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BATALLAS ; A | PF ae E110de junio de 1940 Italia entré en guerra al lado de Ale. aia contra Francia y Gran Bretafia. Al margen de los frentes Unestres que los responsables italianos crearon para el propio ftsto (Grecia y la Union Soviética), injustificados y alejad @ principal frente italiano —el del Aftica septentrional ipsa de Italia fue desde el primer dia, y no podia ser de otro moo, una contienda naval. Esta guerra, que se combatié en el Medictrineo, fue exclusivamente una guerra defensiva y de Bite al trifico comercial desarrollada por ambos adversa- is: ltalia para poder alimentar al cuerpo de expedicion italo- mano en Libia, en donde se hallaba el principal frente del Hesontra Gran Bretafia y sus aliados, y ademas para mante- las comunicaciones con las islas ‘metropolitanas, con el Hi, Albania y Grecia; Gran Bretaiia, fundamentalmente, pura abastecer la isla de Malta y, de forma excepcional y solo Grane la primera fase del conflicto, para permitir que llegasen kins buques de carga desde el Estrecho de Gibraltar hasta fi Canal de Suez. hecho de que la guerra en el Mediterraneo fuese tan s6lo nr el trifico mercante y no de mera basqueda de la batalla IGS por parte de las principales fuerzas navales, queda de- mosrado por el sesgo de las operaciones y por determin: Siuacones reales que se han verificado, tales com« = él trifico italiano fue continuo, con un flujo ininterrum. ido de buques mercantes entre los puertos metropolitanos y bs de uitramar; = la oposicion a dicho flujo siempre fue levada a cabo por Is trtanicos con medios exclusivamente aéreos y submarinos J, $00 durante breves periodos de tiempo, con algunos cru- fens igeros y cazatorpederos que, mediante el auxilio del ra- td eicaces aviones de reconocimiento y de un competente Htnnzado sistema de interceptacion y descifrado de los men- bikes él Ej, efectuaron esporadicas incursiones por el Medi fenineo central; — en ningin momento fueron utilizadas las grandes unida. des de superficie britinicas contra los convoyes italianos; — el trafico britanico se limit6 hasta finales de 1942 a solo 14 convoyes diigidos a Malta 0 de regreso de esta base (des- pués de esa fecha y de los desembarcos aliados en Africa del Norte, la situacién estrategica se modifico radicalmente); — para la proteccion de estos 14 convoyes fueron destaca- dos siempre desde Gibraltar y de la ciudad egipcia de Ale jandria grandes contingentes navales de la «Mediterranean Fleet», de la «Fuerza H» y, en ocasiones, también de la «Home Fleets, La proteccién del trafico mercante oblig6 a la Marina ita- liana, y en particular a las unidades ligeras, a una serie conti- nua de extenuantes singladuras y combates que no conocieron ‘regua; en cambio, el ataque a los pocos convoyes britanicos requiri6 la intervencion del grueso de la Armada italiana. Inter vencién que, por encima de los resultados y en la mayoria de los casos, siempre se realizo. Por consiguiente, la guerra del Mediterraneo fue un conjunto de acciones que tendieron a inte- rrumpir la corriente del trafico mercante, mientras que todas Jas acciones navales entre las grandes formaciones aeronavales fueron debidas a la intervencion de la escuadra italiana contra los escasos convoyes organizados por la Marina britanica. Por el contrario, la salida al mar de importantes fuerzas italianas ara la proteccién del trafico con Libia, como fueron las ope- Faciones M41, M 42, M 43, T 48 y otras, en ningiin momento Provoco la intervencion de los destacamentos de la Marina britanica, La realidad de la guerra en el Mediterraneo consistié en la prolongada batalla de los convoyes italianos. Respecto al trafico con Libia, los resultados pueden resumirse del siguiente modo: 993 convoyes de buques mercantes, 203 convoyes de tunidades militares, 1.905 unidades mercantes utilizadas, 326 unidades militares empleadas, 2.206 barcos de escolta utiliza Texto ¢ ilustraciones sacades del volumen i io ae © Seancinee qecedes Gal valeran: its; 9245.171 tr.b. de la flota