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HÉROES DE TEBAS:

■ CADMO:
Hijo de Agenor, rey de Tiro (en Fenicia). Tras el rapto de su hermana Europa por Zeus (mito mencionado
en “Zeus”), el padre les ordenó a él y a los otros hermanos ir en su busca y no regresar sin ella. Cadmo fue el más
tenaz y no desistía de encontrar a su hermana. Siguió errante, de acá para allá, indagando. Finalmente acudió a
Delfos a consultar el oráculo, que le indicó que no debía ya continuar la búsqueda, sino que su misión era otra:
dejarse guiar por una vaca (una vaca con la señal de una luna llena en cada ijada) y fundar una ciudad allí donde
el animal, tras caminar sin descanso, se acostara al fin agotado. De ese modo se hizo y atravesaron él y sus
hombres Beocia hasta parar en lo que sería Tebas. Ahí se erigiría la ciudad. Pero antes de poner los cimientos
tenían que ofrecer sacrificios a Atenea, inmolando la vaca, para lo que era necesario coger agua, y Cadmo envió a
sus compañeros a una fuente cercana. Pero el lugar estaba consagrado a Ares, y un terrible DRAGÓN —hijo del
dios y de la Tierra—, guardián de la fuente, los mató. Cadmo se encontró con el tremendo espectáculo, y, tras una
encarnizada lucha, logró matar al dragón aplastándole la cabeza con una piedra.
El dios Ares entonces lanzó una maldición sobre Cadmo y su descendencia. Pero Atenea le auxilió.
Siguiendo las órdenes de la diosa, Cadmo arrancó los dientes al dragón y los plantó en la tierra (no todos, pues
algunos se los quedó Atenea y se los dio a Eetes, rey de la Cólquide). Al cabo de un tiempo —como cualquier
semilla— empezó a brotar su fruto: hombres armados, que emergían de la tierra. De ahí que se les llamase
espartos ("hombres sembrados").Se miraron con hostilidad y se mataron unos a otros, sin que Cadmo consiguiera
poner paz entre ellos, hasta que quedaron cinco únicos supervivientes. Junto con estos cinco Espartos, sus nuevos
compañeros, pudo por fin el héroe fundar la ilustre ciudad de Tebas. De Cadmo y de los Espartos procedería el
linaje originario y más noble de Tebas.
Después, Cadmo se casó con Harmonía, hija de Afrodita y Ares; es decir, con una diosa inmortal, siendo
él mortal. Al término de su vida, se trasladó con su esposa, dejando el trono de Tebas a su nieto Penteo. Y, tras las
desgracias familiares que les están reservadas a Cadmo y a Harmonía (las trágicas muertes de su hija Sémele y
sus nietos Acteón y Penteo, causadas por dioses vengativos (mitos mencionados en “Ártemis” y en “Dioniso”,
respectivamente) y tras la metamorfosis final de ambos en serpientes, irán a habitar eternamente a las Islas de los
Bienaventurados, convertido Cadmo después de morir en inmortal.
■ EDIPO:
Es hijo de Layo y de Yocasta (reyes de Tebas) y descendiente de Cadmo. Layo, padre de Edipo, le mandó
matar nada más nacer para escapar del vaticinio según el cual moriría a manos de su hijo. Pero el niño se salvó,
porque el sirviente al que Layo le había encargado que lo abandonara en el monte Citerón, compadecido, se lo dio
a un pastor. Éste, a su vez, se lo entregó a los reyes de su patria, Corinto, los cuales le adoptaron y criaron como
hijo suyo.
Ya adulto, Edipo consulta el oráculo de Delfos, que le predice que matará a su padre y se casará con su
madre, y, como él creía que era hijo de los reyes de Corinto, huyó de su supuesta patria. En el viaje se encuentra
en un cruce de caminos con un rey déspota que le impide el paso: discuten violentamente y Edipo le mata a él y a
todo su séquito, excepto a un hombre que huye. Edipo sigue su ruta, al azar, y llega por fin a Tebas. Allí estaba la
ESFINGE, ser monstruoso que sembraba la muerte en Tebas proponiendo un enigma que nadie lograba resolver.
Edipo acertó la respuesta, y acabó así con ella. Entonces Creonte, el regente y hermano de la reina Yocasta, le
entregó a Edipo el trono de Tebas y la mano de Yocasta, puesto que el rey Layo había muerto, misteriosamente.
La continuación de la historia de Edipo —años después— se basa fundamentalmente en la tragedia de
Sófocles Edipo rey, cuya trama es ésta: la peste hace estragos entre los ciudadanos de Tebas. Por ello, Edipo, el
rey, siguiendo el consejo de su cuñado Creonte, consulta al adivino Tiresias, que le indica que debe descubrir al
asesino del antiguo rey, Layo, al que Edipo sucedió en el trono tras haber descifrado el enigma de la Esfinge.
Tiresias acusa al propio Edipo, por lo que éste se enfrenta con el adivino y con Creonte, pensando que conspiran
contra él. Pero en sus indagaciones poco a poco va descubriendo Edipo que en efecto es él mismo el asesino de
Layo, y que además es el hijo de Layo y de su propia esposa, Yocasta (pues él siempre se creía hijo de los reyes
de Corinto), con lo que ve que se había cumplido fatalmente la predicción del oráculo. Al saber todo el horror de
su situación, Yocasta –que, desde que ha empezado a sospechar la verdad, ha intentado disuadirle para que no
siga con sus averiguaciones- se da muerte, y Edipo se arranca los ojos y marcha, desterrado, de Tebas. Edipo
es considerado el personaje trágico por antonomasia, inmerso en la contradicción entre su gran nobleza y su
culpa, que se debate en lucha contra su destino sin hallar solución
En otra tragedia de Sófocles, Edipo en Colono, se presenta la parte final de su historia: su destierro,
acompañado de sus hijas (sobre todo de Antígona), y su muerte en Atenas, acogido hospitalariamente por el rey
Teseo.
