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NHC

Nueva
Historia
de Colombia

Director Científico y Académico


ALVARO TIRADO MEJÍA

Asesores
JORGE ORLANDO MELO
JESÚS ANTONIO BEJARANO
NHC
Nueva
Historia
de Colombia

IV Educación y Ciencia
Luchas de la Mujer
Vida Diaria

PLANETA
Dirección del proyecto: Gloria Zea
Gerencia general: Enrique González Villa
Coordinación editorial: Camilo Calderón Schrader

Material gráfico: Museo de Arte Moderno de Bogotá, Museo Nacional, Museo 20


de Julio, Museo de Desarrollo Urbano, Biblioteca Nacional, Biblioteca de la Cancillería
en el Palacio de San Carlos, Archivo de la Cancillería, Hemeroteca Luis López de
Mesa Academia Colombiana de Historia, Federación Nacional de Cafeteros, Museo
Numismático del Banco de la República, Fondo Cultural Cafetero, Biblioteca de la
Universidad de Antioquia, Biblioteca Pública Piloto de Medellín, Archivo FAES,
Archivo Nacional de Colombia, Sala de la Constitución de la Casa de Nariño, Centro
Jorge Eliécer Gaitán, UTC, CTC, CGT, CSTC, Centro Cultural Leopoldo López
Alvarez de Pasto, Cromos, El Tiempo, El Espectador, El Siglo, Revista Proa, Patronato
de Artes y Ciencias, Centro de Documentación Musical (Colcultura), Conferencia
Episcopal Latinoamericana, Archivo de la Catedral de Bogotá, CINEP, Cinemateca
Colombiana, Compañía de Fomento Cinematográfico Focine, Corporación Nacional
de Teatro Teatro Popular de Bogotá, Corporación de Teatro La Candelaria, Fundación
Teatro Libre de Bogotá, Escuela Militar de Cadetes José María Córdova, Archivo
Melitón Rodríguez, Colección Pilar Moreno de Ángel, Colección Carlos Vélez, Ar-
chivo Planeta Colombiana.

Diseño: RBA, Proyectos Editoriales, S.A. Barcelona (España)


Investigación gráfica: Juan David Giraldo
Asistente; Ignacio Gómez Gómez
Fotografía: Jorge Ernesto Bautista, Luis Gaitán (Lunga), Arturo Jaramillo, Guillermo
Melo, Oscar Monsalve, Jorge Mario Múnera, Vicky Ospina, Carlos Rodríguez, Fer-
nando Urbina.
Producción: Oscar Flórez Herreño
Impreso y Encuadernado por: Editorial Printer Colombiana Ltda.

©PLANETA COLOMBIANA EDITORIAL S.A., 1989


Calle 31, No. 6-41, Piso 18, Bogotá, D.E. Colombia
ISBN (obra completa) 958-614-251-5
ISBN (este volumen) 958-614-257-4

La responsabilidad sobre las opiniones expresadas en los diferentes capítulos de esta


obra corresponde a sus respectivos autores.
Sumario

Sumario
Introducción
Jorge Orlando Melo 7

1 Condición jurídica y social de la mujer


Magdala Velásquez Toro 9

2 La educación en Colombia. 1880-1930


Renán Silva Olarte 61

3 La educación durante los gobiernos liberales.


1930-1946
Jaime Jaramillo Uribe 87

4 La educación en Colombia. 1946-1957


Aline Helg 111

5 La educación en Colombia. 1958-1980


Aline Helg 135

6 Cien años de ciencia colombiana


Gabriel Poveda Ramos 159

7 La astronomía (1885-1985)
Jorge Arias De Greiff 189
Nuera Historia de Colombia. Vol. IV

8 La historiografía colombiana
Bernardo Tovar Zambrano 199

9 La filosofía en Colombia
Rubén Sierra Mejía 211

10 E1 pensamiento económico en Colombia


Enrique Low Murtra 221

11 Historia de la sociología en Colombia


Gonzalo Cataño 235

12 Antihéroes en la historia de la
antropología en Colombia: su rescate
Jaime Arocha Rodríguez 247

13 La medicina colombiana, de la Regeneración


a los años de la segunda guerra mundial
Néstor José Miranda Canal 257

14 Las técnicas agropecuarias en el siglo xx


Jesús Antonio Bejarano Avila 285

15 Vida diaria en las ciudades colombianas


Patricia Londoño Vega - Santiago Londoño Vélez 313
Introducción
Jorge Orlando Melo y que buena parte de los cambios que
se consolidan bajo la república liberal
hubieran sido iniciados por los más lú-
cidos dirigentes educativos del período
Educación y ciencia conservador.
Todos los gobiernos, es evidente, han

L a historia de la educación en el
siglo último muestra la íntima tra-
bazón de las políticas educativas con
tratado de estimular el crecimiento
cuantitativo del sistema educativo. Lo
que resulta interesante, a más de los
los conflictos políticos e ideológicos del esfuerzos de mediados de siglo por vol-
país: a partir de la Constitución de 1886, ver a colocar la educación bajo la tutela
el propio canon constitucional ordena ideológica de la Iglesia, es la forma
que la instrucción pública se haga de como se fue configurando la situación
acuerdo con los principios católicos. educativa actual, con sus peculiaridades
Dada la vinculación estrecha del conser- y rasgos especiales: una educación pri-
vatismo con la Iglesia y las actitudes maria homogénea en contenidos, pero
laicistas adoptadas por el liberalismo, dividida entre un sector privado y un
el debate acerca de la orientación de la sector público a cargo de los grupos po-
educación coincidirá frecuentemente pulares; un bachillerato humanístico de
con los enfrentamientos partidistas. Sin corte clásico para toda la población,
embargo, algo que resultará claro para igual para todos los grupos sociales y
el lector es cómo, a pesar de lo anterior, que no reforzó los mecanismos de segre-
las exigencias de modernización social gación de las mujeres; y un sistema uni-
y cultural del país, la búsqueda de una versitario contradictorio, poco funcio-
educación más acorde con las exigen- nal en términos económicos, pero so-
cias de un desarrollo económico que cialmente abierto y con un crecimiento
desde los años veinte era evidente para muy rápido. Todos estos aspectos reci-
los sectores dirigentes del país, y mu- ben aquí un tratamiento coherente y es-
chos otros factores, hacen que el esfuerzo clarecedor.
renovador, muy claro en esos años agi- Muy ligada a la educación, la ciencia
tados, tenga el apoyo de educadores pro- se ha desarrollado en el país con relativa
gresistas vinculados a ambos partidos, independencia de las demandas de los
Nueva Historia de Colombia, Vol. IV

sectores productivos. La historia de las de los países avanzados, se convierten


ciencias puras muestra el peso que en en las principales amenazas: el cáncer
su avance han tenido algunos entusiastas o las enfermedades cardíacas. Sin em-
y sacrificados cultivadores del saber, en bargo, todavía los avances médicos no
un país que ha dado poca importancia tocan amplios sectores del país, y hay
a una ciencia que no parece productiva. regiones donde la mortalidad infantil es
Mayor reconocimiento social han reci- tan elevada como a comienzos de siglo.
bido los ingenieros, cuya contribución La historia de la medicina, por todo lo
al desarrollo de las comunicaciones, a anterior, más que la historia de unos
las construcciones civiles incluso, como determinados profesionales o científi-
lo muestra el caso de la Escuela de Mi- cos, es la historia de cómo cambia la
nas de Medellín, al desarrollo industrial salud de los colombianos.
y a la organización empresarial, se ilu- Del mismo modo, la evolución de la
mina en las páginas que siguen. tecnología agrícola constituye otro de
Las ciencias sociales han padecido di- esos procesos que tiende a pasar inad-
ficultades diferentes. Sólo hasta muy re- vertido, y que sin embargo produce,
cientemente encontraron las condicio- lenta pero inevitablemente, las mayores
nes institucionales favorables que les da transformaciones en la vida social. Hace
un sistema universitario flexible y dis- cien años, más del 90% de los colombia-
puesto a financiar no sólo docentes sino nos vivía en el campo; hoy, solamente
hasta investigadores. Antes el país os- cerca del 25% de nuestros trabajadores
ciló entre la reverencia por un saber que es capaz de producir alimentos para el
parecía prometer, como el de la socio- país, materias primas para industrias tan
logía y la economía, soluciones para importantes como los textiles, y generar
los infinitos males del país, y hostilidad un excedente exportador que todavía
hacia quienes parecían limitarse a mos- produce más de la mitad de los ingresos
trar el carácter irrevocable de tales pro- externos del país. Los cambios en las
blemas. Entre el apoyo a la acción del técnicas agropecuarias -desde la prepa-
Estado y la crítica utopista, sin embar- ración de la tierra hasta la cosecha,
go, muchos economistas sociólogos y desde la selección de las semillas hasta
antropólogos han encontrado el espacio la lucha contra las plagas, desde la ge-
para interrogarse con seriedad acerca del neración de nuevas variedades hasta los
país y para estudiarlo con una profundi- sistemas de almacenamiento y conser-
dad y un dominio metodológico crecien- vación- están detrás de esta revolución
tes. técnica. Por supuesto, esta transforma-
De otra parte, en menos de cien años ción no es independiente de las demás
la esperanza de vida de los colombianos historias tratadas en esta obra, qué se
se ha multiplicado por más de dos: hace trenzan inevitablemente con ellas: el
cien años, quienes nacían apenas podían cambio social en el campo, los conflic-
esperar, estadísticamente, una vida de tos por la propiedad de la tierra, la acu-
menos de 30 años. Hoy la esperanza de mulación de capitales, la influencia de
vida supera los 65 años. Buena parte de tecnologías importadas, el desarrollo de
este cambio se debe a los avances de la las ciencias agropecuarias, el avance de
medicina, aunque quizás una parte ma- la educación.
yor se origine en la generalización de
prácticas higiénicas y en el mejora- Recreación, vida diaria
miento de los servicios de aguas pota- y feminismo
bles y alcantarillados. Pero, sea como
sea, este es uno de los cambios más En 1893 decía don José Manuel Ma-
dramáticos de la historia colombiana de rroquín que ya no satisfacía a los lecto-
este siglo, aunque sea uno de aquellos res de libros de historia «la relación de
en los que no se tiende a pensar. La fundaciones de imperios, de conquistas,
viruela, el tifo, decenas de enfermeda- de guerras, de cambios de gobierno y
des han dejado de aterrorizar a los co- dinastía, y de sucesión de soberanos,
lombianos, mientras otras, a la manera que han solido ser única materia de la
introducción

Historia», y sostenía que «actualmente a las que podrá darse alguna respuesta
queremos saber cómo han sido y cómo inicial en las páginas de este libro. Son
han vivido los hombres de quienes hace quizás los capítulos más agresivamente
mención aquella [...] y también cómo nuevos en este intento de ofrecer una
eran o cómo vivían los que ella no men- historia completa del país, y muchos
ciona [...] queremos penetrar en los apo- eruditos pensarán que se ha caído en lo
sentos, no sólo de los palacios, sino de las anodino al ver la enunciación de los te-
viviendas comunes; queremos conocer mas; el lector atento, por el contrario,
a nuestros antecesores como conocemos descubrirá seguramente una nueva fa-
a aquellos contemporáneos nuestros con ceta de la historia nacional, que raras
quienes vivimos en intimidad y familia- veces, o nunca, ha recibido un trata-
ridad». Probablemente esta idea dio lu- miento riguroso.
gar, en aquellos tiempos, a un género Las mujeres son la mitad del país,
de historia anecdótico y sin significa- pero apenas aparecen ocasionalmente en
ción, en el que el relato de algunas fies- los libros históricos. Por supuesto, figu-
tas o la descripción de vestidos y diver- ran las heroínas de la Independencia,
siones se hacía por una nostalgia no po- pero luego desaparecen por completo.
cas veces teñida de una actitud aristocra- Esta colección ha tratado de corregir
tizante. Sin embargo, la frase de Marro- esta distorsión, y en muchos capítu-
quín conserva toda su vigencia, y la los -veánse por ejemplo los relativos
historia actual subraya la importancia a la educación- la presencia femeni-
de comprender las formas de vida de na es notable. Pero al hablar de la vida
todos los grupos sociales, y de atender política o económica resulta inevita-
no solamente a los comportamientos y ble dejar en un segundo lugar a la mu-
actividades de la política y la produc- jer, pues ha sido la sociedad colom-
ción, sino a todas aquellas formas de biana en su historia misma la que la ha
vida que, aparentemente triviales, hacen colocado en una posición subordinada;
parte de los lenguajes e intercambios sin embargo esta no se ha resignado a
sociales. ello, y a los tiempos que se estudian en
¿De qué se reían los colombianos? este trabajo son los años centrales de
¿Qué deportes han practicado a lo largo las luchas de la mujer por la igualdad
de este siglo? ¿Cómo vivían su relación y por el reconocimiento de sus derechos
sociales, políticos, legales, incluso psi-
con el trabajo y el ocio? ¿Cuál era el cológicos (el derecho a la autoafirma-
significado de bailes y excursiones? ción, el derecho al placer). Por eso un
¿Qué jerarquías sociales, qué anhelos y capítulo especial, que resume el estado
deseos se expresaban en joyas y vesti- actual de los conocimientos sobre el
dos? ¿Las reglas de la urbanidad, las tema y narra en detalle las luchas, los
prácticas higiénicas, el uso de jabones éxitos y fracasos de las mujeres colom-
y desodorantes quieren decir algo, o es bianas, inicia este volumen de Nueva
indiferente en nuestro proceso históri- historia de Colombia.
co? Estas son algunas de las cuestiones
Capitulo 1 9

Condición jurídica
y social de la mujer
Soledad Acosta de
Magdala Velásquez Toro Samper, figura señera
de la condición
femenina durante el
siglo XIX en Colombia.
La mujer: invisible para la historia En 1903 redactó un
manifiesto firmado por

T rescientas mujeres de Bogotá fir-


maron en. 1903 un manifiesto es-
crito por Soledad Acosta de Samper
300 mujeres, dirigido
al presidente Marroquín,
exigiendo la defensa
de la soberanía nacional
dirigido al vicepresidente Marroquín.
en Panamá (Retrato de
Pedían, «en nombre de la dignidad hu- R. Díaz Picón, en la
mana, Señor, en nombre de nuestra Academia de Historia).
futura reputación, en nombre de vues-
tros nietos que os pedirán cuentas [...]
os pedimos que levantéis en alto el es-
tandarte que nos legaron Bolívar y
Santander; de manera que de las ce-
nizas del pendón nacional que algunos
bandidos miserables se atrevieron a
quemar en Panamá, surjan nuestra
fama, nuestro honor y nuestra futura
gloria». Cuando ellas exigían de los
gobernantes del país la defensa de la
soberanía nacional agredida por los
Estados Unidos en la separación de
Panamá, es difícil siquiera imaginar la
condición a que estaban sujetas las
mujeres colombianas, los limitantes y tado marcada por múltiples factores
las barreras que habrían de franquear estrechamente vinculados a su condi-
para llegar a una manifestación de esta ción sexual. La opresión y discrimi-
naturaleza. nación de la mujer es un hecho his-
La situación social, económica y po- tórico que traspasa todas las clases so-
lítica de la mujer en Colombia ha es- ciales, está presente en una cultura pa-
Nueva Historia de Colombia. Vol. IV
10

triarcal y machista que compromete a gen-madre, en virtud del cual podía


hombres y mujeres. Tiene manifesta- acceder a la vida religiosa, en cuyo
ciones particulares en la economía, la caso quedaba bajo la tutela de la co-
política, la vida social, familiar y reli- munidad, en calidad de esposa de
giosa; en la estructura psíquica, en el Cristo y madre espiritual. La otra al-
manejo de los afectos y del disfrute se- ternativa paradigmática que se ofrecía
xual. Por ello, pese a las diferencias de a la mujer era el matrimonio, que su-
clase, las mujeres constituyen un gru- ponía renunciar a las libertades y de-
po social que ha sufrido la experiencia rechos mínimos que tenía, en benefi-
histórica de una posición secundaria cio de su esposo. La de ser objeto de
dentro de la sociedad. No obstante, placer, se reservaba generalmente a
tiene efectos diferenciados en los dis- las mujeres del pueblo, que personi-
tintos estratos y clases sociales y ad- ficadas en la mujer indígena desde la
quiere características específicas en conquista, constituían parte del botín
cada uno de ellos. Marginadas expre- de guerra y objeto de posesión del in-
samente de la vida pública, desco- vasor europeo. La prostitución se en-
nocida su personalidad jurídica por tendía socialmente como un mal ne-
el Estado, relegadas al ámbito hoga- cesario y era tolerada moralmente.
reño, a la crianza y educación de los Uno de los aspectos que permiten
hijos, a las tareas de la economía fa- apreciar claramente la situación de la
miliar o a las que son prolongación de mujer en la sociedad colombiana es el
las mismas, las mujeres se perfilan relacionado con su condición civil, o
como sombra en el pasado. sea la manera como las instituciones
La tajante división entre las activi- que regulan las relaciones entre las
dades masculinas y femeninas, los cri- personas han reglamentado la fun-
terios de valoración social de unas y ción, los derechos y las obligaciones
otras y la asignación exclusiva al varón privadas de la mujer. Estas institucio-
del ejercicio del poder en la vida so- nes no son simplemente el producto
cial, económica, política y familiar, de la alquimia jurídica, sino que son la
han conducido a que el quehacer de expresión metódicamente ordenada
las mujeres sea una presencia ausente del modo de pensar, de vivir y de ac-
en nuestro discurrir histórico. La au- tuar predominantes en una sociedad
sencia de las mujeres de la vida públi- determinada, con respecto a la mujer.
ca las ha hecho también invisibles para En las relaciones civiles se manifiesta
la historia, pero allí, desde esa caren- palpablemente el estado de subordi-
cia, las mujeres han tenido un desem- nación de la mujer al hombre, en la
peño específico de acuerdo a su pro- intimidad de la vida familiar, como
cedencia social. producto de las costumbres, la cultura
y la ideología. Históricamente, estas
instituciones han sido el compendio de
Ordenamiento colombiano normas que supeditan los derechos del
sobre la mujer en el siglo XIX ser humano mujer a las apetencias,
necesidades y expectativas del hom-
Nuestra cultura, heredera de un esta- bre, tanto en el terreno de la econo-
tuto social jerarquizado en el orden mía familiar como en el manejo de los
económico, político y racial, lo era afectos.
también en el orden sexual. Ni siquie- El ordenamiento jurídico colombia-
ra dentro de las distintas clases o sec- no es producto de la conjunción de va-
tores sociales la mujer podía tener as- rias corrientes de diversa procedencia,
piraciones igualitarias con los varones que han tenido un denominador co-
de su misma procedencia. La mujer mún: su carácter patriarcal. En él se
era considerada como un objeto, bien incorporan elementos de la tradición
sagrado o bien de placer. En el primer judeo-cristiana, de las instituciones ro-
caso, el modelo impuesto era el de vir- manas, del derecho canónico, del or-
Capítulo 1
11

denamiento español y del código na-


poleónico.
Las instituciones civiles fueron
adaptadas a la vida de las jóvenes re-
públicas latinoamericanas a mediados
del siglo pasado. Don Andrés Bello
fue el gestor más destacado de ese
proceso y su código civil chileno de
1855 fue el ejemplo y la guía de donde
copiaron los legisladores colombianos.
El régimen federal adoptado por la
Constitución de 1858 dio a cada estado
soberano la facultad de expedir sus
propios códigos. El estado de Cundi-
namarca adoptó en 1859 el código civil
chileno y luego los demás estados ex-
pidieron su ordenamiento civil con
base en el de Cundinamarca, intro-
duciendo algunas variaciones. Poste-
riormente, en el año 1873, se adoptó
el código civil de la Unión. Según al-
gunos autores, el código acogido fue el
del estado de Santander, que era copia
del de Cundinamarca, pero transfor-
mado, principalmente en el derecho
de familia. En algunos apartes otor-
gaba derechos patrimoniales mínimos
a la mujer casada, como la adminis-
tración y uso libre de «los de su exclu-
sivo uso personal, como son sus ves-
tidos, ajuares, joyas e instrumentos de
su profesión u oficio» (artículo 1804).
En esa época regía la Constitución lai-
ca de 1863, que adoptaba la total in-
dependencia del Estado con respecto
a la Iglesia católica; por esta razón los
códigos de algunos estados establecían
que el matrimonio se regía por las nor-
mas del Estado y otros aplicaron el de
elección de los contrayentes. Así mis- en 1887. Entregó a la Iglesia la sobe- portada de la biografía
mo el divorcio vincular fue establecido ranía del Estado para regular el estado de Miranda por Soledad
por la ley nacional de 20 de junio de civil de las personas que profesaran la Acosta de Samper,
publicada en 1909.
1853, que rigió hasta 1856, año en el fe católica. Creó en 1888 el privilegio Educadora, novelista,
cual fue expedida otra ley que elimi- de la anulación del matrimonio civil historiadora y autora
naba la disolución del matrimonio. No celebrado antes, para quienes contra- de teatro, fundó y
obstante, los estados soberanos del jeran matrimonio católico con otra dirigió varias
Magdalena, Bolívar, Panamá y San- persona. Obligaba al hombre «que ha- publicaciones dedicadas
a la mujer, como
tander reconocían el divorcio a peti- biéndose casado civilmente se case "La Familia"',
ción de los cónyuges. luego con otra mujer con arreglo a los "Lecturas para el Hogar"
El régimen de la Regeneración en ritos de la religión católica a suminis- y "La Mujer" .
1886 otorgó constitucionalmente a la trar alimentos a la primera mujer y a Esta última, fundada
los hijos habidos en ella» (artículo 36, en 1978, fue la primera
Iglesia católica una serie de prerroga- publicación dirigida
tivas, posteriormente desarrolladas en ley 30 de 1888). En 1924, mediante la por una periodista
el Concordato suscrito con el Vaticano llamada ley Concha, que fue un de- en nuestro país.
Nueva Historia de Colombia. Vol. IV
12

sarrollo de los convenios concordata- ciones al marido recién divorciado o


rios, el Estado exigía a quienes fueran en proceso de hacerlo para que la cer-
a contraer matrimonio civil apostatar teza de su paternidad estuviera total-
públicamente de la fe católica. Esta mente asegurada. Sin entrar en con-
norma estaba inscrita en un principio sideraciones relativas a quién dio lugar
del derecho canónico que consideraba al divorcio, estatuía al marido el de-
al matrimonio civil como un público y recho a «colocarla» o depositarla en el
atroz concubinato. seno de una familia honesta o de su
En el año de 1887. se adoptó el có- confianza. En caso de preñez, la mu-
digo civil que estaba vigente desde jer era obligada a denunciarla, o de lo
1873, pero eliminando los apartes que contrario tendría que demostrar judi-
favorecían a la mujer casada vistos cialmente la paternidad. Una vez he-
atrás, así como el divorcio vincular. cha la denuncia, el marido le nombra-
Los legisladores criollos superaron en ba una guarda permanente durante la
detalles y reglamentos al código na- gestación, que debía ser «una compa-
poleónico, especialmente en lo rela- ñera de buena razón», y una matrona
cionado con las obligaciones y prohi- para inspeccionar el parto.
biciones a la mujer y los correlativos En el aparte titulado eufemística-
derechos absolutos otorgados al varón mente «obligaciones y derechos entre
sobre su esposa y sus hijos. Estas son. cónyuges», de dieciséis artículos, diez
en términos generales, las figuras más versaban sobre las obligaciones de la.
importantes que han regido la estruc- mujer. Mucho más acorde con la rea-
tura familiar en Colombia desde el si- lidad era la denominación que se daba
glo pasado, hasta muy avanzado el a la legislación española: las Siete Par-
siglo xx. tidas titulaban la parte que trataba
Para el divorcio, que realmente era este mismo tema como «efectos civiles
una separación porque no disolvía el del matrimonio a beneficio de los ma-
matrimonio, establecieron como cau- ridos, relativos a sus mujeres».
sales el adulterio de la mujer y el Consignaba el código civil colom-
amancebamiento del marido. Esto sig- biano que «el marido debe protección
nifica que. para imputarse la culpa del a la mujer y la mujer obediencia al
divorcio a la mujer, sólo se exigía que marido». Definía la potestad marital
ella hubiera sostenido una relación se- como «el conjunto de derechos y obli-
xual esporádica con un hombre distin- gaciones que las leyes conceden al ma-
to a su esposo. Por el contrario, para rido sobre la persona y bienes de la
que el hombre fuera causante del di- mujer». El concepto de potestad ma-
vorcio, era preciso que tuviera esta- rital de los legisladores colombianos
blecida una unión permanente, como de 1887 era mucho más lesivo que el
si fuera un matrimonio, con otra mu- establecido por don Andrés Bello, que
jer. El espíritu discriminatorio del có- la entendía como el derecho del ma-
digo colombiano iba más allá. Además rido a autorizar los actos de la mujer.
de sancionar a la mujer que daba lugar En virtud de la potestad marital, el
al divorcio con la pérdida de los hijos, marido tiene derecho para obligarla a
se le negaba todo derecho sobre las «vivir con él y seguirle a donde quiera
gananciales de la sociedad conyugal. que traslade su residencia». La mujer,
Le confiscaban sus bienes y se otor- por su parte, tiene el derecho a «que
gaba al marido la administración y el el marido la reciba en su casa». Tam-
usufructo de los mismos, aun cuando poco tenía la mujer domicilio propio.
la confiscación de bienes era prohibida sino el del marido. Por el solo hecho
expresamente por la Constitución. Por del matrimonio, la mujer se transfor-
el contrario, no se imponía sanción pe- maba jurídicamente en incapaz, equi-
cuniaria al marido que daba lugar al parable al loco o al menor de edad, y
divorcio por amancebamiento. Tam- era representada legalmente por el
bién se otorgaba una serie de atribu- marido. Perdía las atribuciones que la
Capítulo 1
13

