Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Objetivos
DESCENTRALIZACIÓN
Explicar en que consiste la municipalización de laEDUCATIVA
educación
IMPIDE EL
CONCENTRACIÓN DE NATURALEZA DESARROLLO
PODER ECONÓMICO INTEGRAL DEL PAIS
GEOGRÁFICAS DESINTEGRACION
ECONÓMICAS DESIGUALDAD
SOCIALES CAUSAS CENTRALISMO CONSECUENCIAS DEPENDENCIA
POLÍTICAS POBREZA
CULTURALES ATRASO
PRODUCTIVA
ESTADO UNITARIO
DISTRIBUTIVA
ANTECEDENTES DEMANDAS
DESCENTRALIZACIÓN
EDUCATIVA
CONDICIONES OBLIGACIONES
MODELO PERUANO
CONSEJOS PROYECTOS
EDUCATIVOS EDUCATIVOS
3
Realidad Educativa Nacional
LA CENTRALIZACIÓN
La concentración económica en el espacio y la centralización estatal son procesos históricos que se han
dado en casi todos los países modernos. La actividad económica suele tender a concentrarse en
determinados lugares -por lo general, en ciudades-que se convierten en centros que articulan los
territorios que los entornan. Igualmente la organización estatal tiende a establecerse jerárquicamente en
el espacio según la historia geopolítica de cada país. La concentración económica en el espacio, o
centralización económica, es un fenómeno espacial, mientras que el centralismo estatal o centralización
política, es un fenómeno institucional.
Trataremos estos temas con especial referencia al Perú, aunque los factores de su centralización
pueden ser muy similares a los de otros países.
a. ¿A qué se debe la centralización?
La centralización tiene una larga historia tras de sí. Ha sido un proceso de larga duración que ha ido
organizando las sociedades en función de los modelos económicos y políticos dominantes en cada
época. La centralización política tiene una raigambre básicamente feudal y autoritaria que ha ido
evolucionando con la aparición del capitalismo y el desarrollo de la democracia hacia sistemas
económicos y políticos descentralizados. En el Perú, la centralización estatal tiene un origen colonial que
se mantuvo durante la república con modificaciones institucionales (Contreras 2002), mientras que la
centralización económica se configuró después de la segunda guerra mundial con el establecimiento del
modelo económico primario-exportador y semi-industrial, que hizo que se concentrara la industria en
Lima (Gonzáles 1982, 1993, 2000). En el Perú, la combinación de centralización económica con
centralismo político-estatal ha configurado un problema de centralismo agudo.
Los determinantes de este gran problema la geografía, la economía, la política y la cultura.
• La geografía
La geografía y los recursos naturales del Perú han condicionado los asentamientos de la población en
lugares tales como los valles de la costa, los valles interandinos y las riberas de los ríos amazónicos.
La quebrada orografía peruana combinada con un rápido crecimiento demográfico ha ubicado a la
población de manera tal que sobresalen dos características: una alta concentración en la costa y una
fuerte dispersión en la sierra y en la selva.
Cuando se sobrevuela el Perú no deja de impresionar lo desértico de su costa, lo arrugado de su sierra
y la exhuberancia de su selva. Difícilmente podría imaginarse que los asentamientos humanos hayan
podido ubicarse también en algunos lugares carentes de facilidades naturales para vivir, tales como
suelos, aguas, tierras de cultivo, clima, altitud. El resto del territorio nacional es agreste y de difícil
habitabilidad. La consecuencia lógica es que, haya una infinidad de centros poblados dispersos en la
sierra y la selva, en territorios cuyos recursos sólo permita un reducido número de pobladores y que a
la vez, se hayan formado ciudades grandes, con lima a la cabeza, para poder albergar al resto de la
población, dada la creciente presión demográfica.
La centralización económica y demográfica del Perú ha sido naturalmente condicionada por la
geografía.
4
Realidad Educativa Nacional
• La economía
La economía se ha organizado en torno a dos factores: los recursos naturales y la demanda. Por ello,
las poblaciones han tendido a estar en aquellos lugares con tierras fértiles, minas, pesca, bosques, o en
las ciudades con industria, servicios y oportunidades de negocios. El modelo económico construido sobre
la base de los recursos naturales y, posteriormente, sobre la base de la industrialización por substitución
de importaciones que luego de la segunda guerra mundial vino acompañada de una acelerada
urbanización, generó un centro económico "fuerte" en Lima-Callao y una periferia "débil" conformada por
el resto de departamentos.
Desde el punto de vista espacial este modelo ha funcionado con las siguientes características
principales. El centro urbano-industrial de Lima se conformó sobre la base de una intensa migración
post-segunda guerra mundial y la concentración industrial, que generaron una importante demanda final
e intermedia. Además de consumir sus propios productos industriales consumía servicios del mismo
centro y, en menor medida, bienes y servicios producidos en el resto del país. El modelo de
industrialización por substitución de importaciones estuvo orientado a la producción para el mercado
interno, en primer lugar para el centro y luego para la periferia. 2. Desde épocas anteriores la periferia,
tanto agropecuaria, pesquera, petrolera como minera, ha sido la exportadora y la que generaba las
divisas. Sin embargo, estas divisas relativamente baratas no favorecieron el que la industria peruana
lograra una efectiva substitución de importaciones ni permitieron su competitividad. Se conformó de esta
manera una economía con una doble fuente de dinamismo en la cual la industria y en consecuencia la
economía del centro (Lima-Callao) dependía de las divisas generadas por el sector exportador ubicado en
la periferia. La centralización económica con relaciones asimétricas de Lima con la periferia fue un
resultado de este modelo. 3. La centralización ha tenido resultados distributivos inequitativos: ha
favorecido permanentemente al centro y no ha logrado integrar a la periferia en los frutos del
dinamismo del centro. Por ello, cuando el centro crece, la periferia lo hace a una menor velocidad. Sin
embargo, cuando el centro decrece, la periferia no lo hace de manera paralela y más bien se mantiene
estancada. La centralización genera un problema de desigualdades regionales, lo que explica la migración
de tas personas de la periferia rural y urbana (ciudades pequeñas e intermedias) al centro (Lima-Callao y
ciudades grandes).
A partir de 1990, el modelo económico peruano se transformó al compás del ajuste estructural posterior
a la hiperinflación de fines de los ochenta. Los principales cambios fueron:
La desindustrialización, la reprimarización sobre todo hacia sector minero y el notable
avance del sector de servicios. La economía pasó a ser primario-exportadora y de servicios.
Los efectos de estos cambios sobre el sistema espacial centro-periferia han sido importantes.
En principio, las relaciones entre el centro (Lima y las principales ciudades de la costa) y la
periferia se han debilitado aún más debido a la reducción del sector industrial y al atraso
cambiario que permite importar a menores precios productos industriales de otros países, lo
que hace que las regiones compren más productos del exterior que los que podrían comprar
entre ellas o en Lima. De otra parte, el crecimiento del sector servi cios en Lima y las otras
ciudades grandes ha hecho que el centro principal y los centros secundarios hayan tenido
tasas de crecimiento agregado relativamente más elevadas que el resto del país. El resultado
conjunto ha sido que los centros han crecido más que las periferias y las articulaciones
económicas han decrecido, dando lugar a una "centralización perversa" que genera un
crecimiento divergente y mayores desigualdades regionales (Gonzales 2000).
• La política
Desde el punto de vista político, el Estado peruano ha oscila do entre la centralización y la
descentralización económica y estatal desde aproximadamente el siglo XVI . A fines del siglo XIX
se optó por un gobierno descentralista que fracasó porque la base tributaria no fue lo
suficientemente sólida para financiar los gobiernos departamentales. Durante las primeras
décadas del siglo XX. el Estado volvió al centralismo que se agudizó durante el oncenio de
5
Realidad Educativa Nacional
Augusto B. Lequía. Quizás por esta razón, cuando se aprobó la Constitución de 1933 se
contempló la vuelta a un régimen estatal descentralizado con Juntas Departamentales que
finalmente no funcionaron. La conformación de gobiernos municipales durante el primer gobierno
de Fernando Belaunde por la vía electoral fue un paso importante hacia la descen tralización de
los niveles de gobierno. Sin embargo, el gobierno militar del general Juan Ve -lasco Alvarado
interrumpió este sistema y se volvió a la centralización política. Por ello, la promulgación en
1979 de una nueva Constitución que impulsó la organización del estado peru ano con tres
niveles de gobierno -gobierno central, gobiernos regionales y gobiernos municipales- fue el
paso descentralista más claro del siglo XX. Desafortunadamente, la experiencia descentralista
de los ochenta e inicios de los noventa no contó con un c ontexto económico favorable y
naufragó en 1992 con el autogolpe del gobierno de Alberto Fujimo ri. Aun cuando la nueva
Constitución de 1993 contemplaba tres niveles de gobierno, en la práctica dicho gobierno los
redujo a dos. Hoy se ha vuelto a un sistema estatal con tres niveles de gobierno a partir de
una reforma y un nuevo marco legal. Los continuos cambios en las constituciones, la
legislación, y la organización gubernamental del Estado fueron el reflejo de la inestabilidad
política peruana (Gonzáles y Sámame 1991). Los intereses económicos fueron la base del
centralismo político. Los sectores favorables a la centralización estatal fueron aquellos que no
tuvieron intereses económicos relacionados con el territorio en el que producían. Los
exportadores de materias primas agrícolas o mineras han preferido siempre un Estado
centralista y fácil de influenciar. Los sectores industriales han sido más favorables a la
descentralización estatal y política, pues sus intereses se validaban en determinados espacios
regionales o locales.
Desde el punto de vista político las fuerzas democralistas florecieron cuando hubo gobiernos
democráticos, mientras que las fuerzas centralistas lo hicieron con cada gobierno militar o autoritario.
La relación entre ciclo económico y ciclo político tuvo la particularidad de que casi todos los gobiernos
de los últimos cincuenta años tuvieron un ciclo económico que marcó su evolución política, pues la
popularidad y legitimidad del régimen fue de la mano con etapas de crecimiento económico, mientras
que las crisis económicas anunciaron el fin del gobierno o, por lo menos, su impopularidad. La solución a
las crisis económicas casi siempre fue mediante cambios -a veces radicales- en el régimen y hasta en el
sistema político. Estas oscilaciones económicas y políticas configuraron el fenómeno que denominamos
"el péndulo peruano" (Gonzáles y Sámame 1991).
Hubo, sin embargo, cierta resistencia para reducir la centralización político-estatal cuando se instalaron
regímenes democráticos. La constante peruana ha sido que los movimientos pendulares en la economía y
la política afectaron poco el carácter centralista del Estado peruano. Las principales razones han sido dos.
De un lado, para superar cada crisis económica ha sido necesaria una mayor centralización de la caja
fiscal. En consecuencia, después de cada crisis el Estado peruano resultaba un tanto más centralizado.
Cuando la economía retomaba el crecimiento y los recursos fiscales mejoraban, las posibilidades de
descentralización dependieron del carácter democrático del régimen de turno. De otro lado, La
burocracia conformada, dentro de un Estado centralista difícilmente volverse descentralista, porque su
situación laboral y su poder pueden ser cuestionados. En general, las intenciones y voluntades
descentralistas de los políticos y de los partidos políticos han sido poco duraderas y con fuerza
insuficiente como para promover procesos de descentralización que lograran variar esta inercia
centralista.
Así, la centralización económica, política y estatal en el Perú es considerada no sin razón como uno de
los principales obstáculos para el desarrollo y la democratización del país. Lima v el gobierno central
son, para muchos .peruanos del interior, los principales causantes de la pobreza regional. Por ello, la
descentralización se presenta casi como la piedra filosofal capaz de curar estos males.
• La cultura
Sin embargo, la larga historia de centralismo estatal incólume, de pendularidades políticas y de
6
Realidad Educativa Nacional
inestabilidad económica ha generado cierta cultura socio-política proclive al .centralismo. Los peruanos,
no son tajantemente descentralistas; los residentes limeños son más descentralistas que los provincianos,
además si bien preferirían un sistema de gobierno descentralizado tienen desconfianza de las capacidades
de los gobiernos descentralizados. Sus preferencias por la descentralización son bastante cautelosas,
pues la inestabilidad genera incertidumbre. Por ello es que un sistema centralizado es
inconscientemente apoyado pues se conoce cómo funciona y cuáles son sus limitaciones, pero también
se conoce sus posibilidades. De ahí que en provincias sea más o menos común pedir al gobierno central
que le resuelva los problemas, en lugar de asumir una solución descentralizada y autónoma. Los poli ticos
v gobernantes tienden a ser descentralistas antes de las elecciones y dejan de serlo una vez en el
poderla, razón es que descentralizar significa transferir poder, acto que el político no siempre está
dispuesto a realizar cuando ya está en el gobierno.
Por estas razones, en encuestas realizadas en el Perú - y que probablemente coinciden con experiencias
en otros países- las personas brindan simultáneamente dos respuestas aparentemente contradictorias.
Por ejemplo, cuando se les pregunta si preferirían un gobierno más descentralista que el actual, más de
2/3 de la población responde que-si, pero cuando se les pregunta qué nivel de gobierno debería ofrecer la
educación, que en países descentralizados es suministrada por las Municipalidades, la respuesta es: el
gobierno central (Instituto de Estudios Peruanos 2002). Este contrasentido ilustra lo anteriormente
señalado, es decir, la gente no está contenta con el centralismo de manera general; sin embargo, no se
arriesga a que un incierto gobierno regional o local le suministre un servicio concreto. Más vale malo
conocido que bueno por conocer.
La cultura cambia lentamente y es endógena, o sea que el comportamiento y los códigos culturales
responden a procesos concretos en los cuales las personas observan que sus problemas se resuelven y
sus necesidades se satisfacen. Si esto sucede, las actitudes cambian y asumen que las nuevas
organizaciones e instituciones merecen confianza por su desempeño positivo. En otros términos, para que
las personas sean descentralistas necesitan que la descentralización demuestre en los hechos que es
superior a la centralización. Para ello obviamente se requiere de largos períodos de éxito, lo que no es fácil
en países inestables como el Perú.
DESCENTRALIZACIÓN:
Frente a casos de centralización aguda el antídoto natural es la descentralización. Sin embargo,
es necesario tener un diagnóstico claro sobre la naturaleza de la centralización antes de proponer un
modelo o una vía de descentralización.
La descentralización es un proceso de cambios y reformas para reducir las desigualdades
espaciales de desarrollo, que provienen de un poder económico desigualmente distribuido en el
espacio, y para redistribuir el poder político concentrado en los niveles altos de gobierno hacia los
gobiernos subnacionales. La descentralización debe permitir modernizar y democratizar sociedades
como la peruana y reformar el estado para reducir las desigualdades y divergencias económicas
regionales y locales, así como para permitir la igualación de los derechos políticos y ciudadanos. Sin
embargo, este proceso que de por sí es complejo debe cambiar varias estructuras económicas,
políticas, institucionales y culturales, por lo que resulta indispensable que haya una concertación de
esfuerzos durante varios años entre todos los sectores de la población. Se debe contar con una
conducción y liderazgo claros en cada gobierno, pero este proceso debe realizarse como una política
de estado.
Es importante tener enfoques analíticos claros sobre lo que se entiende por descentralización
para orientar bien los esfuerzos y encaminar adecuadamente las políticas públicas. La
descentralización es principalmente un medio para reducir los problemas generados por la
centralización económica y por el centralismo político. Como hemos visto, ambos problemas están
muy conectados y, bajo ciertas circunstancias, se retroalimentan y generan desigualdad de
oportunidades entre quienes viven en el centro (Lima) y la periferia (el resto del país) y entre la
ciudad-eje y su entorno rural en cada región.
7
Realidad Educativa Nacional
En nuestro criterio, la descentralización para el desarrollo humano debe tener dos tipos de
objetivos: finales e intermedios. Los objetivos finales o de fondo son:
1. La igualación de las oportunidades en los centros y en las periferias.
2. La expansión de capacidades y derechos de las personas tanto en el ámbito local y regional,
como en las ciudades y en el campo.
Los objetivos intermedios o instrumentales son:
1. La articulación e integración económica de todas las regiones y provincias.
2. La reducción de las desigualdades de los componentes del IDH.
3. La generación de centros económicos alternativos (distintos a Lima).
4. Una intervención estatal redistributiva e integradora.
Estos objetivos hacen de la descentralización todo un desafió, porque implican realizar
importantes cambios económicos, políticos e institucionales. Los principales medios para alcanzar
estos objetivos son la descentralización económica concordada con la descentralización política, a
través de la descentralización fiscal.
a. Los Modelos de Descentralización
Un proceso de descentralización requiere de un enfoque teórico y de una decisión política
contundente. Ambos factores son indesligables. Normalmente, una voluntad política de
descentralización debería tener un enfoque teórico para llevarla a cabo, lo que permitiría tener
claridad en los objetivos, definición de la secuencia del proceso y mecanismos e instrumentos
adecuados.
Desde La óptica del desarrollo humano la descentralización es un proceso compuesto por la
descentralización económica acompañada y coordinada por la descentralización política. La
preeminencia de una u otra depende de las características económicas regionales y locales de cada
país y del tamaño del Estado. Un país con economías regionales grandes y balanceadas, como es el
caso de Colombia, le debe dar un mayor énfasis a la descentralización estatal o política, mientras que
un país con excesiva centralización económica en una región, como es el caso del Perú, le debe dar
mayor énfasis a la descentralización económica. De la misma forma, a aquellos países con estados
grandes, como es el caso de los países industrializados, les será más fácil iniciar o concentrarse en la
descentralización del estado, lo que tendrá un efecto importante en la descentralización económica.
Por el contrario, en un país con estado débil la descentralización estatal tendrá un efecto limitado.
En La figura 2 presentamos las combinaciones posibles de centralización económica y política,
con sus respectivos ejemplos.
Figura 2
TIPOLOGÍA DE LA CENTRALIZACIÓN-DESCENTRALIZACIÓN
ECONOMÍA
ESTADO CENTRALIZADA DESCENTRALIZADA
8
Realidad Educativa Nacional
PRODUCTIVA DISTRIBUTIVA
El papel del Estado en este tipo de descentralización es el de contribuir a generar los precios
relativos para la descentralización económica y el entorno de políticas sectoriales complementarias,
que ya describimos anteriormente. Eventualmente, si el Estado tiene empresas en los sectores
productivos mencionados o en sectores conexos, su privatización puede favorecer la
descentralización, siempre que venga acompañada de compromisos de inversión en la región y de
preferencia en los sectores de transformación.
Este modelo es viable cuando el sector privado es fuerte y el Estado es relativamente pequeño
y débil.
El segundo modelo, el de una descentralización privada distributiva, requiere de un sector
privado ubicado en el centro o centros económicos deseoso de desplazar parte de su demanda de
insumos, bienes de capital u otros servicios hacia la periferia. Es decir, sin cambiar de localización
geográfica, desplaza territorialmente su demanda, permitiendo la articulación de otros territorios o
regiones. Este modelo es fundamentalmente articulador de territorios, a partir de los centros. Los
principales agentes de este modelo de descentralización son las empresas privadas que se
benefician del suministro de factores descentralizados, las organizaciones no gubernamentales que
promueven la producción regional en base a recursos financieros extra-regionales y la cooperación
internacional que tiene los mismos objetivos.
9
Realidad Educativa Nacional
Los incentivos para este modelo de descentralización son aquellos que abaraten el suministro
de insumos y otros factores hacia el centro. Como ejemplo, se puede mencionar la construcción de
redes viales que reduzcan los costos de transporte, los contratos de suministro, pero sobre todo la
producción de los mencionados factores a Costos menores que los importados. Asimismo, la
introducción de nuevos productos utilizables por tos sectores industriales y de servicios del centro o
de los centros. Los incentivos para generar este tipo de descentralización deben provenir tanto de la
―empresarialidad‖ del centro como de la periferia. Se debe contar, además, con una participación del
Estado para proveer la infraestructura necesaria y con políticas sectoriales que faciliten La producción
en la periferia de aquellas actividades que se exportan hacia los centros o hacia el extranjero.
Este modelo es viable cuando existen varios centros, sin que haya un gran predominio de
alguno de ellos, y cuando el sector privado está relativamente distribuido en las distintas regiones.
El tercer modelo, el de una descentralización pública productiva, se basa en el papel
protagónico del Estado, deseoso de generar una descentralización económica sobre la base de las
empresas e inversiones públicas. La hipótesis central de este modelo es la generación de centros
alternativos, aprovechando economías de escala basadas en la capacidad financiera del Estado. Las
principales inversiones estatales que contribuyen a generar centros alternativos y que atraen a la
inversión privada son las plantas de energía, las carreteras, los puertos y aeropuertos en los
principales centros, todo lo cual permite la articulación de su producción con otras regiones. Para la
gestión de esta infraestructura el modelo más aparente es el de la empresa estatal, pues permite
separar los vaivenes de La política de la marcha económica.
Este modelo es viable en países que tengan un estado relativamente grande, un sector privado
débil y bajos niveles de acumulación de capital. Para que este modelo tenga posibilidades de éxito se
requiere de un estado, no solamente grande, sino también fuerte, con capacidad de gestión y con una
continuidad política. La generación de centros alternativos por el Estado es, en verdad, un incentivo
para que el sector privado invierta. Para ello se requiere de acuerdos políticos claros entre el sector
público y privado. Este modelo fue intentado por el gobierno militar de 1968-1975, aunque con
resultados económicos poco perdurables.
El cuarto modelo, el de una descentralización pública distributiva, se basa en la redistribución
territorial del ingreso y la riqueza, transfiriendo recursos de las regiones y centros más ricos a los más
pobres, mediante el cobro de impuestos y del gasto público descentralizado. El Estado es el
encargado de la redistribución de los ingresos, disminuyendo la demanda en las regiones con mayor
producción e ingresos y aumentando en las regiones de menores recursos. El impulso de la demanda
puede ser un incentivo a La dinámica de las regiones receptoras, siempre y cuando éstas tengan una
oferta que pueda ser comprada con las transferencias estatales. Sin embargo, en este modelo la
tendencia general es que la mayor parte del gasto redistributivo vaya hacia la educación, la salud y la
infraestructura básica, lo que en general no genera fuertes impactos en la oferta local aunque en el
largo plazo puede tener un efecto de incremento del capital humano y de la producción.
La efectividad de este modelo depende de la capacidad del Estado para captar recursos
tributarios en las regiones ricas y en la estrategia en el gasto descentralizado, Si el Estado alcanza
una presión tributaria (impuestos/PBI) por encima del 25%, entonces este modelo puede ser efectivo.
Con menores recursos el efecto de la descentralización puede ser limitado. Éste parece ser el modelo
escogido por el actual gobierno, dado el énfasis estatal del proceso de descentralización.
Los modelos de descentralización política
El centralismo político-estatal analizado anteriormente y que genera una serie de anomalías
en el funcionamiento de la democracia, la sociedad y la economía, también puede ser resuelto con
varios modelos de descentralización política. La descentralización del Estado depende mucho de su
pasado histórico. Los estados secularmente centralizados tienen mecanismos endógenos que
impiden su reforma; por ello, se requiere de intervenciones exógenas con una voluntad política firme
10
Realidad Educativa Nacional
Presidencialismo Parlamentarismo
11
Realidad Educativa Nacional
Constitución de 1979, se acerca a este modelo que requiere de una democracia avanzada, con
mucha experiencia de participación y consenso, para que la descentralización pueda tener éxito.
El Estado federativo presidencialista es un modelo en el cual existen autonomías legislativas
relativas. Cada estado tiene sus propias normas, dentro del marco de normas federales más o menos
generales, y sus congresos pueden legislar con autonomía de los otros Estados.
Los estados federales son, en general, el fruto de la historia de cada nación. Por lo general, un
grupo de estados, regiones o provincias dispersas y autónomas deciden crear un nivel de gobierno
que esté por encima de ellos. Para ello, delegan en un gobierno federal una serie de funciones que
les permiten la unidad en la diversidad, razón por la cual pierden ciertos grados de la autonomía de la
que gozaban previamente (ver figura 5). Por ello, no es posible escoger el modelo federativo, como a
menudo se plantea en el Perú, viniendo de una experiencia histórica de estado unitario.
Figura 5
REGÍMENES UNITARIOS Y FEDERALES
12
Realidad Educativa Nacional
adecuada de descentralización económica y política. No existe una fórmula única, pues todo depende
de la historia económica, social y política de cada país y del punto de partida en el cual se comienza
la descentralización. En general, como hemos señalado, los países con tradición centralista y con
situaciones de extrema centralización necesitarán de largos períodos de transición para pasar de una
situación de centralización a otra de descentralización.
Desde la perspectiva del desarrollo humano, si la descentralización económica ayuda a generar
más empleo, mejores ingresos y un mayor bienestar de las personas y familias, entonces es un
medio necesario, cualquiera que sea el modelo elegido. Por el lado político, si la descentralización
genera mejores niveles de representación y participación política, si incrementa las decisiones y la
cultura democrática en las cuestiones de estado y si ello se puede hacer mejor desde varios niveles
de gobierno, entonces también la descentralización estatal favorecerá al desarrollo humano. Pero se
necesita aún más; el desarrollo humano requiere de ambos tipos de descentralización. EL problema
es cuál de los dos es más importante y de qué manera éstos se complementan o estorban.
La relación entre la economía y La política constituye el centro del problema de la
descentralización. Desde una perspectiva histórica y teórica, la economía determina la política en
última instancia (Gonzáles 1999). En consecuencia, una descentralización para el desarrollo humano
debe resolver los problemas de derechos básicos de las personas. Sobre esta base, la
descentralización debe organizarse política e institucionalmente para generar el ―circulo virtuoso de la
descentralización‖, que consiste en que las mejoras en las condiciones económicas de las personas
deben ir acompañadas y articuladas con mejoras en las condiciones de organización social y política.
En consecuencia, la descentralización para el desarrollo humano es un proceso que se
construye sobre una descentralización económica coordinada armónicamente con descentralización
política. Los principales requisitos son:
1. Voluntad y acuerdo político muy amplio de hacer de la descentralización una política de
estado, que abarque por lo menos 4 a 5 gobiernos consecutivos.
2. Tener una estrategia para la descentralización; es decir, un plan acompañado de un
cuidadoso cronograma del proceso.
3. Plantearse metas en función de indicadores de desarrollo humano tales como empleo,
ingresos, educación, salud, infraestructura y la construcción de un sistema político
partidario descentralizado.
Un aspecto sumamente importante en los procesos de desarrollo humano a nivel regional y
local es conocer cuál es el sentido de la causalidad entre descentralización económica y
descentralización política. En países o regiones con Estado grande el impacto de la descentralización
política y fiscal sobre las estructuras económicas regionales o locales es ciertamente relevante. En
cambio, en los países con Estado pequeño —como es el caso del Perú—, su capacidad de influir
económicamente es limitada. La causalidad es más bien al revés; la centralización económica
profundiza la centralización política. Esto no significa, sin embargo, que no haya nada que hacer en
situaciones de extrema concentración económica y debilidad del Estado, sobre todo en las regiones,
provincias y distritos. Hay dos razones que hacen esto posible:
1. La centralización económica en ciudades grandes y en áreas metropolitanas hace que las
periferias sean bastante débiles. En consecuencia, si el estado utiliza con calidad sus recursos para
influenciar los procesos económicos locales o regionales, puede tener éxito.
2. Una voluntad política definida puede realizar una reasignación de recursos fiscales que
permitan una redistribución de recursos de inversión hacia regiones con escasas posibilidades de
ahorro interno.
En otros términos, es necesario establecer una estrategia de desarrollo humano a nivel
nacional, regional o local en función de la disposición del sector privado y del papel del estado en
relación a este sector, generando mecanismos de interacción entre las decisiones políticas de los
13
Realidad Educativa Nacional
14
Realidad Educativa Nacional
15
Realidad Educativa Nacional
conseguirse otro sol del sector privado. Esto además permitiría activar el estilo de desarrollo humano
con participación y proponiendo metas de empleo, al mismo tiempo que se promueven metas de
incremento de la producción y las ganancias.
Para tal fin deberán cambiar las mentalidades de los gobernantes y de los empresarios. Los
gobernantes deben tener una mentalidad moderna, incluyente y práctica y alejarse de viejos
prejuicios sobre el papel del estado. Los empresarios deben dejar de pedir que el estado les de
rentas y posiciones privilegiadas. Deben proponerle, más bien, hacer ganancias conjuntamente.
Allá donde hay inversión privada y pública, la producción, el empleo y los ingresos se
incrementan; en consecuencia, aumenta la base tributaria lo que favorece a los ingresos del Estado
en sus diferentes niveles de gobierno y permite un mayor gasto público, con lo cual se comienza a
cerrar el círculo virtuoso de la descentralización para el desarrollo humano.
Combinación armónica de tas políticas públicas. La generación de incentivos económicos e
institucionales.
En el INDH 2002, se sostiene que el desarrollo humano requiere de una combinación de
políticas públicas—macroeconómicas, sectoriales y sociales— que, en su conjunto, generen un
contexto favorable para el desarrollo humano. Un proceso de descentralización para el desarrollo
humano requiere de un contexto de políticas públicas bastante peculiar. Por un lado, el conjunto de
políticas públicas debe tener como metas simultáneas, el incremento de la producción, la generación
de empleo con ingresos decentes y el suministro de los bienes y servicios públicos con una visión
redistributiva. Para ello, es menester una combinación de incentivos económicos, asociada con una
serie de acciones sectoriales más o menos precisas y una serie de arreglos institucionales y
organizativos. Pero, por otro lado, es necesario relacionar todo ello al espacio y sus características
que, en muchos casos, resultan fuertemente condicionantes.
Para lograr una descentralización orientada hacia el desarrollo humano se requiere de un
contexto macroeconómico con ciertos precios relativos y con políticas sectoriales que promuevan la
inversión, el empleo y el cambio tecnológico en los distintos espacios regionales. Adicionalmente se
requiere políticas sociales que, independientemente de la distribución de ingresos, otorguen
oportunidades iguales a todos y, además, compensen e incluyan a todas aquellas personas que por
sus escasos recursos y reducido capital humano suelen quedar al margen de los mercados.
I. Políticas macroeconómicas descentralistas
El mejor contexto macroeconómico para la descentralización tiene tres componentes:
1. Estabilidad económica, traducida en baja inflación, déficit fiscal financiado y pequeño,
equilibrio en la balanza de cuenta corriente y expansión monetaria adecuada.
2. Precios relativos favorables a la producción regional y, sobre todo, favorables a la
exportación interregional e internacional. Esto quiere decir que el tipo de cambio debe
incentivar la producción de bienes y servicios para la exportación y debe proteger
razonablemente a los productores locales y regionales de la competencia de las
importaciones. La tasa de interés debe ser relativamente baja para incentivar las
inversiones, sobre todo la tasa de interés de préstamos de capitalización. Los salarios
deben estar relacionados con las productividades; es decir, deben ser altos si el trabajador
tiene una alta productividad.
Si esto se lograra, el desarrollo regional estaría a la vuelta de la esquina, pues tendríamos
simultáneamente crecimiento de la oferta y crecimiento de la demanda, con posibilidades
de generar un círculo virtuoso del crecimiento regional.
3. Una combinación de metas monetarias nacionales coordinadas con una política fiscal
descentralizada. El papel de estas dos políticas es estabilizar los ciclos económicos
regionales y compensar posibles problemas regionales debidos a ―shocks externos‖ o
16
Realidad Educativa Nacional
fenómenos naturales.
Varios de estos temas tienen una definición nacional cuyo control y vigilancia depende de
organismos centralizados como el Ministerio de Economía y el Banco Central de Reserva. Pero hay
otros que tienen una connotación regional. Los más importantes son los relacionados con la cuestión
fiscal.
Actualmente, los precios relativos no son los más adecuados para impulsar el desarrollo
regional.
1. El tipo de cambio está atrasado con relación a 1986, año considerado de paridad cambiaría, y
paralelamente no es competitivo con los países vecinos. Esto hace que el tipo de cambio no sea
un incentivo para las exportaciones, salvo que éstas tengan altísimas rentabilidades o
productividades. Sólo el sector minero y algunos sectores agroindustriales tienen estas
rentabilidades; en cambio, los otros sectores, como los manufactureros, no llegan a ser
competitivos. A la vez, un tipo de cambio atrasado combinado con aranceles bajos favorece las
importaciones, lo que deprime a los sectores productivos internos de bienes similares a los
importados, con menores productividades. El dólar barato explica por qué el parque industrial de
Arequipa o el sector productor de calzados en Trujillo prácticamente han colapsado ante la
inundación de productos importados del Asia. Con el tipo de cambio actual, las posibilidades de
inversiones exportadoras en Las regiones son bastante Limitadas.
2. Las tasas de interés son todavía elevadas, pese a las grandes bajas de intereses en los
mercados internacionales, especialmente en Estados Unidos. EL Perú aún mantiene tasas que
no permiten una inversión mayor. Desde la perspectiva regional, el principal problema en muchas
regiones es más bien la escasez de oferta de fondos prestables, lo que genera tasas de interés
altas. Para que las tasas de interés bajen, se requiere del incremento de la oferta en varías
regiones del Perú, mediante la generación de nuevos intermediarios financieros.
3. Finalmente, los salarios peruanos son bajos con relación a las canastas de bienes y servicios
mínimos que necesitan los trabajadores, pero pueden ser altos en el contexto internacional en el
que países como China o Vietnam pagan salarios más bajos que los peruanos, con el agravante
de que aquellos pueden tener mejores poderes de compra que nosotros. Es decir, el Perú
muestra una situación paradójica en salarios. A nivel regional las disparidades de salarios son
bastante agudas también, lo que hace que en las ciudades grandes —donde se pagan altos
salarios y hay más asalariados— la demanda sea mayor, mientras que en las pequeñas y en el
campo —donde los salarios son bajos y la masa salarial es pequeña— generan niveles de
demanda también bajos. Se establece así círculos viciosos de baja demanda con pobreza.
Es obvio que un proceso de descentralización para el desarrollo humano debe tener un
conjunto de precios relativos más favorables: un tipo de cambio más alto, tasas de interés más bajas
y salarios pegados a las productividades. Éstas deberían constituir metas de las políticas
macroeconómicas de mediano plazo para facilitar la descentralización económica, base del desarrollo
humano en todas las regiones.
II. Políticas sectoriales-regionales
Si la meta operativa del desarrollo humano es producción/empleo, con sueldos decentes y
mayor bienestar de las personas, las políticas sectoriales constituyen el medio particular para ayudar
a fomentar la inversión, el empleo y el cambio tecnológico en los diferentes sectores productores de
bienes y servicios, ubicados en distintas regiones y que tienen distintos precios relativos a los que hay
que agregar los costos de transporte.
Como los sectores productivos tienen una localización específica en el espacio, las políticas
sectoriales tienen una definición espacial. En consecuencia, su formulación y ejecución deben
depender de los niveles de gobierno regionales.
Las políticas sectoriales se diseñan en función y en coordinación con las políticas macro
17
Realidad Educativa Nacional
económicas y el contexto que generan. Por ello, existen por lo menos dos posibilidades.
1. Cuando el contexto macroeconómico es favorable a la producción exportadora.
2. Cuando es desfavorable a la producción para el mercado interno.
Un contexto macro favorable a la producción exportadora, por ejemplo con un tipo de cambio
competitivo, hace que las políticas sectoriales tengan un rol complementario y ayuda a precisar los
sectores a los cuales hay que apoyar o promover para lograr mejores resultados en la producción y
en la inversión y orientar los cambios tecnológicos en función de la demanda externa. La repercusión
regional o local es obvia, pues los sectores están ubicados en distintos lugares y las políticas
sectoriales tienen, en consecuencia, un impacto espacial. Este contexto es muy favorable para el
desarrollo humano regional, pues las políticas sectoriales y la macro van en la misma dirección y
pueden tener resultados muy buenos.
Un contexto macroeconómico desfavorable, con precios relativos que inhiben las exportaciones
o el incremento de la demanda interna, tal como es el caso peruano actual, define las políticas
sectoriales como compensatorias. Es decir, en el caso de un atraso cambiario persistente y difícil de
remover, algunas políticas sectoriales pueden compensarlo. Por ejemplo, frente a una falta de
competitividad por el atraso cambiario, una política de crédito para la inversión con cambio
tecnológico puede ayudar a compensar los rigores de un bajo tipo de cambio, generando mayores
productividades, lo que a la postre permitiría incrementar las exportaciones- De esta manera, las
regiones que utilizan bien los incentivos o servidos generados por las políticas sectoriales pueden
promover la inversión y el cambio tecnológico, teniendo un evidente efecto sobre el empleo y los
ingresos. Obviamente, para un esquema de políticas de este tipo es necesaria una coordinación entre
el Ministerio de Economía, los ministerios de línea y los gobiernos regionales. Este tipo de políticas
tiene resultados impredecibles, pues sino hay buena coordinación los resultados pueden ser
modestos y hasta negativos, o si las políticas sectoriales no tienen los suficientes instrumentos para
contrarrestar el contexto macro, los resultados también pueden ser negativos.
Existe la posibilidad de que sólo haya políticas macro, sin políticas sectoriales, como ha sido el
caso peruano de la década de los noventa del siglo pasado. En este caso, el desarrollo regional
depende de la estructura productiva previa. Se favorecerán los sectores que tienen altas
productividades y rentabilidades ya establecidas y se desfavorecerán a los sectores menos
competitivos.
