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Las formas de habitación


Emma Sánchez Montañés

1. Introducción
Desde los más remotos tiempos de la Prehistoria,
el hombre ha tenido necesidad de buscar refugio
contra los elementos adversos de la naturaleza: el
frfo, la lluvia, el calor, los animales salvajes, e in-
cluso ha necesitado protegerse de sus propios
semejantes. Al mismo tiempo, ha precisado de un
lugar más o menos estable y resguardado para
satisfacer sus necesidades naturales y sociales:
nacimiento, procreación, sueño, alimento. comu-
nicación con sus vecinos o con los espíritus. El
hombre ha necesitado, por tanto, de un lugar
donde morar, necesidad que en sus formas más
elementales comparte con otros seres vivos.
Sin embargo, en el caso de los seres humanos. la
necesidad de vivienda excede la mera satisfacción
de sus necesidades naturales, y las primitivas cue-
ll~entamiento arqueológico: Cada uno de los montlcu- vas o abrigos sencillos, al modo de los animales,
,;,.< los recubre antiguas estructuras. ganan inmediatamente en complejidad creciente y

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en multiplicidad formal, debido también a los fines
a los que se va a destinar una habitación, fines
determinados por la cultura del grupo; los cuales
además de resolver los problemas de orden fami-
liar, que es el caso común, intentarán solventar los
de orden social, mágico, funerario, religioso,
conmemorativo, et.c.
Siempre se ha relacionado al hombre antiguo, al
hombre prehistórico, con las cuevas; ••hombre de
las cavernas•, se le ha denominado. Y sin embargo,
rara vez la cueva natural ha servido de morada a un
grupo humano durante largo tiempo, Si se han
utilizado como morada, ha sido tan solo tempo-
ralmente y debido a condiciones climatológicas
especiales. Las cuevas son escasas, fijas, por lo
que no pueden satisfacer la necesidad de movi-
miento en los antiguos cazadores. Frías, húmedas,
oscuras y mal ventiladas, el hombre ha preferido
generalmente realizar su vivienda al aire libre, a
semejanza de los primates superiores. Las cuevas
se han utilizado, pero preferentemente con finali-
dad de tipo mágico -recordemos el maravilloso
arte desplegado en ellas, como en el caso de la
cueva de Altamira.

2. Patrones de asentamiento
Las formas de habitación son muy variadas. Han
evolucionado a lo largo de la historia de la huma-
nidad en íntima relación con el clima, el medio
ambiente, la economía, las necesidades y estruc-
tura familiar, la organización social, etc.
Plano y dibujo del Centro Ceremonial de Mixco Viejo,
No es ni puede ser de la misma manera la vivienda en los Altos de Guatemala.
de una banda nómada, cuyo modo de vida de-
pende de la caza y que debe desplazarse conti-
nuamente en seguimiento de la misma, que la de Las formas de habitación son muy variadas en relación
con el clima, la economía, etc.
una comunidad tribal, dependiente de la agricul-
tura y establecida cerca de una corriente de agua,
todo lo cual posibilita la permanencia continuada
en el mismo lugar. Tampoco puede ser semejante
la vivienda de un grupo asentado sobre un terreno
pantanoso, dedicado a la pesca, que las moradas
de los pastores africanos. los cuales viven en com-
pañia del ganado. Pensemos sencillamente en las
diferencias que se dan entre la ciudad medieval y
una moderna urbe occidental.
Vemos, por consiguiente, que no debemos tratar
las formas de habitación solamente como un he-
cho aislado. Tiene que considerarse, en primer
lugar, el sitio que escoge el hombre para situarse:
una ladera, un valle cerrado. la orilla de un río ...
Luego, la vivienda, su tamaño, estructura externa e
interna, los materiales con que se realiza, los fines

