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muy importante puede que no haga ningún intento para iniciar y significativa a la edad de 5 o 6 años. Las deficiencias lingüís-
una conversación o para participar en una ya iniciada; si el niño ticas en los autistas se asocian con sus modelos de funciona-
presenta una afectación más moderada es probable que utilice el miento cognitivo, puesto que presentan los peores resultados en
lenguaje para alcanzar un fin concreto, tal como conseguir un tests que evalúan los conceptos verbales, la abstracción, la sim-
objeto; por último, en las formas más leves de afectación en este bolización y el uso del lenguaje para determinar el significado
eje se pueden observar algunas dificultades más sutiles para de una situación [10-12].
reconocer las necesidades de los interlocutores en una conversa- En general, los hallazgos de distintas investigaciones sugie-
ción. Wing consideró que se puede ubicar a un niño en el conti- ren que los trastornos cognitivos y lingüísticos están altamente
nuo (espectro) autista si presenta esta tríada de deficiencias so- relacionados en el autismo, aunque la naturaleza de esta asocia-
ciales, con independencia de la existencia o no de otros sínto- ción y el papel que representan las dificultades lingüísticas no
mas. Bishop [5], siguiendo las directrices generales de Wing, pro- están, por el momento, completamente clarificados. El cuadro
puso un sistema de clasificación espectral bidimensional (di- se complica por el hecho de que muchos niños con trastornos
mensión de intereses y relaciones sociales y dimensión de co- del desarrollo del lenguaje, concretamente los que presentan
municación verbal significativa), en el que encuadró al autismo, TEL, pueden manifestar algunos problemas no lingüísticos que,
al trastorno de Asperger y al TSP, no como entidades distintas y en ciertos aspectos, son similares a los descritos en el autismo,
separadas, sino como cuadros solapados. como, por ejemplo, problemas de coordinación motora y difi-
El debate sobre el TSP –o trastorno pragmático del lenguaje cultades en tareas que requieren discriminación espacial, me-
(TPL), según el cambio de denominación propuesto por Bishop moria y teoría de la mente [13].
[6]–, se centra en el tema de si: Hace ya más de 20 años, Bartak et al [14] se cuestionaron si
– Debe considerarse como un cuadro dentro del espectro au- el autismo era simplemente una forma extrema de un trastorno
tista. del lenguaje. Compararon dos grupos de niños, uno de ellos con
– Debe considerarse como un subtipo de TEL, siguiendo las diagnóstico de autismo y el otro con trastorno mixto del lengua-
directrices de la propuesta inicial. je expresivo y receptivo; ambos grupos fueron igualados en el
– Debe considerarse como un cuadro diferente o intermedio cociente intelectual (CI) no verbal y en las puntuaciones de len-
entre el TEL y al autismo que comparte características de guaje expresivo. Los principales hallazgos de su estudio compa-
ambos trastornos. rativo fueron que existían similitudes lingüísticas entre ambos
grupos, como el balbuceo anormal o reducido, las respuestas
Es un tema controvertido al que intentaremos aportar alguna inconsistentes a los sonidos a edades tempranas, las anormali-
clarificación. Cada una de estas posturas asume que los proble- dades en la sintaxis, la entonación, el uso de palabras y la com-
mas de habla y de lenguaje que se manifiestan en el autismo son prensión; no obstante, también encontraros importantes diferen-
de un tipo completamente diferentes a los de los niños con TEL; cias entre ambos grupos. En general, las dificultades lingüísti-
mientras que en el autismo estos problemas serían esencialmen- cas en el grupo de autistas eran más profundas que en el grupo
te de tipo pragmático, en el TEL estarían esencialmente referi- de lenguaje. La más notoria es que puntuaban más bajo en sub-
dos a los aspectos computacionales del lenguaje, especialmente tests con una carga verbal elevada, como los de comprensión,
al ámbito morfosintáctico. Si esta división estuviera tan clara, semejanzas y vocabulario del WISC. Su comprensión del len-
los niños con TSP, en función de su perfil lingüístico y comuni- guaje también estaba más deteriorada y la ecolalia y la inversión
cativo, se encuadrarían dentro de un grupo o de otro según pre- pronominal eran más frecuentes en el grupo de autistas. La úni-
dominaran los problemas pragmáticos sobre los gramaticales o ca área en la que los niños del grupo de lenguaje obtuvieron
a la inversa. Si, por el contrario, presentaran un perfil lingüísti- peores resultados fue en la referida a las destrezas articulatorias.
co mixto, constituiría ese grupo intermedio que supondría el No obstante, aunque las diferencias entre ambos grupos fueron
puente de unión entre ambos. No obstante, la investigación en estadísticamente muy significativas, permanecía algún grado de
los últimos años tiende a complicar algo más el tema, puesto solapamiento entre ellos. Los autores se encontraron con un
que en los intentos de determinación de los fenotipos del TEL y pequeño grupo de sujetos que compartían características de am-
del autismo se está vislumbrando que los perfiles lingüísticos y bos grupos y que, aunque mostraban algunos síntomas de autis-
comunicativos en el TEL y en el autismo no son tan diferentes tas, eran insuficientes como para asignar un claro diagnóstico
como previamente se había pensado; si esto es así, podríamos de autismo.
