Explora Libros electrónicos
Categorías
Explora Audiolibros
Categorías
Explora Revistas
Categorías
Explora Documentos
Categorías
Nueva
Historia
de Colombia
Asesores
JORGE ORLANDO MELO
JESÚS ANTONIO BEJARANO
NHC
Nueva
Historia
de Colombia
IV Educación y Ciencia
Luchas de la Mujer
Vida Diaria
PLANETA
Dirección del proyecto: Gloria Zea
Gerencia general: Enrique González Villa
Coordinación editorial: Camilo Calderón Schrader
Sumario
Introducción
Jorge Orlando Melo 7
7 La astronomía (1885-1985)
Jorge Arias De Greiff 189
Nuera Historia de Colombia. Vol. IV
8 La historiografía colombiana
Bernardo Tovar Zambrano 199
9 La filosofía en Colombia
Rubén Sierra Mejía 211
12 Antihéroes en la historia de la
antropología en Colombia: su rescate
Jaime Arocha Rodríguez 247
L a historia de la educación en el
siglo último muestra la íntima tra-
bazón de las políticas educativas con
tratado de estimular el crecimiento
cuantitativo del sistema educativo. Lo
que resulta interesante, a más de los
los conflictos políticos e ideológicos del esfuerzos de mediados de siglo por vol-
país: a partir de la Constitución de 1886, ver a colocar la educación bajo la tutela
el propio canon constitucional ordena ideológica de la Iglesia, es la forma
que la instrucción pública se haga de como se fue configurando la situación
acuerdo con los principios católicos. educativa actual, con sus peculiaridades
Dada la vinculación estrecha del conser- y rasgos especiales: una educación pri-
vatismo con la Iglesia y las actitudes maria homogénea en contenidos, pero
laicistas adoptadas por el liberalismo, dividida entre un sector privado y un
el debate acerca de la orientación de la sector público a cargo de los grupos po-
educación coincidirá frecuentemente pulares; un bachillerato humanístico de
con los enfrentamientos partidistas. Sin corte clásico para toda la población,
embargo, algo que resultará claro para igual para todos los grupos sociales y
el lector es cómo, a pesar de lo anterior, que no reforzó los mecanismos de segre-
las exigencias de modernización social gación de las mujeres; y un sistema uni-
y cultural del país, la búsqueda de una versitario contradictorio, poco funcio-
educación más acorde con las exigen- nal en términos económicos, pero so-
cias de un desarrollo económico que cialmente abierto y con un crecimiento
desde los años veinte era evidente para muy rápido. Todos estos aspectos reci-
los sectores dirigentes del país, y mu- ben aquí un tratamiento coherente y es-
chos otros factores, hacen que el esfuerzo clarecedor.
renovador, muy claro en esos años agi- Muy ligada a la educación, la ciencia
tados, tenga el apoyo de educadores pro- se ha desarrollado en el país con relativa
gresistas vinculados a ambos partidos, independencia de las demandas de los
Nueva Historia de Colombia, Vol. IV
Historia», y sostenía que «actualmente a las que podrá darse alguna respuesta
queremos saber cómo han sido y cómo inicial en las páginas de este libro. Son
han vivido los hombres de quienes hace quizás los capítulos más agresivamente
mención aquella [...] y también cómo nuevos en este intento de ofrecer una
eran o cómo vivían los que ella no men- historia completa del país, y muchos
ciona [...] queremos penetrar en los apo- eruditos pensarán que se ha caído en lo
sentos, no sólo de los palacios, sino de las anodino al ver la enunciación de los te-
viviendas comunes; queremos conocer mas; el lector atento, por el contrario,
a nuestros antecesores como conocemos descubrirá seguramente una nueva fa-
a aquellos contemporáneos nuestros con ceta de la historia nacional, que raras
quienes vivimos en intimidad y familia- veces, o nunca, ha recibido un trata-
ridad». Probablemente esta idea dio lu- miento riguroso.
gar, en aquellos tiempos, a un género Las mujeres son la mitad del país,
de historia anecdótico y sin significa- pero apenas aparecen ocasionalmente en
ción, en el que el relato de algunas fies- los libros históricos. Por supuesto, figu-
tas o la descripción de vestidos y diver- ran las heroínas de la Independencia,
siones se hacía por una nostalgia no po- pero luego desaparecen por completo.
cas veces teñida de una actitud aristocra- Esta colección ha tratado de corregir
tizante. Sin embargo, la frase de Marro- esta distorsión, y en muchos capítu-
quín conserva toda su vigencia, y la los -veánse por ejemplo los relativos
historia actual subraya la importancia a la educación- la presencia femeni-
de comprender las formas de vida de na es notable. Pero al hablar de la vida
todos los grupos sociales, y de atender política o económica resulta inevita-
no solamente a los comportamientos y ble dejar en un segundo lugar a la mu-
actividades de la política y la produc- jer, pues ha sido la sociedad colom-
ción, sino a todas aquellas formas de biana en su historia misma la que la ha
vida que, aparentemente triviales, hacen colocado en una posición subordinada;
parte de los lenguajes e intercambios sin embargo esta no se ha resignado a
sociales. ello, y a los tiempos que se estudian en
¿De qué se reían los colombianos? este trabajo son los años centrales de
¿Qué deportes han practicado a lo largo las luchas de la mujer por la igualdad
de este siglo? ¿Cómo vivían su relación y por el reconocimiento de sus derechos
sociales, políticos, legales, incluso psi-
con el trabajo y el ocio? ¿Cuál era el cológicos (el derecho a la autoafirma-
significado de bailes y excursiones? ción, el derecho al placer). Por eso un
¿Qué jerarquías sociales, qué anhelos y capítulo especial, que resume el estado
deseos se expresaban en joyas y vesti- actual de los conocimientos sobre el
dos? ¿Las reglas de la urbanidad, las tema y narra en detalle las luchas, los
prácticas higiénicas, el uso de jabones éxitos y fracasos de las mujeres colom-
y desodorantes quieren decir algo, o es bianas, inicia este volumen de Nueva
indiferente en nuestro proceso históri- historia de Colombia.
co? Estas son algunas de las cuestiones
Capitulo 1 9
Condición jurídica
y social de la mujer
Soledad Acosta de
Magdala Velásquez Toro Samper, figura señera
de la condición
femenina durante el
siglo XIX en Colombia.