También es muy importante la historia de sus hijos, tenidos con Yocasta: la lucha fratricida y asesinato
mutuo entre ETEOCLES Y POLINICES pues se disputaron el trono de Tebas, que Eteocles no cedió a Polinices
cuando le correspondía en su turno (según ellos habían convenido al marchar desterrado el padre), por lo que
Polinices, desterrado, organizó una expedición de argivos en guerra contra Tebas. Es tema de las obras de los
otros trágicos: de Los siete contra Tebas de Esquilo y de Fenicias de Eurípides. Los dos hermanos se matan uno
al otro, y los argivos son derrotados por los tebanos, que defienden eficazmente las siete puertas de las murallas y
matan a los siete capitanes argivos.
Por otra parte, las hijas, ANTÍGONA E ISMENE, a las que se conocemos principalmente por otra tragedia
de Sófocles, Antígona: Antígona es una doncella abnegada y muy firme en sus convicciones, que había
acompañado a su padre al exilio y, tras la guerra fratricida, entierra a su hermano Polinices, a pesar de que el rey,
su tío Creonte, lo había prohibido. Por ello el rey tiránico la condena a morir, encerrada sin alimentos en una
tumba. Antígona se suicida en su prisión, y, en consecuencia, también su prometido Hemón (hijo de Creonte) y la
madre de este. Ismene contrasta con su hermana Antígona como más débil y cobarde, pues no se decide a
ayudarla para enterrar a su hermano en contra del rey. Pero también se muestra generosa y sacrificada, al querer
sufrir el mismo castigo que su hermana, aunque ésta no lo permite, y Creonte no la condena.

HÉROES DE ARGOS:
■ PERSEO:
Hijo del dios Zeus y de Dánae, hija de Acrisio, rey de Argos. A Dánae su padre la encerró en un calabozo
por miedo a un oráculo que decía que moriría a manos de un hijo de ella. Pero Zeus (mito mencionado en
“Zeus”), enamorado, entró en su prisión en forma de lluvia de oro y se unió con Dánae. De esta unión nació
Perseo. Acrisio intentó de nuevo deshacerse de ambos metiéndoles en un arca de madera y arrojándoles al mar
para que murieran. Sin embargo, la madre y el niño sobrevivieron y llegaron a la isla de Sérifos, donde fueron
salvados y hospitalariamente acogidos por Dictis, hermano del rey.
Cuando ya el héroe se había hecho un hombre, el rey de Sérifos, Polidectes, que pretende a su madre,
Dánae, le ordena traer la cabeza de la Gorgona Medusa para alejarle. Él, después de viajar hacia las Grayas y las
Ninfas, accede al fin al lugar remoto en los confines del mundo en donde habitan las Gorgonas y logra decapitar a
Medusa. Pero para ir cumpliendo, en sucesivos pasos, su objetivo, Perseo había necesitdoa apoderarse de ciertos
objetos: primero, del único ojo y el único diente de las GRAYAS para obligarlas a que le guíen hacia las Ninfas;
después, de las sandalias aladas, la kíbisis o zurrón y el casco de Hades que tienen las NINFAS. Sólo así consigue
llegar hasta las GORGONAS y matar a MEDUSA, cortándole la cabeza (pasaje de Teogonía), en cuya adquisición
consiste la misión que se le ha encomendado. Para ello es auxiliado por los dioses, pues la mirada de Medusa
convertía en piedra (incluso después de muerta), y tuvo que verla reflejada en un escudo brillante que le había
dado la diosa Atenea, su principal protectora.
De regreso hacia Sérifos, pasa por Etiopía, y allí ve a la bella Andrómeda encadenada a una roca junto al
mar y expuesta a un monstruo marino, un CETO enviado por el dios Posidón. En Etiopía reinaban Cefeo y su
esposa Casiopea, que presumía de ser más bella que las propias Nereidas (o que lo era su hija Andrómeda,
según versiones). Tal ofensa a la divinidad no podía quedar impune, y Posidón hizo salir de sus dominios un
monstruo voraz, al que no había otra manera de aplacar sino sacrificando a la hija de los reyes, la doncella
Andrómeda, según indicación del oráculo. Pero llegó el héroe salvador, Perseo, que venía volando por los
aires con sus sandalias aladas, huyendo de las otras Gorgonas tras haber decapitado a su hermana Medusa. Se
enamoró de Andrómeda y, para matar al Ceto y liberarla, utilizó (según una versión) la cabeza de Medusa,
que llevaba guardada en su zurrón, pues con el fatídico poder de su mirada petrificó al monstruo. Después
Perseo se casó con Andrómeda, pero aún tuvo que vencer a un nuevo enemigo, Fineo, pretendiente de
Andrómeda, que le atacó y al que también petrificó.
Al fin se llevó con él a Andrómeda, de regreso a Sérifos, en donde salvó a su madre, Dánae, del pérfido
rey Polidectes que la tenía acosada. Mató a Polidectes, petrificándole, de nuevo, con la cabeza de Medusa, e
instauró a Dictis, su amigo y protector, en el trono. Más tarde, intentó regresar con su esposa y su madre a
Argos, su auténtica patria, pero se encaminó a Tesalia, en donde involuntariamente, por accidente, mató a su
abuelo Acrisio, cumpliéndose así el oráculo. Fundó en la Argólide la ciudad de Micenas y, tras vivir felizmente
con Andrómeda, que le dio varios hijos, finalmente fue convertido por los dioses en la constelación que lleva su
nombre, al igual que su esposa.