legislación civil brindaba a la mujer bre establecida en las clases alta y me-
soltera, para la cual no existían real- dia era que el marido abría cuentas en
mente prohibiciones expresas en ra- ciertos almacenes, de los cuales la mu-
zón de su sexo, salvo las de ser tutora jer podía retirar los objetos que ne-
y testigo. O sea que la ley permitía a cesitase, sin necesidad de entrar en
la mujer soltera mayor de edad con- contacto con el «vil metal». En esos
traer obligaciones civiles, ser propie- casos también se presumía la autori-
taria y adquirir compromisos econó- zación marital, siempre que fueran ar-
micos. Claro que por una parte iba la tículos destinados al consumo ordina-
ley y por otra la costumbre, la tradi- rio de la familia y no se tratara de «ga-
ción y la ideología dominantes social- las, joyas o muebles preciosos».
mente. A las mujeres se les negaba En el caso de la mujer casada que
culturalmente el acceso al mundo ex- ejercía alguna profesión, industria u
terno, a aquello que estaba fuera del oficio, tales como la de directora de
hogar; como dijera Goethe: «La casa colegio, maestra de escuela, actriz,
del hombre es el mundo, el mundo de obstetriz, posadera o nodriza, se pre-
la mujer es la casa.» Los negocios eran sumía la autorización del marido para
asunto de hombres, la mujer que osa- realizar los actos relativos a los com-
ba involucrarse en estas actividades promisos que su ejercicio suponía.
atentaba contra la feminidad, por Pero como los ingresos percibidos pa-
cuanto eran incompatibles con su des- saban a formar parte de esa supuesta
tino final: el matrimonio, la vida del sociedad conyuga, era el marido el
hogar y la maternidad. Se le negaba a llamado a hacer la administración de
la mujer el manejo del dinero, que es su salario.
y ha sido un principio para su inde- Otra de las prerrogativas de que go-
pendencia. zaba el varón casado era la relativa a
Al contraer matrimonio la mujer los hijos. La patria potestad era ejer-
perdía la capacidad de manejar su di- cida de manera exclusiva por el padre,
nero y sus bienes, puesto que la ley por esta razón ellos estaban sometidos
otorgaba al marido la administración a su autoridad: la ley excluía expre-
exclusiva de los de la sociedad con- samente a la madre. De allí se deri-
yugal y los de propiedad de la mujer. vaba, entre otras, la facultad que tenía
El matrimonio constituía, pues, el tí- el padre de usufructuar los bienes del
tulo y el modo para el varón de adqui- hijo y de elegir su estado o profesión
rir bienes y para la mujer perderlos futura. Podía aplicarle penas privati-
por el solo hecho del consentimiento vas de la libertad, tales como
matrimonial. Por el matrimonio se la detención en establecimientos co-
constituía una supuesta sociedad con- rreccionales creados especialmente
yugal, que de sociedad sólo tenía el para los hijos díscolos. La mujer sólo
nombre, ya que en ella había un solo podía ejercer la patria potestad si era
administrador con poderes omnímo- viuda o madre soltera, pero la perdía
dos y exclusivos. No podía, pues, la al contraer matrimonio.
mujer, contratar por sí misma, ni Como si fueran pocas las atribucio-
aceptar herencias, ni comparecer en nes masculinas sobre la legítima mu-
juicio, ni adquirir ninguna clase de jer, los juristas decidieron, en sus in-
compromiso económico, sin la auto- terpretaciones, ampliar la potestad
rización escrita del marido. Como la marital a aspectos tales como la facul-
única fuente de ingreso en dinero era tad de inspeccionar las relaciones y la
la que el marido le suministrase, no se correspondencia de la cónyuge y pro-
necesitaba autorización escrita para hibirle amistades que según él fueran
comprar enseres de contado, ya que el notoriamente perjudiciales. Por últi-
hecho de tener monedas en su poder mo y como para sellar con todas las de
hacía presumir que le habían sido en- la ley la condición servil de la mujer,
tregadas para tal fin. Pero la costum- el decreto 1003 de 1939 implantó co-
Nueva Historia de Colombia. Vol. IV
14

La igualdad le era negada. El solo


hecho de pertenecer al sexo femenino
se reputaba como condición de infe-
rioridad e inhabilidad. Por el contra-
rio, la pertenencia al sexo masculino
garantizaba privilegios «innatos» so-
bre la integridad personal y material
de su consorte. La desigualdad entre
los sexos era elevada al nivel de norma
con carácter obligatorio, invocable
ante autoridades y tribunales y exigi-
ble aun por medio de la fuerza.
El derecho a la libertad de movi-
mientos, a trasladarse según sus inte-
reses y necesidades, también le era ne-
gado, y se la obligaba a seguir al ma-
rido a todas partes. Las mujeres no
podían utilizar los espacios públicos
como los hombres, las de clases me-
dias y altas debían salir acompañadas.
Era visto como sospechoso de mala
conducta el que una mujer estuviera
sola en la calle.
El derecho a ejercer y desarrollar
sus facultades intelectuales y materia-
les se le conculcaba al prohibírsele la
administración de sus bienes y la po-
sibilidad de contraer obligaciones eco-
nómicas. Además de la segregación
existente en materia educativa, que le
impedía acceder al ejercicio de pro-
"Planchadora", óleo de mo obligatorio algo que la costumbre fesiones liberales.
Dionisio Cortés Mesa había establecido: la mujer debía to-
(hacia 1900), Fondo mar el apellido del marido, agregán-
Cultural Cafetero, El derecho a la vida
Bogotá. dolo al suyo precedido de la preposi-
"El derecho a ejercer ción «de», indicativa de pertenencia. La sexualidad ha sido siempre vigilada
y desarrollar sus La potestad marital fue eliminada de en la sociedad colombiana, no obstan-
facultades intelectuales nuestra legislación por el decreto 2820 te el manejo permisivo de la libertad
y materiales, se le de 1974, que estableció la igualdad ju- sexual masculina. Desde la tradición
conculcaba a la mujer
al prohibírsele la
rídica de los sexos. española el ejercicio sexual por fuera
administración de sus de los cánones religiosos era conside-
bienes y la posibilidad Los derechos humanos de la mujer rado delito, tanto para hombres como
de contraer para mujeres. Con un régimen de pe-
obligaciones No es difícil concluir en qué estado nas diferente se reprimía el amance-
económicas". bamiento, delito masculino y femeni-
han sido colocados históricamente los
derechos humanos de la mujer en Co- no, y se creaba un delito típicamente
lombia. En primer término, el dere- femenino, que era el adulterio, al cual
cho a la libertad le era arrebatado. En podían también sumarse las penas re-
momentos en que ya había sido eli- lativas al primero.
minada la esclavitud de los seres hu- Pero la sexualidad femenina ha sido
manos, el matrimonio constituía la objeto de control especial. Su capaci-
matrícula más expedita para adquirir dad reproductiva comprometía social
el estatus de sierva del marido, bajo su y jurídicamente, no sólo la perpetua-
disposición arbitraria. ción de la sangre y los apellidos del
Capitulo 1
15

marido, sino también la transmisión virtud de la cual el homicida gozaba


de sus propiedades. Ha existido his- no sólo de la disminución de la pena,
tóricamente una categoría que designa sino que se le podía otorgar el perdón
claramente este fenómeno y es lo que judicial y aun eximirlo de responsabi-
socialmente se entiende por «honor». lidad. El uxoricidio justificado por el
Efectivamente, el honor del marido estado de ira e intenso dolor provo-
no estaba referido a él mismo, sino a cados por esa ofensa al honor mascu-
la castidad de su esposa e inclusive de lino ha ocupado en la historia judicial
sus hijas. de Colombia un papel importante. So-
La potestad marital para disponer lamente en el año de 1980 fue borrada
de la persona y los bienes de la mujer esta figura de nuestra legislación.
no era una abstracción jurídica. El có- Otro aspecto ilustrativo de la con-
digo penal de 1890 estipulaba que el dición sexual de la mujer era el rela-
homicidio cometido en la persona de cionado con el delito de violación car-
su legítima mujer o en el de una des- nal. El legislador contemplaba que si
cendiente suya a quien «sorprenda en el violador contraía matrimonio con la
acto carnal o en actos preparatorios de víctima quedaba exonerado de la
él con un hombre que no sea su ma- pena. El bien jurídico protegido no
rido», se consideraba «inculpable ab- era la libertad sexual de la mujer, sino
solutamente». Para resarcir el honor el derecho de propiedad del marido
del varón, presuntamente lesionado sobre el cuerpo de la mujer y la cer-
por el ejercicio sexual de las mujeres teza de la paternidad. Esta norma
de su familia, el Estado le otorgaba el también fue derogada en 1980.
derecho a imponer la pena de muerte,
sin fórmula de juicio. Renunciaba así
en favor del marido o del padre, a las
obligaciones de administrar justicia y La doble moral
de preservar la vida de los asociados. La doble moral sexual ha predomina-
Cuando no le daba muerte, era él do en nuestra sociedad. Comprende
quien fijaba la pena privativa de la li- varios aspectos complejos que se re-
bertad por el delito de adulterio, «por lacionan íntimamente. De un lado, se
el tiempo que quiera el marido con tal ha considerado que el varón por su
que no pase de cuatro años». En alar- configuración biológica es un ser en
de de magnanimidad el legislador li- estado permanente de celo, que debe
beraba a la mujer del delito de adul- ser satisfecho, por encima de cual-
terio en caso de que el marido hubiera quier concepto ético. Los modelos fe-
aceptado esa relación o que tuviera meninos creados por la ideología pa-
manceba dentro de la misma casa en triarcal guardaban relación entre sí,
que habitara con su esposa. supuestamente contribuían al equili-
Posteriormente, en el año 1936. es- brio de la moralidad social y satisfa-
tas normas fueron modificadas. En cían las necesidades que esta cultura
medio de la protesta, el Congreso Na- impone al varón.
cional conformado hegemónicamente La esposa era la depositaría del ho-
por liberales abolió el delito de adul- nor familiar, la guardiana del hogar y
terio, pero en materia civil continuaba madre de los hijos legítimos, sujeta a
sin alteraciones. No obstante, «de- rígido control marital y social. Se le
mocratizaron» el derecho a matar a las exigían las capacidades de la pruden-
mujeres por el ejercicio de su sexua- cia, el perdón y el olvido de los des-
lidad, haciéndolo extensivo al cónyu- lices del marido y se le negaba el goce
ge, padre, madre, hermano o hermana sexual. La Fernanda del Carpio des-
y además disminuían las penas respec- crita por García Márquez en Cien años
tivas «de la mitad a las tres cuartas de soledad es una clara muestra de
este modelo femenino, encarnación de
partes». Se estableció, pues, la figura la frustración.
de «la legítima defensa del honor» en
Nueva Historia de Colombia. Vol. IV
l6

La prostituta, mujer del pueblo, víc- escape menor a tensiones de agresión


tima de la miseria, por carecer de sexual latentes e insatisfechas en la
otros medios de subsistencia, se dedi- cultura, que sin la prostitución y su
caba a explotar su cuerpo. La prosti- servicio harían explosión nociva den-
tución se consideraba como un medio tro del sector "bueno" de la sociedad,
para la defensa de las mujeres buenas, deteriorando las estructuras familiares
depositarías de la virtud. La forma- monogámicas».
ción católica ha tolerado el ejercicio Existía también una clara delimita-
de la sexualidad y predica una doctri- ción económica y social de los prostí-
na en la que el cuerpo es la prisión del bulos. María Duque, prostituta de
alma, antepuesta al espíritu, la parte fama en Medellín, inmortalizada por
buena del ser humano. Esta «toleran- Fernando Botero en una pintura que
"La casa de María cia» frente a la expresión sexual se ma- lleva su nombre, ha testimoniado su
Duque", óleo de nifiesta en la doctrina de los papas res- orgullo por haber servido a los señores
Fernando Botero, pecto al matrimonio. Por ejemplo, la importantes de los años treinta y cua-
1970 (detalle), encíclica Casti connubii, de 1930, que
Colección Joaquim
renta. Se presentaba, además, una or-
Jean Aberbach, Nueva
comprende una serie de consejos so- ganización urbana especial. Lejos de
York. Imagen plástica bre la castidad, establece que el acto las zonas habitadas por las familias ho-
de la doble moral. sexual conyugal tiene por naturaleza norables, se creaban pequeñas ciuda-
el fin prioritario de reproducir la es- delas conocidas como «zonas de tole-
pecie. Y que en lo que allí se llama rancia», que curiosamente aparecen
«uso del derecho matrimonial» hay fi- ubicadas, en muchos municipios de la
nes secundarios, tales como el auxilio zona cafetera, en las cercanías de los
mutuo, el fomento del amor recíproco cementerios. Afirma Virginia Gutié-
y la «sedación de la concupiscencia». rrez que la prostitución va camino
Para preservar la honradez de la adelante con la familia de la estructura
mujer buena y virtuosa, la mujer po- legal católica y que en «las avanzadas
bre y prostituta satisfacía la inconti- de la colonización rural antioqueña, la
nencia sexual de los varones de las cla- estructura de los pequeños improvi-
ses altas y de los de su misma clase que sados poblados de frontera ofrece la
podían pagar sus servicios. Virginia presencia simultánea de una capilla,
Gutiérrez de Pineda señala que en una plaza de mercado, las viviendas de
Antioquia, Bogotá y Cali la organi- los colonos y el barrio de tolerancia».
zación del comercio sexual ofrece un (Ibid., pág. 392.)
amplio funcionalismo, que en Antio-
quia está predominantemente ligado a Parsons, en su libro La colonización
la doble moral, que se expresa en la antioqueña, afirma que en Medellín, en
relación religión-cultura. Allí la cul- el año de 1946, había 4.260 prostitutas
tura no aprueba la castidad del hom- registradas, o sea, una por cada treinta
bre célibe, «los adolescentes antioque- hombres de todas las edades. Lucila
ños crecen atraídos antagónicamente Rubio, en su libro Perfiles colombianos,
entre dos polos: el paradigma de la dice que en el año de 1950 había en Bo-
castidad, cristalizado en un amplio gotá 40.000 prostitutas, distribuidas en
santoral que le reprime y moldea as- casas ubicadas en diversos sectores de la
céticamente, y la estampa de la pros- ciudad. En el Valle, en 1959 recibían
tituta que lo incita al "pecado" de tra- atención del Instituto de Higiene 12.000
ducirse biológicamente ante la cultu- prostitutas, según informe periodístico
ra» (Familia y cultura en Colombia, de Víctor Daniel Bonilla, publicado en
pág. 392) Es así como la cultura an- el periódico La Calle.
tioqueña no permite el hogar de he- Las madres ocupaban un papel muy
cho, «mientras mira benévolamente la importante en la reproducción de esta
solución del comercio sexual, ya que doble moral en la educación de los hi-
las mismas autoridades eclesiásticas y jos. En Santander, por ejemplo, una
civiles reconocen servir de válvula de de las obligaciones asignadas a la ma-
dre era la de vigilar celosamente la
Capitulo 1 17

conducta sexual prematrimonial de


sus hijas, porque los hombres tenían el
derecho cultural de encontrar virgen a
su esposa, y que de no serlo constituía
«el más grave fraude que puede sufrir
su honra varonil» (Virginia Gutiérrez,
Familia y cultura en Colombia.) En
Antioquia, la himenolatría ha sido ex-
presión del culto a la pureza de la mu-
jer legítima, la pérdida del himen co-
locaba a la mujer soltera al lado de las
«mujeres malas», compelida en mu-
chos casos al comercio sexual como
solución a su falta o bien condenada al
ostracismo social o al éxodo. Por estas
razones, la madre asumía una conduc-
ta dual frente a la sexualidad de sus
hijos. Si era la hija quien concebía
siendo soltera, se la perseguía, confi-
naba o expulsaba del hogar. Por el
contrario, si era el hijo el que incurría
en este tipo de actuaciones, usualmen-
te calificadas de travesuras viriles, go-
zaba de la protección familiar para
eludir el compromiso de la paterni-
dad.
Los médicos Jorge Bejarano y Lau-
rentino Muñoz, como promotores de
la higiene social y no por razones sim-
plemente morales, atacaban desde los
años treinta el problema de la prosti-
tución por razones de salud pública.
Ofelia Oribe de Acosta y Lucila Rubio
de Laverde, combativas luchadoras
por los derechos de las mujeres, tam-
bién denunciaban este hecho desde los
años cuarenta.
Señalaban que una de las causas
más importantes de la prostitución era
la doble moral y ubicaban su origen en gaciones. Los propiciadores de esta Un aviso publicado en
unión brutal son al mismo tiempo la revista "Pan"
el servicio doméstico, en la situación por el departamento de
de miseria y en la falta de educación quienes de esta manera indigna quie- sanidad de los
imperantes en el país. A las mujeres ren defender a sus hijos de las enfer- Ferrocarriles Nacionales,
del pueblo que desempeñaban el pa- medades venéreas» (Laurentino Mu- 1935. En estos años se
pel de bestias de carga realizando los ñoz, Tragedia biológica del pueblo co- enfrentó el problema de
lombiano.) Luego las despedían de sus la prostitución como una
oficios más duros, también se les agre- cuestión de higiene
gaba otro. Las jóvenes e incautas cam- empleos, generalmente embarazadas, social, y no sólo desde
pesinas que terminaban en los prostí- eran repudiadas por sus familias y el punto de vista moral.
bulos habían sido víctimas del atro- quedaban en el más absoluto aban-
pello sexual de los varones de las casas dono, sin más alternativa que refu-
giarse en un prostíbulo o emplearse
donde servían. «Algunos padres de fa- como meseras de cantina. Si la con-
milia aconsejaban a sus hijos ejercer la dición social de la mujer era inferior a
pretendida hombredad con ellas, con la de los varones de su propia clase so-
las infelices, carne de placer sin obli-
Nueva Historia de Colombia. Vol. IV
18

cial, la condición de la prostituta la maba de Las Desamparadas, en la cual


asimilaba a los parias, carentes de se recibía «fraternalmente a las mujeres
todo tipo de protección. Por ejemplo, de la hez; allí llegan por la noche can-
la penalización de los delitos contra la sadas de la vida, de todos y de sí mismas
libertad y el honor sexuales, desde el y encuentran en la casa cariño, palabras
siglo pasado, contemplaba sanciones bondadosas, cama limpia y comida. In-
irrisorias en caso de ser cometidos sensiblemente este bienestar material
contra rameras, inclusive en caso de las va cogiendo, hasta que no pocas lle-
violación carnal. gan a regenerarse completamente, a ha-
En el año de 1942 el Ministerio de cerse útiles y a olvidar el pasado». (Re-
Trabajo, Higiene y Previsión Social vista Letras y encajes, n.° 118, mayo de
expidió la resolución n.° 382, por la 1936). No obstante los criterios huma-
cual se reglamentaba la prostitución. nitarios que inspiraban a las promotoras
En ella se definía a la prostituta como de esta obra, fueron atacadas social-
la mujer «que habitualmente practi- mente porque se consideraba que era
que el coito con varios hombres indis- un acto de alcahuetería con las «muje-
tintamente y viva en prostíbulos o res perdidas».
casas de lenocinio o las frecuente». La difusión de las enfermedades ve-
Creaba funcionarios encargados de la néreas era médicamente incontrolable
vigilancia y control del ejercicio de la por la carencia de antibióticos, prin-
prostitución y obligaba a que en las al- cipalmente antes de 1945, y constituía
caldías de los municipios se llevaran li- un problema alarmante para la salud
bros de registro de meretrices. Por el pública. Las de mayor ocurrencia y ri-
contrario, el Concejo de Bogotá en gor eran la sífilis y la blenorragia. El
1948 prohibió la prostitución y acabó Estado pretendía después de 1925 or-
con la delimitación de las zonas de to- ganizar campañas de sanidad de las
lerancia en la capital del país. Estas enfermedades sexuales. El doctor Mu-
dos reglamentaciones expresan la di- ñoz criticaba en estas medidas el que
versidad de criterios que existían para sólo se vigilara a las mujeres: «se ha
manejar este hecho social: uno per- considerado que la mujer es la culpa-
misivo, que lo reconocía reglamentán- ble siempre y no el hombre. Los hom-
dolo, y otro represivo, que lo negaba, bres contaminan por doquier a las mu-
eliminándolo legal pero no socialmen- jeres y a los dispensarios no acerca la
te, ya que los prostíbulos se reubica- policía sino a las mujeres públicas.»
ban geográficamente. El problema era más complejo por-
Frente a la prostitución no sólo se que el contagio venéreo no era sólo
presentaba la aceptación de las muje- asunto de prostitutas, sucedía en oca-
res «honradas» como defensa de su siones que las esposas eran contami-
honorabilidad, sino que hubo expre- nadas por sus maridos. Con todo el
siones de solidaridad inscritas en la ca- tabú cultural existente sobre los temas
ridad cristiana. Las señoras de las cla- relacionados con el sexo, este proble-
ses ricas de Medellín crearon desde los ma no se trataba abiertamente. Silen-
años veinte formas de protección a la ciosamente circulaba esa amenaza en
mujer. Una de las instituciones se lla- el seno de las familias de las distintas
maba la Casa de Jesús, María y José, clases sociales. No obstante, en el
para atender a la mujer «caída que en Cuarto Congreso Internacional Fe-
un momento de locura, ignorancia, menino, celebrado en Bogotá en el
irreflexión o miseria sucumbió al re- año de 1930, fue presentado un estu-
clamo amoroso de un hombre avieso». dio titulado «Lucha contra las enfer-
Como imitación de casas similares medades específicas». Virginia Ca-
existentes en Francia, tenía por objeto macho presentó su trabajo, pese a los
atender a las mujeres que con su pri- escándalos que podía provocar y con
mer hijo en brazos deambulaban sin la debida bendición del jesuíta Félix
amparo por las calles. Otra casa se lla- Restrepo. Planteaba que el contagio
Capítulo 1 19

venéreo era uno de los más graves A raíz de la primera guerra mun-
«azotes que acechan a la mujer hon- dial, las mujeres ingresaron masiva-
rada al celebrar el matrimonio y du- mente en Europa y en los Estados
rante él». Combinaba además en su Unidos a los grandes centros de pro-
argumentación las doctrinas en boga ducción fabril. Se produjeron trans-
por aquella época y difundidas por el formaciones en las costumbres y en las
nazismo, relativas a la necesidad de tradiciones. Las mujeres cortaron sus
«depurar la raza» y desarrollar políti- trenzas, cambiaron sus decimonónicas
cas de «higiene de la raza». Proponía ropas largas y pesadas por trajes cor-
tres medidas concretas: la atención es- tos y livianos que facilitaran sus mo-
tatal gratuita y obligatoria a quienes vimientos. Por imperativos económi-
estuvieran contaminados, la exigencia cos y laborales salieron de la tutela fa-
del certificado médico prenupcial que miliar y se adaptaron a las nuevas exi-
acreditara el estado de salud de los gencias de la vida de trabajadoras asa-
contrayentes y, por último, la creación lariadas. Se generaron nuevas formas
del delito de contagio venéreo, ya im- de relación, no sólo social y econó-
plantado en países como Noruega, Di- mica, sino en el manejo del cuerpo, en
namarca y Alemania. La necesidad de el orden de los afectos y en el com-
establecer legalmente el certificado portamiento sexual.
médico prenupcial fue una reivindi- La Iglesia católica, en el año de
cación que aparece en las luchas de las 1930, expidió una instrucción a los obis-
mujeres colombianas hasta los años pos de todo el mundo sobre las mo-
sesenta, sin que el legislador hubiera das femeninas. Para impedir los
tomado medidas al respecto. daños que a las buenas costumbres
«acarrea el indecoroso modo de vestir
La defensa del pudor que tanto iba cundiendo entre las mu-
jeres, incluso de las que se tenían por
Como atributo femenino, la defensa piadosas», lanzó esta cruzada. En ella
del pudor ha sido en la historia de Co- comprometían desde párrocos hasta
lombia objeto de especial atención. directores de colegios, maestras de es-
Éstos son algunos de los aspectos ilus- cuela, padres de familia, para «instar,
trativos de la forma en que el cuerpo reprender, rogar y amonestar a las
de la mujer era ordenado y vigilado. mujeres a que usen vestidos modestos