La mujer: invisible para la historia En 1903 redactó un
manifiesto firmado por
legislación civil brindaba a la mujer bre establecida en las clases alta y me-
soltera, para la cual no existían real- dia era que el marido abría cuentas en
mente prohibiciones expresas en ra- ciertos almacenes, de los cuales la mu-
zón de su sexo, salvo las de ser tutora jer podía retirar los objetos que ne-
y testigo. O sea que la ley permitía a cesitase, sin necesidad de entrar en
la mujer soltera mayor de edad con- contacto con el «vil metal». En esos
traer obligaciones civiles, ser propie- casos también se presumía la autori-
taria y adquirir compromisos econó- zación marital, siempre que fueran ar-
micos. Claro que por una parte iba la tículos destinados al consumo ordina-
ley y por otra la costumbre, la tradi- rio de la familia y no se tratara de «ga-
ción y la ideología dominantes social- las, joyas o muebles preciosos».
mente. A las mujeres se les negaba En el caso de la mujer casada que
culturalmente el acceso al mundo ex- ejercía alguna profesión, industria u
terno, a aquello que estaba fuera del oficio, tales como la de directora de
hogar; como dijera Goethe: «La casa colegio, maestra de escuela, actriz,
del hombre es el mundo, el mundo de obstetriz, posadera o nodriza, se pre-
la mujer es la casa.» Los negocios eran sumía la autorización del marido para
asunto de hombres, la mujer que osa- realizar los actos relativos a los com-
ba involucrarse en estas actividades promisos que su ejercicio suponía.
atentaba contra la feminidad, por Pero como los ingresos percibidos pa-
cuanto eran incompatibles con su des- saban a formar parte de esa supuesta
tino final: el matrimonio, la vida del sociedad conyuga, era el marido el
hogar y la maternidad. Se le negaba a llamado a hacer la administración de
la mujer el manejo del dinero, que es su salario.
y ha sido un principio para su inde- Otra de las prerrogativas de que go-
pendencia. zaba el varón casado era la relativa a
Al contraer matrimonio la mujer los hijos. La patria potestad era ejer-
perdía la capacidad de manejar su di- cida de manera exclusiva por el padre,
nero y sus bienes, puesto que la ley por esta razón ellos estaban sometidos
otorgaba al marido la administración a su autoridad: la ley excluía expre-
exclusiva de los de la sociedad con- samente a la madre. De allí se deri-
yugal y los de propiedad de la mujer. vaba, entre otras, la facultad que tenía
El matrimonio constituía, pues, el tí- el padre de usufructuar los bienes del
tulo y el modo para el varón de adqui- hijo y de elegir su estado o profesión
rir bienes y para la mujer perderlos futura. Podía aplicarle penas privati-
por el solo hecho del consentimiento vas de la libertad, tales como
matrimonial. Por el matrimonio se la detención en establecimientos co-
constituía una supuesta sociedad con- rreccionales creados especialmente
yugal, que de sociedad sólo tenía el para los hijos díscolos. La mujer sólo
nombre, ya que en ella había un solo podía ejercer la patria potestad si era
administrador con poderes omnímo- viuda o madre soltera, pero la perdía
dos y exclusivos. No podía, pues, la al contraer matrimonio.
mujer, contratar por sí misma, ni Como si fueran pocas las atribucio-
aceptar herencias, ni comparecer en nes masculinas sobre la legítima mu-
juicio, ni adquirir ninguna clase de jer, los juristas decidieron, en sus in-
compromiso económico, sin la auto- terpretaciones, ampliar la potestad
rización escrita del marido. Como la marital a aspectos tales como la facul-
única fuente de ingreso en dinero era tad de inspeccionar las relaciones y la
la que el marido le suministrase, no se correspondencia de la cónyuge y pro-
necesitaba autorización escrita para hibirle amistades que según él fueran
comprar enseres de contado, ya que el notoriamente perjudiciales. Por últi-
hecho de tener monedas en su poder mo y como para sellar con todas las de
hacía presumir que le habían sido en- la ley la condición servil de la mujer,
tregadas para tal fin. Pero la costum- el decreto 1003 de 1939 implantó co-
Nueva Historia de Colombia. Vol. IV
14
venéreo era uno de los más graves A raíz de la primera guerra mun-
«azotes que acechan a la mujer hon- dial, las mujeres ingresaron masiva-
rada al celebrar el matrimonio y du- mente en Europa y en los Estados
rante él». Combinaba además en su Unidos a los grandes centros de pro-
argumentación las doctrinas en boga ducción fabril. Se produjeron trans-
por aquella época y difundidas por el formaciones en las costumbres y en las
nazismo, relativas a la necesidad de tradiciones. Las mujeres cortaron sus
«depurar la raza» y desarrollar políti- trenzas, cambiaron sus decimonónicas
cas de «higiene de la raza». Proponía ropas largas y pesadas por trajes cor-
tres medidas concretas: la atención es- tos y livianos que facilitaran sus mo-
tatal gratuita y obligatoria a quienes vimientos. Por imperativos económi-
estuvieran contaminados, la exigencia cos y laborales salieron de la tutela fa-
del certificado médico prenupcial que miliar y se adaptaron a las nuevas exi-
acreditara el estado de salud de los gencias de la vida de trabajadoras asa-
contrayentes y, por último, la creación lariadas. Se generaron nuevas formas
del delito de contagio venéreo, ya im- de relación, no sólo social y econó-
plantado en países como Noruega, Di- mica, sino en el manejo del cuerpo, en
namarca y Alemania. La necesidad de el orden de los afectos y en el com-
establecer legalmente el certificado portamiento sexual.
médico prenupcial fue una reivindi- La Iglesia católica, en el año de
cación que aparece en las luchas de las 1930, expidió una instrucción a los obis-
mujeres colombianas hasta los años pos de todo el mundo sobre las mo-
sesenta, sin que el legislador hubiera das femeninas. Para impedir los
tomado medidas al respecto. daños que a las buenas costumbres
«acarrea el indecoroso modo de vestir
La defensa del pudor que tanto iba cundiendo entre las mu-
jeres, incluso de las que se tenían por
Como atributo femenino, la defensa piadosas», lanzó esta cruzada. En ella
del pudor ha sido en la historia de Co- comprometían desde párrocos hasta
lombia objeto de especial atención. directores de colegios, maestras de es-
Éstos son algunos de los aspectos ilus- cuela, padres de familia, para «instar,
trativos de la forma en que el cuerpo reprender, rogar y amonestar a las
de la mujer era ordenado y vigilado. mujeres a que usen vestidos modestos
Propaganda de un elixir
contra las "enfermedades
de la mujer". El pudor,
como atributo femenino
es patente en la leyenda
debajo de la figura:
"Un botón de rosa
mexicano".
20 Nueva Historia de Colombia. Vol. IV
Paseo en el Poblado,
Medellín, 1916.
En los pueblos de
Antioquia y Caldas no
eran lícitos
"los bailes familiares,
los paseos campestres
con presencia
simultánea de ambos
sexos, el baño mixto,
la equitación femenina
montar en bicicleta
o en patines,
usar 'slacks' en
ninguna ocasión".