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a que se destina. Por último, el modo como esta
vivienda se relaciona con otras semejantes: si se
encuentra aislada o en relación con otras, pero de
forma dispersa; si forma poblados o incluso ciu-
dades.
Todos estos elementos considerados en conjunto
se denominan en Antropología Cultural el patrón
de asentamiento. El estudio y comprensión del
patrón de asentamiento de cualquier cultura, in-
cluso del que analiza los restos de alguna cultura
arqueológica, es de suma importancia para la
comprensión global de la misma, y nos dice mu-
~chas cosas acerca de la organización social, reli-
giosa, politica y económica de esa cultura. El pa-
trón de asentamiento urbano responde a un sis-
tema cultural muy diferente del de una aldea si-
tuada en la falda de alguna montaña o el de una
serie de habitaciones dispersas siguiendo la orilla
de un rfo. En este último caso nos hallaríamos en
presencia de una sencilla organización familiar
autosuficiente, con economía basada en la pesca y
en una agricultura incipiente. En el segundo caso,
tendríamos delante un sistema agrícola más desa-
rrollado, en el que se ha iniciado ya la producción
de excedentes suficientes para dar origen al prin-
cipio de especialización en el trabajo. La ciudad
supone un sistema de producción muy desarro-
llado, con intercambios comerciales, así como la
existencia de clases y de un sistema de gobierno
central izado.
Todo cambio en el patrón de asentamiento es indi-
cativo a su vez de un cambio de cualquier aspecto
de la cultura: social, económico, político, etc.

3. Formas de habitación

El estudio de la vivienda constituye un capítulo


importante dentro del marco más amplio del pa-
trón de asentamiento. Las habitaciones pueden
estudiarse o clasificarse con arreglo a cuatro gru-
pos de caracterfsticas, teniendo siempre en
c;uenta que todas ellas vienen siempre relaciona-
das entre sf y no pue.den comprenderse aislada-
mente. La formas de habitación pueden estu-
diarse, por tanto, en relación con su movilidad, su
material, su forma y los fines a los que se destina.

3.1. Movilidad de la vivienda

En primer lugar, la vivienda puede ser móvil o fija.


En el primer caso debe construirse con materiales
que permitan su desmontaje y transporte: es la
tienda tfpica de los pueblos nómadas, cazado~es o

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pastores, que deben desplazarse continuamente vienda invernal que sustituyen por una tienda de
para conseguir o acompañar al alimento. Ejem- pieles en la primavera.
plos trpicos de viviendas móviles son los tipis de
En nuestro mundo moderno se dan también ejem-
los indios de las Praderas de Estados Unidos, o las plos de diversos tipos. Algunas personas cambian
yurtas de los nómadas pastores del Asia Central.
de morada durante el verano-estacional-, mien-
tras que otras se desplazan con una tienda de
Viviendas fijas son las que se construyen de ma- campaña -móvil-. Nuestras ciudades son ejem-
nera estable sobre el suelo; pueden dividirse a su plo trpico de vivienda permanente. ·
vez en permanentes, si se ocupan de modo conti-
nuado, o estacionales, si solo lo son temporal-
3.2. Materiales
mente. Las casas permanentes corresponden ge-
neralmente a culturas agrícolas, mientras que las
estacionales son más trpicas de las culturas caza- Los materiales con los que se construye la vivienda
doras y pastoriles. Ejemplo tfpico de vivienda fija, dentro de determinada cultura se hallan en estre-
pero e~tacional, lo constituye la de los pasiegos cha relación con los materiales que se localizan en
del Valle de Pas santanderino. Cada familia posee su entorno, con la fijeza o movilidad de la vivienda,
dos o tres casas que ocupa temporalmente según y también con la finalidad a que se destine a la
casa.
se va agotando el pasto de cada lugar para el
ganado. Ejemplo mas caracterrstico todavfa de vi- Los simples abrigos de ramas. cañas y hojas, son
vienda estacional es la choza de piedra y tierra o el típicos de los refugios temporales -a veces de
iglú de hielo de los esquimales del Artico: vi- una sola noche- de las culturas recolectoras,

Chinchero, Cuzco (Perú). Pueblo construido exclusivamente de adobe, o barro secado al sol.

