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NOVENA DE DON BOSCO

2018
E.P.A.P.

Los Bautizados, no bautizados y


demás gente de buena Voluntad que
conforman la Parroquia Don Bosco, se
reúnen en un clima de fraternidad y
oración, para dinamizar las
actividades propias de la Celebración
del Mes Aniversario de San Juan
Bosco, favoreciendo la encarnación
del Carisma Juvenil Salesiano y
potenciar en nuestras viñas la figura
[Escribir el nombre de la compañía]
[Escribir la dirección de la compañía] de nuestro Fundador y Patrono, San
[Escribir el número de teléfono]
[Escribir el número de fax]
Juan Bosco
NOVENA A DON BOSCO
Día Primero – 22 de Enero

Motivación: El amor por nuestros seres queridos es un impulso para alcanzar la santidad. Hoy cuando la realidad de
nuestro país nos enmarca en una sociedad bajo constante presión política y social, donde abundan las familias
constituidas de manera irregular, hemos de encontrar, también en nuestros sectores, a muchas jóvenes que al igual
que la Beata Laura Vicuña, bajo el acompañamiento del carisma salesiano, puedan transformar sus tristes vidas y
llenarlas con el gozo del encuentro con quien hace nuevas todas las cosos, Jesús, nuestro Señor, llevándolas a la
santidad.

Signo: La Vela

Tema del Día: Vida de Laura Vicuña:

La niña preadolescente Beata Laura del Carmen Vicuña Pino, nacida en Santiago de Chile, en situación familiar
irregular, pues sus padres no contrajeron matrimonio, y bautizada luego de nacer, debió vivir junto a su madre
Mercedes Pino y luego con su hermanita, Julia Amanda como único núcleo familiar. Su padre fue don José Domingo
Vicuña.
Sus primeros años los vive bajo la presión política social de un levantamiento político militar en Chile llamado la
Revolución del 91 que derroca al Presidente Manuel Balmaceda y obliga a la familia de Laura a emigrar al Sur del país, a
Temuco, pues su padre era balmacedista.
Muere su padre, y allí en el sur, su madre sola y con los bienes materiales disminuidos, decide emigrar a
Argentina con otras familias para buscar mejor vida.
Llegan a lugares de campos muy poco habitados, y luego de muchas peripecias, pues el viaje duró varios meses,
se instalan en Junín de los Andes, fundado por los primeros soldados argentinos que llegaron a la zona el 14 de febrero
de 1883, a sesenta kilómetros de la frontera con Chile, geográficamente frente a Valdivia.
El ambiente social era campesino, los lugares muy aislados, tierras de misión de los salesianos llegados hacía
unos treinta años a la Patagonia argentina y chilena.
Dominaban los estancieros, y había una población de obreros del campo, dedicados en general al cuidado del
ganado, con una vida familiar y moral donde se mezclaban familias con vida cristiana y valores morales, con grupos
familiares y grupos de personas con otras miras y expuesta a los vicios típicos de campesinos rudos, expuestos al vicio
del alcohol, los juegos, la violencia, el machismo y la prostitución.
La Iglesia estaba presente a través de sus misioneros, en especial el Padre Domingo Milanesio, quien establece
una misión en Junín de los Andes, y allí dos Colegios uno de los salesianos y otro de las Hijas de María Auxiliadora, las
cuales tenían una pequeña y modesta escuela con internado para unas treinta alumnas.
Laura encuentra en Junín, con las Hermanas su “cielo” como ella le llama al ambiente del colegio e internado, y a
la vez encuentra allí su calvario, pues su madre opta por aceptar la invitación de Mora, hombre con tierras y ganado,
pero duro, sin religión, y libertino, a convivir con él. De hecho en las vacaciones cuando Laura va a la hacienda de
Quilquihué, tiene varios encuentros con Mora que le producen graves problemas, pues ve la situación de dependencia y
postración de su madre maltratada por su conviviente, y ella misma sufre desdenes, maltrato y hasta intentos de
seducción violenta.
Laura vive y asimila la propuesta educativa cristiana y salesiana de las Hermanas, y de su guía espiritual, el P.
Augusto Crestanello, salesiano, y goza del ambiente familiar de su internado donde aprende a mirar la realidad desde el
Evangelio y la dignidad de la persona, en su calidad de mujer preadolescente. El P. Crestanello escribirá la primera vida
de Laura, a los seis años de su muerte, llamándole a su valiosa obra, “pequeño opúsculo”.
Laura Vicuña desafió a sus contemporáneos y a los que siguieron reflexionando e intercambiando sobre su vida y
su estilo de preadolescente “santa”, y sigue aún hoy interpelando a examinar documentos, recrear ambientes o
escenarios histórico-sociales y eclesiales, para escudriñar y pesar los documentos, los relatos, los testimonios que se
pueden interpretar en torno a esta chiquilla chileno-argentina, que vivió la experiencia educativo pastoral con las Hijas
de María Auxiliadora, y que asumió la espiritualidad juvenil salesiana de tal modo que la hizo una discípula fiel de
Jesucristo con el estilo del sistema educativo de Don Bosco, y la llevó a la santidad, como a Domingo Savio. Este con el
mismo Don Bosco. Ella, con las salesianas Hijas de María Auxiliadora seguidoras de Don Bosco, de la Familia Salesiana.
Su memoria se celebra el 22 de enero.

Preces del Día: Por los Jóvenes

Oración de San Juan Bosco

Oh Don Bosco Santo, que con tan gran amor y celo cultivaste las múltiples formas de acción católica que hoy florecen en
la Iglesia, concede a sus asociaciones el mayor progreso y desarrollo. Redobla en todos los corazones la devoción a la
Santísima Eucaristía y a María Auxiliadora de los Cristianos. Acrecienta en ellos el amor al Papa, el celo por la
propagación de la fe, un solícito esmero por la educación de la juventud y grandes entusiasmos para suscitar nuevas
vocaciones sacerdotales, religiosas y misioneras. Haz que en cada una de las naciones se fomente y arraigue la guerra
contra la blasfemia y el mal hablar y contra la prensa impía; haciendo surgir en todas partes nuevos cooperadores para
las diversas formas de apostolado recomendadas por el Vicario de Cristo. Infunde en todos los corazones católicos la
llama de tu celo, para que, viviendo en caridad difusiva, puedan al fin de su vida recoger el fruto de las muchas obras
buenas practicadas durante ella.

Padrenuestro…, Dios te salve…, Gloria…


San Juan Bosco, ruega por nosotros.
Día Segundo – 23 de Enero

Motivación: En la sencillez del día a día, siguiendo el ejemplo de María podemos alcanzar la santidad. El carisma
salesiano nos enseña como en la realización alegre de mis labores diarias, al valor cada momento con los seres
queridos y tratando cada día de hacer mejor las cosas podemos transformar, tanto nuestra realidad como la de
quienes nos rodean. Para hacer de lo ordinario algo extraordinario, sólo basta que a ejemplo de María, en cada hogar
de nuestros sectores, encontremos a más personas dispuestas a decir como María “Hágase en mi según su Palabra”
para acoger en sus vidas el Plan de Salvación.