Nueva Historia de Colombia. Vol. IV
22
nocer los peligros del mundo, «las ver- blema que iba desde la congestión
dades fundamentales que les servirían provocada por los curiosos en las ace-
de escudo en el porvenir» y recordar- ras aledañas, hasta las llamadas de los
les los peligros a que estaban expues- políticos y las señoras escandalizados
tas «las obreras sin una mano cariñosa por semejante exhibición. Antioquia.
que les señale el camino luminoso del que fue el departamento pionero en el
deber y las bellezas de la virtud». En proceso de industrialización del país,
el año de 1920 se llevó a cabo en la generó al mismo tiempo mecanismos
fábrica de Bello una huelga promovi- de defensa de las más rancias tradicio-
da por el personal femenino que allí nes morales y religiosas.
laboraba y dirigida por Betsabé Espi- Débora Arango, joven pintora an-
nal. Sus reivindicaciones fundamen- tioqueña, participó en 1939 en una
tales eran el alza de salarios, que se les muestra de pintores profesionales rea-
permitiera usar alpargatas para asistir lizada por la Sociedad de Amigos del
al trabajo y el despido del director de Arte y a ella le fue adjudicado el único
la fábrica y de otros capataces por las premio de la exposición. Sus obras
agresiones sexuales contra cinco obre- provocaron violentos ataques de los
ras. Después de este movimiento se sectores más reaccionarios de la socie-
ampliaron los servicios del patronato dad. No era sólo la pintura de cuerpos
con atención de dormitorios, escuelas desnudos de mujeres lo que motivó tal
de economía doméstica, sindicatos de oposición, sino el hecho de ser reali-
la aguja y demás formas de vigilancia zados por una mujer. El periódico La
y utilización del tiempo libre de las Defensa trató sus cuadros como una
obreras que no se encontraban bajo la «obra impúdica que firma una dama y
protección familiar. que ni siquiera un hombre debiera ex-
Esta preocupación por la virtud de hibir, pero ni aun pintar». Afirmaba
las obreras aparece también en el pe- que, en vez de ser colgados en los sa-
riódico de Coltejer, Lanzadera, que lones del Club Unión, deberían estar
en 1945 dedicó un artículo a la virgi- en la antesala de una casa de Venus.
nidad. Allí se afirmaba que lo mismo La revista femenina Letras y encajes
que en toda familia honrada, la mujer exaltó su obra por vigorosa y cálida
en Coltejer era el centro de mayor «obra de artista y no de muchacha afi-
atención. Expresaba que «son indes- cionada a pintar cosas bonitas para sus
criptibles las humillaciones que sufren amistades». La prensa liberal hizo una
a diario todos y cada uno de los pa- fuerte defensa de los valores artísticos
rientes de la-mujer corrompida». Ex- y personales de Débora Arango, y el
plicaban que el único remedio que se diario conservador El Colombiano
ha encontrado para tan grave mal, también la respaldó.
«hasta la fecha, es la gracia de Dios. Su estilo quebrantaba los cánones
La mujer que lo ama lleva custodiada de la pintura femenina, recatada, in-
su virginidad mejor que si un piquete trascendente, motivo de ornato y
de guardias la vigilara en el día y en la transmisora de los valores morales
noche». predominantes. En Débora Arango
Todo este sistema de prohibiciones había toda una formación conceptual;
que pesaba sobre el cuerpo de la mu- afirmaba, entre otras cosas, que el
jer se reflejaba, en la actividad esté- arte no tiene que ver con la moral, no
tica, en la prohibición de mostrar su es ni inmoral ni moral, «su órbita no
cuerpo. En el año de 1927 un comer- acepta ningún postulado ético». Bajo
ciante de Medellín colocó en su vitrina la influencia que sobre ella ejerció el
una copia de la Venus de Milo. Este expresionismo, continuó pintando,
hecho produjo tal conmoción, que además de sus desnudos, obras que re-
hasta el alcalde de la ciudad tuvo que
intervenir para que fuera retirada a un flejaban la temática de una sociedad
lugar menos visible. Se creó un pro- desgarrada. Lo apreciamos en obras
tales como El placer, La lucha por la
Capítulo 1
23
"Hermanas de la caridad",
óleo de Débora Arango
(1930), en la colección
de la artista, Medellín.
"Su estilo quebrantaba
los cánones de la
pintura femenina,
recatada, intrascendente,
motivo de ornato y
transmisora de los
valores morales
predominantes".
Fue, además, en su
época, la más dura
pintora de temas
políticos y de
realidades sociales
en el país.
24
grama de acción la lucha por una re- El debate sobre este aspecto parti-
forma legislativa que «mejore la con- cular de la condición de la mujer ge-
dición de la mujer casada, y que en ge- neró la discusión sobre otros tópicos
neral asegure a la mujer en la vida so- intocables hasta ese momento. La ma-
cial el alto y libre puesto que le co- yoría de los conservadores en el Par-
rresponde». lamento, más papistas que el papa, te-
En el año de 1930 se empezó a de- mían contrariar los principios invoca-
batir el reconocimiento de los dere- dos por la Iglesia católica y se consti-
chos patrimoniales de la mujer casada. tuyeron muchos de ellos en los guar-
Por iniciativa del gobierno de Enrique dianes de la moralidad pública su-
Olaya Herrera fue presentado al Con- puestamente amenazada con el pro-
greso un primer proyecto tendente a yecto. Uno de ellos llegó a afirmar que
otorgar la igualdad patrimonial de la la ley era «la financiación del adulte-
mujer en el matrimonio. Este proyec- rio». El representante Joaquín Emilio
to fue difundido y analizado por Ofe- Sierra, miembro de la comisión que
lia Uribe de Acosta en el Congreso In- estudió el proyecto de ley. se opuso.