mercante, y 584.257 t.r.b. per- “idas, de la misma. Este trafico Permitio transportar a Afri plentrional 189.162 hombres (de 206.402 embarcados), igual 191.6 por ciento de todos los que partieron, y 1.929.955 tone- ‘é materiales y provisiones (de 2.245.380 toncladas em- | faadas), igual al 85,9 por ciento de ios cargamentos envia- AS, pues, no puede afirmarse en verdad que las fuerzas linicas bloqueasen cl trafico italiano. Mencion especial me- Weed transporte de cargamentos de carburante que fracasé isullegada a destino, hecho al que se imputa con conviccion fante difundida la derrota africana de la Armada italoger- 1a Marina italiana transport con éxito el 80 por ciento de Gargamentos, un verdadero triunfo si se piensa que iian el blanco prioritario para los aviones cos. La crisis del abastecimiento en el frente | m1 476,103 toneladas, equivalentes al 80 por ciento), y tales es se mostraron insuficientes, la culpa no fue de la tna ni del resultado de la batalla de los convoyes, sino mas bin dela critica y grave economia de guerra, del fragil aparato oduct, de las graves lagunas de la preparacion bélica y de farencia de caricter politico y estratégico. La eunéa gran batalla del Mediterraneo fue la de los con- Grigidos a Tiinez, que duré desde noviembre de 1942 ia mayo de 1943. Presento un cariz distinto al de la batalla Lia por dos motivos fundamentales: la irrupcion en el Me- erraneo de masivas y poderosas fuerzas aeronavales angloa- ficanas, y las distinias condiciones politico - estratégicas de de las relaciones italogermanas. La Marina italiana se Ejército italiano (Superejército) recibio la orden del Ministerio de la Guerra de organizar con el Estado Mayor de la Marina (Su: Permarina) un rapido envio. de provisiones necesarias a las tropas destacadas en Libia que, 24 horas antes de iniciarse Ia beligerancia, ya tenian necesidad de aprovisio™ ‘namientos para completar, aun. ue no del todo, las propias dota- cciones de hombres, medios y materiales. Es decir, de forma mas detallada, tenian ‘que llegar a Libia: 13.000 hombres, 40.000 toneladas de viveres y 18.000 de carburante; 1.250 autovehiculos, 1,700,000 proyecls de aria, Godoxa, que impiicé casi por | 48,000.000 de balas para armas onpleo las Armadas italiana y | ligeras y 800.000 bombas de mor- ttia del Mediterraneo. tero. Por su parte, Ia Aviacin (Con anteriordad la ruptura de idades, as operaciones ES previstas en el Mediterri- jan dejado traslucir su exclusiva; la de vineuladas inicamente a las ido como batalla, aun cuan- limita en el tiempo y en los tilados. Punta Stio tiene signi. represents, ante ‘primer encuentro’ naval nico de la historia; por fie Ia primera batalla de la da Guerra Mundial que se entre fuerzas navales mente importantes. y fue un enfrentamiento Ue itcabo con criterios de «ma- em maniobras y tacticas {os acorasados Cavour» Cesare mndeados en Napoles con una éseuadrilla de destruetores. Al comienzo de la ‘Segunda Guerra Mundial, la leoria naval italiana se basaba en la tesis de la So grueso de la flota adversaria CE Ee enfrento a esta batalla en draméticas condiciones de inferiori- dad y sometida a un continuo ataque aeronaval aliado. A pe- sar de ello, logré efectuar 276 convoyes mercantes y 167 mili- tares, y permitio que llegase a destino el 93 por ciento del per. sonal embarcado y el 71 por ciento de materiales y provisio- nes, sin lugar a didas un gran éxito. Al gran compromiso im- puesto por las batallas de los convoyes libicos y tunecinos, hhubo que afiadir el trafico con Grecia, Albania, el Egeo y las isla metropolitanas. En resumen, la verdader guerra del Mediterraneo, es decir, |a de los convoyes italianos, puede sintetizarse en las siguientes cifras: 4.385 convoyes (122 al mes, igual a una media de 4 convoyes diarios en el mar); 1.242.729 hombres transportados, equivalente al 96 por ‘iento del personal embarcado: 4.199.375 toneladas de material y avituallamientos que lle garon al punto de destino, igual al 90.5 por ciento de todo lo enviado. Los carburantes y combustibles llegaron a los