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Il, EL AUGE HENEQUENERO: LA OLIGARQUIA Y EL IMPERIO INFORMAL, 1880-1915 tan lejos del cielo y tan cerca de los Estadon Aribuido a Porro Diaz (y otros) Acerca de la sociedad yucateca a fines del siglo xrx, deefa Nelson Reed casual- mente: “Si un pais feliz es uno que carece de historia, entonces Yucatén era feliz."* Y ciertamente, para la “gente decente” (como se llamaba a la dite de plantadores de la regién) marchaba todo felizmente durante el tltimo cuarto del siglo. En una sucesién ininterrumpida y pacifica, los politicos plantadores ‘més prominentes de Yucatén se sucedian unos a otros en el palacio del gober- nador. Una de las tareas mis difciles result6 un conteo anual de la riqueza del esta- do en rapidisima acumulacién, Entre 1895 y 1900, se exportaron mas de 73 mi- Hones de pesos de la fibra, mis de 22.5 millones s6lo en el iltimo afio. Yucatin se habia convertido en el estado més rico de México, como repetian incansable- ‘mente los politicos”fina generacién atrés, en 1878, los funcionarios locales hhabian informado SNgobierno federal: “No hay grandes riquezas en estas pa tes; sélo tres individuos poseen més de 200 000 pesos.” * Ahora, a fines del si alo, las fortunas de millones de délares ya no eran excepcionales, y nuevas mansiones Iujosas, de piedra, competiah por la atencién de los transedintes que ‘paseaban por el clegante Paseo de Montejo de Mérida. YY los nouveaux riches no se conformaban con ensefiar su riqueza dentro do la peninsula. “La gente decente que habia ido timidamente a La Habana en el Aecenio de 1850, podia abrirse paso ahora, confiadamente, delante de meseros aque se inclinaban, hasta las mesas de ruleta de San Remo, junto con los plate. ros peruanos, los ganaderos argentinos y los acereros norteamericanos.”* Las lecciones de francés se pusieron de moda en los mejores circulos de Ia sociedad local, y una ver al afio llegaba # Mérida un equipo de modistas parisienses para tomar pedidos de las grandes damas de Ia ciudad. Por lo menos una ver al afo, Jos yucatecos se aseguraban de pulir sus habilidades lingiisticas recién adqui- 2 John Reed, The Caste War of Yucatén, Stanford, Cal, 1964, p. 230, 2 Ibid, p. 231; Bailliano Busto, “Memoria de Hacienda del afo econémico de 1877 a Exadistica de la Repiblica Mexicana, México, p. 21: Allen Welly alysis in Regional Economic Development, 16761915”, texis doctoral iné. dita, Universidad Estatal de Nueva York ea Stony Brook, 1979, p. 81. Antes de 1905, ‘eso ae encontraba a Ia par con el diler norteamericane, cunque en las époeas de recesion f+ depreclaba Ia pleta mexicans frente al oro norteamericano. Después de 1905, el peto #0 {996 a ln paridad de 2:1 con el lar ® Reed, Caste War, p. 231. ; rides y exhibir el esplenc sociales locales reperteabe EI severo clima de la n samente esta tendencia er ‘Yucatén no tuviera legos, ‘mentados fuera de Mérid: res de automéviles, barco reocupacién porque las en el clima extremoso; du por los Steinwoays y los B aparecian los pesados core usaban, a pesar del calor 8 aparecer, a toda costa, ¢ lido ganado apenas comie de la peninsula? Los hac en magnates ganaderos y finas razas inglesas, sélo Un frustrado criador de refinado sistema de rociac dos grandes parcelas de ti Més importantes como Yucatin, mis 600 kilémet vada, que conectaban les dores. A. su vez, estos fe 1000 kilémetros adicional ban a los henequendes ic cain aseguraba« 72 kil6metros “Ti ‘aia inédita, Universidad de T roads, Landholding, and Agr: ro de 1974), pp. 68.69. LIGARQUIA Y EL 10.1915, felo y tan cerca de los Estados sido « Porrino Diaz (y tos) &, deofa Nelson Reed casual- ‘oria, entonces Yucatén era mo se llamaba a le élite de te durante el ilkimo cuarto ca, los politicos:plantadores 10s en el palacio del gober- voual de la riqueza del esta ¢ exportaron mis de 78 mi > en el iltimo afio, Yucatin 2, como repetian incansable- "8, los funcionarios locales undes riquezas en estas par- 3”? Ahora, a fines del si an excepeionales, y nuevas cidn de los transedntes que ida, ssefiar su riqueze dentro de lamente a La Habana en el amente, delante de meseros ‘Remo, junto con los plate. xos norteamericanos.”* Las ores circulos de la sociedad Je modistas parisienses para or lo menos una vez al aio, ss lingiifstieas reoién adqui- 1964, ps 230, ‘del 'afo eoonémico de 1877 a AL Allen Well, "Henequén and 18761915", tesa doctoral iné- to. Despade de 1905, el peso se EL AUGE HENEQUENERO 8 ridas y exhibir el esplendor de su ropaje en el exterior, y los colurmnistas de fociales locales reporteaban fielmente sus txiunfos europeos* TB severo clima de la regién, y sus obvias limitaciones fiscas, frenaban esca- samente esta tendencia creciente hacia el consumo excesivo, No importaba que Yucatin no tuviera lagos, ris, o siquiera una bahia protegida, ni caminos pavi- smentados fuera de Mérida; para 1910 se habfan vendido en el estado centena- es de automéviles, barcos de vela y varios