Propaganda de un elixir
contra las "enfermedades
de la mujer". El pudor,
como atributo femenino
es patente en la leyenda
debajo de la figura:
"Un botón de rosa
mexicano".
20 Nueva Historia de Colombia. Vol. IV

bautismo y confirmación. Otra de las


recomendaciones era la de alejar a las
niñas de los «ejercicios y concursos
gimnásticos públicos».
En Colombia, el obispo de Santa
Rosa de Osos, Miguel Ángel Builes,
se había adelantado a las orientacio-
nes del Vaticano. Famoso por su be-
ligerancia en la defensa de la fe cató-
lica y su ataque pertinaz al liberalis-
mo, la masonería y el comunismo, que
eran el anuncio del caos de la huma-
nidad, expidió en el año de 1927 una
carta pastoral sobre el laicismo. En
ella se refería especialmente a la moda
femenina. Planteaba que las mujeres,
obedeciendo a la consigna del infier-
no, se refinaban cada vez más en el
arte de «desnudarse elegantemente».
Anunciaba la ruina de la sociedad por-
que perdida la mujer se perdió todo,
«nuestras mujeres ya no se tiñen del
suavísimo carmín de la vergüenza y el
pudor, antes bien andan por las calles
y plazas con aquel descoco». Señalaba
explícitamente el tipo de moda que
con tanto ahínco atacaba: «han re-
suelto aparecer, ¡pásmese el cielo!,
vestidas de hombre y montadas a hor-
cajadas con escándalo del pueblo cris-
tiano y complacencia del infierno».
Para poner remedio a esta situación,
se reservaba el obispo la facultad de
absolver este pecado contra la moral,
sin que pudiera hacerlo ninguno de los
vicarios de su jurisdicción. Puesto que
por el hecho de montar a horcajadas
«creemos que se peca contra la ley na-
tural, por los desastrosos efectos que
de esto provienen».
Damas de Medellín que sirvan de ornato y defensa de la
en los años 20. virtud». Impulsaba la creación de una La vigilancia del pudor femenino
En 1930, la Iglesia
católica expidió una especie de ligas de la decencia llama- era una tarea realizada por los párro-
instrucción a los das «Asociaciones Piadosas de Muje- cos, que con especial severidad esta-
obispos de todo el res», para que trabajaran por «acortar blecían patrones a los que debía so-
mundo sobre las modas los abusos en el vestido y promuevan meterse su feligresía. Los conocidos
femeninas, recomendando la pureza de las costumbres y el ves-
la fundación de «pulpitazos» de los párrocos eran uti-
asociaciones piadosas tido honesto». También contempló la lizados contra los liberales en época
de mujeres para cortar instrucción vaticana las sanciones co- preelectoral y contra las mujeres in-
los abusos en el rrespondientes: las transgresoras de- fractoras de esos códigos en cualquier
vestido bían ser expulsadas de los institutos de tiempo. Virginia Gutiérrez, durante
enseñanza. Ordenaba además no su- su investigación en los años 1956 y
ministrar la comunión a las niñas y 1958, constató una serie de normas al
mujeres que usaban vestidos inmodes- respecto, principalmente en pueblos
tos, ni aceptarlas como madrinas de antioqueños y en el Oriente de Cal-
Capítulo 1 21

das. No eran lícitos «los bailes familia- y se reglamentara la educación física y


res, los paseos campestres con presen- los deportes en las escuelas y colegios,
cia simultánea de ambos sexos, el dejando en claro que con ello no se
baño mixto, la equitación femenina, atentaba contra la feminidad. No obs-
montar en bicicleta, en patines, usar tante, en el país, las mujeres de la eli-
slack en ninguna oportunidad [...] La te, desde principios de siglo, practi-
infractora de tales normas recibía al caban deportes tales con el tenis o el
domingo siguiente la sanción pública, basquetbol y utilizaban bicicletas,
pues el nombre de la infractora y el de pese que se consideraban atentatorias
su madre eran denunciados y su con- contra el recato y el pudor femeninos.
ducta calificada como merecedora de En el proceso de industrialización
sanción colectiva». Se obligaba a la en Colombia, desde principios de siglo
progenitora y a la infractora a devol- se utilizó mano de obra femenina. La-
ver las cintas y medallas de Hijas de boraban principalmente en trilladoras,
María y de Madres Católicas, que las fábricas de tejidos, de cigarros y ci-
acreditaban como personas ejem- garrillos. Luis Ospina Vásquez dice
plares. que en Antioquia, en 1916, el 87 % de
En el Congreso Internacional Fe- las obreras eran solteras, el 71 % me-
menino de 1930 fue tratado también el nores de 24 años y el 40 % de ellas
problema de la educación física de la procedían de lugares distintos a Me-
mujer. La médica norteamericana E- dellín. Eran por tanto mujeres jóvenes
thel Barrington y la colombiana Su- que salían de la tutela y protección fa-
sana Wills de Samper, con la sutileza miliares, enfrentaban la vida con ma-
que el tema exigía en aquella época, yores libertades y estaban en contacto
sustentaban la necesidad de ejercitar cotidiano con sus compañeros de tra-
el cuerpo y desarrollarlo. Reivindica- bajo. En el año de 1912 se fundó en
ban la práctica de los deportes olím- Medellín el Patronato de Obreras, pa-
picos y de la gimnasia para la mujer. trocinado por los jesuítas y las señoras
Planteaban solicitudes al Ministerio de de la alta sociedad. Su objetivo era
constituir un asilo para recoger a las
Educación para que hiciera cumplir «hijas del trabajo», enseñarles a co-
las normas dictadas sobre esa materia

Paseo en el Poblado,
Medellín, 1916.
En los pueblos de
Antioquia y Caldas no
eran lícitos
"los bailes familiares,
los paseos campestres
con presencia
simultánea de ambos
sexos, el baño mixto,
la equitación femenina
montar en bicicleta
o en patines,
usar 'slacks' en
ninguna ocasión".
Nueva Historia de Colombia. Vol. IV
22

nocer los peligros del mundo, «las ver- blema que iba desde la congestión
dades fundamentales que les servirían provocada por los curiosos en las ace-
de escudo en el porvenir» y recordar- ras aledañas, hasta las llamadas de los
les los peligros a que estaban expues- políticos y las señoras escandalizados
tas «las obreras sin una mano cariñosa por semejante exhibición. Antioquia.
que les señale el camino luminoso del que fue el departamento pionero en el
deber y las bellezas de la virtud». En proceso de industrialización del país,
el año de 1920 se llevó a cabo en la generó al mismo tiempo mecanismos
fábrica de Bello una huelga promovi- de defensa de las más rancias tradicio-
da por el personal femenino que allí nes morales y religiosas.
laboraba y dirigida por Betsabé Espi- Débora Arango, joven pintora an-
nal. Sus reivindicaciones fundamen- tioqueña, participó en 1939 en una
tales eran el alza de salarios, que se les muestra de pintores profesionales rea-
permitiera usar alpargatas para asistir lizada por la Sociedad de Amigos del
al trabajo y el despido del director de Arte y a ella le fue adjudicado el único
la fábrica y de otros capataces por las premio de la exposición. Sus obras
agresiones sexuales contra cinco obre- provocaron violentos ataques de los
ras. Después de este movimiento se sectores más reaccionarios de la socie-
ampliaron los servicios del patronato dad. No era sólo la pintura de cuerpos
con atención de dormitorios, escuelas desnudos de mujeres lo que motivó tal
de economía doméstica, sindicatos de oposición, sino el hecho de ser reali-
la aguja y demás formas de vigilancia zados por una mujer. El periódico La
y utilización del tiempo libre de las Defensa trató sus cuadros como una
obreras que no se encontraban bajo la «obra impúdica que firma una dama y
protección familiar. que ni siquiera un hombre debiera ex-
Esta preocupación por la virtud de hibir, pero ni aun pintar». Afirmaba
las obreras aparece también en el pe- que, en vez de ser colgados en los sa-
riódico de Coltejer, Lanzadera, que lones del Club Unión, deberían estar
en 1945 dedicó un artículo a la virgi- en la antesala de una casa de Venus.
nidad. Allí se afirmaba que lo mismo La revista femenina Letras y encajes
que en toda familia honrada, la mujer exaltó su obra por vigorosa y cálida
en Coltejer era el centro de mayor «obra de artista y no de muchacha afi-
atención. Expresaba que «son indes- cionada a pintar cosas bonitas para sus
criptibles las humillaciones que sufren amistades». La prensa liberal hizo una
a diario todos y cada uno de los pa- fuerte defensa de los valores artísticos
rientes de la-mujer corrompida». Ex- y personales de Débora Arango, y el
plicaban que el único remedio que se diario conservador El Colombiano
ha encontrado para tan grave mal, también la respaldó.
«hasta la fecha, es la gracia de Dios. Su estilo quebrantaba los cánones
La mujer que lo ama lleva custodiada de la pintura femenina, recatada, in-
su virginidad mejor que si un piquete trascendente, motivo de ornato y
de guardias la vigilara en el día y en la transmisora de los valores morales
noche». predominantes. En Débora Arango
Todo este sistema de prohibiciones había toda una formación conceptual;
que pesaba sobre el cuerpo de la mu- afirmaba, entre otras cosas, que el
jer se reflejaba, en la actividad esté- arte no tiene que ver con la moral, no
tica, en la prohibición de mostrar su es ni inmoral ni moral, «su órbita no
cuerpo. En el año de 1927 un comer- acepta ningún postulado ético». Bajo
ciante de Medellín colocó en su vitrina la influencia que sobre ella ejerció el
una copia de la Venus de Milo. Este expresionismo, continuó pintando,
hecho produjo tal conmoción, que además de sus desnudos, obras que re-
hasta el alcalde de la ciudad tuvo que
intervenir para que fuera retirada a un flejaban la temática de una sociedad
lugar menos visible. Se creó un pro- desgarrada. Lo apreciamos en obras
tales como El placer, La lucha por la
Capítulo 1
23

"Hermanas de la caridad",
óleo de Débora Arango
(1930), en la colección
de la artista, Medellín.
"Su estilo quebrantaba
los cánones de la
pintura femenina,
recatada, intrascendente,
motivo de ornato y
transmisora de los
valores morales
predominantes".
Fue, además, en su
época, la más dura
pintora de temas
políticos y de
realidades sociales
en el país.

vida, El amanecer, Trata de blancas, calificó su trabajo como una muestra


Angustia, Los que entran y los que sa- de arte aplebeyado, hecho para repre-
len y Maternidad. Otro aspecto de la sentar las «más viles pasiones lujurio-
obra de Débora Arango era que trans- sas, dedicadas a halagar perturbadores
gredía las imágenes y modelos de mu- instintos sexuales».
jer predominantes socialmente. Por Débora Arango, al igual que otras
ejemplo, ella afirmaba que trató «de que transgredieron los cánones im-
dibujar el rostro casto de una mujer puestos a la mujer, fue perseguida, so-
para hacer La mística, y, en contra de bre ella pesó también la amenaza de
todas las fuerzas de mi voluntad, re- la excomunión, se refugió en su hogar
sultó el rostro de una pecadora». aislada de la sociedad hasta el año de
En el año de 1940, el ministro de 1975, cuando en otro contexto social
Educación, Jorge Eliécer Gaitán, la pudo exhibir públicamente sus obras.
invitó a Bogotá. Allí participó en el
Primer Salón de Artistas Nacionales y Reconocimiento de los derechos
en el Teatro Colón se le organizó una económicos de la mujer casada,
muestra individual de su obra. Era un y la ley 28 de 1932
momento de agudos ataques de la
oposición conservadora a las políticas En el año de 1919, la asamblea obrera
democráticas del gobierno en materia en la cual se fundó el Partido Socialis-
cultural. Laureano Gómez calificó sus ta, se ocupó de la situación de la mujer
trabajos de pornográficos, que su ex- y en la plataforma que allí se aprobó
hibición, junto con otras obras, aten- establecieron que el socialismo colom-
taban contra la patria fundada en biano se comprometía a trabajar por
Dios, el derecho, la seguridad y el «que la mujer tenga mayores garan-
bien, que el gobierno liberal pretendía tías». Así mismo, el Partido Liberal,
destruir. El periódico El Siglo, en un en la Convención de Ibagué, reunida
artículo titulado «Acuarelas infames», en el año de 1922, aprobó en su pro-
Nueva Historia de Colombia. Vol. IV

24

grama de acción la lucha por una re- El debate sobre este aspecto parti-
forma legislativa que «mejore la con- cular de la condición de la mujer ge-
dición de la mujer casada, y que en ge- neró la discusión sobre otros tópicos
neral asegure a la mujer en la vida so- intocables hasta ese momento. La ma-
cial el alto y libre puesto que le co- yoría de los conservadores en el Par-
rresponde». lamento, más papistas que el papa, te-
En el año de 1930 se empezó a de- mían contrariar los principios invoca-
batir el reconocimiento de los dere- dos por la Iglesia católica y se consti-
chos patrimoniales de la mujer casada. tuyeron muchos de ellos en los guar-
Por iniciativa del gobierno de Enrique dianes de la moralidad pública su-
Olaya Herrera fue presentado al Con- puestamente amenazada con el pro-
greso un primer proyecto tendente a yecto. Uno de ellos llegó a afirmar que
otorgar la igualdad patrimonial de la la ley era «la financiación del adulte-
mujer en el matrimonio. Este proyec- rio». El representante Joaquín Emilio
to fue difundido y analizado por Ofe- Sierra, miembro de la comisión que
lia Uribe de Acosta en el Congreso In- estudió el proyecto de ley. se opuso.
ternacional Femenino, reunido en el Alegaba que la cultura y civilización
mes de diciembre de ese año en Bo- en Colombia no habían llegado a los
gotá. Este primer proyecto no fue límites de las europeas y que un pro-
aprobado por el Congreso. Posterior- yecto de tal naturaleza podía llevar «al
mente, el presidente Olaya nombró al desquiciamiento de la familia y del
abogado Luis Felipe Latorre para que propio Estado culto y cristiano, que la
se encargara de hacer el estudio de las moral y la virtud de nuestras mujeres
reformas requeridas para presentar un han cultivado». Además, afirmaba
proyecto de ley en el cual se otorgaran que las disposiciones propuestas por el
los derechos civiles a la mujer casada gobierno tendían a la implantación de
y dar cumplimiento a uno de los ob- regímenes que «rechazan la educación
jetivos planteados en su campaña po- y la ideología esencialmente cristianas
lítica. del pueblo colombiano, la moral y las
costumbres hogareñas de nuestra
En la base de la argumentación del raza». Laureano Gómez. Silvio Ville-
gobierno estaban presentes, no sólo gas. Luis Ignacio Andrade Gómez
tesis de tipo humanitario, sino la evi- Estrada y Guillermo Valencia, entre
dente necesidad de incorporar la mu- otros, se opusieron al proyecto, inclu-
jer al proceso capitalista, en vía de ex- so valiéndose del abandono de las se-
pansión en el país. Se requería una siones para minar el quórum y así im-
mayor cantidad de fuerza de trabajo pedir su aprobación. Estos senadores
libre y disponible para vincular a la dejaron constancia de su voto negati-
producción, pero la mano de obra fe- vo porque «el nuevo estatuto afectará
menina estaba presa aún en las rela- gravemente la estabilidad del hogar
ciones familiares de tipo servil. Ade- colombiano y porque va directamente
más, en esta época, que fue la de la contra la unidad conyugal, base y sus-
gran crisis económica que afectó al
mundo occidental, se presentaban tentáculo del matrimonio católico». El
otro tipo de problemas en las familias periódico conservador La Defensa de
acaudaladas. Por la estructura jurídi- Medellín. aducía en su contra que la
ca, los bienes de las hijas, al contraer potestad marital quedaría relajada y el
matrimonio, pasaban a ser de propie- esposo recto no podría impedir las ac-
dad del marido y manejados arbitra- tuaciones ruinosas que hiciera la mu-
riamente por quien era designado por jer, defendía la potestad marital que
la ley administrador y jefe de la socie- es «el mando ejercido por quien tiene
dad conyugal, y en ese momento crí- derecho por la naturaleza y por la ley.
tico, las fortunas familiares estaban en Todo aquello que tienda a destruirla.
trance de ser disueltas por los manejos desorganiza el hogar, fundamento de
incontrolables de los vernos. la organización social». Pero la actua-
Capítulo 1 25

ción de los conservadores no fue uni-


forme, un sector importante de par-
lamentarios de ese grupo defendió la
reforma, como los representantes
Eleuterio Serna y Fernando Gómez
Martínez y el senador Mario Fernán-
dez de Soto.
La decidida actuación de los libe-
rales en el Congreso y la presión ejer-
cida por el gobierno hicieron posible
la aprobación de esta ley. Los defen-
sores en la Cámara de Representantes
hicieron descripciones y análisis de la
condición de la mujer. Equiparaban el
problema de la mujer a los problemas
sufridos por las masas campesinas y
obreras, atacaron la doble moral en la
legislación que aplicaba «unos crite-
rios para el señor, para el amo, y otros
para la mujer, la sierva». El Senado de sus futuras esposas, descartando de Georgina Fletcher,
la República fue más tradicional en el una vez y para siempre el interés de la directora del Centro
análisis. Temían que lo radical de la herencia o dote, «que, según parece, Femenil Colombiano,
reforma produciría un salto revolucio- en muchos pretendientes es el princi- fotografiada en la
nario, para el cual no estaba prepa- Quinta de Bolívar, de
pal aliciente para contraer matrimonio Bogotá, durante la
rada la sociedad colombiana y se de- y las jóvenes se sentirán satisfechas sa- realización del
claraban partidarios de una evolución biendo que se las solicita y ama por su IV Congreso Femenino,
moderada y progresiva. No obstante, valor intelectual y moral y no por el de del cual fue
aprobaron la ley porque en la opinión la fortuna que posean». presidenta,
nacional existía una fuerte presión fa- diciembre de 1930.
Al Congreso llegaron también co- Dos años después,
vorable a ella, «el cuerpo de abogados municaciones de grupos de mujeres de presionó con su
de la capital la acoge y patrocina; dig- Neiva y Manizales, en las cuales pe- organización la
nísimas señoras de nuestra sociedad la dían que la reforma no fuera fragmen- promulgación de la ley
prohijan de manera entusiasta, el go- 28 de 1932, que
taria, sino que se limpiara la legisla- consagró la libre
bierno la considera indispensable y la ción de todo aquello que menoscabara administración por
Cámara la adoptó ya en tres debates, la dignidad de la mujer. Clotilde Gar- parte de la mujer
con asentimiento unánime de sus di- cía de Ucrós fue la abanderada de un de sus propios bienes
putados». grupo de mujeres que durante la dis- habidos antes o después
del matrimonio.
Pese a la falta de conciencia que en- cusión del proyecto se hizo presente
tre la mayoría de la opinión femenina en el Senado y la Cámara para presio-
existía sobre la necesidad de la refor- nar la aprobación de la ley 28 de 1932.
ma, un sector de mujeres se dirigió al Esta ley, expedida en noviembre y
Parlamento para presionar la aproba- que entró en vigencia el primero de
ción de la ley. El Centro Femenil Co- enero de 1933, modificó la potestad
lombiano, organización dirigida por marital en la parte relativa a los bienes
Georgina Fletcher y cuyo emblema lo de la mujer. Consagró la libre admi-
constituían las iniciales del nombre de nistración y disposición de los bienes
la organización rodeadas por una pertenecientes a cada uno de los cón-
gruesa cadena, presentó el 12 de no- yuges al momento de la celebración
viembre de 1932 un memorial firmado del matrimonio y de los adquiridos du-
por cien mujeres. En él afirmaban, en- rante su vigencia. Estatuyó la respon-
tre otras cosas, que con la ley se coo- sabilidad de cada cónyuge en las deu-
peraba a la tranquilidad conyugal, das personales y la solidaridad ante
porque los nuevos esposos se ocupa- terceros por las contraídas para satis-
rían por las cualidades y virtudes de facer las necesidades domésticas. Dio
Nueva Historia de Colombia. Vol. IV