La historia de Perseo (y su viaje circular) es narrada en su desarrollo y con bastante calidad literaria en
la Biblioteca de Apolodoro 2, 4, 1-4.
HÉROE DE TEBAS Y DE ARGOS:
■ HERACLES:
Heracles era hijo del dios Zeus y de la mortal Alcmena, esposa de Anfitrión. El linaje de Heracles
procedía de Argos, pero también estaba relacionado con Tebas de Beocia, en donde nació. Célebre por su
fuerza, superior a la de cualquier otro héroe, fue protagonista de innumerables y casi milagrosas proezas.
Incluso de recién nacido, cuando mató unas serpientes enviadas a su cuna por la diosa Hera (mito mencionado
en “Hera”, como también otros de Heracles). Porque fue odiado por ésta, la celosa esposa de Zeus, que se
ensañaba con todas las mujeres amadas por él y con sus hijos ilegítimos. Por culpa del odio de Hera estuvo
sometido desde su nacimiento a su primo, el rey Euristeo, que le obligó a realizar misiones complicadísimas y
peligrosas (los llamados Doce Trabajos). Aunque, a cambio, si lograba llevarlas a cabo con éxito, obtendría la
inmortalidad. Heracles finalmente lo consiguió, y después de morir —puesto que había nacido de una mujer y
era mortal— ascendió al Olimpo para vivir entre los dioses, convertido en uno más de ellos.
De los Doce Trabajos se pueden destacar el haber matado al LEÓN DE NEMEA, a la HIDRA DE LERNA y
al monstruo de tres cuerpos GERÍONES (en pasajes de Teogonía). También el robo del can CERBERO (guardián
del Hades), de las manzanas de oro del jardín de las Hespérides y del cinturón de la AMAZONA Hipólita.
Además, realizó otras muchas empresas gloriosas, como su participación en la Gigantomaquia, decisiva para
que los dioses Olímpicos pudieran vencer a los soberbios GIGANTES. Fue por antonomasia el héroe vencedor
sobre monstruos terribles y también salvador, libertador, como cuando mató al ÁGUILA que devoraba el hígado
del Titán Prometeo, encadenado en el Cáucaso (en pasaje de Teogonía 526ss.); o cuando sacó del Hades a Teseo,
así como a Alcestis (tema de la tragedia Alcestis de Eurípides.); o cuando salvó en Troya a Hesíone –encadenada
a una roca– de ser devorada por un CETO (MONSTRUO MARINO). También luchó contra los agresivos CENTAUROS
(Centauromaquia). Para cumplir tales hazañas tuvo que trasladarse —como viajero incansable— a los confines
del mundo, tanto hacia Oriente como hacia Occidente; al fondo del mar e incluso a los infiernos.
Fueron muy numerosas también sus historias de amor. Entre ellas destaca su relación con Ónfale, reina
de Lidia, en Oriente. Heracles se vio obligado a ponerse a su servicio durante un año. Sin embargo, durante
ese tiempo Heracles realizó también algunas de sus prodigiosas empresas.
Otra de sus amadas fue Yole, hija del rey de Ecalia. Heracles, para conseguirla, luchó con su padre en
una competición de arco, pero, aunque ganó Heracles, Éurito, el padre, se negó a dársela, por lo que más
adelante volvería el héroe con un ejército para atacar Ecalia, asesinar al rey y a su familia y llevarse cautiva a
Yole, a la que enviaría a su casa como su concubina o nueva esposa. Esto originó los celos de Deyanira, la
esposa legítima de Heracles, y, a la larga, la muerte del héroe y de la propia Deyanira.
Esposa de Heracles fue, antes de Deyanira, Mégara, hija de Creonte, el rey de Tebas cuñado de Edipo.
A ésta y a los hijos fruto del matrimonio los mató Heracles, enloquecido momentáneamente por la diosa Hera,
su enemiga encarnizada. Esta historia da tema a la tragedia Heracles de Eurípides.
En cuanto a Deyanira, su última mujer, era hija de Eneo, rey de Calidón (en la región de Etolia) y
hermana de Meleagro (el héroe jefe de la famosa expedición “la caza del Jabalí de Calidón” y protagonista de
un importante mito). En una ocasión intentó violarla el CENTAURO NESO y la defendió Heracles, luchando
contra el centauro y dándole muerte con una de sus flechas. Neso entonces engañó a Deyanira para vengarse
de Heracles y la convenció de que guardase su sangre, porque era un filtro amoroso. Por eso, años después,
cuando su esposo trajo a Yole como concubina, para recobrar su amor provocó involuntariamente la muerte de
él: le hizo vestir una túnica impregnada con la sangre del centauro, que era corrosiva, porque estaba
emponzoñada con el veneno infalible de la Hidra de Lerna, con el que Heracles untaba sus flechas. Al saber
Deyanira el fatal resultado, se suicidó. En esta historia se basa la tragedia Traquinias de Sófocles.
Por último, después de muerto ascendió en apoteosis al Olimpo, convertido en un dios más, y se casó
con la diosa Hebe, hija de Zeus y Hera; de modo que así lograba la reconciliación con su gran enemiga Hera.