ternacional Femenino, reunido en el Alegaba que la cultura y civilización
mes de diciembre de ese año en Bo- en Colombia no habían llegado a los
gotá. Este primer proyecto no fue límites de las europeas y que un pro-
aprobado por el Congreso. Posterior- yecto de tal naturaleza podía llevar «al
mente, el presidente Olaya nombró al desquiciamiento de la familia y del
abogado Luis Felipe Latorre para que propio Estado culto y cristiano, que la
se encargara de hacer el estudio de las moral y la virtud de nuestras mujeres
reformas requeridas para presentar un han cultivado». Además, afirmaba
proyecto de ley en el cual se otorgaran que las disposiciones propuestas por el
los derechos civiles a la mujer casada gobierno tendían a la implantación de
y dar cumplimiento a uno de los ob- regímenes que «rechazan la educación
jetivos planteados en su campaña po- y la ideología esencialmente cristianas
lítica. del pueblo colombiano, la moral y las
costumbres hogareñas de nuestra
En la base de la argumentación del raza». Laureano Gómez. Silvio Ville-
gobierno estaban presentes, no sólo gas. Luis Ignacio Andrade Gómez
tesis de tipo humanitario, sino la evi- Estrada y Guillermo Valencia, entre
dente necesidad de incorporar la mu- otros, se opusieron al proyecto, inclu-
jer al proceso capitalista, en vía de ex- so valiéndose del abandono de las se-
pansión en el país. Se requería una siones para minar el quórum y así im-
mayor cantidad de fuerza de trabajo pedir su aprobación. Estos senadores
libre y disponible para vincular a la dejaron constancia de su voto negati-
producción, pero la mano de obra fe- vo porque «el nuevo estatuto afectará
menina estaba presa aún en las rela- gravemente la estabilidad del hogar
ciones familiares de tipo servil. Ade- colombiano y porque va directamente
más, en esta época, que fue la de la contra la unidad conyugal, base y sus-
gran crisis económica que afectó al
mundo occidental, se presentaban tentáculo del matrimonio católico». El
otro tipo de problemas en las familias periódico conservador La Defensa de
acaudaladas. Por la estructura jurídi- Medellín. aducía en su contra que la
ca, los bienes de las hijas, al contraer potestad marital quedaría relajada y el
matrimonio, pasaban a ser de propie- esposo recto no podría impedir las ac-
dad del marido y manejados arbitra- tuaciones ruinosas que hiciera la mu-
riamente por quien era designado por jer, defendía la potestad marital que
la ley administrador y jefe de la socie- es «el mando ejercido por quien tiene
dad conyugal, y en ese momento crí- derecho por la naturaleza y por la ley.
tico, las fortunas familiares estaban en Todo aquello que tienda a destruirla.
trance de ser disueltas por los manejos desorganiza el hogar, fundamento de
incontrolables de los vernos. la organización social». Pero la actua-
Capítulo 1 25
26
a la mujer casada la facultad de com- de que en Colombia los más altos ins-
parecer libremente en juicio y eliminó titutos de educación femenina no da-
las autorizaciones maritales para el ban ni siquiera una preparación equi-
manejo de sus bienes. valente al bachillerato masculino y
Sin embargo, la costumbre de tan- afirmaba que «la mujer que quiere sa-
tos siglos no se termina por la expe- ber un poco más tiene que estudiar
dición de una ley. La gran mayoría de sola y exponerse a recibir las críticas
las mujeres beneficiadas por la ley, o sociales que por eso se le hacen».
no la conocieron o temieron aplicarla. La mujer podía realizar los estudios
Se necesitaron no sólo el paso de los de magisterio, que la capacitaban mí-
años sino la modificación de aspectos nimamente para ejercer como maes-
sustanciales de la vida económica y so- tra, profesión socialmente aceptada
cial del país para que las mujeres hi- por ser prolongación de las labores do-
cieran efectivos sus derechos. mésticas de atención y educación de
La Revista Colombiana, dirigida por los niños. Por un decreto de 1870 se
Laureano Gómez, hacía la evaluación estableció crear en cada capital de los
de la ley un año después de expedida. estados federales una normal. En el
Afirmaba que las buenas mujeres no año de 1872 se creó la primera de ellas
la habían puesto en práctica y que la en Bogotá, con 80 alumnas. La ley 39
casi totalidad de los hogares constitui- de 1903 dispuso la creación de una es-
dos como Dios manda, han seguido el cuela normal para varones y otra para
mismo curso. Concluía que «la mujer mujeres en las capitales de los de-
administradora de bienes, agitada en- partamentos, para «formar maestros
tre las multitudes que negocian, su- prácticos, más pedagogos que erudi-
dorosa por el afán de los quehaceres tos». El decreto que reglamentó esa
ley en 1904, hacía recaer los gastos de
domésticos o angustiada por el tráfago la educación primaria masculina en los
de la política puede llegar a inspirar presupuestos departamentales; pero
admiración, pero no infunde amor. Y las escuelas de niñas debía sostenerse
la mujer tiene que ser ante todo amor, por los aportes de los habitantes de
amor de novia, amor de madre, cada distrito. Las escuelas de niñas po-
amor... siempre amor». dían ser regentadas por mujeres, pero
las de niños sólo podían serlo cuando
Educación de la mujer a ellas concurrieran estudiantes me-
nores de doce años. En el año de 1927
Hasta muy avanzado el siglo xx, en fue abierto el Instituto Pedagógico
Colombia se pensaba que la educación Nacional para señoritas y a partir de
de la mujer debía circunscribirse a los ese momento se hace un mayor énfasis
rudimentos que coadyuvaran al de-
sempeño de sus funciones naturales de en la educación del magisterio feme-
madre y esposa. La instrucción de la nino. En su programa se proponía la
mujer se reducía, pues, en los escasos formación de profesores de preesco-
sectores de la población que tenían ac- lar, crear un colegio de segunda en-
ceso a ella, a la enseñanza de la reli- señanza, orientado a formar alumnas
gión, de la lectura y la escritura, pocas en la carrera del magisterio, el esta-
nociones de historia y geografía y to- blecimiento de la Facultad de Ciencias
dos aquellos elementos que le permi- de la Educación para mujeres en la
tieran cumplir con las obligaciones fa- cual se preparaban para la enseñanza
miliares, como bordado, costura y no- y para la inspección de la educación
ciones de economía familiar. Existía pública.
una clara delimitación entre la edu- El acceso de la mujer a la educación
cación masculina y la femenina. María comercial se dio principalmente a par-
Rojas Tejada, institutora antioqueña, tir del proceso de industrialización del
se quejaba, en una conferencia pro-
nunciada en Pereira en el año de 1927, país. Se requería fuerza de trabajo es-
pecializada en actividades comerciales
Capítulo I 27
Escuela Normal de
Señoritas, de Medellín,
1910, foto de Benjamín
de la Calle.
Un decreto de 1870
había ordenado la
creación de normales
en las capitales de los
9 Estados.
Escuela Normal de
Señoritas, de Cartagena,
1910.
La ley 39 de 1903
había dispuesto la
creación de una escuela
normal para varones
y otra para mujeres
en todas las capitales
de departamento.
Nueva Historia de Colombia. Vol. IV
30
Vendedoras de carbón,
Medellín, 1919.
"A las mujeres del
pueblo les tocaba
realizar los más duros
destinos domésticos..."
Capitulo 1
31
Lavandera, de Medellín,
fotografía de Melitón
Rodríguez, 1920.
