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1. El hombre no se reduce a la existencia empírica –al estar ahí-. Trasciende lo dado.

Tiene que llegar a ser sí mismo –es posibilidad-.

2. En el filosofar el hombre vindica su calidad de existente. Filosofar es trascender.

3. La calidad de existenz se revela ante todo en las situaciones límite: muerte,


sufrimiento, lucha y culpa.

4. Muerte: se relaciona con la angustia 1. Claridad de la propia finitud: enfrentar


serenamente la muerte 2. Evasión y desesperación. Salir de esta angustia: suicidio o
fe (cierto abandono de la vida material para asumir una relación con la
trascendencia). ¿Es el suicidio resultado de un despertar existencial? El hombre
puede verse a arrastrado pasivamente a esta situación (deudas, enfermedades,
etc)…

5. Sufrimiento: -se puede asumir inauténticamente (se lo padece de manera


inconsciente o se es indiferente a sufrimiento ajeno) –se lo puede asumir como
posibilidad existencial. El sufrimiento moviliza, evita que la vida se duerma.

6. Lucha: la vida es el combate que el hombre libra para llegar a ser él mismo. La lucha
se consuma en el amor no en la violencia. En el amor se alcanza la quietud y la paz
del ser. Depende de la comunicación (correspondencia en la que dos hombres
realizan juntos su realidad personal). La realización auténtica del yo requiere la
unión con otro ser. Pero el amor no es quietud sino lucha común.

7. Culpa: se arraiga en el fenómeno de la finitud: tengo que actuar –incluso cuando no


actúo- y soy responsable de las consecuencias de mi actuar. Pude obrar distinto

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