26

a la mujer casada la facultad de com- de que en Colombia los más altos ins-
parecer libremente en juicio y eliminó titutos de educación femenina no da-
las autorizaciones maritales para el ban ni siquiera una preparación equi-
manejo de sus bienes. valente al bachillerato masculino y
Sin embargo, la costumbre de tan- afirmaba que «la mujer que quiere sa-
tos siglos no se termina por la expe- ber un poco más tiene que estudiar
dición de una ley. La gran mayoría de sola y exponerse a recibir las críticas
las mujeres beneficiadas por la ley, o sociales que por eso se le hacen».
no la conocieron o temieron aplicarla. La mujer podía realizar los estudios
Se necesitaron no sólo el paso de los de magisterio, que la capacitaban mí-
años sino la modificación de aspectos nimamente para ejercer como maes-
sustanciales de la vida económica y so- tra, profesión socialmente aceptada
cial del país para que las mujeres hi- por ser prolongación de las labores do-
cieran efectivos sus derechos. mésticas de atención y educación de
La Revista Colombiana, dirigida por los niños. Por un decreto de 1870 se
Laureano Gómez, hacía la evaluación estableció crear en cada capital de los
de la ley un año después de expedida. estados federales una normal. En el
Afirmaba que las buenas mujeres no año de 1872 se creó la primera de ellas
la habían puesto en práctica y que la en Bogotá, con 80 alumnas. La ley 39
casi totalidad de los hogares constitui- de 1903 dispuso la creación de una es-
dos como Dios manda, han seguido el cuela normal para varones y otra para
mismo curso. Concluía que «la mujer mujeres en las capitales de los de-
administradora de bienes, agitada en- partamentos, para «formar maestros
tre las multitudes que negocian, su- prácticos, más pedagogos que erudi-
dorosa por el afán de los quehaceres tos». El decreto que reglamentó esa
ley en 1904, hacía recaer los gastos de
domésticos o angustiada por el tráfago la educación primaria masculina en los
de la política puede llegar a inspirar presupuestos departamentales; pero
admiración, pero no infunde amor. Y las escuelas de niñas debía sostenerse
la mujer tiene que ser ante todo amor, por los aportes de los habitantes de
amor de novia, amor de madre, cada distrito. Las escuelas de niñas po-
amor... siempre amor». dían ser regentadas por mujeres, pero
las de niños sólo podían serlo cuando
Educación de la mujer a ellas concurrieran estudiantes me-
nores de doce años. En el año de 1927
Hasta muy avanzado el siglo xx, en fue abierto el Instituto Pedagógico
Colombia se pensaba que la educación Nacional para señoritas y a partir de
de la mujer debía circunscribirse a los ese momento se hace un mayor énfasis
rudimentos que coadyuvaran al de-
sempeño de sus funciones naturales de en la educación del magisterio feme-
madre y esposa. La instrucción de la nino. En su programa se proponía la
mujer se reducía, pues, en los escasos formación de profesores de preesco-
sectores de la población que tenían ac- lar, crear un colegio de segunda en-
ceso a ella, a la enseñanza de la reli- señanza, orientado a formar alumnas
gión, de la lectura y la escritura, pocas en la carrera del magisterio, el esta-
nociones de historia y geografía y to- blecimiento de la Facultad de Ciencias
dos aquellos elementos que le permi- de la Educación para mujeres en la
tieran cumplir con las obligaciones fa- cual se preparaban para la enseñanza
miliares, como bordado, costura y no- y para la inspección de la educación
ciones de economía familiar. Existía pública.
una clara delimitación entre la edu- El acceso de la mujer a la educación
cación masculina y la femenina. María comercial se dio principalmente a par-
Rojas Tejada, institutora antioqueña, tir del proceso de industrialización del
se quejaba, en una conferencia pro-
nunciada en Pereira en el año de 1927, país. Se requería fuerza de trabajo es-
pecializada en actividades comerciales
Capítulo I 27

y de oficina, con preparación contable tipo de educación secundaria, en la fa-


y mecanográfica, siendo éste un sector cultad de odontología. También como
de interés para las mujeres de clase cosa excepcional, la Universidad de
media. En el año de 1908 fue creada Cartagena concedió el grado de mé-
la Escuela Nacional de Comercio para dica a una norteamericana en el año
personal masculino y que a la postre de 1925.
se convirtió en un bachillerato más. Sobre la educación en general pe-
En los colegios femeninos se fue im- saban normas religiosas, impuestas
plantando, a partir de los años veinte, por el régimen de la Regeneración al
además de la educación normalista, la suscribir el Concordato en el año de
educación comercial. En el año de 1887, que entregaba a la Iglesia cató-
1937 el gobierno, dentro de su obra re- lica la suprema vigilancia de los con-
formadora, hizo la reglamentación y tenidos y textos de la enseñanza.
unificación de los pénsumes y estable- El gobierno de Enrique Olaya He-
ció los grados: uno elemental por el rrera abrió a las mujeres la posibilidad
cual en pocos años se adquiría la ca- de realizar estudios secundarios en
pacitación técnica comercial; y el otro,
un bachillerato con orientación pro- igualdad de condiciones con los varo-
fesional comercial. La preparación co- nes y, por lo tanto, el ingreso a la uni-
Estudiantes de la
mercial tenía mucha demanda entre la versidad, mediante los decretos 1.874 facultad femenina de
población femenina. Por ejemplo, en de 1932 y 227 de 1933. la Universidad
1940 se matricularon en institutos pri- Cuando en el año de 1936 fue fun- Javeriana de Bogotá,
dado por el gobierno, en la ciudad de en 1939.
vados 4.000 hombres y 5.677 mujeres. La primera mujer
En 1941, en los públicos ingresaron Medellín, el Instituto Central Feme- bachiller fue admitida
478 hombres y 754 mujeres, y en los nino, con el objeto de impartir a las en la Universidad
privados, 3.210 hombres y 5.217 mu- jóvenes el bachillerato, paralelamente Nacional en 1936,
jeres (Gabriela Peláez Echeverri, La la oposición clerical y conservadora y un año más tarde
creó la Escuela Normal de Señoritas. ingresó el primer
condición social de la mujer en Colom- grupo de mujeres a esa
bia.) También el Instituto Pedagógico La primera rectora del Central Fe- institución. En 1937
Nacional autorizó, a partir de 1930, menino fue la institutora Lola Gon- se graduó la primera
que señoras y señoritas participaran, zález, quien fue obligada a renunciar profesional del país:
en calidad de asistentes, en cursos de por las presiones a que fue sometida. Mariana Arango Trujillo.
estudios superiores, siempre que tu-
vieran la preparación suficiente, a jui-
cio del consejo directivo.
Los índices de alfabetismo y anal-
fabetismo por sexos en el país son ele-
mentos indicativos del grado de ins-
trucción primaria. En los censos de
1938, 1951 y 1964, las mujeres fueron
mayoría dentro del grupo de anal-
fabetas, que constituían el 53 %, el
52 % y el 53 %, respectivamente. En
el grupo de alfabetas eran el 49 %,
en 1938 y 1951, y el 51 % en 1964.
Entre otras razones, por la discri-
minación educativa que impartía a la
mujer un bachillerato que no la ca-
pacitaba para ingresar a la universi-
dad, la mujer no tenía acceso a las
profesiones liberales. Sin embargo, la
Universidad de Antioquia, desde el
año de 1932 había permitido el ingreso
de mujeres que habían cursado ese
Nueva Historia de Colombia. Vol. IV
28

Escuela Normal de
Señoritas, de Medellín,
1910, foto de Benjamín
de la Calle.
Un decreto de 1870
había ordenado la
creación de normales
en las capitales de los
9 Estados.

Era tal la dimensión de los ataques, promiscuidad y la igualdad niveladora


que el gobierno no encontró una mu- entre los sexos. El obispo de Santa
jer del país dispuesta a enfrentar la di- Rosa de Osos, Miguel Ángel Builes,
famación y la persecución. Por ello, atacó la coeducación y también la edu-
contrató a la educadora española En- cación sexual impartida en las escuelas
riqueta Seculi Bastida, mujer progre- por médicos, por considerarla incon-
sista y culta, que se encontraba refu- veniente y peligrosa y parte de los pos-
giada en Francia. También su gestión tulados de los enemigos de la Iglesia y
sufrió los ataques y el acoso de los de- de la patria. El obispo de Pasto lanzó
fensores de la moral cristiana y de la una condena de excomunión, en el
virtud de las mujeres antioqueñas, su- año de 1936, contra la Universidad de
puestamente puestas en peligro por el Nariño, porque en sus aulas estaban
régimen liberal. Sin embargo, recibió presentes varias mujeres estudiantes.
el apoyo de las estudiantes que reali- Pero la oposición a la coeducación
zaron una huelga de protesta. no era sólo asunto del clero y los con-
Otro aspecto que afectaba la edu- servadores. En el año de 1934, cuando
cación era el relativo a la separación se discutía en el Congreso el proyecto
por sexos a nivel primario, factor que de reorganización del Ministerio de
disminuía el tiempo escolar principal- Educación presentado por el ministro
mente en el sector rural, ya que la Luis López de Mesa, se expresaron las
maestra tenía que impartir la instruc- voces de políticos liberales que se le
ción separada a niños y niñas en ho- oponían. El representante Germán
rarios diferentes diariamente. Si ésta Arciniegas, dirigente destacado de la
era una tradición heredada desde el si- juventud liberal, se oponía al ingreso
glo pasado, el régimen liberal que lle- de la mujer a la universidad. Aducía
gó al poder en 1930 empezó a hacer que la coeducación traía como conse-
reformas en este sentido. La Iglesia cuencia trastornos sexuales y que en la
católica se oponía también con em- práctica no había resultado nunca, que
peño a la coeducación. El papa Pío XI por lo tanto permitir su ingreso traería
se había referido al tema en su encí- un grave mal en vez de provecho. Ata-
clica sobre la educación. Aducía que có la iniciativa como de «simple brote
este sistema era erróneo y peligroso demagógico y que desde don Alfonso
para la educación cristiana, puesto el Sabio estaba dicho que la mujer no
que estaba fundado en doctrinas na- es sujeto competente para ciertos me-
turalistas que negaban el pecado ori- nesteres y profesiones que pertenecen
ginal y se producía como resultado la y corresponden a los hombres». Los
Capítulo1 29

representantes Gerardo Molina y Jor- «cuanto marchite la sensibilidad es


ge Eliécer Gaitán fueron defensores para la mujer pérdida ruinosa». Las
del ingreso de la mujer a la universi- llamaba a regresar a su propia perso-
dad en este debate. Posteriormente, nalidad de mujeres, ya que «en tanto
en el año de 1945, Germán Arcinie- el varón construye la fábrica de la cul-
gas, desde el Ministerio de Educación, tura y va elaborando el tejido de la
creó las Universidades Femeninas, historia, la mujer reine y ahonde y dé
para que impartieran a las mujeres calor de afecto al mundo del hogar».
una educación profesional propia de Este pronunciamiento del ministro
su sexo, tales como orientación fami- provocó enconadas críticas de parte
liar, servicio social, secretariado y de- del dirigente conservador Augusto
lineantes de arquitectura. Trastocó Ramírez Moreno y de las mujeres que
parte de los avances igualitarios y de- en ese momento participaban activa-
mocráticos que en materia de educa- mente en una campaña nacional por el
ción femenina había logrado implan- reconocimiento de sus derechos polí-
tar la República Liberal. ticos.
Durante el segundo gobierno de Al- También el escritor antioqueño Fer-
fonso López Pumarejo, su ministro de nando González se había referido, en
Educación, Antonio Rocha, también 1936, en su libro Los negroides, a la
se declaró en contra de la educación educación de la mujer. Afirmaba, en-
superior de la mujer, a pesar de que tre otras cosas, que «ningún ser tan va-
el gobierno estaba tratando de implan- cío, más repugnante y ficticio que la
tar reformas políticas que dieran a la bachillera, aquella que reniega del
mujer la posibilidad de ejercer sus de- amor y coge como sucedáneo o ven-
rechos ciudadanos. En el acto de gra- ganza las ciencias o las artes. Ninguna
duación de las bachilleres del Gimna- hermosa es bachillera. Coincide el ba-
sio Moderno en noviembre de 1944, chillerismo con la sequedad vital».
Antonio Rocha pronunció un discurso La primera mujer bachiller fue ad-
en el cual llamaba a las jóvenes a re- mitida en la Universidad Nacional en
flexionar acerca de si conquistar un el año de 1936, pero fue en 1937 cuan-
nombre profesional era un triunfo o do ingresó el primer grupo de mujeres
una equivocación lamentable, porque a esa institución. En ese mismo año se

Escuela Normal de
Señoritas, de Cartagena,
1910.
La ley 39 de 1903
había dispuesto la
creación de una escuela
normal para varones
y otra para mujeres
en todas las capitales
de departamento.
Nueva Historia de Colombia. Vol. IV
30

graduó la primera profesional del país, 402 varones y 11 mujeres; en el año de


Mariana Arango Trujillo, que recibió 1948 fueron 740 hombres y 74 muje-
el título de odontóloga en la Univer- res; en 1950, 737 varones y 128 mu-
sidad de Antioquia. Las excepcionales jeres. Hasta el año de 1965 todavía se
aptitudes demostradas por la mujer en daban grandes diferencias en la edu-
la universidad constituyeron la prueba cación profesional masculina y feme-
fehaciente de su capacidad y dieron nina, cuando egresaron 2.784 hombres
cuenta del surgimiento de un nuevo y 915 mujeres. (Lucy Cohen, Las co-
tipo de mujer. Rosita Rojas Castro re- lombianas ante la renovación univer-
cibió su diploma de abogada del Ex- sitaria. )
ternado de Derecho en 1942. Es im-
portante destacar que la tesis de grado El trabajo de la mujer
de la primera abogada de la Univer-
sidad Nacional, Gabriela Peláez Eche- Ha existido la creencia común de que
verri, versó sobre La condición social la mujer no ha trabajado, o que sólo
de la mujer en Colombia; sus jurados empezó a hacerlo a partir de su vin-
Jorge Soto del Corral y Antonio Gar- culación a la producción fabril. Esta
cía pidieron que fuera laureada. La creencia se refleja también en la his-
Universidad le concedió mención ho- toria económica del país, en la cual la
norífica. actividad económica de la mujer se re-
Durante esos primeros años las mu- gistra de manera incompleta por los
jeres universitarias optaron por carre- criterios de valoración prevalecientes.
ras tales como química, farmacia, bac- Han sido trabajos asociados con las la-
teriología, excepcionalmente por me- bores tradicionales del hogar, en la
dicina, derecho e ingeniería. El pro- economía campesina de autoabasteci-
ceso de ingreso de la mujer a la uni- miento o en las empresas familiares.
versidad fue no sólo lento, sino de Son actividades socialmente no apre-
carácter elitista, como ha sido la edu- ciadas como aporte económico, ya que
cación superior en Colombia. En el han sido realizadas en la privacidad
año de 1938 egresaron de las univer- del hogar, usualmente no remunera-
sidades colombianas 278 hombres y 6 das y generalmente el producto de
mujeres; en el año de 1944 lo hicieron este trabajo ha sido captado por el va-

Vendedoras de carbón,
Medellín, 1919.
"A las mujeres del
pueblo les tocaba
realizar los más duros
destinos domésticos..."
Capitulo 1
31

Lavandera, de Medellín,
fotografía de Melitón
Rodríguez, 1920.
Trabajo "invisible"
que se convierte en
visible cuando
no se realiza...

rón, jefe del hogar. Sin embargo, en que se convierte en visible cuando no
las variaciones culturales que se ex- se realiza. Efectivamente, las mujeres
presan en las distintas regiones del han llevado a cabo a lo largo de la his-
país encontramos diferencias en el tra- toria del país no sólo las tareas atinen-
to social y familiar del trabajo feme- tes a la reproducción biológica de la
nino. especie, sino las relativas a la reposi-
Los censos de población realizados ción y reproducción diaria de la fuerza
en Colombia han tenido criterios cam- de trabajó. Además de la socialización
biantes con respecto al trabajo de la de los niños, que se traduce en incul-
mujer. El de 1870 incluía datos espe- carles las normas y valores básicos de
cíficos sobre las actividades femeni- la cultura, que les permitan luego
nas, pero los de 1905, 1912, 1918 y adaptarse socialmente y garantizar la
1928 las excluyeron. Posteriormente supervivencia del orden establecido.
los censos de 1938, 1951, 1964 y 1974 No obstante, las mujeres ejercían
han incluido dentro de la población sus funciones hogareñas de acuerdo a
económicamente inactiva al ama de su extracción social. Las mujeres de
casa. Un aspecto ignorado durante si- las clases altas cumplían su papel de
glos es el aporte que ha hecho la mu- reproductoras de la familia, ejercían
jer al sostenimiento de la sociedad en labores de vigilancia y administración
las labores domésticas, culturalmente general del funcionamiento de la casa,
asignadas a ella. Con el trabajo coti- haciéndose cargo del mando del con-
diano de preparación de alimentos, la- tingente de servidoras que hacían por
vado y arreglo de ropas, aseo e higiene ella las labores del hogar. Eran mu-
de la casa y el cuidado de los niños, jeres que podían gozar del ocio, bajo
las mujeres han contribuido a la for- la vigilancia atenta del marido, la fa-
mación de la riqueza social y familiar milia y la sociedad.
e incluso a la acumulación de capital, A las mujeres del pueblo les tocaba
sin que por ello hubieran recibido re- realizar los más duros destinos domés-
tribución económica, ni siquiera va- ticos en las casas o haciendas donde
loración social. Esta actividad de la servían. Sin protección legal de nin-
mujer en el hogar es lo que hoy co- guna clase, con un régimen salarial ar-
nocemos como «trabajo invisible», bitrario, eran enganchadas a cambio
32
Nueva Historia de Colombia. Vol. IV

Fábrica de chocolates
Chaves y Equitativa,
de Manizales, en 1924:
una sección totalmente
atendida por mujeres.

de la alimentación y el vestido, sin jor- riada desde el siglo pasado, en las ta-
nada máxima, situación que en la bacaleras de Ambalema, en la pro-
práctica se prolonga hasta hoy día. ducción de aliños, en la confección de
A las amas de casa en las clases po- sombreros para la exportación, en la
pulares urbanas y campesinas, además recolección y escogencia de café.
de las labores diarias, correspondía la En los inicios de la industrialización
confección de vestidos, zurcido y re- fue utilizada la fuerza de trabajo fe-
paración de prendas, atención de la menina, principalmente en trilladoras,
huerta, o de labores agrícolas y man- fábricas de tejidos, de cigarros y ci-
tenimiento de animales domésticos. garrillos. Estas fábricas requerían de
Otro tipo de actividades realizadas mano de obra poco cualificada retri-
por la mujer eran las tendentes a la buida con bajos salarios. Luis Ospina
producción de alimentos, que antes de Vásquez plantea que en el año de 1922
la producción fabril eran de confec- Coltejer pagaba a los obreros salarios
ción casera. Por ejemplo, desde la co- de $ 0,50 y $ 2,70, mientras que a las
lonia se adscribió a las mujeres indí- obreras se les pagaba un salario de
genas la realización de las labores de $ 0,35 y $ 0,80. La fábrica de Rosellón
molinera, chocolatera, pastelera, con- en Envigado pagaba $ 1,00 a los hom-
fitera, para que los hombres pudieran bres y $ 0,45 a las mujeres. La contra-
desempeñar otros oficios «que nece- tación de personal en las fábricas de
sitaban mayor aplicación, ciencia y textiles favorecía ampliamente a las
trabajo», según disposición del virrey mujeres. En la fábrica de Tejidos de
en 1777. Otra clase de trabajos típi- Bello, en el año de 1916, según consta
camente femeninos los encontramos en el informe de Hacienda de ese mis-
mencionados en el código civil de mo año, laboraban 110 obreros y 400
1887: como directora de colegio, obreras. En 1912 la Compañía Colom-
maestra de escuela, actriz, obstetriz, biana de Tejidos tenía enganchados 20
posadera y nodriza. hombres y 200 mujeres y para el año
Fuera de estos trabajos domésticos de 1922 tenía 60 hombres y 240 mu-
o los que eran extensión de los mis- jeres.
mos, encontramos a la mujer vincu- A medida que fue aumentando el
lada en calidad de trabajadora asala- proceso de industrialización y de ur-
Capitulo 1 33

Fábrica de tabacos
La Universal,
de Zapatoca, Santander,
en 1917, atendida por
mujeres adultas,
niñas y también niños.

banización y que se fue tecnificando la ción era el ocio. Se constituía ella en


producción en el país, se aprecia una factor para lucir el estatus económico
disminución drástica de la vinculación del marido, a través de las ropas, las
de la fuerza de trabajo femenina en el joyas y su condición de señora bien
sector fabril, pasando a engrosar el alimentada y protegida por la capaci-
sector de prestación de servicios. Plan- dad económica del esposo. Las muje-
tean Cecilia López y Magdalena León res de los sectores populares, por el
que la mujer sale bruscamente del sec- imperio de la necesidad, rompían la
tor primario, en que pasa del 33,4 % cultura, y las encontramos en nuestra
en 1938, al 4 % en 1974; también del historia laborando, fuera de la tutela
sector secundario en el que ocupaba de la familia, solteras o casadas, y en-
el 36,4 % en 1938 y pasa al 12,5 % grosando el contingente de obreros de
en 1973 y engrosa las filas del sector la industria. Las mujeres de las clases
terciario en el cual pasa de ser el 29 % medias, aspirantes a ocupar el estatus
en 1938, al 44,8 % en 1973, aumen- de las clases altas, también estaban li-
tando así las filas de los grupos de co- mitadas en sus posibilidades laborales.
merciantes, vendedores y de servicios Salvo como maestras, no era social-
personales. mente bien visto que estas mujeres
ocuparan un trabajo remunerado.
La protección Testimonian mujeres de clase media
legal al trabajo de la mujer que durante la crisis de los años treinta
se vieron obligadas a vincularse en ca-
La norma constitucional según la cual lidad de secretarias, ayudantes de con-
«toda persona es libre de escoger pro- tabilidad, etc. y fueron objeto de cen-
fesión u oficio» tenía para la mujer sura y rechazo social. Se prohibía a las
restricciones. Además del régimen ci- jóvenes de su edad frecuentar amis-
vil que arrebataba a la mujer casada el tades con las que trabajaban, se les
manejo de su dinero y sus bienes, la quitaba el saludo y se las aislaba so-
mujer encontraba serios obstáculos cialmente.
para ejercer una profesión. Para la En general, el régimen del trabajo
mujer de las clases altas, el concepto asalariado femenino estuvo tan des-
de trabajo era prohibido y su ocupa- protegido como el de los varones, has-
34 Nueva Historia de Colombia. Vol. IV

gal. La ley 28 de 1932 le dio la plena


capacidad civil a la mujer y, por lo tan-
to, la habilitó en materia laboral para
contratar libremente.
Han existido, tanto en la legislación
nacional como en la internacional, dos
aspectos específicos de protección a la
mujer asalariada. Las normas que pro-
hiben que la mujer realice trabajos
insalubres o peligrosos, tanto física co-
mo moralmente, y que labore en jor-
nadas nocturnas, con el objeto de pre-
servar el honor y la moral de las obre-
ras. En el país datan estas disposicio-
nes desde 1931, año en que el Con-
greso Nacional acogió legalmente las
reglamentaciones hechas por la Or-
ganización Internacional del Trabajo
en 1919.
En el mes de octubre de 1935 el gre-
mio de las escogedoras de café, por in-
termedio del representante Diego
Luis Córdoba, presentó al Congreso
un memorial suscrito por trescientas
obreras, en el cual denunciaban la si-
tuación laboral a que las tenían so-
metidas las casas exportadoras. En él
se referían principalmente a los atro-
pellos a que eran sometidas como mu-
jeres, y a la desprotección que sufrían
como madres asalariadas. Acusaban,
entre otras, a la empresa Hary Land
de obligar a sus obreras embarazadas
Dos maestras, ta los años treinta, época en que los a realizar trabajos duros que provo-
a comienzos de siglo, gobiernos liberales empiezan a elabo- caban abortos, «estos casos no están
en Medellín. rar una política en materias laboral y previstos en los accidentes de trabajo
Trabajos
sindical. y el muerto, por ser hijo de una pobre
específicamente mujer, se queda sin cobrar, siendo
femeninos, según el El régimen de las mujeres casadas,
código civil de 1887, cuyos bienes y salarios eran adminis- moralmente responsable el patrón,
eran directora de trados por sus maridos, empezó a ser por obligar a las mujeres a movilizar
colegio, maestra de
reformado levemente en el año de bultos de café que pesan 77 kilos».
escuela, actriz, (Anales de la Cámara, n.° 87, octubre
obstetriz, 1922, cuando por la ley 8.a se les otor-
posadera y nodriza. gó la administración y uso libres de los de 1935.) Exigían del Estado la fija-
de uso personal, entre los que se con- ción de una pensión por maternidad y
taban sus vestidos, ajuares, joyas e la protección de su derecho al trabajo,
instrumentos de su profesión u oficio. ya que eran despedidas por estar em-
Posteriormente, en los inicios del go- barazadas. También hacían referencia
bierno de Enrique Olaya Herrera, por a la política de despidos de las empre-
la ley 83 de 1931 se estatuyó que la sas, que les cancelaban sus contratos
mujer casada, aunque no estuviera di- de trabajo al llegar a la edad de treinta
vorciada ni separada de bienes, podía años y por tratar de formar un sindi-
recibir directamente el pago de sus cato.
sueldos y salarios, y administrarlos sin Efectivamente, la maternidad como
intervención de su representante le- función social no se ha tenido en cuen-
Capítulo I 35

ta en la historia del país. De ella se en 1944 una profunda investigación


ocupa el Estado tardíamente, y sólo sobre la situación de la mujer asalaria-
en relación con la mujer obrera y em- da. Concluía que la obrera de las gran-
pleada. Pese a que las mujeres estaban des fábricas se encontraba en mejor
vinculadas a la producción desde prin- condición. Por el contrario, las muje-
cipios de este siglo, solamente en el res vinculadas a industrias domésticas
año de 1938, a fines del gobierno de Chapolera o recogedora
y talleres en la producción de sombre- de café antioqueña,
Alfonso Pérez Pumarejo, se expide la ros, modistería y fabricación de teji- en 1922.
primera norma de protección a la ma- dos de lana en pequeña escala, tenían Trescientas obreras
ternidad. En esta ley se establece la li- que laborar hasta catorce horas diarias de este gremio
cencia remunerada de ocho semanas y en días festivos, sin prima de navi- presentaron un memorial
durante la época del parto y de dos se- al Congreso, en 1935,
dad ni vacaciones y en malas condicio- denunciando atropellos
manas en caso de aborto; se le garan- nes técnicas. Estas mujeres no goza- de las compañías
tiza el derecho a conservar su puesto ban de las garantías legales no sólo exportadoras y
de trabajo durante el embarazo y la porque generalmente las desconocían, solicitando pensión de
lactancia; se prohibe emplear a mu- sino porque de hacerlas efectivas las maternidad, protección
jeres embarazadas en trabajos insalu- despedían de sus empleos. A las mu-
al derecho de trabajo
bres o peligrosos, en los que necesiten y supresión de despidos
jeres que laboraban en la agricultura por causa de edad.
hacer grandes esfuerzos y en labores
nocturnas, y se fijan sanciones eco-
nómicas para los patrones infractores
de estas disposiciones. La legislación
protectora de la infancia data de 1924,
año en el cual se expidió una ley que
obligaba a las fábricas que contrataran
más de cincuenta obreras a fundar sa-
las-cunas para sus hijos. Posterior-
mente, la ley 53 de 1938 elabora un re-
glamento más detallado en el cual se
otorga a la madre el derecho a dispo-
ner de veinte minutos, cada tres horas,
para amamantar a su hijo. La posibi-
lidad de reproducir la especie ha sido
para la mujer un factor de discrimi-
nación en materia de oportunidades
de trabajo, ya que la clase capitalista
no ha estado dispuesta a cubrir los cos-
tos sociales y laborales que ella repre-
senta. Este problema se ha ido agu-
dizando con el correr de los años y su
desplazamiento al sector de servicios
tiene una estrecha relación con este
factor. No obstante, cuando se discu-
tía en el Congreso, en el año de 1932,
el reconocimiento de los derechos ci-
viles a la mujer casada, sus defensores
argumentaban que era preferida la
fuerza de trabajo de las mujeres ca-
sadas, porque ellas eran más discipli-
nadas y mejores trabajadoras por la
urgencia de sostener la familia.
Gabriela Peláez Echeverri, para su
trabajo de tesis sobre La condición so-
cial de la mujer en Colombia, realizó
36 Nueva Historia de Colombia. Vol. IV

no se les reconocía protección legal de derechos políticos de la mujer se de-


ninguna naturaleza, ni siquiera en es- sarrolló en la década del cuarenta, las
tado de embarazo; no tenían jornada mujeres obreras expresaban la nece-
máxima y sus salarios en los distintos sidad de la unión y la organización
departamentos del país oscilaban en- para luchar por sus reivindicaciones
tre $ 0,10 con alimentación y $ 0,40 sin laborales. En la Primera Conferencia
alimentación. Así mismo en las trilla- Nacional Femenina, celebrada en fe-
doras de café, que usualmente contra- brero de 1945 en Bogotá, la dirigente
taban personal femenino, encontró di- tabacalera Lola Martínez informaba
ferencias. Las grandes trilladoras es- que tenían una organización sindical
taban controladas por el gobierno y con más de mil afiliadas. Pero que en
por esta razón se daba cumplimiento esta tarea de organizar sindicalmente
mínimo a las normas de protección del a la mujer en Santander, habían teni-
trabajo. En las pequeñas y medianas, do que enfrentar también a la Iglesia,
les pagaban salarios inferiores, eran que arregló unos ejercicios espiritua-
vinculadas transitoriamente y en pé- les y en la confesión se impuso como
simas condiciones de higiene. Otro penitencia renunciar al sindicato, bajo
elemento que aporta Gabriela Peláez pena de excomunión. La delegada de
es el relativo al «contentamiento se- Barrancabermeja, Alcira Galindo, de-
xual» de los patronos y capataces a nunciaba la situación de las mujeres
que era obligada la obrera en la pe- trabajadoras y exponía cómo las que
queña y mediana empresa, principal- laboraban en casas de familia o en ho-
mente. Este factor del chantaje sexual teles tenían que dormir en el suelo, sin
lo encontramos referenciado en la prestaciones sociales y con jornadas
huelga de las obreras de la fábrica de hasta de diecinueve horas; y las que
Bello, que en 1920 exigieron en sus trabajaban al servicio de los nortea-
reivindicaciones el despido del direc- mericanos en la refinería tenían que
tor de la fábrica por atropellos sexua- laborar este mismo número de horas
les contra cinco obreras. diarias por un salario de $ 15,00 men-
Durante el movimiento que por los suales sin alimentación.