yates de lujo. Tampoco habia gran preocupacién porque las maderas finas se torcieran y el marfil se decolorara tn el clima extremoso; durante el primer decenio de este siglo habia una fiebre por los Stetnways y los Baby Grands, eminentemente reemplazables. En cuanto pareetan los pesados corsés en Jos salones y las tiendas de Londres y Paris, les teaben, a pesar del eslor infernal, las matronas clegantes de Mérida, decididas st aparecer, a toda costa, con cintura de avispa. ZY qué importaba que su esc Tido ganado apenas comiera y bebieta en las més himedas regiones orientales de la peninsula? Los hacendados de Yueatin estaban decididos @ convertirse fx magnates ganaderos y en plantadores. Importaban especimenes de las mis finas rezas inglesas, sélo para verlos morir Tentamente en el reseco noroeste. Un frustrado eriader de ganado llegé a invertir mis de 100 000 délares en un refinado sistema de rociado movido por vapor que se necesiteba para mantener dos grandes parcelas de trébol para sus toros finos* ‘Mis importantes. como indicadores del progreso de Jos plantadores, y.un tes eee eres eee ross diremucaepiben, Mia de 000 kilémetros de vias de anchura esténdar constituian Tas principales lineas de Feeutin, més 600 kilémetros de vis de enchura intermedia, de propiedad pr Yassin, mi snes pints on iss denfradors de los plata rae ee nee, estos ferrocarriles privados estaban alimentados por mis de ores, A 0 ne Ges de vis viln de tranvias Deouwille que penetra 1000 He ean ididusles, Bn total, el dsteme-forosaro integrado a cualquier embarcador de fibra situado a menos de 1 Ailometros ane sErovierioexpedto alos muses de pesto de Progreso. Ietgonexién ferroviaria.se complementaba con una siste- mitica red de dinglis.teldgrificas-y telefénicas-que,.como los ferrocarriles, co- ic yenequeneras de Yucatén_con su mercado (Mérida) sbalest La que no feclitaban esto avance infra ‘ Toid, pp. 291282; Frederick J.T. Frost y Channing Arnold, The American Esypt, Nueva York, 1909, pp. 811, Simenian Bayph p. 322; véase tambiéo SD-CPR, Despatches y Corr ciakaente al Expeticate 610, donde oe revela cl extravagante eatil de vk Victor M, Soiter Molina, “Veinte afos de economia yucateca”, Dd! thier a "The Henequén, Empire in Yucatin, 1870-1910", tess de macs. ‘hineraldad ‘de Towa, Towa, City, 1966, p. 78; cf. John H, Coatoworth, “Ratl- {is Ioieldiog, and Agrarian Protest in the Early Porlviato", HAHR, S41 CGebre to de 1974), pp. 680. 1997-1915, espe de In élite. © LOS PARAMETROS DE LA REVOLUCION ‘estructurales era un sistema amplio de comunicacién interna entre los diversos pucblos y haciendas. Los pucblos del Yucatan rural permanecian aisladas de los centros econémicos y entre si, Como veremos més adelante, este aislamiento interno tendria importantes conseeuencias negativas para la movilizacién revo- Tucionaria dentro de la regién durante el decenio de 1910 y a principios de los fis veinte.? Sin embargo, no habia mejor publicidad para la versién de “Orden y Progro- 50” de la élite yucateca, pagada con los ingresos de su “oro verde”, que la trans. formada presencia fisiea de su eapital y su puerto principal. Channing Arnold y Frederick Forst, escritores ingleses, criticaron mordazmente la mentalidad de nuevo rico que invadia a la alta sociedad yucatece a fines del Porfiriato y Ia injusticia social en la que se sostenia, pero se mostraron profundamente impre- sionados por la apariencia fisica de Mérida. Aunque se inclinaban hacia la mo- ralizacién didéctica, estos ingleses liberales registraron agudas observacioncs de Ja “Ciudad Blanca”, a la que consideraban mégicamente perfecta; como ninguna otra ciudad hispanoamericana .... Mé- a no es.en ningin sentido une ciudad noble... Bero tiene algo que ¢ quizi preferible: es una ciudad limpia, La limpicza se aproxima a la divi- nidad. Sin embargo, [los meridanos] la colocan incluso por encima de la divinidad ... Los millonarios cultivadores de henequén son tan ricos que real- mente no saben qué hacer con su dinero; de modo que el ex gobernador Mo- Tina concibié la idea de remodelar Mérida hasta que sus fundadores no la reconocieran ... Se tardaron de dos a tres aiios [en realidad cuatro aifos: 1902-1906} y el resultado es la perfeccién. De norte a sur, de este a oeste, las calles Taterales y las calles principales, a lo largo de las tres millas que mide de ancho la ciudad, Ia superficie es tan lisa como el vidrio, tan limpia como el marmol. «A medida que avanzibamos con facilidad y sin una vibracién por calle ce ane apeianes op aed yi ma lee re ale Jos Pemutibames i rine un terra dende senor fa di de favar, porque la gente que pasaba en los carruajes, los policias de las esq tes Cnisus uniformes beats». los cieriane et por etn

