Las distintas unidades de programación hacen mención a los distintos
niveles de concreción curricular.
La necesidad de programar es evidente ya que nos evitará la
improvisación y la rutina y permitirá un control de clase introduciendo las mejoras oportunas, teniendo en cuenta la realidad del alumno y del medio.
Las propuestas pedagógicas se atendrá a los criterios generales
recogidos en el Proyecto Educativo y tendrá en cuenta las características y necesidades de su alumnado, encuadrándose en el segundo nivel de concreción, y tal y como se establece en el decreto 328/2010 (...), y en su artículo 28 y en ellas incluirán:
- La concreción del currículo para los niños del centro.
- La forma en la que se incorporan los contenidos de carácter transversal al currículo. - La metodología que se va a aplicar. - Las medidas de atención a la diversidad. - El diseño y la organización de los espacios individuales y colectivos. - La distribución del tiempo. - La selección y la organización de los recursos didácticos y materiales. - Los procedimientos de evaluación del alumnado, en consonancia con las orientaciones metodológicas establecidas. 5.2.- La Programación de aula.
La Programación general anual (de aula) junto a las Unidades o
secuencias didácticas que la conforman pasarán a ser el tercer nivel de concreción curricular. Las programaciones corresponderán a la planificación real de un nivel para todo un año y es una de las tareas más relevantes de nuestra labor como docentes y un instrumento fundamental que ayuda y orienta l maestro en el desarrollo de este proceso con un grupo concreto de alumnos/-as.
Podemos definir la programación como el documento en el que se
recogen las intenciones comunicativas destinadas a un grupo de alumnos/-as determinados y llevada a cabo por docentes.
Una Programación de aula en la etapa de educación Infantil, se
establece bajo unos condicionantes que tratan de legitimarla y hacerla funcional (tal cual el tema).