Sala de telares de
Textilera Hernández,
en Medellín, 1917.
La fuerza femenina
de trabajo se incorporó
tempranamente a la
industria, a través
de las fábricas
de textiles, donde
eran mayoría de
obreras, aunque
desde luego recibían
salarios muy
inferiores al
de los hombres.
Capitulo 1 37

Derechos políticos de la mujer pañol se adscribió principalmente a


los lincamientos de la Revolución
Un aspecto de la historia política del francesa de 1789. que tenían por base
país es el relacionado con la situación teórica el reconocimiento de la liber-
de la mujer frente al Estado. La lucha tad, la igualdad y la fraternidad de to-
por la democracia política, económica dos los hombres. Pero a pesar de esta
y social ha sido un largo proceso en la proclamación teórica, en la práctica
historia de la humanidad, que aún se gozarían de ellas los propietarios, los
prolonga, porque una cosa es la decla- alfabetas y los varones; era por tanto
ratoria formal de esos derechos y otra una democracia organizada no sólo
su ejercicio real por la mayoría de la por y para los propietarios, sino por y
población. Si bien ha sido complejo y para los varones. La Constitución de
difícil para las masas populares, lo ha la República de Colombia de 1821 de-
sido más para las mujeres que forman finía la calidad de ciudadano sin es-
parte de ellas y aun para las de las cla- pecificar el sexo, pero la cultura polí-
ses dominantes, porque ni siquiera a tica no pensaba la posibilidad de la
las garantías de tipo formal han podi- ciudadanía femenina. Sólo a partir de
do acceder a la par que los varones de la Constitución de 1843 se introdujo la
su clase. fórmula de que «son ciudadanos los
El derecho a la ciudadanía es un as- granadinos varones ...» que rigió hasta
pecto fundamental de los derechos po- mediados del siglo xx.
líticos y consiste en el conjunto de de- Sin embargo, en la historia del país
rechos, obligaciones y garantías públi- se registra un hecho excepcional y
cas y privadas de que gozan los ciu- exótico para las condiciones culturales
dadanos. Una de sus expresiones es el de la época. Los constituyentes de la
ejercicio del sufragio, del derecho a provincia de Vélez del año de 1853 es-
elegir y ser elegido a los órganos de tablecieron que todo habitante de la
representación popular. provincia «sin distinción de sexo ten-
El Estado colombiano, como ente drá entre otros derechos el del sufra-
independiente del yugo colonial es- gio». Posiblemente Vélez fue la pri-

Empacadoras de la
Compañía Colombiana
de Tabaco, Medellín,
hacia 1920.
Mano de obra poco
cualificada,
retribuida con
bajos salarios.
Nueva Historia de Colombia. Vol. IV
38

tradición política familiar, por razones


amorosas o por necesidad, estuvieron
vinculadas a las gestas guerreras, en
uno y otro bando de la contienda. Sus
actividades iban desde el rezo por el
éxito de sus parciales, la confección de
bandas y estandartes bordados, la di-
fusión de rumores falsos para descon-
certar al enemigo, la atención de los
heridos, la compra y el transporte
clandestino de armas, hasta la acción
directa en los combates. Las «volun-
tarias», las «vivanderas» y las «juanas»
fueron inseparables de los ejércitos y
el sostén para los soldados. Ellas
transportaban grandes fardos con las
provisiones y demás elementos que
hacían el bienestar en campaña, pre-
paraban alimentos, curaban a los he-
ridos y peleaban en los combates. Ma-
ría Martínez de Nisser, mujer conser-
vadora de la alta clase social, organizó
en el siglo pasado una campaña militar
para hacer frente a los liberales. María
Analina Restrepo aparece en el archi-
vo fotográfico de Benjamín de la Calle
en 1897 con sus cananas y su pistola.
Sin embargo, como ha acontecido
en casi todos los grandes conflictos de
la humanidad, en los momentos críti-
cos se rompen códigos y tradiciones, y
las mujeres participan activamente en
la lucha. Pero una vez resuelto el con-
flicto, vuelven a sus cocinas y a sus la-
bores tradicionales en el hogar, sin
que el partido triunfante les reconozca
Celebración del mera región del mundo en donde derechos políticos en la nueva estruc-
centenario de Policarpa constitucionalmente se otorgó el de- tura del Estado.
Salavarrieta,
en Bogotá, noviembre
recho del sufragio a la mujer. Suecia Un elemento básico de la ciudada-
14 de 1917. Aunque lo concedió en 1866, y en 1869 el es- nía es la nacionalidad. En muchas le-
no gozara de los tado norteamericano de Wyoming lo gislaciones del mundo las mujeres por
derechos políticos, hizo para propiciar la inmigración fe- contraer matrimonio perdían la propia
la mujer colombiana menina, poner orden a las elecciones
no estaba ausente y adquirían la del esposo y variaba si
de las luchas y acabar con la embriaguez y la co- éste adquiría otra. En Colombia este
políticas y civiles. rrupción. fenómeno jurídico no se ha presenta-
Pero el hecho de que la mujer no do, pero en el proyecto de Constitu-
gozara de derechos políticos no signi- ción de la Regeneración se contempla-
ficaba que estuviera ausente de las lu- ba y no fue aprobado.
chas políticas. Desde la revolución de José María Samper, constituyente
la Independencia hasta las confronta- por el estado de Bolívar, explicaba por
ciones armadas del siglo pasado, que
terminaron con la guerra de los Mil qué no le otorgaron la ciudadanía al
Días, las mujeres participaron activa- menor, al vago y a la mujer en la
mente. Por intereses económicos, por Constitución de 1886. Con respecto a
esta última afirmaba que Colombia es-
Capítulo 1 39

María Analina
Restrepo,
guerrillera de
Santa Rosa de
Osos, en Antioquia,
fotografiada por
Benjamín de la Calle,
en 1897, con
canana, pistola
y cartuchos.
40
Nueva Historia de Colombia. Vol. IV

taba muy lejos de aceptar la ciudada- vida del mariscal Sucre. Fue delegada
nía de la mujer, porque «la mujer no de Colombia al Congreso de Ameri-
ha nacido para gobernar la cosa pú- canistas, realizado en Huelva en 1892;
blica y ser política precisamente por- así mismo escribió el Catecismo de his-
que ha nacido para obrar sobre la so- toria colombiana, que donó al gobier-
ciedad por medios indirectos gober- no nacional para la enseñanza en las
nando el hogar doméstico y contribu- escuelas y fue publicado por el Minis-
yendo incesante y poderosamente a terio de Educación en 1905. Los seu-
formar las costumbres (generadoras dónimos que utilizó en sus escritos de
de las leyes) y a servir de fundamento la prensa bogotana fueron Alderaban,
y modelo a todas las virtudes delica- Bertilda, Andina. Olga y Renata. Fue
das, suaves y profundas». (Derecho miembro de honor de la Asociación
público interno de Colombia.) Ade- de Escritores y Artistas de Madrid, de
más, explicaba que la ciudadanía fe- la Sociedad Geográfica de Berna,
menina equivaldría a una transforma- de la Academia Nacional de Historia
ción moral porque trocaría el papel de de Colombia y de la de Caracas.
los sexos, «deshaciendo la obra de la Doña Soledad Acosta expresó en
Providencia y haciendo desatinos por varios de sus escritos su interés en las
enmendar a Dios la plana». Durante mujeres. Desde un punto de vista his-
el período conocido en la historia del tórico escribió La mujer es la civiliza-
país como «la hegemonía conserva- ción, Literatas francesas, Galería de
dora» de 1886 a 1930 no se presen- mujeres virtuosas y Las desdichas de
taron cambios en el estatus político de Aurora, publicadas en la revista La
la mujer. Mujer. En el congreso celebrado en
España con motivo del cuarto cente-
Voces de mujeres y en favor nario del descubrimiento de América.
de la mujer en las primeras 1892. presentó, entre otras, la mono-
décadas del siglo grafía citada, Aptitud de la mujer para
ejercer todas las profesiones y el perio-
En Colombia, a fines del siglo pasado dismo en Hispanoamérica. En ella
y principios de éste se destaca Sole- afirmaba la capacidad intelectual de la
dad Acosta de Samper. hija de padre mujer, planteaba que lo justo «lo
colombiano y de madre inglesa. Fue equitativo será abrir las puertas a los
escritora muy prolífica autora de 17 entendimientos femeninos para que
novelas (de ellas. El esclavo de Juan puedan escoger la vía que más con-
Fernández fue traducida al francés) y venga a cada cual. Ellas podrán deci-
de varias monografías, una de las cua- dir entonces entre dos caminos igual-
les titulaba Aptitud de la mujer para mente honorables sin duda pero muy
ejercer todas las profesiones y el perio- diferentes. Unas continuarán bajo la
dismo en Hispanoamérica. Fue cola- dependencia casi absoluta de la volun-
boradora de revistas y periódicos tad del varón, y en cambio cosecharán
como El Mosaico y Biblioteca para Se- aquellas consideraciones, aquel res-
ñoritas, fundó y dirigió la revista La peto que rinde el caballero a la mujer
Mujer, redactada exclusivamente por y al niño con la generosidad con que
señoras y señoritas. En 1869 publicó todo ser fuerte trata al débil. Otras pe-
en Bélgica su primer libro llamado netrarán en los recintos científicos,
Novelas y cuadros de la vida surame- que hasta el día frecuentaban los hom-
ricana y dirigió posteriormente la Re- bres, y allí, al igual que ellos ganarán
vista Literaria. También escribió sobre las palmas del saber humano». Tradi-
historia política. En 1883 ganó un con- cionalmente la producción literaria
curso en Bogotá con motivo del cen-
tenario de Bolívar, con su Biografía era patrimonio de monjas o de las
del general Joaquín París. Ganó otro grandes damas que constituían casos
premio en 1909 con su libro sobre La especiales, por su posibilidad de ac-
ceso a la cultura frente a la masa de
Capítulo 1 41

mujeres que carecía de instrucción.


Además, la producción literaria fe-
menina estaba regida por austeros cá-
nones formados por el ideal de femi-
nidad que imponían una serie de con-
vencionalismos en la forma y en los te-
mas. Marcadas por el ideal femenino
de la ingenuidad y por la negación de
sus pasiones, las mujeres expresaban
una poesía acartonada por la espiri-
tualidad, el pudor, la exaltación ili-
mitada de la maternidad y de todos los
demás valores que se imponían como
paradigma femenino. Sor Juana Inés
de la Cruz, en el siglo XVII en México,
constituye una excepción, no tanto
por su opción de tomar la vida religio-
sa para acceder al conocimiento y a la
producción literaria, sino por lo que
ella manifiesta de la condición de la
mujer, que la coloca en la historia del
mundo entre las precursoras del fe-
minismo.
En las primeras décadas de este si-
glo se empezó a expresar en América
Latina un movimiento cultural de mu-
jeres, principalmente a nivel literario.
Mujeres de varios países surgen en el
panorama de las letras hispánicas a
través de la poesía. De ellas, las que
mayor influencia ejercieron en Co-
lombia, fueron Juana de Ibarbourou,
Alfonsina Storni y Delmira Agustini,
que aportaban elementos nuevos en la
creación femenina, tales como la rei-
vindicación del deseo, de la pasión
amorosa, de la relación erótica no me-
dida por los cánones de la moral im-
perante y también manifestaban la an-
gustia vital por su condición de mu- Jaramillo, María Cano, Ilva Camacho, Soledad Acosta de
jeres. Otra autora que se destacó en María Eastman, Luz Flórez Fernán- Samper, en la galería
ese período fue Gabriela Mistral, ex- de notabilidades
dez y su hermana Paz Flórez, Geor- colombianas, publicada
presión del pensamiento femenino tra- gina Fletcher, Rosario Grillo, Helvia con motivo del
dicional, pero que reivindicaba la edu- García, Blanca Isaza de Jaramillo, centenario de la
cación para la mujer. Mujeres jóvenes Uva Jaramillo Gaitán, Sofía Ospina, Independencia, 1910.
colombianas se expresaron en las pri- Gertrudis Peñuela, Juanita Sánchez Notable autora del
ensayo "Aptitud de la
meras décadas del siglo, principalmen- Lafouri y Fita Uribe. Durante esta mujer para ejercer
te a través de la poesía y del cuento. época proliferaron concursos femeni- todas las profesiones".
Bernardo Uribe Muñoz, autor del li- nos de cuento y poesía, ganados por
bro Mujeres de América, publicado en varias de las autoras mencionadas y en
1934, hace una extensa reseña de las los cuales se otorgaban reconocimien-
escritoras latinoamericanas de la épo- tos tales como el Jazmín de Plata.
ca. De las colombianas destaca a Aura Varios hechos presentados en el
María Arias Bernal, Adelfa Arango mundo en las primeras décadas del si-
Nueva Historia de Colombia. Vol. IV
42

glo XX, así como las transformaciones consiguiente formación del incipiente
que se operaron en la estructura eco- proletariado del cual formaban parte
nómica y social del país, contribuye- importante las mujeres, así como el in-
ron a generar cuestionamientos a la flujo de las ideas socialistas, fueron
condición de la mujer, no como fe- elementos que también coadyuvaron
nómeno social prevaleciente, sino al cuestionamiento de la condición de
como expresiones marginales, dise- la mujer.
María Cano, minadas a lo largo del primer tercio María Cano, símbolo de la mujer
símbolo de la mujer del siglo. La primera guerra mundial rebelde que se integra a la lucha obre-
rebelde que se integra trajo como consecuencia la variación ra y popular, nació en Medellín en
a la lucha obrera
y popular, agitadora del estatus de la mujer en varios países 1889. Se destacó como agitadora y or-
del movimiento europeos y en los Estados Unidos, ex- ganizadora del movimiento huelguís-
socialista, presado en el reconocimiento de los tico y socialista de los años veinte. Sin
organizadora de huelgas derechos políticos de la mujer y en re- pedir permiso a la sociedad pacata y
en los años 20, formas a la estructura familiar, que fa- moralista, irrumpió en espacios que
"irrumpió en espacios
que le eran vedados vorecían su condición. En Colombia, eran vedados a la mujer. Proveniente
a la mujer". el proceso de industrialización, con la de una familia con raigambre radical,
recibió una excepcional educación en
su tiempo, en los colegios laicos que
su padre regentaba. Participó en una
tertulia de intelectuales liberales en su
ciudad, en donde recibió la influencia
de Víctor Hugo, Lamartine, Zola, Di-
derot, D'Alembert, Rousseau y Vol-
taire. María Cano, al igual que un pe-
queño grupo de mujeres liberales, re-
cibió la influencia de las escritoras Ga-
briela Mistral, Alfonsina Storni, Del-
mira Agustini y Juana de Ibarbourou
y empezó a incursionar en el periodis-
mo y en la creación poética. Participó
en la fundación de la revista Cyrano
en 1920, de la cual es la única cola-
boradora femenina. Posteriormente
colaboró, en 1922, en El Correo Li-
beral, junto con Fita Uribe y María
Eastman. A partir de sus lecturas en
la sala de la Biblioteca Departamental
empezó a relacionarse con obreros y
artesanos que allí concurrían y a fre-
cuentar los barrios pobres de la ciu-
dad. Practicó el tipo de feminismo que
en esa época se estilaba entre las se-
ñoras ricas, que consistía fundamen-
talmente en hacer obras de caridad.
En la realización de obras de benefi-
cencia, María Cano desarrolló su sen-
sibilidad social y política y se hizo co-
nocer de los obreros. Por esta razón
fue elegida, el 10 de mayo de 1925,
«Flor del Trabajo». En esa época exis-
tían dos formas pintorescas de exaltar
a las mujeres de las clases medias y al-
tas. A través de eventos que les hacían
Capítulo 1 43

posible entrar como reinas a espacios y luego como empleada de la Biblioteca


para ellas vedados, como el mundo del Departamental, hasta 1947. Dice To-
trabajo remunerado y el mundo uni- rres Giraldo que «María Cano vivió los
versitario, se las nombraba «Flor del últimos veinte años de su vida como una
Trabajo» o «Reina de los Estudian- flor marchita en un vaso de agua, hasta
tes», para recaudar fondos de ayuda que el viento se la llevó el 26 de abril
para las casas del Obrero y del Estu- de 1967».
diante y para promover obras sociales. Aun cuando María Cano no reivin-
A partir de esa exaltación empezó dicó los derechos específicos de las
María Cano su carrera política. Rom- mujeres, sino los de las masas en ge-
pió de hecho la tradicional sujeción de neral, se refirió a ellos en un home-
la mujer al espacio hogareño. Tomó naje que le tributaron las obreras de
las tribunas, participó activamente en la Alianza Nacional Femenina en
la agitación de las ideas socialistas, se 1945, en la ciudad de Medellín. En
movilizó por todo el país alentando la momentos en que se desarrollaba en el
lucha obrera en seis giras, denuncian- país una intensa campaña por los de-
do las injusticias y la opresión contra rechos políticos para la mujer, María
las clases populares. Enfrentó la re- Cano expresó que había aportado su
presión y sufrió cárcel en varias oca- juventud ardida en ansias de libertad,
siones. Colaboró en el periódico so- «la vida misma ofrecí mil veces y la
cialista La Humanidad, que dirigía Ig- plena responsabilidad como ciudada-
nacio Torres Giraldo. na de Colombia. Ciudadana, sí, aun-
María Cano estuvo vinculada a la lu- que la ley no haya otorgado aún a la
cha revolucionaria durante un período mujer la igualdad de derechos con el
relativamente corto de su vida. Por las hombre». Llamaba a las obreras a no
contradicciones surgidas en el seno de permitir que «se nos coloque por más
su partido, por el marginamiento que se tiempo en rutas acordeladas, en esfe-
le hizo en esa lucha intestina y por la ras de sensiblería que restan nuestro
agresión social de que era objeto, se re- destino como valores humanos. No
tiró a la vida privada, a la edad de 41 por ser consecuentes de nuestra res-
años. En ese mismo año de 1930 se vin- ponsabilidad perdemos la diáfana sa-
culó como obrera de la papelería de la biduría de nuestra feminidad». (Dia-
Imprenta Departamental de Antioquia rio Popular, 29 de julio de 1945.)