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A propósito de las hazañas de Heracles y de otros héroes, no podemos dejar de hablar de seres tan
especiales como los centauros y las amazonas, con los que estos sostuvieron importantes batallas:
CENTAUROS
Seres híbridos que viven en lugares agrestes son los centauros, con la parte superior de su cuerpo de
hombre y la inferior de caballo. De costumbres primitivas, vivían en las montañas (en el monte Pelión de Tesalia,
sobre todo, apartados de la civilización. No pueden considerarse propiamente monstruos ni su naturaleza es tan
tremebunda y perniciosa como la de éstos; pero la mayoría de los de su especie sí resultan dañinos en
determinadas circunstancias, pues son agresivos y viven sin leyes ni control de sus instintos. Así, resulta muy
peligrosa su desmedida afición por el vino, que les vuelve desenfrenados, y su lujuria, que les incita al rapto y
violación de mujeres, llegando a agredir sexualmente con traición incluso a la mujer de su propio amigo o —al
menos— no enemigo.
Son mortales. Según la versión más conocida son hijos o descendientes de Ixión —rey de los lapitas, en
la región de Tesalia— y de Néfele (Nube), una imagen falsa de la diosa Hera que Zeus o ella misma había
moldeado para engañar a Ixón cuando pretendía seducir a la diosa (mito mencionado en “Hera”). Píndaro en la
Pítica II narra el mito de Ixión.
Como colectivo, sostuvieron algunas batallas con héroes (Centauromaquias), en las que fueron vencidos
por éstos. Entre las centauromaquias sobresale la tesalia: la guerra contra el pueblo de los Lapitas, en Tesalia,
cuyo rey era Pirítoo, que venció a los Centauros apoyado por su amigo el gran héroe Teseo. También Heracles
luchó contra los centauros y los derrotó, tras matar a muchos. Además de los centauros colectivos, sin
personalidad ni nombre particular, hay algunos individuales de gran relevancia, entre los que destacan Neso,
Quirón y Folo:
NESO:
Ocasionó la muerte de Heracles con su sangre emponzoñada. El centauro, años atrás, había intentado
violar a la esposa de Heracles, Deyanira, cuando la transportaba sobre su lomo para atravesar un río (oficio al
que se dedicaba el centauro, recibiendo dinero a cambio). Para liberar a su esposa el héroe le había herido a él
fatalmente con sus flechas bañadas del veneno de la Hidra de Lerna. Neso, cuando agonizaba, se vengó
entregando a Deyanira su sangre y diciéndole engañosamente que poseía poderes mágicos para atraer el amor.
Pasado el tiempo, ella, celosa porque Heracles había traído consigo a una joven cautiva como concubina
(Yole), recurrió a este supuesto encantamiento. Hizo que su esposo vistiera una túnica impregnada de la
sangre de Neso, que resultó corrosiva y mortal. Cuando ella supo su funesto efecto, se suicidó. Esta historia
compone la trama de la tragedia Las Traquinias de Sófocles, en la que la propia Deyanira narra el desdichado
episodio con el centauro.
QUIRÓN:
Aunque tenía la misma figura que los demás centauros, mitad hombre y mitad caballo, otra era su
naturaleza moral, y otro su linaje, pues era hijo del Titán Crono y de la Oceánide Fílira. Estaba casado con la
ninfa Cariclo, y vivían con sus hijos en un antro en la cima del monte Pelión, en Tesalia
De elevadas cualidades morales y vocación de pedagogo: sabio, filántropo, justo, con visión profética
y conocedor del arte de la medicina, de la música y de la caza (que le ensañaron los propios dioses Apolo y
Ártemis). A Quirón se le encomendó por ello educar a diversos héroes: Aquiles, Jasón, Acteón, Eneas, e
incluso a Asclepio, al que instruyó en los conocimientos de medicina. Quirón tenía gran amistad con Peleo, el
padre de Aquiles, y le ayudó a conseguir su unión con la diosa Tetis, la Nereida.
También este centauro murió por efecto de las flechas de Heracles, pero en este caso involuntariamente
por parte del héroe, pues el veneno de la Hidra era tan potente que bastaba un simple roce, y Quirón se
interpuso cuando Heracles luchaba contra los otros centauros.
Que Aquiles y otros héroes fueron educados de niños por el sabio y bondadoso centauro Quirón lo cuenta
el poeta lírico Píndaro en la Nemea III, en que dedica gran atención al centauro. También habla Píndaro de
Quirón en otras odas (en la Nemea IV, en la Pítica IX -donde le muestra con su don profético-, en la Ístmica
VIII)
FOLO:
Hijo de Sileno y una ninfa, habitaba en un monte de Arcadia. Era otro centauro que, como Quirón,
poseía un carácter pacífico y bondadoso. Amigo de Heracles, le acogió hospitalariamente en su casa Murió
también Folo, como en el caso de Quirón, por accidente, por el roce de una de las flechas de Heracles (cuando
este luchaba contra los otros centauros), funestas por causa del veneno de la Hidra.

AMAZONAS
Eran mujeres guerreras, indómitas, de temperamento agresivo y feroz, que constituían una sociedad sin
hombres, al mando de una reina. Descendían de Ares, dios de la guerra, y de ahí su carácter belicoso y su poder,
por su naturaleza en parte divina. Invadían de cuando en cuando el mundo civilizado y combatían contra los
hombres, aunque también una vez al año se unían a ellos para procrear hijas, con las que se quedaban para
criarlas, mientras que a los hijos varones los dejaban con el padre respectivo, los abandonaban o los mataban.
Vivían en lugares lejanos fuera del mundo griego, en Oriente.
Algunos de los héroes más famosos se enfrentaron a ellas en batalla, como Heracles, Teseo y Aquiles, y
también Belerofonte (como narra Homero en la Ilíada, canto VI 186, y Píndaro en la Olímpica XIII 88s.).