Signo: La Escoba

Tema del Día: La Santidad vivida desde lo cotidiano

La Espiritualidad Salesiana tiene características esenciales que le van dando contenido a la propuesta educativa
de las distintas presencias de misión de los salesianos en el mundo. Don Bosco nos imprime desde el inicio un método
(sistema preventivo, razón, religión y amor) que se va insertado en el contacto directo con el niño y joven que busca
sobre todo, el desarrollo integral en los valores del evangelio. Este sistema no solo se desarrolla en la eventualidad sino
en la vida cotidiana y tiene elementos característicos, que van haciendo de lo ordinario extraordinario, como le diría Don
Bosco a Domingo Savio en la búsqueda de la santidad.
La alegría de tener a Jesús en nuestra vida es una realidad que no solo se nutre de momentos determinados sino
del día a día, porque la cotidianidad es también un lugar de encuentro con Dios. Es donde se cristaliza la verdadera fe y
se afirma nuestra decisión de amar, donde se juega todo lo que somos es, allí, en la cotidianidad, donde se manifiesta
verdaderamente nuestra identidad, nuestros valores, y por sobre todo, nuestras opciones y creencias más profundas. Lo
cotidiano del joven, como decía nuestro Padre Pascual Chávez “está hecho de deber, relación social, juego, tensión de
crecimiento, vida de familia, desarrollo de las propias capacidades, perspectivas de futuro, demandas de intervención,
aspiraciones. Esta realidad debe asumirse, profundizarse y vivirse a la luz de Dios”.
Don Bosco nos demuestra a través de su pedagogía que para ser, buen hijo, compañero, hermano, etc., basta
hacer bien lo que hay que hacer. La realidad del acompañamiento salesiano, ya sea por parte de un educador del
colegio, apoderado o familiar en general se realiza desde la experiencia del descubrimiento de esta hermosa realidad, la
ayuda para que el niño y joven reconozca esta invitación de Dios es tan importante y necesario para el éxito de la
propuesta salesiana en la vida de los alumnos. La vivencia profunda de la espiritualidad salesiana en la vida común, en lo
de todos los días le da un tono distinto a los trabajos y preocupación diarios, la no vivencia de esta realidad puede
generar aversión a la cotidianidad, despreciando el don de la vida. En este sentido, tenemos el riesgo de que nuestros
hijos no lleguen apreciar muchas cosas que se realizan de manera sistemática y sacrificada y se genere indiferencia a
tantos detalles que como padres y como colegio realizamos a diario.
Precisamente la vivencia en el Espíritu nos hace sensibles a estos pequeños gestos haciendo valorar y apreciar
nuestra vida común y cotidiana, por eso Don Bosco es tan actual para nosotros al proponer ya en su tiempo esta
profundidad en la vida de los jóvenes, haciendo que ahondaran esta realidad en su vida, descubrir la presencia de Dios
en todos los detalles de amor que se nos dan cada día es fundamental.
Profundizamos en esta espiritualidad de lo cotidiano, heredada por Don Bosco, con actitudes que nos ayuden a
vivir valorando lo que Dios nos da día a día, para así hacer que nosotros y nuestros hijos vivamos desde una gran acción
de gracias. Dos ideas que pueden servir para concretizar lo dicho anteriormente:
1. Valorar la familia como espacio de encuentro: Todo momento familiar puede ser un espacio de encuentro
profundo entre los hijos y los padres, por ejemplo la valoración del momento de compartir las comidas. El momento de
comidas es una posibilidad para encontrarse y darse un tiempo para poder conversar. Cómo estoy en este sentido, cómo
puedo transmitirle a los hijos esta realidad tan importante, que elementos distraen y obstaculizan la valoración de este
momento familiar.
2. La participación eclesial: Compartir en familia la fe, darse tiempo para profundizar la experiencia de Dios,
rezar juntos, hacer que la experiencia de Dios que vivimos en la Iglesia sea algo que marque de manera positiva la vida.
Algo natural. Cómo esta realidad de fe, tan importante para el buen desarrollo de la vida de los jóvenes y que el colegio
se esmera por transmitir a través de las distintas iniciativas. Cómo está la participación eucarística y la respuesta a las
diversas instancias a las cuales somos invitados.
Estas dos realidades antes mencionadas y otras tantas, son parte de este camino de valoración de lo cotidiano
como lugar de encuentro con Dios. Como dice el anterior superior de los salesianos, el Padre Pascua Chávez: “Entre las
actitudes y experiencias de lo cotidiano para vivir con profundidad en el Espíritu pueden considerarse: la vida de la
propia familia; el amor al propio trabajo o estudio, el crecimiento cultural y la experiencia escolar; la necesidad de
conjugar las «experiencias fuertes» con los «caminos ordinarios de la vida»; la visión positiva y reflexiva frente al propio
tempo; la acogida responsable de la propia vida y del propio camino espiritual de crecimiento en el esfuerzo de cada día;
la capacidad de orientar la propia vida según un proyecto vocacional.

Preces del Día: por los trabajadores y por quienes no tienen trabajo

Oración de San Juan Bosco

Oh Don Bosco Santo, que con tan gran amor y celo cultivaste las múltiples formas de acción católica que hoy florecen en
la Iglesia, concede a sus asociaciones el mayor progreso y desarrollo. Redobla en todos los corazones la devoción a la
Santísima Eucaristía y a María Auxiliadora de los Cristianos. Acrecienta en ellos el amor al Papa, el celo por la
propagación de la fe, un solícito esmero por la educación de la juventud y grandes entusiasmos para suscitar nuevas
vocaciones sacerdotales, religiosas y misioneras. Haz que en cada una de las naciones se fomente y arraigue la guerra
contra la blasfemia y el mal hablar y contra la prensa impía; haciendo surgir en todas partes nuevos cooperadores para
las diversas formas de apostolado recomendadas por el Vicario de Cristo. Infunde en todos los corazones católicos la
llama de tu celo, para que, viviendo en caridad difusiva, puedan al fin de su vida recoger el fruto de las muchas obras
buenas practicadas durante ella.

Padrenuestro…, Dios te salve…, Gloria…


San Juan Bosco, ruega por nosotros.
Día Tercero – 24 de Enero

Motivación: El carisma es el modelo que nos indica cómo vivir la espiritualidad. El carisma salesiano nos impulsa a
alcanzar la santidad desde el amor, la razón y la amabilidad. En una sociedad donde se vive en una creciente oleada de
violencia. La Espiritualidad de San Francisco de Sales, el carisma sales-iano, nos increpa a poner de manifiesto, en
nuestros sectores, esa presencia viva de la dulzura, el amor y la amabilidad cuando busquemos atraer a muchos más
siendo como una gota de miel; en lugar de continuar siendo tarros de hiel, donde se promueva la separación entre los
hermanos. Cada uno de nosotros debemos esforzarnos por mostrar ese rostro de San Francisco en cada uno de
nuestros sectores y sobretodo que empiece a notarse en nuestros hogares.

Signo: El Agua

Tema del Día: Vida de San Francisco de Sales

Don Bosco, en el Reglamento del Oratorio de San Francisco de Sales que redacta en 1854, describe en el proemio la
finalidad de su proyecto:

“Este Oratorio está puesto bajo la protección de San Francisco de Sales para indicar que la base sobre la que esta
congregación se apoya debe ser la caridad y la dulzura, que son la virtudes características de este santo”.
Don Bosco se inspira para llevar adelante su obra, en efecto, en el conocido santo y a él encomienda su proyecto
confiando en su protección. A él, en las raíces de nuestra espiritualidad, estamos invitados a volver una y otra vez todos
los que compartimos el carisma y la misión salesiana. El próximo 24 de enero, celebraremos su fiesta que ya se
celebraba con gran solemnidad en los días del primer Oratorio.
Francisco de Sales, obispo santo de corazón noble y sabio humanismo, fue un creyente de honda espiritualidad
que comprendió que en el centro de su vida y de su historia estaba sólo Dios y su amor misericordioso. Fuera de él no
hay ningún bien. Sabio en la dirección espiritual, vivió y anunció la Palabra de Dios por los más diversos medios. Es el
santo de la ternura del corazón modelado a imagen del corazón del Padre que con la mansedumbre conduce a todos a
Dios. Prudente y fiel, supo vivir como hombre de su tiempo al servicio de la Iglesia y de los más necesitados.
Don Bosco se inspiró en él para llevar adelante su apostolado en favor de los jóvenes pobres, abandonados y en
peligro. Su caridad pastoral y la amabilidad de su bondad fueron determinantes en el estilo que Don Bosco vivió y
transmitió a sus muchachos en los mismos orígenes de la fundación de la Congregación Salesiana. Como nos ha dejado
escrito Don Rua, el 26 de enero de 1854 don Bosco propuso a cuatro jóvenes del Oratorio de San Francisco de Sales,
hacer un «ejercicio práctico de caridad». «Desde ese día, escribe don Rua, fue puesto el nombre de salesianos a los que
se propusieron y se propondrán dicho ejercicio». Inspirados en la bondad y en el celo pastoral del santo de la caridad,
Don Bosco nos ha dado el nombre de salesianos y nos ha indicado un programa de vida en la máxima “Da mihi animas,
cetera tolle”. Y en Don Bosco, inspirado en San Francisco de Sales, tiene origen un vasto movimiento de personas, que
en diferentes modos, trabajan por la salvación de los jóvenes. Esta es nuestra fuente y nuestra inspiración: la
mansedumbre, la amabilidad, la pasión pastoral.
Mirando a Francisco de Sales, contemplando a Don Bosco y enraizados en la Palabra, queremos hacer nuestra la
sabiduría que viene de lo alto. En nuestro trabajo con los jóvenes, en nuestra experiencia comunitaria, en nuestro vivir
cotidiano queremos ser sembradores de paz y de justicia apartando de nosotros todo lo que nos aleje del corazón de
Dios.
A imagen suya, el corazón de Buen Pastor es el manantial inagotable al que acudir a beber siempre. El Buen
Pastor que conoce sus ovejas y que en la entrega de su propia vida nos ha devuelto la Vida. En su nombre, con la fuerza
de su Espíritu, sostenidos por la misericordia del Padre queremos ir al encuentro de los jóvenes, especialmente los más
pobres y en peligro. Con Don Bosco, queremos anunciarles el amor de Dios, Vida y Esperanza para todos.
Francisco de Sales, pastor celoso y amable rico en la sabiduría que viene de arriba, interceda hoy para que
nuestra familia salesiana pueda ser fiel a las inspiraciones de Dios, a la propuesta profética de Don Bosco y a las
demandas urgentes de los jóvenes de nuestro tiempo.