Cabezote de la revista
semanal "Cyrano".
en cuya fundación
intervino María Cano
y de la cual fue la
única colaboradora
femenina, desde 1920.
Escribió también
en "El Correo Liberal"
y en "La Humanidad".
44 Nueva Historia de Colombia. Vol. IV

Patronato de obreras El periódico socialista La Humani- de la educación, la mujer se debía vin-


de Medellín, 1918. dad, a partir de octubre de 1925, pu- cular a la revolución social.
blicó una sección que se llamaba Fe- A fines de la década de los años
meninas, firmada por Clara Luna. En veinte, una de las reivindicaciones
ella se refería a temas que muchas ve- principales hechas por las pocas mu-
ces entraban en contradicción con las jeres que en este sentido se expresa-
tesis expuestas por otros colabora- ban, era la relativa al mejoramiento
dores. La columnista afirmaba, por del nivel cultural femenino. La insti-
ejemplo, que la mujer sufría otra clase tutora María Rojas Tejada manifestó
de explotación, además de la que com- esa aspiración en la conferencia titu-
partía con el hombre, porque «es con- lada Feminismo dictada en Pereira en
siderada inferior sociológica y fisioló- 1927. Defendió la justeza de la lucha
gicamente por el hombre, quien es el de las sufragistas inglesas aun cuando
que legisla en su favor. Por tanto la consideraba que ellas «cometieron
mujer tiene doble motivo de su rebel- atropellos y se tomaron libertades más
día en la doble tiranía que sufre». allá de lo que pide la natural suavidad
Planteaba que un principio de solu- femenina y eso desacreditó por ese en-
ción a la situación de la mujer estaba tonces la primera campaña feminista».
en que se le impartiera educación al Resaltaba las reformas de la posguerra
igual que al hombre, para que así no en Europa como el triunfo máximo del
se dejara someter, pero que además feminismo y planteaba la necesidad de
Capítulo 1 45

hacer reformas en la educación que las


capacitara para trabajar y ganarse el
sustento.
Otra expresión femenina es la que
aparece en los escritos de Sofía Ospina
de Navarro publicados en el año de
1926. En ellos expone la mentalidad,
los intereses y las actividades que en
esa época realizaban las mujeres de las
clases ricas de Antioquia que trataban
de incorporarse a las labores de or-
ganización social. Cultivaba Sofía Os-
pina, además de la literatura culinaria,
el género del cuento, a través de di-
vertidas crónicas sobre hechos y cos-
tumbres sociales. Sus ensayos consti-
tuían una especie de decálogo al cual
debía ceñirse la mujer y que superaba
los marcos de su clase y llegaba a los
sectores medios de la sociedad. Son
una verdadera guía de lo que debe ha-
cer la mujer en el hogar para compla-
cer a su esposo, el manejo de los «cria-
dos» y de la economía familiar. En
uno de ellos, titulado Feminismo, afir-
maba que éste ya había llegado a Me-
dellín y que nadie debía asustarse con
esa palabra, ya que su manifestación
se hacía a través del trabajo de las mu-
jeres en las fábricas y oficinas que se
había convertido en la fuente de sus-
tento de muchas familias. Atacaba al
feminismo de orientación bolchevique
y las reformas en la educación de la
mujer, porque «una fuerte dosis de
instrucción indigesta a la mujer». Enu-
meraba los resultados del feminismo
«bien entendido», tales como el Club
Noel y la Gota de Leche, el Patronato
de Obreras, la Protección de la Joven
y la Escuela Modelo, el Dormitorio de
sas y además crearon en 1929 una ins- Sofía López, flor del
la Merced y la construcción del Tem- trabajo de Bogotá,
plo del Sagrado Corazón de Jesús, titución llamada Centro Femenino de y María Cano, flor del
obras «que han ido purificando poco a Estudios. Tenía por objeto este centro trabajo de Medellín,
poco la atmósfera pesada y chismosa aportar a las mujeres de elite elemen- asisten al congreso
de los costureros» {Cuentos y cróni- tos culturales que a través de la edu- obrero reunido en el
cas.) Estas actividades que realizaban cación formal no recibían. Semanal- Teatro Bogotá, en
mente se han reunido para escuchar noviembre de 1926.
las mujeres de las clases adineradas en conferencistas nacionales y extranje-
las principales ciudades del país fue- ros que han hablado sobre los más va-
ron el origen de la carrera del Servicio riados temas. También en el año de
Social. Efectivamente, un grupo de 1925 se fundó la revista Letras y en-
mujeres antioqueñas se empeñó en cajes, bajo la dirección de Teresita
realizar obras sociales, que las sacaban Santamaría de González. A pesar de
del tradicional papel de mujeres ocio- ser una revista confesional, dirigida
Nueva Historia de Colombia. Vol. IV
46

Sofía Ospina
de Navarro
y Jorge Restrepo Uribe,
alcalde de Medellín.
Los ensayos de Sofía
Ospina "constituían
una especie de
decálogo al cual
debía ceñirse
la mujer, y que
superaba el marco de
su clase y llegaba
a los sectores medios
de la sociedad".

por mujeres ortodoxamente conser- tos centrales: la necesidad de dar a la


vadoras, afirmaba su directora que, mujer una preparación intelectual que
cuando salió el primer número, «se le la capacitara para ser independiente
recibió con un poco de curiosidad un en la vida y dotarla de un techo propio
tanto hostil, hasta por las mismas mu- que la protegiera en las eventualida-
jeres: 'Esos son caprichos de bachille- des de la vida matrimonial. Su charla
ras', 'son ridiculeces modernistas', de- oscilaba entre la melosidad descriptiva
cían despectivos los hombres. 'Hasta de los atributos de la feminidad y la
feo es eso que las mujeres se metan a confrontación que el mundo moderno
publicar papeles', 'hasta pecado será', hacía de ese ideal. Decía: «Nosotros
murmuraban las amigas». El objetivo preparamos la mujer para la más si-
de la revista lo describía la propagan- nuosa esclavitud. Mirad si pueden ga-
da que decía: «Letras y encajes es la narse el pan y escoger su amor y de-
revista netamente femenina que se cidme si un ser que va por el mundo
edita en el país, con el material más como objeto, a veces de pasiones au-
selecto, interesante y moral. En ella se daces y juguete del capricho de la for-
encuentra desde la receta de cocina tuna, es libre y ¿podrá siquiera aspirar
hasta la clase de educación familiar y a serlo?»
el artículo ameno y literario». Baldomero Sanín Cano, desde un
Durante el primer tercio del siglo punto de vista laico, marcadamente
también hubo algunas manifestaciones democrático y feminista, expresó su
masculinas en pro de los derechos de opinión en una «Conversación en la
la mujer. De ellas las más destacadas Universidad» realizada en el año de
son las de Luis López de Mesa y Bal- 1927. Atribuía a la civilización judaica
domcro Sanín Cano. El primero pro- y cristiana la idea de que la mujer es
nunció en el año de 1920 una confe- el crimen y el pecado, sobre la cual se
rencia en el Teatro Colón de Bogotá. basaba su inferioridad civil y política.
A pesar del temor varias veces expre- Resaltaba el pensamiento liberador de
sado a las represalias que podría traer- la mujer de John Stuart Mill, y de Ib-
le abordar ese tema, planteó la nece- sen en su Casa de muñecas, así como
sidad de realizar la revolución femi- la novela Ifigenia de la escritora ve-
nista en Colombia. Abocó dos aspec- nezolana Teresa de la Parra, en la cual
Capítulo 1 47

se mostraba la condición de la mujer


en América Latina. Exaltaba las re-
formas de Europa que le habían otor-
gado derechos civiles y políticos. Afir-
maba que «la cultura de un pueblo se
mide por la participación que la mujer
tenga en los destinos de ese pueblo».
En el año de 1930, la Liga Interna-
cional de Mujeres Ibéricas e Hispa-
noamericanas, integrada por repre-
sentantes de ochenta países, organizó
el Cuarto Congreso Internacional Fe-
menino, para conmemorar el cente-
nario de la muerte del Libertador Si-
món Bolívar. La representante de Co-
lombia ante la Liga y presidenta del
Congreso Femenino era Georgina
Fletcher, escritora, genealogista y es-
pecialista en heráldica, quien fue una
de las primeras impulsadoras del fe-
minismo sufragista en el país. El re-
presentante a la Cámara José María
Saavedra Galindo presentó el proyec-
to que se convirtió en la ley 11 de
1930, por el cual la nación se asociaba
a la realización del Congreso Inter-
nacional Femenino aportando la suma
de 15.000 pesos, franquicia postal y te-
legráfica y pasajes libres en las vías na-
cionales a las delegadas nacionales y
extranjeras. El proponente de la ley presupuestal con el objeto de contri- Una portada de la
hacía especial referencia a la condi- buir a la solución de la grave crisis fis- revista "Letras
ción de la mujer en su exposición de cal que en ese momento afectaba a la y encajes", fundada en
motivos. Pedía su elevación definitiva nación. 1925 y dirigida por
«al trono donde se distribuyen los de- Teresita Santamaría
A este congreso, que sesionó en el de González, "con el
rechos humanos, para que tal distri- Teatro Colón, fueron presentadas po- material más selecto,
bución tradicionalmente desigual y es- nencias relativas a la efemérides que interesante y moral",
clavizante, se haga en adelante a base las reunía, y también análisis sobre la según describía la
de justicia y equidad entre las dos par- propia publicación.
condición de la mujer. Ofelia Uribe
tes en que se halla dividida la esfera presentó Contribución al estudio de la
humana». Planteaba también que el reforma Olaya-Restrepo sobre el régi-
feminismo profesado por la Liga de men de las capitulaciones matrimonia-
Mujeres no era «el desorbitado y de- les, Susana Wills de Samper presentó
lirante de aquellos que pretenden in- un estudio sobre Educación física y de-
vertir el cono de los valores huma- portes, Virginia Camacho presentó un
nos», sino que estaba dotado de un trabajo sobre la Lucha contra las en-
programa «constructivo, reivindica- fermedades específicas, Alicia Ruiz
dor, garantizado por el honor del ho- Escobar presentó una ponencia en la
gar, por la moralidad, por el respeto a que proponía que la Academia de His-
las leyes naturales y por la base incon- toria creara un premio anual para el
movible de los eternos afectos del co- mejor trabajo presentado por una mu-
razón». Un grupo de mujeres envió un jer, que se fundara el Centro Feme-
memorial al Senado de la República nino de Historia Nacional como cen-
solicitando la supresión de la partida tro consultivo para los institutores, y
48 Nueva Historia de Colombia. Vol. IV

que el Ministerio de Educación nom- ceso a la cultura y la independencia


brara una mujer para el Archivo Na- económica les permitía gozar de unas
cional o para la sección de historia de condiciones mínimas diferentes a las
la Biblioteca Nacional, con el objeto del resto de la población femenina y
de difundir los estudios elaborados les posibilitaba mirar críticamente su
por el Centro Femenino de Historia situación social.
Nacional. La prensa destacó la parti- El congreso despertó un amplio in-
Portada de "Una voz cipación de Susana Olózaga de Cabo terés en la opinión pública, la afluen-
insurgente", de y de María Eastman. Quizás por pri- cia de varones a sus sesiones fue nu-
Ofelia Uribe de Acosta
dibujada por Edulfo mera vez en la historia del país apa- trida, «hasta el punto que, una noche,
Peñarete (1963). recieron en la vida pública los trabajos ante la imposibilidad de penetrar al
Ofelia Uribe, activista y el pensamiento de un grupo amplio Colón porque ya estaba repleto de
femenina, fue una de de mujeres. La mayoría de las parti- gente, rompieron las puertas para pre-
las ponentes en el
IV Congreso Internacional
cipantes eran educadoras, que fueron cipitarse a escuchar a las oradoras que
Femenino, reunido en las pioneras en el despertar de la mu- hacían gala de capacidad, elocuencia,
Bogotá, en 1930. jer para reclamar sus derechos. El ac- elegancia y señorío» (Ofelia Uribe de
Acosta, Una voz insurgente.)

Las primeras reformas a la


condición política de la mujer
Con el inicio de lo que en la historia
nacional se conoce como la segunda
República Liberal, en el año de 1930
se empezó a debatir en el país la pro-
blemática de la mujer colombiana. La
primera transformación importante se
dio en 1932 con el reconocimiento de
los derechos civiles de la mujer casa-
da, y a partir de allí empezó el largo
proceso por el reconocimiento de sus
derechos políticos. En el año de 1933.
los parlamentarios conservadores Au-
gusto Ramírez Moreno. Juan de Dios
Arellano. Joaquín Estrada Monsalve y
Antonio Álvarez Restrepo presenta-
ron un proyecto de reforma constitu-
cional, por el cual se concedía el voto
a la mujer, que fue archivado después
de haber sido recibido en primer de-
bate. Durante el gobierno de Alfonso
López Pumarejo. en el paquete de re-
formas a la Constitución Nacional que
consideró el Congreso, estaba incluida
una que otorgaba el sufragio universal
a los varones, sin discriminación pa-
trimonial, ni de instrucción.
El análisis de este artículo generó en
la Cámara de Representantes la dis-
cusión sobre la conveniencia de con-
ceder el sufragio a la mujer, que no se
consideraba en la propuesta. A partir
de ese momento se empezaron a ex-
presar las distintas corrientes de opi-
Capítulo 1 49

nión que sobre este asunto se mani-


festaron a lo largo de todo el tiempo
que duró el debate por los derechos
políticos de la mujer. En este proceso
se hizo evidente lo que plantea Simo-
ne de Beauvoir en su libro El segundo
sexo: «Siempre han sido ellos (los
hombres) quienes han tenido entre sus
manos la suerte de la mujer, y no han
decidido de ella en función de su in-
terés sino considerando sus propios
proyectos, sus temores y necesida-
des.» Los representantes Eduardo
Bossa, Carlos M. Pérez y el procura-
dor general de la nación, Gerardo
Martínez Pérez, plantearon la necesi-
dad de otorgar la totalidad de los de-
rechos ciudadanos a las mujeres. Mo-
vidos por el temor de que esta reforma tendría una mujer parlamentaria para Mensaje a las mujeres
podría tener consecuencias políticas, amamantar a su hijo durante las sesio- trabajadoras publicado en
nes y pedía incluir en el reglamento la la "Gaceta Republicana"
porque la mujer estaba sometida a los en mayo de 1919.
dictados del confesionario, que per- lactancia parlamentaria; además, afir- La manifestación a la
judicarían electoralmente al partido maba: «nuestra mujer, gracias a Dios, que se convocaba,
del gobierno, acordaron concederle es esencialmente casera, doméstica, y el 20 de mayo de ese
solamente la posibilidad de ejercer es dentro del hogar donde despliega año, dejó como resultado
sus buenas y sus malas condiciones. varios muertos.
cargos públicos. Frente a la fórmula
del Senado de la República que ne- Los que algo [...] tengamos todavía de
gaba también esta posibilidad, se llegó latinos, no queremos, no toleraremos
a un acuerdo con base en la fórmula la mujer politiquera, la mujer de ac-
presentada por el senador de la iz- ción, oradora, periodista o redentora
quierda liberal José Vicente Comba- del pueblo». Otro argumento esgri-
riza, y que fue la que quedó plasmada mido por los opositores a los derechos
en el acto constitucional de 1936 como políticos era la derrota de la República
el inicio de un proceso progresivo de española, por haber otorgado el sufra-
cambio de la situación política de la gio a las mujeres que estaban influen-
mujer. La derecha liberal se opuso ciadas por el clero; no obstante,
con fuerza a esta opción. El senador Eduardo Santos, que era el que hacía
Arrieta expresaba que «si la mujer esta consideración, también recordaba
vive bajo la patria potestad de su ma- que el triunfo del partido liberal, en
rido, no está bien que el legislador tra- las elecciones que ganó Olaya Herre-
te de romper la paz del hogar, abrien- ra, fue logrado con el fervor de las mu-
do las puertas». Otro senador, Manuel jeres.
F. Caamaño, explicaba que en París la El desenlace de este primer intento
mujer abogada había sido un verda- fallido por otorgar los plenos derechos
dero fracaso, «no ha sido posible ha- políticos a la mujer fue la aplicación
cer jueces a las mujeres; ellas no pue- de una política restrictiva que negaba
den prescindir del rouge en los mo- la ciudadanía femenina y el ejercicio
mentos más delicados de la investiga- del sufragio, pero permitía la vincu-
ción. Está muy bien la mujer enfer- lación de la mujer a ciertas tareas del
mera, la mujer institutriz, pero la Estado. El artículo 8.° del acto legis-
mujer gobernador no está de acuerdo lativo 1.° de 1936 la autorizó, si era
con nuestro temperamento». El des- mayor de edad, para «desempeñar
tacado dirigente liberal Armando So- empleos públicos que lleven anexa au-
lano hacía mofa de los problemas que toridad o jurisdicción, en las mismas
condiciones que para desempeñarlos
50 Nueva Historia de Colombia. Vol. IV

exige la ley a los ciudadanos». Parece rácter marcadamente gremial y de-


que las primeras mujeres que hicieron mocrático, y buscaba el mejoramiento
uso de esta enmienda constitucional cultural y económico de la mujer co-
fueron Lucrecia Pardo Espinel, nom- lombiana y gestionar ante el legislador
brada tesorera por el Concejo Muni- y el gobierno la adopción de medidas
cipal de Choachí (Cundinamarca). en que favorecieran el reconocimiento de
1940. Y Rosita Rojas Castro, nombra- los derechos y reivindicaciones de la
da por el Tribunal Superior de Bogo- mujer. En la ciudad de Tunja, Ofelia
tá, en 1943. como juez penal del Cir- Uribe de Acosta, Inés Gómez de Ro-
cuito, hecho que produjo escándalo y jas, Carmen Medina de Luque y otras
la demanda de inconstitucionalidad fundaron la revista Agitación femeni-
del nombramiento, pero el Consejo de na, que circuló mensualmente durante
Estado falló en favor de su designa- dos años, bajo la dirección de Ofelia
ción. Uribe. Fue el primer medio de difu-
El segundo intento de reforma po- sión feminista creado en el país. A tra-
lítica relativa a la mujer se hizo en vés de él pudieron expresarse mujeres
1944. cuando en el segundo mandato de distinta procedencia social y polí-
de Alfonso Pérez Pumarejo, su minis- tica, en favor de los derechos de la
tro de Gobierno Alberto Lleras Ca- mujer y analizando aspectos específi-
margo presentó un proyecto en el cual cos de la condición femenina en Co-
se otorgaba la ciudadanía a la mujer y lombia, América Latina y el mundo.
se la facultaba para ser elegida. Pero Esta revista llegaba a los lugares más
la posibilidad de elección quedaba remotos del país, entre otras razones
aplazada hasta que el Congreso regla- por la colaboración que en ese sentido
mentara el ejercicio del sufragio fe- les prestaban los comunistas, que se
menino. encargaban de su distribución. La ciu-
dad de Tunja fue una especie de cen-
Este proyecto fue presentado al tro generador de las ideas y de la agi-
Congreso en el mes de noviembre de tación feminista en la época. Allí Ofe-
1944, una vez reabiertas las sesiones,
que habían sido suspendidas durante lia Uribe y sus compañeras, con el
la tentativa de golpe militar realizada apoyo del propietario de Radio Bo-
en Pasto, en junio de ese año, y en la yacá. organizaron un espacio llamado
cual fue puesto prisionero el presiden- La hora feminista en el cual difundían
te de la República junto con otros fun- los propósitos del movimiento de las
cionarios como el ministro de Trabajo mujeres por sus derechos. Las oposi-
Adán Arriaga Andrade. toras al movimiento organizaron otro
El ministro Lleras Camargo afirmó programa llamado La hora azul para
en su sustentación de la reforma re- combatirlas. Ofelia Uribe se desplazó
lacionada con la ciudadanía de la mu- a varias ciudades dictando conferen-
jer que en la opinión femenina no ha- cias que eran transmitidas por las emi-
bía demanda y que no estaban inte- soras locales. Radio Cristal, en Bo-
resadas en sus derechos. En el debate gotá, fue la emisora utilizada por las
público participó como grupo de pre- feministas para concienciar a las mu-
sión un sector importante de la pobla- jeres de la necesidad de tener otro es-
ción femenina. En 1944 florecieron tatus político.
variadas formas de organización fe- Lucila Rubio de Laverde, destacada
menina para presionar este reconoci- educadora y escritora, organizó en
miento. En agosto, se fundó la Unión Bogotá la Alianza Femenina de Co-
Femenina de Colombia por iniciativa lombia, que representó un papel im-
de Rosa María Moreno Aguilera e portante en la organización de las mu-
Ilda Carriazo; en ella se agrupaban jeres obreras durante este proceso. Se
médicas, abogadas, dentistas, institu- crearon, animadas por el partido so-
toras, universitarias, enfermeras y em- cialista democrático, seccionales en
pleadas de alta categoría. Tenía un ca- todo el país, y en el mes de febrero de
Capítulo 1 51

Operarias de la
Tipografía del Comercio
de Medellín, segunda
década de este siglo.

1945. se reunió en Bogotá la Primera que el Congreso dio uso de la palabra


Conferencia Nacional de Mujeres, a la para sustentar los derechos políticos
cual concurrieron obreras, estudiantes femeninos.
y mujeres de las clases medias de todo La oposición al proyecto fue expre-
el país. La revista femenina Letras y sada por la derecha liberal en el perió-
encajes de Medellín, también se ex- dico El Tiempo y por la conservadora
presó en favor del voto femenino y en en El Siglo. Los ataques generalmente
sus editoriales reproducía artículos o estaban unidos a la descalificación de
conferencias dictadas por las dirigen- las reformas sociales que en esa época
tes del movimiento en Bogotá. el gobierno había sometido a la con-
El periódico El Liberal abrió sus pá- sideración del Congreso, una vez su-
ginas editoriales al debate y publicó perado el incidente de Pasto.
artículos de hombres y mujeres en de- Calibán, en su columna «Danza de
fensa del proyecto. La manera obje- las Horas» en El Tiempo, fue el más
tiva y constante como este órgano pe- agresivo y obstinado opositor a la re-
riodístico informó sobre los aconteci- forma constitucional. Su primer ata-
mientos contrasta con el desconoci- que lo hizo cuando el presidente de la
miento hecho por otros medios que no República se refirió a las reformas a
hacían alusión al proceso o se referían mediados de 1944. Expresaba su pun-
a él para atacarlo. El periódico Diario to de vista respecto a los derechos de
Popular agitó constantemente las rei- la mujer, haciendo referencia a los he-
vindicaciones femeninas; se destacan chos que se presentaban en el mundo
los artículos de Mercedes Abadía, Ma- y las consecuencias que podían traer
tilde Espinosa y Luciana Querales. las reformas en Colombia. Afirmaba
Las mujeres utilizaron otros medios que el más grave resultado de la gue-
de presión, tales como reuniones con rra mundial, que en ese momento se
las comisiones del Congreso encarga- libraba, era que cincuenta millones de
das de estudiar la reforma, plebiscitos combatientes habían sido desalojados
firmados por miles de mujeres de todo de todas partes por sus encantadoras
el país y agitación en las barras duran- hijas, esposas, madres, hermanas y
te las sesiones plenarias. Lucila Rubio aun abuelas, pero que lo peor era que
de Laverde fue la primera mujer a la las mujeres habían adquirido indepen-
Nueva Historia de Colombia. Vol. IV
52

dencia moral y espiritual. «Las jóve- derrocar al gobierno. A su regreso al


nes solteras se ríen del matrimonio, y país fue juzgada en consejo de guerra,
proclaman el derecho a tener hijos sin hecho que fue destacado en gran ti-
necesidad del vínculo sagrado. Otras tular de El Siglo, que decía «Primera
muchas, más o menos asexuales, que Mujer en América sometida a un con-
antes se casaban para buscar apoyo sejo de guerra». Otro columnista de
económico, declaran la voluntad de este periódico. Julio Abril afirmaba
mantenerse solteras, y las casadas se que «ser feas es lo único que no se les
están divorciando. Dentro de 10 años, puede perdonar a las mujeres de la
los EE.UU. se encontrarán con 15 mi- misma manera que ser sufragistas es lo
llones de solteronas entre los treinta y único que no se les puede perdonar a
los cuarenta y cinco años, que acaba- las feas». Decía que las mujeres que
rán con la tranquilidad pública.» Pedía quieren el voto son «precisamente
que no se introdujeran fermentos de aquellas que los hombres no determi-
muerte en la organización social: «sal- nan y que forman la melancólica co-
vémosla y no la sometamos a la prue- fradía de las solteronas».
ba insensata del voto femenino que
será el paso inicial en la transforma- En la Cámara de Representantes se
ción funesta de nuestras costumbres y aprobó en la primera ronda la plenitud
de la pugna entre los sexos». Califi- de los derechos para la mujer por ini-
caba en sus escritos a la campaña por ciativa de los sectores de la izquierda,
los derechos políticos como inútil: principalmente de Diego Montaña
«del sufragismo no se ha dejado con- Cuéllar. Diego Luis Córdoba y Gil-
tagiar en Colombia sino una ínfima berto Vieira. a pesar de la oposición
minoría. El sarampión sufragista pa- del ministro de Gobierno que por
sará pronto. Ojalá sin dejar huella». motivos de conveniencia política abo-
En varias oportunidades las tildó de gaba por su reconocimiento progresi-
izquierdistas. Afirmaba en todas las vo. Los defensores del proyecto en el
formas la inferioridad femenina y para Senado fueron el comunista Augusto
ello se respaldaba en argumentos co- Durán y el dirigente de la izquierda li-
mo el de que «ninguna hembra ha beral José Vicente Combariza, pero
igualado al macho en las manifestacio- en esa corporación fue definitivamen-
nes del atletismo, en toda la escala te negada la plena ciudadanía feme-
animal, sólo una yegua ha ganado el nina, por la alianza realizada entre
Gran Derby (1915) y esto porque el nueve senadores liberales con el sector
handicap la favorecía». Planteaba que conservador. En la Reforma Consti-
la reforma le quitaría a la vida privada tucional de 1945 quedó consignada
todo su encanto: «Ser marido o novio una extraña fórmula jurídica que decía
de una ministra o de una líder parla- mucho, pero que concedía muy poco
mentaria, no resulta ni cómodo ni gra- a la mujer. Estableció en su artículo
to» y aludía a la institución familiar 2.°, que son ciudadanos los colombia-
porque era una de las mejores en el nos mayores de veintiún años, o sea
país: «es nuestro refugio, nuestro con- que se le concedía ese derecho: pero
suelo, nuestro altar». en el artículo siguiente se reservaba la
función del sufragio y la capacidad de
El periódico El Siglo, a través de su ser elegido a los varones. La revista
columnista Emilia Pardo Umaña. ata- Agitación femenina, en un artículo lla-
caba el voto femenino en un artículo mado «Los hombres eligen», afirma-
titulado Pobres muchachas, en el cual ba: «Se perpetúa la tradición: ellos eli-
alegaba que las mujeres no necesita- gen, para provecho propio, cuanto el
ban los derechos que pedían. Esta mu- mundo brinda para comodidad de to-
jer escribía desde el refugio que había dos. Quien posee la fuerza tiene el de-
buscado en Quito, después de su ac- recho. El Poder está en sus manos:
tuación durante el golpe de Pasto, suya es la facultad de legislar y suya
cuando salió por las calles llamando a también la fuerza bruta, base y sostén
Capitulo 1
53

Comisión Interamericana
de Mujeres, en el
palacio de la Unión
Panamericana, en
Washington,
diciembre de 1940.
María Currea de Aya
es la penúltima de la
derecha, sentada.