sereduryy w sod ‘Supurounie aquaure 2p sopipenesod_ wo sous reo op ane © 308 ingen Pete trou exopypuny tor on + “aye soprutagod 29 9 amb & Tai oe om oe ont 2p sce. sed Sab oe sun omg" ‘Su “7 earoneeocedy p ‘9p souoypearasqo sepniie uo. out Bf vloey uequutpour 2s ¢ -axdust aquourepunjord woe. Nowont @ LOS PARAMETROS DE LA REVOLUCION zar hasta 400 @ 6009%.* En efecto, una estimacién conservadora afirma que, urante todo el periodo de 1880-1915, sélo hubo cuatro afios (1893-1897) en aque los plantadores yucatecos no obtuvieron por lo menos un beneficio anual de 18%, y que la tasa de beneficio era muchas veces mayor durante la mayor parte de exe periodo.}* Muchos plantadores siguieron obteniendo beneficios in- LUCION jcanos, tales como Thebaud sraron’ durante los primeros ‘grandes casas exportadoras ‘Arturo Pieree, entre otros, parte, estos “‘olaboradores" Seompradores e interme nericanos, de ordinario bajo ediante la uayta que podian Tdealmente, asi como el in- spotio.duradero o establecer tha disfrutar exclusivamente rmunicacién con Tos intereses conscientes de que si n0 te 5 opciones se climinaban le un solo {colaborador]”. satin en 1875, la MeCor do de identificar y reclutar encia sobre este colaborador Asi pues, a fines del siglo x0 ‘momento con diversas ca8a5 sas norteamericenas podrisn fa ventaja temporal sobre sus tos un sustituto confiable en fequenera yucateca no se he- canismo de colabor de cordeles norteamericanos atrol del mercado de la fi f todo el cuarto de siglo ra de McCormick (véase Harvester Company, Ia ecus- tnza del poder dentro de la EL mismo establecimiento de vo de las mayores compatiias f Plano, Wardner, Bushnell F econ un capital inicial de “de la competencia existente 1 de cotdeles, y puso a dispo- ‘son, *Non-European Foundations en Bob Sutcliffe y Roger rex, 1872, pp. 117161. sompredores norteamericanos con flo Chmare Zavala, “Historia de vol. 8, pp. 691-708. EL AUGE HENEQUENERO © Cuaono 3. Precios del henequén yuceteco en el mercado de los Estados Unidos, 1875-1914 (cotizaciones en centavos de délar por kilo) ‘Ao Preciomedio 1875 1876 1879 1880 1881 1882 1883 1909 1910 2911 1912 1913 1914 Forwre: Siegfried Askinisy, EU problema agrario de, Yucatin, México, 1996, 12.10 880 438 488 539 5.68 541 an 387 5.02 310 Tendencias gonorles del mercaio Mercado dominado por Thebaud Brothers, bangueros Se restablece el mercado libre ‘Manipulaciones de la National Cordage Company; reeesién y depresién econémica mundiales Guerra hispano-norteamericana: auge “Contrato secreto” y colaboracién Molina-Harvester Primera Reguladora (programa de. valoriza ‘con minima participacion estatal) ” LOS PARAMETROS DE LA REVOLUCION » sicién de los fabricantes una cantidad de recursos de organizacién y financieros que mo habia existido hasta entonces. En los afios siguientes, la Harvester se aproximaria a un monopolio genuino en mayor medida que cualquier otro fa- Bricante de fibras, antes o después de la fusién. Por su parte, los agentes esco- \ «ls por la Harvester en Mérida, Olegario Molina y Compasia, aun antes de su colaboracién con Harvester, representaban una fuerza econdmica y politica en los asuntos regionales sustancialmente més poderosa que cualquiera de sus predecesoras del siglo xrx. En conjunto, y antes de que terminara el primer cién, estas compeitias —principalmente las norteameri rnas— habian obtenido un control tan completo sobre la economia politica de Yucatin que no es exagerado considerar el periodo de 1902 a 1915 periodo en el que la Harvgster establecié wn imperio informal en Yu ‘Aun las definiciones mis cauias del imperialismo, que no lo consideran como tuna etapa fundamental en la expansién del cepitalismo sino que exigen una prueba del control politico © econdmico, “‘consciente” 0 “deliberado”, de Ia 1 ciedad local, dirfa que el control ejercido por Ia Harvester sobre la indust \ hhenequenera yucateca, entre 1902 y 1915, era un ejemplo claro del “imperia- \ lismo informal”. En efecto, es precisamente en situaciones en que existe el con- 4 trol mopopelstico de un producto por un solo mereado, o aun una sola empresa, cuando se vuelven evidentes los peores abusos del imperialism econémico de fines del siglo xmx y principios del xx Asi pues, el imperio informal de la Harvester en Yucatin (cl “monopolio del Sisal”) ocupa su Tugar al lado de | la American Sugar Refining Company en Cubs y la Repiblica Dominicana (a *imonoptio del Arca”) y la Unite Fruit Company en el Caribe (a “mo- nopolio del Plitano”). Por supuesto, el monopolio del henequén de la Harvester Giferfa del monopolio azucarero y platanero porque tenia el control de Ia pro- Guocién sin tener la propiedad de la tierra. Ademés, el henequén era uno de los poces ptoductos —el plétano era otro— que permanecia en las manos de un solo djgtbuidor o mercado durante largo tiempo, En este sentido, la mayoria Ge tos henequeneros yueateoos se asemejaban poco # los plantadores de azticar y café de Brasil los ganaderos de Argentina, y los grandes productores de ni- { Brtos de Chile. Estos prodoctores, gracias a eve fortes possiones polices y econémnicas dentro de sus propias sociedades, y al hecho de que sus productos © \Megaban a largo plazo mis alla de