A partir de 2003, las políticas sectoriales van a ser progresivamente transferidas a los gobiernos
regionales. Falta definir, con precisión, cuáles van a ser las principales políticas sectoriales. Desde el
punto de vista del desarrollo humano, las políticas sectoriales deben poner por delante la inversión
generadora de empleo y de productividades con salarios altos. Además, estas políticas deben
definirse en concertación con los sectores productores y empresariales a fin de tener propuestas
precisas por cada región, en función de las restricciones presupuéstales existentes. La participación,
la creatividad y la empresarialidad son fundamentales para definir las políticas sectoriales
descentralizadas.
III. Políticas sociales
Las políticas sociales no pueden estar disociadas de las políticas macro y sectoriales. La
consistencia entre las tres es fundamental. No se puede tener una política macroeconómica que
genere poco empleo —y en consecuencia, pobreza— para luego compensar esta situación con una
política social que ayude a los pobres extremos, pues lo que se da con una mano se quita con la otra.
Una política puramente asistencialista, sin vinculación con la generación de capacidades y
producciones de las personas, en el ámbito local o regional, abona poco para el desarrollo humano.
Es necesario que exista coherencia entre las políticas sectoriales y las sociales.
El diseño y ejecución de las políticas sociales no tiene una fórmula única. Los objetivos
redistributivos que se imponga un gobierno requieren de una definición política en el gobierno central
18
Realidad Educativa Nacional
19
Realidad Educativa Nacional
20
Realidad Educativa Nacional
difíciles y exigentes. Existen muchos ejemplos de limeños haciendo negocios en provincias, viviendo
e invirtiendo en otras regiones. Es decir, también puede haber una descentralización empresarial por
razones distintas, aparte de la búsqueda de ganancias.
El incentivo para este tipo de descentralización es puramente afectivo y psicológico, pues se
trata de convertir cierta ética cultural en actitudes efectivas, activando la movilidad de empresarios del
centro a la periferia para incrementar la inversión, promover la innovación tecnológica o la
incorporación de nuevas actividades económicas. Aún en el desierto se puede hacer negocios si es
que hay empresarios, tal como lo demuestra la experiencia israelí.
En un proceso de descentralización se debe generar liderazgos empresariales que promuevan
la empresarialidad y la movilidad de empresarios del centro a la periferia. Si la inversión privada es
una de las bases de la descentralización económica, la descentralización de los empresarios es una
condición complementaria, pues difícilmente se puede tener mayores inversiones en las ciudades de
la periferia sin la intervención y liderazgo activo de los empresarios.
En suma, para generar desarrollo humano de una manera sostenible se requiere de gobiernos
regionales y locales con liderazgo político y administrativo, de políticas sectoriales y sociales
descentralizadas, de medios estables de financiamiento del gasto y la inversión pública
descentralizada, de un marco jurídico-institucional favorable y de la participación activa y
descentralizada de los sectores empresariales nacionales y regionales.
c. Descentralización política
La descentralización política consiste en la desconcentración y transferencia de funciones,
decisiones y recursos del gobierno central a los gobiernos regionales y locales. Es, en verdad, una
transferencia del poder centralizado en el nivel más alto de gobierno a aquellos niveles con escasas
capacidades y poderes. En un país unitario como el Perú, se trata de una verdadera revolución en la
medida en que el estado peruano tiene siglos de funcionar de manera centralizada. Esto significa que
se debe establecer mecanismos de participación y representación a nivel local y regional, lo que lleva
a la conformación de gobiernos locales y regionales que deben ser elegidos mediante el voto
universal en cada circunscripción. Para tal fin, la población se debe organizar en movimientos o
partidos políticos que la represente y que se deben constituir en intermediarios entre los ciudadanos,
con necesidades y preferencias, y el estado, con funciones y recursos para ofrecer bienes y servicios
públicos. De esta manera, los grupos organizados pueden hacer agencia para resolver sus problemas
a través de su participación en las organizaciones políticas, sociales o vecinales.
En consecuencia, la descentralización reordena la política en la medida en que obliga a que la
gente se organice en cada lugar, se preocupe por participar en la solución de los problemas
encargados al Estado, elija a sus gobernantes y los fiscalice. Así la descentralización reforma los
sistemas políticos centralistas.
Descentralización y reforma deL Estado
Al reordenar y transferir las funciones y competencias estatales, la descentralización política
reforma la estructura de poder dentro del estado al mismo tiempo que cambia la organización
burocrática y compele a una redefinición y reorganización administrativa. En breve, se trata de un
componente muy importante de la reforma del estado en tanto se refiere a los niveles de gobierno, al
funcionamiento de la democracia y la administración territorial, y genera un estado más cercano al
ciudadano. En este sentido la descentralización mejora drásticamente el contexto político para el
desarrollo humano. Como la descentralización política es la descentralización del estado y de las
reglas de gobierno, se constituye en el principal medio para que los distintos niveles de gobierno
resuelvan adecuada y eficazmente el problema de gobernar, de suministrar los bienes y servicios
públicos y de mantener la paz social. La descentralización política es favorable al desarrollo humano
porque expande los mecanismos de representación y participación política que mejoran las
condiciones para el agenciamiento y para que las oportunidades sociales y económicas se amplíen.
21
Realidad Educativa Nacional
22
Realidad Educativa Nacional
23
Realidad Educativa Nacional
24
Realidad Educativa Nacional
25
Realidad Educativa Nacional
otras experiencias que partan de una centralización extrema y de un sistema tributario regresivo.
Figura 6
MODELO DE DESCENTRALIZACIÓN FISCAL
La situación inicial de dos niveles de gobierno, en la que el gobierno central tiene el 90% de los
recursos y gastos y los gobiernos municipales el 10%, debería evolucionar hacia otra que incluya a
los tres niveles de gobierno contemplados por la nueva legislación. Debería promoverse una
estructura mediante la cual al final del proceso de descentralización el gobierno central cuente
aproximadamente con el 50% de las finanzas públicas, los gobiernos regionales con el 20% y los
gobiernos municipales con el 30%.
1. De manera general, los impuestos indirectos, IGV, ISC e impuestos al comercio exterior
deberían ser recaudados por el gobierno central. En la medida en que el IGV (impuesto al valor
agregado) funcione en el futuro con créditos tributarios que pueden originarse en una o más
regiones, no debería haber restricciones territoriales a su aplicación. El peso de los impuestos
indirectos (IGV e ISC) debería reducirse de 2/3 a un 50% del total para hacer menos regresivo
el sistema fiscal.
2. Los impuestos directos deberían ser recaudados por los gobiernos regionales puesto que las
bases tributarias, empresas y personas de cada región constituyen los factores de desarrollo
territorial más importantes. El peso de estos impuestos debería aumentar del 24% actual a un
35% o más del total para hacer más progresivo el sistema tributario. El cobro regional de
impuestos a la renta o al patrimonio no predial genera menores posibilidades de evasión y
elusión fiscal que a nivel nacional. Además, una adecuada concertación con los contribuyentes
puede permitir optimizar la recaudación, al mismo tiempo de maximizar la producción y las
rentabilidades, siempre que los impuestos recaudados sean utilizados para favorecer con
mayores bienes y servicios públicos a los contribuyentes.
3. EL impuesto al patrimonio predial, urbano y rural, es tradicionalmente recaudado por los
gobiernos locales. Este es el impuesto más territorial y el más vinculado a la gestión del
espacio. El canon a la utilización de los recursos naturales no renovables, o cualquier otra
contribución al usufructo de ciertos monopolios naturales, debe ser cobrado por el gobierno
central, pero deberá ir directamente al fondo de compensación regional.
El fondo de compensación regional (FONCOR), una de las principales fuentes de
transferencias, deberá estar constituido por fondos originados en los diversos impuestos directos e
indirectos cobrados por el gobierno central y algunos gobiernos regionales y el canon a la explotación
de los diversos recursos. Cuanto mayor sea la desigualdad de riqueza e ingresos entre las regiones o
localidades, más importante será este fondo, pues su función esencial es la de trasladar recursos de
aquellos espacios o regiones donde se genera riqueza e ingresos a aquellos que no lo pueden hacer
y cuya población no tiene la alternativa de emigrar fácilmente. El FONCOR se sustenta en los
principios de solidaridad y de equidad que permiten la igualación de oportunidades, dadas las
desventajas de unas regiones frente a otras. El principal atributo de este fondo es que debería ser
26
Realidad Educativa Nacional
utilizado mayormente para la generación de nuevas formas de capital, ya sea de capital humano,
capital físico o capital financiero, pues su función es incrementar las capacidades y derechos en
aquellas regiones o localidades con desventajas. Si este fondo es utilizado sólo para el gasto
corriente puede generar un paternalismo de unas regiones sobre otras o regiones dependientes,
además de una cultura de pasividad frente al desarrollo de aquellas regiones o localidades con
recursos escasos.
Tal como se observa en la figura 6, los tres niveles de gobierno deberán encargarse del uso y
asignación de los impuestos recaudados. La transferencia del gobierno central a los gobiernos
regionales y locales es un mecanismo que debe utilizarse hasta que las bases tributarias de las
regiones y localidades permitan el financiamiento de sus gastos corrientes y de inversión al 100%.
Por ejemplo, el 2% adicional que se impone por IGV y que es destinado al Fondo de Compensación
Municipal, es cobrado actualmente por el gobierno central y transferido a cada municipalidad, lo que
permite transferir recursos a regiones pobres desde otras que tienen mayores recursos. En el futuro
la recaudación de este impuesto podría ser de competencia de las municipalidades, pero al mismo
tiempo se deberá ir reduciendo las transferencias provenientes del gobierno central. El proceso de
descentralización es precisamente un largo camino hacia la igualación de las bases económicas y en
consecuencia, de las bases tributarias de las distintas regiones.
El reordenamiento y descentralización tributaria es un proceso fundamental para el cambio en
la composición y en las responsabilidades del gasto público. Los tres niveles de gobierno deben
ofrecer y suministrar bienes y servicios a escala nacional, regional y local.
El gobierno central, tanto por razones geopolíticas como económicas, debe tener como función
el manejo de las políticas macroeconómicas (monetaria y fiscal) que son las que generan los precios
relativos y la estabilidad económica. Es decir, dentro de un sistema unitario el gobierno central
proporciona el marco económico para un funcionamiento adecuado de las políticas sectoriales y
sociales. El gobierno central también tiene como funciones el suministro de justicia, la defensa
nacional, el pago de la deuda pública externa e interna (contraída por él mismo), la seguridad interna
nacional, la regulación de mercados monopólicos, la definición de las políticas de desarrollo nacional
y el diseño de las políticas redistributivas, funciones que en los últimos dos casos se refieren a la
definición de las orientaciones y criterios generales, aunque no necesariamente a lo relacionado con
la ejecución de las mismas.
Por su parte, los gobiernos regionales deben estar a cargo de la ejecución de las políticas
sectoriales; es decir, de aquellas que tienen que ver con el desarrollo productivo de cada región. El
diseño y orientación de dichas políticas se debería hacer de manera coordinada entre los gobiernos
regionales y el gobierno central sobre la base de los principios del desarrollo humano señalados
anteriormente. Sobre las competencias y funciones de los gobiernos regionales volveremos en la
siguiente sección.
Los gobiernos locales deben tener como función principal la ejecución de algunas de las
políticas sociales y, en especial, de las más directamente vinculadas con las poblaciones de menores
recursos. No obstante, es imprescindible que haya una coordinación con el gobierno central y con los
gobiernos regionales en torno a los temas de estrategia de desarrollo humano y a las políticas
sociales.
La descentralización fiscal es un arreglo institucional que mejora los niveles de participación y
fiscalización de las políticas públicas. Ésta debe generar más eficiencia en el uso de los recursos
públicos y debe contribuir a corregir los problemas de desigualdad, tanto por el lado tributario como
por el lado del gasto. En su conjunto, debe contribuir al desarrollo nacional, regional y local dentro de
una perspectiva de mayor desarrollo humano; es decir, generando oportunidades para todos y
aumentando las capacidades y los derechos de una manera más efectiva y cercana al estado en el
nivel que corresponda a cada gobierno. La idea es que en cualquier lugar del país el estado debe
estar presente en sus tres niveles. En otras palabras, en cada provincia o distrito debe haber
27
Realidad Educativa Nacional
28
Realidad Educativa Nacional
los gobiernos descentralizados toma un cierto tiempo que no debe interferir con el normal cobro
de impuestos. Los debates políticos sobre este tema son absolutamente necesarios y de sus
conclusiones han de surgir legitimidades en los cobros de impuestos, lo que habrá de facilitar el
entendimiento de los ciudadanos contribuyentes con sus distintos niveles de gobierno. Estos
debates dan información sobre la transferencia de la función recaudadora, sobre sus razones,
sus ventajas y desventajas, lo cual permite disipar asimetrías en la información que pueden
resultar perniciosas para la recaudación de impuestos. Una vez alcanzados los acuerdos
políticos y concretados éstos en normas legales, se puede pasar sin tropiezos a una
recaudación descentralizada.
3. Los contribuyentes difícilmente aceptarán pagar impuestos a gobiernos sub-nacionales, si éstos
no demuestran que pueden ofrecer bienes y servicios públicos con igual o mejor eficacia y
eficiencia que el gobierno central. Es decir, inicialmente se presenta un problema de credibilidad
sobre la capacidad y probidad de los gobiernos regionales y municipales. Una vez que los
bienes y servicios se ofrezcan de manera fluida, será natural que los gobiernos que los ofrecen
tengan legitimidad para hacer los cobros de impuestos.
4. Finalmente, se requiere de un adiestramiento de personal en cuestiones tributarías. Para ello,
quizás es conveniente que la SUNAT y la SAT (la Superintendencia de Administración Tributaria
de la Municipalidad Provincial de Lima) que tienen amplia experiencia y personal capacitado,
organicen un sistema de formación en administración tributaria para gobiernos regionales y
municipales.
INICIO DE LA DESCONCENTRACIÓN EN EL SECTOR EDUCATIVO
La desconcentración del sector educativo del Estado se inició con la creación de cuatro
regiones educativas en 1962. Tuvo lugar en plena expansión de una cobertura que exigía una
administración más eficaz de la burocracia, cuestión que –por la matriz centralista del Estado y
otros problemas- empezaba a constituirse en un objetivo cada más difícil alcanzar. La
desconcentración habría operado como parte de las reformas institucionales que posibilitaron
la integración de nuevos sectores populares a los servicios públicos. En estos procesos se
delegó atribuciones a órganos directamente dependientes de la instancia central. El proceso
1
consistió ―en una traslación de competencias resolutivas de los órganos superiores de la
administración a órganos inferiores sometidos jerárq uicamente a los primeros‖.
Una Junta Militar de gobierno presidida por Pérez Godoy-Lindley, de breve período
gubernamental, creó las regiones Norte, con sede en Chiclayo; Centro, con sede en Huancayo;
Sur, con sede en Arequipa; y Oriente, con sede en Iquit os. Según el Decreto Ley 14209, las
regiones tendrían a su cargo el control de toda la educación, salvo la universitaria, en lo
2
referido a personal, administración, economía y supervisión . Desde entonces, 1962, hasta
1969, esas primeras regiones se fueron subdividiendo hasta sumar diez.
LA NUCLEARIZACIÓN
El proceso de desconcentración continuó durante el gobierno militar del General Juan
Velasco Alvarado iniciado en 1968. Se crearon Zonas de Educación en los departamentos y en
3
algunas provincias con características peculiares . En las provincias de Lima y Callao se
crearon cinco zonas educativas, y una más para las otras Provincias del departamento de
Lima. Si bien volveremos en este trabajo al tema de la organización administrativa de Lima,
cabe señalar que en términos de gestión la novedad principal de la Reforma Educativa del 70
fue la nuclearización.
1
Francisco Cumplido y Humberto Nogueira: Derecho Político. Ediciones del Instituto Chileno de Estudios Humanísticos.
Santiago de Chile, 1987,p.241. Citado en Manual para la Gestión Regional, Santiago de Chile, 1994.
2
Ministerio de Educación Pública: Descentralización Educativa, Reglamento Interno de las Direcciones Regionales. Lima,1987.
3
Walter Rabanal: Aproximaciones sobre la creación, organización y funcionamiento de las USEs. Documento de Trabajo,
Tarea, 1995.
29
Realidad Educativa Nacional
Entre las reformas realizadas por el gobierno militar de Juan Velasco Alvarado, la
educativa ocupa un lugar muy importante. Era considerada parte de un con junto amplio de
―reformas estructurales‖, como en los años recientes se denomina también a las reformas
neoliberales. Además de ser parte del proyecto político del gobierno, tuvo, a diferencia de otros
procesos, una explícita y desarrollada formulación edu cativa.
El sistema nuclear expresa una concepción de la organización del sistema educativo. La
mejor fundamentación de la Reforma, el Informe General, denominado ―Libro Azul‖, indica que
esta nueva concepción supone la crítica radical del sistema escolar t radicional y elitista, para
plantear la devolución de la función social educativa a la comunidad sobre la base de un
4
sistema orgánico inserto en ella . En la Reforma tradicional, cada centro educativo era un
enclave que aislaba verdaderas subculturas sociales, y eso tenía que ser cambiado.
Los enunciados sobre descentralización del Informe General proponían una relativa
autonomía de los organismos regionales. Suponían un manejo independiente de ciertos
recursos, así como personalidad jurídica autónoma, y pr oponían que se descargara funciones
al Ministerio de Educación que, simplificando su estructura, debía convertirse en unidad política
5
y técnica . Los organismos nacionales y desconcentrados tendrían consejos consultivos de
participación. Los organismos de base fueron denominados ―redes‖, cuyo eje era el Núcleo
Educativo Comunal (NEC). Dicho Núcleo articulaba los centros educativos en un territorio, y los
articulaba también con la comunidad, que participaba en el Consejo Comunal.
Los criterios fundamentales en que se apoyaba la nueva estructura organizativa eran:
La obra educativa considerada como función social de responsabilidad comunitaria; y
La integración de centros educativos en redes interconectadas de servicios nuclearizados,
6
con funciones en ámbitos territoriales .
7
Los núcleos tenían ―una doble caracterización‖ ; eran el primer escalón del aparato
administrativo –con sus tarea y subordinaciones- y por ello el nexo con la población, además
de, como lo indica José Rivero, ―primera instancia de participación en la gestión de la obra
educativa. Esta última caracterización no se producía automáticamente y la obtención de sus
objetivos estaba sujeta a múltiples y complejas acciones que escapaban, muchas veces, al
dominio o jurisdicción de los componentes del NEC y del propio sector público.‖ La complejidad
de la gestión escolar y la cuestión de la participación social están, así, en el centro del balance
de la Reforma de los setenta. Sin pretender registrar todos los componentes de ese balance,
podemos recoger de José Rivero también su mención a errores autoritarios y de percepción
respecto a la representatividad del Sindicato Único de Trabajadores en la Educación del Perú,
el SUTEP.
8
Según Cardó Franco llegaron a establecerse y funcionar más de 600 NEC, en los cuales
si bien hubo experiencias interesantes de trabajo de grupo, la tónica dominante fue el
sobrepeso de las tareas administrativas en desmedro de las técnico -pedagógicas y de
participación. Entre las dificultades para consolidar una experiencia de par ticipación comunal
estuvieron los límites temporales de la experiencia, así como la dificultad del régimen para
convivir con una participación social autónoma.
En el trabajo de Walter Rabanal se indica que entre 1972 y 1974, a través de los Consejos
Educativos Comunales (CONSECOM) –órganos de decisión con participación comunal-, se
4
Comisión de la Reforma de la Educación: Reforma de la Educación, Informe General. Ministerio de Educación, Lima,
1979, p.133.
5
Ibídem, 131.
6
Ibídem, 136.
7
José Rivero: ―La reforma educativa: sus expresiones participativas‖, en El Perú de Velasco, T. III, CEDEP, Lima, 1983,
818.
8
Andrés Cardó,. Hugo Díaz, Raúl Vargas V. Y Carlos Malpica F.: Planificación y desarrollo de la educación en el Perú.
Instituto Internacional de Planeamiento de la Educación, UNESCO, París, 1989, pp. 115-116.
30
Realidad Educativa Nacional
9
Augusto Salazar Bondy: La educación del hombre nuevo. La reforma educativa peruana. Paidos, Buenos Aires, 1975,
pp. 101-102. Véase también Raúl Vargas Vega: ―Éxitos y problemas del modelo educativo peruano‖, en Alternativas de
alfabetización en América Latina y el Caribe, UNESCO, Santiago, 1988. César Picón E.: ―Administración del proceso de
la Reforma de Educación de adultos en el Perú en los setenta‖, en Administración de la educación de adultos: cuatro
experiencias. CREFAL, México, 1982.
31
Realidad Educativa Nacional
10
manejo de su presupuesto .
La pobre y nula visión histórica de los partidos políticos sobre el Estado condujo a que en
estos operara la lógica de oposición global a la Reforma Raúl Gonzáles Moreira lo remarca: No
se evaluaron sus logros ni se pretendió corregir sus defectos. Simplemente se retornó a las
formas tradicionales, que dieron a muchos la seguridad de lo rutinario. El resultado ha sido el
11
actual retraso conceptual y técnico de nuestra educación‖ .
LAS UNIDADES DE SERVICIOS EDUCATIVOS (USE)
En los años de reversión de la Reforma, a comienzos de los ochenta, los NEC fueron
sustituidos por Supervisores. Según Rabanal, entre 1981 y 1982 se crearon 524. Pero esto
sobre todo significó que, junto a la reproducción de los errores de los NEC, se volviera a tener
una mirada estrechamente escolarizada de la educación. El Esta do fue perdiendo el discurso
político que lo sustentaba y en educación se volvió a la gestión tradicional.
Ya en esos años tenemos estructuras subnacionales que se suceden y que superponen
sus ámbitos de competencia. No se establecen bien las diferencias –menos aún los campos de
coordinación- entre las Departamentales por un lado, y las Zonales y las Supervisiones por el
otro; las primera supuestamente encargadas de la administración en la capitales de
departamento, y las segundas en las provincias. Rabanal indica que en 1985 había 24
Departamentales, 33 Zonales y 524 Supervisiones.
En la segunda mitad de la década de los ochenta el cambio innovador fue la formación de
las Unidades de Servicios Educativos, como órganos desconcentrados del ministerio que
tenían como referencia principal la circunscripción provincial. Se conformaron 183 USE; y en
12
Lima se agrupó a los distritos, con lo cual en 1988 llegaron a ser 200 . Administrativamente
sustituyeron a las Zonas y a las Supervisiones. Se les asignaron important es funciones
pedagógicas, administrativas y de participación, constituyéndose en entidades relativamente
cercanas y con mando directo sobre los centros educativos. Walter Rabanal, quien participó en
el proceso de formación de las USE, considera que se inte ntó dar prioridad al trabajo
pedagógico y que el proceso debió culminar en la desconcentración a nivel de centros
educativos, otorgándoseles autonomía pedagógica, administrativa y financiera. Se
establecieron tres modelos de USE, según el número de centros educativos a su cargo: un
primer modelo, de más de 200 centros educativos, en las áreas urbanas y con un mínimo de 70
trabajadores; uno segundo, de entre 100 y 199 centros educativos y 50 plazas; y uno tercero de
menos de 100 centros educativos con 30 plazas de trabajo.
Para Walter Rabanal lo que caracteriza a las USE respecto a otros organismos intermedios
anteriores fue la prioridad otorgada a lo pedagógico. Sin embargo, sus tres áreas –Supervisión,
Proyectos Educativos y Desarrollo Organizacional- operaron de manera descoordinada. En
realidad, son muchas las críticas actuales y pocos los estudios respecto al agotamiento de esta
forma de gestión. Se critica el formalismo y la incapacidad de estímulo pedagógico de su
función de supervisión. Aparece otra vez el sobrepeso de las actividades administrativas –entre
ellas la muy importantes función de personal-, así como de su papel de solucionador de
conflictos. También hay que resaltar cómo una vez más la tan buscada participación
institucional de la comunidad en la USE, a través del denominado Consejo Educativo
Microrregional, no llegó a producirse, ni siquiera al nivel mínimo formal planteado en su
Reglamento. La participación se desarrolló más bien por otras vías, básicamente el propio
centro educativo.
10
Hugo Díaz: ―Administración y gestión de la educación‖, en Políticas educativas: propuestas para el debate. Tarea, 1995,
p. 32.
11
Raúl González Moreira: ―La educación en el Perú, estado de la cuestión‖, en Educación para la democracia en
participación responsable. CISE, PUC, Lima, 1989, p. 116.
12
Sobre las USE ver, además, nuestro capítulo 5.
32
Realidad Educativa Nacional
33
Realidad Educativa Nacional
16
Dina Kalinowsky: ―Desarrollo de la Educación en el Perú‖, en Fines y Estructuras de la Educación Peruana. Varios Autores,
Fdoro Educativo, 1994
17
Manuel Paiba: Órganos de ejecución desconcentrados del Ministerio de Educación. Documento de trabajo, Tarea,
abril, 1995.
34
Realidad Educativa Nacional
18
Hugo Díaz y Otto Eléspuru: ―Rol de los municipios en la descentralización en el sector educativo‖, en Signo Nº 24, junio,
1992.
19
Mario Álvarez: Revisión crítica..., ob. Cit.
20
Noel McGinn y Susan Street: ―La descentralización educacional en América Latina: ¿Política nacional o lucha de fracciones?‖
en La Educación Nº 99, OEA, Washington,1986.
35
Realidad Educativa Nacional
36
Realidad Educativa Nacional
la división del mundo, donde a nosotros se nos asigna un rol. Lo real es que se trata de un
periodo de transformaciones muy fuertes, pero sutiles, que están llevando al replanteamiento
de cuestiones fundamentales, período en el que no podemos responder con esquemas
tradicionales. No podemos funcionar con los mismos modelos que defendíamos hace unos
años. Tampoco podemos actuar por ignorancia, por desconocimiento. Lo que sí es cierto es
que cualquier modelo que defendamos debe recuperar la ética en la conducción política. Y todo
lo que hagamos necesariamente se mueve dentro de una relación entre ética y polític a.
2. Indicando remedios que ellos no consumen
Es en ese marco general, donde el neoliberalismo reina con arrogancia, que se busca
aplicar recetas en el campo educativo. Creo que el Decreto Legislativo 699 fue un primer
ensayo: si no fuere por la reacción que hubo en esos momentos, se estarían dando ya pasos
muy acelerados hacia la privatización, sin medir el real costo social ni el efecto
contraproducente de esta medida.
Lo curioso es que estas recetas que se aplican en otros países latinoamericanos, no se
aplican en los países centrales, en los países que gobiernan y orientan estas políticas liberales.
Precisamente Juan Carlos Tedesco desarrolla un interesante trabajo sobre la privatización
de la educación en América Latina, donde plantea lo dudoso que resulta la tesis de que la
privatización sería el mejor medio para alcanzar los grandes objetivos educacionales que
históricamente se ha planteado el Estado: democratizar y dinamizar la educación.
Existen otros factores más decisivos y dinamizadores que tiene qu e ver con los estilos de
gestión, con el grado de autonomía e identidad institucional, autonomía de los grupos humanos
que toman esas iniciativas, de las autoridades que tienen presencia y legitimidad y que pueden
movilizar grupos humanos para plantear alternativas. En los países centrales la inversión en
educación es muy grande y el Estado asume los costos educativos por la importancia que se le
da a la educación en relación a las estrategias de desarrollo.
Tedesco toma algunas cifras reveladoras. Por ejemplo en Japón, el porcentaje de alumnos
de escuelas primaria privadas es de 0.5%; en Italia es de 7.7%; en el Reino Unido, de 4.5% y
en Alemania, de 1.6%. En otros sitios donde el sector privado tiene una presencia significativa,
como son los casos de Holanda con un 68.3% y Bélgica con un 54.6%, el Estado tiene
presencia a través de fuertes regulaciones tendientes a asegurar calidad y acceso igualitario.
La articulación estrecha entre el sector público y privado –en el caso de Holanda- se expresa
sobre todo a través de subsidios para el pago de todos los docentes (lo que imposibilita que
diferencias de salarios atraigan a los mejores docentes) y de regulaciones a través de insumos
claves: currículo, selección de estudiantes, evaluación, etc.
Ello nos prueba que la insistencia en la gratuidad de la enseñanza, y con ella en la
responsabilidad del Estado en el gasto educativo, no es solamente una cuestión principista, ni
sólo búsqueda de eficiencia y de equidad, sino que además está íntimamente vinculada con el
desarrollo posible, con el desarrollo que podemos y debemos tener, y con la lucha contra los
abismos y las diferencias que se van creando en el mundo entre unos países y otros.
La educación se vuelve elemento clave dentro de las estrategias políticas de des arrollo.
Juega un papel importante en la producción del conocimiento. Este es un elemento de orden
cultural fundamental. Este año 1992, a los 500 años ¿cuáles son los abismos existentes y qué
océanos nos separan?
3. Todos voltean los ojos hacia la educación
La importancia de la educación en las estrategias de desarrollo es reconocida también
como clave para la formación de recursos humanos. En una entrevista última de Caretas al
señor Vinod Thomas, quien ha preparado un informe para el Banco Mundial sobre Desa rrollo,
resalta la importancia que tiene la intervención del Estado en la formación de recursos
37
Realidad Educativa Nacional
38
Realidad Educativa Nacional
39
Realidad Educativa Nacional
por la región, pueden vincularse con educación planteando sus requerimientos de formación y
la capacitación de sus técnicos y profesionales y retribuyendo recursos para la educación.
Un rubro muy importante es el del financiamiento externo, sobre todo porque cada vez más
éste –que no es sólo donación sino endeudamiento- también está dentro de una línea de
descentralización. Los organismos de financiamiento tienen la disposición de establecer
relaciones con los gobiernos regionales, y de derivar sus aportes al campo de una educación
integral que particularmente esté ligada a la producción y a la generación de empleo.
Gobierno Local. Por ser el nivel de gobierno más cercano a la comunidad, puede
constituirse en una de las formas de identificación de recursos y financiamiento. Cuando se
habla de municipalización de la educación, ésta lleva un contenido negativo. Debemos
replantear los términos para que nos permita ver cómo en una gestión democrática el gobierno
local puede y debe asumir su responsabilidad en la educación del conjunto de la población. Un
primer aporte puede ser asumir totalmente el financiamiento de la educación a través de las
llamadas escuelas municipales.
Los convenios entre municipios y escuelas deben ser tambi én considerados como fuentes
no tradicionales de financiamiento de la educación. Deben ser planteados en términos de
intercambio de servicios. El municipio aporta recursos para la escuela vía convenios con las
comunidades educativas para que éstas participen en campañas de arborización, de
mantenimiento del ornato, de cuidado del patrimonio arqueológico de la zona, de salud y
educación ciudadana, etc. El municipio, por su parte, puede aportar mayores recursos a la
escuela para la construcción de los baños, el techado de las aulas, la construcción de losas
deportivas, el equipamiento y otras necesidades.
Por función y potestad establecidas en la legislación actual el municipio debe invertir en
educación vía recursos propios y/o canalizando el financiamiento e xterno, sobre todo en
alimentación escolar, equipamiento de la infraestructura escolar para los programas de salud y
alimentación. Y lo que es más importante, tiene mejores posibilidades –por su relación directa
con la población- de hacer realidad la planificación interinstitucional. Puede articular diferentes
institucionalidades: gobierno municipal, empresas, ONGs, Iglesia, asociaciones de tipo social,
organizaciones de base para la sobrevivencia (comedores populares, vaso de leche, etc.).
Cada una plantea sus demandas de educación. Por ejemplo las mujeres que trabajan plantean
demandas de educación inicial, y el municipio, por su cercanía, puede acoger de inmediato
esta demanda y buscar una respuesta adecuada. Pero también aparecen como hemos visto los
recursos que existen en las comunidades. De allí que el gobierno municipal es clave y
deberíamos darle mucho más presencia en la educación del país.
b. Aporte Privado
Todo ello nos permite concluir en la necesidad de que todos estos recursos estatales
identificados se deriven al sector educación y lejos de disminuirse, el aporte sea cada vez
mayor. Sin embargo, eso no significa que prescindamos de los aportes del sector privado que
deben ser potenciados para ponerse al servicio de las mayorías.
Dentro de una gama muy amplia de posible fuente de financiamiento, identificamos
algunas tales como las empresas, los padres de familia, los recursos propios y la cooperación
para el desarrollo.
Empresas. Los recursos provienen de dos tipos de empresas: las productivas y la s
comerciales. En relación a las productivas, es necesario identificar –por ramas de actividad- los
intereses de estos productores con la formación de los estudiantes que pueden dedicarse a
estas ramas de la actividad. Lo importante es cruzar el interés de la empresa por formar su
personal y por servirse de una infraestructura existente que está sub -empleada, con la
posibilidad de mejorar y extender los servicios de educación superior no universitaria o
40
Realidad Educativa Nacional
universitaria. Pensamos que estas empresas podrían est ar interesadas en reforzar lo que
existe o en iniciar nuevas experiencias educativas. Creemos que una adecuada coordinación
con las empresas puede ser un excelente camino para mejorar y reorientar la educación
superior tecnológica a la vez que iniciar proyectos de generación de empleo y desarrollo de la
producción. SENATI es una experiencia que debe renovarse e impulsarse.
Lo más importante es mantener una actitud abierta, romper esquemas de incompatibilidad
entre lo estatal y lo privado. Es muy importante combinar los elementos dinamizadores que
provienen de los sectores privados, especialmente empresas, articulándolos en proyectos
integrales de desarrollo local, de generación del empleo juvenil.
Con las empresas comerciales también puede establecerse relac iones muy interesante
que pueden canalizar aportes hacia la escuela. Por ejemplo pensamos que una propuesta de
campañas comerciales que están orientadas no sólo a vender el producto por su calidad, sino
que la gente sepa que al comprarlo está contribuyendo con una obra social.
Padres de Familia.- en relación a los padres de familia, el apoyo que han venido dando
tradicionalmente ha sido muy significativo, pese a que no haya sido valorado como inversión y
menos cuantificado. El mejoramiento de la infraestruc tura, su mantenimiento, el equipamiento
escolar, son rubros que han descansado –sobre todo en sectores populares- en la acción de
los padres de familia. las condiciones actuales hacen que la participación de los padres de
familia se retraiga porque la economía familiar ha disminuido significativamente.
Sin embargo, se pueden mantener las cuotas voluntarias, que deben conservar ese
carácter y no significar una presión perentoria para los padres. Un pago por partes puede
garantizar mayor contribución de los padres. Además, el padre de familia estará más motivado
a contribuir si ve realizaciones concretas. Y ello sólo es posible si se plantea que cada escuela
es un proyecto, que cada escuela debe tener un plan de desarrollo de su propia institución
donde se planifiquen las metas concretas y se justifiquen los recursos requeridos.
Otro aporte lo constituyen las actividades: bingos, rifas, fiestas, así como los aportes en
trabajo (tipo minka). Así mismo el padre de familia puede ofrecer su aporte profesional, su
experiencia ganada, para dinamizar los servicios establecidos en la escuela.
Creemos que es posible canalizar todos estos aportes si la escuela tiene autonomía para
plantear sus proyectos, para planificar con la participación de toda la comunidad educativa
(alumnos, docente, padres de familia, autoridades, etc.). y esto tiene que ver necesariamente
con un nuevo estilo de gestión exitosa que rompa la rutina, el caos, el desorden que ha
contribuido a la decadencia y deterioro de la escuela.
No es automático que con mayores recursos mejore el funcionamiento de la escuela, se
garantice la disciplina y un ejercicio democrático. Hay que crear las coordinaciones para que la
escuela pueda dar una respuesta diferente a la que nos tiene acostumbrados.
Siguiendo con los aportes del sector privado, destacamos un rubro muy importante: el
autofinanciamiento, la generación de recursos por parte de la comunidad educativa. En él
consideramos en primer lugar la gestión de proyectos productivos que permitan a los alumnos
no sólo capacitarse en una opción laboral, entrenarse en el manejo de herramientas y
maquinarias, sino sobre todo entrenarse para convertirse en productores con una mentalidad
empresarial. Muchos institutos tecnológicos superiores, o centros y equipamiento, mucha s
veces alquilados a terceros y sólo se limitan a capacitar a los alumnos en su manejo, cuando
podrían de calidad, de tiempos de producción, de buena administración, muy interesante en la
formación de los alumnos.
Un ejemplo de esta nueva fisonomía de la capacitación laboral lo constituyeron en la
década del 70 los PROMAE, centros de calificación ocupacional encargados de la producción
de material educativo. Uno de ellos, el PROMAE de Indiana, trabajó con una mentalidad nueva,
41
Realidad Educativa Nacional
42
Realidad Educativa Nacional
sido elaborado por unos pocos –generalmente alejados de las realidades- que se auto titulan
como interlocutores de la población y que distorsionan sus mensa jes, sino por todos los actores
sociales.
Esta práctica nos va a permitir también plasmar formas más democráticas de control
social, que permitan superar graves problemas hasta ahora difíciles de erradicar como es el de
la corrupción.