puertos de desembarco en la medida del 81 por ciento. Es indiscutible que la Marina italiana veneié, pues, en su erdadera guerra, con lo que satisfizo de lleno su principal ob- jetivo bélico que era precisamente el de asegurar el abasteci- ‘miento a las divisiones que operaban en ultramar. El que luego los aprovisionamientos fuesen insuficientes, dispersos y desor- ganizados, sin duda hay que achacario a otras causas y no sélo a los responsables politicos, militares y econémicos del pais, que no supieron prepararlo para la guerra. Es ésta, en sintesis, la verdadera guerra del Mediterraneo: después de los desembarcos angloamericanos en Sicilia y tras los acontecimientos del 8 de septiembre de 1943, as operacio. nes navales decayeron en acciones de guerrilla costera y de apoyo a los desembarcos. GRANDES BATALLAS NAVALES - 125. Un hidroavién de reconocimiento Rodi a punto de ser catapultado desde ta cubieria de un crucero en la fase pretactica del encuentro de Punta Stilo: el aparaio cs enviado precisamente para Tocalizar fa Mediterranean Fleets. ‘a inexistencia de ‘nuques portaariones en la ‘Armada italiana hacia diel descubrir ta ‘presencia » la posicion de Tas fuerzas navales adversaris. Por ello se recurrio los pequerios hidroaviones de reconocimiento ‘ransportades en (as grandes snidades navales para tener al menos alguna informacion sobre el enemigo, _gemre gue tograsen Oe “ritanicos embarcados en los portaaviones. Dichos kidroaviones eran ‘aparaios poco vloces, com automomia linitada, casi ‘desarmados, con una sripulacion constituida por un oficial de Aviacion, pilot, » un oficial de Marina, el observador eS acne agente Re ne ee eet 9 de ee | de la aviacién ees nr tas ere res aa Sees | SS aie ae cae a oe pesé sobre eee lucie tates es ‘126 - GRANDES BATALLAS NAVALES UNIDADES EN LA BATALLA DE PUNTA STILO (9 de julio de 1940) Acorazados italianos (2): Cesare, Cavour briténicos (3): Warspite, Malaya, Royal Sovereign Portaaviones : briténicos (1): Eagle Cruceros pesados italianos (6): Bolzano, Trento, Flume, Gorizia, Zara, Pola Cruceros ligeros italianos (8): Duca degli Abruzzi, Garibaldi, Da Barbiano, Di Giussano, Eugenio oi Savoia, Duca d'Aosta, Aiten- dolo, Montecuccoli briténicos (5): Liverpool, Neptune, Orion, Sydney, Gloucester Destructores italianos (20): Vivalol, Pancaldo, Freccia, Saetta, Alfieri, Giobet i, Oriani, Carducci, Artighere, Camicia Nera Aviere, Geniere, Lanciere, Corazziere, Carabe niiere, Ascari, Granatiere, Fuciliere, Bersaglier, Alpino briténicos (15): Nubian, Mohawk, Hero, Hereward, Decoy ‘Hyperion, Hostile, Hasty, llex, Dainty, Defender, Juno, Janus, Vampire, Voyager Boxe cectoaba cuando ia guerra jsehabia iniciado, mientras que, 2 fambio, las posbiidades de i habrian sido completamente eis algunas semanas o meses ‘tis. Asi comenz6, practicamen- en la guerra, ese ir y venir tfco entre los puertos italia- sy los del Africa septentrional ee concluyé en mayo de 1943 ome de las costas as por parte de las tropas idogermanas, y que en ningiin nto consiguieron detener 0 ar las tropas briténicas. Ls orgenizacion del primer al Este, fueron asignadas el crucero Pola, buque insignia de Ia 2." Escuadra naval (almirante de escuadra Ric- ccardo Paladini), con ia 1.* (3 cru- eros) y Ia 3. Division (2 erucero- sros) y la 9. 1L.*y 12.* Escua- drillas de_destructores (i2 unids- a ae io estuvo compuesta por Ia 5.* Divi- sion (acorazados Cesare y Conte di Cavour), y por ia 4." y 8 Divisiones (6 cruceros) con la 72,84, 15.