un solo distribuidor o mercado, podian con- 5 Lirolar de tiempo en tiempo a sus compradores, En cambio, en términos de una | falta de poder de negociacién (si no de riqueza), los henequeneros se asemej | ‘ban a menudo mas de cerca 2 los pequefios productores de bienes internaciona- | { les tales como los cultivadores de tabaco de Cube y Colombia, los cortadores J sde'madera y los chicleros de Belice y Honduras, los huleros de Brasil, los culti- | ‘vadores de yerba mate de Paraguay y los colonizadores blancos de Argentina, “quienes se encontraban invar igados a los comenc eros © sus agentes por las facilidades de crédito tradicionales. Teles pequeiios pro- D.C M. Plat, “Economic Imperialism and the Businessman: Britain and Latin ‘America before 1914", en Satelite y Owen, Studies, pp. 295297, 303-504, EL AU uctores se volvieron dependient: ‘quedaron virtualmente sin poder ee A irene de -mapria de] siglo 1x, Yucatén_dis aun tivo para el mercado principal al muy dificil y costoso, por lo me ‘americanos enfrentaran una regi: partes, En segundo lugar, el dinic sino un bien de primera necesid: Jarmente en grandes cantidades, nuevo ia més especificamente en la forma ‘economia yucateca. ‘Hacta et ‘Tres cuartos de siglo después « mente de pruebas sobre los dos Ja consolidacién del imperio in de los acuerdos registra una tr. ‘mero representa un contrato en ce un acuerdo entre Cyrus MeC Peabody, presidente de la empr: cionalmente habia comprado fil pal de los rivales de la Harves 3 bid, pp: 303.304, 2% Kate “EL sistema”, pp, 112113, 38 Henry W. Peabody and C: SUCION organizacién y financieros siguientes, la Harvester so ida que cualquier otro “su parte los agentes esco- de rosa que cualquiera de sus le que terminara el primer palmente las norteamerica- rre la economia politica de 1 de 1902 @ 1915 comp un > Informal en Yocetine) ge nolo casideran come imo sino que exigen una ?o “aeliberado™ de ls 50 larvester sobre le indust sjemplo claro del “imperia- ciones en que existe el con- do, o aun una sola empresa, imperialismo econdmico de ‘dl imperio informal de la ccupa su Tugar al lado de la Repiblica Dominicana tpany en el Caribe (el “mo- al henequén de Ia Harvester tenia el control de la pro- is, el henequén era uno de naneeia en las manos de un En este sentido, la mayoria a los plantadores de azicar grandes productores de ni- sertes posiciones politicas hhecho de que saatproducos dor 0 mercado, podian con- sambio, en términos de una bs henequeneros se asemeja- ores de bienes internaciona- y Colombia, los cortadores hnulerés de Brasil, los culti- dores blancos de Argentina, lop comencianter-ortrenjeres onales, Tales pequefios pro- tsineseman: Britain and Latin 35297, 303.304, EL AUGE HENEQUENERO n ductores se volvieron dependientes de la negociacién de nuevos eréditos y se ‘quedaron virtualmente sin poder para determinar un precio justo para sus pro- -dugtos.** {Se ‘embargo, en_su lucha por preservar. su_autonor sondmica.y. obtener | tun buen precio por su henequén, Yucalin posefa_ciertas ventajas de las_que ‘arecia Ta mayor parte de las demds regiones_productoras de_bienes_primatics ‘A diferencia de Ia mayoria_de_los_exportadores-de-un-solo-cultivo-« fines. del siglo xix, Yucatin disfeutaba_un_monopolio virtual en a. praduccién de. su_eul- tivo para el mereado principal al que abastecia, los Estados Unidos, Esto hacia muy difieil y costoso, por lo menos antes de 1915, que los compradores norte- Tmericanos enfrentaran una regién, productora con otra, como ocurria en otras partes, En segundo lugar, el nico producto de Yucatén no era,un_bien de lujo sino un bien de primera necesidad para los Estados Unidos. Se cot -€ii Gida cosecha de granos. Por iltimo, como / casi_exclusiva- ‘una nacién ands eapectficamente en la forma como la Haryester consolidé su control sobre la economia yucateca. ‘Hacta BL CONTROL DEL MONOPOLIO ‘Tres cuartos de siglo después de los sucesos, Jos historiadores disponen final- mente de pruebas sobre los dot acuerdos que fueron de hecho los cimientos de Ta concolidacién del imperio informal de la Harvester en Yucatin. Cada uno de los acuerdos registra una transaccién comercial concluida en 1902: el pri- nero representa un eontrato entre la Harvester y Olegario Molina; el segundo fe un acuerdo entre Cyrus McCormick, presidente de la Harvester, Peabody, presidente de la empresa exportadora del mismo nombre, Ia que tradi Cionalmente habia comprado fibra a la Plymouth Cordage Company, el princi- pal de los rivales de la Harvester en la fabricacin de cuerdas.