La ejecución de una planificación concertada, democrática, necesita también de una
autoridad clara, definida, permanente, que debe ser reconocida y respetada. Los directores en
las escuelas tienen que recuperar autoridad. los profesores tienen que relacionarse
democráticamente con sus alumnos, pero sin perder el sentido de lo que es el reconocimiento
de la autoridad y la necesidad de cumplir aquello que se planificó concertadamente.
El momento de la evaluación se convierte también en un espacio de ejercicio democrático,
donde la participación nuevamente va a ser ampliada a quienes se comprometieron en la
planificación, y va permitir reorientar el trabajo, enrumbarlo por nuevos cauces.
b. Las relaciones transversales
El segundo aspecto que considero importante en una gestión eficien te es el de las
relaciones transversales, intersectoriales, multidisciplinarias; es la relación de la educación con
la salud, con la alimentación, con la producción, con el trabajo.
Este cruce supone atar lazos que nunca existieron, plantearse proyectos co munes, arribar
a una planificación integrada. Esto supone crear en el estado esa instancia de coordinación,
tanto a nivel de gobierno central como de gobiernos regionales y locales que nos va a permitir,
no sólo enfrentar integralmente los problemas, logra r mayor eficiencia, sino va a suponer mayor
economía porque no se duplican acciones ni se desperdician recursos.
El gobierno local es, sin duda, una instancia privilegiada para iniciar una experiencia de
esta naturaleza. Villa María del Triunfo, Villa El Salvador y muchas otras comunidades han
dado el primer paso, articulando todos los sectores en un plan integral de desarrollo donde la
educación es clave y está al servicio del desarrollo productivo de la zona, el servicio de la
salud, de la formación ciudadana, al servicio del conjunto de los otros sectores. No es una
educación que está de espaldas a la realidad que está viviendo el estudiante, sino es parte de
ella.
NUESTROS DESAFÍOS
Todo lo expuesto implica una relación distinta entre el Estado y la socie dad; entre el
Estado, las organizaciones no gubernamentales y las organizaciones sociales de base. Y es en
este nuevo esquema que nos toca a todos como miembros de la sociedad, plantear nuestras
propuestas educativas en forma pública y organizada.
Tenemos, además, que estas presentes en esta reestructuración del Estado, de ese
Estado reducido, paralizado, colapsado, que tiene que rehacerse, que lo tenemos que rehacer
nosotros también. Desde la sociedad tenemos que aportar en la reformulación de este Estado,
justamente para que sea un Estado democrático.
1. La escuela como núcleo básico de la gestión descentralizada y democrática
Cada escuela debe constituirse en un proyecto educativo que plasme en micro el conjunto
de propuesta que tenemos para la educación en su conjunto. Allí se tienen que recoger las
iniciativas de todos los sujetos educativos y garantizarse la autonomía necesaria al despliegue
de esas iniciativas, debe ejecutarse el control social para evitar corrupción, enfrentarse
integralmente los problemas de salud, alimentación, trabajo y educación. La escuela que el
Perú necesita está construyéndose desde abajo.
Debemos retomar experiencias como la de los consejos educativos, consejos estudiantiles,
43
Realidad Educativa Nacional
44
Realidad Educativa Nacional
OBJETIVOS
1. Caracterizar los diferentes tipos de ideología y determinar la importancia de la
ideología desde una perspectiva educativa.
2. Valorar la importancia del vocablo utopía en el presente, como proyecto histórico
de una sociedad.
3. Explicar la importancia de un proyecto nacional en cuanto a sus principios o
axiomas que plantea Cirigliano, así como la importancia de un proyecto educativo
nacional.
4. Analizar los soportes de una estructura lógica para una concepción educativa.
5. Explicar los soportes epistemológicos y axiológicos de un proyecto educativo
nacional, regional, local o institucional.
45
POLÍTICA EDUCATIVA
Realidad Educativa Nacional
UTOPÍA
ORIGEN SIGNIFICADO
TIPOS
PLANTEAMIENTO PROYECTO CLASES
IDEOLOGÍA
INICIAL
PERSPECTIVA PERSPECTIVA
PROYECTO
EDUCATIVO
SOPORTES
EPISTEMOLÓGICOS Y
AXIOLÓGICOS
DESARROLLO
DESARROLLO PARTICIPACIÓN
INTERCULTURALIDAD IDENTIDAD NACIONAL CIENTÍFICO CULTURA DE PAZ
SOCIOECONOMICO RESPONSABLE
TECNOLÓGICO
46
Realidad Educativa Nacional
47
Realidad Educativa Nacional
En los últimos años, como consecuencia de los imprevistos históricos, y de los altos índices
de incertidumbre, se ha rescatado la consideración de las ideas que se esconden detrás de los
hechos, de lo que Ortega y Gasset (1970)acuñó como ―espíritu de los tiempos‖ para reseñar la
atmósfera histórica que refleja la aspiración del hombre en un determinado momento, Al hablar
de paradigma o marco epocal estamos colocados un poco en esta dimensión y, en tal sentido,
pensamos que con estos marcos se pretende comprender las inquietudes que, aunque
imperceptibles empíricamente, siempre están presentes en las sensibilidades y aspiraciones de
los hombres en una específica época histórica.
Finalmente, en relación con estas consideraciones y propuestas, son muchos los intérpretes
del momento actual que nos urgen a buscar una vía para alcanzar una conciencia ética militante
que asuma con valentía el proceso histórico de unificación que se lleva a cabo entre el hombre y
su entorno (Roszak, 1968).
Planteamiento inicial.
Al introducirme al campo de la teoría de la educación señalaba ( Capella,1982), siguiendo a
Fullat (1979), que el ser humano vive rodeado por cosas que constituyen su circunstancia, Sin
embargo, el hombre no se halla incrustado en su entorno, no le está sometido; discierne y
construye su mundo, mundo mental y mundo material. Está lo que le rodea y también la
hermenéutica que fabrica en torno a esta su circunstancia.
Es a partir de ahí que el hombre engendra saberes. Ahora bien, cuando queremos precisar
el valor de ese saber es que diferenciamos conocer de pensar.
Para Fullat conocer lleva una carga semántica positivamente valorativa que permite
comunicarnos, por vía de conocimiento, con realidades exteriores a nuestras subjetivas
ocurrencias. Pensar, por el contrario, apunta a un saber inmanent e, encerrado dentro de la propia
subjetividad.
Desde esta perspectiva conocimiento y ciencia son vocablos cercanos desde el ángulo
semántico; así como pensamiento y metafísica constituyen términos semánticamente
emparentados.
A lo largo de la historia ha sido preocupación permanente conocer la naturaleza y
procedencia de nuestros conocimientos. Las respuestas han sido múltiples y no voy a
enfrascarme en el análisis de la defensa que cada tendencia ha hecho de su posición .Me limito a
señalar que para mí la posición más lógica ha sido la de Piaget (1970).
Para el epistemólogo de Ginebra el conocimiento no sólo procede de las sensaciones; hay
que añadir a estas lo adquirido mediante acciones. Sensaciones y percepciones se hallan en la
base de los estudios elementales del conocimiento, pero no están solas. Cuando percibimos algo
lo captamos como un todo estructurado – gestalt- y no como la suma de sensaciones de cada
una de las partes de este todo. La percepción tampoco es una realidad autónoma, depende de l a
motricidad. Los conocimientos, por consiguiente, provienen de las acciones, de las cuales la
percepción constituye la función señalizadora. Conocer es transformar y no sólo contemplar. Los
esquemas de acción y los esquemas operatorios no pueden reducirse a percepciones. Una
percepción es algo más que una lectura de datos sensoriales, además implica una organización
activa en la que la experiencia histórica de cada quien, sobre todo cuando éste es adulto, juega
un papel considerablemente condicionante.
Volviendo a la cuestión de los saberes, Fullat (1979) considera que entre los no -científicos,
producidos por la capacidad imaginadora de los hombres en sociedad, hay que distinguir dos
modalidades muy diferentes: la función afirmadora de lo que hay y la funci ón negadora de lo que
hay; o afirmarse en el presente socio - político- económico o negarlo para posibilitar el futuro. No
se debe confundir ideología y utopía.
Ideología y utopía coinciden en no ser discursos científicos: ni una ni otra pueden probar
48
Realidad Educativa Nacional
sus asertos. También ambas tienen que ver con la práctica social de los hombres; ahora bien y
aquí discrepo de Fullat, la ideología es un producto de la reflexión cuyo papel puede consistir
tanto en conservar la situación social y política vigente, justific ándola racionalmente o negándola
y denunciándola. La utopía, en cambio, posee un papel creador de nuevas situaciones, para lo
cual niega previamente las actuales. La utopía del griego u negación, y topos, lugar; implica estar
siempre en otra parte; es la constante negación del orden dado. El hombre par ser hombre,
según el pensamiento utópico, tiene que mirar siempre más allá de lo que es. La utopía es
creadora porque niega rotundamente la sociedad presente, imaginando una nueva sociedad en la
que no haya dominio del hombre sobre el hombre, en la que se de anarquía.
En suma, ideología y utopía tienen que ver con la realidad política y social; la primera para
justificarla o cuestionarla, la segunda, en cambio, para superarla. Tanto el marxismo como el
liberalismo constituyen, en buena parte, ideologías que procuran racionalizar los respectivos
poderes políticos estatales. El anarquismo y el cristianismo son, también en buena parte, utopías
que fuerzan la rotura del presente hacia realidades totalmente nueva s.
Es evidente que el marxismo encierra elementos utópicos -e.g. sociedad comunista sin
clases y sin Estado-, pero también el cristianismo ha jugado como ideología de muchos
poderes políticos constituidos, proporcionándoles ideas que hicieran más aceptable el
dominio de éstos.
La utopía roza lo patológico cuando prescinde completamente de la historia; entonces
prescinde de lo metodológico, al intentar realizar la transformación, perdiéndose del todo en la
fantasía o en el pensamiento del todo o nada.
Concluyo proponiendo el concepto "proyecto" como un tipo de discurso mental de carácter
operativo que prefigura utópicamente sociedades futuras teniendo presentes los hechos
sociohistóricos, como un recurso teórico-metodológico cuya intención es modificar la realidad en
función de un modelo de sociedad.
De esta suerte, entiendo con Guédez que, al existir una relación dialéctica específica entre
educación y realidad socio-cultural, no se puede separar nuestra vocación histórica de un
esquema educativo. En otras palabras, no podemos concebir un proyecto pedagógico al margen
de un proyecto histórico-global, ni tampoco favorecer la conquista y consolidación de un proyecto
histórico sin el apoyo de un proyecto educativo.
La estructura de esta parte responde a mi convencimiento de que, habiendo precisado la
postura metodológica que asumo en él y planteada la hipótesis de trabajo, debo pasar a analizar
en detalle las connotaciones y denotaciones de los términos clave ideología, utopía y proyecto
para luego revisar la trayectoria o peripecia utópica de nuestro país, pues de lo contrario caería
en el error histórico que ha caracterizado a la educación nacional de no tener en cuenta nuestra
compleja y heterogénea realidad, y finalmente proponer los soportes epistemológicos en los que
creo debe sustentarse nuestro Proyecto Educativo Nacional.
1. Articulación entre ideología, utopía y proyecto.
Habiendo precisado las variables que intervienen en la premisa inicial o hipótesis de trabajo
que acabo de plantear, paso al estudio de cada una de ellas para tratar de sustentar mi posición
frente a su concurrencia en el tratamiento de la educación.
1.1. Ideología.
Existe gran confusión en el uso de este término debido a la multiplicidad de versiones
respecto a su sentido. Para tratar de dar luz sobre el asunto voy a intentar precisar el origen del
término en cuestión, discutir su naturaleza, describir algunas tipologías, señalar sus
características y finalmente fijar posición sobre el tema adoptando una perspectiva educativa.
49
Realidad Educativa Nacional
50
Realidad Educativa Nacional
51
Realidad Educativa Nacional
21
Los marxistas identifican ambas concepciones siendo una de las consecuencias más notables la descalificación, desde un
punto de vista epistemológico, de la mayoría de las ciencias sociales en las cuales es inevitable adoptar determinados juicios
de valor (referidos a los fines de la acción humana), que hacen inevitable la presencia en ellas de una ideología en sentido
sustantivo. Por ejemplo, en las ciencias de la educación parece inevitable asumir determinados principios sobre la naturaleza
humana, los fines de la educación, etc.
52
Realidad Educativa Nacional
53
Realidad Educativa Nacional
verdadera ni falsa ya que estos valores sólo pueden predicarse de enunciados, y el concepto
sociológico de ideología no refiere a enunciados, sino a los propósitos y aspiraciones de una
clase o grupo social y a la relación de esos propósitos y aspiraciones con los conocimientos
producidos por la ciencia.
c. Características de la ideología.
Althusser (1968) encuentra que la ideología tiene cinco características:
1)Abarca una realidad que se puede dividir en regiones particulares, las cuales comprenden
diversos aspectos de la totalidad social. Así encontramos la ideología religiosa, la ideología
moral, la ideología jurídica, la ideología política y la ideología filosófica. Alguna de esas
ideologías se convierte en dominante, en períodos específicos de la historia de las sociedades,
y para participar en la lucha ideológica, se debe conocer cuál es la región dominante que prima
para así poder elegir las estrategias adecuadas.
2)En cada una de sus regiones la ideología puede encontrarse en forma más o menos difusa o
irreflexiva, o por el contrario de forma más o menos consciente, reflexiva y explícitamente
sistematizada de las formas teóricas para su ejercicio.
3)La ideología tiene un sentido en su función social. En una sociedad estratificada, en una
sociedad de clases, la ideología tiene como función el cohesionar a la sociedad y asegurar la
dominación de una clase. El bello engaño de la ideología, dice Althusser (1968), tiene pues un
doble uso: se ejerce sobre la conciencia de los explotados para hacerles aceptar como natural
su condición de tales; actúa también sobre la conciencia de los miembros de la clase dominante
para permitirles ejercer como natural su explotación y su dominación.
4)La representación de lo real está necesariamente falseado por la orientación y la tendencia que
tiene la ideología. Esa tendencia y esa orientación tienen como fin no dar a la sociedad el
conocimiento objetivo del sistema en que viven, sino por el contrario, ofrecerle una
representación mistificada del sistema para mantenerlo en su lugar, sin cambios radicales, con
las formas necesarias.
5)Finalmente la ideología, además de estar dividida en regiones, se divide en tendencias, ya que
si por un lado expone una representación de lo real cuyo objetivo es mantener la explotación y
dominación de clase, también puede permitir en circunstancias específicas, la protesta de las
clases explotadas para su liberación, al percatarse de la situación en que se encuentran.
d. Perspectiva educativa.
La mejor manera de tratar con la paradoja de Mannheim, así como con cualquier otra, es
eludirla reformulando el propio enfoque teórico, evitando de esta manera tener que recorrer, una
vez más, el mismo camino trillado que condujo hasta ella.
Mi posición frente a la ideología, desde la perspectiva educativa, es básicamente de carácter
axiológico. Creo que los valores y su expresión, cuando son objetivados, adquieren una
dimensión más amplia que tiende a universalizarlos. Se constituyen en sistemas o jerarquías
tendiendo a formar parte o a constituir por sí mismos una ideología.
Trato de rescatar la percepción más amplia de la ideología y la defino con Sánchez Vásquez
como un conjunto de ideas acerca del mundo y de la sociedad, que responde a intereses,
aspiraciones o ideales de una clase social en un contexto social dado, y que guían y justifican un
comportamiento práctico de los hombres acorde con esos intereses, aspiraciones o ideales.
Concuerdo con Miró Quesada (1985) en que la ideología incluye la teoría de la sociedad y
de los principios morales que deben ser el fundamento de su organización. Es un tipo de
pensamiento que se utiliza para justificar o fundamentar la acción política. Toda acción política
tiene una meta determinada (o metas determinadas). La ideología es lo que justifica dicha meta,
lo que explica por qué se la ha escogido, por qué es superior a las metas escogidas por otras
54
Realidad Educativa Nacional
55
Realidad Educativa Nacional
56
Realidad Educativa Nacional
F.C.E. de México en 1941 se ofrece amplia información sobre la forma en que se concibió y
evolucionó la noción de utopía.
En el campo literario Utopía es el nombre de la isla que Tomás Moro imagina en 1516 como
sociedad ideal en su obra "De óptimo republicae statu de que nova Ínsula Utopía" en la cual narra
las condiciones de vida en una isla desconocida llamada precisamente Utopía, condiciones que
se caracterizaban por la abolición de la propiedad privada y de la intolerancia religiosa. Más
tarde, el término se ha aplicado por extensión, no sólo a toda tentativa análoga anterior o
posterior sino también en general a todo ideal político, social o religioso de difícil o imposible
realización.
En filosofía, los planteamientos utópicos constituyen toda una tradición de pensamiento en la
que se intenta plasmar la imagen perfecta de una estructura. El objetivo fundamental del análisis
utópico ha sido el acuerdo cabal del hombre consigo mismo y con los demás, junto a las
supuestas condiciones que lo hacen posible. Según Platón -República- en la génesis del
pensamiento utópico, incluso en sus expresiones más remotas, se da una especie de nostalgia
por situaciones vitales perdidas o esperanzas de formas de vida que se conciben como destinos
humanos reales. En cualquier caso, supone la plasmación en metáforas del prototipo
convivencial que se supone en la tendencia de toda la humanidad. Ejemplo de escritos utópicos
son la mencionada "Utopía" de Tomás Moro, "De Civitas Dei" de San Agustín, la "Citta del Solé"
de Campanella, la "The New Atlantis" de Bacon, "El código de la naturaleza" de Morelly. Las
obras "El Emilio", de Rousseau y "Sobre la educación estética del hombre" de Schiller, pueden
considerarse como verdaderas utopías pedagógicas.
b. Tipos de utopía.
El término utopía ha tenido distintas o a lo menos matizadas connotaciones en las que no
voy a adentrarme pero que sí creo conveniente mencionar alguna s como: "utopía social cristiana
revolucionaria" (De Fiore), "utopía técnica" (Bacon), "utopías federativas" (Owen y Fourier),
"utopías centralistas" (Cabot y Saint-Simon), "utopías anarco-individualistas" (Stirner, Proudhon y
Backunin), "utopías sociales" (Bloch), "utopía de la liberación" (Gutiérrez, Zeballos).
Por otra parte también se le ha conferido diversas intencionalidades. Comte confió a la
utopía la tarea de mejorar las instituciones políticas y desarrollar las ideas científicas. Marx y
Engels, por el contrario, condenaron como utopistas las formas que el socialismo había tomado
por obra de Saint-Simon, Fourier y Proudhon oponiéndoles el socialismo científico, que prevé la
transformación necesaria del sistema capitalista en sistema comunista, pero excluye cualquier
previsión acerca de la forma que tomará la sociedad futura y cualquier programa para ella.
También se han presentado posiciones dicotómicas. Se habla de utopías "absolutas" y
utopías "relativas". Las absolutas serían aquéllas cuyos objetivos son, en principio, irrealizables y
las relativas aquéllas que en un momento histórico determinado no pueden realizarse. Es a las
utopías relativas a las que se refería Lamartine al decir que las utopías a menudo no son más
22
que verdades prematuras.
Sorel (1978) considera a la utopía como "obra de teóricos que, luego de haber
observado y discutido hechos, intentan establecer un modelo al cual se puedan comparar
las sociedades existentes para medir el bien y el mal que encierran"; y la contrapone al
mito que, según él, es la expresión de un grupo social que se prepara para la revolución.
Mannheim (1966), en cambio, ha considerado, como ya hemos visto, que la utopía está
destinada a realizarse, en oposición a la ideología que nunca llegará a realizarse. La utopía, en
22
Ver ampliación en Ideología y Utopía, México, 1941, F.C.E.; Cf. R.K. Merton, "Social Theory and Social Structure", 1957, 3ra
edición.
57
Realidad Educativa Nacional
23
este sentido, estaría en la base de toda renovación social.
Landauer (1961) diferencia utopía "revolucionaria" de utopía "estabilizadora o reaccionaria".
Y Tubino (1992) distingue entre utopía "legítima" y utopía "ilegítima", y define la primer a como
una imagen ideal que lejos de ser fruto de la ensoñación, del deseo, es fruto de la captación de
algo que existe como posibilidad real aún no actualizada. Lo posible es parte de lo real. Lo real
no se agota en lo fáctico. La utopía legítima es en este sentido real, y no se opone al principio de
realidad.
c. Delimitación conceptual.
Cabe señalar que parte de estas posiciones encontradas se deben a la confusión reinante
sobre el sentido del término utopía. Por esto antes de pasar al estudio de su natur aleza, he
considerado conveniente diferenciarlo de otros vocablos con los que a veces se lo identifica o
relaciona como: entelequia, profetismo, providencialismo, milenarismo,... Veamos rápidamente
sus diferencias.
Entelequia tiene varias acepciones. Para Aristóteles significa la realización del acto final o
perfecto y por ello define al alma como la entelequia de un cuerpo orgánico. Santo Tomás retoma
el término aristotélico para sus reflexiones sobre el ser y así entiende la entelequia, como acto
primero o el ser acabado. Posteriormente, Leibniz también dirá que entelequia quiere decir orden,
autosuficiencia, unidad de sentido, totalidad. Por último Wenzl, Driesch y Becher utilizan el
concepto de entelequia cuando analizan la vida bajo categorías como t otalidad y finalidad, y la
definen como el principio de vida de los seres animados, como un factor irreductible a lo físico -
químico.
El profetismo es una tendencia a anunciar como seguro un futuro meramente posible y no
siempre probable, bien apoyándose en argumentos pretendidamente científicos, bien acudiendo
a la intuición como máximo recurso de que dispone la inteligencia humana, bien basándose
incluso en pretendidas dotes parapsicológicas o adivinatorias.
El providencialismo lleva a pensar ingenuamente que el futuro será mejor que el momento
actual porque de ordinario conjuga una visión pesimista del presente con otra optimista acerca de
los tiempos venideros, en el convencimiento de que fuerzas metafísicas habrán de intervenir sin
que medie causalidad alguna.
El milenarismo o quialismo es una postura teórica y práctica que constituye el punto de
intersección entre utopía y providencialismo, al que Mannheim y Bloch han concedido
extraordinario valor como fuente o como precedente de todas las grandes utopí as
revolucionarias. Las diferentes versiones que ha tenido a lo largo de la historia hacen referencia
a la realidad divina, a la directa influencia de Dios en los acontecimientos humanos; de ahí que
esta tendencia esté próxima a la escatología, de la que algunos consideran un tipo, y
consecuentemente, al providencialismo. El carácter sincrético del milenarismo (con una simbiosis
no bien lograda de eternidad y temporalidad) rememora las antiguas y modernas interpretaciones
míticas por lo que esta posición no es desdeñable.
Para Moltmann (1969) utopía y escatología se oponen, pues la escatología cristiana no
puede ser reducida, mediante un "trascender sin trascendencia", ni a las utopías, ni tampoco al
"principio de esperanza" de una consumación inmanente del mundo sino que, bien entendida,
"hace saltar" también al "principio de esperanza"; la confianza cristiana tiene que encontrar la
fuerza para realizar una iconoclasia de las imágenes utópicas de la esperanza y ello no por
causa de la resignación, sino por causa de la verdadera miseria del mundo y del futuro de Dios.
23
Por tal motivo la identificación con una utopía, conlleva siempre una dosis de riesgo c incertidumbre que en política es muy
difícil de evitar. No hay que perder de vista que en nombre de las utopías políticas los hombres han matado y se han dejado
matar, confirmándose así el poderoso rol movilizador
que desempeñan.
58
Realidad Educativa Nacional
No opina igual Gutiérrez (1973), para quien Cristo por su muerte y resurrección redime al
hombre del pecado y de todas sus consecuencias. Como expresa muy bien este texto: "es el
mismo Dios quien, en la plenitud de los tiempos, envía a su Hijo para que hecho carne, venga a
liberar a todos los hombres de todas las esclavitudes a que los tiene sujetos el pecado, la
ignorancia, el hambre, la miseria y la opresión, en una palabra, la injusticia y el o dio que tienen
su origen en el egoísmo humano". Es por eso que la vida cristiana es una pascua, un tránsito del
pecado a la gracia, de la muerte a la vida, de la injusticia a la justicia, de lo infrahumano a lo
humano. Cristo nos hace, en efecto, entrar por el don de su Espíritu en comunión con Dios y con
todos los hombres. Más exactamente, es porque nos hace entrar en esa comunión, en itinerante
búsqueda hacia su plenitud, que vence al pecado, negación del amor, y a todas sus secuelas.
En los últimos tiempos el vocablo utopía ha vuelto a rescatar su sentido auténtico para
designar el proyecto histórico de una sociedad cualitativamente distinta y para expresar las
aspiraciones al establecimiento de nuevas relaciones sociales entre los hombres. El poder de l a
utopía radica en su condición de paradigma, pues por excelsa que sea una realidad futura la
empequeñecemos si la hacemos completamente realizable.
La utopía está marcada por su relación con la realidad histórica frente a la cual denuncia y
anuncia, para expresarlo en términos de Freire (1974). El carácter retrospectivo radica en la
denuncia del orden existente que rechaza, mientras que en el anuncio encontramos el presagio,
la prospectiva de un orden distinto, de una nueva sociedad. Y entre la denuncia y el anuncio está,
al decir de Freire, el tiempo de la construcción, de la praxis histórica.
La tesis utópica, escribe Ricoeur (1975), no tiene eficacia sino en la medida en que
transforma, paso a paso, la experiencia histórica precisa: la utopía es engañosa , cuando no está
articulada en forma concreta con las posibilidades ofrecidas a cada época.
Las utopías surgen con renovada energía en momentos de transición y de crisis pues tienen
como principal característica el ser, como apunta Zeballos (1961), un idea l dinámico capaz de
movilizar las potencialidades más ricas de la existencia humana. La utopía no es el lugar ni el no -
tiempo de las concepciones caseras, es la más grande posibilidad de la existencia, es tensión
constante, insatisfacción fontanal, anhelo de otra generación, negación al conformismo. Sin este
elemento utópico el mundo del hombre no hubiera emergido de la barbarie y del instinto; pero la
utopía señala además un término, una meta. Esta es, en mi concepción, el reino de Dios, la
sociedad sin clases, el mundo justo.
d. Perspectiva educativa.
En el campo específico de lo educativo el valor dinámico y creativo de la utopía tiene una
importancia realmente significativa si queremos que la educación sea eficaz y logre la
transformación de la sociedad. Es por esto, como nos recuerda Gutiérrez (1973), que Mariátegui
(1959) proponía con cierta ironía no clasificar más a los hombres como revolucionarios y
conservadores sino como imaginativos y sin imaginación.
La perspectiva antropoplástica que alienta todo pensamiento pedagógico explica el
componente utópico omnipresente en esta literatura. El término intencional, de uso tan frecuente
en Educación, implica la presencia de una meta que en sus descripciones más generales
constituye la completa descripción de un modo de ser y convivir, respecto al cual el acto
pedagógico se entiende como la búsqueda de sus condiciones plausibles. Pero son las
condiciones reales de existencia y las convicciones actuales las que determinan las distintas
formulaciones utópicas o el sentido de la orientación transformadora de una realidad hacia su
cambio. De ahí que la utopía, en definitiva, concrete un conjunto de valores dominantes
culturalmente y hasta posea su propio grupo cultural de referencia. Desde otra perspectiva, los
libros utópicos aparecen en el anverso como finos análisis críticos de alto poder negador, agudos
estudios sociológicos o filosofías del convencimiento en las posibilidades humanas. En este
59
Realidad Educativa Nacional
sentido, los planteamientos educativos de todos los tiempos, además d e pretender mantener la
identidad cultural de los pueblos, se convierten en un auténtico desafío.
Es más, como señala Furter (1970) la utopía tiene una función educativa. La construcción de
utopías puede ser primeramente una técnica intelectual, esto es, u na manera de pensar
imaginativamente modificaciones posibles de una sociedad de tal modo de abrir nuevas
perspectivas. La utopía es el producto de una verdadera experiencia mental, gratuita, lúcida,
indiferente a la realización, donde el hombre juega con las propias facultades demostrando a sí
mismo y a los otros sus inagotables posibilidades de creación. Tan es así que la falta de utopías
en una sociedad puede ser interpretada como una falta de imaginación creadora, una aceptación
general del statu quo, lo que para los países en vías de desarrollo, significaría una parálisis
general.
Es preciso apelar a fórmulas de concertación social entre los sectores; los parámetros de las
estrategias de desarrollo futuro suponen la definición de una nueva constelación d e valores
acerca del desarrollo: la solidaridad, la eficiencia, la participación y la creatividad serían, en
consecuencia, algunos de los valores que estarían asociados a las estrategias de desarrollo y en
cuya difusión el sistema educativo tendría un significativo papel a cumplir (Tedesco, 1987).
Para concluir este apartado creo que es conveniente insistir en que es necesario ser realista
y equilibrado pues, como nos advierte Pablo VI (1971) en su carta Octogésima Adveniens,
estamos asistiendo al renacimiento de lo que se ha convenido en llamar "utopías", la cuales se
presentan como remedios superiores a las primeras para resolver el problema político de las
sociedades modernas.
A diferencia de la ideología liberal y de las ideologías marxista y socialista insertas en el
orden establecido de los regímenes políticos, la utopía se alza como forma o solución no inscrita,
como apunte no estrenado todavía, hacia una organización futura, como líneas de construcción
política inéditas.
Según Pablo VI la utopía puede entenderse en un sentido negativo y en un sentido positivo:
* La utopía es con frecuencia una forma de evasión del presente; un intento de elusión apoyado
en fáciles hipótesis de futuro. Esto, dice, sería peligroso no reconocerlo. La apelación a la
utopía es con frecuencia un cómodo pretexto para quien desea rehuir las tareas concretas,
refugiándose en un mundo imaginario. Vivir en un futuro hipotético es una coartada fácil para
deponer responsabilidades inmediatas.
* La utopía, como crítica de la sociedad establecida, ofrece, sin embargo, estímulos que incitan a
intuir y descubrir en el presente los elementos que, liberados de los condicionamientos
perturbadores, pueden servir para arquitecturas políticas nuevas.
Hay que reconocerlo, continúa, esta forma de crítica de la sociedad establecida provoca con
frecuencia la imaginación prospectiva para percibir a la vez en el presente lo posiblemente
ignorado que se encuentra inscrito en él, y para orientar hacia un futuro mejor; sostiene además
la dinámica social por la confianza que da a las fuerzas inventivas del espíritu y del corazón
humano; y finalmente, si se mantiene abierto a toda la realidad, puede también encontrar
nuevamente el llamamiento cristiano.
Y, por último, Pablo VI añade como epifonemo una advertencia sobre la acción trastornante
que la providencia ejerce en la historia, una grave admonición condenatoria del espíritu
conservadurista e inmovilizante, contrario al dinamismo que Dios quiere e impone en la historia:
"El espíritu del Señor, que anima al hombre renovado en Cristo, trastorna de continuo los
horizontes donde con frecuencia la inteligencia humana desea descansar, movida por el afán de
seguridad, y las perspectivas últimas dentro de las cuales su dinamismo se encerraría de buena
gana; una cierta energía invade totalmente al hombre, impulsándole a trascender todo sistema y
toda ideología."
60
Realidad Educativa Nacional
61
Realidad Educativa Nacional
contacto con la realidad), evaluativa (para discernir las condiciones de la sociedad), normativa
(para señalar los puntos finalísticos a conseguir) y operativa (para marcar la secuencia
progresiva de la acción que se requiera). Esta explicación se hace persuasiva si se recuerda que
hemos intentado una aproximación diagnóstica de la realidad contemporánea y que, en
consecuencia, necesitamos un cuadro de referencia que permita abordarla con rigor de análisis y
con capacidad para generar una responsabilidad frente a ella.
El proyecto histórico nacional resulta indispensable para romper con los esquemas de
penetración foránea que, precisamente, adquieren su derecho de entrada por la inexistencia de
modelos internos capaces de motivar y dirigir nuestro destino y esfuerzo. En efecto, la
dependencia está siempre en relación con un proyecto extremo que, por ausencia de uno propio,
se impone como instancia a imitar. Si no tenemos un modelo de desarrollo debemos aceptar otro
que se nos muestre desde afuera. Debemos añadir que, precisamente, a la inexistencia de un
esquema normativo identificado con nuestra manera de sentir, de pensar y de hacer, se unen dos
circunstancias igualmente peligrosas: por una parte, los intereses imperialistas y, por otra, la
mentalidad del colonizado. Mientras a los imperialismos les interesa una relación de dominación -
subordinación-dependencia, a la vocación de colonizado le motiva la comodidad del menor
esfuerzo y la línea de menor resistencia. Esto quiere decir que la figura de la dependencia no es
sólo la consecuencia de una intención imperialista externa, sino también de una vocación interna
de sometimiento. Esta, a su vez, es la expresión de una incapacidad para formular un proyecto
histórico propio, que enraice el sentido de una identidad nacional y que oriente la concepción de
medios para el desarrollo autónomo.
b. El proyecto nacional.
En términos políticos, los proyectos históricos equivalen a los llamados "proyectos
nacionales" tan diversamente juzgados y aceptados en nuestro medio.
El concepto de proyecto nacional surge y se extiende en nuestra región latinoamericana. Es
a partir de la difusión de los denominados planes de desarrollo que surge la idea diferente de
proyecto nacional. Mientras el plan de desarrollo significa generalmente alcance de ciertas metas
cuantitativas consideradas en sí mismas valiosas, el proyecto nacional implica la existencia de un
argumento histórico a vivir. Es decir, anticipar aquello que luego será registrado como historia.
Bolívar concibe un proyecto que como argumento histórico, significa: para libertar a los países de
la América Colonial hay que organizarse militar, política y socialmente. El contenido del proyecto
es la libertad y esta idea central organiza todas las acciones concurrentes.
Como he dicho, las posiciones son encontradas. Por ejemplo. Vargas Llosa (1984) y Cotler
(1984) niegan tanto su posibilidad como su validez.
Vargas Llosa dice que no hay posibilidad de que los miembros de una comunidad coincidan
todos o una mayoría abrumadora, en un objetivo final, en un modelo de sociedad que todos
consideren ideal y que estén dispuestos a hacer lo necesario para alca nzarlo. No le parece
posible y tampoco le parece deseable que exista un modelo; no cree que exista una meta única
ideal, es algo ambiguo, cambiante, transitorio, a la que sólo se puede llegar a través de ideales
contradictorios y diversos.
Y Cotler afirma categóricamente que es profundamente contrario a la posible suscripción de
un proyecto nacional porque detrás de éste siempre hay un proyectista; un proyectista que, por lo
general, se considera con ese voluntarismo tan claro de todos nuestros autócratas o pretendidos
monarcas con una suerte de absoluta seguridad en el mensaje que tienen.
En cambio, Guerra García (1984) está convencido de que sólo un enorme esfuerzo, un
gigantesco esfuerzo plural y concertado, que durante muchas décadas sostenga, aliente y
desarrolle un proyecto nacional, podrá permitirnos enfrentar con eficacia esta tragedia que
vivimos. Este proyecto nacional, basado en un diagnóstico veraz y profundo, exigirá de todos
62
Realidad Educativa Nacional
nosotros cambios muy profundos, cambios en nuestras concepciones de la política y del poder,
en la manera que necesariamente tenga que reordenarse el gasto público y en nuestros usos y
hábitos individualistas. Sin ello el porvenir de nuestra patria parece muy oscuro.
Y por su parte Szyslo (1984) concuerda con Ortega y Gasset (1970) en que una nación se
constituye no solamente por un pasado que pasivamente la determina sino por la validez de un
proyecto histórico capaz de mover voluntades dispersas, y dar unidad y trascendencia al esfuerzo
solitario. El problema radicaría en encontrar un camino que, rescatando lo más valioso de nuestro
legado histórico y usando los avances de la tecnología moderna, facilite y acelere el desarrollo y
el progreso pero que al mismo tiempo respete las formas culturales nativas e impida el deterioro
de los valores y del estilo de vida. Y esto requiere que seamos lúcidos, que seamos creadores,
que aprovechemos el potencial económico-geográfico, social, con que contamos para ser un país
verdaderamente libre y soberano, que rompa con los fantasmas alucin antes del pasado.
Yo me inclino por esta última posición y lamento que en el debate teórico, en la proposición
de planteamientos y políticas para el proyecto nacional, el avance sea tan lento. Todavía nos
movemos preferentemente en el plano de la consigna, la crítica tendenciosa y las vagas
generalizaciones lo que motiva la falta de líneas matrices para darle una base sustantiva al Perú
del futuro, a la esperanza del pueblo peruano.