Asimismo en la Ilíada, III 188-9, se dice que Príamo de joven combatió contra las amazonas, aunque después,
tras la muerte de Héctor, acudieron en su defensa como aliadas para enfrentarse a los griegos. Estas guerras se
llaman Amazonomaquias.
De entre las Amazonas son las más célebres algunas de sus reinas, hijas de Ares: Hipólita, Antíope,
Pentesilea.
HIPÓLITA:
Hipólita poseía un famoso cinturón mágico regalo del dios Ares, su padre. El robar ese cinturón fue una
de las misiones de Heracles por orden de Euristeo (el noveno de sus Doce Trabajos). Para lograr su objetivo,
Heracles, atreviéndose valientemente a acceder a los dominios de las amazonas, en Oriente, en los márgenes
del mundo conocido, organizó una expedición en la que le acompañaban otros héroes: Peleo -el padre de
Aquiles- y su amigo Teseo, principalmente. Heracles venció a las amazonas y logró el cinturón, aunque hay
distintas versiones sobre la manera de conseguirlo y el desenlace del episodio. Según una versión, Hipólita
misma, enamorada, se lo entregó voluntariamente; pero según otra Heracles se apoderó de él tras una batalla
contra las amazonas en la que mató a Hipólita. También varía el nombre de la reina dueña del cinturón.
ANTÍOPE:
Antíope (aunque se le da otros nombres en otras versiones, como Melanipa o Hipólita), hermana de la
reina Hipólita (o hija, según algunos autores), fue raptada por Teseo en la expedición en la que acompañaba a
Heracles para robar el cinturón de Ares, o se la dio Heracles como recompensa. El héroe llevó consigo a la
amazona a su patria, Atenas, y la hizo su esposa o amante y madre de Hipólito (quien habría de ser en el
futuro objeto del amor de la nueva esposa de Teseo, Fedra, como se ve en la tragedia Hipólito de Eurípides).
Para rescatarla, las amazonas irrumpieron en Atenas con su ejército y atacaron (la famosa invasión del Ática),
pero fueron derrotadas por Teseo. Antíope resultó muerta, pero varían las versiones sobre el desenlace de la
historia. Según la más conocida, Molpadia, una de las amazonas, ocasionó su muerte, para salvarla de Teseo o
bien porque Antíope luchaba en el bando de los atenienses, y después Teseo mató a Molpadia. Según otra
versión, Antíope, enfurecida porque Teseo la había abandonado para casarse con Fedra, atacó al mando de las
amazonas en el día de la boda de Teso, que la mató en la lucha.
PENTESILEA
Pentesilea, otra reina de las amazonas, hija de Ares, participó en la Guerra de Troya, pues acudió allí
como aliada de los troyanos después de que hubiera muerto Héctor, hijo de Príamo. Luchó contra el más grande
de los héroes griegos, Aquiles, quien siempre resultaba vencedor en el combate. Aquiles le dio muerte, pero –
según una versión– se enamoró de ella en el momento mismo en que acababa de herirla fatalmente. Uno de los
griegos, Tersites, el más desagradable de todo el ejército, se burló de Aquiles entonces y maltrató el cadáver de
Pentesilea, por lo que Aquiles, furioso, lo mató. A su vez, otro importante héroe griego, Diomedes, pariente de
Tersites, se indignó ante la acción de Aquiles y arrojó a un río el cuerpo de la amazona. La historia era narrada en
uno de los poemas del Ciclo Épico Troyano (perdidos): en la Etiópida, atribuido a Arctino de Mileto, de fines
del s. VIII a. C. aproximadamente. También se relataba en este poema la muerte de Aquiles y la lucha de éste
contra Memnón, hijo de Eos (la Aurora), rey de los etíopes, al que mató.

HÉROES DE TESALIA
CICLO MÍTICO DE LOS ARGONAUTAS:
■ JASÓN :
Hijo de Esón, al que su hermanastro Pelias usurpó el trono de Yolco (en Tesalia). Jasón, que había sido
educado por el CENTAURO QUIRÓN, al regresar a su patria ya adulto, le reclamó el reino de su padre a Pelias, y
éste le impuso como condición que le trajera el Vellocino de oro de la remota Cólquide, en Oriente, cerca del
Cáucaso. Organizó entonces Jasón la expedición de los Argonautas, en la que participaron grandes héroes, cuya
relación varía según las fuentes, pero que en todo caso incluyen a los Boréadas, a Heracles (hasta que desembarca
por la desaparición de Hilas, su joven amigo-amante, a quien raptaron las ninfas náyades, que lo hundieron con
ellas en su fuente, enamoradas de su belleza. Este mito se narra —además de en Argonáutica de Apolonio de
Rodas I 1171-1357— en el Idilio XIII de Teócrito), a Orfeo, a Meleagro, a Peleo (padre de Aquiles), entre otros
muchos. Según nos relata Apolonio Rodio en Argonáutica, realizaron los héroes importantes hazañas y vivieron
fantásticas aventuras a lo largo de su travesía en la nave Argo (construida con la ayuda de la diosa Atenea,
que, al igual que Hera, protege al héroe), como la estancia en la isla de Lemnos y el amor entre Jasón y su
reina Hipsípila, el rapto de Hilas, el triunfo sobre las HARPÍAS para liberar al rey ciego Fineo (mito que
mencioné al hablar de los personajes de Teogonía), el casi imposible paso de las rocas Simplégades.