Trabajo "invisible"
que se convierte en
visible cuando
no se realiza...
rón, jefe del hogar. Sin embargo, en que se convierte en visible cuando no
las variaciones culturales que se ex- se realiza. Efectivamente, las mujeres
presan en las distintas regiones del han llevado a cabo a lo largo de la his-
país encontramos diferencias en el tra- toria del país no sólo las tareas atinen-
to social y familiar del trabajo feme- tes a la reproducción biológica de la
nino. especie, sino las relativas a la reposi-
Los censos de población realizados ción y reproducción diaria de la fuerza
en Colombia han tenido criterios cam- de trabajó. Además de la socialización
biantes con respecto al trabajo de la de los niños, que se traduce en incul-
mujer. El de 1870 incluía datos espe- carles las normas y valores básicos de
cíficos sobre las actividades femeni- la cultura, que les permitan luego
nas, pero los de 1905, 1912, 1918 y adaptarse socialmente y garantizar la
1928 las excluyeron. Posteriormente supervivencia del orden establecido.
los censos de 1938, 1951, 1964 y 1974 No obstante, las mujeres ejercían
han incluido dentro de la población sus funciones hogareñas de acuerdo a
económicamente inactiva al ama de su extracción social. Las mujeres de
casa. Un aspecto ignorado durante si- las clases altas cumplían su papel de
glos es el aporte que ha hecho la mu- reproductoras de la familia, ejercían
jer al sostenimiento de la sociedad en labores de vigilancia y administración
las labores domésticas, culturalmente general del funcionamiento de la casa,
asignadas a ella. Con el trabajo coti- haciéndose cargo del mando del con-
diano de preparación de alimentos, la- tingente de servidoras que hacían por
vado y arreglo de ropas, aseo e higiene ella las labores del hogar. Eran mu-
de la casa y el cuidado de los niños, jeres que podían gozar del ocio, bajo
las mujeres han contribuido a la for- la vigilancia atenta del marido, la fa-
mación de la riqueza social y familiar milia y la sociedad.
e incluso a la acumulación de capital, A las mujeres del pueblo les tocaba
sin que por ello hubieran recibido re- realizar los más duros destinos domés-
tribución económica, ni siquiera va- ticos en las casas o haciendas donde
loración social. Esta actividad de la servían. Sin protección legal de nin-
mujer en el hogar es lo que hoy co- guna clase, con un régimen salarial ar-
nocemos como «trabajo invisible», bitrario, eran enganchadas a cambio
32
Nueva Historia de Colombia. Vol. IV
Fábrica de chocolates
Chaves y Equitativa,
de Manizales, en 1924:
una sección totalmente
atendida por mujeres.
de la alimentación y el vestido, sin jor- riada desde el siglo pasado, en las ta-
nada máxima, situación que en la bacaleras de Ambalema, en la pro-
práctica se prolonga hasta hoy día. ducción de aliños, en la confección de
A las amas de casa en las clases po- sombreros para la exportación, en la
pulares urbanas y campesinas, además recolección y escogencia de café.
de las labores diarias, correspondía la En los inicios de la industrialización
confección de vestidos, zurcido y re- fue utilizada la fuerza de trabajo fe-
paración de prendas, atención de la menina, principalmente en trilladoras,
huerta, o de labores agrícolas y man- fábricas de tejidos, de cigarros y ci-
tenimiento de animales domésticos. garrillos. Estas fábricas requerían de
Otro tipo de actividades realizadas mano de obra poco cualificada retri-
por la mujer eran las tendentes a la buida con bajos salarios. Luis Ospina
producción de alimentos, que antes de Vásquez plantea que en el año de 1922
la producción fabril eran de confec- Coltejer pagaba a los obreros salarios
ción casera. Por ejemplo, desde la co- de $ 0,50 y $ 2,70, mientras que a las
lonia se adscribió a las mujeres indí- obreras se les pagaba un salario de
genas la realización de las labores de $ 0,35 y $ 0,80. La fábrica de Rosellón
molinera, chocolatera, pastelera, con- en Envigado pagaba $ 1,00 a los hom-
fitera, para que los hombres pudieran bres y $ 0,45 a las mujeres. La contra-
desempeñar otros oficios «que nece- tación de personal en las fábricas de
sitaban mayor aplicación, ciencia y textiles favorecía ampliamente a las
trabajo», según disposición del virrey mujeres. En la fábrica de Tejidos de
en 1777. Otra clase de trabajos típi- Bello, en el año de 1916, según consta
camente femeninos los encontramos en el informe de Hacienda de ese mis-
mencionados en el código civil de mo año, laboraban 110 obreros y 400
1887: como directora de colegio, obreras. En 1912 la Compañía Colom-
maestra de escuela, actriz, obstetriz, biana de Tejidos tenía enganchados 20
posadera y nodriza. hombres y 200 mujeres y para el año
Fuera de estos trabajos domésticos de 1922 tenía 60 hombres y 240 mu-
o los que eran extensión de los mis- jeres.
mos, encontramos a la mujer vincu- A medida que fue aumentando el
lada en calidad de trabajadora asala- proceso de industrialización y de ur-
Capitulo 1 33
Fábrica de tabacos
La Universal,
de Zapatoca, Santander,
en 1917, atendida por
mujeres adultas,
niñas y también niños.
Sala de telares de
Textilera Hernández,
en Medellín, 1917.
La fuerza femenina
de trabajo se incorporó
tempranamente a la
industria, a través
de las fábricas
de textiles, donde
eran mayoría de
obreras, aunque
desde luego recibían
salarios muy
inferiores al
de los hombres.
Capitulo 1 37
Empacadoras de la
Compañía Colombiana
de Tabaco, Medellín,
hacia 1920.
Mano de obra poco
cualificada,
retribuida con
bajos salarios.
Nueva Historia de Colombia. Vol. IV
38
María Analina
Restrepo,
guerrillera de
Santa Rosa de
Osos, en Antioquia,
fotografiada por
Benjamín de la Calle,
en 1897, con
canana, pistola
y cartuchos.
40
Nueva Historia de Colombia. Vol. IV
taba muy lejos de aceptar la ciudada- vida del mariscal Sucre. Fue delegada
nía de la mujer, porque «la mujer no de Colombia al Congreso de Ameri-
ha nacido para gobernar la cosa pú- canistas, realizado en Huelva en 1892;
blica y ser política precisamente por- así mismo escribió el Catecismo de his-
que ha nacido para obrar sobre la so- toria colombiana, que donó al gobier-
ciedad por medios indirectos gober- no nacional para la enseñanza en las
nando el hogar doméstico y contribu- escuelas y fue publicado por el Minis-
yendo incesante y poderosamente a terio de Educación en 1905. Los seu-
formar las costumbres (generadoras dónimos que utilizó en sus escritos de
de las leyes) y a servir de fundamento la prensa bogotana fueron Alderaban,
y modelo a todas las virtudes delica- Bertilda, Andina. Olga y Renata. Fue
das, suaves y profundas». (Derecho miembro de honor de la Asociación
público interno de Colombia.) Ade- de Escritores y Artistas de Madrid, de
más, explicaba que la ciudadanía fe- la Sociedad Geográfica de Berna,
menina equivaldría a una transforma- de la Academia Nacional de Historia
ción moral porque trocaría el papel de de Colombia y de la de Caracas.