Preces del Día: por los Religiosos y Laicos Comprometidos


Oración de San Juan Bosco

Oh Don Bosco Santo, que con tan gran amor y celo cultivaste las múltiples formas de acción católica que hoy florecen en
la Iglesia, concede a sus asociaciones el mayor progreso y desarrollo. Redobla en todos los corazones la devoción a la
Santísima Eucaristía y a María Auxiliadora de los Cristianos. Acrecienta en ellos el amor al Papa, el celo por la
propagación de la fe, un solícito esmero por la educación de la juventud y grandes entusiasmos para suscitar nuevas
vocaciones sacerdotales, religiosas y misioneras. Haz que en cada una de las naciones se fomente y arraigue la guerra
contra la blasfemia y el mal hablar y contra la prensa impía; haciendo surgir en todas partes nuevos cooperadores para
las diversas formas de apostolado recomendadas por el Vicario de Cristo. Infunde en todos los corazones católicos la
llama de tu celo, para que, viviendo en caridad difusiva, puedan al fin de su vida recoger el fruto de las muchas obras
buenas practicadas durante ella.

Padrenuestro…, Dios te salve…, Gloria…


San Juan Bosco, ruega por nosotros.
Día Cuarto – 25 de Enero

Motivación: El carisma salesiano consiste en vivir en alegría, confianza mutua y compartir fraterno. Existen muchas
razones para la desesperanza en nuestra comunidad, hoy día, la invitación es a ser nosotros como esa tercera vela de la
Corona de Adviento que nos indicaba el gozo por la venida del Señor. La encarnación del carisma salesiano, o sea, el
empezar a adoptar y optar por ser alegres y optimistas en medio de tantas dificultades, nos permitirá empezar a
transformar tanto nuestra realidad como la de aquellos con quienes convivimos.

Signo: Un Balón

Tema del Día: La alegría y el optimismo en el Carisma Salesiano

A DON Bosco se le ha llamado con razón «el santo de la alegría». Cuando Pablo VI, el año 1975, regaló a la Iglesia
su carta sobre la alegría, «Gaudete in Domino», nombró a San Juan Bosco como uno de los santos que mejor habían
aprendido y comunicado el carisma de la alegría Ya en sus tiempos de estudiante en Chieri, hacia el 1832, fundó «la
Sociedad de la Alegría» entre sus compañeros, mostrando su opción por buscar lo positivo en la vida y evitar toda
tristeza («melancolía, fuera de la casa mía»).
Y esa fue una de las claves principales de su pedagogía con los niños y los jóvenes: la vida entendida como fiesta
y la fe como felicidad. Por una parte, la música, el teatro, las excursiones, el deporte. Por otra, la alegría sobrenatural de
la fe. En todo momento la alegría del existir, del poder trabajar, de la entrega a los demás, la alegría de la vida de cada
día.
El optimismo, la confianza en Dios y en las personas, saber ver y gozarse de los valores que hay en este mundo,
sin lamentarse continuamente, son los secretos de su pedagogía humana y religiosa. La alegría envuelve la vida de
piedad y el estudio, abre a la esperanza y suscita energías para hacer el bien. En la famosa carta de 1884, desde Roma, lo
que más echa de menos don Bosco, y recomienda que recuperen, es la alegría que antes reinaba en sus colegios, y que
los impregnaba de serenidad y cercanía.
Don Bosco, por el camino de la alegría, condujo a muchos jóvenes a cimas importantes de espiritualidad
cristiana. Domingo Savio, su discípulo predilecto, describiéndole a su amigo Gavio el programa de la vida del Oratorio de
Valdocco, lo resumió en una frase: «Nosotros hacemos consistir la santidad en estar alegres». No es una frase ocurrente
y superficial.
La alegría, en la pedagogía de don Bosco, es fruto de la conjunción de valores muy profundos, humanos y
cristianos a la vez: la conciencia de ser hijos de Dios, el cumplimiento del deber, la piedad eucarística y la devoción a la
Virgen, la visión concreta y sencilla del camino de la santidad, los valores de las personas y de la vida.
Hay frases predilectas de don Bosco que nos revelan el secreto de su serenidad: la del Eclesiastés (3,12), que
tenía como señal en su breviario: «No hay más felicidad que alegrarse y buscar el bienestar en la vida»; la de Santa
Teresa de Jesús: «Nada te turbe, nada te espante», que fue el primer consejo a sus directores en los «recuerdos» de
1886; y la consigna que da a los suyos: «Haced el bien, estad alegres y dejad que canten los pájaros».
Un pensador, F. Orestano, afirmó que «si san Francisco de Asís santificó la naturaleza y la pobreza, san Juan
Bosco santificó el trabajo y la alegría». Por eso, el buen humor, la risa, el rechazo de las actitudes sin naturalidad y de las
distancias de respeto hacia el educador, aunque sea sacerdote o religioso, todo ello unido al optimismo de fondo, hace
del clima educativo salesiano un clima de distensión donde se vive a gusto, y en el que uno se siente un poco como en su
casa, y en el que se percibe que una libertad real es posible.
Así se entiende que en la casa de don Bosco el juego, el teatro, la expresión corporal, la gimnasia, el canto, etc.,
tienen tanta importancia. Es el cuerpo que expresa la alegría de vivir de la persona; esa alegría que se encuentra
viviendo en un clima de confianza y de paz con Dios. Pues, para don Bosco, es en la medida en que uno está en paz como
se encuentra en profunda paz consigo mismo y con los demás: todo esto parece muy ordinario hoy.
Pero, ¿ha pasado también a los actos? ¿Habría tantos jóvenes buscando el calor artificial de las sectas o de
ciertas comunidades informales, si hubieran encontrado en su familia, en su escuela, en la residencia de estudiantes,
este clima de paz y de serenidad alegre que creaba don Bosco a su alrededor? Es verdad que existen poces falsas que
pueden desarmar a los jóvenes, pero la verdadera alegría, la que brota del encuentro profundo del otro con Dios, tiene
siempre un papel desestabilizador. Hace sentir cuán falsas son las promesas de felicidad hechas por la publicidad de
nuestra sociedad, esas promesas que nos hacen creer que la felicidad surgirá de la acumulación de los bienes, del dinero
y de los objetos de consumo.
La verdadera alegría, por el contrario, transmite deseos de cambiar algo; la verdadera alegría nos enseña que la
felicidad brota de la relación y del encuentro con el otro. La verdadera alegría busca con quién comunicarse. Tal vez por
eso, a poco más de cien años de la muerte de don Bosco, 16.913 salesianos, 15.308 salesianas, más cientos de miles de
cooperadores, antiguos alumnos y simpatizantes de la llamada Familia Salesiana, esparcidos por el mundo, intentan
transmitir el mensaje de su fundador.
¡Cómo entendió don Bosco la importancia que tiene, para los grupos juveniles, «la vida del patio». Con la iglesia
y con las aulas es uno de los tres principales factores educativos; y es para la sicología del chico, como para las
posibilidades formativas, un elemento indispensable. La vida del patio es el lugar clásico donde se revela la índole del
jovencito, y donde se le puede estudiar para orientarlo. Saber educar en medio del recreo y con el recreo, es una
especialidad de la tradición de don Bosco. Él siempre quería la alegría, el movimiento, el ruido. «Désele al niño amplia
libertad para correr, saltar, alborotar a su gusto», ha dejado escrito en sus páginas de oro. La alegría, el regocijo, es, en la
casa de don Bosco, el undécimo mandamiento, y es un factor de primer orden en su pedagogía. No podía ver a los
muchachos cabizbajos y enfurruñados: temía el ocio en los recreos; por eso no quería bancos en los patios de sus casas.
Don Bosco fascinaba a sus jóvenes sobre todo con sus juegos de mano, con su arte y con su maestría en el juego.
Él era lo que conviene mucho a todo pedagogo, un «magíster ludi» de alta cualidad, y el juego era para él el elemento de
la alegría.
El método pedagógico que don Bosco desarrolló en los años de la fundación de su ciudad juvenil en Turín (1846)
tenía que ser una pedagogía de la alegría. Para concluir: una invitación a la alegría cristiana y salesiana. Es una herencia
de corazón de la Virgen María en su Magnificat. Preciosa la que recibimos del evangelio de Jesús y del patrimonio de
nuestros mayores en la Familia Salesiana. Vivir en alegría, porque nos sentimos amados por Dios, en su presencia,
invadidos por la energía vital del Resucitado, llenos de su Buena Noticia, poseídos de su Espíritu, imitando la alegría de
corazón de la Virgen María en su Magnificat. Una alegría que, antes de ser pedagogía, es forma de vida y convicción de
fe que brota del Evangelio y que luego, espontáneamente, se transmite a los demás, haciéndoles uno de los mejores
regalos que se les puede hacer en este mundo de hoy: la alegría.