Al fin arribó la nave a la Cólquide. Allí conoce a la maga Medea, la hija del rey Eetes, que se enamora
inmediatamente de él y le ayuda, primero a superar las pruebas impuestas por Eetes: sembrar los dientes de un
dragón (el mismo dragón de Tebas matado por Cadmo) en un campo arado por dos toros enormes de pezuñas
de bronce que exhalaban llamaradas de fuego, tras haberles puesto el yugo él solo. Medea le dio un ungüento
mágico para poder enfrentarse a los toros, y, para evitar que le atacaran después los belicosos hombres
armados que brotarían de los dientes del dragón sembrados, le aconsejó que arrojara una piedra entre ellos, a
fin de que, enfurecidos, se mataran entre sí. Aunque el héroe había llevado a cabo todo con éxito, Eetes no
cumple su promesa y no le da el Vellocino de oro, de modo que una vez más Medea le ayuda, y, para
apoderarse del objeto preciado, burla al DRAGÓN DE LA CÓLQUIDE, adormeciéndole con sus encantamientos.
Una vez logrado su objetivo, huyó con los Argonautas, llevándose a Medea con él para hacerla su esposa.
Perseguidos por Eetes, mataron a su hijo, Apsirto, para hacerle retrasarse. De ese crimen les purificó la diosa
CIRCE, tía de Medea. También en el viaje de regreso sufrieron diversos percances, pero consiguieron salir
airosos: se salvaron de las SIRENAS gracias a la música de Orfeo, y de ESCILA y CARIBDIS por la ayuda de las
Nereidas, y se libraron de otros peligros debido a las artes mágicas, la sabiduría e ingenio de Medea, como
cuando mató a TALOS —el gigante de metal— en Creta.
Ya en Grecia, en Yolco (en Tesalia), Jasón intentó recuperar el reino de su padre; pero Pelias no se lo dio,
y, para colmo, había matado a su familia en su ausencia. Medea se vengó de nuevo recurriendo a su magia:
convenció a sus hijas para que lo hirvieran en un caldero, haciéndoles creer que se trataba de un hechizo de
rejuvenecimiento, pero lo mataron. Después huyeron y fueron acogidos por el rey de Corinto, en donde vivieron
tranquilos y tuvieron hijos. La continuación de la historia da tema a la tragedia Medea de Eurípides: transcurridos
los años, el rey de Corinto ofrece a Jasón la mano de su hija y el trono. Él lo acepta, abandona a Medea y
consiente en que sea expulsada de Corinto junto con sus hijos. Medea, en terrible y total venganza, mató no sólo
al rey y a su hija, la esposa de Jasón, sino incluso a sus propios hijos. Después ella huye triunfante en el carro
alado de su abuelo Helio, mientras Jasón queda sumido en la mayor desesperación, solo, sin hijos y sin
posibilidad de otros nuevos. Murió aplastado por un madero de la nave Argo.
■ MEDEA :
Era hija de Eetes, rey de la lejana Cólquide, y de la oceánide Idía. Eetes era hijo de Helio (el Sol) y
hermano de Circe, de Calipso probablemente y de Pasífae. Medea, sobrina por tanto de Circe y de Pasífae,
poseía como ellas dotes de hechicera. Y como sus primas Ariadna y Fedra, hijas de Pasífae (y como las otras
mujeres del linaje del Sol: las hermanas de éste, Eos, la Aurora, y Selene, la Luna (mitos que mencioné en
“Teogonía”)), pertenece a un tipo de mujeres apasionadas, ardientes en sus amores más allá de lo común, que
llevan la iniciativa en el amor, posesivas y celosas, traidoras con sus propios familiares; en resumen, mujeres
desmesuradas, pero también sabias e ingeniosas, o incluso con poderes extraordinarios.
Medea se enamoró de Jasón cuando éste llegó a la Cólquide con sus compañeros Argonautas en busca
del Vellocino de oro. Argonáutica de Apolonio Rodio nos presentan a una joven y virginal Medea, y narran el
inicio mismo de la historia de amor: cómo el dios Eros ha disparado su flecha contra Medea. Desde entonces ella
es fiel a su amor y le ayuda en todo. A pesar de su lucha interna, por él traiciona a su padre y mata a su hermano;
por él elige el exilio y la dura peregrinación, abandonando su hogar. Y si Jasón consigue el objetivo de su
empresa (superar todas las pruebas impuestas por Eetes y apoderarse al fin del Vellocino de oro, burlando al
DRAGÓN DE LA CÓLQUIDE,), así como librarse de todos los peligros en su regreso (matando a TALOS en Creta,
etc.), es gracias a las artes mágicas de ella, a su sabiduría e ingenio y a su abnegación.
La tragedia Medea de Eurípides se sitúa en una etapa muy posterior. Tras haber vuelto a Grecia e
intentado inútilmente recuperar Jasón el reino de su padre en Yolco (Tesalia), usurpado por Pelias, Medea se
vengó cruelmente de éste de nuevo en defensa de Jasón y de nuevo recurriendo a su magia: induce a sus hijas a
que lo despedacen y lo cuezan en un caldero, haciéndoles creer que se trata de un hechizo de
rejuvenecimiento. Después de ese crimen se vieron obligados a huir una vez más, y se acogieron a la
hospitalidad de Corinto, en donde vivieron tranquilos y tuvieron hijos. En este punto se sitúa la acción de la
tragedia: transcurridos los años, el rey de Corinto ofrece a Jasón la mano de su hija y el trono. Él lo acepta,
abandona a Medea y consiente en que sea expulsada de Corinto junto con sus hijos. Esto provocó un espantoso
dolor en Medea, y, enseguida, su ira temible e incontrolable: en venganza, mató primero al rey y a la princesa
esposa de Jasón, y a continuación, a sus propios hijos (aunque tras sus vacilaciones muy amargas, pues ella los
amaba), como único medio de castigar completamente a Jasón, dejándole solo, sin hijos y sin posibilidad de otros
nuevos, y para evitar también que los corintios los torturaran para vengarse del regicidio cometido por ella. Esa
parece ser la versión primitiva de la muerte de los niños, pues el que sea Medea su asesina es una innovación de
Eurípides (o quizás de otro poeta anterior de quien lo tomara Eurípides). Después Medea huye triunfante hacia
Atenas —cuyo rey, Egeo, la acoge y se casa con ella—, en el carro alado de su abuelo Helio, mientras Jasón
queda sumido en la mayor desesperación.