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como la de Tos-boiquimanos del desierto Surafri- visto casas y pueblos de adobe en nuestra meseta.
cano del Kalahari; lospaiute de la Gran Cuenca de Típicas son también las casas de los indiospueb/o,
Estados Unidos, o los pigmeos negritos de las jun- de Nuevo Méjico y Arizona. Con adobe se cons-
glas de .la penfnsula de Malasia. Pero también las truyen incluso varios pisos, como se manifiesta en
cañas, hojas y ramas, son caracteristicas de las algunas culturas africanas.
viviendas más permanentes de los habitantes de Las construcciones en adobe, indican ya cierta
las zonas selváticas, dedicados a una horticultura permanencia y corresponden a sistemas agrícolas
primitiva de roza, como los boro de la Amazonia o relativamente desarrollados.
los indfgenas del oriente peruano o ecuatoriano de
América del Sur. Las edificaciones en piedra suelen corresponder a
La madera, en forma de tablas, es típica de zonas zonas montañosas, donde este material es relati-
boscosas, y responde a una cultura más elabo- vamente abundante; pero, generalmente, entre las
rada, tal como la de los indfgenas de la Costa del culturas y pueblos menos desarrollados, la piedra
-No-roeste o las casas largas de los iroqueses del bien trabajada se reserva para los edificios de
Este, en Estados Unidos. En ambos casos se trata cierta importancia: templos, monumentos, pala-
también de casas para varias familias. cios, etc.
El adobe o ladrillo de barro secado al sol, es uno de El ladrillo y el ceme·nto constituyen soluciones
los materiales más abundantes, incluso actual- bastante recientes, así como los modernos mate-
mente en zonas rurales, y es caracterfstico de zo- riales, tales como el hormigón, acero y hierro, que
nas áridas, semidesérticas o templadas, donde es- permiten todo tipo de realizaciones a nivel cons-
casea la madera y la vegetación. Todos hemos tructivo.

Patones del Jardinillo (Madrid). Ejemplo tlpico de pueb~o construido enteramente de piedra pizarrosa, elemento
abundante en la zona.

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La Tola, costa de Esmeraldas (Ecuador). Cabañas de caña y techo de palma sobre pilotes a la orma de los ríos

3.3. Formas y estructura una sola familia, cuya base es también una sola
pareja.
La forma, las dimensiones, la disposición interior y
Sin embargo, dentro de pueblos actuales de cul-
exterior de una vivienda se ven muy relacionadas tura no occidental, se dan otros tipos de organiza-
con los dos aspectos anteriores, movilidad y mate-
ción familiar cuyo tamaño, ya sea debido a tratarse
riales; pero sobre todo con el fin a que se destina la
de familia extensa o de familia polígama, deter-
edificación o, dicho de otra manera, con el tipo de mina una vivienda de características especiales.
organización social y sistema de parentesco que
predomine en la comunidad a la que pertenezca. Casas comunales se dan entre los cultivadores de
áreas boscosas del Sureste de Asia, América del
Se podría adelantar una aparente e inmediata res- Sur y Nueva Guinea. Por ejemplo, entre los jíbaros
puesta a la forma exterior que adopta la vivienda reductores de cabezas del oriente ecuatoriano, se
en relación con el medio: sobre postes en zonas construyen casas grandes de forma elíptica y te-
húmedas; semisubterráneas en zonas frras; sin pa- jado embardado, a base de listones de palma o
redes en zonas selváticas; sin vanos al exterior en bambú. En el interior se aloja un grupo familiar de
zonas soleadas; terrazas y azoteas en sitios calien- tipo patrilineal, en la que se reserva la mitad de la
tes. Y, sin embargo, son mucho más fuertes las casa para las mujeres y la otra mitad para los hom-
determinantes de tipo social y familiar. bres, cada una con su puerta independiente.
Entre los pueblos recolectores, cuya organización Entre los pastores africanos se encuentran tam-
social es simple y se basa en la familia constituida bién casas comunales. Cada habitación de este
por una pareja, las viviendas o abrigos temporales tipo alberga a las familias de seis a ocho hombres,
son de tamaño pequeño y se encuentran aisladas todos descendientes del mismo abuelo. Al tratarse
unas de otras. de grupos poliginos, cada hombre tiene varias es-
Dentro de nuestra propia cultura occidental, a pe- posas, y habita junto con sus hijos y las esposas e
sar del tamaño y la complejidad de las habitacio- hijos ~e éstos. Se reúnen a veces hasta 40 perso-
nes, éstas sirven de morada, por regla general, a nas que forman un kraal, como es típico entre los