Preces del Día: La Parroquia, los colegios y comunidades eclesiales de base.

Oración de San Juan Bosco

Oh Don Bosco Santo, que con tan gran amor y celo cultivaste las múltiples formas de acción católica que hoy florecen en
la Iglesia, concede a sus asociaciones el mayor progreso y desarrollo. Redobla en todos los corazones la devoción a la
Santísima Eucaristía y a María Auxiliadora de los Cristianos. Acrecienta en ellos el amor al Papa, el celo por la
propagación de la fe, un solícito esmero por la educación de la juventud y grandes entusiasmos para suscitar nuevas
vocaciones sacerdotales, religiosas y misioneras. Haz que en cada una de las naciones se fomente y arraigue la guerra
contra la blasfemia y el mal hablar y contra la prensa impía; haciendo surgir en todas partes nuevos cooperadores para
las diversas formas de apostolado recomendadas por el Vicario de Cristo. Infunde en todos los corazones católicos la
llama de tu celo, para que, viviendo en caridad difusiva, puedan al fin de su vida recoger el fruto de las muchas obras
buenas practicadas durante ella.

Padrenuestro…, Dios te salve…, Gloria…


San Juan Bosco, ruega por nosotros.
Día Quinto – 26 de Enero

Motivación: Sepamos vivir actualmente el Carisma Salesiano y aprendamos a amar verdaderamente a los jóvenes.
Actualmente se cuenta con un amplio menú de vivencias y situaciones donde se vulnera la dignidad de las personas, se
promueve la desintegración de la familia y se promueve la cultura de muerte, tales como la promulgación de leyes para
legalizar el aborto, la ideología de género, la inseguridad, la impunidad, entre otros. Es necesario que seamos alternativa
viva, para esa juventud que anda como oveja sin pastor, desperdiciando su vida en experiencias que los conducen a la
desesperanza. ¿Cuántos jóvenes así hay en nuestros sectores?¿Qué alternativas podemos ofrecerles?
El Carisma salesiano hoy nos insta a ser antídotos eficaces ante tantas situaciones de denigración de la
dignidad del otro, a ser promotores de vida, de convivencia fraterna, iniciando por nuestras propias familias y
sectores de la comunidad donde hacemos vida.

Signo: El Compartir o la merienda

Tema del Día: Don Bosco como amigo de los Jóvenes

Llegamos al fin a conocer al San Juan Bosco que tiernamente llamamos «Don» Bosco, el Juan que se hizo sacerdote por
amor a Dios, a María y a los jóvenes, el Juan que exclamaba siempre “dame almas y quédate con lo demás”. Don Bosco
se hace Don, se ordena sacerdote, un 5 de junio de 1841, sirviendo alegremente como un verdadero y devoto sacerdote
«en el altar, en el confesionario y entre sus muchachos».

El momento para el que Dios lo había estado preparando amorosamente tanto tiempo sucedió el 8 de diciembre del
mismo año de su ordenación, día de la Inmaculada Concepción – sin duda alguna, la Madre Auxiliadora metió su tierna y
maternal mano en esta locura de amor: Don Bosco iba fielmente a celebrar la Santa Misa, cuando encuentra al sacristán
de la iglesia golpeando y maltratando a un joven pobre, llamado Bartolomé Garelli, porque no sabía servir en el altar;
Don Bosco, indignado, se apresura a reprender al sacristán, implorándole que no le pegue al muchacho porque es su
amigo, así integra a este jovencito a la misa y la Iglesia, interesándose por él, catequizándolo después de misa y
ofreciéndole “pan, trabajo y Paraíso”. Éste fue el inicio del Oratorio de Don Bosco.

El oratorio fue el apostolado más fuerte de Don Bosco, la misión que le había sido revelada a los nueve años en un
sueño, la obra que dio apertura a toda una obra de salvación de las almas, que hoy en día conocemos como Familia
Salesiana. El oratorio, fue para los jóvenes de Don Bosco, y es para sus hijos de hoy, casa que acoge, escuela que educa,
Iglesia que evangeliza y patio para hacer amigos. El Don Bosco que exclamaba cada día “¡Qué contento estoy de ser
sacerdote!”, sacerdote con inmensa devoción a María y entrega a Dios y a las almas, donó su vida construyendo amistad
con los jóvenes, para que estos jóvenes construyeran amistad con Cristo, María y la Iglesia. Don Bosco vivió como el
Jesús que exclama “Ya no los llamo siervos sino amigos” (Cf. Jn 15, 15), y que en la Cruz entrega a su propia Madre en
manos del discípulo más joven, que era el más querido. Don Bosco vivió, trabajó y murió por los jóvenes, haciéndose su
amigo. Y es por eso que Don Bosco en los jóvenes vive hoy como Padre, Maestro y Amigo.

“Podéis anunciar a todos la misericordia de Jesús, haciendo «oratorio» en cada lugar, especialmente en los más duros;
llevando en el corazón el estilo oratoriano de Don Bosco y mirando a horizontes apostólicos cada vez más amplios”,
invitó el Papa Francisco a la Familia Salesiana en el inicio del Año Bicentenario de Don Bosco; pero éste no es un mensaje
sólo para los que viven a Cristo al estilo de Don Bosco, sino para todo el que quiera vivir a Cristo, para todo el que quiera
ser un verdadero cristiano.