Es por ello que para avanzar en la concreción de un proyecto nacional me pa rece de sumo
interés recoger el aporte de Lampe (1980) quien, interpretando a Cirigliano (1974), define el
proyecto nacional como el argumento de la historia futura, la trama de un destino que una
generación o un conductor propone a un país, que es asumido y se transforma en realidad en la
historia misma del país. Cuando se usa el término "proyecto" se implican dos acepciones
diferenciables: primero, un papel que históricamente se está viviendo, un argumento del país en
ejecución; y segundo, ese mismo argumento en tanto escrito, formulado, explícito. Una es la
realidad vivida, otra es la realidad prescrita o descrita. Proyecto no es sólo el esbozo o armado
de propuestas sino su realización. Un país se proyecta y se concreta en el proyecto. El proyecto
formulado puede tanto preceder como ser precedido por el proyecto vivido. Un pueblo puede
estar viviendo un proyecto vivido, sin que esté escrito. Así, proyecto es el rol a desempeñar en el
mundo que un país se asigna; el papel que acepta o adopta cumplir; el de stino que elige jugar
dentro del concierto mundial. Es la empresa común que organiza las tareas de un país, que
concierta sus actividades.
También se ha definido el proyecto como un sistema coherente de propuestas que articula
todos los aspectos de la vida nacional. Pero -cabe agregar- los articula según un designio central,
un destino político. El proyecto es la suma de las necesidades del pueblo (o de la población del
proyecto) estructuradas bajo un designio. Sólo teniendo un argumento de país, que es la futura
historia, éste puede hacer historia y no simplemente encontrarse dentro de la historia de otros.
Resumiendo, proyecto es un designio, papel, destino querido y formulable que da estructura,
coherencia y articula los más importantes aspectos, áreas o sectores de la vida nacional, dando
así respuesta a las necesidades del pueblo y a los problemas nacionales.
Dicho en términos más precisos, un proyecto nacional es una organización de respuestas a
las necesidades de un pueblo. Si no es así, es sólo un bonito armado burocrático de expresiones
de deseo. Precisamente una circunstancia que suele poner la pertinencia y la congruencia entre
emprendimientos y proyecto central suele ser la educación, porque ésta forma los personajes, los
hombres, los actores de ese argumento por lo que lo debe tener muy presente y muy claro. No es
lo mismo formar hombres para el consumo que para el ahorro, para dilapidar recursos naturales o
para conservarlos.
Para comprender mejor lo dicho analicemos, aunque sea someramente, los p rincipios o
axiomas que Cirigliano (1974) considera cuando se plantea y desarrolla un proyecto nacional:
63
Realidad Educativa Nacional
Libera y moviliza reservas, población y recursos naturales, hasta ese momento sin uso o
marginadas o conflictivas. Precisamente, para que sea posible u na historia nueva se requieren
nuevos personajes que ingresen a la escena y que concierten sus expectativas con las
necesidades que el proyecto reconoce y a las que viene a dar respuesta.
Rehace o reorganiza su espacio físico-geográfico. Un nuevo proyecto supone haber mirado el
propio cuerpo desde el ángulo de los nuevos valores y necesidades, y haber enfatizado lo que
hasta ese momento no se vio.
Es estructurante y totalizador. A diferencia de los habituales planes de desarrollo que pueden
ser catálogos o colecciones de cosas por hacer que se tomen válidas en sí mismas (hacer
aeropuertos, diques o rutas), un proyecto nacional es una articulación que fomenta ciertas
realizaciones y descarta o anula otras. No todo es favorecido.
Se financia a sí mismo. Al no tener costo económico exterior a sí mismo ningún proyecto
puede dejar de hacerse por razones de financiación o no es un genuino proyecto nacional.
Es el argumento histórico del futuro. Es la trama y el drama de lo que el país ha de vivir. Lo
que permite a la población del proyecto participar de sus roles y conductas y las de los demás.
Además dota de los sobreentendidos necesarios para comprender la acción y el argumento en
desarrollo, permitiendo descartar los cursos de acción no congruentes con el argumen to
central.
Se encarna y operativiza en tareas concretas en las que están incorporados sus ideales y
lineamientos generales.
Cabe enfatizar que un proyecto histórico es siempre un esquema perfectible y no una
entelequia. Por eso debe demostrar, permanentemente, el grado de su fecundidad teórica y
práctica, es decir, la capacidad de poner a prueba la legitimidad de sus enunciados, así como su
coherencia interna y su pertinencia respecto a las situaciones concretas de la realidad.
c. El proyecto educativo nacional.
El futuro deseable no se decreta y postula con un proyecto histórico nacional sino que debe
construirse con el caminar en la realidad histórico social. Uno de los recursos fundamentales para
promover la aceleración, consolidación y orientación de es a tarea es la educación. Si esto se
acepta como válido se debe asumir la responsabilidad de sistematizar un esquema que permita
definir los esfuerzos, delimitar las estrategias, fundamentar la dinámica y precisar los objetivos
del proceso educativo. Es aquí, como veremos enseguida, donde surge la idea de un proyecto
educativo que sirva de instancia para traducir las demandas del proyecto histórico en el terreno
de la praxis educativa.
Tratando de guardar coherencia con la intencionalidad de esta parte del l ibro voy a trabajar
este asunto a partir de la relación ideología-utopía-proyecto para, más adelante, desarrollar con
algún detalle los soportes epistemológicos sobre los que, a mi entender, debería sustentarse un
proyecto educativo nacional para ser pertinente.
A partir de la entraña utópica de la persona humana y de la sociedad en función de un
proyecto histórico defino la educación, siguiendo a Guédez (1985), como un fenómeno personal,
social, histórico e ideológico. No es mi intención desarrollar aquí c ada una de las dimensiones de
este fenómeno; pretendo más bien destacar su condición de proyecto.
La educación como fenómeno socio-histórico-ideológico nace en la sociedad, se dinamiza y
administra a través de sus instituciones confígurativas siendo además garantía de su
supervivencia y progreso. La educación, dice Guédez, es parte de la realidad social y está en
relación con todos los elementos de la misma, recibiendo de ellos influencia y proyectando hacia
ellos inquietudes. Esta connotación social hace que no sea un proceso divorciado de su contexto
sino vinculado con todo el sentido de la dinámica histórica.
64
Realidad Educativa Nacional
Es así que entiendo la educación como un proceso que se mueve con la historia. Se mueve
con ella porque recibe y expresa los avances susceptibles de transformación que se dan en el
orden histórico-social. Pero la educación, también, en cierta forma y según algunas situaciones
mueve la historia, ya que su relativo grado de autonomía puede desarrollar fuerzas de resistencia
en relación con la vocación de futuro de la sociedad.
En definitiva, existe una relación dialéctica específica entre educación y realidad socio -
cultural. No se puede separar nuestra vocación histórica de un esquema educativo. Dicho en
otros términos, no podemos concebir un proyecto educativo al margen de un proyecto histórico-
global, ni tampoco favorecer la conquista y consolidación de un proyecto histórico sin el apoyo de
un proyecto educativo que actúe como aliento y orientación.
Es por esto que la consideración de cualquier aspecto inherente a la temática educativa no
puede circunscribirse a los aspectos de contenido (qué enseñar) y de las estrategias (con qué
recursos y técnicas enseñar). El alcance histórico y el significado ideológico de la educación
deben transponer esas limitaciones en favor de la definición y desarrollo de un proyecto de
sociedad: por qué y para qué enseñar.
El proyecto histórico viene a ser una especie de oxígeno para el proyecto educativo.
Prescindir de él o subestimar su significado provocaría una asfixia de los propósitos educativos.
Ciertamente, la prevención de un esquema educativo no es un fin en sí mismo sino, por el
contrario, un medio que encuentra sus motivaciones e impulsos, sus condiciones de desarrollo y
sus pautas de aplicación en la formulación de un esquema histórico que abarca los términos
ideales en una realidad socio-política aspirada por los miembros de la misma. Dentro de estos
conceptos se encierra la tesis de considerar un nexo de interdependencia entre ambos proyectos,
en tanto que el histórico está definido por el educativo y éste a su vez por el proyecto histórico.
En virtud de estas posibilidades podemos incluso llegar a fusionar esas expresiones: Proyecto
Histórico Educativo.
A lo largo de nuestra historia es evidente que no ha habido c oherencia entre el discurso
ideológico y la práctica educativa siendo su producto una sociedad dependiente e injusta. Sin
embargo, hay que poner de relieve que la idea de proyecto educativo nacional ha estado en
discusión e incluso en experimentación en los últimos lustros. La Asamblea Episcopal Peruana
precisaba en 1982 que la misión de la Iglesia en el campo de la educación, como expresión
genérica de evangelización, se concretiza existencial y dinámicamente en un proyecto educativo,
que requiere una programación que debe tener en cuenta toda expresión educativa en el Perú y
la idiosincrasia de cada grupo étnico dentro de su gran diversidad. Los obispos, al analizar la
dimensión histórico-antropológica del proyecto, plantean que ésta asume y valora al homb re en
su realidad histórica y cultural concreta y por eso brota dentro de un contexto político, social,
económico y religioso.
El Proyecto Educativo Cristiano, añaden, ayuda al hombre peruano a sentirse parte viviente
y activa del proyecto histórico de todo nuestro pueblo, integrado por diversidad de culturas, de
regiones, de clases sociales, que buscan, hoy más que nunca, el logro de una vida acorde con la
dignidad humana (Conferencia Episcopal, 1982)
Aquí, en este documento, al plantear la necesidad de una epistemología de la educación
renovada lo que en realidad pretendo demostrar es la urgencia que tenemos de formular un
proyecto educativo que, en correspondencia y armonía con el proyecto histórico popular
emergente, nos permita disponer de un instrumento para el logro de los propósitos integrales que
se aspiran. Y naturalmente que pretender una transformación global exige entender que ese
cambio concierne tanto a las estructuras socioeconómicas como a las educativo -culturales en
tanto que, mediante su relación dialéctica, pueden acelerar la consecución de un orden distinto
(Capella, 1983).
65
Realidad Educativa Nacional
En esta tarea pretendo aportar, desde mi postura epistemológica, algunas ideas a lo que
Guédez (1985) denomina soportes epistemológicos de una concepción educativa, bas e de todo
proyecto educativo sea éste nacional, regional, etc. Estos soportes se inscriben en una estructura
lógica. En efecto, según Guédez, el proyecto histórico educativo es un recurso teórico -
metodológico en el cual se formulan las líneas teleológicas, los propósitos normativos, los
esquemas metodológicos y estratégicos, así como los soportes epistemológicos de una
determinada concepción educativa:
"Recurso teórico-metodológico": un proyecto educativo no puede concebirse como un
esquema formal que contiene un modelo paradigmático, cerrado, estático, rígido e inflexible,
pues ello negaría el propio sentido dinámico e histórico de la educación. Es, más bien, una
instancia instrumental y operacional que sirve de guía y orientación para el planeamiento y
gestión educativos.
"Líneas teleológicas y normativas": el propio "proyecto" se identifica, en sentido de sinónimo,
con la frase en referencia. Al entender que un proyecto es la representación -dentro de las
categorías de espacio y tiempo- de las aspiraciones y acciones que favorecen la conquista de
una realidad que no existe, ya estamos dándole sentido semántico a las pretendidas "líneas
teleológicas y normativas" enunciadas.
"Esquemas metodológicos y estratégicos": se refiere, por una parte, al señalamiento de las
formas de acción más efectivas para el logro de lo teleológico-normativo y por otra el
inventario de recursos estratégicos que permitan acelerar el ritmo y la secuencia en el
recorrido de los caminos a seguir.
Soportes epistemológicos de una concepción educativa": referidos al sistema de apoyo
configurado entre el hombre y la realidad, así como entre los hombres, tanto desde el punto
de vista de la concientización histórica como de la participación responsable para lograr la
instauración de un orden más acorde con la dignidad humana. Son estos soportes los que, en
definitiva, confieren carácter a un proyecto.
El Proyecto Educativo Nacional debe diversificarse en Proyectos Educativos Regionales
formulados desde las regiones por los actores sociales, es pecialmente educadores, para atender
las demandas sociales y culturales de cada escenario.
Naturalmente que ello implica la descentralización del país y concebir la educación como un
medio para el desarrollo regional, como un proceso de naturaleza política y social que se oriente
hacia una redistribución espacial de los recursos y de las decisiones para promover un nuevo
equilibrio de poder entre los actores sociales. Sus contribuciones más significativas se refieren a:
la eficiencia interna (calidad) y externa (impacto cultural) del sistema educativo; la equidad en
cuanto a incorporar efectiva y democráticamente a ese sistema a los grupos tradicionalmente
excluidos o marginados; la unidad nacional enmarcada en el respeto e integración de la realidad
regional con los objetivos y metas de la comunidad nacional; el desarrollo, la revalorización y
preservación de los valores y de la cultura de la comunidad local y regional.
Llegados a este punto es pertinente confrontar lo dicho con el planteamiento inicial que
formulara como hipótesis de trabajo. Es decir, ante la urgente necesidad de revisar nuestras
posiciones epistemológicas para ayudar a renovar la epistemología de la educación podemos
afirmar que, pese a posturas en contra, la ideología nos permite contar c on un sistema
conceptual y cultural explicativo, interpretativo y comprensivo de la realidad, capaz de
comprometer al ser humano con sus creencias y valores, y que la utopía, como ideal dinámico,
moviliza las potencialidades más ricas de ese ser humano en favor de un proyecto histórico
nacional que rescate lo más valioso de nuestro pasado y, usando los avances de la tecnología
moderna, facilite y acelere el desarrollo integral de nuestro país, respetando y revalorizando las
formas culturales nativas.
66
Realidad Educativa Nacional
67
Realidad Educativa Nacional
68
Realidad Educativa Nacional
69
Realidad Educativa Nacional
todos los desgraciados del mundo y patria de todos los que querían ser libres. La religión santa y
pura como resplandor que circunda a la Divinidad no será ya profanada por el infame ministerio
de la tiranía. La naturaleza y la filosofía unirán sus voces para aplaudir esta feliz transformación".
Lastimosamente la utopía criolla devenida en oficial apenas si tuvo vigencia tras su difícil y
azaroso parto. La Constitución fue promulgada y al mismo tiempo acallada porque las
necesidades de la guerra exigían que Bolívar tuviera paradójicamente el supremo poder.
Mientras tanto la utopía popular, aquel deseo de libertad y de una patria nueva fue sólo una
hermosa promesa.
La clase dirigente en el año 1823 desoyendo el mensaje tupamarista, escrito en sangr e, de
que los indios podían ser los protagonistas en la construcción de la nueva nación, la base de esa
reserva moral que constituía el pueblo del Perú, no fue capaz de encontrar una fórmula de
síntesis ecuánime que forjase un continuo entre la herencia an dina y la herencia colonial y
desembocara en una nación, en un Estado con identidad.
2.3. El reto de un proyecto democrático.
De lo expuesto se infiere que el Perú no ha sido capaz de responder creativamente a su
vocación. Pero debemos ser conscientes de que la historia no nos juzgará por los juicios que
emitimos sobre lo que hicieron o no hicieron otros, sino por lo que hagamos o dejemos de hacer.
He ahí nuestro reto.
Basadre, uno de los primeros y más acuciosos pensadores en manejar, a nivel del ensayo, e l
Perú como problema histórico mantiene siempre a la par que una imagen crítica una segura
esperanza en la promesa que el Perú significa y que los peruanos tenemos derecho a esperar.
En sus últimos escritos asoma insistentemente el "Principio de Esperanza" , señalado por Ernst
Bloch. Su esperanza es el Perú.
Mariátegui (1959) ya nos decía que lo que nuestro país tiene de vital son sus hombres
jóvenes; no sus mestizas antiguallas. El pasado y sus pobres residuos son, en nuestro caso, un
patrimonio demasiado exiguo. El pasado, sobre todo, dispersa, aísla, separa, diferencia
demasiado los elementos de la nacionalidad, tan mal combinados, tan mal concertados todavía.
El pasado nos enemista. Al porvenir le toca darnos unidad.
Sin embargo, las admoniciones de nuestros mayores no deben ser desoídas. Voy a recordar
tan sólo dos de las que nos diera Sánchez Carrión, conocedor y fustigador de las raíces de
nuestros defectos nacionales: "Un pueblo que no se obedece a sí mismo está muy atrasado en la
carrera de la libertad. Para ser libre es indispensablemente necesario obedecer las leyes que
custodian las preeminencias propias." Y "el día en que seamos más austeros y moderados
seremos libres, habremos alcanzado nuestra emancipación civil y desaparecerán el crimen y los
vicios que corrompen la moral, sin cuyo influjo no puede haber República" (Porras, 1974).
Esta situación y condición ameritan, antes que nada, que nos detengamos a estudiar lo que
sucede actualmente.
Para el análisis del pasado me he apoyado en los aportes de Flores Galindo y Zeballos.
Ahora recurro a Matos Mar (1986) en lo que respecta a la frágil y contradictoria utopía o proyecto
"democrático" que se ha intentado desarrollar a partir de la independencia.
Matos Mar (1986) considera que esta fragilidad y contradicción están íntimamente asociadas
con el subdesarrollo y con la dependencia. Para él la desproporción entre la escala y la
complejidad de espacio y población por una parte, y el instrumental a disposición del proyecto
democrático por otra, han constituido un problema insuperable para el republicanismo del siglo
XIX y el de la primera mitad del siglo XX. Hemos importado las formas exteriores de la moderna
democracia europea imponiéndolas, sin éxito, a una realidad social y económica totalmente
desfasadas. El resultado ha sido la creación de una institucionalidad democrática ilusoria, en
crisis permanente, detrás de la cual se ha ocultado, durante largo tiempo, la realidad de una
70
Realidad Educativa Nacional
71
Realidad Educativa Nacional
del lugar donde han nacido. La idea de un hombre andino inalterable en el tiempo y con una
totalidad armónica de rasgos comunes expresa entonces historia imaginad a o deseada, pero
no la realidad de un mundo demasiado fragmentado. Y que las clases sociales tienen un
fundamento cultural espiritualmente grave en el Perú andino; cuando luchan y lo hacen
bárbaramente, la lucha no es sólo impulsada por el interés económico; otras fuerzas
espirituales profundas y violentas enardecen a los bandos, los agitan con implacable fuerza
con incesante e ineludible violencia.
Es verdad que las heridas de la economía son ostensibles y lacerantes. Pero si, como afirma
con valentía Idígoras (1985), nos encontramos ante una nueva crisis económica, no
deberíamos alarmarnos excesivamente, pues se trata de fenómenos periódicos que siempre
se han de suceder en la vida de los pueblos. Lo que da carácter trágico a nuestra crisis actual
es que afecta a los resortes mismos de los que podría surgir la solución. Se trata de una
corrupción generalizada que amenaza la supervivencia armónica y pacífica de nuestro pueblo.
Es una crisis que nos afecta a todos y que hunde sus raíces en los fundamentos mi smos de la
solidaridad nacional y de la convivencia.
Según Idígoras (1985) los factores que contribuyen a esta crisis son a la vez tradicionales y
modernos. En primer término tradicionales pues se puede descubrir en nuestro carácter desde
sus orígenes un cierto debilitamiento moral y un sentido debilitado para el mensaje de la ética.
Pero esta situación de ninguna manera hubiera llevado por sí sola a la actual corrupción. A este
hecho se ha unido modernamente el impacto de la cultura dominante, técnica y ut ilitarista, que
nos invade desde fuera y comienza por derruir el mundo tradicional con el que choca. Y en lugar
de transmitimos los valores de las culturas de que proceden, nos sumergen en actitudes
inmorales de consumismo, hedonismo y arribismo, propias de un mal entendido mundo de los
negocios o de la visión superficial de los medios de comunicación.
El debilitamiento moral se pone de manifiesto en cierta laxitud condescendiente; una especie
de compasión espontánea que tiende a comprender y a tolerar las diversas manifestaciones de la
debilidad humana tanto en el plano familiar como en el social y político; una casi natural
proclividad a la contradicción entre las palabras sinceras y generosas y la realidad
inconsecuente; una tendencia a apoyarse no en la norma ni en la ley, sino en la capacidad de
impactar emotivamente a los amigos que cuentan con poder e influencias; una propensión a
buscar soluciones en los cambios exteriores a nosotros, más que en la transformación de
nuestras propias actitudes y el asumir nuestra responsabilidad moral.
Otro factor paralizante del avance en un proyecto democrático es la acumulación de odio y de
violencia que nos está llevando a situaciones fuertemente dramáticas.
Creo que le asiste toda la razón a Gutiérrez (1984) cuando afirma que la violencia más
asesina que existe en nuestro país es la pobreza y la injusticia, es la que más muertes
prematuras e injusticias provoca. Esa violencia estructural, institucional, es ocasionada por un
sistema, no por actos accidentales o casuales. Por un orden social que margina a la inmensa
mayoría y privilegia a unos cuantos.
A esta violencia se añade la violencia terrorista, frente a la cual no se puede ser menos
severo que ante la primera. El terrorismo no es menos violatorio del derecho a la vida que la
pobreza y la injusticia. Y a esta violencia terrorista se opone una violencia represiva de muerte a
veces indiscriminada.
Sé que las causas del terrorismo son múltiples y heterogéneas. En esta ocasión quiero
destacar, siguiendo a Cotler (1984), la llamada radicalización juvenil. Según él a partir de los
años sesenta se experimentan dos oleadas de radicalización juvenil: una primera asociada al
proceso de cambios sociales iniciado en la década de los sesenta, que luego fue catalizada por
el bloqueo político de los años setenta; y la segunda que aparece a mediados de la década
72
Realidad Educativa Nacional
pasada - que se superpuso a la anterior - cuando se fueron cerrando las vías de movilidad
ocupacional y de ingresos, así como las de organización social, mientras comenzab a una inédita
apertura del marco político.
En tanto la primera oleada parece haber conducido, en buena medida, al proceso de
radicalización del conjunto de las clases populares, la segunda oleada, por su inorganicidad, se
ve relativamente distanciada del resto de estas clases y parecería proclive a los movimientos
subversivos inspirados en ideologías nihilistas. Estos, al negar toda validez al régimen político
con actos de ferocidad insólitos, parecen expresar un sentimiento que compromete a importantes
sectores de la juventud popular, que apuestan a la violencia como única solución a los problemas
nacionales.
Esta penosa realidad no se podrá modificar si no confiamos en la vitalidad de las nuevas
generaciones, si no creemos en el valor de cambio de una educ ación verdaderamente pertinente.
Ahora bien, esta fe y esta esperanza están íntimamente ligadas a esa nueva epistemología de la
educación que estamos analizando, a una nueva forma de entender la educación como
propuesta, como medio de transformación, como proyecto.
3. Soportes epistemológicos y axiológicos de un proyecto educativo.
Para que las ideas y planteamientos que venimos formulando no se reduzcan a meros
enunciados es conveniente que la educación formal y la no formal las tenga en cuenta tanto a
nivel de sistema nacional como regional, local o institucional.
Como afirma Cariola (1994), la experiencia internacional demuestra que la educación
nacional en sus diversos niveles puede estar estructurada de muy distintas maneras y que sus
resultados dependen de la adecuación a los objetivos que se persiguen y a las tradiciones de los
países, pero muy especialmente, del cuidado que se ponga para que los distintos elementos
estructurales apoyen los mismos objetivos.
Un aspecto que sobresale en el ámbito internacional, es la importancia de considerar al
sistema educacional en un marco de educación permanente, que facilite la continuidad de
estudios ofreciendo múltiples oportunidades educativas formales y no formales, dentro y fuera del
sistema regular. Estas oportunidades educativas están articuladas y pueden ser reconocidas o
acreditadas por el sistema formal.
Concuerdo con Franco (1979) en que lo que confiere carácter nacional a la elaboración
ideológica es: a) el reconocimiento del carácter propio de la realid ad nacional sobre la cual se
reflexiona; b) la instalación del discurso ideológico-político en la tradición de la discusión histórico
nacional de los problemas centrales del país; c) la apertura del discurso teórico a la cultura
universal; d) el establecimiento de un lazo prospectivo con el futuro de la propia sociedad a
través de una imagen del Perú deseable; la elaboración de una utopía que se enraice en la
privativa base histórica de la reflexión y reconozca la autonomía del proceso de desarrollo
nacional.
En base a los valores, principios y criterios que hemos expuesto en lo que va de esta
primera parte del libro, consideramos que todo Proyecto Educativo Nacional y los proyectos
regionales, locales e institucionales deben descansar en soportes epistemoló gicos que
correlacionen una serie de variables y en unos lineamientos teleológicos que traduzcan el
resultado de esta correlación en objetivos.
Estos soportes epistemológicos los clasificamos según sus inferencias socio -culturales,
económicas y sociales siguiendo el esquema planteado por la UNESCO:
Demandas socioculturales: la cultura como factor de cohesión social difundido a través de la
educación.
- Interculturalidad
73
Realidad Educativa Nacional
- Identidad nacional
Demandas del sistema económico: preparación de personal calificado para el proceso
productivo:
- Desarrollo científico tecnológico
- Desarrollo socio económico
Demandas del desarrollo social: atención a grupos marginados y establecimiento de
relaciones de justicia y equidad:
- Participación responsable
- Cultura de paz
3.1. Interculturalidad.
Se entiende por interculturalidad la capacidad y disposición para comprender códigos
culturales diferentes a los de la propia cultura. Y la educación intercultural es la que corresponde
promover en toda sociedad multicultural radicando su esencia en el valor positivo del intercambio
entre las culturas, pues esto enriquece a la sociedad y a sus miembros. No es pues una
modalidad especial de educación propia de los centros escolares ubicados en poblaciones
bilingües o inmigrantes sino que es una cualidad deseable en todo centro escolar de una
sociedad actual.
Toda propuesta educacional que se plantee desde la perspectiva intercultural debe
asentarse en el relativismo cultural en el que se acepte que toda cultura es la mejor respuesta
que una comunidad ha creado para sus diversas necesidades y que, por lo tanto, no puede ser
juzgada con patrones ajenos, que habitualmente pertenecen a culturas dominantes. Esta postura
significa asumir un auténtico respeto hacia toda cultura específica, y a la vez, un te ner presente
que, como obra humana colectiva que a su vez implica toda cultura, ninguna es perfecta, por lo
que puede complementarse con aportes de otras, más aún cuando se participa de un mundo
multicultural, en el cual -de una u otra forma- toda persona participa en algún momento de su
vida. Sin embargo, este planteamiento de apertura, no implica desconocer la validez indiscutible
que tiene para cada comunidad su propia cultura, por lo cual la educación tiene que partir de
reconocer y aceptar que dicha cultura tiene que ser su base (Peralta, 1992).
Otro aspecto que debe atender la educación intercultural es el relativo al etnodesarrollo,
entendido éste como la capacidad para ampliar y consolidar las creaciones culturales generadas
en la experiencia histórica y sumar a ellas las creaciones culturales ajenas, apropiadas por un
acto de autodeterminación. Su posibilidad depende de relaciones políticas que hagan viables el
control y la gestión autónoma de los recursos culturales. Por ello, no puede concebirse co mo un
proceso circunscrito sólo al espacio del grupo étnico, sino que supone relaciones con el Estado y
la sociedad global, y es precisamente en esta doble condición de articulación y autonomía donde
se dan sus principales contradicciones, límites y posibilidades. (Instituto Interamericano Indígena,
1990).
Estas reflexiones de Peralta sobre el relativismo cultural y el etnodesarrollo nos llevan a
rechazar tanto el énfasis sobre lo nacional o universal con vistas a asegurar la información
integrista, como el énfasis en lo regional o local con el que se corre el riesgo de desintegrar a la
sociedad y desarrollar una escuela que postule y desarrolle una educación que vise la unidad en
la diversidad y la diversidad en la unidad.
Pero la cuestión es más compleja. Hay que avanzar en las exigencias reales de la acción
educativa. Si se recogen del concepto de etnodesarrollo los principios de participación,
autogestión, defensa de los valores propios -pero a la vez- apertura al mundo occidental,
entonces se pueden obtener importantes bases para derivar propuestas curriculares que
respondan a las variadas demandas que hacen a la educación tanto las comunidades indígenas,
74
Realidad Educativa Nacional
75
Realidad Educativa Nacional
definitivamente formada; de esa formación emerge una colectividad cuyos integrantes son
conscientes, más o menos claramente, de sus rasgos distintivos, así como de sus di ferencias
frente a los miembros de otras colectividades nacionales. La identidad es pues un elemento
esencial de las naciones plenamente formadas.
Según Franco (1979) la identidad nacional aparece como orientación de la conciencia
colectiva hacia la calidad de los vínculos sociales. Ella es, por tanto, un movimiento reflexivo
dirigido a los lazos de la relación dentro de los cuales aquél surge y se desarrolla.
Y para Matos Mar (1986) identidad nacional significa fusión armónica de los múltiples
legados culturales que entran en la composición de nuestra historia y, sobre todo, la respetuosa
recuperación del legado autóctono conservado tenazmente por nuestros campesinos.
En base a estas ideas, considero que como ente social el ser humano organiza su existencia
garantizándola con la solidaridad; es así como se puede apreciar a la sociedad como la
estructura y el constante devenir de la articulación de las relaciones de los seres humanos entre
sí y de ellos con la naturaleza como el gran dispositivo en relativa p ermanencia y a la vez en
continuo movimiento, de las relaciones que hacen humana e histórica la existencia de los
hombres.
Ahora bien, al relacionar hombre-sociedad-medio ambiente hacemos referencia implícita a la
cultura entendida como expresión de adaptación, sobre todo cuando se trata de cultura material o
de comparaciones culturales homotaxiales para la determinación de secuencias temporales
inmersas en el proceso universal, que conduce a la comprobación de que el hombre es su
hacedor; como el conjunto de los sistemas de mensajes, artefactos y comportamientos en los
cuales los miembros de una sociedad de acuerdo con su posición estructural dentro de ella -
expresan y actúan sus experiencias y las expectativas que los condicionamientos de esa realidad
les motivan.
A medida que estas relaciones generen experiencias comunes, vida colectiva, a lo largo de
la historia en un determinado territorio, se establecen y consolidan las instituciones,
especialmente las de Estado y Nación.
En el Perú, señala López Soria (1987), las cosas son mucho más difíciles por la coexistencia
de culturas y de modos de vidas heterogéneas, por la superposición de estilos de desarrollo
diferentes, por las implicancias de la multiplicidad racial, por la inadecuada relación campo -
ciudad, centro-periferia, costa-sierra, por la rígida división de la economía formal e informal en
rural y urbana, etc.
Consideramos que el proceso de la nacionalidad en formación que ocurre en el Perú es un
proceso lento y contradictorio con marchas y largas contramarchas en todo el siglo XIX y buena
parte del XX. Pero, y en esto radica la cuestión fundamental, ¿qué es lo que determina la
constitución de la nacionalidad? Zamalloa (1979) considera que la voluntad, el "plebiscito de
todos los días" (Renán); la "voluntad de cooperación viviente y activa" (Kohn); el "querer vivir
colectivo" (Hauser). Se trata, según él, de un requisito que, si bien no es el único, resulta esencial
y ese requisito es precisamente el que aporta el nacionalismo o conciencia nacional.
Como bien señala el mismo Zamalloa, la nación aparece de manera evidente y coherente
con el nacionalismo cuando éste infunde nueva vida a la forma que los siglos anteriores han
edificado. En el caso de la Nación Peruana esa forma ordena elementos que tienen bá sicamente
un doble origen: español e indio; y no habrá manera de comprenderla sin un conocimiento
profundo de lo que era cada uno de ellos en el momento en que se pusieron en contacto y de lo
que a partir de entonces se produjo. Parece inexplicable, en est e sentido, la ignorancia que hoy
se cultiva entre nosotros con respecto a la historia de España hasta el siglo XVI. Si a alguien no
le gustan algunos o muchos aspectos de lo español o lo andino que confluye en nuestro ser, lo
razonable consistirá en cambiarlos y poco avanzará si se limita a ligar su existencia o a lamentar
76
Realidad Educativa Nacional
la influencia que hayan podido tener. Al respecto vale la pena citar a Cantarino, en un libro con el
que tercia en la polémica sobre el ser español entre Américo Castro y Sánchez Albornoz :
Según él no cabe elegir en la vida de los seres humanos, como tampoco en la historia de los
pueblos, los hechos genéticos constituyentes de su ser... o se aceptan los hechos como fueron,
así sin más, o se entra en el mundo fantasmagórico de los futurible s, es decir de las cosas que
quizás hubieran podido ser pero nunca fueron ni serán...
Esto no quita que seamos plenamente conscientes de que en la conquista hubo un
enfrentamiento de dos concepciones de mundo brutalmente antagónicas.
A esta altura de la exposición es necesario considerar que para clarificar los criterios que
han de inspirar verdaderas opciones para promover nuestra identidad e integración nacional, es
indispensable tener en cuenta que a partir del fenómeno histórico de la conquista se pusie ron en
contacto ("contacto traumático") tres vertientes fundamentales, totalmente dispares y sin más
nexo que el de su radical condición humana: la nativa de América, la europea y la africana. Este
encuentro provocó un fenómeno de "cultura de la dominación" desde el conquistador español
hacia los dominados y un instintivo "impulso liberador" desde éstos hacia la afirmación de su
propia identidad (Arróspide, 1979).
No cabe duda que, en lo que va de nuestra historia, se ha producido un vasto y complejo
proceso de mestizaje racial y, lo que es mucho más importante, de aculturación. Proceso que
comprende sangre y usos, productos e instituciones: cultura, en suma. No mera coexistencia o
yuxtaposición sino fusión y síntesis. Sin embargo en esta confluencia no debe desaparecer la
cultura indígena, disuelta en las corrientes ajenas. "¡Se trata de no perder el alma, de no
transformarse por entero en esta larga y lenta empresa!" (Arguedas, 1969).
Por otra parte no podemos pasar por alto el subterráneo pero eficaz racis mo de que nos
hablaba Flores Galindo (1982). Hay además un factor que tampoco hay que desconocer. Se trata
de la cada vez más renovada y poderosa dependencia ideológica, política y económica, frente al
mundo europeo primero y luego al norteamericano y al ligado a su esfera de influencia.
Como acertadamente denunciaba Salazar Bondy (1969), nuestra situación es resultado de la
implantación de sistemas de poder y relaciones internacionales de dependencia que conllevan la
sujeción de la vida nacional a otro país o grupos nacionales. El mal que padecemos, nuestra
personalidad hecha de imitaciones y de peculiaridades propias de la sujeción en que vivimos,
todo esto es lo propio de esta condición de país dominado de la cual no podremos salir nunca
hasta que hayamos encontrado la calidad de nuestro propio ser, la libertad sin limitaciones y sin
controles extraños, es decir cuando dejemos de ser país dominado.
Todo ello ha ido gestando una serie de condicionamientos que obstaculizan o dificultan
seriamente nuestra identidad e integración y con ellas nuestro desarrollo. El mismo Salazar
Bondy (1969) señala el hibridismo, la mistificación de los valores, la inautenticidad y el sentido
imitativo de las actitudes, la superficialidad de las ideas y la improvisación de los p ropósitos. Hay,
según él, un mito de la grandeza pasada que mistifica la verdadera grandeza del Perú y aparta al
poblador de las empresas inmediatas, modestas y prosaicas, pero indispensables para el
progreso y la liberación del país. Podría seguir el análisis empleando textos de González Prada,
de José Carlos Mariátegui, de José de la Riva Agüero, de Luís Alberto Sánchez, de Bravo
Bresani... y de tantos otros insignes críticos que, llevados de su profundo amor a la patria, han
creído o creen que es tiempo de que no flote sobre nuestra inferioridad afectiva, formando
lamentoso contraste, la absurda y vanidosa imagen de lo que no somos y creemos ser. Es tiempo
de que un análisis serio y valiente, vaya destruyendo una a una las muchas ilusiones de nuestra
fatuidad colectiva.
Como bien propone Bustamante (1967), debemos estudiar nuestra realidad polilateralmente,
en todos sus diversos aspectos, esto es, nuestra realidad física, nuestra realidad política, nuestra
77
Realidad Educativa Nacional
realidad moral; que sólo así madurará el germen fecundo de una serenidad renovadora.
Debemos estudiar los factores mecánicos de nuestro medio físico, los factores biológicos de
nuestra herencia y sobre todo los factores psíquicos constituidos por los ideales y aspiraciones
colectivas, vale decir, las tendencias y las ideas que animan nuestra mentalidad, sus
ramificaciones en los sentimientos y costumbres nacionales, las creencias y los hábitos políticos
y religiosos, sociales y domésticos; que sólo del conjunto de esta experimentación, despojada de
todo lo transitorio y de todo lo accesorio y casual, se deducirán lo que, en buena lógica, pudieran
llamarse nuestras leyes sociológicas, las cuales oportunamente servirán de bases fundamentales
a esa disciplina nacional que debe ser la sociología peruana y con e lla el instrumento para el
diagnóstico permanente de las posibilidades y limitaciones de nuestra rica pluriculturalidad.
Pero, ¿en qué consiste esa alma que el Perú no debe perder? Arguedas (1969) ha
subrayado en diferentes ocasiones, la oposición básica entre los dos mundos en pugna: ¿qué es
mejor para el hombre? ¿Cómo progresa más el hombre, mediante la competencia individual, el
incentivo de ser uno más poderoso que todos los demás, o mediante la cooperación fraternal de
todos los hombres que es lo que practican los indios? Este es uno de los puntos que constituyen
el eje de la cultura indígena: el peruano antiguo no concebía la posesión de la tierra como fuente
de enriquecimiento individual ilimitado; este concepto está directamente vinculado con la
concepción religiosa que tenía de la tierra y del trabajo. El trabajo constituía para el antiguo
peruano un acto religioso que era celebrado. Han pasado cinco siglos desde el encuentro de los
dos pueblos y el indio no ha alcanzado todavía a comprender y asimil ar, por entero, el concepto
occidental de la propiedad y el trabajo.
