llamados
pantanosos. Carecen de importancia agronómica.
Los mejores suelos agrícolas del país (Molisoles) se encuentran en la Pampa Húmeda
y el extremo sur. La Patagonia argentina se caracteriza por la aridez de sus suelos y su baja
fertilidad (Aridisoles). Cuyo presenta suelos con grande limitaciones (Entisoles) debido a su
relieve montañoso y serrano. Sin embargo en los valles patagónicos y en los de Salta,
Tucumán y Jujuy se puede llegar a cultivar con buen cuidado del suelo(Inceptisoles). La
Región Chaqueña presenta suelos fácilmente inundables pero con aptitud agrícola
(Alfisoles). El Este de Buenos Aires, Corrientes y Entre Ríos tiene suelos aptos para la
ganadería y presentan restricciones para el trabajo agrícola (Vertisoles). En el Noroeste los
suelos muy áridos y de escasa fertilidad (Aridisoles). Se puede encontrar suelos con gran
contenido arcilloso y baja fertilidad (Ultisoles) en el sur de Misiones y norte de Corrientes. El
Suelo
Norte de Misiones tiene un suelo con óxido y muy susceptible a la erosión hídrica (Oxisoles).
El Sur de Tierra del Fuego presenta suelos pantanosos muy ricos en materia orgánica
(Histosoles).
Clase1: no presenta limitaciones. Son aptos para la producción de una gran variedad de
cultivos, pudiendo ser usados con mínimo riesgo de degradación para los cultivos de
labranza y pasturas, como campos de pastoreo y forestación y recreo. Son suelos de tierras
llanas, con reducido peligro de erosión, profundos, bien drenados y de fácil laboreo.
Presentan una buena retención de agua y contienen muchos elementos nutritivos. Se
adaptan al cultivo intensivo. El clima que soportan es favorable para los cultivos comunes a
la zona climática. Para mantener su productividad sólo requieren prácticas corrientes de
manejo. Es nuestro país por el mal manejo sufrieron procesos degradatorios, disminuyendo
así su capacidad productiva, por lo que pasan a formar parte de otra clase.
Clase 4: suelos con limitaciones muy severas que restringen: la elección de los cultivos,
la producción de las pasturas y árboles forestales. Requieren un manejo cuidadoso. Pueden
ser usados como campos naturales de pastoreo, forestación o para la conservación de la
fauna silvestre, pero la elección de plantas se halla más limitada a dos o tres de los cultivos
comunes.
Suelo
Limitaciones: pendientes pronunciadas, gran susceptibilidad a la erosión hídrica o eólica,
escasa profundidad del suelo, baja capacidad de retención de agua, inundaciones
frecuentes, humedad excesiva, fuerte salinidad o alcalinidad sódica, factores climáticos
moderadamente adversos. Son pedregosos. Clima árido y semiárido con bosques.
Requieren un manejo más cuidadoso y prácticas de conservación más difíciles de aplicar y
mantener. Tiende a la desertización.
5.
Deterioro
Los cambios en el uso del suelo se producen en la segunda mitad del siglo XIX, con la
implementación del cultivo de tierras vírgenes bajo ciclos climáticos que dieron resultado
que ocultaban el riesgo latente
Es necesario implementar una educación conservacionista y del manejo del suelo y una
política nacional sobre el tema.
Erosión
Presenta en la Argentina desde Bahía Blanca hasta el Río Tercero, afectando la costa de
Buenos Aires.
En las zonas donde hubo menor efecto, se opto por una realización de cultivos en franjas
de rotación alternado.
Suelo
Prevención: cerrado de médanos, establecimiento de una cobertura herbácea.
Los excesos de agua por la falta de filtración en los lugares de precipitaciones provocan
inundaciones.
Las zonas mas afectadas son la depresión del Salado en Buenos Aires y la cuenca del
Interior del NE.
Salinización
Ocurre en tierras sometidas al riego por un mal manejo de las aguas empleadas y a
veces, por los altos contenidos de sales.
El mal manejo del riego ha provocado la salinización de importantes extensiones del área
irrigada por las aguas del Río Dulce.
Se hace presente en el oasis mendocino, valle inferior del Río Colorado, en algunos
sectores del Río Negro, etc.