de toda tiranía.» Al mismo tiempo mostrar las incongruencias de la refor-


rendían un férvido tributo de admira- ma de 1945, recalcaba los compromi-
ción y simpatía a los hombres que las sos adquiridos por Colombia en varios
habían apoyado en su campaña. eventos internacionales. La VI Con-
Con posterioridad a la reforma de ferencia Internacional Americana reu-
1945, los distintos sectores políticos nida en La Habana en 1928 creó una
representados en el Parlamento em- comisión encargada de trabajar por
piezan a expresar su interés por otor- los derechos de la mujer, que poste-
gar los derechos políticos de la mujer. riormente fue denominada Comisión
Cada uno luchaba, de acuerdo a sus Interamericana de Mujeres por la VII
principios e intereses, por lograr el su- Conferencia reunida en Montevi-
fragio femenino, que le reportaría be- deo en 1933. También en México, en
neficios electorales. En las sesiones la Conferencia Interamericana sobre
ordinarias de 1946 se presentaron tres Problemas de la Guerra y la Paz, ce-
proyectos para reconocer los derechos lebrada en 1945, Colombia suscribió la
ciudadanos a la mujer, uno del repre- resolución que recomendaba abolir de
sentante conservador Augusto Ramí- las legislaciones las discriminaciones
rez Moreno, otro del representante li- sexuales existentes porque «la mujer
beral Germán Zea Hernández y el ter- representa más de la mitad de la po-
cero de los representantes del Partido blación de América que al reclamar
Socialista Democrático Gilberto Viei- plenos derechos lo hace como acto de
ra, José Francisco Socarrás y Augusto la más elemental justicia humana».
Durán. Estos proyectos se unificaron Así mismo, la Conferencia reunida en
y fueron estudiados por el represen- San Francisco de abril a junio de 1945,
tante conservador Guillermo Chaves en la cual se expidió la Carta de las
Chaves, que rindió ponencia favorable Naciones Unidas y en la cual participó
el 5 de agosto de 1946. Además de Colombia, los pueblos que la suscri-
Nueva Historia de Colombia. Vol. IV
54

bieron reafirmaron la fe en los dere- las mujeres a votar por el Partido So-
chos fundamentales del hombre, «en cialcristiano para salvar a Italia del co-
la dignidad y el valor de la persona hu- munismo, que tenía el respaldo de las
mana, en la igualdad de derechos de masas por su trabajo en la resistencia
hombres y mujeres». Este proyecto de al fascismo. Hasta las monjas de clau-
reforma constitucional tampoco salió sura salieron de sus conventos a votar
adelante. contra el comunismo.
En el año de 1947, la convención li- A partir de 1948, en el Congreso se
beral reunida en enero bajo la direc- confrontaron abiertamente la posición
ción de Jorge Eliécer Gaitán expidió conservadora de plenos derechos para
la «Plataforma del Teatro Colón». En la mujer y la liberal que abogaba por
ella el liberalismo rectificaba la posi- el reconocimiento progresivo; sin em-
ción secundaria en que se había man- bargo, se trataba de propuestas y de-
tenido a la mujer colombiana en las bates marginales. El representante li-
actividades públicas y consideraba que beral Alfonso Romero Aguirre pre-
debía tener igual categoría que el sentó un proyecto que recogía lo apro-
hombre ante el Estado. Sin embargo, bado en la convención del teatro Co-
el liberalismo declaraba, en el camino lón, pero ampliándolo a la elección de
de la liberación de la mujer, «la ne- las mujeres a las asambleas departa-
cesidad, entre otras y en primera eta- mentales. Guillermo Chaves Chaves
pa, de capacitarla legalmente para ele- presentó otro proyecto de sufragio
gir y ser elegida en las elecciones para pleno. Estos dos proyectos fueron dis-
los concejos municipales». cutidos en 1949 y se confrontaron los
Los conservadores, que habían te- intereses de cada partido en relación
mido contrariar los principios de la con la mujer: los conservadores se de-
Iglesia católica, que cuidaba celo- claraban en su favor, en cambio los li-
samente el papel de la mujer en la berales abogaban por que fuera un pro-
familia, variaron su posición frente ceso lento y por etapas, ya que el clero
al sufragio femenino después de la manipularía electoralmente a las mu-
segunda guerra mundial. El papa jeres desde el confesionario. Estaba
Pío XII, en las elecciones siguientes a ya el país sumido en la sangrienta re-
la terminación de la guerra, invitó a friega que conocemos como la Violen-

Esmeralda Arboleda
de Uribe se posesiona
como ministro de
Comunicaciones ante
el presidente Alberto
Lleras Camargo,
el 1° de septiembre
de 1961.
Capítulo I
55

Josefina Valencia
de Hubach, hermana
del futuro presidente
Guillermo León Valencia,
fue la primera mujer
que ingresó al
gabinete ministerial
en Colombia, en la
cartera de Educación,
de la cual se posesionó
el 19 de septiembre
de 1956. En la foto,
la ministro entrega
diplomas a nuevos
miembros de la
Academia Colombiana
de Ciencias Exactas.

cia. El representante liberal Carlos H. miento de los derechos políticos a la


Pareja presentó el 20 de julio de 1949 mujer. La comisión de Estudios Cons-
un proyecto de reforma constitucio- titucionales nombrada por la Asam-
nal, según el cual se otorgaba el voto blea Nacional Constituyente para ela-
femenino y se prohibía el voto al cle- borar el proyecto de reformas fue ins-
ro. Esta propuesta tampoco prosperó, talada el 10 de diciembre de 1953.
pero se dieron algunos debates, en un Dentro del paquete de reformas, el ar-
período en que los liberales denuncia- tículo 171 prescribía: «Todos los ciu-
ban persistentemente la aniquilación y dadanos varones y mujeres eligen di-
la matanza de sus copartidarios en los rectamente concejales, diputados a las
campos colombianos. asambleas departamentales, senado-
La Comisión de Asuntos Constitu- res y presidente de la República», y
cionales del Congreso, creada durante fue sustentado ampliamente por Félix
el gobierno de Laureano Gómez, con Ángel Vallejo.
el objeto de dar al Estado colombiano Las mujeres empezaron a presionar
una organización política de corte cor- a la comisión desde el mes de diciem-
porativista, presentó en febrero de bre. El 14 fue entregado un memorial
1953 su proyecto. En la Comisión se suscrito por Esmeralda Arboleda,
analizó el papel de la mujer y. en la Magdalena Fetty de Holguín, Ismenia
perspectiva de ser sostén de las tradi- Mújica, Isabel Lleras de Ospina, Ay-
ciones cristianas, se consideró que las dée Anzola Linares y tres mil mujeres
mujeres casadas por lo católico pudie- más. En él defendían los convenios in-
ran elegir y ser elegidas para los con- ternacionales relativos a la mujer sus-
cejos municipales. En el proyecto de- critos por Colombia pero que aún no
finitivo se les otorgaba a las mujeres habían sido traducidos a normas le-
la posibilidad de elegir y ser elegidas gales y atacaban un proyecto que con-
para concejos municipales computan- cedía el sufragio a las mujeres casadas,
do como doble el voto depositado por porque significaba una discriminación
hombres y mujeres casados legítima- contra el resto de la población feme-
mente. nina, que tendría la calidad de semi-
Durante el gobierno militar volvió ciudadana. La Segunda Conferencia
a debatirse públicamente el reconoci- Regional de Mujeres Democráticas
56 Nueva Historia de Colombia. Vol. IV

del Tequendama (Cundinamarca), Serna y Rafael Bernal Jiménez ataca-


reunida el 23 y el 24 de diciembre de ban el reconocimiento total de los de-
1953, respaldó el proyecto del dipu- rechos políticos de la mujer y aboga-
tado Ángel Vallejo y el memorial de ban por el reconocimiento gradual del
las tres mil mujeres. sufragio femenino, reglamentado pos-
En el curso de los debates en el seno teriormente por el Congreso de la Re-
Berta Hernández de de la comisión se presentaron contra- pública, ya que según ellos había que
Ospina Pérez, dicciones. Los liberales, entre los cua- proteger a las mujeres en los comicios
presidenta de la les figuraban Luis López de Mesa y electorales, que tenían un carácter
Organización Femenina José Jaramillo Giraldo, defendieron el sangriento en el país y que, por otro
Nacional, creada en lado, las mujeres de la «montonera»
abril de 1954 para sufragio femenino. El grupo de dipu-
luchar por los tados conservadores no tenía una po- avivarían aún más las pasiones políti-
derechos de la mujer. sición unificada al respecto. Eleuterio cas. La comisión de estudios consti-
tucionales recibió cartas de mujeres de
Cali, Pereira, Barranquilla, Viotá, del
Comité Pro-Derechos de la Mujer de
Tunja y del Centro Femenino de Es-
tudios de Medellín, en las cuales ata-
caban la propuesta que dejaba al Con-
greso la reglamentación del sufragio
femenino. Berta Hernández de Ospi-
na, María Antonia Escobar, Josefina
Valencia y Esmeralda Arboleda se hi-
cieron presentes en las sesiones de la
comisión y sus puntos de vista fueron
escuchados.
El 27 de abril de 1954 se creó en Bo-
gotá la Organización Femenina Nacio-
nal, según las bases presentadas por
Esmeralda Arboleda y Josefina Va-
lencia. El objeto de dicha organiza-
ción era «unir a las mujeres colombia-
nas, sin distinción política o social,
para luchar por el reconocimiento y la
guarda de los derechos de la mujer y
de la infancia a la luz de las normas de
la Ley de Cristo». Colocándose por
encima de las banderas de partido
convocaban a luchar, entre otros ob-
jetivos, por la paz, que colma el anhe-
lo del alma femenina, por la igualdad
de derechos políticos para hombres y
mujeres, por el sufragio femenino, por
la igualdad salarial y contra la discri-
minación del trabajo de la mujer, por
la protección de su derecho al trabajo,
contra los despidos por matrimonio o
estado prenatal, por el derecho a ocu-
par altos cargos del Estado, por la rea-
lización de campañas educativas que
exterminen los prejuicios existentes de
inferioridad de la mujer, y por una se-
rie de medidas de protección a la in-
fancia. Esta organización estaba pre-
Capítulo 1 57

sidida por Berta Hernández de Ospi-


na y María Currea de Aya era su vi-
cepresidenta. Dicho programa fue
aprobado oficialmente por el gobierno
y difundido en los establecimientos
docentes de todo el país, por orden del
ministro de Educación encargado, Lu-
cio Pabón Núñez.
Dentro de la política del gobierno
de Gustavo Rojas Pinilla de ampliar la
representación a la Asamblea Nacio-
nal Constituyente —ANAC— nom-
bró como delegada de la presidencia a
Josefina Valencia de Hubach y como
suplente suya a Teresita Santamaría
de González, directora de la revista
Letras y encajes, el 28 de julio de 1954.
El periódico El Tiempo, en la columna
«Cosas del Día» y bajo el título de «La
mujer en la ANAC», exalta la labor La Asamblea Nacional Constitu- María Currea de Aya,
realizada por las mujeres para lograr yente, mediante acto legislativo n.° 3 Mujer de las Américas,
la ciudadanía plena. Haciendo la sal- de 1954, otorgó a la mujer el derecho vicepresidente de la
vedad frente a la manera como fue Organización Femenina
a elegir y ser elegida; sin embargo, la Nacional.
nombrada, por no compartir el pro- votación no fue unánime. Los dipu-
cedimiento, aprueban el nombramien- tados Guillermo León Valencia, Juan
to de Josefina Valencia. Consideran Uribe Cualla y Álvaro Lloreda pre-
que la representación femenina debe sentaron una proposición según la cual
ser ampliada con Esmeralda Arbole- la ley debía reglamentar el ejercicio
da, lo cual se hizo poco después. del sufragio femenino, para darle par-
Las dos representantes femeninas a ticulares garantías que la protegieran.
Esta propuesta generó una agria dis-
la ANAC presentaron a las plenarias cusión entre Josefina Valencia y su
el proyecto de acto legislativo por el hermano Guillermo León, ya que tras
cual se concedía el sufragio a la mujer. la supuesta protección legislativa se
Félix Ángel Vallejo fue el diputado a escondía la posibilidad de volver atrás
quien correspondió estudiarlo y pre- la conquista del pleno ejercicio de los
sentó ponencia favorable el 18 de derechos políticos por la mujer. La vo-
agosto de 1954. En ella planteaba, en- tación estuvo caracterizada por las
tre otras cosas, que era una cuestión constancias dejadas por los distintos
de interés nacional, que no se trataba sectores representados en la ANAC
de hacer cuentas alegres por los resul- en las cuales respaldaban la decisión o
tados electorales que podría acarrear aclaraban los motivos de su voto. Sin
esta decisión a cualquier partido en embargo, ni las mujeres, ni los hom-
particular. También afirmaba que a bres colombianos pudieron ejercer el
pesar de que la mujer no gozaba de derecho al sufragio, porque durante la
derechos políticos, siempre había in- dictadura no hubo elecciones. El ré-
tervenido, en forma indirecta, en po- gimen militar dio cabida por primera
lítica «para pacificar los ánimos, para vez a la mujer en los altos cargos del
aliviar la amarga situación de los pros- Estado. Josefina Valencia fue gober-
critos o exiliados, para cerrar las he- nadora de departamento y ministra de
ridas de los que han sido víctimas de Educación. Esmeralda Arboleda fue
persecuciones, para equilibrar ásperas miembro de la ANAC y María Euge-
divergencias y para obrar en todo caso nia Rojas dirigió SENDAS, servicio
como sedante frente a los fragores y nacional de asistencia social.
pasiones».
58 Nueva Historia de Colombia. Vol. IV

Una vez derrocado el régimen militar,


y con el objeto de «civilizar» los co-
micios electorales, se convocó a la mu-
jer como personera de la paz. para sal-
var al país del caos en que se hallaba
sumido. La prensa realizó campañas,
entrevistas y demás formas de moti-
vación de la población femenina para
participar activamente en el proceso
plebiscitario, los comités femeninos de
los partidos tradicionales realizaron
campañas para promover la cedula-
ción de las mujeres. En las declaracio-
nes dadas a la prensa por las entrevis-
tadas aparecen elementos comunes so-
bre ese proceso político: la certeza de
haber sido espectadoras y víctimas de
la vida política del país, la necesidad
de votar el plebiscito como remedio
excepcional en una situación deses-
perada y la ilusión de poder contribuir
con su participación activa en la vida
política a la solución de los problemas
sociales que afectaban a la mayoría de
la población colombiana y principal-
mente a las mujeres y a los niños.
Alberto Lleras Camargo, uno de los
gestores y promotores de los acuerdos
que condujeron al plebiscito, pronun-
ció en el mes de agosto de 1957 una
conferencia, invitado por la Asocia-
La mujer en la Bajo la dirección de Ofelia Uribe de ción Profesional Femenina de Antio-
guerrilla: Acosta, circuló en esa época el perió- quia. Planteaba, entre otras cosas, que
fotografía encontrada dico Verdad, que impulsaba el sufra- el derecho al sufragio se concedía, de
a Joaquín Gutiérrez,
alias "Alma Negra".
gio femenino. En sus comienzos sim- repente, «sin ninguna lucha, ni peti-
patizaba abiertamente con el gobierno ción de parte de la mujer colombiana.
militar, pero su cierre fue ordenado Es decir, la plena participación en la
por la dictadura, después de que re- vida política y social en que no estaba
gistró la disolución de la marcha de interesada». Hacía un breve recuento
mujeres contra el régimen en Bogotá de los motivos alegados por los parti-
y que fue reprimida con mangueras dos tradicionales en la historia del país
del cuerpo de bomberos. Sus directo- para negarle los derechos políticos a la
ras tuvieron que refugiarse para no ser mujer, y afirmaba que esta carencia la
detenidas. había vuelto irresponsable frente a sus
Colombia fue de las últimas repú- obligaciones sociales y la había impo-
blicas latinoamericanas en reconocer sibilitado para pensar libremente.
la plenitud de derechos políticos a las Alertaba sobre una corriente, «que
mujeres. El ejercicio activo del sufra- creo tiene su origen en Cali y que en-
gio femenino se inició en el año de tiendo es un grupo pequeño de pro-
1957 con el plebiscito, en una coyun- fesionales que encabeza una señora
tura caracterizada por el caos econó- que ha escrito un libro muy volumi-
mico, violentas contradicciones socia- noso, que sostiene una idea sí comple-
les y cuando el país salía de la guerra tamente revolucionaria: 'que debe ha-
fratricida conocida como la Violencia. ber un partido de las mujeres y un par-
Capítulo 1 59

tido de los hombres'». Proponía la brero de 1958 un grupo de mujeres


creación de un organismo similar a la antioqueñas envió una carta a la Junta
Liga de Mujeres Votantes existente en Militar de Gobierno, en la cual pro-
los Estados Unidos, que «no pretende testaba por la exclusión de la mujer en
ser un partido político, ni una orga- las Comisiones Consultivas Paritarias,
nización en favor de uno u otro par- que tenían por objeto recoger las in-
tido, sino que únicamente se ocupa de quietudes nacionales para ser presen-
aconsejar al elector femenino sobre el tadas al próximo Congreso Nacional.
partido que en un momento dado esté En las siguientes elecciones para pre-
ofreciendo condiciones más favora- sidente y cuerpos colegiados, en mar-
bles». Las llamaba a tener una posi- zo de 1958, las mujeres constituyeron
ción de independencia frente a los dos el 41 y el 40 %, respectivamente, del
partidos, adhiriéndose a uno u otro se- caudal de votantes. Lucila Rubio de Estampilla de 1962,
gún las propuestas que les presentaran Laverde, en Perfiles colombianos, conmemorativa
de los derechos
en cada elección. El 17 de noviembre afirma que hasta ahí llegó el entusias- políticos de la mujer,
se creó en Medellín la Unión de Ciu- mo político de las mujeres: «termina- ejercidos por
dadanas de Colombia. da la lucha clandestina por el retorno primera vez en el
En el plebiscito realizado el prime- a la democracia: copiar comunicacio- plebiscito de
nes y distribuirlas, hacer mandados y diciembre 1º de 1957,
ro de diciembre de 1957, ya votaron en el cual votaron
1.835.255 mujeres, que constituían el llevar recados, auxiliar a los exilados 1 835 255 mujeres.
42 % del total de la población que su- y visitar a los presos políticos, todas
fragó. No obstante estos resultados, volvieron a la vida normal del hogar.
en el país no existía realmente la vo- Las aspirantes a los cargos de repre-
luntad política de dar participación ac- sentación popular no hallaron otro
tiva a la mujer en la vida pública del medio diferente para lograr sus aspi-
país, interesando así su papel como raciones que la amistad con los miem-
electora y elemento pacificador de los bros de los directorios políticos o las
comicios electorales. En el mes de fe- influencias de padrinos importantes.»

La mujer y la fuerza
pública: fotografía
tomada durante la
manifestación de mujeres
contra el gobierno
de Rojas Pinilla.
60 Nueva Historia de Colombia. Vol. IV

Bibliografía
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VARIOS. Debate sobre la mujer en América Latina y el Caribe. Realidad Colombiana, Tomo I.
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Capítulo 2
61

La educación en Colombia.
1880-1930
Renán Silva el de la hegemonía conservadora, que
concluiría el año de 1930.

E n las páginas que siguen vamos a


tener ocasión de considerar la
historia de algo tan importante para
La situación
educativa durante el siglo XIX
una sociedad como es la educación. Si Para la sociedad colombiana en su
se piensa en la forma como ella con- conjunto, para sus clases subalternas y
tribuye a la formación de la opinión para sus elites dirigentes, el siglo XIX
pública de un país, a mantener o a fue en el plano educativo un fenóme-
transformar sus desigualdades y pri- no muy dinámico y quizá dependiente
vilegios sociales y. más profundamen- en una forma demasiado directa de las
te, si se piensa en la forma como las luchas políticas, luchas que entre no-
orientaciones de un tipo particular de sotros esencialmente quisieron decir
educación influyen en la cultura y el enfrentamientos partidistas —con fre-
«sistema de pensamiento y de menta- cuencia bélicos— en torno a los inte-
lidad» de un pueblo, se podrá fácil- reses de los sectores dominantes, y en-
mente estar de acuerdo en la impor- frentamientos en los cuales la gran
tancia social y política de la educación, masa participaba bajo el reclutamien-
y en el significado que tiene su cono- to forzoso o sobre la base de lealtades
cimiento histórico para tratar de intuir regionales en extremo pasionales y
cómo ha sido el proceso de formación ciegas, pero siempre como grupo so-
de una sociedad, pero también cuáles metido. Si hay dos campos que de en-
son sus metas probables, y lo que será trada presenten una aguda vinculación
mejor, cuáles pueden ser sus metas en el siglo XIX, son éstos los de la po-
posibles. lítica y la educación, al punto de pro-
El período que vamos a considerar ducir esa curiosa síntesis tan nuestra
comprende los años que van de 1880 que une en un solo personaje al polí-
a 1930 y políticamente puede ser ca- tico de partido con el catedrático,
racterizado como el de la Regenera- como es el caso de figuras como las de
ción —más o menos hasta 1900—, y Ezequiel Rojas y don Miguel Antonio
pasada la guerra de los Mil Días, como Caro.
62 Nueva Historia de Colombia. Vol. IV

no Ospina Rodríguez en 1842 y 1844


la declaratoria de libertad de enseñan-
za de mitad de siglo y la reforma ra-
dical de 1870, reforma que sin duda
constituyó «la edad de oro de la edu-
cación en Colombia», y que es el an-
tecedente inmediato del período que
nos proponemos estudiar.
Pero, por paradójico que pueda pa-
recer, esa sobresaturación de reformas
y proyectos no se correspondió en ma-
yor medida con el plano de las reali-
zaciones prácticas. Frente a una po-
blación que de manera reducida pero
estable no dejó de crecer a lo largo del
siglo, el sistema escolar se mostró
siempre incapaz para ofrecer a los re-
cién estrenados ciudadanos la dosis
mínima de escolaridad que supone
una participación democrática en la
vida de la sociedad y el Estado, y mu-
cho menos de acercarse al ideal de una
escuela nacional y de masas. Aún a
principios del siglo xx, en 1912, nos
encontramos con el hecho desalenta-
dor de que más del 80 % de la pobla-
ción continuaba bajo el flagelo terrible
del analfabetismo, aunque habría que
distinguir con más cuidado situaciones
regionales. Así por ejemplo, mientras
que Antioquia, que confió más su edu-
cación a pedagogos que a políticos, y
en donde el conflicto entre la Iglesia y
el Estado fue atemperado por la reli-
giosidad común de todos los grupos,
había reducido desde tiempo atrás su
Miguel Antonio Caro, Por ello mismo los partidos políticos porcentaje de analfabetismo a una ci-
en la galería de y sus voceros pudieron mostrar a lo fra cercana al 60 %, Boyacá lo man-
notabilidades largo del siglo una sensibilidad tan ex-
colombianas, realizada
tenía por encima del 90 %.
por el fotógrafo trema hacia el campo de los proyectos El caso es que, dentro de una socie-
Aristides Ariza, 1910. educativos. Parece como si hubiera dad esencialmente campesina, las po-
Caro era representante existido una conciencia clara de la sig- cas escuelas y colegios existentes fun-
de la síntesis del nificación que adquiere una determi- cionaban en los núcleos urbanos, y a
político de partido nada orientación educativa cuando se pesar de los innegables esfuerzos he-
con el catedrático, trata de organizar una república y
característico
chos a lo largo del siglo para aumentar
del siglo XIX. construir una ética y una política que el cubrimiento educativo, la población
De ahí la sensibilidad dominen de manera legítima en un en edad escolar siempre creció más rá-
de los políticos ámbito nacional. Y todo ello se expre- pidamente y las asignaciones presu-
hacia los proyectos só desde luego en el inmenso movi- puestales siempre fueron limitadas, a
educativos, en su época. miento de reformas que el país cono- lo cual se sumaron problemas políticos
ció desde el inicio mismo del gobierno y religiosos, incluso bajo la forma de
del general Francisco de Paula Santan- guerra civil, que trastocaron siempre
der hasta la Constitución de 1886, pa- la vida de la enseñanza. En páginas
sando por la contrarreforma de Maria- memorables en donde quiso recordar
Capítulo 2 63