Esta es "el alma indígena" que Arguedas (1969) defiende y en la que centra la contribución
indígena a la identidad nacional, consciente de que este pueblo empecinado -el indio- que
transforma todo lo ajeno antes de incorporarlo a su mundo, que no se deja ni destruir, ha
demostrado que no cederá sino ante una solución total.
Seguimos creyendo en el potencial positivo del "ethos" andino, es decir en la forma peculiar
que tuvieron y aún tiene gran parte de nuestros pueblos andinos de habitar la tierra, de hacerla
útil y de recrearla simbólicamente. Ethos que debemos desarrollar en el hombre andino que sigue
en el Ande o en aquél que consciente o inconscientemente está marcado por el signo andi no y
que hoy se encuentra presente en prácticamente todo el territorio patrio.
En la tipificación del hombre peruano que hiciéramos tiempo atrás, puntualizábamos
(Capella, 1973) algunas características del factor andino de nuestra nacionalidad, que Ojeda
(1986) desarrolla muy acertadamente basándose en el sistema de relaciones del hombre andino
con la tierra, con los demás hombres y con Dios y que sintetizamos a continuación.
De su relación con el mundo destaca dos aspectos íntimamente vinculados y de vital
importancia: el trabajo y la propiedad. La comunión del andino con la tierra estuvo siempre
vinculada con los mitos de origen que sustentan el sentido auroral del trabajo como
constructor y realizador de la comunidad humana y no como destructor y opresor del hombre.
La propiedad fue también esencialmente comunal y aunque la mutación y descomposición de
la comunidad ha sido notable, la tendencia a este tipo de propiedad colectiva queda como una
constante en la vida andina.
En lo concerniente a la relación con los demás, se refiere especialmente al espíritu
comunitario y a la justicia. Junto a la comunidad, como institución tutelar, nacieron la
solidaridad, la acogida y el compartir. El espíritu comunitario, convertido históricamente en
resistencia, permitió conservar espacios de libertad y estilos de vida que hoy tienen un
mensaje de liberación. Pues la resistencia fue y es un "estar" y "habitar" el mundo a través del
cual se buscó una afirmación del propio ser y de su dignidad.
78
Realidad Educativa Nacional
79
Realidad Educativa Nacional
Para los fines de este trabajo vamos a abordar esta variable en dos planos: el axiológico y el de
aplicación social.
1) Al considerar la influencia de la ciencia sobre la vida humana tenemos que tener en cuenta
tres aspectos más o menos enlazados entre sí. El primero es la naturaleza y el objeto del
conocimiento científico; el segundo es el mayor poder de manipulación que se deriva de la
técnica científica; y el tercero son los cambios en la vida social y en las instituciones tradicionales
que resultan de las nuevas formas de organización exigidas por la técnica científica.
De estos aspectos el primero ya ha sido estudiado y cuestionado en cuanto puede ser
materia de reducción de las pretensiones de ciertos epistemólogos. Vamos ahora a detenemos
en la proyección de los dos restantes a nivel de producción y de condicionamiento de la cultura.
Ciencia y tecnología, señala Miranda (1978) están íntimamente ligadas al desarrollo de la
producción. En efecto, éste consiste no sólo en el aumento de la producción, sino también en la
diversificación de los mismos para satisfacer las crecientes necesidades de la sociedad. Pero
además de la cantidad y el rendimiento que tienen los bienes producidos por el hombre
socialmente organizado. La unidad real de todos estos aspectos ha dependido, y depende
actualmente, del estado en que se encuentran la ciencia y la tecnología en la sociedad moderna.
El enlace de la ciencia y la tecnología con la producción y reproducción de la vida material
de la sociedad determinan la esencia de la ciencia moderna y contemporánea, que ha deveni do
en componente fundamental del progreso humano.
Para Miranda (1978), la ciencia vinculada a la técnica, además de contribuir al desarrollo de
la producción, es una fuente de ideas, representaciones y valores con los que el hombre explica
la naturaleza, la sociedad y sus propias actividades. Este aspecto es de principal importancia
porque la ciencia moderna ha generado precisamente actitudes teóricas y prácticas que se
derivan de la nueva concepción del universo, surgida de sus descubrimientos y de los hec hos
científicos que impulsan su progreso.
La mudanza de actitud ante la naturaleza, que algunos autores llaman desacralización del
mundo, constituye un cambio fundamental. La idea de la naturaleza regida por leyes que
sustentan todas sus transformaciones y fenómenos se proyectó sobre la sociedad y su historia,
entendida no como una narración del pasado sino como el estudio de la sociedad en
transformación y desarrollo.
La perspectiva histórica tiende a mostrar una edad de la razón, es decir, una etapa en la que
el ser humano confía en la capacidad de análisis y comprensión de la naturaleza y del hombre
socialmente organizado, que desarrolla sus actividades en función de medios y fines, que elige
libre y voluntariamente al margen de toda imposición.
No obstante el valor que concedo a la tecnología, coincidimos con Ladriere (1978) en que la
era tecnológica significa una amenaza para la humanidad, precisamente por no haber sido bien
entendido el sentido de ciencia aplicada, ciencia al servicio del hombre.
Los conceptos de desacralización del mundo, edad de la razón, capacidad de análisis y
comprensión de la naturaleza, etc. tienen un contexto en que, si no prima lo humano y su sentido
trascendente, dudamos tenga la suficiente consistencia para justificar la exist encia del hombre.
Ladriére considera que ciencia y técnica tienen distinta naturaleza. La ciencia tiene como
objeto el progreso del conocimiento y buscar adquirir informaciones de la realidad, mientras que
la técnica tiene como objetivo la transformación de la realidad buscando inyectar información (en
forma de organización) en los sistemas naturales o artificiales existentes. Pero, reconoce que se
encuentran estrechamente ligadas. El vínculo o puente entre ciencia y técnica lo ve este autor en
el carácter operatorio que ambas han adquirido en el mundo moderno. La ciencia se ha
desprendido en gran medida de su carácter contemplativo y hermenéutico elaborando
procedimientos operatorios para sus componentes esenciales, que son el raciocinio y la
80
Realidad Educativa Nacional
experiencia.
La operación es un acto de transformación de naturaleza puramente formal -es decir,
independientemente de la naturaleza de los objetivos transformados - y por lo mismo tematizable,
generalizable y que se puede inscribir en una red operatoria, que por no ser enteramente
tematizable, es una especie de horizonte. Estas mismas características valen para la actividad
técnica contemporánea.
Según Ladriére, la ciencia y la técnica tienden hoy a constituir juntas una especie de
superdominio o superestructura única, conceptual y práctica de carácter dinámico que evoluciona
en el sentido de una complejidad creciente, de una integración cada vez más estrecha y de una
autonomía cada vez más consolidada; en fin, de una sistematización autofínalizada que tiende a
influir cada vez más en el sistema cultural al que le va imponiendo a través de una inducción
práctica sus dos grandes valores: la objetividad científica y la eficacia técnica.
La extraordinaria influencia que la ciencia y la técnica ejercen sobre la vida humana es a la vez
positiva y negativa.
Lo positivo lo ve Ladriére en la inducción práctica de dos nuevos valores en la cultura. En el
orden del conocimiento, la ciencia induce la valoración del conocimiento objetivo; en el orden
de la acción, la ciencia, vinculada a las prácticas técnicas, conduce a una progresiva
transformación de las condiciones mismas de la acción que tiende a hacerla enteramente
racional, en el sentido de plenamente eficaz. En ambos casos se trata de una misma idea, la
de dominio como orientación normativa.
Lo negativo lo resume este autor en una palabra: desestructuración. Esa desestructuración de
la cultura tiene según él tres aspectos: a) la acción directa de la ciencia sobre el sistema de
las representaciones, especialmente el espíritu crítico enormemente eficaz, que termina por
aislar dentro de la cultura el sistema cognoscitivo, introduciendo un dualismo (o pluralismo)
que hace casi imposible la función integradora y unificadora de la cultura; b) la acción indirecta
del entorno artificial, creado por la técnica de base científica, que anula la capacidad que tenía
el esquema de la vida de las culturas tradicionales de ser paradigma por la interpretación del
hombre y del mundo como totalidad; y c) por último, el creciente imperio del proyecto c ientífico
técnico sobre las mentalidades termina por transformar el esquema de temporalidad. El tiempo
ya no es vivido como tiempo cósmico ni como el escatológico; antes bien, se ha constituido en
el tiempo propio del proyecto, es decir, en un futuro calculable en continuidad con el presente
y con un pasado que desvaloriza en tanto que es ya superado.
Esta desestructuración trae consigo no sólo un cuestionamiento de la tradición cultural y de su
lenguaje, sino que también comporta un doloroso desarraigo del hombre.
2) Ibarrola (1992) da importantes luces para el tratamiento del asunto desde el punto de vista
estrictamente educativo. Según ella, tal vez el rasgo más importante de las nuevas tendencias
del desarrollo mundial y el que más se relaciona con la educación en general y con la técnica en
particular, es el de la incidencia determinante del conocimiento científico y tecnológico en la
productividad pero también en todas las dimensiones de la vida: social, política, cultural. El
impresionante desarrollo de la microelectrónica, la telemática, el control de procesos por
computador, las técnicas del DNA recombinante y sus múltiples aplicaciones, los nuevos
materiales, los métodos flexibles de producción, la desaparición de las fronteras por las
comunicaciones vía satélite, en fin, la penetración avasalladora de las nuevas tecnologías, afecta
á todos los grupos sociales, sea como productores o consumidores.
Nuestros países latinoamericanos intentan incorporarse a estas nuevas formas de desarrollo
con el lastre de la deuda externa.
A la educación técnica del nivel medio le corresponde impartir una formación general básica,
polivalente en materia de tecnología susceptible de tener validez y pertinencia para los distintos
81
Realidad Educativa Nacional
82
Realidad Educativa Nacional
83
Realidad Educativa Nacional
84
Realidad Educativa Nacional
85
Realidad Educativa Nacional
86
Realidad Educativa Nacional
naturaleza política y social que se orienta hacia una redistribución espacial de los recursos y de
las decisiones para promover un nuevo equilibrio de poder entre los actores sociales. Sus
contribuciones más significativas se refieren a: la eficiencia interna (calidad) y externa (impacto
cultural) del sistema educativo; la equidad en cuanto a incorporar efectiva y democráticamente a
ese sistema a los grupos tradicionalmente excluidos o marginados; la unidad nacional
enmarcándose en el respeto e integración de la realidad regional con los objetivos y metas de la
comunidad nacional; el desarrollo, la revalorización y preservación de los valores y de la cultura
de la comunidad local y regional.
El desarrollo así entendido tiene su apoyo en las potencialidades internas del país, a través
de una estructura articulada e integrada, tanto sectorial como regionalmente, y se o rienta a la
búsqueda de una mayor racionalidad entre el potencial humano y el uso adecuado de los
recursos naturales y financieros; así mismo se apoya en una racional ocupación del territorio y en
una efectiva participación de la población basada en la tom a de decisiones que afiancen la
soberanía nacional. En consecuencia, el desarrollo regional incorpora el espacio como elemento
fundamental para el desenvolvimiento del desarrollo integral e integrado del país. Esta
incorporación permite hacer operativo un sistema de gobierno en unidades menores, propiciando
la participación de la población organizada y promoviendo la descentralización y
desconcentración política, económica y administrativa (Capella, 1991).
La regionalización, por lo tanto, no sólo implica delimitación, sino que conlleva la necesidad
de garantizar una autonomía del gobierno y la administración regional para el desarrollo de sus
ámbitos. Esto supone la estructuración de un sistema nacional político-administrativo dinámico,
normado por el Estado, en el cual se defina el rol y participación del Gobierno Central, en
relación con los Gobiernos Regionales y Locales y se posibilite la participación de la población
organizada a fin de garantizar la expresión de sus legítimos intereses, en armonía con los
intereses nacionales.
Ahora bien, la transición de la estructura conductual individual y colectiva a una estructura
participativa, como la que estamos postulando en este estudio, requiere tener en cuenta las
dificultades que plantea la ausencia de tradición democrática y el predominio de un estilo
autoritario de liderazgo. Por ello es necesaria una estrategia gradual y experimental, que defina
modelos alternativos de participación, puestos a prueba en ámbitos seleccionados dentro de
cada región.
Creo que en esta estrategia es indispensable comprender que el ser humano se hace
persona a través de la satisfacción de sus exigencias de participar, es decir, de formar su
comunidad, de integrarse en ella en la exacta medida que en ella actúa y de ella recibe
influencia. Por lo tanto, la participación es un proceso social mediante el cual se fortalece la
solidaridad que comporta la pertenencia a una comunidad (convicción comunitaria) y se consolida
la responsabilidad que asegura la eficiencia (participación resp onsable).
Analicemos con mayor precisión los alcances de este proceso. La persona humana necesita
vivir en sociedad para lograr su plenitud. Pero en esta necesidad y en la correspondiente
tendencia a satisfacerla caben dos posiciones que es muy importante diferenciar: el gregarismo y
la convicción comunitaria.
1) El gregarismo o colectivismo suele presentar ciertos parecidos con el espíritu comunitario e
incluso llegar a confundirse con él. La búsqueda ansiosa del grupo, la necesidad de encontrarse
con otros puede parecer, a veces, como expresión legítima de una prospección social, cuando,
por el contrario, podría tratarse simplemente de la reacción instintiva de alguien inseguro e
indefenso que busca en la compañía el sostén de su desamparo.
La comunidad y el gregarismo o colectivismo difieren tanto en el principio vital que los
inspira, como en las manifestaciones externas que lo actualizan.
87
Realidad Educativa Nacional
Veamos cada uno de estos elementos. El individuo gregario o colectivista busca el grupo
llevado principalmente por una fuerte conciencia de inseguridad. Es una manifestación más del
instinto de conservación y, justamente por ser un impulso instintivo, no logra alcanzar un nivel
racional. Es incapaz de juzgar las actitudes de la masa. Se deja arrastrar por ella sin valora r y
aquilatar los elementos negativos y positivos que en esas actitudes puedan tener. Busca la
uniformidad y huye de todo lo que pueda significar singularización o postura independiente.
Renuncia a la libertad y acepta irreflexivamente las determinaciones impuestas por el grupo.
Rechaza las soluciones personales.
2) En cambio, la convicción comunitaria proviene de la aceptación de dos principios:
interdependencia y solidaridad: a) interdependencia de individuos y grupos entre sí, y b)
interdependencia de clases sociales; interdependencia que impone la necesidad de una auténtica
solidaridad: o nos salvamos todos o todos perecemos; o nos integramos los grupos sociales,
étnicos, religiosos y políticos, los gobernantes y gobernados en una obra de esfuerzo solida rio
para la obtención de un bien de veras común o todos nos deshacemos.
De esta suerte, la persona comunitaria busca el grupo con el deseo de entregarse a los
demás y de encontrar en esta entrega la posibilidad de realizarse de una manera personal. No es
un movimiento de defensa instintiva, sino la lúcida toma de conciencia de los bienes que para él y
para los componentes del grupo se siguen de este intercambio recíproco. Por encontrarse en el
nivel superior al del instinto, supera los límites de lo inmediato, se interesa por otros valores y
encauza su acción comunitaria conforme a ciertas normas de reflexión y buen criterio,
procurando la consecución de estos valores.
La intencionalidad es el fruto de una naturaleza rica y equilibrada que encuentra, en la
incorporación activa e inteligente al grupo, la posibilidad de crecimiento y maduración. La acción
del comunitario no busca únicamente su aporte personal. No es egoísta sino que tiene presente
las necesidades de los demás. No acepta la uniformidad despersonalizada, sino que necesita
afirmarse en sus valores como persona. Su participación en la acción que el grupo realiza es el
resultado de una decisión libre y fundamentada, encontrando la motivación de su acto no en la
decisión de la masa sino en el valor moral que la inspira. Esta postura lo habilita para oponerse a
las decisiones masivas, toda vez que éstas no responden al bien de la comunidad. Desconfía de
los valores aparentes y excesivamente exteriores. Sabe descubrir en cada cosa la carga de
bondad que siempre tiene y justifica el contenido valioso de las actividades modestas (Blume,
1970).
Cuando la población se organiza asume los principios y actitudes propios de la convicción
comunitaria. Por el contrario, cuando es organizada por alguna instancia soc io-política se ve
motivada u obligada a asumir los principios y a adoptar las actitudes determinadas por la
intencionalidad de esa instancia.
En cuanto a la responsabilidad considero que se correlaciona con el grado o nivel de
participación y éste con el conocimiento e identificación que la población tiene y asume
respecto a los fines que se persiguen y a las tareas que se deben desarrollar. Es por ello que
los niveles o grados de participación-responsabilidad son varios. El mínimo se reduce a estar
enterado de las tareas. Es el más elemental pero también el más importante por cuanto abre
las vías de acceso a los otros. Un segundo nivel es el estar informado de los pormenores de la
tarea y por ende de los objetivos que con ella se persiguen. Luego viene el e star integrado con
los grupos que desarrollan las tareas, lo que supone el conocimiento y manejo de las
estrategias que se emplean. Y por último, se ubica el concerniente al poder de decisión que
corresponde a quienes no sólo han experimentado a plenitud los niveles anteriores sino que
asumen lo que podríamos llamar las consecuencias de la cogestión.
En este orden de cosas creo que la educación formal puede ser la instancia que aglutine y
dé coherencia a la participación. Sigo pensando que el Estado debe as umir un papel rector y
88
Realidad Educativa Nacional
promotor de la educación nacional; que a la Región Educativa le toca una labor normativa de
coordinación, de apoyo y de promoción a nivel de Región; y que responde a los Distritos
Educativos canalizar la participación directa de la población organizada.
Tenemos el antecedente de los Núcleos Escolares y de los Núcleos Educativos Comunales
que funcionaron con mayor o menor éxito para la organización comunal de base para la
cooperación, dentro de un ámbito territorial determinado y para la promoción de la vida comunal.
Hoy es necesario que se adopte la concepción de Distritos Educativos que tengan la misma
jurisdicción que los municipios, e integre a las Redes Escolares correspondientes a cada uno de
ellos.
Estas Redes Escolares estarían integradas por escuelas cercanas y ofrecerían la
oportunidad de utilizar recursos comunes, investigar problemas afines, plantear alternativas, y, en
general, coordinar el trabajo de un área para beneficio de todos. Desde esta óptica organizativa
el sector privado en general y los centros educativos privados en particular, tendrían la
responsabilidad de poner al servicio de las redes educativas los logros y avances de sus
investigaciones y experiencias y contribuir, en la medida de sus posibilidades, al mejo ramiento de
la educación.
De esta suerte la municipalización de la educación encontraría su cabal sentido. La
municipalidad de cada distrito canalizaría los esfuerzos de las instituciones y organizaciones
sociales tales como parroquias, consultorios jurídicos, sindicatos, clubes de madres, comedores
populares, cunas maternales, cocinas populares, centros de cuidados diarios, bibliotecas
populares, museos, teatros, centros de recreación y deporte, talleres de artesanía, de costura,
carpintería, mecánica...
Pero todo ello debe pasar por una renovación total de la escuela y del resto de las
instituciones educativas. Una escuela convertida en un microuniverso construido a la escala del
niño, pero no un microuniverso congelado y artificial, que lo extrae de su en torno real para
insertarlo en un mundo que no vuelve a encontrar cuando abandona la escuela. Escuela y
comunidad deben establecer estrechos lazos o interacciones; la escuela debe ser porosa y
receptiva respecto a las demandas de su comunidad y simultáneamente, debe ser agencia de
cambio y desarrollo comunitario, agencia de revalorización de sus bases culturales en nuestro
horizonte multicultural y multilíngüe y gestora de encuentros y experiencias compartidas por la
miscelánea no sólo lingüística y cultural que somos, sino por las distancias sociales y
económicas, geográficas y étnicas que nos alienan; la escuela deberá inventar escenarios para el
encuentro y la actividad compartida, para una aproximación temprana, que al descubrir la
igualdad en la heterogeneidad, posibilite el respeto mutuo permanente y el diálogo interpersonal,
que construya un país más democrático y más solidario (González Moreira, 1987).
Finalmente queremos destacar la misión que pueden y deben cumplir los medios de
comunicación social. En lo que respecta a la estrategia para la canalización de la participación
los medios de comunicación social tienen una gran responsabilidad. Además de constituirse en
tribunas abiertas en las que se debatan los grandes y urgentes problemas de la realidad regional
y nacional deben ser vínculos de información acerca de los diversos proyectos educativos que se
estén desarrollando y de convocación de la población organizada a participar en ellos.
3.6. Cultura de paz.
En una época de tanta convulsión y cambios debemos considerar que la virtualidad
explicativa de los valores es indudable, cuestionante y desafiante. Los hechos que parecen más
insignificantes están penetrados de una intencionalidad axiológica actual o virtual, directa o
indirecta, que nos permite entender los fenómenos humanos y sociales desde distintos puntos de
vista. La crítica y la prospección pueden recibir no pocas sugestiones desde el planteamiento
diacrónico-evolutivo del mundo o sistema axiológico.
89
Realidad Educativa Nacional
Penetrar en este mundo de valores no es cosa fácil y, aunque parezca paradójico, creo que
la forma más adecuada de hacerlo es a través del tratamiento de la violencia como antítesis del
valor de la paz.
Para tratar de que nuestro estudio sea adecuado vamos a comenzar por fijar mi posición
frente a la violencia, luego analizaré dos aspectos de lo que podríamos denominar una propuesta
de paz y concluiré señalando el rol que, a mi entender, le compete a la educación en la
construcción de una cultura de paz.
1) El tratamiento de la violencia debe tener en cuenta lo que Silva Santisteban (1985) llama "lo
uno y lo múltiple" de su problemática y su polisemia de sentidos:
Abuso, injusticia, exceso, atropello, desmán, desafuero, infringimiento;
Enérgico, fuerte, grande, ímpetu, poderío, decisión, esforzado, dinamismo, vitalidad;
Como todo fenómeno social, la violencia es un fenómeno complejo en cuyo estudio es
preciso tener presente muchos aspectos. Y aún así no es posible combinar los diversos factores
en una matriz causal (Klineberg, 1981).
Sin embargo Miró Quesada (1985) nos ofrece una excelente aproximación a esta cuestión
que creemos debe ser considerada en nuestro estudio. Parte él de la idea según la cual la
violencia estructural viene a ser una consecuencia de la organización social a través de la
historia y que el origen último de la violencia nos obliga a remontarnos a causas que exigen el
despliegue de un panorama teórico muy amplio.
En este panorama destacan cuatro tesis: metafísica, biológica, sociológica y psicológica.
Según la tesis metafísica, la violencia tiene un origen trascendente a la propia condición
empírica de la historia y, dentro de ella, existen diversas posiciones; por ejemplo: la tesis
cristiana (pecado original), la budista (el deseo egoísta) y la dialéctica (afirmación y negación
ontológica del propio ser).
Entre las tesis biológicas hay una antigua que se basa en la vieja tesis de la teoría de la
evolución de Darwin, pero la tesis moderna, propiciada por la sociobiología propugnada por
Wilson y desarrollada por sus discípulos, se basa en el código genético; hay genes
específicos de la violencia e, incluso, se ha descubierto que muchos criminales tienen un
doble gen masculino. Esto se ha comprobado entre hombres muy agresivos, de mucha
peligrosidad.
La violencia sociológica, que coincide con la tesis metafísica de la dialéctica desde el punto de
vista empírico, nos dice que hay una relación directa entre violencia y estructura social.
Y por último, la violencia psicológica se basa en el psicoanálisis: la violencia producida por
complejos subconscientes que pueden ser, por ejemplo, complejos de voluntad de dominio
tipo Adler, etc.
Planteadas estas tesis, dice Miró Quesada, es del mayor interés ver qué posibilidades hay
en cada una de ellas de crear una sociedad no violenta, porque lo q ue nos interesa es,
precisamente, la superación de la violencia.
Pero no se trata de crear una sociedad sin energía o de babosas, sino una sociedad muy
intensa, tal vez con competencia pero esencialmente no violenta. Entonces, es muy importante
indagar qué posibilidades de forjar sociedades no violentas dejan las tesis a las cuales nos
acabamos de referir.
No obstante la validez que puedan tener estas diversas teorías creo que es a partir del
conflicto y del uso de mecanismos de paz para resolver las situac iones conflictivas que debe
plantearse la educación para la paz.
En efecto, la teoría del conflicto se ha convertido en el instrumento categorizador y
90
Realidad Educativa Nacional
totalizante del "fenómeno violencia". Esta teoría permite trabajar sobre diversos tipos de
conflictos, incluidos los sociales. Partiendo de las posiciones activamente encontradas de dos o
más partes intervinientes, la teoría estudia su interrelación y supone siempre que cada una
pretende dominar, derrotar o destruir a la otra. Las vinculaciones teóricas que p ueden
establecerse entre la violencia estructural y la teoría del conflicto permiten avizorar la obtención
de interesantes conclusiones a propósito del fenómeno, con la ventaja adicional de facilitar el
estudio concreto para de allí extraer las conclusiones de segundo orden pertinentes, en vez de
reducir el trabajo a apreciaciones puramente abstractas.
La violencia estructural se manifiesta de manera distinta a la violencia personal. En ésta, son
identifícables sujeto y objeto. A partir de allí, es posible aproximarse directamente a todo el
cuadro en el que la violencia se ejerce, con distintos grados de profundidad, según cada
situación. A diferencia de ella, la violencia estructural supone la ausencia de la perfección
inmediata y directa del agresor, del agredido, e incluso de ambos y sólo puede alcanzarse a
través de la interpretación teórica de situaciones reales, a través de diversos procesos de
inducción y abstracción, todo lo cual supone una interpretación de la realidad por procedimientos
que, para alcanzar rango científico, deben ser metodológicamente descritos y verifícables (Mac
Gregor, 1991).
En el contexto de esta teoría se define la paz como "tranquilidad en el orden" y éste como la
disposición dinámica de las partes de un todo para obtener un fi n. Se trata de un orden dinámico,
orden en un proceso en el que el hombre actúa creativamente en su relación trascendente con el
mundo, es decir en un tipo de relación en la que sólo él es la medida de lo ético, lo científico o lo
técnico; esa medida debe buscarse en una relación más conforme con la existencia y exigencias
de Dios, el respeto a los otros hombres y a la naturaleza.
No voy a entrar en detalles respecto a cada uno de estos centros referenciales pues los
hemos tratado ampliamente en otras oportunidades (Capella, 1991). Sin embargo, vuelvo a
insistir en algo que constituye uno de los ejes de mi concepción educativa: la paz verdadera se
funda en la realización de la justicia en un clima de libertad.
Ello implica el reconocimiento de una igualdad sin exclusiones entre todos los seres
humanos. Por lo cual hay una íntima relación entre justicia y respeto a los derechos humanos: la
paz está íntimamente vinculada al reconocimiento teórico y a la instauración efectiva de los
derechos humanos.
También supone aceptar el valor y sentido de la libertad. Esta es algo connatural a la
persona; no es sólo un concepto filosófico, sino una exigencia, un derecho y un signo distintivo
de su naturaleza. De tal suerte que cuando es oprimida o negada busca manifestarse, muchas
veces, por medios violentos. Somos libres porque poseemos la capacidad de determinamos en lo
que queremos ser porque poseemos la capacidad de elegir, pero movidos por una convicción
interna y no por una mera coacción exterior de algún otro que nos obliga. Y la libertad no es
solamente un derecho que reclamamos para nosotros mismos, es también un deber que tenemos
para con nosotros. Para que haya paz en nuestra sociedad cada ser humano y cada comunidad
debe respetar la libertad de las demás personas y colectividades.
En este sentido, la vivencia de la libertad es el crisol en el que se depura y perfecciona
gradualmente la persona. Podríamos incluso decir que es necesario rendir culto práctico a la
libertad pero en el entendido de que ese culto no acepta los ritos que consagran el menor
esfuerzo, el éxito fácil y el egoísmo, porque el goce pleno de la libertad se levanta sobre los
pedestales de la disciplina individual y colectiva, del esfuerzo sostenido y hasta de las
privaciones.
Basados en esta concepción de paz vemos la necesidad y creo en la posibilidad de alcanzar
esa sociedad que la Constitución postula como paradigma pero que irresponsablemente hemos
91
Realidad Educativa Nacional
92
Realidad Educativa Nacional
93
Realidad Educativa Nacional
las aulas, los laboratorios, los talleres, en espacios y momentos en los q ue se "respire", en los
que se "experimente" una atmósfera y un ambiente de paz, es decir, de tranquilidad en el orden,
según expuse al inicio de este apartado.
Nunca se logrará la paz si se perpetúa una educación que la contradiga, si entre los actores
del proceso de enseñanza-aprendizaje, profesores y alumnos fundamentalmente, no se logran
relaciones integrales y dinámicas que los beneficie y haga evidente que es posible solucionar los
conflictos mediante medios pacíficos cada vez más creativos. Para esto hace falta instaurar un
estilo pedagógico que promueva este tipo de relaciones, las ponga a prueba y se renueve tantas
veces como sea necesario hasta demostrar que la convivencia armónica y productiva es viable.
Esta tarea deviene en prioritaria para el Perú del siglo XXI. Y ante este colosal reto me
reafirmo en que una epistemología de la educación verdaderamente renovada y pertinente a
nuestra realidad debe tener en cuenta el correlato que se exprese con toda nitidez en los
soportes epistemológicos de nuestro proyecto educativo nacional que tendrá que ser
necesariamente respetuoso de nuestra heterogeneidad socioeconómica y de nuestra pluralidad
etnocultural.
Para ello requerimos de una intensa conciencia de peruanidad en todos los sectores de la
población que abarque todas las manifestaciones sociales y culturales de nuestro país y que
reconozca su auténtico valor y su perfecta compatibilidad; una conciencia que capte el proceso
fundamental de simbiosis que está produciendo una nueva manera de ser; el reco nocimiento del
valor de la dignidad de todo peruano por el hecho de ser tal y sobre todas las cosas la capacidad
de tener, en conjunto, un proyecto colectivo, el proyecto de superar la crisis en que nos
debatimos, de superarla para que la vida peruana, en todas las esferas, sea más rica y digna de
ser vivida.
Y ello no es sólo posible sino indispensable recogiendo selectivamente lo positivo que ha
surgido en las últimas décadas, gracias al movimiento de búsqueda espontánea de ser peruanos.
La autocrítica fecunda y el pensar y actuar con estrategias audaces y firmes nos permitirá forjar
una sociedad de bienestar común, pluralista, justa y solidaria, es decir pacífica.
REACTIVOS DE EVALUACIÓN
94
Realidad Educativa Nacional
Objetivo
1. Analizar la propuesta del PEN
95
Realidad Educativa Nacional
96
Realidad Educativa Nacional
1. NUCLEO TEMATICO
Analice usted el tercer objetivo estratégico del PEN en relación a las medidas que viene tomando el
actual gobierno en materia de educación. Ej. Ley 29510 (Cualquier profesional puede ser profesor)
2. PROYECTO EDUCATIVO NACIONAL AL 2021
PRESENTACIÓN
Perú debe tener un Proyecto Educativo Nacional. Este es un mandato de la Ley General de
Educación (artículo 7), un compromiso asumido por el Foro del Acuerdo Nacional (Pacto Social de
Compromisos Recíprocos por la Educación, disposición final) y una necesidad sentida por cuantos
entienden y desean confrontar los desafíos del desarrollo del país y de sus ciudadanos.
En el marco de la Ley, y en respuesta a las miles de personas y cientos de instituciones que han
participado en el proceso de su elaboración él lo largo y ancho del país durante los últimos tres arios,
el Consejo Nacional de Educación (CNE) cumple con presentar a la nación y a sus autoridades la
propuesta de "Proyecto Educativo Nacional al 2021". Corresponde ahora al Gobierno y al Foro del
Acuerdo Nacional determinar la ruta concreta que permitirá su puesta en marcha.
Esta propuesta es resultado de los diálogos y aportes recibidos después de la difusión del documento
titulado "Hacia un Proyecto Educativo Nacional" en setiembre del año 2005. Ha sido debatida en las
26 regiones del país, en articulación con los procesos de elaboración de sus Proyectos Educativos
Regionales. Han participado en su formulación maestros, autoridades regionales, educativas y de
otros sectores, así como empresarios y productores, profesionales de diversas especialidades,
líderes de opinión. Jóvenes, dirigentes de organizaciones sociales y del mundo de la cultura.
Han revisado, criticado y aportado al texto numerosas) organizaciones sociales de base y
asociaciones civiles) así como medios de comunicación. La propuesta se r ha nutrido también de las
opiniones informadas de l instituciones y expertos nacionales e internacionales, s habiéndose
tomado en cuenta propuestas educativas formuladas en otros espacios institucionales y gremiales,
como el proyecto educativo del SUTEP o los planes de gobierno de los diferentes partidos políticos.
Esta propuesta de Proyecto Educativo Nacional representa, en buena cuenta, un mayor desarrollo de
la 12." Política de Estado del Acuerdo Nacional, especificando un conjunto consistente de políticas y
medidas que permitirán concretarla.
Una preocupación especial al momento de su construcción ha sido la de procurar articularla con otros
esfuerzos, como el Foro Nacional de Educación para Todos, con el cual comparte la preocupación
central por la equidad y la calidad educativas. En el mismo sentido se ha tomado en cuenta los
diversos planes con vinculaciones con la educación: el Plan Nacional de Acción por la Infancia, Plan
Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación Tecnológica, Plan Nacional de Competitividad, el Plan
Nacional de Reparaciones en Educación, las Medidas de Urgencia de la Mesa de Concertación para
la lucha contra la pobreza, el Plan Nacional de Derechos Humanos, el Plan Nacional de
Descentralización, los Lineamientos de Política Nacional de Juventudes, entre otras iniciativas ..
Para el CNE el Proyecto Educativo Nacional es un instrumento tanto para la formulación y ejecución
de políticas públicas, como para la movilización ciudadana. Así lo ha demostrado el proceso de su
formulación.
Ahora, corresponde dar paso a una nueva etapa, en la que las propuestas de políticas se conviertan
en planes operativos y presupuestos, los consensos sobre el sentido de la educación en
concertaciones para la acción, las experiencias innovadoras en propuestas de cambio, el s- reclamo y
la reivindicación en un movimiento ciudadana por la educación. .
Confiamos en que este documento una vez aprobado como dispone la ley, servirá en adelante como
marco estratégico para tomar decisiones y como referente para evaluar la acción educativa del
Estado y de la sociedad.
97
Realidad Educativa Nacional
98
Realidad Educativa Nacional
geográficas que tenemos en el país. Todo ello debe asegurar el pleno desarrollo personal, social,
productívo de los ciudadanos. Estas metas son evaluadas periódicamente para identificar los factores
que permiten que algunas escuelas avancen y otras no, retroalimentando a las mismas instituciones y
políticas educativas.
TERCER OBJETIVO ESTRATÉGICO:
MAESTROS BIEN PREPARADOS QUE EJÉRCEN PROFESIONALMENTE LA DOCENCIA
Asegurar el desarrollo profesional docente, revalorando su papel en el marco de una carrera pública
centrada en el desempeño responsable y efectivo, así como de una formación continua integral.
Los docentes que laboran en los centros educativos del país son un factor clave de los cambios que:
propone el Proyecto Educativo Nacional. Hoy en día los maestros no gozan de incentivos, sino al
contrario, para actuar con creatividad, profundizar su formación profesional o realizar esfuerzos
adicionales a favor de sus estudiantes suelen enfrentar muchos obstáculos. El cambio que se
propone demanda que los profesores puedan hacer carrera profesional con criterios objetivos de
promoción, que se les posibilite una formación a la medida de sus necesidades para optimizar su
contribución al centro educativo y que reciban incentivos acordes con su condición de profesionales y
especialistas en una tarea fundamental para el país.
El Consejo Nacional de Educación discrepa con quienes consideran que el despido de docentes es la
solución de los problemas de la educación. Sin embargo, y con igual determinación, considera
también que una Carrera Pública Magisterial debe ser un espacio de trabajo y de oportunidades de
desarrollo profesional sólo para los maestros que demuestren aspiraciones de progreso y
mejoramiento en su desempeño, que participen activa y responsablemente en sus centros educativos
y en cuya práctica profesional puedan verificarse de manera progresiva e inobjetabl.e criterios
esenciales de calidad, de inclusión y buen trato.
Tampoco se ignora el grave problema que significa el exceso de institutos y facultades de educación
y el daño acumulado por cantidades de educación superior sin recursos ni organización pata asumir
la tarea de formar nuevos educadores. La puesta en marcha del sistema de acreditación con
resultados que sean conocidos por la población constituye el principal mecanismo que permitirá ir
corrigiendo esta situación. No se debe dejar de atender las nuevas demandas educativas que el
Proyecto Educativo Nacional plantea con docentes especializados en la educación inicial de niños de
O a 3 y de 4 a 5 años de edad, en los primeros grados de la primaria y en los últimos años de
secundaria.