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Atacames. Costa de Esmeraldas en Ecuador. Asentamiento actual a la orilla de un río en forma de poblado con
cabañas de caña y palma.

masai de las llanuras herbosas que bordean el tensa. Nuestros laberínticos y cerrados pueblos y
límite meridional del desierto de Sahara. Las ca- ciudades de origen medieval, son también hijos de
bañas de ramas fuertes, hierba y estiércol de vaca, una época belicosa y guerrera.
se agrupan junto con los corrales para el ganado,
defendido todo con una empalizada espinosa,
cada esposa dispone de su choza particular. 3.4. Fines de la vivienda
Un caso extremo se halla entre los ya menciona-
dos pueblo de Nuevo México y Arizona. Sus casas La finalidad más común a la que se destina una
de adobe y techo plano se encuentran intercomu- habitación es, como hemos visto hasta ahora, la de
nicadas estrechamente unas con otras, de tal ma- servir de morada a una o varias familias, o a un
nera que la comunidad vive de espaldas al mundo grupo completo, según el tipo de organización
exterior, en cerrada intimidad entre si, lo que posi- social de cada comunidad. Pero aliado de esto, se
bilita el desarrollo del espíritu de cooperación que descubren edificaciones con otro tipo de finalida-
se hace extensivo a los demás aspectos de la cu 1- des que, generalmente, tanto por su situación,
tura. como por los materiales con que se construyen y
por su forma, destacan en gran medida del con-
Circunstancia que puede determinar, tanto la junto de habitaciones comunes.
forma y disposición de una vivienda como la de un
Nos estamos refiriendo a las habitaciones dedica-
conjunto de ellas o poblado, es el tipo de relación
das a personas de alta categoría, a los edificios de
que se mantenga con los pueblos vecinos. Los
tipo religioso o social y a las construcciones con-
poblados fortificados son efecto de relaciones be-
memorativas.
licosas más o menos duraderas. El sistema pueblo
mencionado repetidas veces, representa, además La construcción de viviendas especiales para las
de lo dicho, una organización defensiva de cara a personas de jerarquía elevada o para ceremonias
las incursiones de los belicosos pueblos nómadas. de tipo social y comunal, son caracteristicas de
El kraal masai tiene también este sentido de de- pueblos con determinado grado de desarrollo cul-