su vida de maestro, Baldomero Sanín Estado en terrenos que no le corres-


Cano puso de presente esa relación pondían, y encontraban la reforma
entre escuela y política, pues, según sospechosa de una tendencia antirre-
cuenta, en 1879 hubo revolución par- ligiosa que echaba por tierra uno de
cial contra el estado soberano de An- los valores supremos legado por la tra-
tioquia con parálisis de los estudios, dición, ya que tenían ante sus ojos el
«durante la cual todos los alumnos sa- antecedente de la supresión de las co-
limos a campaña en persecución de munidades religiosas en el año 1861.
guerrillas...» El cuadro general de la Este grupo fue motejado con el epí-
educación en el siglo XIX muestra bien teto despectivo de «ignorantistas» o
que las destrezas y habilidades nece- partidarios de la ignorancia, y llegó al
sarias para desempeñarse en el mundo punto de organizar, ya en 1872, «so-
del trabajo seguían trasmitiéndose en ciedades católicas», partidarias de la
el medio familiar o en las propias fae- acción directa para la defensa de la re-
nas de las haciendas y latifundios a los ligión en peligro.
que desde muy temprana edad se vin- Aunque debe advertirse que nin-
culaban los niños. Y en cuanto a las guno de estos grupos puede ser iden-
«nociones necesarias para vestir la tificado de manera directa con uno
vida de un poco de fantasía y resig- cualquiera de los partidos tradiciona-
nación», y para someterse a ciertas les en Colombia, en el nivel del idea-
normas mínimas de convivencia, es rio educativo, la reforma radical fue
claro que eran aseguradas por la doc- un proyecto que plasmó con nitidez lo
trina de domingo en la parroquia y por mejor del espíritu civilizador del libe-
el a veces terrible sermón pronunciado ralismo en nuestro medio. En primer
en el púlpito. lugar, la confianza plena en que la ex-
pansión del sistema de enseñanza es la
La reforma única garantía que puede otorgar un
educativa radical de 1870 contenido real a las instituciones de-
mocráticas. En segundo lugar, y éste
Después de 1860 y bajo la vigencia del fue tal vez el punto que más levantó
federalismo, que la fracción radical los ánimos en su contra, la exigencia
del partido liberal había logrado im- de separación del poder civil y ecle-
poner en la Constitución de Rionegro siástico en el sistema escolar, sistema
en 1863, se abre uno de los períodos que en nuestra sociedad había sido
de reforma educativa más significati- controlado durante todo el período de
vos de nuestra historia, no sólo por el dominación hispánica por la Iglesia,
alcance político y cultural intrínseco algunos de cuyos miembros resultaban
del proyecto, sino por sus realizacio- ahora muy afectos a ideologías anti-
nes prácticas, sobre todo en el plano republicanas. Y, finalmente, la reivin-
de la escuela pública a la que la refor- dicación de la función docente del Es-
ma declaró obligatoria y gratuita. La tado, al incluir la educación dentro de
reforma radical colocó de un lado a los la órbita de sus deberes y derechos, y
grupos que se comprometieron en su entender tal función como una de las
defensa y que fueron llamados «ins- formas en que el Estado expresa su so-
truccionistas» por su apego a la fór- beranía.
mula liberal que concebía el sistema Lo que más llama la atención en el
de enseñanza y la instrucción pública intento educativo del radicalismo es la
como la palanca central en el camino forma integral como buscó enfrentar
de la libertad, palabra que se cuidaban la situación educativa y cultural del
de escribir antes que la de progreso, país en todos sus niveles. Una admi-
que sólo venía a continuación. Y del nistración unificada y directamente
otro lado los enemigos de la reforma controlada por la recién creada Direc-
que consideraban la escuela obligato- ción Nacional de Instrucción Pública,
ria como una intromisión ilegítima del adscrita a la Secretaría del Interior, y
64 Nueva Historia de Colombia. Vol IV

una visión pedagógica y política que el gran acierto que constituyó la fun-
incluía a los alumnos, a los maestros y dación de la revista La Escuela Nor-
a los padres de familia, a los que se mal, con un tiraje de más de tres mil
intentó comprometer —tan sólo con ejemplares cada dos semanas y que,
éxito relativo— como soportes socia- aunque órgano de la Dirección Nacio-
les de la reforma. Al lado de ello una nal de Instrucción Pública, no se li-
estrategia financiera y de manejo ad- mitó a la publicación de leyes y decre-
ministrativo distribuida entre el Esta- tos sino que se encargó también de la
do central, los estados federales y los tarea de difusión de los principales te-
distritos municipales, quedando las mas pedagógicos de la época.
tres instancias así comprometidas en el Sin embargo, fue en el campo de la
esperado despegue educativo. instrucción pública en donde el radi-
En el plano de la educación supe- calismo y sus principales figuras, San-
rior, constituye mérito del proyecto tiago Pérez. Dámaso Zapata y Enri-
radical la organización de la Univer- que Cortés, pusieron todo su acento,
sidad Nacional, en 1886, bajo la pre- a través de múltiples esfuerzos y dis-
sidencia del general Santos Acosta, posiciones que se condensaron en el
siendo sus primeros rectores Ezequiel decreto orgánico del 1 de noviembre
Rojas y Manuel Ancízar, y sus facul- de 1870 que declaró por primera vez
tades iniciales las de jurisprudencia, fi- en el país el carácter obligatorio, gra-
losofía y medicina, a las que se agre- tuito y rigurosamente neutral en el te-
gaba un sistema de escuelas en su ma- rreno religioso de la escuela pública.
yor parte de carácter técnico: ingenie- Sobre este último punto, la enseñanza
ría, arquitectura y una más de artes y religiosa, que fue motivo de los más
oficios. Sus catedráticos fueron lo más enconados ataques, hay que enfatizar
destacado de la elite intelectual del pe- que la reforma no fue anticlerical ni
ríodo —sin exclusión de los conser- mucho menos antirreligiosa. Se limitó
vadores— pero su funcionamiento co- a declarar la no intervención del Es-
noció las dificultades habituales de tado y a garantizar en las escuelas el
presupuesto y una álgida polémica so- tiempo suficiente para que los niños,
bre el carácter obligatorio de la ense- «según la voluntad de sus padres, re-
ñanza de los textos de Destutt de ciban dicha instrucción de los párrocos
Tracy y Jeremías Bentham, discusión o ministros», aunque no resultó esto
que escondía mucho más. pues detrás en garantía suficiente para los sectores
se agazapaba la polémica que la Igle- más tradicionalistas.
sia y un sector de los intelectuales con- Esta enérgica política instruccionis-
servadores habían montado sobre lo ta que planteaba la reforma se reflejó
que Miguel Antonio Caro llamó los no sólo en un amplio debate educativo
abusos del «Estado docente». Y en re- sino, también, en un rápido y soste-
lación con la formación de maestros nido crecimiento de la escuela elemen-
vino por primera vez al país, en 1872, tal. Si a mitad de siglo tan sólo 22.000
una misión pedagógica alemana com- niños concurrían a la escuela, en el
puesta por nueve educadores forma- año de 1870 la cifra ya llegaba a
dos en las teorías de Pestalozzi y Froe- 60.000, y en 1874 a 70.000. Y para el
bel, y aunque conocieron las dificul- año de 1876 funcionaban en el país
tades del idioma y de las costumbres, 1.464 escuelas con 79.123 escolares, lo
la falta de recursos materiales y ciertas cual señalaba según los informes ofi-
dosis de persecución religiosa por su ciales un incremento de más de 327 es-
pertenencia al protestantismo (con ex- cuelas y 27.177 escolares con relación
cepción de los dos enviados a Antio- a los datos de 1872. En el plano regio-
quia, que fueron católicos), ya al final nal, Antioquia fue el estado de mayor
del año habían logrado organizar más crecimiento educativo bajo el régimen
de veinte escuelas normales en la ma- radical, debido al gran esfuerzo de las
yoría de los estados. A esto se agregó autoridades conservadoras antioque-
Capitulo 2 65

Grupo estudiantil
de un colegio femenino
de Pamplona, a comienzo
de siglo.
El carácter obligatorio,
gratuito y de
neutralidad religiosa
en la escuela pública
fue formulado por
primera vez por los
políticos del
radicalismo, en un
decreto orgánico de
noviembre 1º de 1870.

ñas durante el gobierno de Pedro Jus- Pública del Cauca sobre la inconve-
to Berrío. Aunque opuestos por ra- niencia de su posición y de los conflic-
zones políticas y doctrinarias al decre- tos que podría generar, el prelado res-
to orgánico de 1870. la elite dirigente pondió: «No importa que el país se
en Antioquia se sumó a la campaña convierta en ruinas y escombros si la
instruccionista con éxito notable, co- bandera de la religión puede elevarse
locándose enseguida con logros rela- triunfante.» Y en medio de la indife-
tivos los estados de Cundinamarca y rencia o el rechazo soterrado de di-
Santander. versos grupos liberales, los represen-
Pero la lucha contra la política edu- tantes políticos del conservatismo des-
cativa radical estuvo presente desde su de la prensa y el Congreso clamaban
propia puesta en marcha. La Iglesia, y por el «cambio educativo», exponían
sobre todo sus jerarcas, secundados iniciativas para traer al país a los Her-
por una población creyente y con una manos Cristianos para la nueva tarea
acentuada capacidad de obediencia, le de moralización, e incluso los más ex-
fueron hostiles desde el principio. En tremistas y aguerridos convocaban al
el Cauca, un fortín esclavista y aris- saboteo directo en contra de la escuela
tocrático del siglo XVIII y región muy obligatoria y en defensa de la religión
proclive a ideologías monárquicas y amenazada.
anti-igualitarias, el arzobispo de Po- Por su parte, un estado de control
payán, Carlos Bermúdez, luego de re- político conservador como Antioquia,
gresar del Concilio Vaticano de 1870, por ejemplo, que tenía ya en 1871 algo
abrió el ataque. Mediante pastoral de más de doscientas setenta escuelas de
1872 prohibía a sus fieles matricular a hombres y mujeres entre públicas y
sus hijos en las escuelas públicas ofi- privadas y una cifra cercana a los die-
ciales bajo amenaza de excomunión, y cisiete mil alumnos, había rechazado
dos años después, en 1874, excluía a el nuevo código de instrucción pública
los estudiantes de las escuelas nor- desde el principio, alegando contra su
males de cualquier participación en los excesivo centralismo, y en esa región
ceremoniales de Semana Santa. Ad- la expansión educativa se adelantó,
vertido por el director de Instrucción pero bajo un contenido diferente de
66

aquel que impulsaba la reforma. respectiva ruina fiscal, a lo cual se


Cuando, finalmente, en 1877 Antio- agregaba el problema al parecer in-
quia se sumó al nuevo código, lo hizo superable de las relaciones con la Igle-
acogiéndose a las mismas variaciones sia, y casi veinte años de continua
que el Cauca le había impuesto y en inestabilidad política manifiesta en su-
un momento en que su acogida resul- cesivos golpes, levantamientos y gue-
taba más bien formal, pues las fuerzas rras civiles, entre cuyas causas no dejó
sociales de las cuales esa orientación de mencionarse a la educación, habían
educativa era estrategia ética y política convencido a comerciantes, banque-
entraban ya en franco retroceso. ros y terratenientes de la necesidad de
En el marco de una profunda crisis una fórmula política alternativa que
económica, vinculada como casi siem- ante todo se hiciera eco del problema
pre a los avatares del mercado mun- del orden. El federalismo de la Cons-
dial, del desorden político y social que titución de 1863, que expresaba el
colocaba ahora en primer plano el fraccionamiento regional vinculado al
problema del orden y bajo la atmós- pasado colonial, a la ausencia de un
fera caldeada de una nueva guerra ci- mercado que integrara en términos
vil, que de manera práctica interrum- económicos el país, y a la permanencia
pió la reforma, en el mes de agosto de de caudillos locales con el tipo de leal-
1876 aparecía el último número de La tades y adhesiones regionales que ello
Escuela Normal como signo inequí- suponía, había hecho crisis, y con la
voco de un proyecto que expiraba. Ya crisis federal hacía también crisis la
en 1880, como resultado de la guerra fórmula radical que anteponía la li-
y de la parálisis de la reforma, el nú- bertad al progreso. Y en esa atmós-
mero de escuelas y de escolares lle- fera, una intensificación creciente de
las críticas conservadoras contra el sis-
gaba tan sólo a 1.395 y 71.500 respec- tema de enseñanza, con una recupe-
tivamente, contra las 1.646 escuelas y ración precisa de posiciones que ya ha-
los 79.123 estudiantes de 1876. Se bía logrado imponer la suspensión de
abría entonces un nuevo período en la leyes que limitaban ciertas actividades
política educativa del país, tan com- de la Iglesia.
plejo y tan rico en sucesos como el an-
terior, pero con una orientación y un La nueva fórmula empezó a concre-
juego de fuerzas sociales por completo tarse hacia 1880, cuando una coalición
diferentes. de conservadores y liberales indepen-
dientes opuestos al radicalismo llevó a
la presidencia en nombre del Partido
Regeneración y sistema educativo. Nacional al político cartagenero Ra-
La reforma constitucional de 1886: fael Núñez, antiguo radical, quien co-
sus antecedentes generales y sus menzó de inmediato un programa de
consecuencias educativas reformas que apuntaban hacia el re-
fuerzo de los poderes del ejecutivo.
Al principiar la década de los ochenta, Reformas que no dejaron de tocar el
con la excepción de los representantes campo educativo, pudiendo recono-
más fieles del ideario radical, el con- cerse ahí también los rasgos que ca-
junto de la clase dirigente parecía en- racterizaron el proyecto centralista
contrar un punto de consenso en que emprendido por la Regeneración. Así
sólo el orden, la paz y la seguridad po- por ejemplo, la ley 106 de 1880 auto-
drían ser los elementos a cuyo amparo rizó al ejecutivo para modificar la or-
se incrementarían la riqueza y la pros- ganización universitaria, y bajo esta
peridad que permitieran enfrentar el autorización fue colocada de inmedia-
cúmulo inmenso de problemas a que to la universidad bajo su control di-
el país se veía enfrentado. La difícil si- recto, eliminando toda posibilidad de
tuación económica producida por la control autónomo por parte de la pro-
caída vertical de las exportaciones y la pia institución.
Capítulo 2 67

En relación con las orientaciones de nacional única y el reconocimiento


la política educativa, la Constitución efectivo, en las condiciones de miseria
del 86 determinó derroteros claros e material y cultural del país, de que la
inéditos, ya que bajo la nueva concep- gran mayoría de los colombianos po-
ción del Estado, en acuerdo con el pa- día continuar tranquila por completo
pel desempeñado ahora por la noción al margen de los rudimentos mínimos
de orden —dentro de un proyecto que de la instrucción. Pero, por otro lado,
se presentaba como de «salvación na- Rafael Núñez en 1893.
garantizó las circunstancias para que Ya en su primer
cional»—, y en relación con la nueva más tarde la educación pudiera con- gobierno, en 1880,
función asignada a la religión, y sobre vertirse en un negocio rentable y, ante la ley 106 autorizó
todo a la Iglesia como institución, res- todo, dejó abierta una de las puertas al ejecutivo para
pecto de los asuntos de la moral pú- jurídicas por donde años más tarde en- modificar la
blica y privada de los ciudadanos y de trarían en una suerte de nueva colo- organización
los problemas del control social, el ca- universitaria, con
nización todas las congregaciones re- lo cual se sujetó
rácter del sistema escolar tenía que su- ligiosas que desde entonces volvieron la universidad al
frir indudablemente alteraciones muy a monopolizar la educación, hasta más control directo
profundas. o menos 1930. del presidente,
muy de acuerdo al
El artículo 41 de la Constitución de- Que a pesar de negarse a generali- centralismo que
claró que la instrucción primaria cos- zar la escuela a través de su propia ini- caracterizaría
teada con fondos públicos «sería gra- ciativa, declarando su franco respeto a la Regeneración.
tuita pero no obligatoria», volviendo
atrás en relación con lo que había es-
tatuido la Constitución del 63. La jus-
tificación doctrinaria de este principio,
justificación que hay que buscar teo-
rizada en Caro pero no en Núñez, tie-
ne que ver con la concepción que la
Regeneración propuso sobre las rela-
ciones entre el Estado y el individuo
en el plano de la iniciativa individual.
Aunque el Estado está investido de
funciones económicas y políticas que
exigen su intervención en la vida so-
cial, como lo veremos más adelante,
no puede impedir la libre competencia
generalizando la enseñanza obligato-
ria y, aún menos, obligando a las fa-
milias a que envíen sus hijos a las es-
cuelas estatales. La educación debe
ser obra tan sólo de los particulares,
limitándose el Estado a actuar allí
donde no llega o no se interesa por lle-
gar la iniciativa privada. El Estado,
como agente educativo, no puede fun-
cionar más que como complemento.
El Estado estimula, protege y ayuda,
pero ahí debe concluir el campo de su
intervención.
Ahora, más allá del complejo tejido
interno de las justificaciones ideoló-
gicas en que este precepto se apoya,
hay que decir que su realización sig-
nificó en el plano práctico la renuncia
constitucional al ideal de una escuela
68 Nueva Historia de Colombia. Vol. IV

Alumnos de una por la libre concurrencia, el Estado cación pública será organizada y diri-
escuela de la población hubiera reivindicado para sí al mismo gida en concordancia con la religión
de Chía, a mediados tiempo la suprema inspección y vigi- católica». Esta entrega de la enseñan-
de los años 20.
El control eclesiástico
lancia de la educación, no debe ser za a la tutela de la Iglesia, que las con-
sobre la educación, algo visto como una «contradicción». diciones prácticas volvieron aún más
garantizado por la Es más bien la constatación de la exis- completa, resultaba de la considera-
Constitución y el tencia de una estrategia por lo menos ción de la nación como católica en su
concordato, incluyó doble, pues a pesar de las garantías es- totalidad, y fue complementada y re-
la enseñanza tablecidas para la iniciativa particular forzada un año después a través de la
obligatoria y excluyente
de la religión católica. y del terreno cedido a la Iglesia en la firma de un concordato entre la Santa
enseñanza, el Estado siempre mantu- Sede y el gobierno colombiano.
vo la disposición que le permitía, por La existencia de concordatos entre
lo menos como posibilidad, la «supre- el Vaticano y los gobiernos nacionales
ma inspección y vigilancia» por parte debe situarse en el marco de la reno-
del poder central. vada estrategia política del papado,
Pero en lo que tiene que ver con las ahora conducida por el pontífice León
orientaciones educativas, posiblemen- XIII, quien buscaba sacar a la Iglesia
te la modificación de mayor trascen- católica de su pérdida de poder y ais-
dencia fue la que resultó como el pro- lamiento de la escena internacional en
ducto más genuino del nuevo tipo de un siglo que se había caracterizado de
relaciones entre la Iglesia y el Estado manera dominante por sus tendencias
que determinó la Constitución del 86, liberales y laicas. Y para el partido
la que desde su encabezamiento decla- conservador colombiano significó algo
ró a la religión católica como la de la tan importante como el logro de una
nación, asegurando su protección por posición cosmopolita que adhería a
parte de los poderes públicos al con- una de las fuentes de mayor influencia
siderarla con toda justicia como «un de las «políticas sociales del orden» en
elemento esencial del orden social», y ese período, fuente que al mismo
determinando por tanto que «la edu- tiempo ofrecía la posibilidad de ser
Capítulo 2
69

presentada, con buenas razones, como vo ordenamiento jurídico del país,


uno de los fundamentos históricos de principalmente a través de la marca de
la nacionalidad colombiana, al tiempo un político insistente, doctrinario, en
que, por otro lado, y con una idea muy grado sumo católico y ultramontano
curiosa de moral política, fustigaba al como lo fue el señor Caro.
partido liberal por su carácter exótico Pero en el caso de Núñez la situa-
y ajeno a nuestras tradiciones, según ción es más compleja si pensamos en
lo expresaban los más conspicuos su anterior radicalismo de juventud y
ideólogos conservadores. su reconocido escepticismo religioso.
El control eclesiástico sobre la edu- Esto se aclara un poco si, de otro lado,
cación, control que la Constitución y recordamos su acentuado realismo y
el concordato aseguraban, compren- su experiencia de vida europea, un
dió, entonces, la enseñanza obligato- continente que había visitado en una
ria y excluyente de la religión católica época como la de la Comuna de París.
y la observancia de las prácticas pia- Haciendo referencia de manera explí-
dosas que le corresponden; la facultad cita a los movimientos sociales prole-
de imponer de manera unilateral los tarios, escribía Rafael Núñez: «En la
textos de religión, filosofía y moral; el hora que marca el cuadrante de la hu-
derecho de denunciar y hacer excluir manidad, el desarrollo y fortificación
a todo docente que pudiera aparecer del sentimiento religioso vuelve a ser
como sospechoso de creencias religio- el arca de la civilización», agregando
sas o morales distintas de las que el más adelante lo siguiente: «La repú-
Estado sancionaba como oficiales; y la blica espiritual con su aureola de es- La cartilla de Baquero
interferencia de todo contenido lite- en un anuncio publicado
peranzas infinitas, debe venir en so- en "El Heraldo", de
rario o científico en la enseñanza por corro de la república laica.» Bogotá, en 1890.
el ojo vigilante de la clerecía, aunque
se tratara por entero de terrenos que
excedieran su competencia. A todo lo
cual se agregaba, si se recuerdan al-
gunas de nuestras tradiciones históri-
cas, un clima de ardorosa intolerancia
y fanatismo cuyos efectos nunca han
dejado de hacerse presentes en cada
una de nuestras luchas sociales. Fir-
mado el concordato, Núñez podía
emocionado escribir a Caro: «El gran
arreglo con la Santa Sede está ya fir-
mado. Gloria a Dios en las alturas y
paz en la Tierra a los hombres de bue-
na voluntad.»
Ahora bien, antes que tratar de ana-
lizar, o siquiera imaginar, con todo de-
talle los efectos culturales inmensos de
esa aceptación constitucional de la re-
ligión católica como doctrina oficial y
de la consecuente entrega de la ense-
ñanza a la Iglesia, hay que tratar de
dilucidar las circunstancias y condicio-
nes que le dieron fundamento histó-
rico dentro de un proyecto político re-
gido por una manifiesta voluntad de
orden. De un lado aparece ahí, sin
duda alguna, una de las contribucio-
nes mayores del conservatismo al nue-
Nueva Historia de Colombia. Vol. IV
70

Hasta un punto que asombra por su bros de la clase dirigente, aunque el


lucidez, para Rafael Núñez era evi- liberalismo tardara más en reconocer-
dente el papel de una ética, lo que él lo, como la única institución capaz de
denominaba «el principio moral», en establecer una ligadura ético-religiosa
la dirección de la vida colectiva. «La eficaz dentro de un país extenso y de-
sociedad no puede existir sin un prin- sarticulado, con extremadas desigual-
cipio moral», decía haciendo referen- dades sociales, raciales y regionales
cia a la situación interna del país, para con una peligrosa tradición de secta-
agregar: «y ese principio moral se ha rismo político siempre a punto de ex-
evaporado entre nosotros dejando un plotar, y un país que en medio de una
hondo vacío que sólo podrá ser lle- gran crisis intentaba recorrer ahora el
nado por un cristianismo práctico». Y camino de su unificación nacional a
en otro lugar hablará de la necesaria través de un cambio «desde arriba>
predicación evangélica para pacificar que había excluido cualquier partici-
los ánimos, pacificación «sin la cual el pación popular que más adelante le
orden social no dejará de ser un pro- hubiera podido dar algún viso de le-
blema indefinido». Incluso en textos galidad, y cuya armazón jurídica fu<
tardíos, volverá a recordar la vigencia producto de las reformas constitucio-
de ese «principio moral» que no puede nales de 1886.
ser sustituido por «facultades extraor-
dinarias y recursos legales». Fogoso En el punto concreto del sistema
polemista dominado casi hasta la ob- educativo, la Iglesia era la única ins-
sesión por el problema del orden y la titución poseedora de un aparato bu-
autoridad, ¿acaso no había sido él rocrático centralizado doctrinaria y or-
quien, con respuesta anticipada, había ganizativamente, con la ascendencia y
preguntado en uno de sus escritos de el respeto que las grandes masas de un
la reforma política: «¿Quién da la ley país culturalmente atrasado le profe-
en Colombia, el patrono o el obrero?» saban y en donde nunca el anticleri-
Pero en el uso, al parecer bastan- calismo radical había sobrepasado los
te instrumental, de un «cristianismo límites prudentes de una elite ilustra-
práctico», tal como resultaba de la da, pero minoritaria y urbana. Desde
orientación católica de la enseñanza, luego, también la única institución con
hubo mucho sentido práctico y realis- una larga experiencia educativa que le
ta, un sentido muy atinado de las con- venía de tres siglos de dominación co-
diciones concretas en que era posible, lonial, en que de manera monopolista
dada la situación del país y sus tradi- había controlado el aparato educativo.
ciones, un proyecto nacional de do- Pero la única también con una pro-
minación política, y ese sentido realis- puesta y un saber pedagógicos proba-
ta, práctico y concreto se encontraba dos, que no sólo armonizaban a la per-
bien presente en el hábil político que fección con los fines sociales asignado