“[Examinemes 28 Ibid, pp. 308-304, 1 Kate "El slstema”, pp. 112-113, ts Henly W, Peabody and Company era uaa firma internacional de comerci ¥ tranepor- acibe cu tenia ou sede en Boston y una sucursal en Nucva York, Peabody entrd al co- tite a ta Bibra a fines del decenio de 1860, negoclando al principio casi excluslvamente Bcnile Ba 1091, 1a firma designd como su agente en Mérida « Arturo Pierce, un comer. Bante de origen britinico, y empexd a concentraree'en la compra de he iam ciien en productos y fibras. de Australia y Nucva Zelandn y tents intercas #e- invits tome iroucbles y mandfacturas. Ea 1887 ee fonds 1a Plymouth Cordage, Compeny SE Plymouth, Mass, y desde el principio se 8 exclusivamente en le fabricacion de ae err Gucrdas y cables. Las operaciones de la, Plymouth fueron oprcadas por les de scat Company, con sede en Chicago, que ademis de comprar y vender fibra y mock 2 LOS PARAMETROS DE LA REVOLUCION en primer término fe nab y.Jas conseouencias,del pacto de la Harvester don Olegario. E Mencionado ahé¥a en la peninsula como el “infame contrato secreto de 1902", Facto se firmé en La Habana el 27 de octubre, pero no se conocié ampliamen. te hasta 1921. Especificaba et pacto que Molina y Compafia usaria “todos los esfuerzos que estuvieran a su aleance para deprimir el precio de la fibra de isl” y que “pagaria sélo los precios que de tiempo en tiempo dicte la Inter- national Harvester Company”. Mas concretamente, la Harvester eolocaria 10 000 pacas de sisal, que compraria a Molina, “o lo que sea necesario para que lo \ venda Molina y Compaiiia... con el expreso propésito de deprimir los precios, | de modo que toda pérdida o ganancia de tales ventas corra por cuenta de la _/ International Harvester Company”. En cuanto a los otros principales que ope- |“ raban en el mercado del henequén, Molina quedaba encargado de determinar Jeémo induciria a la firma exportadora de don Eusebio Escalante, su rival tra / Aicional, a cooperar con el arreglo. Por su parte, la Harvester se encargaria de | que las otras firmas comerciales de Peabody y Ureelay “no paguen por el sisal precios mayores que los pagados por Molina y Compaiia”. Durante el decenio siguiente, el arreglo funcioné de acuerdo con el plan. En cl curso del primer afio, el precio baj6 4.4 centavos, desde cerca de 22 centavos por kilo hasta 17.6 centavos. (Véanse el cuadro 3 y la gréfica 2.) En los afios Eiguientes, los colaboradores se las arreglaron pera recortar un poco més de 2 centavos al afio, hasta que en 1911 se compraba la fibra a 6.6 centavos por Kilo, més allé de cuya cifra se crefa generalmente que todos los hacendados ‘estarian_operando con pérdides y los més pequefios serfan puestos contra la pared.*"<) En vista de este contrato, nos vemos tentados a imitar a la mayoria de las interpretaciones tradicionales y calificar a don Olegario de “entreguista”, un ~ politico comprado que, en la antigua tradicién de la Malinche, volvi6 la espal- a a su patria por la ventaja econémice de la alisnza con el extranjero. Tras de recordar el arreglo de Molina con le Harvester y catalogar sus efectos nocivos para la industria henequenera en términos de la pérdida de valor de las expor- egies eugee Neen Reed ave es un WITeHo "por qué Tos mefidatas no aliorcaron al hombre”.** Pero el hecho mismo de que los yucatecos no compar- tieran la indignacién de Reed —en efecto, al morir Molina en 1925, fue ente- rrado como un héroe por el gobierno revolucionario— sugiere. la complejidad el papel de Molina como un colaborador y de su relacién con la Harvester. ‘ae especialisé en una Tinea completa de maquinaria para ia eoseche, PCC, varios expe- ates; PCR, memoranda, "J. P. B. a R. W. Hl re. Henry W. Peabody and Co.") 19 de foviembre de 1864, y libros contables de Peabody end Company, vl. AB-1, 1967.869. TEL contrato ao publics en RAY, 27 de noviembre de 1921,'y ha side reproducido eo ‘diversas nartaciones secundsrias, por ejemplo, Bernardino Mena Brite, Reestructuractin ‘istrica de Yucatin, México, 1968, vol. 2, p. 205. Aparece una versién inglest y un ané- lise on SD, 812.61826/372375, att Hele, de Baan, wim 0, 11 (i, 16 do ccabe de 1945 Wall “Honan Nee Case Per, p26. EL Pocos colaboradores cooperan cen peligro su credibilidad y 1 tratan de canslizar selectivam: tecnologia que la potencia ex fa fin de desarrollar sus prop 2 2 8 16 4 12 10 PRECIO POAKLO (CENTAVOS) 8 6 4 2 ° 18801885, Gririca 2. Los p Bp greso prevaleciente y de p Godad. En muchos casos, egionalistas) denodados, por el extranjero para el { tranjero. Desafortunadame tuna reacoién més que un do Ta sociedad local ha side En muchos sentidos, la ‘a8 Winks, “On Decolonizai 29 9 pain: 'f. Nening Between East ond West, C20 oLucioN asjdel pacto de la Harvester ne contrato secreto de 1902", 210 no se conocié ampliamen- 1 y Compafia usaria “todos ‘mir el precio de la fibra de wpo en tiempo dicte Ia Inter- la Harvester eolocaria 10 000 «¢ sea necesario para que lo Ssito de deprimir los precios, sntas corra por eventa de la 2s otros principales que ope- ba encargado de determinar sebio Escalante, su rival ta a Harvester se encargaria de lay “no paguen por el sisal de acuerdo con el plan. En + desde cerea de 22 centavos y la grafica 2.) En los afios ‘a recortar un poco mis de la fibra a 6.6 centavos por © que todos los hacendados jos serian puestos contra la imitar @ la mayoria de las egario de le Malinche, volvi6 la espal- a con el extranjero. Tras de catalogar sus efectos nocivos rida de valor de las expor- | por qué Tos mas no uue los yucatecos no compar- ¥ Molina en 1925, fue ente- io— sugiere. la complejidad 1 relacién con la. Harvester. a Ta couechs. PCC, varios expe- 7 W. Peabody and Ca, 19 de pany, vol. AB, 1867. 