HÉROES DE ATENAS:
■ TESEO:
Rey de Atenas, era hijo de Etra y de Egeo, o del dios Posidón, soberano del mar, según otras versiones.
Pasó su infancia fuera de Atenas, al cuidado de su madre y de su abuelo. Cuando era un adolescente,
emprendió viaje a Atenas para conocer a su padre, el rey Egeo. Realizó grandes proezas ya en ese viaje, al
enfrentarse a los peligrosos bandidos que acechaban en las cercanías de Atenas, sádicos criminales, como
Procrustes (el del lecho —o los dos lechos: uno corto y otro largo—, al que ajustaba a sus víctimas, cortándoles
las extremidades o estirándoselas y descoyuntándoles), a los que mató de la misma manera en que ellos
asesinaban a sus víctimas. Al llegar a Atenas aún tuvo que afrontar otro peligro no menor, las insidias de su
madrastra, la terrible maga Medea, que, casada entonces con Egeo, intentó matar al joven Teseo. Pero Egeo
descubrió a tiempo sus perversas maquinaciones y salvó a su hijo, mientras que Medea tuvo que huir.
Pero de entre todas sus hazañas la más sobresaliente se desarrolló en Creta, cuando mató al monstruo
MINOTAURO dentro del Laberinto y logró salir de él con la ayuda del hilo de Ariadna. Pretendía librar así a los
jóvenes atenienses que –en tributo a Creta– estaban destinados a morir para servir de pasto al Minotauro. También
derrotó a otros monstruos. Descendió, además, al fondo del mar para visitar a su padre, Posidón, y a la esposa de
éste, Anfítrite (como cuenta la Oda 17 de Baquílides). También bajó al Hades –con la intención de raptar a la
diosa Perséfone– en compañía de su gran amigo Pirítoo, rey de los lapitas, y de allí tuvo que ser rescatado por
su otro amigo, Heracles. Asimismo con Pirítoo vivió otras importantes aventuras, especialmente la guerra entre
lapitas y centauros (Centauromaquia tesalia), con motivo de la boda de Pirítoo con Laodamía (o Hipodamía),
a la que raptaron los centauros durante la celebración e intentaron violarla, al igual que a otras jóvenes. Pero,
naturalmente, vencieron los héroes, que mataron a muchos centauros e hicieron huir al resto, salvando así a las
mujeres víctimas de su lujuria. De nuevo juntos raptaron los dos amigos a su vez a Helena cuando era casi una
niña, antes de que ella se casara con Menelao.
Teseo tuvo diversas historias de amor: con Ariadna, hija de los reyes de Creta, Minos y Pasífae. Cuando
llegó a su patria un extranjero, el importante héroe Teseo, entre los prisioneros atenienses condenados a servir
de alimento para el Minotauro, la doncella se enamoró de él, y por ayudarle traicionó a su padre y causó
incluso la muerte de su hermano, el Minotauro (hijo de Pasífae). Sólo gracias al auxilio de ella (que le entregó
el famoso ovillo de hilo para poder salir del Laberinto) logró el gran héroe vencer al monstruo y cumplir su
objetivo, y, en agradecimiento, él le ofreció su amor y la llevó consigo con la promesa de hacerla su esposa.
Pero la abandonó en el camino de vuelta a Atenas, en la isla de Naxos, en donde —según la versión más común
— la encontró el dios Dioniso, que la hizo su esposa. Hay distintas versiones sobre diversos datos del mito, entre
ellos, sobre el abandono de Ariadna en Naxos: que fue debido a una tempestad y el viento arrastró la nave
mientras ella dormía en la playa, o porque Teseo amaba a otra mujer, o que lo hizo por mandato de algún dios.
A la amazona Antíope (o Melanipa, o Hipólita, según las versiones) se la llevó a Atenas cuando
acompañaba a Heracles en la expedición para robar el cinturón de la reina amazona Hipólita. Con ella tuvo a su
hijo Hipólito (quien habría de ser objeto del amor de la nueva esposa de Teseo, Fedra).
Su esposa Fedra era hija de Minos y de Pasifae, y hermana, por tanto, de Ariadna. Se enamoró de su
hijastro, el joven Hipólito, hijo ilegítimo de Teseo y de la amazona. Fue ésta una pasión no correspondida, pues él
era un hombre virtuoso y “puritano”, que rechazaba con horror los requerimientos de la esposa de su padre.
Fedra, despreciada y temerosa de que él la delate a su esposo, se suicida y deja una carta en que acusa a Hipólito.
Teseo, encolerizado contra su hijo, al que cree culpable, ocasiona su muerte maldiciéndole. Esta historia da
tema a la tragedia Hipólito de Eurípides (mito mencionado en “Ártemis”)

…………………………………
A propósito de la principal hazaña de Teseo tenemos que hablar de uno de los monstruos más célebres:
EL MINOTAURO:
Híbrido, con cuerpo de hombre y cabeza de toro. Era hijo de Pasífae (esposa del rey Minos de Creta),
en su unión con un toro extraordinario (llamado el Toro de Creta y también el Toro de Maratón) que el dios
Posidón había hecho salir del mar. Su nombre personal era Asterio. De él, de su fascinante historia, destacan
varios hechos: su concepción y nacimiento; su permanencia en el Laberinto, que fue construido expresamente
para albergarlo por el famoso arquitecto Dédalo por orden de Minos, y su muerte a manos del gran héroe
ateniense Teseo con la ayuda de Ariadna, hija de Minos y Pasífae y hermana del monstruo, por tanto.