Hace doscientos años la juventud vivía tiempos duros y terribles, explotados por la sociedad, marginados,
desamparados; hoy en día, los jóvenes siguen siendo víctimas de la sociedad, atrapados en falsos valores, «valores que
están pervertidos, que hacen mal» (Papa Francisco), siguen siendo desairados, haciéndoles creer que no pueden, que no
lograrán nada, que no sirven para nada, siguen siendo desamparados, carentes del amor y el aliento de alguien que crea
en ellos; es por esto que hoy más que nunca urgen cristianos, jóvenes cristianos, que quieran trabajar por el rescate de
la juventud, el futuro de la Iglesia y el mundo, haciéndose como Don Bosco: padres que acojan y potencien el valor de
los jóvenes como hijos de Dios, maestros que eduquen en la fe y en los valores humanos a cada muchacho que aún no
sabe que puede ser bueno, todo esto cultivando una buena amistad que lleve al joven a Dios. Pues ya lo decía Don
Bosco, “¡Cuántas almas se pueden atraer con el buen ejemplo!”.

Ahora más que nunca es necesario que cada joven cristiano se deje amar profundamente por Dios y guiar ciegamente
por María para trabajar sin descanso por los jóvenes y la humanidad, porque como decía Don Bosco “La verdadera
religión no consiste solamente en palabras; hace falta demostrarla con obras.”

Preces del Día: Los Jóvenes y la situación actual del país.

Oración de San Juan Bosco

Oh Don Bosco Santo, que con tan gran amor y celo cultivaste las múltiples formas de acción católica que hoy florecen en
la Iglesia, concede a sus asociaciones el mayor progreso y desarrollo. Redobla en todos los corazones la devoción a la
Santísima Eucaristía y a María Auxiliadora de los Cristianos. Acrecienta en ellos el amor al Papa, el celo por la
propagación de la fe, un solícito esmero por la educación de la juventud y grandes entusiasmos para suscitar nuevas
vocaciones sacerdotales, religiosas y misioneras. Haz que en cada una de las naciones se fomente y arraigue la guerra
contra la blasfemia y el mal hablar y contra la prensa impía; haciendo surgir en todas partes nuevos cooperadores para
las diversas formas de apostolado recomendadas por el Vicario de Cristo. Infunde en todos los corazones católicos la
llama de tu celo, para que, viviendo en caridad difusiva, puedan al fin de su vida recoger el fruto de las muchas obras
buenas practicadas durante ella.

Padrenuestro…, Dios te salve…, Gloria…


San Juan Bosco, ruega por nosotros.
Día Sexto – 27 de Enero

Motivación: Ser Verdaderos pastores que guíen a las ovejas perdidas al Encuentro con el Señor. Es notorio, ver
deambular, de un lado para otro, a nuestros hermanos, en busca de lo necesario para vivir. Se les ve, desorientados,
desanimados, incluso desconcertados ante la realidad actual. ¿Cuántos padres y madres de familia en nuestros sectores
vemos diariamente en este deambular?¿Cuántos hijos que han abandonado a sus padres, a su tierra para ir en busca de
mejores alternativas de vida?. Hoy, a ejemplo de Jesús Buen Pastor, como presencia salesiana se nos llama a
convertirnos también en ese “Buen Pastor” que desde nuestras familias y en nuestros sectores podamos ayudar y
orientar en la búsqueda de opciones para alcanzar una vida más plena y en abundancia.

Signo: Un trozo de pan

Tema del Día: Jesús Buen Pastor, Origen y Fuente del carisma Salesiano

En las Constituciones de los Salesianos, artículo 11, se lee que en la «lectura del Evangelio» entre «los rasgos de
la figura del Señor» más reconocibles en Don Bosco está su «actitud del Buen Pastor que conquista con la mansedumbre
y la entrega de sí», por lo que «su centro y su síntesis (de vida y de acción) es la caridad pastoral» (n. 10).
Es totalmente acertado que en la página de apertura de las Constituciones se cite una promesa de Dios en el
profeta Ezequiel (34,11.23) tomada después y actuada por Jesús Buen Pastor en Jn 10, y que ahora aparece en la boca
de Don Bosco: «Yo mismo buscaré a mis ovejas y cuidaré de ellas...
Yo suscitaré para ellas un Pastor único... El las conducirá al pasto, será su Pastor».
Así también al comienzo del c. IV, dedicado a la misión juvenil, pensando en lo que ha realizado Don Bosco, se
cita a Mc 6,34; «Jesús vio una gran muchedumbre y se conmovió por ellos, porque eran como ovejas sin Pastor y se puso
a enseñarles muchas cosas».
Por consiguiente la formación de los salesianos y de los miembros de la familia de Don Bosco se orienta a la
«misión de educadores pastores».
Es la misma vida de Don Bosco el ámbito que expresa mejor la compenetración entre Jesús y Don Bosco en la
figura común del Buen Pastor. El campo que debe examinarse es su misma existencia toda. Solo así se llega a un
«verdadero conocimiento» de nuestro santo (según el programa dado por el Rector Mayor). Se abre un área de
exploración amplia y compleja para continuarla con el estudio de obras serias. Aquí en cierto modo abrimos el camino
sugiriendo un cotejo que realizar, solos o, mejor aún, en grupo, proponiendo como primera lectura las Memorias del
Oratorio, donde en 180 páginas Don Bosco mismo narra en primera persona su servicio de Buen Pastor en los años
heroicos de su misión juvenil desde 1815 a 1855. Aquí, pues, proponemos un esquema que enriquecer.
Merece la pena partir de la lectura atenta del famoso «sueño de los 9 años» de edad de Juan Bosco en el que el
Buen Pastor, acompañado por María, como Buena Pastora, le abre la misión futura de Buen Pastor él mismo en medio
de los jóvenes.
Sucesivamente abrimos el camino a un posible paralelismo entre Jesús y Don Bosco proponiendo una
confrontación entre Jn 10, 1-18 y el santo de los jóvenes, sin forzarla.
Proponemos cuatro aspectos relacionados:
a) Jesús Buen Pastor «llama» a sus ovejas, a cada una por su nombre, las saca del anonimato del rebaño:
tiene en su boca mi nombre propio, signo de personalización de la relación, de una Palabra que EI me quiere decir, de
una llamada que tiene para mí.
Viene enseguida a la mente el gran afecto de Don Bosco: «Basta con que sean jóvenes para que los quiera
mucho», el cuidado para cada joven al que conocía por su nombre (edad, familia, origen, necesidades, aspiraciones,
recursos...), con una relación de amistad que parte desde donde se encontraba el joven, y ofreciendo, por tanto las
ayudas necesarias, pero también con propuestas vocacionales fuertes, como a «Domingo Savio», y –como rasgo
sugestivo– debe mencionarse su famosa «Palabra al oído» tan personal, tan íntima y tan eficaz.
b) Jesús hace «entrar y salir» a las ovejas y camina delante de ellas, haciéndoles de puerta segura.
Es una percepción dinámica y abierta de la realidad que demuestra tener el que hace antes lo que pide a los demás,
suscitando al mismo tiempo compromiso y confianza.
Viene enseguida a la mente la realidad del oratorio, recorrido de entradas y salidas en plena libertad. Don Bosco
hizo «salir» a los muchachos recluidos en la cárcel de la Generala de Turín en una excursión, en la que quería dar a
gustar una vida diferente en la bondad y en la alegría.
Pero al mismo tiempo había seguridad en cuanto a los valores de la vida humana y cristiana, porque en la puerta estaba
Don Bosco.
Escribe él mismo: «Al salir de la iglesia, me ponía en medio de los jóvenes y los acompañaba fuera del Oratorio mientras
cantaban y alborotaban. Subíamos juntos hasta el monte, cantábamos después alguna estrofa de un canto religioso y
después nos despedíamos hasta el domingo siguiente y nos deseábamos en voz alta "Buenas noches y cada uno se iba a
su casa».
c) «Para que tengan la vida y la tengan en abundancia».
Para Jesús es el fin de su condición de Pastor, a diferencia de los mercenarios que arrebatan y destruyen la vida de los
demás. Se trata de la vida en toda su amplitud física y espiritual, en el tiempo y más allá del tiempo, en una vida que no
acaba nunca y crece siempre (eterna). Es vida exuberante, magnífica, superior a cualquier expectativa, permanente y
bella de la que es capaz el «hermoso» Pastor. Es en síntesis «la salvación» que El nos regala. No olvidaremos la seriedad
y solidez de este don: brota de su misma vida ofrecida en obediencia al Padre.
Don Bosco como Jesús, hizo literalmente entrega de su «vida por sus pobres jóvenes hasta el último aliento». Lo
hizo teniendo muy presente qué significa vida según el Evangelio, vida concreta cotidiana, que une tiempo y eternidad.
Con mucho realismo la certificó poniendo como medio indispensable la educación entendida como sistema preventivo y
escogió como objetivo educar a los jóvenes a ser «Buenos cristianos y honrados ciudadanos». EI –en la escuela del Buen
Pastor– quería su salvación, en sentido total, alma y cuerpo, ofreciendo todos los recursos necesarios de la escuela y del
trabajo, por tanto de orden cultural, profesional, social y político, pero al mismo tiempo ampliando y garantizando el
sentido de la vida con una experiencia religiosa intensa y alegre, anclada en «tres columnas»: la Eucaristía, la Confesión y
la devoción a María, sin temor a anunciar a sus jóvenes la belleza de la vida en el paraíso más allá de la muerte. En
síntesis propuso abiertamente a los jóvenes la santidad como medida alta y gozosa de la vida. Domingo Savio es el
modelo.
d) «EI ladrón no viene más que para robar, matar y destruir».
Hemos señalado ampliamente el contexto dramático en el que el Buen Pastor realiza su servicio. Por eso denuncia sin
miedo la insidia devastadora de los malos pastores, que se sirven de la vida de las ovejas, no la sirven. Jesús tenía
presente a los que abusando de su autoridad, no decían la verdad de la Palabra de Dios, y por Io mismo le contradecían
a EI mismo, Palabra de Dios encarnada. Si no hay conversión, el resultado es terrible.
Don Bosco fue un gran combatiente por la causa del Evangelio. El ambiente cultural prevalentemente anticlerical y
masónico, la propaganda de los protestantes, la debilidad de aquellos pobres muchachos caídos de su pueblo en la
ciudad eran factores de peligro. Don Bosco se opuso a ello especialmente con la pluma, las Lecturas Católicas y otras
publicaciones (las tres Historias: Sagrada, de la Iglesia, de Italia), y con una catequesis permanente. Como el Buen Pastor,
tuvo enemigos, pero él no fue enemigo de ninguno.