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tural. Cuando en una cultura existen o se detectan
huellas de ccpalaciOS••, nos encontramos ante una
organización social complicada, en la que existe
ya cierta estratificación social. Al mismo tiempo, la
edificación de palacios suntuosos es indicativa de
un fuerte poder centralizado y de la existencia de
trabajadores especializados.
Las habitaciones destinadas a fines mágicos o re-
ligiosos o el aprovechamiento qe lugares natura-
les con la misma intención, son comunes a casi
todos los grupos humanos.
Depende de la concepción religiosa de cada pue-
blo la forma y la disposición que se da a los
edificios destinados al efecto. Para algunos pue-
blos, como los griegos o los mayas, el templo era !a
morada del dios. A ellos no tenía acceso la gente
común, por lo que sus cámaras eran pequeñas,
estrechas, cerradas y oscuras, independiente-
mente de que estuvieran rodeadas de inmensas
salas hipóstilas o elevadas sobre altas estructuras
piramidales. En religiones como la cristiana, el
templo se concibe como casa de oración funda-
mentalmente, por lo que son grandes, espaciosas
y de techos elevados para poder dar cabida al Tikal, Guatemala. Templo maya característico, situado
sobre una elevada estructura piramidal.
mayor número de fieles.
Los materiales destinados a la construcción de p1o, en cuyas paredes los primitivos habitantes
templos suelen ser también escogidos. Ya hemos plasmaron sus pinturas con un sentido de magia
mencionado los grandiosos templos mayas. erigi- de propiciación.
dos en piedra soberbiamente trabajada y rica-
El tercer grupo de construcciones lo podemos in-
mente decorada con relieves, situados sobre una
cluir bajo el epfgrafe común de conmemorativas.
elevada pirámide, mientras que el resto de lapo-
En este caso no puede hablarse propiamente de
blación, incluso a veces los altos dignatarios, habi-
viviendas, ya que se trata de lo que se denomina
taban simples chozas de caña y hojas. En nuestra
ordinariamente ••monumentos». Algunos pueden
cultura occidental detengámonos en las impre-
ser de carácter funerario; se trata, pues, de la úl-
sionantes iglesias·góticas, aliado de las viviendas
tima morada de un difunto. Pensemos como ejem- .
incómodas e insalubres del pueblo llano.
plo en las pirámides egipcias o en los panteones
Uno de los más antiguos reductos de la magia, de algunos cementerios actuales. En otros casos
fueron las cuevas, hecho ya mencionado al princi- se erigen para conmemorar algún acontecimiento
significativo en la vida de un pueblo o de un perso-
Templo cristiano.
naje. Las columnas, los arcos de triunfo, las este-
las mayas vienen incluidas dentro del epfgrafe y de
la idea de monumentos. En casi todos los casos
(excepto en el de las estelas que simplemente in-_;
dican el paso del tiempo) los edificios conmemora- .:.
tivos pertenecen a una cultura muy desarrollada, ~
en la que ha descollado grandemente el culto a la ;
personalidad individual. Este hecho es típico de la ·~
cultura occidental que tiene su cuna en Grecia y '
Roma, y jamás puede corresponder a un pueblo
ce primitiVO».

En último lugar, pueden mencionarse las casas


destinadas a ceremonias o ritos de tipo social.
Ejemplo característico son las kivas de los hopi y:.=:
yuma (pueblos) de Arizona y Nuevo México. se· j

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dfas, deteniéndonos en los pueblos cazadores y
recolectores, pastores, agricultores y urbanos.
Para ello no es preciso recurrir en exclusiva a las
reconstrucciones arqueológicas, ya que en la ac-
tualidad, y al margen de nuestra civilización occi-
dental, se conservan sistemas económicos y socia-
les que nos pueden servir como ejemplo de épocas
remotas.

4.1. Pueblos cazadores y recolectores

Los pueblos cazadores de animales grandes, y re-


colectores de frutos silvestres, semillas, animales
pequeños y pescadores organizados en bandas
con una jefatura rudimentaria, pertenecen a sen-
das tradiciones de economía, que data de épocas
paleolfticas.
Entre los pueblos recolectores es donde se descu-
bren los tipos más rudimentarios de viviendas que,
muchas veces, se reducen a simples abrigos,
como es el caso de los bosquimanos del desierto
surafricano del Kalahari o los paiute de la Gran

trata de habitaciones grandes, rectangulares y


subterráneas, separadas del pueblo; se utilizan
para determinadas ceremonias masculinas, per-
tenecientes a las sociedades responsables de
1 Palada dal Gabernadar
cada uno de los ritos. Entre los indfgenas de las 2 Cala da lu Tanucu
l Plrimlde del AdiYina
Islas Salomón de la Melanesia se encuentran las o4 Cuadringulo da lu MonJu
denominadas casas de las canoas. Constituyen las 5 Cuadringula da lu P a l a m /
6 Gran Plrimlde
mayores edificaciones de las islas y, aunque se 7 Tampla sudaelta
8 Plriml}le da l:a VIeja
construyen para guardar las canoas, se trata tam-
bién de lugares de reunión para los hombres, pues _/
queda prohibida en ellas la entrada a las mujeres.
Volviendo la vista a nuestro mundo moderno, no
tenemos más que fijarnos en los ce casinos••, reser-
vados para los hombres exclusivamente y existen-
tes todavía en muchos pueblos y ciudades, o en los
••clubes•• destinados a determinado grupo social,
sin que a ellos tenga acceso el común de la gente.