1821,'y ha sido reproducido en 2 Mena Brito, Reestractaraciin una versin inglesa y un and- wre de 1894); Well, “Henequén EL AUGE HENEQUENERO 2 Pocos colaboradores cooperan jamés incondicionalmente; en efecto, ello pondria cen peligro su oredibilidad y posicién dentro de su propia sociedad. A menudo tratan de canalizar selectivamente los privilegios del aumento de comercio o de teonologia que la potencia extranjera ofrece como precio por su cooperacién, fa fin de desarrollar sus propias sociedades de acuerdo con Ja nocién del pro- 2 2 18 6 “ 2 10 PRECIO POA KILO (CENTAVOS) one oe 4920 188518901895 190019051910 Gnirtca 2. Los precios del henequén, 1880-1914. (Askinasy, BI problema agrario, pp. 100-101.) reso prevaleciente y de promover sus propias posiciones dentro de dicha so- iedad. En muchos casos, los colaboradores son o se vuelven nacionalistas (0 egionalistas) denodados, y-tratan de usar los beneficios materiales aportados por el extranjero para el fortalecimiento de sus sociedades contra el mismo ex: franjero, Desafortunadamente, esta ‘ltima resolucién representa con frecuencia ‘una reaccién mis que un movimiento voluntario y llega demasiado tarde, cuan- do la sociedad local ha sido ya plenamente penetrada por la potencia extranjera. ‘En muchos sentidos, la carrera de don Olegario refleja las contradieciones ‘a8 Winks, “On Decolonieation", p, $52; Robinson, “Non-Europeasi Foundations", pp. 120- 129 y passim; cf. Yenpiing Ho, The Compredor in Nineteenth-Century China: Bridge Between East and West, Cambridge, Mase, 1970. \ \ " LOS PARAMETROS DE LA REVOLUCION | esenciales del colaborador. Ante todo, parece haberse considerado como un cons- \ tructor y modemnizador, y los yucatecos modernos lo recuerdan més por sus j escuelas y sus calles pavimentadas que por su contrato secreto, Como la pe } sonificacién del positivismo liberal del siglo xix, el “cientifico” de Yucatén, \ don Olegario no vela nada malo en el hecho de hacer dinero; en efecto, ra zonaba que, en la medida que él prosperara, también lo haria Yueatin. Y no hay duda de que trataba de beneficiarse con su relacién ‘con Ja Los documentos de la Harvester revelan que, en los términos del cohtrato de 1902 y de otros subsecuentes, Molina y Montes ganaron una comisién que fluctuaba entre 0.275 y 0.55 centavos de délar ** por cada kilo de henequén que adqui rieron para la Harvester durante el decenio anterior a la Revolucién, para no Umencionar el enorme control que el capital extranjero puesto a su disposicién les daba sobre le lite En 1909, Harvester dio a Montes un Tinea de cré- dito hasta por 600 000 délaré3, para que controlara la produccién permitio que la familis-Molina adquiriera hipotecas y se apoderara de varias haciendas endeudadas, edemés de comprar directamente muchas otras. También le permitié consolidar su control sobre los Bancos, ferrocarrles, almacenes y Iineas maritimas de la regién; iniciar nuevos y rentables proyectos de obres piblicas; y diversificar sus intereses en nuevas lineas de comercio urbano © industria, En otras palabras, apoyados por una dotacién continua de capital extranjero, Molina y Montes pudieron invertir incluso cuando la economia ex taba deprimida y los precios eran bajos, precisamente cuando la mayoria de los plantadores y comerciantes afrontaban escaseces de capital. Esta posicién estratégica les permitia comprar cuando la mayoria de los inversionistas se veian sbligados a vender sus intereses a precios infimos slo para escapar a la ruina financiera (por ejemplo, durante el panico de 1907-1908). Luego, cuando se clevaron los precios de la fibra y aumentaron los valores de la propiedad local, Jos Molina tuvieron Ia opcién de vender sus activos recién adquiridos con una gamancia suculenta, o bien sumarlos a su imperio en expansién.® En la mente de Olegario, sin embargo, este enriquecimiento personal y su relacién con la Harvester que lo apuntalaba eran enteramente congruentes con el desarrollo de Yucatén a largo plazo, Era pertidario —no sin un elemento de autojustificacién— de Ia tesis de que, a largo plazo, une politica de precios ) \ fai snare la nda dee fra ys Sélo la. produccién en grandes voliimenes a un precio suficientemente bajo para impedir la competen- | cia extranjera peligross, al mismo tiempo que se inorementaba el mercado, { garantizaria Ia prosperidad futura de Yucatan, Siendo esto asi, gpor qué no \contratar con la Harvester a corto plazo para deprimir gradualmente los pre- + 4? Todas las cotizaciones subsecuentes de Ia fibra aparecerén en moneda norteamericans. + Véase Ia nota 86; THCA, expediente 2395 (“Early developments of Fiber and Twine