los sexos, «deshaciendo la obra de la Doña Soledad Acosta expresó en
Providencia y haciendo desatinos por varios de sus escritos su interés en las
enmendar a Dios la plana». Durante mujeres. Desde un punto de vista his-
el período conocido en la historia del tórico escribió La mujer es la civiliza-
país como «la hegemonía conserva- ción, Literatas francesas, Galería de
dora» de 1886 a 1930 no se presen- mujeres virtuosas y Las desdichas de
taron cambios en el estatus político de Aurora, publicadas en la revista La
la mujer. Mujer. En el congreso celebrado en
España con motivo del cuarto cente-
Voces de mujeres y en favor nario del descubrimiento de América.
de la mujer en las primeras 1892. presentó, entre otras, la mono-
décadas del siglo grafía citada, Aptitud de la mujer para
ejercer todas las profesiones y el perio-
En Colombia, a fines del siglo pasado dismo en Hispanoamérica. En ella
y principios de éste se destaca Sole- afirmaba la capacidad intelectual de la
dad Acosta de Samper. hija de padre mujer, planteaba que lo justo «lo
colombiano y de madre inglesa. Fue equitativo será abrir las puertas a los
escritora muy prolífica autora de 17 entendimientos femeninos para que
novelas (de ellas. El esclavo de Juan puedan escoger la vía que más con-
Fernández fue traducida al francés) y venga a cada cual. Ellas podrán deci-
de varias monografías, una de las cua- dir entonces entre dos caminos igual-
les titulaba Aptitud de la mujer para mente honorables sin duda pero muy
ejercer todas las profesiones y el perio- diferentes. Unas continuarán bajo la
dismo en Hispanoamérica. Fue cola- dependencia casi absoluta de la volun-
boradora de revistas y periódicos tad del varón, y en cambio cosecharán
como El Mosaico y Biblioteca para Se- aquellas consideraciones, aquel res-
ñoritas, fundó y dirigió la revista La peto que rinde el caballero a la mujer
Mujer, redactada exclusivamente por y al niño con la generosidad con que
señoras y señoritas. En 1869 publicó todo ser fuerte trata al débil. Otras pe-
en Bélgica su primer libro llamado netrarán en los recintos científicos,
Novelas y cuadros de la vida surame- que hasta el día frecuentaban los hom-
ricana y dirigió posteriormente la Re- bres, y allí, al igual que ellos ganarán
vista Literaria. También escribió sobre las palmas del saber humano». Tradi-
historia política. En 1883 ganó un con- cionalmente la producción literaria
curso en Bogotá con motivo del cen-
tenario de Bolívar, con su Biografía era patrimonio de monjas o de las
del general Joaquín París. Ganó otro grandes damas que constituían casos
premio en 1909 con su libro sobre La especiales, por su posibilidad de ac-
ceso a la cultura frente a la masa de
Capítulo 1 41
glo XX, así como las transformaciones consiguiente formación del incipiente
que se operaron en la estructura eco- proletariado del cual formaban parte
nómica y social del país, contribuye- importante las mujeres, así como el in-
ron a generar cuestionamientos a la flujo de las ideas socialistas, fueron
condición de la mujer, no como fe- elementos que también coadyuvaron
nómeno social prevaleciente, sino al cuestionamiento de la condición de
como expresiones marginales, dise- la mujer.
María Cano, minadas a lo largo del primer tercio María Cano, símbolo de la mujer
símbolo de la mujer del siglo. La primera guerra mundial rebelde que se integra a la lucha obre-
rebelde que se integra trajo como consecuencia la variación ra y popular, nació en Medellín en
a la lucha obrera
y popular, agitadora del estatus de la mujer en varios países 1889. Se destacó como agitadora y or-
del movimiento europeos y en los Estados Unidos, ex- ganizadora del movimiento huelguís-
socialista, presado en el reconocimiento de los tico y socialista de los años veinte. Sin
organizadora de huelgas derechos políticos de la mujer y en re- pedir permiso a la sociedad pacata y
en los años 20, formas a la estructura familiar, que fa- moralista, irrumpió en espacios que
"irrumpió en espacios
que le eran vedados vorecían su condición. En Colombia, eran vedados a la mujer. Proveniente
a la mujer". el proceso de industrialización, con la de una familia con raigambre radical,
recibió una excepcional educación en
su tiempo, en los colegios laicos que
su padre regentaba. Participó en una
tertulia de intelectuales liberales en su
ciudad, en donde recibió la influencia
de Víctor Hugo, Lamartine, Zola, Di-
derot, D'Alembert, Rousseau y Vol-
taire. María Cano, al igual que un pe-
queño grupo de mujeres liberales, re-
cibió la influencia de las escritoras Ga-
briela Mistral, Alfonsina Storni, Del-
mira Agustini y Juana de Ibarbourou
y empezó a incursionar en el periodis-
mo y en la creación poética. Participó
en la fundación de la revista Cyrano
en 1920, de la cual es la única cola-
boradora femenina. Posteriormente
colaboró, en 1922, en El Correo Li-
beral, junto con Fita Uribe y María
Eastman. A partir de sus lecturas en
la sala de la Biblioteca Departamental
empezó a relacionarse con obreros y
artesanos que allí concurrían y a fre-
cuentar los barrios pobres de la ciu-
dad. Practicó el tipo de feminismo que
en esa época se estilaba entre las se-
ñoras ricas, que consistía fundamen-
talmente en hacer obras de caridad.
En la realización de obras de benefi-
cencia, María Cano desarrolló su sen-
sibilidad social y política y se hizo co-
nocer de los obreros. Por esta razón
fue elegida, el 10 de mayo de 1925,
«Flor del Trabajo». En esa época exis-
tían dos formas pintorescas de exaltar
a las mujeres de las clases medias y al-
tas. A través de eventos que les hacían
Capítulo 1 43
Cabezote de la revista
semanal "Cyrano".
en cuya fundación
intervino María Cano
y de la cual fue la
única colaboradora
femenina, desde 1920.
Escribió también
en "El Correo Liberal"
y en "La Humanidad".
44 Nueva Historia de Colombia. Vol. IV
Sofía Ospina
de Navarro
y Jorge Restrepo Uribe,
alcalde de Medellín.
Los ensayos de Sofía
Ospina "constituían
una especie de
decálogo al cual
debía ceñirse
la mujer, y que
superaba el marco de
su clase y llegaba
a los sectores medios
de la sociedad".
Operarias de la
Tipografía del Comercio
de Medellín, segunda
década de este siglo.
Comisión Interamericana
de Mujeres, en el
palacio de la Unión
Panamericana, en
Washington,
diciembre de 1940.
María Currea de Aya
es la penúltima de la
derecha, sentada.
bieron reafirmaron la fe en los dere- las mujeres a votar por el Partido So-
chos fundamentales del hombre, «en cialcristiano para salvar a Italia del co-
la dignidad y el valor de la persona hu- munismo, que tenía el respaldo de las
mana, en la igualdad de derechos de masas por su trabajo en la resistencia
hombres y mujeres». Este proyecto de al fascismo. Hasta las monjas de clau-
reforma constitucional tampoco salió sura salieron de sus conventos a votar
adelante. contra el comunismo.