4. Patrón de asentamiento
y desarrollo cultural "
Ya hemos mencionado anteriormente cómo el pa-
trón de asentamiento de cada pueblo o cultura se o. D
halla en estrecha relación con las demás manifes-
taciones de la misma, hasta tal punto que un cam-
bio en el patrón de asentamiento indica por sí
solo un cambio de tipo económico, social e in-
cluso religioso.
Partiendo de este presupuesto, vamos a conside-
rar ahora la evolución de la vivienda y del patrón de
asentamiento desde la antigüedad hasta nuestros Planta del Centro Maya de Uxmal. Yucatán (Méjico).

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Estructura de una choza yucateca.

Cuenca de los Estados Unidos. Las familias bos- yukaghir, cazadores de renos en la tundra sibe-
quimanas, que viven dispersas regularmente, se riana.
agrupan durante la estación seca en torno a un
pozo y construyen un campamento de cierto nú- Entre los cazadores esquimales de focas y cari-
mero de chozas en forma de media cúpula, a base búes de la América ártica, encontramos curiosas
de ramas entrelazadas, ramitas y hierbas; el suelo formas de vivienda. En invierno se reúnen varias
se rebaja y se rellena asimismo con hierbas. El familias en campamentos situados a lo largo de la
wikiup invernal de los paiute está formado por costa en casas de planta ovoidal o rectangular, a
chozas de estructura cónica, formadas por tron- las que se accede por un largo y estrecho pasadizo
cos de enebro, cortezas, cañas y hierbas; en ve- de suelo rehundido, excavación que se hace tam-
rano se utilizan sencillos paravientos, a veces se- bién extensiva a la parte delantera de la cámara
micirculares, de ramas, esteras y hojarasca. Nin- principal. Las paredes se construyen con piedras y
guno de los dos campamentos tiene trazado tierra apisonada, y la cobertura por medio de costi-
definido. llas de ballena o madera, resto de algún naufragio,
y doble cobertura de pieles de foca.
Entre los grupos dedicados a la caza de animales El igloo, también morada invernal, se levanta por
mayores podemos mencionar a los indios de las medio de bloques grandes de nieve helada, corta-
praderas de los Estados Unidos. Entre ellos los dos a cuchillo y dispuestos en espiral unos sobre
black foot (pies negros) viven dispersos en familias otros formando una media esfera cuyas rendijas se~
y se agrupan en ocasiones formando campamen- rellenan con nieve. El interior se tapiza con pieles.
tos más o menos estables, constituidos por la tr- Esta estructura sencilla puede complicarse aña-
pica tienda de las praderas, el tipi. El tipi se com- diendo pasadizos y antesalas rehundidos en el~
pone de pieles de bisonte cosidas en forma de suelo y que entrelazan unos igloo con otros.
semicírculo, el cual cubre una estructura cónica
de postes con una abertura superior para el paso Hemos mencionado con estos ejemplos un tipo de
del humo. El interior se divide en dos partes por vivienda que fue probablemente el más antiguo ·
medio de pieles. La superficie exterior se decora albergue complejo y que representa el único in-
con motivos geométricos. vento que se ha difundido a través de una porción .
considerable del hemisferio norte. Nos estamos
Versiones más toscas del tipi se hallan entre los refiriendo a la casa excavada o semisubterránea~-=

