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apel� a viejos s�mbolos del pasado romano con objeto de justificar su r�gimen:
desde el mismo nombre del partido que encabezaba -los fascios eran una serie de
varas y hachas fuertemente atadas y que constitu�an los s�mbolos de poder de los
c�nsules-, pasando por el antiguo saludo imperial, la copia del estilo
arquitect�nico y escultural romano adaptado a las expresiones p�blicas del
fascismo, hasta las continuas referencias al pasado imperial de Roma e Italia, lo
que se tradujo en las pretensiones de hacer del Mediterr�neo nuevamente un lago
italiano y en la agresi�n a Albania y Grecia en los comienzos de la Segunda Guerra
Mundial; en la misma l�nea estuvieron la denostada y aparatosa campa�a militar que
llev� a las fuerzas italianas a conquistar el casi inerme reino africano de
Etiop�a, declar�ndose a V�ctor Manuel III como �emperador�, y la irregular
participaci�n de las tropas fascistas en la Guerra Civil espa�ola en abierto apoyo
al r�gimen de Francisco Franco.
Bajo el r�gimen fascista Roma sigui� creciendo en poblaci�n, alcanzando para 1944
la cantidad de 1,5 millones de habitantes, superando por vez primera la poblaci�n
que se hab�a alcanzado en el siglo II. Se demolieron algunos barrios antiguos y se
implementaron nuevos proyectos viales y arquitect�nicos -como la V�a del Impero
(actual V�a del Foro Imperial), el Foro It�lico, el barrio de la E 42 (actualmente
barrio de la Exposici�n Universal de Roma).
Medio millar de aviones, a plena luz del d�a, realizaron la faena. Y a pesar de que
hubo escasas p�rdidas de vidas y la destrucci�n se limit� a las �reas suburbanas,
el efecto pol�tico fue inmediato. Se produjo un �xodo masivo de la poblaci�n romana
fuera de la ciudad. En r�pida sucesi�n el gobierno de Mussolini cay�, el rey orden�
la captura del dictador y la formaci�n de un nuevo gobierno que negociase la paz
con los aliados. Entonces entraron en escena las fuerzas alemanas, las cuales
procedieron a ocupar la ciudad dispuestos a resistir a ultranza. Tras intensas
negociaciones, en que particip� la Santa Sede, Roma fue declarada �Ciudad abierta�
(agosto de 1943) por las autoridades nazis, retir�ndose, posteriormente, los
alemanes m�s al norte. Se evitaron nuevas destrucciones y bajas y las fuerzas
aliadas liberaron la ciudad, desfilando con sus tanques por el centro hist�rico, en
medio de la aclamaci�n del pueblo romano, harto del fascismo y la ocupaci�n nazi (4
de junio de 1944).