Preces del Día: Los Grupos Apostólicos y Agentes de Pastoral.

Oración de San Juan Bosco

Oh Don Bosco Santo, que con tan gran amor y celo cultivaste las múltiples formas de acción católica que hoy florecen en
la Iglesia, concede a sus asociaciones el mayor progreso y desarrollo. Redobla en todos los corazones la devoción a la
Santísima Eucaristía y a María Auxiliadora de los Cristianos. Acrecienta en ellos el amor al Papa, el celo por la
propagación de la fe, un solícito esmero por la educación de la juventud y grandes entusiasmos para suscitar nuevas
vocaciones sacerdotales, religiosas y misioneras. Haz que en cada una de las naciones se fomente y arraigue la guerra
contra la blasfemia y el mal hablar y contra la prensa impía; haciendo surgir en todas partes nuevos cooperadores para
las diversas formas de apostolado recomendadas por el Vicario de Cristo. Infunde en todos los corazones católicos la
llama de tu celo, para que, viviendo en caridad difusiva, puedan al fin de su vida recoger el fruto de las muchas obras
buenas practicadas durante ella.

Padrenuestro…, Dios te salve…, Gloria…


San Juan Bosco, ruega por nosotros.
Día Séptimo – 28 de Enero

Motivación: Ser amigo de Jesús y María en el cumplimiento de los deberes propios y en la ayuda a los demás. Es común
encontrar situaciones diarias de injusticia, de impunidad y de irrespeto a los compromisos contraídos con las personas
por parte de los entes gubernamentales. También se evidencia, la marginación y desprecio a nuestros pueblos
originarios. La vida de Ceferino Namuncurá nos muestra la predilección de Dios por las personas más sencillas de la
sociedad y nos recuerda el compromiso con nuestros hermanos indígenas que sufren tanto. Ceferino hoy nos
compromete con el rescate de los valores y la dignidad de la persona tan maltratada en estos días. Se hace imperioso
el enseñar a los niños, jóvenes y adultos de nuestros sectores, nuestras comunidades y familias, la importancia del
respeto, la justicia, la tolerancia y responsabilidad para generación de espacios para la sana convivencia, en todas las
áreas del diario vivir.

Signo: La Camándula

Tema del Día: Vida de Ceferino Namuncurá

La santidad de Ceferino es expresión y fruto de la espiritualidad juvenil salesiana, una espiritualidad hecha de
alegría, de amistad con Jesús y María, de cumplimiento de los propios deberes y de entrega por los demás. Ceferino
representa la prueba más convincente de la fidelidad con la que los primeros misioneros mandados por don Bosco
lograron repetir aquello que él había hecho en el Oratorio de Valdocco: formar jóvenes santos. Este sigue siendo nuestro
compromiso de hoy, en un mundo que necesita jóvenes impulsados por un claro sentido de la vida, audaces en sus
opciones y firmemente centrados en Dios mientras sirven a los demás.
La vida de Ceferino es una parábola de tan sólo 19 años, pero rica de enseñanzas.
Nació en Chimpay el día 25 de agosto de 1886 y fue bautizado, dos años más tarde, por el misionero salesiano
don Milanesio, que había mediado en el acuerdo de paz entre los mapuches y el ejército argentino, haciendo posible al
papá de Ceferino conservar el título de "gran cacique" para sí, y también el territorio de Chimpay para su pueblo. Tenía
11 años cuando su padre lo inscribió en una escuela estatal de Buenos Aires, pues quería hacer del hijo el futuro
defensor de su pueblo. Pero Ceferino no se encontró a gusto en aquel centro y el padre lo pasó al colegio salesiano "Pío
IX". Aquí inició la aventura de la gracia, que transformaría a un corazón todavía no iluminado por la fe en un testigo
heroico de vida cristiana. Inmediatamente sobresalió por su interés por los estudios, se enamoró de las prácticas de
piedad, se apasionó del catecismo y se hizo simpático a todos, tanto a compañeros como a superiores. Dos hechos lo
lanzaron hacia las cimas más altas: la lectura de la vida de Domingo Savio, de quien fue un ardiente imitador, y la
primera Comunión, en la que hizo un pacto de absoluta fidelidad con su gran amigo Jesús. Desde entonces este
muchacho, que encontraba difícil "ponerse en fila" y "obedecer al toque de la campana", se convirtió en un modelo.
Un día —Ceferino ya era aspirante salesiano en Viedma— Francesco De Salvo, viéndolo llegar a caballo como un
rayo, le gritó: "Ceferino, ¿qué es lo que más te gusta?". Se esperaba una respuesta que guardara relación con la
equitación, arte en el que los araucanos eran maestros, pero el muchacho, frenando al caballo, dijo: "Ser sacerdote", y
continuó corriendo.
Fue precisamente durante aquellos años de crecimiento interior cuando enfermó de tuberculosis. Lo hicieron
volver a su clima natal, pero no bastó. Monseñor Cagliero pensó entonces que en Italia encontraría mejores atenciones
médicas. Su presencia no pasó inadvertida en la nación, pues los periódicos hablaron con admiración del príncipe de las
pampas. Don Rúa lo hizo sentar a la mesa con el consejo general. Pío X lo recibió en audiencia privada, escuchándole con
interés y regalándole su medalla "ad principes". El día 28 de marzo de 1905 tuvo que ser internado en el Fatebenefratelli
(Hermanos de San Juan de Dios) de la isla Tiberina, donde murió el día 11 de mayo siguiente, dejando tras de sí una
impronta de voluntad, diligencia, pureza y alegría envidiables.
Era un fruto maduro de espiritualidad juvenil salesiana. Sus restos se encuentran ahora en el santuario de Fortín
Mercedes, de Argentina, y su tumba es meta de peregrinaciones ininterrumpidas, porque goza de una gran fama de
santidad entre el pueblo argentino.
Ceferino encarna en sí los sufrimientos, las angustias y las aspiraciones de su gente mapuche, la misma gente
que a lo largo de los años de su adolescencia encontró el Evangelio y se abrió al don de la fe bajo la guía de sabios
educadores salesianos. Hay una expresión que recoge todo su programa: "Quiero estudiar para ser útil a mi pueblo". En
efecto, Ceferino quería estudiar, ser sacerdote y volver entre su gente para contribuir al crecimiento cultural y espiritual
de su pueblo, como había visto hacer a los primeros misioneros salesianos.
Al santo nunca se le puede comparar con un meteoro que atraviesa imprevistamente el cielo de la humanidad,
sino que más bien es el fruto de un largo y silencioso engendro de una familia y de un pueblo que quieren plasmar en
aquel hijo sus mejores cualidades.
La beatificación de Ceferino es una invitación a creer en los jóvenes, también en los que apenas han sido
evangelizados, y a descubrir la fecundidad de Evangelio, que no destruye nada de aquello que es verdaderamente
humano, y la aportación metodológica de la educación en este estupendo trabajo de configuración de la persona
humana que llega a reproducir en sí la imagen de Cristo.
Quien piense que la fe religiosa es una forma de adaptación o de falta de compromiso por el cambio social, se
equivoca, pues es totalmente lo contrario, ya que se convierte en la energía que hace posible la transformación de la
historia. La santidad, que para algunos evoca la singularidad de una condición considerada poco adherente a la vida
cotidiana, significa, por el contrario, la plenitud de la humanidad puesta en práctica. El santo es una persona auténtica,
realizada y feliz. Los testimonios de los contemporáneos de Ceferino son unánimes al afirmar la voluntad de su corazón y
la seriedad de su compromiso. "Sonríe con los ojos", decían los compañeros. Era un adolescente admirable, santo, que
hoy puede —debe— ser propuesto como modelo y ejemplo a los jóvenes. Toda la Familia Salesiana de Argentina,
reconocida a Dios por el extraordinario don que le ha concedido en Ceferino, tiene la obligación de sentirse responsable
de mantener viva su memoria, y de estar convencida de que puede continuar proponiendo a los jóvenes itinerarios
concretos de santidad.
Mientras alabamos y damos gracias al Señor por este nuevo pequeño baldosín del bello mosaico de la santidad
salesiana, renovemos nuestra fe en los jóvenes, en la inculturación del Evangelio y en el sistema preventivo.