Concepción del Minotauro: Pasífae
Para consolidar su reinado en Creta, Minos rogó a Posidón que enviara un toro, que debía después
sacrificar en su honor. Y, en efecto, Posidón hizo emerger del mar un bellísimo toro blanco; tan bello que
Minos no quiso sacrificarlo e inmoló otro animal inferior en el altar del dios. La venganza de éste no se dejó
esperar: hizo concebir en la esposa de Minos, Pasifae, una pasión irrefrenable hacia el extraordinario animal,
de modo que ella se propuso satisfacer su deseo como fuera. Y recurrió a las habilidades sin par de Dédalo, el
genial ingeniero y arquitecto. Éste fabricó una vaca hueca dentro de la que se introdujo Pasifae, con aspecto
tan hermoso y tan real que el toro se sintió atraído y copuló con ella. Resultado de esta monstruosa unión fue,
en consecuencia, un ser monstruoso, el Minotauro.
Como era un ser sagrado, Minos no podía matar al Minotauro, de modo que mandó a Dédalo construir
para él el Laberinto, un intrincado recinto del que no era posible encontrar la salida. Y allí confinó al
monstruo. Pero había que alimentarlo, y para ello sacrificaban periódicamente (una vez al año o cada nueve
años, según las versiones) a un grupo de jóvenes atenienses (siete muchachos y siete doncellas), que eran
llevados desde Atenas, ciudad que tenía que pagar un tributo a Creta. Se les encerraba en el laberinto, de
donde era imposible salir, y finalmente iban a parar al recinto del Minotauro, que los devoraba.
Muerte del Minotauro: Teseo y Ariadna
Teseo, el gran héroe ateniense, acudió a Creta para matar al monstruo Minotauro. Pretendía librar así a los
jóvenes atenienses que –en tributo a Creta– estaban destinados a morir para servir de pasto al Minotauro, y
para lograrlo se hizo pasar por una más de las víctimas. Así pues, entró en el Laberinto y mató al monstruo.
Pero salir del Laberinto era lo más difícil de todo, y lo consiguió sólo gracias al auxilio de Ariadna, hija de los
reyes, pues le proporcionó un recurso ingenioso (según la versión más común): un ovillo de hilo que ella –
fuera del Laberinto- sostenía por una punta mientras él por otra, y siguiéndolo pudo encontrar la salida.
Ariadna se había enamorado del extranjero, y por ayudarle traicionó a su padre y causó incluso la muerte de
su hermano, el Minotauro. Después Ariadna se marcha con Teseo; pero él la abandona en el camino, en la isla
de Naxos, voluntariamente según algunas versiones, o bien porque el viento arrastró la nave mientras ella
dormía en la playa.

HÉROES DE ETOLIA:
■ MELEAGRO:
-Mató al JABALÍ DE CALIDÓN (junto con Atalanta y con la ayuda de otros héroes).
Meleagro era hijo de Eneo, rey de Calidón (en Etolia), y de Altea, y hermano de Deyanira (la última
esposa de Heracles). Es el héroe principal de Etolia. Cuando nació predijeron las Moiras (diosas del destino)
que viviría mientras no se consumiese un tizón que ardía en ese momento en el hogar, por lo que Altea, su
madre, sacó al instante el tizón y lo guardó.
Cuando ya Meleagro era adulto, participó en la expedición de los Argonautas en busca del Vellocino de
oro. Ya de regreso en su patria, un terrible JABALÍ asoló la región de Calidón, enviado por la diosa Ártemis
como castigo, porque el rey Eneo no la había honrado a ella entre los otros dioses al celebrar unos sacrificios
Ante los desastres que causaba la fiera, el rey organizó una cacería, cuyo mando asumió su hijo, Meleagro. En
ella participaron importantes héroes, como Peleo (el padre de Aquiles), los Dioscuros y algunos otros Argonautas,
y también una mujer, Atalanta, capaz de superar a los hombres en todo tipo de deportes. Meleagro mató al
portentoso animal, pero Atalanta había sido la primera en herirlo, y también después otros cazadores. Como
Meleagro se había enamorado de Atalanta, le entregó a ella el premio prometido al vencedor. Pero los demás
cazadores se indignaron ante la generosidad de Meleagro, que les pareció injusta. En especial, sus tíos maternos,
que se creían con más derechos a recibir un regalo de éste, y tendieron una emboscada a Atalanta para robarle el
trofeo: la piel y las fauces con los enormes colmillos del Jabalí. Pero Meleagro se enfrentó a ellos y los mató, de
modo que se los devolvió a la joven. A consecuencia de ello la madre de Meleagro, Altea, sin poder contener su
cólera ante la muerte de sus hermanos, ocasionó ella misma la de su hijo, según la versión más común: arrojó al
fuego el tizón del que dependía la vida de Meleagro, y éste murió. Prevalecieron en ese momento de furia y
dolor sus sentimientos como hermana. Después la madre, arrepentida, se suicidó, y también la esposa de
Meleagro, Cleopatra.
En la versión que da la Ilíada (IX 529-605) no se habla de Atalanta, pero sí de la esposa de Meleagro. Y no se
alude al tizón ni a la muerte de Meleagro.

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