En el año de 1947, la convención li- A partir de 1948, en el Congreso se
beral reunida en enero bajo la direc- confrontaron abiertamente la posición
ción de Jorge Eliécer Gaitán expidió conservadora de plenos derechos para
la «Plataforma del Teatro Colón». En la mujer y la liberal que abogaba por
ella el liberalismo rectificaba la posi- el reconocimiento progresivo; sin em-
ción secundaria en que se había man- bargo, se trataba de propuestas y de-
tenido a la mujer colombiana en las bates marginales. El representante li-
actividades públicas y consideraba que beral Alfonso Romero Aguirre pre-
debía tener igual categoría que el sentó un proyecto que recogía lo apro-
hombre ante el Estado. Sin embargo, bado en la convención del teatro Co-
el liberalismo declaraba, en el camino lón, pero ampliándolo a la elección de
de la liberación de la mujer, «la ne- las mujeres a las asambleas departa-
cesidad, entre otras y en primera eta- mentales. Guillermo Chaves Chaves
pa, de capacitarla legalmente para ele- presentó otro proyecto de sufragio
gir y ser elegida en las elecciones para pleno. Estos dos proyectos fueron dis-
los concejos municipales». cutidos en 1949 y se confrontaron los
Los conservadores, que habían te- intereses de cada partido en relación
mido contrariar los principios de la con la mujer: los conservadores se de-
Iglesia católica, que cuidaba celo- claraban en su favor, en cambio los li-
samente el papel de la mujer en la berales abogaban por que fuera un pro-
familia, variaron su posición frente ceso lento y por etapas, ya que el clero
al sufragio femenino después de la manipularía electoralmente a las mu-
segunda guerra mundial. El papa jeres desde el confesionario. Estaba
Pío XII, en las elecciones siguientes a ya el país sumido en la sangrienta re-
la terminación de la guerra, invitó a friega que conocemos como la Violen-
Esmeralda Arboleda
de Uribe se posesiona
como ministro de
Comunicaciones ante
el presidente Alberto
Lleras Camargo,
el 1° de septiembre
de 1961.
Capítulo I
55
Josefina Valencia
de Hubach, hermana
del futuro presidente
Guillermo León Valencia,
fue la primera mujer
que ingresó al
gabinete ministerial
en Colombia, en la
cartera de Educación,
de la cual se posesionó
el 19 de septiembre
de 1956. En la foto,
la ministro entrega
diplomas a nuevos
miembros de la
Academia Colombiana
de Ciencias Exactas.
La mujer y la fuerza
pública: fotografía
tomada durante la
manifestación de mujeres
contra el gobierno
de Rojas Pinilla.
60 Nueva Historia de Colombia. Vol. IV
Bibliografía
COHEN, LUCY. Las colombianas ante la renovación universitaria. Bogotá, Tercer Mundo, 1971.
CHAVARRIAGA MEYER, JOSÉ LUIS. Derechos y reivindicaciones de la mujer en Colombia. Bogotá
ABC, 1940.
Débora Arango, Exposición retrospectiva 1937-1985. Museo de Arte Moderno de Medellín/
Biblioteca Luis Ángel Arango de Bogotá, 1985.
GUTIÉRREZ DE PINEDA, VIRGINIA. Familia y cultura en Colombia. Biblioteca Básica Colombia-
na, n.° 3. Bogotá, Colcultura, 1975.
LEÓN, MAGDALENA, compiladora. La mujer y el desarrollo. Bogotá, ACEP, 1977.
MUÑOZ, LAURENTINO. Tragedia biológica del pueblo colombiano. Bogotá, Antea, 1939.
PELÁEZ ECHEVERRI, GABRIELA. La condición social de la mujer en Colombia. Bogotá, Editorial
Cromos, 1944.
REY DE MARULANDA, NOHRA. El trabajo de la mujer. Documento 068, CEDE. Universidad de
los Andes. Bogotá, 1982.
RUBIO DE LAVERDE, LUCILA. Perfiles de Colombia. Sin ed., sin f.
URIBE DE ACOSTA, OFELIA. Una voz insurgente. Bogotá, Ed. Guadalupe, 1963.
VARIOS. Debate sobre la mujer en América Latina y el Caribe. Realidad Colombiana, Tomo I.
Bogotá, ACEP, 1982.
Capítulo 2
61
La educación en Colombia.
1880-1930
Renán Silva el de la hegemonía conservadora, que
concluiría el año de 1930.
una visión pedagógica y política que el gran acierto que constituyó la fun-
incluía a los alumnos, a los maestros y dación de la revista La Escuela Nor-
a los padres de familia, a los que se mal, con un tiraje de más de tres mil
intentó comprometer —tan sólo con ejemplares cada dos semanas y que,
éxito relativo— como soportes socia- aunque órgano de la Dirección Nacio-
les de la reforma. Al lado de ello una nal de Instrucción Pública, no se li-
estrategia financiera y de manejo ad- mitó a la publicación de leyes y decre-
ministrativo distribuida entre el Esta- tos sino que se encargó también de la
do central, los estados federales y los tarea de difusión de los principales te-
distritos municipales, quedando las mas pedagógicos de la época.
tres instancias así comprometidas en el Sin embargo, fue en el campo de la
esperado despegue educativo. instrucción pública en donde el radi-
En el plano de la educación supe- calismo y sus principales figuras, San-
rior, constituye mérito del proyecto tiago Pérez. Dámaso Zapata y Enri-
radical la organización de la Univer- que Cortés, pusieron todo su acento,
sidad Nacional, en 1886, bajo la pre- a través de múltiples esfuerzos y dis-
sidencia del general Santos Acosta, posiciones que se condensaron en el
siendo sus primeros rectores Ezequiel decreto orgánico del 1 de noviembre
Rojas y Manuel Ancízar, y sus facul- de 1870 que declaró por primera vez
tades iniciales las de jurisprudencia, fi- en el país el carácter obligatorio, gra-
losofía y medicina, a las que se agre- tuito y rigurosamente neutral en el te-
gaba un sistema de escuelas en su ma- rreno religioso de la escuela pública.
yor parte de carácter técnico: ingenie- Sobre este último punto, la enseñanza
ría, arquitectura y una más de artes y religiosa, que fue motivo de los más
oficios. Sus catedráticos fueron lo más enconados ataques, hay que enfatizar
destacado de la elite intelectual del pe- que la reforma no fue anticlerical ni
ríodo —sin exclusión de los conser- mucho menos antirreligiosa. Se limitó
vadores— pero su funcionamiento co- a declarar la no intervención del Es-
noció las dificultades habituales de tado y a garantizar en las escuelas el
presupuesto y una álgida polémica so- tiempo suficiente para que los niños,
bre el carácter obligatorio de la ense- «según la voluntad de sus padres, re-
ñanza de los textos de Destutt de ciban dicha instrucción de los párrocos
Tracy y Jeremías Bentham, discusión o ministros», aunque no resultó esto
que escondía mucho más. pues detrás en garantía suficiente para los sectores
se agazapaba la polémica que la Igle- más tradicionalistas.