Asimismo, es indispensable contar con maestros formados en una perspectiva intercultural, es decir,
con capacidad de relacionarse con diversas configuraciones socioculturales, pero no sólo para
comprenderlas y valoradas, sino para organizar la enseñanza sobre la base del reconocimiento de
esta. diversidad con el aula, partiendo del capital cultural de los estudiantes y sus comunidades,
propiciando el diálogo entre distintas cosmovisiones, valores y representaciones.
CUARTO OBJETIVO ESTRATÉGICO:
UNA GESTIÓN DESCENTRALIZADA,
DEMOCRÁTICA, QUE LOGRA RESULTADOS le Y ES FINANCIADA CON EQUIDAD
Asegurar una gestión y financiamiento de la educación le nacional con ética pública, equidad, calidad
y eficiencia.
La educación peruana ha abundado en buenas intenciones y ha sido escasa en resultados. Poco o
nada ha cambiado en las últimas décadas porque la transformación de la gestión educativa no se ha
enfrentado con seriedad. Urge, por ello, tomar la determinación clara de r- romper el circulo vicioso de
la ineficiencia transformando el triángulo «centro educativo-instancia intermedias sede central»: una
escuela con poder para hacer los cambios que necesita y que reciba el soporte técnico que solicita;
en cada región una entidad que articula la educación , con las políticas sociales; la educación superior
99
Realidad Educativa Nacional
con la básica; al sector productivo con el Estado y la sociedad civil para que la educación sea
relevante, útil para el despegue de la región. Un nivel central que asume un rol de liderazgo, y no de
simple administrador, es responsable por los aprendizajes de los estudiantes, funciona para el logro
efectivo de objetivos de política educativa, garantiza su unidad y continuidad, la compensación de
diferencias, el financiamiento suficiente.
Se hace así visible un nuevo "organigrama" del sistema educativo. En el nivel nacional (que 110 debe
ser tomado como central) el MED 110 administra escuelas sino que gestiona políticas nacionales en
corresponsabilidad con las regiones. Por su parte, el Sistema Nacional de Evaluación Acreditación y
Certificación Educativa hace una evaluación externa de los aprendizajes e instituciones y el Consejo
Nacional de Educación se ocupa de las políticas de Estado. En el nivel regional se definen las
políticas regionales, se provee el servicio educativo y se realiza la articulación intersectorial. En el
nivel local, las Unidades de Gestión Educativa Locales (UGEL) se concentran en las cuestiones admi-
nistrativas y se crea un sistema de asistencia técnica a los centros educativos articulado a municipios,
ISP, o a terceros. En el nivel de las instituciones educativas, estas funcionan con poderes de decisión
.en cuanto a la conducción pedagógica, la selección de personal y el manejo del presupuesto. Las IE
tienden a constituir redes para compartir aprendizajes y recursos que no e podrían tener todas
individualmente.
No es realista pensar en una reestructuración endógena: ella no se hará solamente desde dentro de
la administración educativa, sino que reclama la participación informada de la ciudadanía, ya que todo
centro educativo tendrá la obligación de comunicar los resultados logrados por sus estudiantes así'
como de las razones que facilitan o impiden el aprendizaje. Lo mismo hará la autoridad regional y
nacional. Esta participación implica también mayores cuotas de decisión para los padres de familia y
los centros educativos, así como una mayor presencia del Estado en las zonas excluidas del país
para que la población renueve sus expectativas en la educación y constate que sus derechos no son
letra muerta sino realidades tangibles.
El financiamiento de la educación tiene que ser entendido como el costo de todo un proyecto, es
decir, de objetivos, resultados y políticas. Ello demanda un incremento sostenible y un mejor gasto de
los recursos del Estado bajo Criterios de equidad; implica también que se destine más recursos a las
regiones o poblaciones más excluidas o con mayores desventajas, así como un adecuado meca-
nismo de control (evaluación y monitoreo) de la ejecución orientado a los resultados priorizados.
QUINTO OBJETIVO ESTRATÉGICO:
EDUCACIÓN SUPERIOR DE CALIDAD SE CONVIERTE EN FACTOR FAVORABLE PARA EL
DESARROLLO Y LA COMPETITIVIDAD NACIONAL
Asegurar la calidad de la educación superior y su aporte al desarrollo sociocconómíco y cultural en base a
prioridades, así como (/ una inserción competitiva en la economía mundial.
Aunque resulte inverosímil, en el país no existe una política de educación superior. Las universidades
se gobiernan con autonomía; mientras que la educación superior profesional, técnico profesional y la
modalidad ocupacional, que abarca aproximadamente 1,4 millones de rnatriculados, están dirigidas
por una subdirección del Ministerio de Educación. Creemos que el principio de autonomía
universitaria no es incompatible con una política nacional de amplio alcance que debería adecuar
nuestra educación superior a las necesidades de desarrollo el país.
La inversión en investigación e innovación debe ser la locomotora de una reforma de la educación
superior para que ella cumpla su aporte a la construcción de nuestro propio cambio de desarrollo.
Son cuatro las políticas que se deben emprender:
En primer lugar, sentar las bases para que las universidades e institutos generen ciencia e
innovación tecnológica con recursos especialmente dedicados a eso. Actualmente el Perú invierte
menos que Bolivia y Ecuador en estas tareas. En una sociedad globalizada, lo que hará distintiva a
100
Realidad Educativa Nacional
una universidad o instituto peruano respecto de uno extranjero será la ciencia y la innovación
tecnológica propias que logren imprimir en aquellas actividades en las que el país es competitivo
internacionalmente así como en conocimiento y en prospectiva para el desarrollo.
En segundo lugar, transformar la formación profesional en una perspectiva de educación
permanente que atienda tanto a quienes necesiten una formación técnica específica como a
aquellos que requieren formaciones especializadas más allá incluso de los grados de maestría y
doctorado.
En tercer lugar, la acreditación debe ser la palanca para que cada institución emprenda un camino
de mejora de la calidad.
Finalmente, en cuarto lugar, es necesario plantearse la necesidad de un sistema de educación
superior que, respetando las particularidades, articule y potencie a la universidad y a los institutos
de formación profesional y los vincule creativamente con las necesidades de desarrollo local,
regional y nacional.
SEXTO OBJETIVO ESTRATÉGICO:
UNA SOCIEDAD QUE EDUCA A SUS CIUDADANOS Y LOS COMPROMETE CON SU
COMUNIDAD
Fomentar en todo el país una sociedad dispuesta a formar ciudadanos informados, propositivos y
comprometidos con el desarrollo y bienestar de la comunidad.
Los aprendizajes que propone el Proyecto. Educativo Nacional no se logran sólo dentro de las
instituciones sino que requieren, además, convertir el espacio público en un lugar de aprendizaje
convergente a los mismos propósitos.
Un factor de impacto significativo para el desarrollo económico y social es la generación de un nuevo
capital social, lo que comprende aspectos como valores compartidos, normas, cultura, la capacidad
de concertar, construir redes, sinergias, clima de confianza, inteligencia de las instituciones u
orientación al trabajo voluntario. Por eso, programas y actividades en campos como la movilización
de la cultura popular, la promoción del asociacionismo, la apertura de canales concretos para la
acción sin fines de lucro son parte esencial de las políticas educativas. Loes también el fortaleci-
miento de capacidades de las redes sociales y comunitarias ya existentes, la generación de nuevos
arreglos institucionales o pactos familia-escuela, sociedad medios de comunicación.
El Consejo Nacional de Educación destaca el papel del gobierno local no sólo como un administrador
del servicio educativo sino, fundamentalmente, como constructor de una ciudad educadora,· que
forma en ciudadanía y en convivencia social; o como el catalizador del desarrollo en las áreas rurales.
El Proyecto Educativo Nacional llanta también a los lid eres de organizaciones sociales, partidos
políticos y empresas, a jugarse por la educación; mostrando un estilo de liderazgo que sea
pedagógico, pero también promoviendo el compromiso de sus instituciones con la educación de sus
miembros y su comunidad. Finalmente, el Proyecto Educativo Nacional llama a los medios de
comunicación a ejercer bien el papel que tienen en la formación ciudadana a través de la información.
OBJETIVO ESPECIFICO 1
OPORTUNIDADES Y RESULTADOS EDUCATIVOS DE IGUAL CALIDAD
Nos proponemos lograr una educación básica que asegure igualdad de oportunidades y resultados
educativos de igual calidad para todos y cierre las brechas de inequidad educativa.
Resultado 1. La primera infancia es prioridad nacional
Los derechos a la vida y a la educación desde el nacimiento están lentamente garantizados para
toda la infancia a través de oportunidades diversas y de calidad para su óptimo desarrollo
1. Asegurar el desarrollo optimo de la infancia a través de la acción intersectorial, concertada del
Estado en cada región
101
Realidad Educativa Nacional
102
Realidad Educativa Nacional
culturales. La promesa de una industria turística organizada y profesional que permita atender una
afluencia masiva de visitantes atraídos ya sea por nuestro rico patrimonio monumental, por las
manifestaciones contemporáneas de nuestras culturas por una diversa y generosa es otro punto a
nuestro favor.
El Perú es escenario de considerables cambios demográficos que han dado lugar a nuevas formas de
asentamos en nuestro territorio. El paso de un país principalmente rural a uno mayormente urbano
fue 10 dominante en la segunda mitad del siglo XX. En las últimas décadas, se ha dado paso a otro
fenómeno: el desarrollo de un distinto urbanismo que convive, en amalgamas sorprendentes, con
nuevas formas de ruralidad. Culturas convergentes, nuevas aspiraciones, formas variadas de
imaginamos el futuro y de ir hacia él: todo ello confirma un Perú inédito que hace falta reconocer para
detectar en él promesas de dinamismo, de creatividad, todavía no muy bien advertidas.
Nuevos desarrollos científicos y tecnológicos y novedosas circunstancias cOn el comercio mundial
abren para el Perú un amplio horizonte de oportunidades y desafíos. La revolución informática se ha
acondicionado no sólo en el mundo productivo y financiero sino en parte de nuestro paisaje cotidiano
por medio de la masificación del acceso a Internet y sus aplicaciones derivadas, a pesar que la tasa
de equipos informáticos por población es todavía baja. La globalización, por lo demás, tiene sus
rigores y sus promesas, y es en esa doble dimensión que hay que considerar la paulatina
incorporación de nuestro país a las formas más abarcadoras de la economía global. La integración
comercial es un reto por asumir y al mismo tiempo una ventana de oportunidades por aprovechar,
construir o moldear para beneficio de nuestra población.
UN HORIZONTE GENERAL: EL DESARROLLO HUMANO
Ser conscientes de esos recursos y potencialidades nos invita a cultivar visiones optimistas de
nuestro futuro. Proponemos tener en un plazo definido un país donde la realización plena de las
personas sea una posibilidad cierta. No significa, por tanto, plantear un fin inalcanzable sino señalar
un conjunto de metas que debemos y podemos realizar. ¿Cómo es esa visión realizable? ¿Cuáles
son sus posibles componentes?'
La transformación nacional que vislumbramos contiene elementos muy numerosos y sobre todo
plantea la consolidación del desarrollo humano. A partir de ahí hay que afirmar avances concretos,
que sirvan a ese un mayor, en las cuatro siguientes dimensiones: desarrollo económico y
competitividad; bienestar y equidad; afirmación de la institucionalidad democrática; reforma del
Estado e integración territorial, social y cultural del país.
El desarrollo humano constituye, en rigor, el gran horizonte del país que deseamos construir; abarca
y da sentido a las demás transformaciones necesarias. Su contenido es ético y está dirigido a hacer
del Perú una sociedad en la cual nos podamos realizar como personas en un c sentido integral. En
esta noción están contemplados los e ideales de justicia y equidad que resultan, a fin de cuentas, los
principios que dan legitimidad a una comunidad. TI
Entendemos el desarrollo humano como un "proceso de expansión de las capacidades y derechos
de las personas, dentro de un marco de igualdad de oportunidades, en el cual todos pueden
progresar en libertad» y en el cual cada uno debe avanzar al mismo tiempo que progresan todos!.
En primer lugar, esta concepción de desarrollo implica una comprensión de las personas como
portadoras de necesidades y de potencialidades, metas y derechos que deben ser atendidos; no sólo
en lo referido a la subsistencia y a la protección, sino conteniendo también las necesidades y
capacidades de libertad, creatividad, afecto, identidad, trascendencia y sentido. Al mismo tiempo,
cada peruano y cada peruana poseen facultades creativas e inventivas, aptitudes para el diálogo y la
interacción con los demás.
En segundo lugar, el desarrollo implica construir un espacio para la igualdad en la diversidad: una
sociedad que crece en un espacio integrador que acoge con iguales derechos y oportunidades y, al
mismo tiempo, respeta las diferencias que nacen de nuestra cualidad de seres libres y autónomos,
103
Realidad Educativa Nacional
así como las diferencias colectivas, que surgen de nuestra condición de seres con historia, raíces
culturales y tradiciones. En ese Perú del futuro, la unidad y la cohesión deben coexistir con la libertad
individual y también con las particularidades culturales de las distüitas colectividades humanas. Así, el
desarrollo que merecemos consiste en erradicar la exclusión, la discriminación y la desigualdad de
oportunidades fundadas en la condición socioeconómica, étnica, física, mental, de edad o de género,
e implica luchar contra la subordinación excluyente que sufren las otras culturas y lenguas.
El desarrollo será sostenible también por la capacidad para mantener los logros de bienestar que
vayamos conquistando. por ello, es preciso dotar a las personas de recursos y capacidades, de
oportunidades de participación y de facultades para decidir. En suma, habilitarlas para gobernar sus
existencias individuales y colectividad sin que ello atenúe el compromiso del Estado con el bienestar
de todos, sin exclusiones
En tercer lugar, el desarrollo debe ser un proceso sostenible. La satisfacción de las necesidades de
hoy no debe poner en riesgo poder cubrir las demandas de las e próximas generaciones. Esa
sostenibilidad exige el uso 'racional y respetuoso de los recursos naturales. El desarrolla 110 reclama
superar en el Perú la mentalidad social depredadores, que Conoce límites cuando se trata de
satisfacer el deseo de rentabilidad o las simples necesidades de supervivencia. El desarrollo será
sostenible también por la capacidad para mantener los logros de bienestar que los peruanos vayamos
conquistando. Por ello, es preciso dotar a las personas de recursos y capacidades, de oportnnidades
de participación y de facultades para decidir. En suma, habilitarlas para gobernar sus existencias
individuales y colectivas sin que ello atenúe el compromiso del Estado con el bienestar de todos, sin
exclusiones.
a. Desarrollo económico y competitividad
El Perú puede ser en un futuro cercano un país con desarrollo económico sostenido sobre la base de
los recursos físicos, humanos y sociales existentes, por medio de una creativa y competitiva inserción
en la economía regional y mundial. Para lograr este fin se debe superar ciertas barreras históricas.
Algunas de ellas están asociadas a la forma en que nuestro país se vincula a la economía mundial en
un contexto de gran apertura a la competencia internacional, que no toma en cuenta las viejas
desigualdades entre regiones y países, Otras barreras son las derivadas de una estructura
centralizada del sector productivo y del mercado interno. En su lugar han de existir economías
regionales consolidadas con ciclos propios de producción, de circulación y de consumo y, al mismo
tiempo. en correspondencia creativa con el resto del país.
El florecimiento de cadenas productivas autosostenidas servirá para mantener ese crecimiento
diversificado y para generar nuevos campos de generación y aplicación de conocimientos y de
innovación. Ello debe ayudar, a su vez, a expandir y diversificar la oferta exportable, cuya limitación
es hoy en día uno de los grandes frenos de nuestra economía, dependiente del comercio de produc-
tos con escaso valor agregado y avaros en la generación de empleos. Esto requiere de políticas
amplias de articulación, integración y fortalecimiento del mercado nacional y de los mercados
regionales, y así propiciar espacios adecuados para la realización de las capacidades de la población,
que es joven en una apreciáble proporción.
Esta integración, que no suprime la diversidad sino que crece sobre ella, supone también fortalecer la
infraestructura que posibilite el comercio y mejore la rentabilidad de las más diversas actividades
productivas y de servicios y la puesta en valor de los variados recursos físicos y conocimientos
locales por medio de una capacitación técnica y administrativa que propicie su proyección a escala
nacional e internacional.
La competitividad y el crecimiento económico sostenido demandan una inversión mayor y mejor
focalizada en políticas sectoriales y redistributivas vigorosas. También se precisa, desde luego, mayor
reinversión y, consiguientemente, mayor acumulación de capital, así como se hace necesario dar un
salto en nuestro paradigma productivo -tecnológico, administrativo, de gestión- que sólo es posible
104
Realidad Educativa Nacional
con más y mejor capital humano que, a su vez, incremente la competitividad internacional del Perú.
Asimismo, el país precisa un marco normativo e institucional que haga posible que las distintas y
creativas iniciativas de la población encuentren cauces de legalidad y, por consiguiente, de seguridad,
y acceso a medios de financiamiento que permitan su sostenibilidad y expansión en el mediano
plazo. Esto ha de estar combinado con políticas laborales que aseguren que el crecimiento
económico se traduzca en incremento de la oferta de empleo y, al mismo tiempo, que éste sea de
calidad en 10 relativo a la productividad, al cumplimiento de derechos y a los niveles remunerativos.
Ser competitivo en nuestro país es considerar las potencialidades de nuestra diversidad cultural, así
como de nuestros recursos naturales para su preservación a partir de una gestión eficiente. Pero ser
competitivo no es sólo un término con acepciones de índole económica, incluye tomar en cuenta el
valor de las culturas que conforman el país. En primer lugar, se trata de cambiar la mirada
etnocentrista de la competitividad encasillada solo en tecnologías occidentales. Hace falta incorporar
la mirada intercultural, donde la competitividad parte del reconocimiento y valoración de las
tecnologías, saberes, expresiones, fortalezas e historias propias y enriquecerlas con tecnologías
modernas. Este diálogo debiera provenir de ambos sectores, pues el enriquecimiento es mutuo, pero
requiere además del reconocimiento al valor de los «productos», de los «productores», de los
creadores de una y otra vertiente. En segundo lugar, implica también que los peruanos, herederos de
tecnologías ancestrales, fortalezcan su identidad y su autopercepción como sujetos, dejando atrás el
estigma del atraso y la inferioridad para dar paso a culturas afirmadas y de verdad competitivas.
b. Equidad y bienestar
La única razón del crecimiento arriba propugnado debe ser el logro de un bienestar general y
creciente, donde las personas y las familias experimenten un paulatino mejoramiento de sus
condiciones de vida mientras que la sociedad en conjunto ve incrementar y expandir sus
posibilidades, oportunidades y capacidades .. Pero existen elementos en contra que impiden mejorar
esta calidad de vida. Por un lado, la rígida y asimétrica realidad económica mundial y la manera como
el Perú se inserta en ella, y por otro lado, determinados rasgos históricos de nuestra sociedad como
la marginación, la discriminación cultural y racial, además de la pobreza. Estas últimas son
permanentes generadoras de inequidad y a la vez deficiencias que se reproducen sin tregua.
Construir una sociedad equitativa es, ciertamente, una meta ambiciosa; pero también es ineludible.
Demanda actuar sobre diversas dimensiones del tejido institucional y social del país. De un lado, el
rostro más visible de la necesaria equidad puede ser el acceso a servicios básicos como son la
atención de salud, educación de calidad, seguridad social, vivienda, seguridad ciudadana y acceso a
la justicia. Al mismo tiempo, sólo es factible hablar de equidad ahí donde la población tiene acceso a
un empleo digno y productivo a un ambiente saludable y a disfrutar de esparcimiento y de bienes
culturales
c. Democracia
Los peruanos debemos y podemos consolidar una democracia genuina e integral en sus aspectos
legales e institucionales y en su condición de forma de convivencia humana. A través de un Estado
de Derecho concebido para el máximo respeto de las personas y el ataja de todo posible abuso
deponer; una Constitución que garantice los derechos de los ciudadanos y un conjunto de poderes
públicos en equilibrio y respetuosos de la ley, requisitos básico para hablar de una democracia, junto
con ello, y con similar importancia, nuestro ordenamiento político debe asegurar que toda persona
independientemente de su condición socioeconómica, étnica, de genero o cualquiera otra ejerza sus
derechos políticos, civiles y sociales, vea respetados irrestrictamente sus derechos humanos, y
disfrute de la riqueza existente en una sociedad que garantice un nivel aceptable de bienestar. El
cumplimiento de los derechos se ha de complementar, además con una clara percepción de nuestros
deberes y responsabilidades como miembros de una colectividad
El rostro mas visible de la necesaria equidad puede ser el acceso a servicios básicos al mismo tiempo
105
Realidad Educativa Nacional
sólo es factible hablar de equidad ahí donde la población tiene también acceso aun empleo digno y
productivo a un ambiente saludable y a disfrutar de esparcimiento y de bienes culturales
La democracia que buscamos es inseparable de la existencia de una sociedad civil organizada y
activa en defensa de sus derechos y demandas, apta para participar en las decisiones públicas y
fiscalizar el ejercicio del poder, y también consciente de sus propios deberes ciudadanos. El papel de
los medios de comunicación independientes y honestos es esencial para este propósito. Y resulta
igualmente indispensable la existencia del conjunto básico de instituciones civiles por las que las
demandas ganan expresión política ordenada y transparente; esto es, un sistema de partidos
políticos estables y representativos, con propuestas ,expuestas con claridad y sometidas al escrutinio
público, integrados por personas con vocación de servicio y obligados a rendir cuentas ante sus
electores. Asimismo, esa democracia contará con canales de participación efectiva de la población en
las decisiones que afectarán su presente y su futuro. Esto supone, también, la existencia de una
administración pública moderna, eficaz e imparcial que ponga a disposición de la ciudadanía los
mecanismos de fiscalización adecuados y que sea sensible a las aspiraciones de la población.
Todo lo dicho está vinculado, en última instancia, con un elemento insustituible: una ciudadanía que
construye paulatinamente una democracia y está dispuesta a defenderla porque la vive como un valor
propio. Esta experiencia es dable ahí donde prevalece el principio según el cual la persona humana
es el fin supremo de ';' sociedad y del Estado.
d. Reforma del Estado e Integración
Finalmente, ese Perú que queremos ver realizado ha de ser una nación integrada en el plano
territorial y cultural No significa la instauración de una sociedad uniforme que desconozca o, peor, que
reprima las diferencias culturales y regionales, sino aquella donde sepamos cultivar, respetar y
celebrar la unidad en la diversidad y en la que las oportunidades de realizarse individual y
colectivamente estén al alcance de todos.
Esta visión demanda una reforma sustancial del Estado: de sus hábitos, de sus instituciones, de la
forma en que él organiza a nuestra sociedad y se relaciona con cada peruano. Se trata no solamente
de un cambio hacia la eficiencia administrativa sino también de una transformación política del
manejo de la vida pública del Perú.
El Estado peruano es todavía centralista, patrimonial y excluyente. Es centralista porque ha
expropiado las oportunidades de desarrollo de las diversas regiones del país distintas de la capital, en
donde se concentran fuera de toda proporción los servicios sociales y administrativos. Es patrimonial
porque ha permitido las más diversas formas del aprovechamiento de lo público para fines privados:
desde el nepotismo hasta la simple y desnuda sustracción de los dineros públicos. Es excluyente
porque es un Estado de legitimidad precaria, con baja credibilidad entre sus ciudadanos y débil para
conducir el país hacia metas de desarrollo.
La democracia que buscamos es inseparable de la existencia de una sociedad civil organizada y
activa en defensa de sus derechos y demandas apta para participar en las decisiones publicas y
fiscalizar el ejercicio del poder y también consciente de sus propios deberes ciudadanos
Reformar el Estado es modificar la forma en que se ejerce el poder publico en e lPerú. Una manera
indispensable de hacerlo es mediante el avance y el perfeccionamiento de la descentralización ya
iniciada.
Es también depredador de la diversidad cultural y de sus recursos naturales, bienes que son vistos
desde un enfoque meramente económico, a partir del cual se obtienen bienes inmediatos y no
consideran la mirada ontológica de los pueblos originarios frente a estos mismos bienes, es decir,
desde la crianza y la conservación de toda la riqueza natural y cultural. Esa visión es hacer de
nuestra diversidad un elemento fundamental para un desarrollo sostenible. Por esta razón, es
necesario un Estado democrático, descentralizado y pluricultural.
Corrigiendo esa realidad histórica, el Estado debe cambiar su acercamiento a los ciudadanos y
106
Realidad Educativa Nacional
desterrar prácticas centralistas, el desigual tratamiento jurídico a la población, las decisiones opacas
e inequitativas de gasto público y otros usos de vieja data que han terminado por dibujar una
sociedad de grandes privilegios y grandes exclusiones.
Reformar el Estado es modificar la forma en que se ejerce el poder público en el Perú. Una manera
indispensable de hacerla es mediante el avance y el perfeccionamiento de la descentralización ya
iniciada. En ese proceso, los ciudadanos, mediante sus decisiones y su capacidad de fiscalización,
percibirán al Estado como una realidad propia y significativa. Una descentralización bien realizada
será todo lo contrario de un factor de disgregación: permitirá una verdadera integración territorial,
económica y cultural basada en el respeto y el reconocimiento mutuos.
Esta integración interna del país ha de tener, por otra parte, como correlato necesario, un
fortalecimiento de nuestros vínculos con la comunidad internacional. Ésta no tendrá que ser
solamente económica y comercial. Los lazos entre pueblos afines por proximidad física y por una
historia compartida son múltiples y abarcan también un intenso diálogo cultural y un firme
entendimiento para hacer avanzar la democracia en cada región.
UNA EDUCACIÓN RENOVADA QUE GENERA CAMBIOS
Hacer realidad dicha visión demanda transformar nuestra educación. Es cierto que una buena
educación no será suficiente por sí sola para llevamos a la democracia y el desarrollo. Pero también
es verdad que, sin ella, las reformas que hagamos en otros campos resultarán a la postre estériles o
de corta vida. ¿Qué funciones ha de cumplir la educación en la transformación general del país?
En cuanto fuente de la realización de las personas, la educación es en sí misma un fin en todo proceso
de desarrollo humano y no puede ser sacrificada o postergada por otros fines. Pero en cuanto
generadora de ciudadanos capaces y eficientes, imbuidos de una conciencia cívica, prestos al
aprendizaje permanente y dotados de iniciativa y espíritu emprendedor, la educación es, también, un
medio para el desarrollo.
Una educación transformada es indispensable para la democracia pues formará ciudadanos alejados
de las prácticas y valores que hacen posible el autoritarismo, la exclusión y la violencia. La educación
básica ha de impulsar la vida democrática al moldear personalidades autónomas, con iniciativa y
conscientes de los derechos propios y ajenos. Con prácticas pedagógicas y formas de convivencia
renovadas, la educación debe ser la primera experiencia de los peruanos sobre el valor de las leyes,
el diálogo, la participación, las instituciones y la coexistencia pacífica.
Esta educación debe ayudar también a construir un país más equitativo. Una educación deficiente es
una reproductora perniciosa de la inequidad y del atraso. Por el contrario, hay evidencias de cómo los
progresos en educación habilitan a las personas para satisfacer mejor sus necesidades y ejercer
mejor sus derechos. La educación es generadora de facultades. Inviste a las personas de los poderes
requeridos para gobernar sus vidas; es decir, para elegir su destino.
De otro lado, una educación universal de calidad favorecerá el mejor rendimiento económico de
nuestra sociedad al promover la adquisición de saberes nuevos y la recuperación y revaloración del
saber propio, la innovación, el manejo eficiente de los recursos y la capacidad de adaptación a
entornas cambiantes. Ningún país puede aspirar al éxito en la sociedad mundial de hoy con la escasa
inversión en educación y en promoción de la investigación y la innovación que mantiene el Perú. Sin
embargo, al señalar esto es imposible omitir que, junto con la investigación, la educación peruana
tiene otras tareas básicas pendientes de cumplimiento como asegurar un dominio adecuado de las
destrezas fundamentales y fomentar actitudes creativas hacia la vida productiva tales como
autonomía, capacidad de iniciativa y de liderazgo, aptitudes para el trabajo en equipo, disciplina, entre
otras.
Finalmente, una educación renovada ayudará a construir una sociedad integrada -fundada en el
diálogo, el sentido de pertenencia y la solidaridad- y un Estado moderno, democrático y eficiente.
Dotará al país de ciudadanos participativos, fiscalizadores, propósitivos, con capacidad de liderazgo e
107
Realidad Educativa Nacional
innovación dando así vida sostenida a la descentralización. Cambiar nuestra vida pública, reformar el
Estado para una mejor convivencia entre peruanos, es una meta que también necesita de mejores
escuelas, mejores docentes y, en suma, de una mejor concepción de la educación que precisamos -
esto es, de la imagen de nosotros mismos que queremos construir y con la que deseamos vivir.
La transformación educativa requiere y propicia grandes cambios institucionales
Para hacer realidad la educación que el "Perú necesita la visión de país que recogemos se debe
reformar nuestra vida institucional en varios aspectos. Sin ser exhaustivos y tomando como base una
orientación del desarrollo nacional en una perspectiva de redistribución de la riqueza y de justicia
social, cabe enfatizar la necesidad de cambios institucionales como les siguientes.
ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA
Un sistema de administración de justicia que sea efectivo garante de los derechos de la población y
que supere la corrupción, la lentitud y la negligencia en el cumplimiento de sus funciones.
DERECHOS HUMANOS
Una promoción y defensa de los derechos humanos en todas las esferas del Estado' de acuerdo con
el Plan Nacional de Derechos Humanos existente y con atención a las secuelas de la violencia vivida
por el país entre los años 1980 y 2000.
POLÍTICAS SOCIALES DE LUCHA CONTRA LA POBREZA Y LA EXCLUSIÓN
Un fortalecimiento de las políticas sociales de lucha contra la pobreza y la exclusión con un impulso
poderoso a las políticas sectoriales así como a iniciativas especificas como la que realiza la Mesa de
Concertación para la Lucha contra la Pobreza. Planes que deben conciliarse con el necesario afi-
namiento de un modelo de desarrollo que ataque las causas mismas de la pobreza y la desigualdad.
ADMINISTRACIÓN PÚBLICA
Una administración pública que adopte como principio rector la construcción de un Estado al servicio
de los ciudadanos tomando en cuenta, para compensarlas, sus desventajas fundadas en ubicación
geográfica, condición socio económica, condición étnica, género o cualquiera otra.
GENUINA DEMOCRACIA
Cambios para propiciar una representación política genuinamente democrática, comprometida con el
desarrollo del país y la superación de las exclusiones históricas, con un espíritu de servicio,
propuestas identificables y serias y una apertura permanente a la fiscalización y la rendición de
cuentas.
5. ¿De que realidad educativa partimos?
Viejos problemas y nuevas promesas
Esta propuesta de Proyecto Educativo Nacional se sustenta en la firme convicción de que el cambio
es posible. Por tanto, es optimista sobre el futuro de nuestra educación y de nuestro país; sin
embargo, se ha de apoyar en una visión realista de la situación actual así como de los recursos e
iniciativas con que se cuenta desde ahora.
EDUCACIÓN HOY: UN FUTURO POR RECUPERAR
Es imposible desconocer que el sistema educativo vigente desde hace décadas guarda una estrecha
correspondencia con nuestra realidad social. La defraudación de la promesa de "educación de calidad
para todos" ha permitido que se haga más evidente la desigualdad entre los peruanos, haciendo que
se vea en un sentido general más sombrío el futuro de nuestro país. Las numerosas y viejas fallas y
distorsiones de la educación peruana, nos llevan a poner más énfasis en la necesidad de un cambio
integral y estructural, así como en la urgencia de empezado cuanto antes. A manera de ilustración de
ese futuro cancelado que necesitamos reabrir, cabe señalar, por el momento, las áreas básicas de
casos fracasos:
108
Realidad Educativa Nacional
109
Realidad Educativa Nacional
un derrotero por seguir y ponga en acto una vigorosa voluntad colectiva de movilización para el
cambio de nuestra educación. Dicho proyecto se hace indispensable para salir de una postración
histórica y para que muchas situaciones inaceptables e incluso indignantes que hoy criticamos y a las
que nos hemos mal acostumbrado, no existan nunca más.
RECURSOS Y AVANCES EDUCATIVOS: UN CAMINO POR ENSANCHAR
Por otro lado, si la realidad presente es sumamente crítica, también es cierto que no caminamos
sobre un terreno baldío. Una consideración rápida de los recursos con que se cuenta debe dejar
constancia de lo siguiente:
a. Recursos sociales
La transformación integral que se necesita cuenta con importantes recursos existentes en la propia
sociedad, y un ejemplo es la creciente conciencia que tiene la población sobre la educación que tiene
derecho a exigir. Poco a poco, pero con firmeza, se viene entendiendo que el derecho a la educación
no se reduce a la existencia de cuatro paredes y un pizarrón, sino que abarca una serie de
condiciones y propiedades que se sintetizan en las nociones de acceso, disponibilidad, permanencia
y calidad. Asimismo, se abre paso la conciencia de que esa educación no es una gracia que el
Estado nos concede sino un derecho que se puede exigir y que se encuentra amparado por la
Constitución y por las leyes de la República. Esto representa un importante recurso para el cambio,
pues saber a qué tenemos derecho en cuanto ciudadanos hace posible la existencia de una demanda
pública ordenada, firme y democrática como parte de los deberes del Estado peruano.
En los últimos años, diversas organizaciones sociales interesadas en la promoción educativa se han
revelado, con sus iniciativas, como una auténtica fortaleza nacional para emprender el difícil camino
de la transformación. Existe ahí un rico capital humano .y social que ha de ser fundamental para el
cambio integral que requerimos.
La convicción de la necesidad del cambio, la conciencia de que tenemos derecho a una educación de
calidad y la acumulación de conocimientos y capacidades sociales en este campo resultan, en
síntesis, factores favorables para una vigorosa movilización educativa desde la sociedad misma que
motive, sostenga y complemente las acciones ineludibles del Estado
El capital humano y social, que se viene movilizando en los últimos años en el marco de la ventana
de oportunidades que ofrece el proceso de descentralización educativa, ha posibilitado que en
diversas regiones germinen importantes experiencias de participación de instituciones civiles y
públicas, de docentes y padres en la construcción de Proyectos Educativos Regionales.
Esta práctica participativa genera diversos beneficios. En primer lugar, tenemos al aprendizaje directo
de la comunidad en la planificación del mismo proceso educativo, lo que es fundamental para un
sistema más democrático, sujeto a rendición de cuentas y sostenible. En segundo lugar, se viene
gestando una nueva cultura de consulta y responsabilidad entre las autoridades, así como una actitud
de diálogo y demanda razonable de parte de los padres de familia y otros miembros de la comunidad
educativa. En tercer lugar, los Proyectos Educativos Regionales que van surgiendo son en sí mismos
frutos con los que habrá que contar para el cambio de gran envergadura que aquí se postula.
b. Recursos propiamente educativos
Es importante reconocer que el sistema educativo actual, a pesar de todos sus defectos y
limitaciones, con tiene también una gran riqueza humana que debe ser puesta en valor, la cual se
expresa en la amplia cobertura educativa existente, en el gran contingente de maestros disponibles y
con experiencia, en las capacidades y potencialidades de millones de estudiantes peruanos.
El Estado, en el período 2001-2006, ha avanzado significativamente en la mejora del salario
magisterial, en el ordenamiento del diseño curricular en la educación básica, en la provisión de textos
y materiales educativos para todos los estudiantes de primaria y secundaria, en la ampliación de la
jornada escolar en marzo, así como en el reordenamiento de los institutos superiores pedagógicos.
110
Realidad Educativa Nacional
Se añaden a estos pasos novedosas experiencias de gestión; mediciones de calidad y difusión de los
resultados obtenidos; el trabajo en los Proyectos Educativos Regionales, los Consejos Educativos
institucionales; regiones y municipios que empiezan a dar parte de su presupuesto a educación;
experiencias concretas y efectivas de mejora en áreas rurales, en formación docente, en educación
ambiental; en promoción de la lectura por iniciativa de organizaciones sociales y no gubernamentales,
de la cooperación internacional, de algunas empresas y del propio Estado. Ellas representan una
muestra viva de lo que el Proyecto Educativo Nacional se propone.
Asimismo, la existencia de importantes organizaciones estatales y civiles que han venido realizando
acertados diagnósticos, investigaciones profundas y propuestas innovadoras para la transformación
educativa tanto a nivel nacional como regional significa un acervo de conocimiento que es, sin duda,
un buen punto de apoyo para un nuevo proyecto educativo nacional.
También es un recurso valioso la apertura a la cooperación entre instituciones educativas y el enlace,
todavía por profundizar, entre estas y otras redes sociales que pueden potenciar el aprovechamiento
de los recursos disponibles para la educación. La experiencia importante de las escuelas hermanadas
ha sido valiosa tanto para sus estudiantes como para los docentes, padres de familia y autoridades
educativas y locales. De esta manera, los recursos de una escuela contribuyen al aprendizaje de más
de un grupo de escolares. Del mismo modo, representa una oportunidad para conocer, valorar,
respetar e incorporar en nuestra visión del mundo los saberes y vivencias de otras y otros, tan dife-
rentes y tan iguales a nosotros.
c. Recursos políticos y normativos
El Estado ha venido haciendo eco de diversos movimientos y discursos por el cambio de la
educación, como lo demuestran decisiones, normas o leyes innovadoras cuya importancia no debe
pasarse por alto. Un precedente relevante es la Consulta Nacional "Puertas Abiertas" del año 2000,
donde buena parte de la sociedad peruana expresó su opinión y sus expectativas sobre lo que debe
ser la educación.