Operation”), HL. Daniels a Cyrus McCormick, 2 de octubre de 1906; y memorando “Re. H. L. D, Sisal Purchase 1909", de "E. A. B.”, 19 de diciembre de 1912, 3 THCA, 2395, Daniels « Alex Legge, 16 de julio de 1909; véase el teatimonio de Victor Réndén, Faustino Escalante y Fernando Solis Cimars, 16 y'I7 de febrero de 1916, ex Senado de los Estados Unidos, Comité de Agricultura ¥ Silviculturs, Importation of Sisal and Manile Hemp: Hearings, Washington, D. C, 1916. EL AU ‘ios de Ia fibra? El “cientifico’ necesaria leecién objetiva a los 1 propio bien, al inculcarles los 1 ‘empujarlos hacia la adopeién de cficiencia y control de calidad. } Duscada por la “politica bajista” + tl Con est eotiacn, en 20 —a los jeralmente se op dor eomencia al presidente D de Yucatin podrfan producir he '< potitiva de las Filipinas y de uevas posesiones colonisles eur fe concretaba en esta frase: “Pr | hagendado.en_apuros, financier: ‘aconsejaba invariablemente: “j En la raiz de la “politica b eolaboracién con la Harvester, forden econémico de fines del del trabajo entre las regiones | indians de Exons 1 doble de Molina cot Er nortcamericanos lo levabe bajo y seiilaba algunos de lo: relaciones existentes entre las 1. igiones manufactureras, los que ls politicas econémicas de don ! En 1896-1897, cuando los pi {ein de la fibra’dejé de ser re \ < gest de Yori 0 vacils de capital extranjero (predomi |norteamericana més moderna, |{La Industrial. Esta fabrica se © productos derivades de la fibr: valor que tradicionalmente agt Al principio, don Olega 42 RAY, 21 de noviembre do 192 dor Consitucional C. Lic. Olegori Sanat SDP R, Deter w thet oa ito de Estado, 25 de fet PozrTES dunia ores 0 3 cucion considerado como un cons: Jo recuerdan mas por 2us rato secreto. Como la per. 4 “cientifico” de Yucatén, acer dinero; en efecto, ra. én lo haria Yucatin. Y no ster. Los de 1902 tna comisién que fluctuaba lo de henequén que adqui- a la Revolucién, para no 0 puesto a su disposici Fa Montes un lines de eré- 2 produceién de fibra. Esto se apoderara de varias nte muchas otras. Tar! ferrocarriles, almacenes atables proyectos de obras as de comercio urbeno ¢ tacién continua de capital to cusno In eomonis ce nte cuando la mayoria de de capital. Esta posicién 2 Ios inversionistas se vefan ‘lo para escepar a la ruina +1908). Luego, cuando se ores de la propiedad local, recién adquiridos con una expansién. uecimiento personal y su teramente congruentes con no sin un elemento de ‘una politiea de precios . Seo la, produoctin en para impedir la competen- incrementabs el mercado, do esto asi, zpor qué no mir gradualmente los pre- in en nioneda nortamericans. opments of Fiber and Twine ‘ubre de 1906; y memorando liciembre de 1912. ‘éase el testimonio de Victor Y'IT de febrero de 1916, en ‘ealtura, Importation of Siset EL AUGE HENEQUENERO 8 cios de la fibra? El “cientifico” yueateco caleulaba que tal téctica daria una nnecesaria leccién objetiva a los hacendados y serfa en dltima instancia pars su propio bien, al inculearles los hébitos de la austeridad y el trabajo arduo y Empujarlos hacia la adopcién de métodos nuevos para la promocién de mayor jencia y control de calidad. Los apologistas de Molina sugieren que la cifra buscada por la “politica bajista” de don Olegerio era de 8.8 a 9.9 centavos por , kilo, Con esta cotizacién, en ausencia de altos impuestos estatales y federales —a'los que generalmente se oponia don Olegario, y en su caracter de gober- nador conveneia al presidente Diaz para que los condonara—, los henequeneros de Yucatin podrian producir henequén rentablemente y alejar la amenaza com. petitiva de las Filipinas y de las regiones potencialmente productoras de las uevas posesiones coloniales europeas en Africa y: Asia. La politica de Molina fe concretaba en esta frase: “Producir-wtchepere-podes-venderbarato,” Si un Tacendado en apuros financieros le planteaba sus problemas, don Olega! aconsejaba invariablempnte: “;Siembre usted més henequén!” Ja de la “politica bajista” de Molina, en efecto en la base de su colaboracién con la Harvester, se encontraba su creencia inconmovible en el forden econémico de fines del siglo xrs, basado en una divisién internacional Gel trabajo entre las regiones productoras de bienes primarios y las naciones ‘mis industrilizadas de Europa y América del Norte.* Sin embargo, el am! {quo papel doble de Molina como productor yucateco y agente de compras de Ios norteamericanos lo llevaba a cuestionar periédicamente tal divisin del tra bajo y sefialaba algunos de los conflictes que caracterizan inevitablemente las relaciones existentes entre las regiones productoras de bienes primarios y las re- fiones manufactureras, los que no encontrarian una resolucién satisfactoria en las politcas econémices de don Olegario. Pn 1896.1897, cuando los precios bajaron hasta el punto de que la exporta- feign de la fibra dej6 de ser rentable, Molina y varios otros henequeneros “pro- fgresisas” de Yueatin no vacilaron en reunir capital local y grandes cantidades ‘de capital extranjero (predominantemente de McCormick), més la maquinaria \norteamericana més moderna, a fin de involucrarse en el establecimiento de | Te'indusvia Esta fabrics so especializaria en a fabriacin de mecates y otros | productos desivados de la firs, de modo que Yucatin podria quedarse con el | Yalor que tradicionslmente agregaban los fabricantes de cordeles norteamet \Gios.