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cuya idea primaria es la excavación de un foso en mientes se convierten en semisedentarios y se
la tierra, de unos 60 a 90 cm de profundidad, en la construyen poblados permanentes, con materia-
que se levanta un tejado de estacas, sustentado les menos endebles y un trazado regular. Tal es el
por postes y cubierto de ramas y tierra. Huellas de caso de los indígenas de la costa Noroeste de
estas habitaciones se han detectado en el Magda- Canadá y Estados Unidos, como los nootka y kwa-
leniense del sur de Rusia y en el Mesolítico de kiutl, pescadores fundamentalmente de salmón,
Campigny, en Francia, hacia el 10.000 a. C. Este ballena y pez candela, los cuales se asientan en la
tipo, clásico de clima semitemplado de inviernos orilla del mar, en una playa de fácil acceso para las
fríos, se difundió por todo el norte americano y canoas, al abrigo de temporales y cerca de una
eurasiático. Exactamente igual se conserva toda- corriente de agua dulce. Las casas, treinta o más,
vía, por ejemplo, entre las tribus samoyedas de se sitúan en hilera frente al mar, con capacidad
Siberia. para más de una docena de personas; están cons-
Aunque hemos visto que las bandas dedicadas a la tiuidas con tablones de madera y tejado a dos
caza y a la recolección son fundamentalmente aguas. Delante de las casas se coloca una especie
nómadas y rara vez se agrupan en poblados más o de calle o malecón de madera, y delante de cada
menos estables, a veces, en presencia de condi- una se erige un gran poste esculpido con los em-
ciones económicas excepcionales, los asenta- blemas zoomorfos del propietario de la casa.

Resto de palafitos descubiertos en la turbera Kiavé, en el Trentino.

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4.2. Los pueblos pastores ñas. La tienda típica es layurta, estructura circular
cubierta de fieltro con paredes verticales y techo
La tradición pastoril, paralela a muchas formas de cupuliforme sostenido por una anilla y un poste
agricultura, es exclusiva del Viejo Mundo, ya que central. Tiene unós 6 m de diámetro y es compar-
en América nunca coexistieron con et hombre tida por todos los miembros de una familia; los
animales que le permitieran dedicarse a la ganade- parientes más lejanos duermen cerca de la en-
ría. Los ganados actuales son fruto de la aporta- trada.
ción europea y, aunque han supuesto considera-
bles cambios para la economía de muchos países, En zonas de Siberia, descubrimos pueblos de
la tradición de pueblos pastores propiamente di- economra mixta, pastores y cazadores, cuya uni-
chos no es americana. dad básica es la familia, de las que se agrupan
ocasionalmente tres o cuatro en campamentos
Generalmente, los pueblos pastores son tempo- semi permanentes.
ralmente nómadas o sedentarios, según las esta-
ciones del año. En el Asia Central viven los caza- En Africa la economía de pastoreo ha tenido am-
ces, pastores de caballos y corderos. Se agrupan plia tradición; constituyen los pastores una espe-
en tribus compuestas por fratrías y clanes al cie de aristocracia sobre los pueblos horticultores
mando de un jefe. En verano se mueven continua- que se encuentran sometidos a ellos. La organiza-
mente hacia el norte en busca de pastos y, en ción social y familiar se ha complicado, asi como la
invierno, acampan en valles resguardados for- vivienda, de la que ya hemos descrito un ejemplo
mando campamentos o auls, de tres a cinco caba- típico, el kraal, en el que convive un grupo familiar.

Ronda (Provincia de Málaga). Pueblo típico de serranía.