También hay que contar los nuevos consensos entre sectores políticos y sociales que se han
expresado en el último lustro en el Acuerdo Nacional y en el Pacto de Compromisos Recíprocos por
la Educación suscrito en el marco de dicho acuerdo. Estos documentos son invalorables en la medida
que traducen un reconocimiento del problema y de la importancia de tomar acciones decisivas y
prontas. De aquí debieran surgir decisiones y responsabilidades al más alto nivel que apuesten por el
cambio en la educación. Del mismo modo, la urgencia y el sentido de una transformación estructural
del sistema educativo han sido enfatizados por la Comisión de la Verdad y Reconciliación como parte
de las recomendaciones de reforma institucional que efectuó al final de su investigación sobre la
violencia en el Perú.
El Plan de Educación para Todos, elaborado en articulación a la propuesta del Consejo Nacional de
Educación por un Foro Nacional con significativa participación del Estado y la sociedad civil,
representa una muestra de cómo pueden confluir procesos de formulación de políticas para impulsar
algunas de las propuestas del Proyecto Educativo Nacional, en este caso aquellas que proponen
equidad. Finalmente, y como elemento más importante y prometedor obtenido hasta el momento, hay
que mencionar a la nueva Ley General de Educación, una norma que -no es exagerado decirlo ofrece
un sólido sustento jurídico para el cambio sustancial y abarcador que se postula en la presente pro-
puesta de Proyecto Educativo Nacional.
d. Recursos financieros
Hoy en día el Estado peruano cuenta con recursos financieros que no tenía antes; vivimos un periodo
económico favorable, dado entre otros factores por los altos precios de los productos primarios,
principalmente mineros, que el Perú exporta. Tenemos la responsabilidad de aprovechar este
momento para iniciar un ciclo de desarrollo autosostenido más amplio e integrador; al mismo tiempo,
existe la obligación de aprovechar los nuevos recursos disponibles para aplicar las medidas cruciales
111
Realidad Educativa Nacional
112
Realidad Educativa Nacional
sobrevivencia de la primera infancia en las zonas y sectores más vulnerables del país y la limitada
cobertura de la educación inicial, son grandes barreras para garantizar un buen inicio en la vida a 3
millones de niños menores de 5 años.
La desnutrición crónica en niños de esta edad se ha mantenido casi constante en la última década,
afectando a uno de cada 4 niños y a más de la mitad de la población infantil en las regiones más
pobres. La mitad de niños entre O y 5 años tampoco va a recibir ningún tipo de atención educativa
hasta que entre a la escuela. Suman cerca de Un millón los niños entre los 3 y 5 años que no asisten
aun centro o programa de educación inicial, por no contar con el servicio en su comunidad.
Se ha logrado casi generalizar el acceso a la educación primaria con un 95% de matrícula, pero no a
inicial ni a secundaria. Al 2004, el 34,5% de la población en edad escolar entre 12 y 16 años no
estaba matriculada en secundaria. Más aún, un 16% de la población rural o con extrema pobreza
culmina sus estudios tres o cinco años después de cumplir los 16 años de edad. Además, el 25% de
centros poblados de zonas rurales no tiene colegios secundarios.
Pero los centros educativos en situación de pobreza tampoco ofrecen condiciones mínimas para
estudiar con dignidad y provecho. Dos de cada diez locales escolares carecen de servicio de agua, 4
de cada 10 no tienen desagüe y las dos terceras partes tienen sus servicios higiénicos en estado
deficiente, cifra que sube al 73% en el caso de los situados en el área rural. En cuanto a
aprendizajes, la situación es más crítica en los primeros grados de primaria, donde estudian un millón
300 mil niños. En la Encuesta Nacional 2004, sólo el 15% de alumnos de 2.° grado logró el nivel
suficiente en Comunicación y 9,6% en Matemáticas.
Las deficiencias más graves se encontraron en las escuelas unidocentes o multigrado, en especial las
que atienden a poblaciones hablantes de lenguas nativas. Sólo 1 de cada 10 niños culmina 2.° grado
en una escuela pública comprendiendo lo que Ice, versus la mitad de quienes lo hacen en una
escuela no estatal. De otro lado, el analfabetismo subsistente afecta más a los más pobres, a la
población rural, a las mujeres mayores y a los peruanos de más edad. En las zonas rurales, los
analfabetos son 143% de la población mayor de 40 años, 16% de los que tienen entre 25 y 39 años y
el 8% de los que cuentan con 15 a 24 años de edad.
LA PRIMERA INFANCIA ES PRIORIDAD NACIONAL
Los derechos a la vida y a la educación desde el nacimiento están plenamente garantizados para
toda la infancia a través de oportunidades diversas y de calidad para su optimo desarrollo
1. Asegurar el desarrollo óptimo de la infancia a través de la acción intersectorial concertada
del estado en cada región
Esta política se dirige a resolver los problemas de salud, nutrición y protección que ponen en riesgo la
vida de un millón de niños menores de tres años de edad afectados por la pobreza, mediante una
acción intersectorial sostenida, basada en metas e indicadores de impacto distrital y regional, y en
estrecha alianza con las comunidades. Busca además promover el desarrollo de las diversas
capacidades infantiles desde el nacimiento en los ámbitos cognitivo, social, emocional, fisico y motriz.
Comprende las siguientes políticas específicas:
Satisfacer las necesidades basitas de niños y niñas de 0 a 3 años
Aunque hay asistencia alimentaría y de salud en zonas de pobreza extrema, la lucha contra la
desnutrición crónica infantil se ha estancado y sigue afectando a dos de cada tres niños en las
regiones más pobres del país. Esto significa que la sobrevivencia de los niños en sus primeros años
no está asegurada en el Perú. Esta política busca contribuir desde la educación a asegurar nutrición
adecuada para todos los niños, madres informadas y apoyo efectiva del Estado a las familias en el
cuidado de sus hijos pequeños y la atención a sus necesidades básicas.
Principales medidas
a. Atención básica integral para la madre y el niño, incluyendo asistencia y educación en salud,
113
Realidad Educativa Nacional
nutrición y provisión del cuidado diario infantil, gestionada intersectorialmente desde los gobiernos
regionales y locales.
b. Fomento de la máxima participación local en la gestión y fortalecimiento y recuperación de las
mejores prácticas culturales y tradicionales de crianza y cuidado infantil existentes en cada
comunidad.
c. Ampliación del Programa de Intervención Temprana (PRITE) para la detección y prevención de
discapacidades y enfermedades a todos los niños, niñas y madres gestantes.
Apoyar a la familia para una crianza sana, estimulante y respetuosa de niños y niñas
Muchos niños conviven -con espeluznante normalidad- con la violencia, el maltrato constante, la
indiferencia el abandono en su propia familia. Muchos padres dan a sus hijos lo mejor de sí mismos
sin poder diferenciar los aciertos de los errores, las decisiones sabias de las opciones perjudiciales,
las buenas costumbres de los malos hábitos, y sin recibir orientación ni. apoyo especializado para
cumplir mejor sus responsabilidades. Esta política busca que el Estado ofrezca a los padres, madres
o tutores, en especial los que viven en condiciones de pobreza, oportunidades continuas para reforzar
sus capacidades de crianza y desarrollo familiar, a partir de sus saberes más valiosos y sus mejores
prácticas.
PRINCIPALES MEDIDAS
a. Programa intersectorial de educación familiar para una mejor crianza infantil que brinde y refuerce
orientaciones sobre nutrición, crecimiento, seguridad, autonomía y socialización de los niños.
b. Programa intersectorial de promoción de ambientes familiares saludables que amplíe las fortalezas
internas y las capacidades de resolución de problemas de sus miembros (violencia familiar,
alcoholismo, baja autoestima, etc,), así como las posibilidades de crear y fortalecer redes de apoyo
mutuo, en especial a las familias que vivieron en las zonas donde se desarrolló la violencia política.
c. Programa intersectorial contra la violencia familiar y el abuso físico y psicológico a niños y niñas,
promotor de estrategias correctivas basadas en el respeto a sus derechos,
Promover entornos comunitarios saludables, amables y estimulantes para niños y niñas
Contaminación escasez de áreas verdes, crecimiento demográfico son características que afectan el
diseño ordenado de las ciudades y dan lugar a conglomerados sin criterio de preservación del
ambiente o prevención de riesgos para la salud pública. Frente a eso, se busca promover desde la
educación, la salud ambiental, el respeto a los derechos del niño y oportunidades públicas de calidad
para el desarrollo infantil, empezando por las comunidades más pobres y mediante alianzas entre las
Direcciones Regionales de Educación (DRE), gobiernos locales y otros sectores del Estado.
PRINCIPALES MEDIDAS
a. Impulso, desde los ministerios de Salud y Vivienda y los gobiernos locales y regionales, de
mecanismos de promoción y vigilancia de la salud ambiental y sus efectos en la vida de los niños,
que incluyan indicadores, la difusión oportuna de información y el control de los peligros
ambientales.
b. Programas de educación comunitaria y movilización social que impulsen estilos de vida saludables,
la defensa y el respeto de los derechos de los niños en el espacio público, el diseño urbano y la
generación de oportunidades para el desarrollo de capacidades.
Promover un óptimo desarrollo educativo del potencial humano desde la primera infancia
La educación de los niños pequeños ha estado muy ligada a la crianza y reducida al aprendizaje de
reglas o hábitos más que al desarrollo de capacidades y aptitudes, .asociándose la noción de
educación a la enseñanza formal y, por lo tanto, a edades posteriores. De este modo, el desarrollo de
muchas cualidades infantiles en estado de ebullición durante los primeros años suele ser
desalentado, postergado o bloqueado. En ese contexto, esta política busca garantizar desde el
114
Realidad Educativa Nacional
Estado oportunidades educativas para los niños menores de tres años que promuevan el desarrollo
óptimo y oportuno de sus capacidades cognitivas, sociales, emocionales, físicas y motrices y que
privilegien a la población en situación de pobreza y extrema pobreza.
Principales Medidas
a. Wawa wasis fortalecidos en todos sus componentes y con gestión descentralizada, además de su
expansión según la demanda social identificada en cada región del país.
b. Inclusión de programas de educación psicomotriz, afectiva y cognitiva para niños menores de 3
años de edad en establecimientos de salud, municipios, colegios, etc. Los programas deben
empezar por las provincias de mayor pobreza, estar a cargo de personal especializado y ofrecer
consejería a los padres en temas de crianza.
c. Habilitación de bibliotecas, ludotecas y videotecas infantiles en todos los municipios distritales, en
convenio con el Ministerio de Educación y la Dirección Regional de Educación, con programas
para padres dirigidos a promover juegos en familia y la lectura diaria de textos estimulantes para
los niños.
d. Reestructuración de la oferta educativa actualmente existente para niños de este rango de edad
mediante la acreditación de establecimientos y programas según cumplimiento de estándares de
calidad de servicio y con planificación para su expansión sistemática.
TRECE AÑOS DE BUENA EDUCACIÓN SIN EXCLUSIONES
LA EDUCACIÓN BÁSICA ESTA UNIVERSALIZADA Y GARANTIZA IGUALDAD DE
OPORTUNIDADES Y RESULTADOS EDUCATIVOS A INFANTES, NIÑOS, NIÑAS Y JÓVENES EN
TODO EL PAÍS
2. AMPLIAR EL ACCESO A LA EDUCACIÓN BÁSICA A LOS GRUPOS HOY DESATENDIDOS
Estas políticas están dirigidas a incluir a grupos poblacionales rurales y urbanos en situación de
pobreza hasta ahora marginados de la educación básica. Estos grupos están constituidos por niños
de 4 y 5 años de edad, adolescentes sin acceso a la educación secundaria y jóvenes que no pudieron
completar la educación primaria. Comprende las siguientes políticas específicas:
Universalizar el acceso a educación inicial formal de niños y niñas de 4 y 5 años de edad
Casi la mitad de los niños de cuatro y cinco años de edad están fuera del sistema educativo, sin
oferta de programas o establecimientos de educación inicial, y todos ellos provienen de familias que
viven bajo la línea de pobreza, particularmente en zonas rurales y de la periferia urbana. Esta política
se propone extender aceleradamente la oferta de educación inicial formal de buena calidad para los
niños y niñas en este rango de edad y mejorar la actualmente existente, empezando por las zonas
más pobres.
Principales medidas
a. Ampliación planificada de la cobertura de la educación formal a la población infantil de 4 y 5 años,
resolviendo todas las barreras normativas que la limiten y con campañas masivas anuales para la
escolarización de estos niños.
b. Reestructuración de los Programas No Escolarizados de Educación Inicial (PRONOEI) sobre la
base de estándares de calidad de servicio, como oferta complementaria y no sustitutoria de la
educación inicial escolarizada.
c. Especialización de la formación docente para la atención de las necesidades específicas de
aprendizaje en estas edades y los primeros grados de primaria, con estímulos a la permanencia de
los mejores docentes en este ciclo 1.
d. Provisión garantizada, en contextos bilingües, de una educación inicial que enseñe a los niños en
su lengua materna y los familiarice con el castellano.
115
Realidad Educativa Nacional
116
Realidad Educativa Nacional
PRINCIPALES MEDIDAS
a. Programa nacional de alfabetización de calidad, articulado a redes escolares locales y regionales e
iniciativas comunales o proyectos de capacitación; y promoción de comités y círculos de
alfabetización en cada comunidad comprendida.
b. Estrategias pedagógicas diferenciadas según el grupo lingüístico y cultural de la población,
incluyendo el uso pertinente de materiales educativos.
c. Mecanismos regionales y locales que, priorizando mujeres rurales, aseguren a los beneficiarios de
los programas de alfabetización una inserción adecuada en la Educación Básica Alternativa o en la
Educación Técnico Productiva.
d. Formación intercultural de alfabetizadores para zonas rurales con especialización en metodologías
para la enseñanza de primera y segunda lengua.
c. Programas diferenciados de alfabetización para personas con discapacidad visual y auditiva que
requieran el uso de medios y materiales adecuados.
f. Programa complementario de alfabetización tecnológica que impulse el uso culturalmente
pertinente de nuevas tecnologías para mejorar la productividad de los alfabetizados.
3. ASEGURAR CONDICIONES ESENCIALES PARA EL APRENDIZAJE EN LOS CENTROS
EDUCATIVOS QUE ATIENDEN A LAS PROVINCIAS MÁS POBRES
El propósito es asegurar infraestructura, equipamiento adecuado y mantenimiento permanente de los
centros educativos de las zonas más pobres, así como articular políticas y programas de lucha contra
la pobreza y de promoción del empleo para aumentar la educabilidad de los estudiantes de esas
zonas focalizadas. Comprende 3 políticas específicas:
Dotar de insumos y servicios básicos a todos los centros educativos públicos que atienden a
los más pobres de la población nacional
Es normal y habitual que los centros educativos públicos, sobre todo los situados en zonas pobres,
carezcan de insumas elementales para aprender. La posibilidad de tener lápices o papel, un
laboratorio o un módulo deportivo no puede seguir dependiendo del aporte económico de las familias.
Disponer de estos elementos es parte del derecho de los peruanos a recibir una educación de
calidad. Esta política busca asegurar cada año equipamiento e insumos adecuados y mantenimiento
permanente a los centros educativos públicos, así como condiciones dignas de salud.
Principales medidas
a. Dotación anual a los centros educativos públicos de insumos fungibles y ampliación de los recursos
existentes, apoyados en un fondo regional específico e incluyendo presupuesto de mantenimiento y
reposición:
Biblioteca escolar variada que promueva la lectura, articulada a otras bibliotecas escolares de la
localidad.
Textos escolares y materiales educativos suficientes para cada grado, asociados a una política de
producción regional de materiales con contenidos pertinentes e interculturales.
Laboratorios de Ciencia e Informática, que posibiliten una adecuada enseñanza de estas materias.
Acceso a redes de información y comunicación (Internet) mediante convenios con proveedores
locales del servicio.
Infraestructura deportiva elemental e in sumos y materiales necesarios para su óptima utilización.
Material fungible (lápices, papel, borradores, cuadernos, papelógrafos, cartulinas) para las
actividades cotidianas de cada grado.
b. Funcionamiento de centros de recursos educativos distritales adscritos al municipio, dotados de
equipos y materiales educativos accesibles a todos los estudiantes y profesores.
117
Realidad Educativa Nacional
118
Realidad Educativa Nacional
119
Realidad Educativa Nacional
todo las de extrema pobreza y zonas rurales, asistan a la escuela en edad oportuna, permanezcan en
ella y gocen del respeto y las oportunidades a que tienen derecho.
LOS PROGRAMAS DE DIVERSIFICACIÓN
¿Por qué la Diversificación Curricular?
Debemos tener en cuenta las disposiciones legales vigentes:
ASPECTOS LEGALES DIVERSIFICACIÓN CURRICULAR
FUNCIONES EDUCATIVAS DE LOS GOBIERNOS REGIONALES
La Ley Orgánica de Gobiernos Regionales establece las funciones educativas propias de dichos
Gobiernos:
Artículo 47o. Funciones en materia de educación, cultura, ciencia, tecnología, deporte y recreación:
a) Formular, aprobar, ejecutar, evaluar y administrar las políticas regionales de educación, cultura,
ciencia y tecnología, deporte y recreación de la región.
b) Diseñar, ejecutar y evaluar el proyecto educativo regional, los programas de desarrollo de la
cultura, ciencia y tecnología y el programa de desarrollo del deporte y recreación de la región, en
concordancia con la política educativa nacional.
c) Diversificar los currículos nacionales, incorporando contenidos significativos de su realidad socio-
cultural, económica, productiva y ecológica y respondiendo a las necesidades e intereses de los
educandos.
d) Promover una cultura de derechos, de paz y de igualdad de oportunidades para todos.
e) Promover, regular, incentivar y supervisar los servicios referidos a la educación inicial, primaria,
secundaria y superior no universitaria, en coordinación con el Gobierno Local y en armonía con
la política y normas del sector correspondiente y las necesidades de cobertura y niveles de
enseñanza de la población.
f) Modernizar los sistemas descentralizados de gestión educativa y propiciar la formación de redes
de instituciones educativas, en coordinación con el Ministerio de Educación.
g) Ejecutar y evaluar, conjuntamente con los gobiernos locales, los programas de alfabetización en
el marco de las políticas y programas nacionales.
h) Integrar los distintos programas educativos regionales en una política integral orientada, en lo
económico, a la mejora en la productividad y competitividad de la región; en lo social, a propiciar
la igualdad de oportunidades, la integración y la inclusión a nivel regional; en lo político, al
afianzamiento de los mecanismos de participación ciudadana y rendición de cuentas en los
distintos niveles de gobierno, y en lo cultural, al desarrollo de una cultura de paz y
reconocimiento y respeto a la diversidad.
i) Promover permanentemente la educación intercultural y el uso de las lenguas originarias de la
región.
j) Promover e incentivar la investigación, la extensión en las universidades y en otras instituciones
educativas de nivel superior, en función del desarrollo regional.
k) Promover y difundir las manifestaciones culturales y potenciar las instituciones artísticas y
culturales de la región, en coordinación con los Gobiernos Locales.
l) Proteger y conservar, en coordinación con los Gobiernos Locales y los organismos
correspondientes, el patrimonio cultural nacional existente en la región, así como promover la
declaración por los organismos competentes de los bienes culturales no reconocidos que se
encuentren en la región. [Texto aprobado por el artículo 9o. de la Ley No. 27902, modificatoria de
la Ley No. 27867]
120
Realidad Educativa Nacional
121
Realidad Educativa Nacional
122
Realidad Educativa Nacional
123
Realidad Educativa Nacional
124
Realidad Educativa Nacional
OBJETIVOS
1. Estudiar las causas de la interculturalidad en la educación
2. Analizar las actuales tendencias del estudio del problema de la interculturalidad
125
Realidad Educativa Nacional
126
Realidad Educativa Nacional
NUCLEO TEMATICO
Analice usted como se manifiesta la interculturalidad en las instituciones educativas en todos sus
niveles en la provincia de Arequipa. Seleccione una institución educativa de Educación Inicial , otra de
primaria y una de Secundaria.
127
Realidad Educativa Nacional
de cada sociedad y de cada pueblo, es necesario integrar con fuerza, en la praxis educativa, este
enfoque.
Esta es la invitación de este número de –Apuntes IEPS-. Sin duda será el primero de una serie que,
con la colaboración de muchos educadores, ofrecerá estudios y experiencias realizados en distintos
ámbitos culturales. Deseamos así profundizar en la educación intercultural asumiendo su carácter
dialógico, desde una praxis intercultural.
Roma, 14 de mayo de 1990.
Vera Maria Candau
24
ALFARO, J.: De la cuestión del hombre a la cuestión de Dios. Sígueme, Salamanca 1988, p.256
128
Realidad Educativa Nacional
El cuadro sociopolítico en que surgen tales planteamientos nace en Europa, de un mundo que
para sobrevivir opta por la interdependencia.
El Estado-Nación que fue el eje político-cultural de la Edad Moderna percibe claramente sus
límites. Con ellos, los de la educación nacional, valiosa sin duda, pero con pies de barro: la rigidez
25
uniformadora por principio( ). La crisis se inscribe en la perspectiva de las descolonizaciones que
frenaron el expansionismo europeo. Intenta evitar los repliegues elitistas y defensivos. Pretende
conjurar una tercera contienda mundial de un género enteramente distinto; una guerra de ideas, de
costumbres, de aptitudes y estilos de vida provocados por la incomprensión, el sentimiento de
superioridad de unos para con otros, y el menosprecio sistemático de los considerados
verdaderamente ―otros‖.
Se está abriendo camino la convicción de que educar, no sólo para la comprensión, sino para la
cooperación, constituye una necesidad destinada a generar un equilibrio europeo más estable.
APROXIMACIÓN PEDAGÓGICA A LA DIMENSIÓN INTERCULTURAL DE LA EDUCACIÓN
Los dos principales factores que, de hecho, han suscitado, el planteamiento agudo de la
problemática pedagógica han sido las situaciones educacionales de la población migrante y la
conciencia creciente de la propia identidad cultural.
26
La condición del emigrante y de sus hijos desde el punto de vista de la educación ( )
Sin identificar en absoluto educación y escuela, y concibiendo la educación como la orientación
de procesos de humanización que rebasan con mucho la acción escolar, importa mencionar la
función que en este contexto está jugando el sistema docente.
Hoy por hoy, la escuela es el primer filtro. Más que una vía de promoción para la llamada
―segunda generación‖, consiste en un instrumento que refuerza y confirma el bajo nivel sociocultural
de la primera generación de emigrantes. Aun cursando la escolaridad completa en los países de
acogida donde ha nacido, la segunda generación ocupa en general la misma categoría profesional
que los padres: el 90% de los hombres y el 75 % de las mujeres de la población emigrante entran en
27
el mundo del trabajo con la categoría de obreros no cualificados.( )
Es evidente que el éxito escolar es decisivo para el porvenir profesional y la inserción social en el
país de acogida. Los datos muestran claramente el papel de la institución escolar en la reproducción
del status quo.
Semejante situación es válida no sólo para la población emigrante, sino para las capas menos
favorecidas de la sociedad en los países industrializados, o bien las poblaciones rurales de los países
en vías de desarrollo.
Entre los puntos principales de la problemática que se da cita en la escuela, convirtiéndola en un
miocrocosmos de la sociedad ambiente (escuela selectiva), citamos los siguientes:
28
1. El primer obstáculo es la lengua( ). Hay que tener en cuenta que las deficiencias lingüísticas de los
hijos de emigrantes son también notables respecto de la lengua de su país de origen.
La Bibliografía Internacional sobre Bilingüismo y Biculturalismo (1982), con diecinueve mil títulos
es un índice del gran interés existente sobre la materia y fruto al mismo tiempo de múltiples
investigaciones con resultados, a veces, opuestos.
“El. hecho de que datos obtenidos de diversos trabajos experimentales hayan conducido a
tesis opuestas no significa que se pretenda decidir si el bilinguismo y la situación bilingüe
25
Cfr. GARCIA GARRIDO, J.I.: Problemas mundiales de la educación. Dykinson. Madrid 1982, cap i, passim.
26
Los hijos de emigrantes y el empleo en los países de Europa. Relación. OCD 1983. se adelantan en este apartado algunos
puntos de vista presentados al XI Congreso Nacional de Pedagogía (septiembre 1988)
27
GOMEZ DACAL, G.: Estudios sociopedagógicos de la Segunda Generación, en E. SOLER FIERREZ (Ed.), Interculturalismo
y Educación, Instituto Nacional de Emigración. Madrid 1986, pp. 55.80
28
PINO, M. Y PEREZ, M. Citados en Interculturalité et éducation. Seminario, Ministerio de Education y Cultural de España,
Madrid 12-13 mayo 187, Estrasburgo 1987
129
Realidad Educativa Nacional
tienen efectos positivos o negativos sobre el desarrollo personal del niño. Planteamientos de
este tipo, tan simplista, están hoy superados. Las orientaciones de las investigaciones
actualmente van hacia el análisis de los factores y variables que pueden explicar estos
29
resultados, valorando fundamentalmente las tendencias sociales y culturales”( )
30
Pero no es el lenguaje el único obstáculo ( ). Fracasos sucesivos, obligan a resituar el
aprendizaje de las lenguas (la del país de origen y la segunda lengua) en un contexto más amplio.
Después de distintos ensayos, la inclusión de los aspectos sociofamiliares en este aprendizaje es uno
de los puntos de partida mis claros para enfocar una educación intercultural.
2. Otro obstáculo difícil de salvar son los criterios de evaluaciones socio-etno-céntricos, aplicadas en
los diferentes ciclos escolares, actúan como mecanismo principal de selección, cuando no único.
Razones científicas y étnicas hacen muy discutible el juicio perentorio que se formula sobre
alumnos disminuidos socioculturalmente por el hecho de pertenecer a familias desarraigadas. Aquí
concurren las dificultades del fracaso escolar como lo evidencian reiteradas investigaciones.
3. La colaboración y formación de los padres es otro capítulo que no debe omitirse al señalar
dificultades. Las situaciones de familias incompletas son numerosas. Los problemas de los niños son,
en definitiva, problemas de los mayores.
Estos y otros componentes de la situación revelan el abismo que media entre la realidad vivida y
la normativa vigente.
La escuela no debe, sin embargo, enmascarar las limitaciones de los alumnos que se ven
destinados a un fracaso laboral y social seguro. Al contrario, debe denunciar tales situaciones y
procurar las medidas socio-pedagógicas adecuadas.
Corresponde a las relaciones entre los Estados lograr el cuadro jurídico adecuado para una
organización académico-escolar idónea.
Las alternativas didáctico-curriculares de inspiración europeísta están aún abiertas y es posible
hacer mucho contando con el tesón de estudiosos y educadores y con las aportaciones de grupos
31
organizados.( )
LA IDENTIDAD CULTURAL
En el pensamiento de los teóricos de la educación y en el de los políticos de la cultura ha surgido
la idea de la educación intercultural cuando la historia de las mentalidades ha registrado ya la
corriente, siempre en crecida, de la reivindicación de las identidades culturales.
La identidad cultural supone un sentimiento de pertenencia que vincula el individuo a un
patrimonio sociocultural concreto: las raíces comunitarias que alimentan su ―manera de estar en el
mundo‖. El concepto de cultura que aquí interesa proviene del campo antropológico. Descubre
características distintas en los aspectos material y espiritual, intelectual y afectivo, histórico y
prospectivo, por medio de las cuales cada grupo social expresa y configura su propio ―arte de vivir‖.
La legitimidad de las diversas culturas descansa en el reconocimiento de que toda cultura se
refiere a un grupo humano, al hombre en su dimensión social.
Como creadores, portadores y reproductores de una dimensión civilizadora propia, como rostros
únicos y específicos del patrimonio de la humanidad, los pueblos o naciones son titulares de todos los
derechos civiles, políticos, económicos y culturales, con frecuencia desconocidos y vulnerados.
Hoy asistimos a fuertes reivindicaciones de la identidad cultural que aparece como uno de los
principales motores de la historia. El derecho a la identidad cultural responde a una dinámica interna,
29
SÁNCHEZ RIESCO, R.: Educación bilingüe de los niños españoles en la República Federal de Alemania. Rev. De Ciencias
de la Educación 33 (Madrid 1987) octubre – diciembre, núm. 132. pp. 473
30
OKSAAR. E.: Multilinguismo y multiculturalismo desde el punto de vista lingüista, en T. HUSEN y S. OPPER, Educación
multicultural y multilingue. Narcea. Madrid. 1984, pp. 33-59
31
Cfr RUIZ BERRIO. J.: Educación comparada, Anaya, Madrid 1985. Voces ―Educación Europea‖ y ―Educación para la
comprensión internacional‖
130
Realidad Educativa Nacional
32
Con independencia de las cuestiones semánticas, interesan las actividades y publicaciones del Center for Educational
Research and Inmoration (CERI) y del Comité de Educación, organismos de la OCDE
131
Realidad Educativa Nacional
Reprueba la asimilación de las culturas minoritarias por parte de las culturas dominantes.
Contradice ciertas políticas de ―integración‖ que comportan la disolución de las minorías en el Estado
o región receptora.
LA EDUCACIÓN INTERCULTURAL, IDEA EMERGENTE
A nadie se le oculta que el horizonte entrevisto compromete en su solución graves opciones
político-sociales.
El profesor Van Spaandonck, de la Universidad de Gante, reducía a un dilema formal la
diversidad de intereses y de sentimientos encontrados en torno a la sociedad que se está forjando.
“Vamos a vivir en una sociedad cerrada (donde la simplicidad, la seguridad, la uniformidad y la
transmisión de valores constituyen la máxima ley) o en una sociedad abierta (donde reina la
complejidad, la diversidad y muchos puntos de interrogación)”.
Sin que los Estados europeos tengan plenamente aclaradas estas preguntas, estamos
asistiendo a una buena dosis de ―voluntad política‖ para contar con la educación como una vía
privilegiada para resolverlas a favor del encuentro fecundo entre culturas.
Las medidas adoptadas en el campo de la educación tienen que considerarse sectoriales dentro
de un modelo de sociedad visto en su globalidad. Una educación intersectorial requiere un sujeto
político que responda a ella. Este sujeto político, propiamente dicho, hoy no existe en Europa. Los
programas que desarrollan los organismos internacionales UNESCO, OCDE y especialmente el
Consejo de Europa cobran progresivamente importancia y plantean al educador cuestiones de más
viva actualidad.
Mediante el Convenio Cultural Europeo (CCE) el Consejo de Europa instituyó un programa de
actividades para desarrollar la cooperación en el campo de la educación, de la cultura y del deporte
(1961).
El convenio se firmó por los 21 Estados miembros del Consejo de Europa y por Finlandia, la
Santa Sede y la República de San Marino. Estos Estados están representados en el seno del
Consejo de la Cooperación Cultural (CDCC), que define y ejecuta las actividades del Consejo de
Europa respecto de la educación y de la cultura.
Los trabajos de reflexión y práctica con hijos de emigrantes en los países más industrializados de
Europa han permitido llegar a ciertas conclusiones sobre las medidas necesarias y aún previas para
33
dar cabida en los Estados actuales a una educación que sea realmente intercultural.( )
Desde este punto de vista señalamos la lucha contra toda suerte de discriminación en distintas
comunidades que conviven en un mismo Estado. Así mismo, la existencia de diversas subculturas de
los nativos del mismo país patentiza que la educación de minorías migrantes necesita de la misma
protección jurídico-social que las minorías indígenas, cultural y económicamente menos favorecidas.
Estas se encuentran en situación análoga respecto de la cultura mayoritaria dominante. El pluralismo
cultural creciente de la sociedad, que no resulta únicamente de las inmigraciones, requiere medidas
especiales para los grupos de población marginales segregados por todas las aglomeraciones
urbanas de los países industrializados.
Dada la importancia del papel de la mujer, y sobre todo por su propia dignidad personal, ciertos
grupos étnicos que mantienen un estatuto particular para ella necesitan atención especial a fin de
34
ofrecerle auténtica igualdad de oportunidades en la vida social, cultural, económica y política.( )
El carácter sectorial de las cuestiones pedagógicas no exime a los educadores de afrontar las
que surgen de los procesos educativos en cuanto tales.
33
Cfr. La excelente Bibliografía de G. GOMEZ DACAL, en o.c., pp. 247 - 278
34
Cfr. PEROTTI, A.: Les conditions préalables á la realisation d´un projet éducatif dans une societé pluriculturelle, en Rapport
final du Groupe de projet, N°7 ODCC, Strasbourg 1986, pp. 21-67. Muy interesante
132
Realidad Educativa Nacional
133
Realidad Educativa Nacional
35
CONSEJO DE EUROPA (CDCC).: Recueil d´informations sur les opérations d´éducation interculturelle en Europe,
Strasbourg 1983. DECS/EGT (83), p. 62 Cfr. Los dossiers respectivos a la formación intercultura de nuestros en Francia en
la República Federal Alemana, en los Países Bajos, en los Países Nórdicos, en Suiza, en Bélgica, Strasbourg 1981.
36
Progretto Mondialitá. Centro di Educazione alla Mondialita CEM,Parma 1986
134
Realidad Educativa Nacional
37
TONELLI, R. En Per una educazione integrale della coscienza europea, en la cultura europea tra crisi y speranza, a cura di
Adriano Alessi, LAS Roma 1985, pp. 130-144
38
ALFARO, J. o.c. p. 226
39
La educación y la formación de recursos humanos y El cambio social y los valores en la problemática mundial en el
horizonte del año 2000. Informe del taller científico reunido en la UNESCO, París 22.23 junio 1987
135
Realidad Educativa Nacional
sociedad que como la nuestra ofrece tantas instancias dispersivas, las únicas motivaciones válidas
son las que alcanzan el carácter de experiencia.
Educar hombres y mujeres solidarios para ser agentes de paz en el mundo exige
necesariamente contactos, proyectos compartidos y la empatía que surge de la familiaridad en el trato
con los portadores de ―diferencias‖.
La educación intercultural camino de una única Europa se inscribe en el horizonte de una
educación para la universalidad. No podemos construir una nueva Europa del egoísmo.
Aun teniendo en cuenta los problemas de la cuestión abordada en este capítulo, la educación
intercultural es hoy más una meta que un logro.
―A pesar del idealismo que inspira la educación multicultural (intercultural), así como de la
atracción que puede constituir el objetivo de aumento del capital lingüístico de una sociedad, el
conjunto de los sistemas de enseñanza ha manifestado una gran reserva respecto de una
40
reformulación en el sentido multicultural de los programas y de las prácticas de enseñanza‖.
Nos hallamos ante una cuestión abierta. La educación de inspiración cristiana puede aportar a
ella pensamiento y acción.
40
L´Education multiculturelle. OCDE (Centre pour la recherche et Pinnovation dans I´enseignement) París 1987, p. 8
136
Realidad Educativa Nacional
No existe ningún pueblo o nación sin identidad y sin cultura. Cuando se carcomen los cimientos
de nuestra identidad o cultura, en realidad, se está eliminando el núcleo mismo de la existencia de
un pueblo o nación. El control de la identidad o de la cultura es el control del mismo corazón de una
nación. Por ello, es estratégico el abordamiento educativo del tema de interculturalidad.
Sin identidad no es posible desarrollar la Interculturalidad. La identidad cultural aparece como
una condición necesaria e imprescindible para promover procesos de diálogo enriquecedor entre
culturas. ¿Qué es identidad y qué Interculturalidad? Al respecto se hacen algunas aproximaciones.
IDENTIDAD CULTURAL
Identidad significa ―cualidad de idéntico‖. Se conceptúa como el ―conjunto de rasgos de un
individuo o de una colectividad que los caracteriza frente a los demás‖. Es también ―la conciencia que
una persona tiene de ser ella misma distintas a las demás‖. (Diccionario de la Academia, 2001)
La identidad personal y social tiene, como obstante, varias dimensiones: la identidad de género,
la identidad familiar, la identidad con el centro educativo, la identidad con el barrio y la localidad, la
identidad regional, la identidad nacional y la identidad como ciudadano del mundo. Cada una de estas
dimensiones de identidad tiene, así mismo, como referencia fundamental el espacio geográfico, el
proceso histórico, el idioma o idiomas con que se comunica, los valores y las costumbres de la cultura
a la que pertenece, que impregnan un determinado sentido al tejido de relaciones económicas,
sociales, y con la naturaleza.
La identidad es uno de los problemas centrales del Perú. Nuestro país es diverso en geografía,
en clases sociales, en etnias. Es una nación en construcción con diversas identidades, cuyo proceso
histórico ha estado marcado por complicados proceso de dominación externa e interna,
contradicciones, conflictos y cambios estructurales. No obstante el extraordinario potencial de nuestro
país, no se ha podido concretar un Proyecto Histórico.