#*"AT principio, don Olegario tuvo escasos problemas para atraer el capital 42 RAY, 27 de noviembre de 1921; SD, 812.61826/375; Yucatin, Mensajes del Goberna dor Consttucional C. Lic. Olegario Molina al Congreso de Yucatin, 1902-1906, Mérida, Ki: Bt drama de un pueblo y de una plants, 2° ed, Fondo de Col- Econémica, México, 1962, p. 74 t Véaue el aniliis que hace Celso Furtado del “System of International Division of Labour"; en Economic Development of Latin Americe, Cambridge (Inglaterra), 1976, pie sinas 42.47, We SDCPR, Despatches to the Department, Nov. 9, 1997 to Dec. 19, 1904, Thompson a Departamente de Estado, 25 de febrero de 1899: SD, 812.61326/283; Victor M. Suiree Mo- Tn sa induntiia cordelera en Yuestin en el silo xx", DAY, 26 de febrero do 1972. 6 LOS PARAMETROS DE LA REVOLUCION de Jos plantadores destinado al proyecto. Molina y 24 empresarios yucatecos reunieron 400 000 pesos para le planta cordelera a principios de 1897." Pero tin ao después, cuando la. guerra. de Espaia con los Estates [Unidos hizo que la demanda de fibras se elevara por las nubes, resulté dificil la atraccién de fondos adicionales, mientras que empezaba a desvanecerse el interés del propio Molina por la industrializacién del henequén.* Primero desvié a La Industrial de la fabricacién de mecates hacia otras aplicaciones manufactureras experi- mentales, no competitivas (por ejemplo, la extraccién de alcohol de henequén, la fabricacién de papel), y finalmente, tras la firma del contrato con la Harvest. cer en 1902, se separé por completo de Ia fabricacién de henequén.** Es posible que el aspecto mas importante del fallido proyecto de industrializacién haya sido el establecimiento de una firme relacién de trabajo entre la familia de Olegario Molina y Cyrus McCormick. En 1896 se habia establecido el meca- rnismo de colaboracién que alteraria la economia politica de Yucatin con el contrato de 1902. ara evaluar el contrato secreto y la monopolizacién consiguiente de Ia indus. tria local, es importante destacar la interdependencia que caracterizara inicial- mente la’ relacién entre Harvester y Molina. La situacién yueateca pone de relieve que “alli donde surgieron imperios informales, la relacién entre los dos lementos [colaboradores} surgié inicialmente de condiciones de relativa igual: dad”. Como grupo intermediario o de conexin en la sociedad local, los Molina y sus aliados (Ia “Casta Divina”) tuvieron buen cuidado de entrelazar sus nece- sidades y sus capacidades politicas y econémicas con las de la Harvester, hasta “aleanzar un tipo de equilibrio entre tales necesidades”.** Sin embargo, debe- ‘mos cuidarnos de no exagerar la importancia de los oligarcas yucatecos en estas relaciones imperiales; o el poder que luego pudieron aplicar para presionar a la Harvester. Las estadisticas comerciales del periodo sugieren una idea més co- rrecta de la relacién de poder existente entre Molina-Montes y la Harvester. (Véase la grafica 3.) Claramente, sélo cuando Molina y Compafia (le empresa se encomendé a fan producldo sacos, bolas y hamaeas en pequeia escala ‘durante gran parte del siglo X1x, La Industral representaria el primer esfuerzo por fabri- ‘cet una porcién importante de la exportaciin primaria de la regién. “7 AGN, Ramo de Fomento, Industries Nuevas, legajo 17, passin. Olegario Molina 1a marcha’ con una inversion ‘de’ 83000 pesoe, VANE, José Patrén Zavlezl, oficio 5, vol. 99, 8 de mayo de 1901, p. 526, 4° Benitez, Ki, pp. 7874; Wells, “Henequén and Yucatan”, pp. $556. La industrial se derrumbs en 1963, pero revivié durante la secesién de 1907-1908, cuando bejaron de nuevo los precios de In fibra y los plantadores yucatecos te sitieron inclinados hacia Ja indus. Uwializacién, Pero este ver no dio Molina eu apoyo a la aventure, Abrumada de devdas, I planta cay6 pronto en mance del yerno de Molina, Avelino Montes, quien iso efectiva Is hipoteca a fines de 1908. Bajo el control de Montes, Ia fibrica cayé lentamente en cl ‘olvido y estaba virtualmente moribunds en 1915, euando tm incendio destry6 las instala- ‘iones. Véase SD-CPR, Corr, 1915, vol. 2, 800, Young a secretario de Estado, $0 de mar- 20; Antonio Rodrigues, El henequén: Une planta calumniada, México, 1966, pp. 23823, 305. ‘© Winks, “On Decolonization”, p. 552 5 Did, p. 554. ‘Aunque los artesanos yuostecoe bi 168 174 180 248 163, 359 188 169 184 129 233 4091 1892. 1693 1094 1095 1896 1897 +908 1899 +1900 1901 | 100.00 95.00 90.00 85.00 80.00 75.00 70.00 65.00 60.00 EAN

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