Preces del Día: Por nuestros indígenas

Oración de San Juan Bosco

Oh Don Bosco Santo, que con tan gran amor y celo cultivaste las múltiples formas de acción católica que hoy florecen en
la Iglesia, concede a sus asociaciones el mayor progreso y desarrollo. Redobla en todos los corazones la devoción a la
Santísima Eucaristía y a María Auxiliadora de los Cristianos. Acrecienta en ellos el amor al Papa, el celo por la
propagación de la fe, un solícito esmero por la educación de la juventud y grandes entusiasmos para suscitar nuevas
vocaciones sacerdotales, religiosas y misioneras. Haz que en cada una de las naciones se fomente y arraigue la guerra
contra la blasfemia y el mal hablar y contra la prensa impía; haciendo surgir en todas partes nuevos cooperadores para
las diversas formas de apostolado recomendadas por el Vicario de Cristo. Infunde en todos los corazones católicos la
llama de tu celo, para que, viviendo en caridad difusiva, puedan al fin de su vida recoger el fruto de las muchas obras
buenas practicadas durante ella.

Padrenuestro…, Dios te salve…, Gloria…


San Juan Bosco, ruega por nosotros.
Día Octavo – 29 de Enero

Motivación: Apreciar, en nuestra cotidianidad, los frutos del carisma salesiano, matrimonios comprometidos, hermanos
emblemáticos, los catequistas salesianos (Ej. El Sr. Tomás, la hermana Rosa Subero, Gina&Nerio, Marbelis&Enrique,
Gyomeris&Eduardo, Beidi Crespo, Ignacio Amarista, entre otros).
Reza la carta del apóstol Santiago (St 2, 17): Una fe sin obras es una fe muerta. El Carisma salesiano en Guayana ha
rendido frutos, que día a día, caminan entre nosotros como prueba fehaciente de que el Reino de Dios está en medio
de nosotros. ¿Cuántos santos salesianos más hemos de encontrar en cada uno de nuestros sectores?

Signo: El Árbol

Tema del Día: La Riqueza de la Familia dentro del Carisma Salesiano

“La familia está hecha de rostros, de personas que aman, hablan, se sacrifican por los otros y defienden la vida a toda
costa. Uno se hace persona estando en familia, creciendo con mamá y papá, respirando el calor de la casa, verdadero
nido y cuna de la vida. Es en la familia donde recibimos el nombre y, por tanto, nuestra dignidad. La familia es el lugar de
la amistad, de los afectos, el espacio de la intimidad, donde se aprende el arte del diálogo y de la comunicación
interpersonal”.

Con esta bella reflexión se abrió el mensaje de “Buenas noches” del rector mayor de los salesianos de Don Bosco, don
Ángel Fernández Artime, durante la fiesta de apertura del VII Congreso Internacional de María Auxiliadora, en Turín. El
evento, promovido por la Asociación de María Auxiliadora (ADMA), implica a toda la Familia Salesiana y entra en el
marco del año en el que se celebra el bicentenario del nacimiento de Don Bosco y en el que la Iglesia se concentra en los
desafíos pastorales de la familia en el contexto de la evangelización.

“En sintonía con la Iglesia –señaló don Artime– también la Familia Salesiana reserva una atención particular a la familia,
sujeto original de la educación y primer lugar de la evangelización. También Don Bosco tiene mucho que decir hoy a la
familia: su historia, su sistema educativo y su espiritualidad se fundan en el espíritu de familia que en Valdocco nació y
se ha desarrollado en el encomendarse a María”.

Don Bosco –recordó el rector mayor– perdió a su padre cuando era pequeño, en casa tuvo conflictos por la hostilidad
del hermanastro Antonio, sufrió el hambre y el frío; y aún así reconocía que los grandes valores los había aprendido allí:
la sabiduría campesina, la sana picaresca, el sentido del trabajo, la esencialidad de las cosas, la laboriosidad del trabajar,
el optimismo en todas las situaciones, la resistencia en los momentos de desdicha, la capacidad de recuperarse después
de los reveses, la alegría siempre y a pesar de todo, el espíritu de solidaridad, la fe viva, la verdad y la intensidad de los
afectos, el gusto por la acogida y la hospitalidad; todos los bienes que había encontrado en la familia y que le habían
construido esa forma de ser, hasta ser ese Don Bosco que todos admiraban y todos buscaban”.

Tal experiencia familiar marcó el futuro del Santo hasta el punto que, cuando pensó en una institución educativa para
sus jóvenes, no quiso otro nombre que no fuera el de ‘casa’ y le dio el ‘espíritu de familia’.

Y sobre sus huellas, “para nosotros, hijos de Don Bosco, la familia es una realidad constitutiva de nuestra vida y de
nuestra misión”, añadió. Y recordó que “como educadores conocemos bien la importancia de crear un clima de familia
para la educación de los niños y chavales, de adolescentes y jóvenes”. Con este fin “el mejor ambiente es precisamente
el que se hace con el modelo base de la familia: el que reproduce ‘la experiencia de la casa’, donde los sentimientos, las
actitudes, los ideales, los valores son comunicados vitalmente, a menudo con un lenguaje no verbal y sobre todo no
sistemáticos, pero no menos eficaz y constante”.

Para finalizar, el padre Artime señaló que para la Familia Salesiana “vivir en familia no es sólo una simple elección
pastoral estratégica, tan urgente hoy en día, sino una manera de realizar nuestro carisma y un objetivo que hay que
privilegiar en nuestra misión apostólica”.
Preces del Día: Por las Vocaciones al Carisma

Oración de San Juan Bosco

Oh Don Bosco Santo, que con tan gran amor y celo cultivaste las múltiples formas de acción católica que hoy florecen en
la Iglesia, concede a sus asociaciones el mayor progreso y desarrollo. Redobla en todos los corazones la devoción a la
Santísima Eucaristía y a María Auxiliadora de los Cristianos. Acrecienta en ellos el amor al Papa, el celo por la
propagación de la fe, un solícito esmero por la educación de la juventud y grandes entusiasmos para suscitar nuevas
vocaciones sacerdotales, religiosas y misioneras. Haz que en cada una de las naciones se fomente y arraigue la guerra
contra la blasfemia y el mal hablar y contra la prensa impía; haciendo surgir en todas partes nuevos cooperadores para
las diversas formas de apostolado recomendadas por el Vicario de Cristo. Infunde en todos los corazones católicos la
llama de tu celo, para que, viviendo en caridad difusiva, puedan al fin de su vida recoger el fruto de las muchas obras
buenas practicadas durante ella.