*y 16 Escuadrillas de destructores (13 unidades). La 14 Escuadrilla fue retenida ‘Fuerza Hs de Gibraltar pai pase en la operacién, con una accion de distraccion en el Medi- terrineo occidental. La orden explictaba que, al margen de la proteccién del convoy, cualquier ocasion era valida para presentar 4 los italianos. La escua dra briténica destinads a la oper clin estaba formada por 3 acors zados, | portaaviones, 5 cruceros ligeros y 17 destractores. En las primeras horas de ia tarde del 7 de Jilio, el convoy italiano, que habia salido de Napoles el dia 6, vird Bengal blo In teen dee asi bajo Ia proteccion de ia casi totalidad dela flota de ‘guerra. A medianoche del mismo dda 7, las unidades beitanicas par tieron de Alejandria_y se dis gieron hacia Malta. En la madru- En la tarde del dia 8, tras haber asegurado Ia llegada del convoy a Bengas, a escuadra italiana cemprendi Ia ruta de regreso. En ‘ese mismo dia, la aviacion italiana inici6 los ataques contra la escua- dra britinica a cargo de bombar- deros con base en Libia y en las islas del Egeo. Los ataques aéreos no arrojaron resultados importan- tes: s6lo el crucero Gloucester recibio un impacto en el puente de ‘mando pero no tuvo que abando- ‘nar Ia mision. A la caida de la noche, Cunningham cambid de : ordend a los eonvoyes que no abandonasen Malta y cambio ‘el rumbo de suerte que pudiese ‘encontrarse en las primeras horas de la mafiana del dia 9 a cerca de 60 millas al oeste de Navarino, para dirigirse a continuacion a un convoy italiano —indudable- imposible de comparar con ‘emvoyes atlinticos por evi- motivos, y no solo este pri- sino’ también todos los que cruzaron a 10.445 toneladas de - El Warspite, bugue almirante de la Flota ‘del Mediterréineo ‘en Taranto, pero se le ordend que ‘zarpase enseguida. Fl comandan- te en jefe en el mar era el almiran- te de Escuadra Ifigo Campioni, con la insignia en el acorazado Gino Cesare. Se dspuicron igunas trampas de submarinos y famplias operaciones de reconoct miento aéreo ofensivo por toda la zona del Mediterraneo. El destino quiso que, durante Jos mismos dias previstos para la ‘travesia del convoy italiano, la flo- ta britinica del Mediterraneo tuviese que proteger dos convoyes Que hatian sarpado de Malta con destino a Ia ciudad egipcia de Ale- jandria. El comandante la «Me- diterranean Fleets, almirante Andrew B Cunningham, debido a {ue aiin no conocia Ia capacidad Yadmiblidad de renccion de Ta ina italiana, consigui6 que Ia ada del siguiente dia, I escuadra Fina. foe deocubicrin por un sumergible que se encontraba al acecho entre Siclia y Bengasi ue. rapidamente Tanid la’ seal del descubrimiento. De inmediato, embargo, durante las mismas horas del 8 de julio, un avin de ‘operacién enemiga, conocida ya a grandes rasgos desde el 4 de julio racias al servicio de informacion ceptado los mensajes britanicos. unto situado al sur de Taranto, Por donde era muy probable que fransitase Ta escuadra italiana. Durante toda ta mafiana del 9, el reconocimiento aéreo italiano no logré descubrir los barcos enemi- 05, mientras que, ya a las 7.30, i hidroavion Sunderiand de Mal- ta habia avistado los barcos de ‘Campioni a unos 50 mills al este de Cabo Spartivento, y a partir de fs momento los aparatos. de Feconocimiento britanicos no abandonaron la formacién itaia- na, En una situacién semejante, al ‘empo que Cunningham gozaba de lena autonomia ‘en las propias Aecisiones y de autoridad directa sobre todas las fuerzas aeron ales. del Mediterraneo ‘ro-oriental, por Jo que se di al encuentro: de Ia -» armado, 9 suficientemente veloc. Estuvo presente en Panag Stilo En Talia se le dio gran importancia encuentro de Punta Stilo, mientras que en Gran Bretaia, definido como ‘cAcciin frente a las costs de Calabrian, munca fue ‘considerado de importancia. ‘La historia naval oficial britéinica dedica 44 lineas al episodio, mientras que en la italiana ocupa mas de 60 paginas cos, el almirante Campioni se hallaba.privado de noticias y no pea dsponer del econocimiento le ibidad para Campion fnorin sido In de enviar division de cruceros para Yue eectuase exploraciones con la esperanza de descubrir algo. Por otra parte, era humano —en la pri- ‘mera experiencia de enfrentamien- to acronaval de la guerra—, que el comandante tuviese confianza en ln organizacion de mando de la Marina y, por ende, en la direc- ‘iin cenitalizada de las operacio- de Supermarina. Cierto es, ccaviase alga a tliminar In presencia de los avio- tes. de exploracion.ingleses. EL resultado fue que n0 solo no le- garon. los aviones, sino que,

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