sia y un sector de los intelectuales con- Esta enérgica política instruccionis-
servadores habían montado sobre lo ta que planteaba la reforma se reflejó
que Miguel Antonio Caro llamó los no sólo en un amplio debate educativo
abusos del «Estado docente». Y en re- sino, también, en un rápido y soste-
lación con la formación de maestros nido crecimiento de la escuela elemen-
vino por primera vez al país, en 1872, tal. Si a mitad de siglo tan sólo 22.000
una misión pedagógica alemana com- niños concurrían a la escuela, en el
puesta por nueve educadores forma- año de 1870 la cifra ya llegaba a
dos en las teorías de Pestalozzi y Froe- 60.000, y en 1874 a 70.000. Y para el
bel, y aunque conocieron las dificul- año de 1876 funcionaban en el país
tades del idioma y de las costumbres, 1.464 escuelas con 79.123 escolares, lo
la falta de recursos materiales y ciertas cual señalaba según los informes ofi-
dosis de persecución religiosa por su ciales un incremento de más de 327 es-
pertenencia al protestantismo (con ex- cuelas y 27.177 escolares con relación
cepción de los dos enviados a Antio- a los datos de 1872. En el plano regio-
quia, que fueron católicos), ya al final nal, Antioquia fue el estado de mayor
del año habían logrado organizar más crecimiento educativo bajo el régimen
de veinte escuelas normales en la ma- radical, debido al gran esfuerzo de las
yoría de los estados. A esto se agregó autoridades conservadoras antioque-
Capitulo 2 65
Grupo estudiantil
de un colegio femenino
de Pamplona, a comienzo
de siglo.
El carácter obligatorio,
gratuito y de
neutralidad religiosa
en la escuela pública
fue formulado por
primera vez por los
políticos del
radicalismo, en un
decreto orgánico de
noviembre 1º de 1870.
ñas durante el gobierno de Pedro Jus- Pública del Cauca sobre la inconve-
to Berrío. Aunque opuestos por ra- niencia de su posición y de los conflic-
zones políticas y doctrinarias al decre- tos que podría generar, el prelado res-
to orgánico de 1870. la elite dirigente pondió: «No importa que el país se
en Antioquia se sumó a la campaña convierta en ruinas y escombros si la
instruccionista con éxito notable, co- bandera de la religión puede elevarse
locándose enseguida con logros rela- triunfante.» Y en medio de la indife-
tivos los estados de Cundinamarca y rencia o el rechazo soterrado de di-
Santander. versos grupos liberales, los represen-
Pero la lucha contra la política edu- tantes políticos del conservatismo des-
cativa radical estuvo presente desde su de la prensa y el Congreso clamaban
propia puesta en marcha. La Iglesia, y por el «cambio educativo», exponían
sobre todo sus jerarcas, secundados iniciativas para traer al país a los Her-
por una población creyente y con una manos Cristianos para la nueva tarea
acentuada capacidad de obediencia, le de moralización, e incluso los más ex-
fueron hostiles desde el principio. En tremistas y aguerridos convocaban al
el Cauca, un fortín esclavista y aris- saboteo directo en contra de la escuela
tocrático del siglo XVIII y región muy obligatoria y en defensa de la religión
proclive a ideologías monárquicas y amenazada.
anti-igualitarias, el arzobispo de Po- Por su parte, un estado de control
payán, Carlos Bermúdez, luego de re- político conservador como Antioquia,
gresar del Concilio Vaticano de 1870, por ejemplo, que tenía ya en 1871 algo
abrió el ataque. Mediante pastoral de más de doscientas setenta escuelas de
1872 prohibía a sus fieles matricular a hombres y mujeres entre públicas y
sus hijos en las escuelas públicas ofi- privadas y una cifra cercana a los die-
ciales bajo amenaza de excomunión, y cisiete mil alumnos, había rechazado
dos años después, en 1874, excluía a el nuevo código de instrucción pública
los estudiantes de las escuelas nor- desde el principio, alegando contra su
males de cualquier participación en los excesivo centralismo, y en esa región
ceremoniales de Semana Santa. Ad- la expansión educativa se adelantó,
vertido por el director de Instrucción pero bajo un contenido diferente de
66
Alumnos de una por la libre concurrencia, el Estado cación pública será organizada y diri-
escuela de la población hubiera reivindicado para sí al mismo gida en concordancia con la religión
de Chía, a mediados tiempo la suprema inspección y vigi- católica». Esta entrega de la enseñan-
de los años 20.
El control eclesiástico
lancia de la educación, no debe ser za a la tutela de la Iglesia, que las con-
sobre la educación, algo visto como una «contradicción». diciones prácticas volvieron aún más
garantizado por la Es más bien la constatación de la exis- completa, resultaba de la considera-
Constitución y el tencia de una estrategia por lo menos ción de la nación como católica en su
concordato, incluyó doble, pues a pesar de las garantías es- totalidad, y fue complementada y re-
la enseñanza tablecidas para la iniciativa particular forzada un año después a través de la
obligatoria y excluyente
de la religión católica. y del terreno cedido a la Iglesia en la firma de un concordato entre la Santa
enseñanza, el Estado siempre mantu- Sede y el gobierno colombiano.
vo la disposición que le permitía, por La existencia de concordatos entre
lo menos como posibilidad, la «supre- el Vaticano y los gobiernos nacionales
ma inspección y vigilancia» por parte debe situarse en el marco de la reno-
del poder central. vada estrategia política del papado,
Pero en lo que tiene que ver con las ahora conducida por el pontífice León
orientaciones educativas, posiblemen- XIII, quien buscaba sacar a la Iglesia
te la modificación de mayor trascen- católica de su pérdida de poder y ais-
dencia fue la que resultó como el pro- lamiento de la escena internacional en
ducto más genuino del nuevo tipo de un siglo que se había caracterizado de
relaciones entre la Iglesia y el Estado manera dominante por sus tendencias
que determinó la Constitución del 86, liberales y laicas. Y para el partido
la que desde su encabezamiento decla- conservador colombiano significó algo
ró a la religión católica como la de la tan importante como el logro de una
nación, asegurando su protección por posición cosmopolita que adhería a
parte de los poderes públicos al con- una de las fuentes de mayor influencia
siderarla con toda justicia como «un de las «políticas sociales del orden» en
elemento esencial del orden social», y ese período, fuente que al mismo
determinando por tanto que «la edu- tiempo ofrecía la posibilidad de ser
Capítulo 2
69