Juan José Vega en el Libro Peruanidad de Identidad (1997), escribió con Lorenzo Huertas y
Waldermar Espinoza, al referirse al tema señala que ningún país ha mutado tan velozmente como el
Perú. Se refiere sólo al siglo XX,. Tomando como base una época bastante conocida, la década del
veinte, la del Presidente Leguía, Mariátegui y Haya, por citar tres nombres importantes.
Hoy sólo Lima, manifiesta Juan José vega, contiene más habitantes, casi el doble, que el Perú
de esos años. La aplastante mayoría de los ocho millones de limeños de hoy no tienen casi nada que
ver con los limeños de la década del 1920. Son otros muy distintos, aunque subsiste un porcentaje
similar a los de antaño, que goza de bastante poder. El esquema se repita en otras urbes del país.
Sumando la población de estas ciudades, alcanza al 70% de la actual población nacional. De país
rural nos hemos convertido en urbano, ―es tan difícil tránsito, hemos pasado de una predominancia
cultural indígena a otra que nadie sabe bien qué es‖. La inmensa mayoría de jóvenes de las ciudades
parece desechar el inmenso legado pretérito, ya sea criollo, afro peruano, mestizo o indígena,
sostiene con contundencia el historiador. Ello tiene que ver con el desarrollo más decantado del
capitalismo.
La religión también ha cambiado: se ejercen unos 200 cultos evangélicos, al lado del catolicismo;
los ateos y agnósticos también han crecido en volumen. Las clases sociales se han reestructurado.
Hemos transitado de un régimen de castas a una sociedad de clases sin reglas ni valores. Han
desaparecido los gamonales y varias étnicas. Se han acentuado el sentido de propiedad individual
en la mayoría de comuneros, aunque todavía se mantiene valores, formas de organización social y de
trabajo colectivo. En las ciudades han surgido millones de ambulantes y pequeños empresarios.
En los últimos 15 años la televisión ha desplazado en gran medida la función educadora de las
escuelas y de los maestros. Los niños y jóvenes pasan más tiempo con el televisor que con sus
maestros y padres. Los medios de comunicación se perfeccionan y se abaratan, transmitiendo
conocimientos pero también valores más relacionados con la violencia y el mercado de consumo que
con los de la solidaridad y amor a la vida. Mientras que la formación y desarrollo de los maestros se
137
Realidad Educativa Nacional
138
Realidad Educativa Nacional
d. Cuando ese sentimiento va acompañado de un orgullo de ser o de pertenecer a tal o cual grupo
étnico. La afirmación está en oposición a la vergüenza que otros tienen de ser ―indios‖
e. Finalmente la última condición es la existencia de un mínimo proyecto de futuro para el grupo
étnico; es decir, de desarrollo, de crecimiento, de reproducción y enriquecimiento de la matriz
cultural de partida.
Como ya se ha señalado, en el Perú hay más de 60 culturas, es decir más de 60 nacionalidades,
concepciones del mundo, formas de ver y actuar con la naturaleza y con los demás seres humanos.
Son más de 60 patrones culturales comunes de pueblos, en determinados territorios que se ―articulan
a base de un circuito espacial, con expresión histórica propia, que se reflejan en una constelación de
formas peculiares de comportamiento‖ como lo sostiene César Cerdán Cruzado (La República, 22 de
marzo, 2002). Todas articuladas, en distintos grados de intensidad, al mercado capitalista interno, pro
lo tanto a la matriz valorativa de la utilidad y la ganancia, que debido a la profunda crisis del sistema,
fueron subordinados en su mayoría en la pobreza y en la sobrevivencia. En la década de los años
noventa, con el régimen de Fujimori, se fortaleció la institución del asistencialismo hasta en los
pueblos más apartados del país, generando mecanismos de clientelismo político y dependencia. Ello
debe de haber tenido un impacto negativo en la vigencia de los valores ancestrales.
Otro componente de la identidad es la pertenencia a una determinada clase social conforme a la
función técnica de dirección, mediación o ejecución (trabajo indirecto o directo) que desempeña el ser
humano en una empresa, y de su condición de propietario de los medios de producción y de servicios
o asalariado. Las políticas neoliberales y la profunda crisis económica y social, ocasionó el quiebre de
miles de empresas, la desocupación masiva, el incremento de la actividad informal y la delincuencia.
Este fenómeno ocasionó la desestructuración de las clases sociales, el debilitamiento de las
organizaciones gremiales y sociales, así como de la organización, el liderazgo, la identidad y
conciencia de clase.
MULTILINGÜISMO E IDENTIDAD
Inés Pozzi- Scoto señalo que hay 72 etnias/lenguas, de las cuales 7 se ubican en el área andina
y 65 en el área amazónica, agrupados en 14 familias lingüísticas diferentes. Considera a la étnia
como población con cultura y lengua propia (El Multilinguismo en el Perú, 1998).
La lengua aparece como un componente importante de la identidad. Pues mediante la lengua se
codifica la información que se recoge de la realidad. Esa codificación se realiza de acuerdo a la
concepción, los valores y la racionalidad de la cultura a la que se pertenece. De esta manera la
lengua adquiere significación mediante el uso de determinado códigos propios de la cosmovisión,
religión, mitología y racionalidad específica de la cultura de un pueblo determinado.
En el Perú no sólo se pueden distinguir 72 lenguas sino muchas más, debido a que tanto el
idioma castellano como los idiomas nativos están interferidos por otras lenguas de origen
prehispánico, que sobreviven bajo formas modernas de comunicación. Es en este lenguaje interferido
que se comunican, entienden y aprende los niños, los jóvenes y los adultos, este lenguaje materno, el
que se habla en la localidad, es el que realmente tiene significado para quienes lo usan.
Rodrigo Montoya y Luís Enrique López en ―¿Quiénes somos?‖ sostiene: ―Entender la relación
existente entre identidad, cultura lengua no es tarea fácil. La lengua y la cultura han sido
tradicionalmente consideradas junto ala conciencia histórica de un pueblo, a sus tradiciones, religión,
mitología, cosmovisión, etc. Como rasgos definitorios de su identidad; esto es; del sentimiento de ser
uno mismo, de reconocerse como tal para, a la vez, poder diferenciarse de otros, sin embargo,
deslindar el rol que la lengua puede jugar como elemento definidor de la identidad de un individuo o
de un pueblo resulta difícil, particularmente cuando se trata de un país como el nuestro en el cual las
lenguas y las culturales indígenas han existido desde hace quinientos años subordinados a la lengua
y a la cultura de los sectores hegemónicos, y por ende, de mayor prestigio‖.
139
Realidad Educativa Nacional
IDENTIDAD PROYECTO
El Perú es múltiple y contradictorio, Juan José Vega sostiene que la peruanidad es un concepto
rico y múltiple, que abarca todos los milenios y todos los colores, de los rojiblancos de la actual
escena patria hasta los del arco iris del emblema de los Incas, así como la diversa cromática de
nuestras pieles y ojos. Somos ―todas las sangres‖, según feliz frase de José María Arguedas. En
suma, la Peruanidad es real y tangible. La identidad es un propósito.
Así mismo el historiador J.J. Vega indica: ―El Perú es un caso complejo por la heterogeneidad de
sus componentes; por ello es que algunos autores señalan que el Perú es un estado y un país, mas
no una nación, esta, sin embargo, puede hallarse en proceso de formación, por la mezcla de sus
elementos integrantes. Algo similar sucede en varias partes de América, donde se enfrentan una
vigorosa herencia indígena con raigambre pre-hispánica y una capa social, étnica y cultural que
primordialmente deriva de la ocupación española de tres siglos‖ (Op. Cit. P. 350).
En el siglo XX, especialmente en las últimas décadas, ha tenido influencia gravitante. Estados
Unidos, en el siglo XIX fue Europa. El proceso de globalización mundial tiene hoy un enorme impacto
en la imposición del paradigma del modo de vida occidental, orientado por la racionalidad
instrumental, la modernización tecnológica y el consumismo.
La multiplicidad de culturas se relacionan entre sí a través de procesos e interacciones
contradictorios, de afirmación de las identidades, pero también de pérdida. En conversaciones
sostenidas con el doctor Lorenzo Huertas Vallejos propone dos categorías de análisis para explicar la
orientación de estos procesos contradictorios:
a) La autogénesis. En este proceso las personas y los grupos sociales optan por el cambio cultural,
así como paradigmas de moda, ajenos a las culturas nacionales, asumen la huachafería, que los
lleva, más de las veces, a un proceso de pérdida de la identidad. Sin embargo, no siempre su
comportamiento es negativo, porque ciertos sectores sociales adoptan como referencia algunos
elementos de la cultura ancestral, como es el caso del grupo ayacuchano KUSPA que interpreta
melodías modernas como el rock con instrumentos ancestrales, entre ellos, la quena y la
zampoña.
b) La historia memorial. En este proceso los grupos, afirman elementos culturales tradicionales.
Asimila lo nuevo incorporándolo a la matriz cultural y al paradigma tradicional, fortaleciendo la
identidad. Es el caso de muchos grupos juveniles hijos de emigrantes provincianos que asumen
en Lima los ritos y sistemas de organización colectiva, como los ―cargos‖ y ―mayorazgos‖ para la
celebración de las fiestas patronales, como ocurre con los hijos de los huarasinos en Lima que
celebran la fiesta del Señor de la Soledad. En esta orientación los valores como la reciprocidad, la
fiesta, el trabajo colectivo, el amor a la naturaleza, se desarrollan como principios necesarios a
considerar en los proyectos culturales y sociales históricos presente y para el futuro.
El concepto de historia memorial puede ser a su vez, enriquecido con las nociones de identidad
de resistencia e identidad de proyecto. Al respecto el padre Gustavo Gutiérrez (revista DOMINICAL
de la República, 22 de diciembre del 2002, p. 26) manifiesta: ―ante esta complejidad encontré útil para
el estudio de Arguedas, la acotación que hace Manuel Castells acerca de la frontera porosa entre
esas dos identidades – identidad de resistencia e identidad proyecto-, y por consiguiente, de paso
frecuente de la primera a la segunda. Que, en su visión, haya elementos de una ―identidad de
resistencia‖, en el mundo andino que se niega a ser avasallado, no hay duda; el asunto es
preguntarse si queda fijado en ella. Pienso que no, mucho en José María apunta igualmente – no sin
vacilaciones, es cierto- hacia delante, hacia una ―identidad proyecto‖, nutrida con savia andina,
orientada a forjar una sociedad justa, humana y fraterna. Es un asunto que debe ser ahondado. En
los últimos días de su vida, escribía: (la) fe en el porvenir (...) jamás me faltó‖. Me animaría a decir
que esta es una de las razones de su vigencia hoy entre nosotros, especialmente entre la gente
joven‖.
140
Realidad Educativa Nacional
Los valores de las culturas andinas y amazónicas, entre ellas, el amor a la vida y a la naturaleza,
la reciprocidad y la solidaridad, la capacidad organizativa y el trabajo colectivo, así como la fiesta y la
religiosidad constituyen valores modernos imprescindibles del Proyecto Histórico de todas las sangres
de nuestro país. Es posible soñar en un mundo distinto desde las utopías que florecen en nuestras
raíces.
INTERCULTURALIDAD
―En la Interculturalidad la palabra clave es diálogo‖ sostiene Xavier Etxeberria (―Derechos
culturales e Interculturalidad‖, en Interculturalidad Creación de un concepto y desarrollo de una
actitud, 2001, p.18). El diálogo, a nuestro juicio, se convierte en germen de poder, en la medida que
afirma entendimientos, acuerdos, compromisos relacionados con propuestas y proyectos sociales
comunes, es decir es una subjetividad que afirma identidades comunes y es de igual manera,
voluntad transformadora de la realidad, como lo visualiza José María Arguedas en su planteamiento
de identidad proyecto. De acuerdo con Etxeberría, parte también de la premisa de que respeto es la
palabra clave en el multiculturalismo. Desde el reconocimiento del derecho a ser diferentes entre los
diversos colectivos culturales, el que debe concretarse en la igualación de las oportunidades sociales
de dichos colectivos.
La interculturalidad supone que para dialogar debe hacer respeto mutuo y condiciones de
igualdad entre quienes dialogan. Precisa también que los grupos implicados se reconozcan
recíprocamente capacidad de creación cultural, que ninguna cultura realiza plenamente las
posibilidades de ser humano y que todas aportan posibilidades dignas de ser tenidas en cuenta.
Catherine Walsh (La Interculturalidad en la Educación, 2001, p. 4) señala, ―la Interculturalidad
deberá ser entendida como un proceso permanente de relación, comunicación y aprendizaje entre
personas, grupos, conocimientos, valores y tradiciones distintas, orientada a generar, construir y
propiciar un respeto mutuo, ya un desarrollo pleno de las capacidades de los individuos, por encima
de sus diferencias culturales y sociales‖.
En este sentido, la interculturalidad como germen de poder se orienta romper con un pasado y
un presente hegemónico de una cultura dominante y otras subordinadas y, de esta manera, fortalecer
las identidades tradicionalmente excluidas para desarrollar, no solamente, una convivencia de respeto
y de legitimidad entre todas las culturas del país, sino también proyectos sociales de desarrollo y
cambio con autonomía y poder político suficientes. Ello plantea la necesidad de otorgar un sentido y
significado diferente a la democracia y la ciudadanía, no sólo como derecho individual, sino
principalmente colectivo. Solamente con poder y autonomía pueden afirmar su identidad los
diferentes grupos y culturas, así como desarrollar la Interculturalidad.
De esta manera, se puede llevar a la práctica y afirmar valores de reciprocidad, el amor a la vida
y a la naturaleza, el trabajo colectivo, y la religiosidad, por lo tanto, el ―manejo del medio ambiente y
del manejo social que requiere manejar el medio ambiente; el sistema de control social que a su vez
es un sistema de reproducción del medio ambiente del que vive esa sociedad, o sea, todo un sistema
de conocimiento‖, como lo sostiene Heinrich Helberg (Agenda Educativa Nº 6, Foro Educativo, mayor
1997). Las culturas andinas y amazónicas aportan principios como el amor a la vida y a la naturaleza,
la solidaridad y la reciprocidad, el trabajo colectivo y la fiesta al Proyecto Histórico de país
cualitativamente diferentes y alternativos al de la cultura occidental que se encuentra en franca
decadencia.
EDUCACIÓN INTERCULTURAL
La Educación Bilingüe Intercultural es una alternativa que abre posibilidades para la afirmación
de las identidades y de la Interculturalidad, pero también enfrenta grandes problemas a ser resueltos,
como lo precisa Rodrigo Montota en ―limites y posibilidades de la educación bilingüe intercultural en el
Perú‖. (Interculturalidad Creación de un concepto y desarrollo de una actitud, 2001). Entre las
dificultades se pueden mencionar las siguientes:
141
Realidad Educativa Nacional
a. Contexto adverso derivado del proceso de dominación cultural y lingüístico no permite desplegar
toda su potencialidad. La matriz colonial de la cultura peruana
b. La hipocresía estructural de los Estados y de os gobiernos.
c. La oposición de las clases y grupos dominantes regionales y locales
d. La interiorización de la dominación por los mismos indígenas.
e. La débil y mala preparación de los profesores, no les permite comprender los problemas que la
multiculturalidad produce, ni un manejo pedagógico adecuado de los programas específicos de
educación bilingüe.
f. Condiciones de vida y de trabajo difíciles e imagen devaluada de las maestras y maestros, entre
otras razones, por las bajas remuneraciones y la ausencia de materiales educativos suficiente así
como bibliotecas.
g. La pobreza extrema de los alumnos indígenas
No obstante, varios trabajos se refieren a resultados positivos conseguidos por la Educación
Bilingüe Intercultural en las poblaciones indígenas en las zonas andinas y amazónicas del
país, como:
a. La valorización de los grupos étnicos y la afirmación de la identidad étnica de los pueblos
indígenas.
b. La confianza y mejores condiciones psicológicas, como la autoestima, para que los niños
aprendan.
c. La importante producción de textos pedagógicos.
d. Una contribución etnográfica para conocer mejor a los grupos étnicos.
e. El progreso para aprender el castellano con facilidad.
En estos acápites nos estamos refiriendo a la educación bilingüe intercultural reservada
exclusivamente a los educandos de las poblaciones de minorías étnicas. Una verdadera educación
bilingüe intercultural debe estar dirigida a toda la población escolar del país. De nada servirá que las
minorías se eduquen en este enfoque y estrategia si las mayorías castellano hablantes no lo asumen;
el problema de dominación y exclusión se mantendrá, aunque con variantes. La Interculturalidad debe
ser vista como diálogo equitativo entre todas las culturas. Sólo así estaremos afirmando la identidad
nacional a partir de la diversidad. Indudablemente que este es un desafío de mayor envergadura.
EL RETO DE LA INTERCULTURALIDAD
(Juan Ansión)
Revista de educación y cultura TAREA Equidad e inclusión
CARRERA PÚBLICA MAGISTERIAL
41
CULTURA E INTERCULTURALIDAD
Las identidades culturales no son entes metafísicas, son construcciones sociales, históricas. Las
culturas no son entidades corpóreas que pudieran o no mezclarse para dar lugar a un ‗mestizaje
cultural‖. Los antropólogos hemos utilizado frecuentemente esta última expresión para intentar dar
cuenta de la complejidad del problema, pero esta metáfora a la postre dificultó la comprensión, en
lugar de facilitarla.
Las culturas no son cosas, pertenecen al mundo interno de las personas. Una cultura es un
conjunto de formas acostumbradas y compartidas de ver el mundo, de hacer las cosas, de resolver
problemas, de relacionar-se con los demás, con la naturaleza y con uno mismo. Es una manera de
41
Extraído de: Ansión, Juan, ‗La interculturalidad como proyecto moderno‖, Páginas N0 129, Lima, 1994.
142
Realidad Educativa Nacional
ver y conocer el mundo, si por conocer no entendemos solamente la relación con el mundo mediante
nuestro intelecto, sino también a través de nuestros afectos, nuestro sentido ético y estético y, en
general, todo nuestro cuerpo.
Si compartimos con otros determinados hábitos y códigos culturales, es porque los hemos ido
incorporando en nuestra socialización y vamos comprobando su utilidad para movernos en nuestro
mundo, en nuestras relaciones sociales diarias. No hablo de utilidad en un sentido restringido: el solo
hecho de reconocer en el otro, maneras a veces muy sutiles de expresarse (un gesto, una entonación
de la voz...) nos sirve para ubicarnos con respecto a él, reconociendo lo que compartimos y lo que
nos diferencia. Diremos que pertenecemos a una misma cultura si ―nos entendemos‖ sin mayores
dificultades, si reaccionamos de modo básicamente similar frente a los problemas, si compartimos
hábitos comunes que nos parecen ―naturales‖.
Vista de esta manera, la interculturalidad deja de ser el producto del choque entre culturas
entendidas como unidades más o menos monolíticas. Aunque evidentemente las culturas se
manifiestan en forma visible, su origen no está en el mundo externo, sino en el mundo subjetivo de
las personas. La interculturalidad podría entonces entenderse como la situación vivida por las
personas que están en contacto permanente e intenso con ámbitos de influencia cultural muy
distintos, situación que generó en su mundo interno un proceso complejo de acomodo, incorporación,
integración, etc., de las formas de pensar, de sentir, de actuar, que provienen de estos horizontes
diversos.
No se trata evidentemente de un simple contacto entre elementos de culturas distintas. La
interculturalidad así definida crea inevitablemente mucha tensión en los individuos, porque, en la
busca de dar cierta coherencia recreando los elementos asimilados de diversas partes, no sólo están
en juego los contenidos, sino también las propias formas de integrar e incorporar. Mientras, por
ejemplo, en el sincretismo andino colonial, la antigua lógica andina de asimilación de elementos
externos no sólo no desaparece sino encuentra un extraordinario campo de aplicación, la situación
moderna de interculturalidad ligada a las grandes migraciones empieza a poner en cuestión lo que
podríamos llamar el núcleo estructurante de las culturas tradicionales, es decir las formas mismas de
asimilación y de articulación.
42
INTERCULTURALIDAD COMO SITUACIÓN DE HECHO O COMO PRINCIPIO NORMATIVO( )
La diversidad cultural y la interculturalidad como situación de hecho
La diversidad cultural se presenta en espacios definidos donde coexisten grupos
humanos con tradiciones culturales diferentes. Por tal razón, no entenderemos por diversidad
cultural la existencia de influencias lejanas, como pudieron ser la adopción de los fideos o de
los molinos de viento asiáticos en Europa. En cambio, los contactos frecuentes entre
mercaderes y toda clase de viajeros en torno al mediterráneo, por la densidad de estas
relaciones, constituyeron espacios importantes de diversidad cultural que generaron
relaciones intensivas entre culturas o relaciones interculturales de hecho, esto es, relaciones
en las cuales, aunque las personas no necesariamente lo quieran ni lo busquen, se ven
influenciadas de manera importante por rasgos culturales originados en tradiciones diferentes
a la propia. En este sentido, el mundo andino se ha caracterizado siempre por una gran
diversidad cultural.
Ahora bien, puede ser muy variada la actitud frente a la diversidad cultural y a las consiguientes
relaciones interculturales en las que uno se encuentra sumergido de hecho. Por ejemplo, es posible
que ciertas influencias no sean reconocidas e incluso sean rechazadas. El reconocimiento,
desconocimiento o rechazo de influencias culturales depende, naturalmente, del prestigio que está
socialmente asociado a cada uno de los ámbitos culturales. Pensemos cuánto de influencia árabe hay
en La cultura hispana, sin que sea generalmente reconocida. Del mismo modo ¿cuánto de influencia
42
Extraído de: Zúñiga, Madeleine y Juan Ansión, Interculturalidad y educación en el Perú, Foro Educativo, Lima, 1997.
143
Realidad Educativa Nacional
andina habrá en la cultura criolla del Perú, aunque no se la quiera admitir? Es de esperar que cada
persona tienda a reconocer y valorar dentro de sí misma las influencias culturales de ámbitos que
gozan de mayor prestigio. Este proceso es complejo, no unilineal, y depende incluso en parte del
contexto en el que se encuentre la persona, pero aquí simplemente interesa señalar que existen
influencias que, pese a no ser reconocidas, actúan sin embargo eficazmente en el comportamiento
individual o colectivo. Pensemos por ejemplo en la influencia de la lengua materna en la manera de
hablar otro idioma: aunque se la quiera negar, esta influencia jamás desaparece por completo.
―La interculturalidad podría entonces entenderse como la situación vivida por las personas que están
en contacto permanente e intenso con ámbitos de influencia cultural muy distintos.‖
Esta actitud variada ante influencias culturales, de acuerdo a su prestigio y proveniencia, está
íntimamente ligada al contexto de mucha desigualdad social en que se dan generalmente las
situaciones de interculturalidad, como es el caso del Perú. Las influencias culturales mutuas no se
procesan entonces de manera armoniosa y en un ambiente de respeto mutuo y de diálogo. Es más
bien lo contrario que ha venido dándose a lo largo de la historia. Pero ello no significa que no hayan
existido estas influencias mutuas (o esta interculturalidad de hecho). Significa, eso sí, que para
quienes viven ese proceso es difícil reconocer y asumir plenamente la riqueza potencial que
representan recursos culturales generados a través de prolongadas experiencias históricas distintas,
y que de pronto se encuentran reunidas y al alcance. Al mismo tiempo, la historia de la humanidad, y
en especial también la del Perú, está llena de ejemplos de influencias mutuas que se han producido
en medio de relaciones sociales jerarquizadas y de procesos de dominación y explotación. Sólo por
tomar ejemplos materiales muy obvios, se puede recordar que Europa se salvó de muchas
hambrunas gracias a la papa andina y que la agricultura andina, por su lado, adaptó con mucho éxito
el buey y el arado a sus sistemas de producción.
“Asumir la interculturalidad constituye un importante reto para un proyecto educativo
moderno en un mundo en el que la multiplicidad cultural se vuelve cada vez más insoslayable
e intensa.”
En medio del conflicto y la injusticia de las relaciones sociales, siempre hubo quienes soñaron
con convertir las relaciones interculturales existentes de hecho, en un punto de partida para
establecer relaciones sociales más justas: la interculturalidad se convierte entonces de una situación
de hecho en un principio normativo orientador de cambio social.
La interculturalidad como principio normativo
Más allá de la existencia de hecho de relaciones interculturales, la interculturalidad puede
entonces tomarse como principio normativo. Entendida de ese modo, la interculturalidad corresponde
a la actitud de asumir positivamente la situación de diversidad cultural en la que uno se encuentra. Se
convierte así en principio orientador de la vivencia personal en el plano individual y en principio rector
de los procesos sociales en el plano axiológico social. El asumir la interculturalidad como principio
normativo en esos dos aspectos —individual y social— constituye un importante reto para un
proyecto educativo moderno en un mundo en el que la multiplicidad cultural se vuelve cada vez más
insoslayable e intensa.
En el nivel individual, nos referimos a la actitud de hacer dialogar dentro de uno mismo —y en
forma práctica— las diversas influencias culturales a las que podemos estar expuestos, a veces
contradictorias entre sí o, por lo menos, no siempre fáciles de armonizar. Esto supone que la persona
en situación de interculturalidad, reconoce conscientemente las diversas influencias y valora y
aquilata todas. Obviamente, surgen problemas al intentar procesar las múltiples influencias, pero al
hacerlo de modo más consciente, tal vez se facilita un proceso que se inicia de todos modos al
interior de la persona sin que ésta se dé cabal cuenta de ello. Este diálogo consciente puede darse de
muchas formas y no sabemos bien cómo se produce, aunque es visible que personas sometidas a
influencias culturales diversas a menudo procesan estas influencias en formas también similares. Por
144
Realidad Educativa Nacional
43
Extraído de: Ansión Juan, ―La interculturalidad, reto de nuestros tiempos‖, Cuestión de Estado, N° 22, Lima, 1998.
145
Realidad Educativa Nacional
hacia atrás, hacia tradiciones supuestamente ―rescatadas‘ y más bien reinventadas en forma más o
menos coherente (¿sobre qué bases, además? ¿Cuál momento debe ser rescatado si todas las
tradiciones han evolucionado en el tiempo?). Y al mismo tiempo necesitamos ser creativos y
abandonar de verdad la vieja idea de un progreso unilineal vinculada al proceso histórico de la
industrialización homogeneizante. Nos urge desarrollar la diversidad en varios sentidos.
Primero, así como nos preocupamos por preservar las especies animales en peligro, así también
debemos preocuparnos por salvar aquellas formas de vida y de pensar de los humanos que en la
actualidad tal vez no entendemos, o de las que no creemos poder aprender algo, pero que algún día
pueden volver a enseñar a la humanidad cómo retomar algunos caminos importantes que hemos
abandonado (por tener bases teóricas distintas, la acupuntura difícilmente habría aparecido dentro de
La medicina occidental; tal vez algún día entendamos también mejor qué sucede con la ―pasada del
cuy‖ en los andes... y mientras tanto, muchos se curan con ese medio).
La cultura andina
El aprender a respetar y manejar la diversidad nos entronca también con la gran vertiente
cultural andina. De ella podemos aprender cómo transformar en ventaja una aparente desventaja. La
―revolución verde‖ ha mostrado hace mucho sus límites. El manejo racional de los pisos ecológicos en
los andes, o el uso sabio de los recursos del bosque amazónico no pueden considerarse meros
recursos particulares de culturas subordinadas: son recursos potenciales de toda la humanidad que
deben ser desarrollados. Ante la falsa disyuntiva que a veces se expone, entre lo universal (asimilado
a lo ―occidental‖) y lo particular (confundido con todo lo demás), constatamos más bien que la
acumulación de conocimiento y de saber por los humanos es mucho menos unilineal. Si algo
podemos considerar universal será el resultado siempre provisional del cúmulo de las múltiples
experiencias humanas, en cuanto más diversas mejor. Experiencias muy pequeñas y muy
particulares (como las de algunos pueblos de nuestra Amazonia) se vuelven así un recurso de valor
incalculable para todos nosotros, así las miremos sólo desde el punto de vista de nuestro propio
interés de (ya no tan) largo plazo.
El manejo de la diversidad en los andes, además, no se ha limitado a la producción. Las
sociedades andinas han puesto también mucho énfasis en el manejo de la diversidad social. La gran
riqueza artística que encontramos en los andes, especialmente en la danza y la música, resulta en
gran medida de la atención predilecta de estas sociedades por crear espacios sociales de encuentros
donde se afirmen identidades y diferencias. La belleza para los andinos, como Lo mostró
admirablemente Verónica Cereceda, resulta de unir lo que se mantiene diverso. ¿Y no es acaso
también ese uno de los grandes retos del mundo globalizado de hoy: unir lo diverso sin
homogeneizarlo? El camino tan ansiado de la paz pasa ciertamente por ahí.
No cabe duda de que las soluciones encontradas por los andinos no son aplicables de manera
directa a otras sociedades. Tampoco lo son fácilmente a la propia realidad social peruana. Pero
podrían ser un excelente punto de partida para nosotros y un recurso muy valioso para entrar en pie
de igualdad en el diálogo mundial. Podrían ser parte de un nuevo y moderno mito movilizador para
nuestra juventud desconcertada y sin objetivos. Forjar nuevas identidades desde el descubrimiento
de que antiguas formas de conocimiento y de sabiduría pueden dar un vigor nuevo y decisivo a una
modernidad encerrada en una calle sin salida y de un solo sentido. Abrir nuevas pistas y calles de
doble y múltiple sentido y volver a dar sentido a la idea constitutiva de la modernidad de que es
posible construir un mundo en el que nos relacionemos de modo razonable.
El diálogo intercultural
Para avanzar en este camino, existen hoy en día grandes posibilidades. El concepto de
interculturalidad es acaso el que mejor resume la idea de una diversidad vivida en un diálogo que
logra potenciar a cada uno desde sus diferencias. Nacido de la Educación Bilingüe para pueblos
indígenas, el concepto busca ahora abrir un diálogo de múltiple sentido. Ya no concierne solo a
146
Realidad Educativa Nacional
quienes, por su marginación de la lengua dominante, tienen conciencia desde hace mucho de la
necesidad de moverse entre varias lenguas y culturas. La interpelación es ahora para todos, ya no
porque habría que ser comprensivo y generoso con aquellos que ―todavía son atrasados‖, que
―todavía no hablan castellano‖, sino por la conciencia de que todos nuestros destinos están
entrelazados, de que no tenemos futuro si no aprendemos de veras a respetarnos y a aprender unos
de otros.
El siglo XXI será sin duda el del manejo de la diversidad, para el que el diálogo intercultural será
un método central. El recoger de las antiguas tradiciones andinas el espíritu del manejo de la
diversidad no es ninguna preservación de museo, sino aporte positivo de elementos claves para la
cultura universal del mundo plural que se viene construyendo.
44
DECLARACIÓN UNIVERSAL DE LA UNESCO SOBRE LA DIVERSIDAD CULTURAL
Consciente del mandato especifico que se ha dado a la UNESCO, en el seno del sistema de las
Naciones Unidas, consistente en asegurar la preservación y la promoción de la fecunda diversidad de
las culturas,
Proclama los principios siguientes y aprueba la presente Declaración:
IDENTIDAD, DIVERSIDAD Y PLURALISMO
Artículo 1. La diversidad cultural, patrimonio común de la humanidad
La cultura adquiere formas diversas a través del tiempo y del espacio. Esta diversidad se
manifiesta en la originalidad y la pluralidad de las identidades que caracterizan los grupos y ¡as
sociedades que componen la humanidad. Fuente de intercambios, de innovación y de creatividad, la
diversidad cultural es, para el género humano, tan necesaria como la diversidad biológica para los
organismos vivos. En este sentido, constituye el patrimonio común de la humanidad y debe ser
reconocida y consolidada en beneficio de las generaciones presentes y futuras.
Artículo 2. De la diversidad cultural al pluralismo cultural
En nuestras sociedades cada vez más diversificadas, resulta indispensable garantizar una
interacción armoniosa y una voluntad de convivir de personas y grupos con identidades culturales a
unos tiempos plurales, variados y dinámicos. Las políticas que favorecen la inclusión y la participación
de todos los ciudadanos garantizan la cohesión social, la vitalidad de la sociedad civil y la paz.
Definido de esta manera, el pluralismo cultural constituye ¡a respuesta política al hecho de la
diversidad cultural. Inseparable de un contexto democrático, el pluralismo cultural es propicio a los
intercambios culturales y al desarrollo de las capacidades creadoras que alimentan la vida pública.
Artículo 3. La diversidad cultural, factor de desarrollo
La diversidad cultural amplía las posibilidades de elección que se brindan a todos; es una de las
fuentes del desarrollo, entendido no solamente en términos de crecimiento económico, sino también
como medio de acceso a una existencia intelectual, afectiva, moral y espiritual satisfactoria.
DIVERSIDAD CULTURAL Y DERECHOS HUMANOS
Artículo 4. Los derechos humanos, garantes de la diversidad cultural
La defensa de la diversidad cultural es un imperativo ético, inseparable del respeto de la dignidad
de la persona humana. Ella supone el compromiso de respetar los derechos humanos y las libertades
fundamentales, en particular los derechos de las personas que pertenecen a minorías y los de los
pueblos autóctonos. Nadie puede invocar la diversidad cultural para vulnerar los derechos humanos
garantizados por el derecho internacional, ni para limitar su alcance.
Artículo 5. Los derechos culturales, marco propicio de la diversidad cultural
44
UNESCO, Declaración Universal sobre Diversidad Cultural. Serie sobre diversidad cultural N° 1 Documento preparado para
la Cumbre Mundial de Desarrollo sostenible. Johannesburgo.26 de agosto-4 de Septiembre del 2002
147
Realidad Educativa Nacional
Los derechos culturales son parte integrante de los derechos humanos, que son universales,
indisociables e interdependientes. El desarrollo de una diversidad creativa exige la plena realización
de los derechos culturales, tal como los define el Artículo 27 de la Declaración Universal de Derechos
Humanos y los Artículos 13 y 15 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales. Toda persona debe, así, poder expresarse, crear y difundir sus obras en la lengua que
desee y en particular en su lengua materna; toda persona tiene derecho a una educación y una
formación de calidad que respete plenamente su identidad cultural; toda persona debe poder
participar en la vida cultural que elija y ejercer sus propias prácticas culturales, dentro de los límites
que impone el respeto de los derechos humanos y de las libertades fundamentales.
Artículo 6. Hacia una diversidad cultural accesible a todos
Al tiempo que se garantiza la libre circulación de las ideas mediante la palabra y la imagen, hay
que procurar que todas las culturas puedan expresarse y darse a conocer. La libertad de expresión, el
pluralismo de los medios de comunicación, el multilingüismo, la igualdad de acceso a las expresiones
artísticas, al saber científico y tecnológico - comprendida su forma electrónica- y la posibilidad, para
todas las culturas, de estar presentes en los medios de expresión y de difusión, son los garantes de la
diversidad cultural.
REACTIVOS DE EVALUACIÓN
1. ¿Qué se entiende por interculturalidad?
2. ¿En qué consiste la identidad cultural?
3. ¿En qué consiste la identidad étnica?
4. ¿Qué es la educación intercultural?
5. ¿En qué consiste la diversidad como ventaja?
6. ¿Cuál es la importancia del diálogo intercultural?
148
Realidad Educativa Nacional
ÍNDICE
CAPÍTULO 1:
REGIONALIZACIÓN Y DESCENTRALIZACIÓN EDUCATIVA
La centralización 4
Descentralización: 7
Inicio de la desconcentración 29
La nuclearización 29
Las unidades de servicios educativos (use) 32
La regionalización del país 33
Regresión de la regionalización 34
Los municipios y la educación 34
Descentralización y gestión educativa democrática para impulsar el desarrollo y construir la paz 36
Educación y desarrollo en el mundo 36
La descentralización en el Perú; una propuesta de democratización 38
Nuestros desafíos 43
CAPÍTULO 2:
POLITICA EDUCATIVA –
En torno a un proyecto educativo nacional y a proyectos educativos regionales 47
1. Articulación entre ideología, utopía y proyecto. 49
2. Análisis de nuestra experiencia histórica desde una perspectiva utópica 67
3. Soportes epistemológicos y axiológicos de un proyecto educativo. 73
3.1 Interculturalidad. 74
3.2 Identidad nacional. 75
3.3 Desarrollo científico tecnológico 79
3.4 Desarrollo socio económico. 82
3.5 Participación responsable 86
3.6 Cultura de paz 89
CAPÍTULO 3:
PROYECTO EDUCATIVO NACIONAL
Proyecto Educativo Nacional al 2021 97
Objetivos, resultados y políticas 98
La urgencia de un nuevo horizonte 102
Una educación renovada que genera cambios 107
Políticas sociales de lucha contra la pobreza y la exclusión 109
Educación hoy: un futuro por recuperar 109
Recursos y avances educativos: un camino por ensanchar 110
149
Realidad Educativa Nacional
CAPÍTULO 4:
EL PROBLEMA DE LA INTERCULTURALIDAD
Educación intercultural en el enfoque y desarrollo del currículo 127
La educación intercultural orígenes y enfoques 128
Identidad proyecto: Interculturalidad y Pedagogía 136
El reto de la interculturalidad 142
Declaración Universal de la UNESCO sobre la diversidad cultural 147
150