Padrenuestro…, Dios te salve…, Gloria…


San Juan Bosco, ruega por nosotros.
Día Noveno – 30 de Enero

Motivación: La dedicación, abnegación y el trabajo desinteresado por los más necesitados. Hoy día, hay muchas
situaciones que atentan contra la Iglesia, situaciones de intolerancia y persecuciones a sus miembros, incluso dentro del
seno de la misma iglesia, ante lo cual resulta esperanzador encontrarse con miembros consagrados que se han
mantenido fieles y perseverado en la fe que han profesado por encima de las adversidades que diariamente les toca
enfrentar. Ellos asumieron gozosos y llenos de optimismo, la Cruz de Cristo, y aceptaron la invitación de Mt 11, 29:
Carguen con mi yugo y aprendan de mí, que soy paciente y humilde de corazón, y sus almas encontrarán descanso.
Hoy su presencia en el Carisma Salesiano, nos invita a mantenernos firmes en la fe que creemos.

Signo: La Cruz.

Tema del Día: Vida de Bronislai Markiewicz

Bronislao Markiewicz nació el 13 de julio de 1842 en Pruchnik, Polonia, en la actual archidiócesis de Przemyśl de
la Iglesia latina, sexto de once hijos de Juan Markiewicz, burgomaestre de la ciudad, y Marianna Gryziecka. Recibío en su
familia una sólida formación religiosa. Más tarde, durante sus estudios clásicos en Przemyśl, experimentó una cierta
vacilación en la fe debido, en gran parte, al ambiente fuertemente antirreligioso que reinaba en la escuela. Logró, sin
embargo, superarla pronto recobrando serenidad y paz interior.
El joven Bronislao, conseguido el diploma de licenciatura y sintiéndose llamado por Dios al sacerdocio, en 1863,
entró en el Seminario Mayor de Przemyśl. Al acabar los estudios, fue ordenado sacerdote el 15 de septiembre de 1867.
Después de seis años de trabajo pastoral, en calidad de vicario, en la parroquia de Harta y en la Catedral de Przemyśl,
con el deseo de prepararse aún más para trabajar con la juventud, estudió durante dos años pedagogía, filosofía e
historia en la Universidad de Leópolis y de Cracovia. En 1875 fue nombrado párroco en Gac y en 1877 en Blazowa. En
1882 le fue confiada la enseñanza de teología pastoral en el Seminario Mayor de Przemyśl.
Sintiéndose llamado también a la vida religiosa, en el mes de noviembre de 1885, partió hacia Italia y entró en
los Salesianos, donde tuvo la alegría de encontrar a San Juan Bosco, en cuyas manos hizo los votos religiosos el 25 de
marzo de 1887.
Como salesiano desarrolló diversos encargos confiados por sus Superiores y trató de realizarlos con dedicación y
celo. Debido a la austeridad de vida y a la diversidad del clima, en 1889 P. Bronislao enfermó gravemente de tisis,
estando al borde de la muerte. Recuperado de la enfermedad, transcurrió la convalecencia, siempre en Italia, hasta que,
el 23 de marzo de 1892, con el permiso de sus Superiores, regresó a Polonia donde asume el encargo de párroco de
Miejsce Piastowe, en la diócesis de origen Przemyśl.
Además de la actividad parroquial ordinaria, Padre Bronislao Markiewicz se dedicó, en el espíritu de San Juan
Bosco, a la formación de la juventud pobre y huérfana. Para ella abrió en Miejsce Piastowe un Instituto, en el que ofrecía
a sus educandos tanto ayuda material como espiritual, preparándolos para la vida con la formación profesional en las
escuelas abiertas en el mismo Instituto. En 1897 decide fundar, con tal objetivo, dos nuevas Congregaciones religiosas
basadas en la espiritualidad de San Juan Bosco, adaptando sus reglas a lo específico del propio carisma. Recibido
nuevamente entre el clero de la diócesis de Przemyśl Padre Markiewicz continuó la actividad de párroco y de director
del Instituto (Sociedad) al que puso por nombre Templanza y trabajo (erigido en 1898), tratando de obtener su
aprobación como Congregación religiosa, bajo la protección de San Miguel Arcángel, con una rama masculina y otra
femenina. La aprobación fue concedida sólo algún año después de su muerte: en 1921 a la rama masculina y en 1928 a
la femenina.
Padre Bronislao continuó, siempre con la aprobación y la bendición del Obispo, san José Sebastián Pelczar, su
actividad de formador de los jóvenes y de muchachos huérfanos y abandonados, sirviéndose de la ayuda de
colaboradores a cuya preparación y formación contribuyó él mismo constantemente. Ya en Miejsce Piastowe había
ofrecido casa y formación a centenares de muchachos dándose a ellos enteramente. Deseoso de hacer aún más en su
favor, en el mes de agosto de 1903, P. Markiewicz abrió una nueva casa en Pawlikowice, cerca de Cracovia, donde
encontraron casa y posibilidades de formación espiritual y profesional más de 400 huérfanos.
La dedicación total a los muchachos, la abnegación heroica de sí mismo, el trabajo enorme por realizar, llegaron
a consumir bien pronto las fuerzas de Padre Markiewicz minando su salud, ya muy comprometida por las molestias
sufridas en Italia. Todo ello le condujo rápidamente al final de su peregrinación terrena, acaecida el 29 de enero de
1912.
Antes y después de su muerte, fue considerado un hombre fuera de lo común. Creciendo cada vez más la fama
de santidad de padre Bronislao, los Superiores de los dos Institutos religiosos de San Miquel Arcángel, fundados por él,
pidieron al Obispo de Przemyśl formalizar el proceso de beatificación de su Fundador que tuvo inicio en 1958. Acabado
el iter de la Causa, el 2 de julio de 1994, en presencia del Santo Padre Juan Pablo II, fue promulgado el decreto de
heroicidad de las virtudes de Padre Bronislao Markiewicz y diez años después, precisamente el 20 de diciembre de 2004,
el decreto sobre el milagro obrado por Dios por intercesión de Padre Bronislao. Se abría así el camino para su
beatificación.

Preces del Día: Los enfermos y ancianos al servicio del carisma salesiano Ej: Padre Verno, Padre Estanislao. Los
sacerdotes viejitos y los ancianos de la comunidad eclesial la señora Chichita, La Señora Santiaga, el señor Ismael, entre
otros.

Oración de San Juan Bosco

Oh Don Bosco Santo, que con tan gran amor y celo cultivaste las múltiples formas de acción católica que hoy florecen en
la Iglesia, concede a sus asociaciones el mayor progreso y desarrollo. Redobla en todos los corazones la devoción a la
Santísima Eucaristía y a María Auxiliadora de los Cristianos. Acrecienta en ellos el amor al Papa, el celo por la
propagación de la fe, un solícito esmero por la educación de la juventud y grandes entusiasmos para suscitar nuevas
vocaciones sacerdotales, religiosas y misioneras. Haz que en cada una de las naciones se fomente y arraigue la guerra
contra la blasfemia y el mal hablar y contra la prensa impía; haciendo surgir en todas partes nuevos cooperadores para
las diversas formas de apostolado recomendadas por el Vicario de Cristo. Infunde en todos los corazones católicos la
llama de tu celo, para que, viviendo en caridad difusiva, puedan al fin de su vida recoger el fruto de las muchas obras
buenas practicadas durante ella.

Padrenuestro…, Dios te salve…, Gloria…


San Juan Bosco, ruega por nosotros.

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