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4.3. Los pueblos agricultores A esta tradición agrfcola incipiente pertenecen las
casas edificadas sobre postes como protección
En el caso de la agricultura nos hallamos también
contra los animales, inundaciones, humedad ex-
con dos tradiciones diferentes. Por un lado, la hor-
cesiva e incluso merodeadores, tradición que se
ticultura procedente de las zonas selváticas, ba-
remonta a los palafitos neoHticos de las zonas la-
sada en la reproducción vegetativa de las plantas
custres centroeuropeas.
y, por otro lado, la agricultura de semillas, de las
zonas templadas y semiáridas, que, junto con la A medida que la agricultura progresa paulatina-
irrigación, permitirá el desarrollo de la civilización. mente y acaba convirtiéndose en la base de la
Dentro de los grupos horticultores actuales po- economra, comienzan a producirse excedentes
demos mencionar a los boro de la selva amazó- que posibilitan la especialización del trabajo, asr
nica. Su modo de vida seminómada, debido a su como la aparición de las clases sociales. La reli-
sistema de cultivo de roza, tala y quema del bos- gión se ha establecido y ritualizado con lo que
que, determina asentamientos en medio de un aparece unaclasedeservidoresdel culto. El poder
claro de la selva, los cuales se abandonan al dete- se ha centralizado, y se han complicado también el
riorarse. Son casas comunales, de planta cua- rito y las ceremonias que rodean a la jerarquía.
drada, esquinas redondeadas y altísimos tejados a Aparecen los artistas y artesanos especializados.
dos aguas que bajan hasta casi un metro del suelo, La vida se agrupa y se centra ya en pueblos perma-
a base de troncos, cañas y hojas de palma. Se nentes de trazado más o menos regular. Los mate-
sitúan lejos de los ríos e incluso a cierta distancia riales en los que se construyen varían según los
del agua, para protegerse de inundaciones, ata- casos: adobe, ladrillo, piedra, madera; pero lo más
ques de enemigos y plagas de insectos. característico es la presencia de edificios que des-
Entre las tribus africanas del golfo de Guinea, en tacan del resto de las viviendas comunes: templos,
un hábitat de selva tropical, los poblados se cons- palacios, edificios comunales. Dentro de este tipo
truyen también en los claros de la selva y están de asentamientos pueden ya situarse plenamente
formados por agrupaciones de casas con paredes todos los pueblos de las zonas rurales de nuestra
de adobe y altos tejados embardados de paja. Las época actual.
casas de varias familias emparentadas entre sí sue-
len construirse formando un grupo de cuatro o Volviendo a los tiempos históricos, va a ser en
más, en torno a un recinto cerrado y cercado, al medio de estas condiciones económicas y socia-
que se accede por una sola puerta. Los grandes les en las que se va a dar el tránsito a la civilización;
poblados se rodean a su vez de un muro y una paso señalado en el capítulo de los asentamientos
zanja exterior. Tal es el caso de los yoruba. por la aparición de las ciudades.

83
4.4. La ciudad forma de vida, urbana, ha de ser distinta de una
forma de vida rural o semirural, para su época y
El asentamiento urbano, la ciudad, va a revestir región.
una serie variada de distintos aspectos. En primer
lugar, se trata de un asentamiento permanente, Las ciudades aparecerán independientemente en
con alta densidad relativa y cierta extensión. Una diferentes partes del mundo, allr donde se den las
construcción y un trazado urbano claramente re- condiciones favorables para ello. Hacia el 3.000 a.
conocible, con calles bien trazadas, núcleos de C. encontramos ya ciudades plenamente forma-
construcción y espacios vacfos alineados. Consti- das en Egipto, Mesopotamia y Valle del Indo. En
tuye un lugar donde la gente vive y trabaja. Hasta América se retrasa su aparición hasta comienzos
aquf posee características comunes con los pue- de la Era Cristiana.
blos, pero donde residen las diferencias funda- La aparición de una ciudad implica también un
mentales es en sus funciones económicas, socia- importante cambio en las estructuras polfticas, ya
les y polfticas. que conlleva la existencia de estados con fuerte-
poder centralizado y la existencia de relaciones
La ciudad ha de poseer un mínimo de funciones
comerciales con otros estados y ciudades.
urbanas, en el sentido de constituir un lugar de
mercado, de centro político o administrativo, mili- Vemos, pues, una vez más, a través de la Antro-
tar o religioso. Ha de poseer una sociedad hetero- pología -en este caso, los patrones de asen-
génea con diferenciación jerárquica y residencia tamiento- la inmensa variedad de formas de
de los grupos dirigentes. Ha de ser un centro de cultura existentes en nuestro mundo, entre las
economía urbana cuya población dependa hasta cuales la civilización occidental es una más, po-
cierto grado de la producción de personas que en seedora de muchos elementos cuyo invento y apli-
forma total o parcial no habiten la ciudad. Su cación se deben a otros pueblos.

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