estar en el camino de aproximación a la comprensión de las difi- Estos primeros estudios sobre las habilidades lingüísticas en
cultades lingüísticas de ambos trastornos. Este es el tema cen- los niños con autismo adolecían de importantes problemas meto-
tral que queremos desarrollar en este trabajo, que se centrará en dológicos [15]: criterios diagnósticos del autismo relativamente
los siguientes puntos: los problemas de lenguaje en el autismo, laxos, heterogeneidad de la muestra seleccionada, inclusión de
los problemas pragmáticos en el TEL, y la reconsideración del niños con retraso mental, etc. Otro problema metodológico aña-
TSP, según los hallazgos en los puntos anteriores. dido consistía en la inclusión de niños de diferentes edades,
cuando en la actualidad disponemos de evidencias que nos indi-
can que las categorías diagnósticas cambian sensiblemente con
PROBLEMAS DE LENGUAJE EN EL AUTISMO la edad, tanto en los individuos con autismo [15], como en los
Desde las primeras descripciones clínicas del autismo [7] se ha que presentan TEL [16]; igualmente, algunos aportes indican
asumido que las dificultades del lenguaje constituyen uno de los que en la infancia es relativamente fácil establecer un diagnósti-
principales componentes del trastorno y pueden ser factores cla- co diferencial entre autismo y trastornos del lenguaje receptivo
ve en el pronóstico. Estudios de Rutter et al [8,9] demostraron (TEL-ER), aunque a medida que avanza la edad las diferencias
que uno de los principales indicadores de una buena recupera- entre ambos grupos diagnósticos tienden a reducirse [17], si bien
ción del autismo en la edad adulta era el desarrollo de habla útil otros estudios apuntan hacia una mayor diferenciación [18].
Kjelgaard et al [19] llevaron a cabo una investigación que gar en el funcionamiento de los signos. En otras palabras, la
tenía como finalidad estudiar las habilidades lingüísticas de pragmática estudiaría todo lo relacionado con el uso de la len-
niños autistas y comparar el perfil lingüístico de estos niños con gua. De esta forma nacería la semántica generativa, que poste-
el que es característico de los niños con TEL. Como era de riormente sería atacada firmemente por Chomsky, desterrándo-
esperar, los resultados de su investigación evidenciaron una la fuera de los confines de la gramática en un terreno que no
gran heterogeneidad en los perfiles lingüísticos de los autistas. había llegado a desarrollarse: la pragmática. A partir de los años
No obstante, dividieron la muestra total en tres grupos. El pri- setenta, los lingüistas que se habían ocupado del estudio de los
mer grupo, constituido aproximadamente por un cuarto de la usos de la lengua intentaron delimitar el objeto de la pragmática
muestra, puntuaba dentro del rango normal en todos los tests de y cimentar sus bases teóricas. En la actualidad buena parte de
lenguaje administrados y su CI, con algunas excepciones, tam- esos investigadores consideran que la pragmática no es un com-
bién se encontraba dentro de la normalidad. Un segundo grupo ponente de la teoría lingüística como pueda serlo la fonología,
de niños, en el que se encontraba la mitad de la muestra, pun- la morfología, la sintaxis o la semántica; tampoco pertenece a
tuaba entre una y dos desviaciones típicas por debajo de la las disciplinas que relacionan el lenguaje con la realidad extra-
media en la mayoría de los tests de lenguaje administrados y lingüística, como la psicolingüística, la sociolingüística o la
constituyó el grupo ‘con deterioro’. En este grupo había niños neurolingüística. En opinión de Portolés [26], la pragmática
con CI normal y niños con retraso mental. Por último, el tercer constituye una perspectiva de estudio que puede ocuparse de
grupo, denominado borderline, estaba formado por el cuarto cualquiera de estas disciplinas. La sintaxis, la semántica y la
restante de la muestra y puntuó por debajo de la media en los realidad extralingüística pueden considerarse bajo una perspec-
tests de lenguaje, aunque sin llegar a situarse por debajo de una tiva pragmática.
desviación típica. En este último grupo no se encontró ningún Existen dos consideraciones diferentes de la pragmática que
modelo consistente. El perfil lingüístico del grupo con deterioro van a marcar sus límites y sus ámbitos de aplicación. Por un
fue muy llamativo; se caracterizaba por dificultades articulato- lado, nos encontramos con la concepción modular, según la cual
rias y por unas puntuaciones más bajas en medidas sintácticas y la pragmática quedaría confinada al dominio específico del uso
semánticas de orden superior que en las obtenidas en test de social del lenguaje. Bajo esta orientación la pragmática se
vocabulario. Este perfil puede corresponder muy estrechamente podría definir como las reglas que gobiernan el uso del lengua-
con el descrito en niños con TEL [20]. En otra investigación je en un contexto social [27]; haría referencia a los participantes
posterior, Tager-Flusberg [21] ha comprobado que los niños con en una conversación, a las reglas conversacionales de turno de
autismo con bajas puntuaciones en los tests estandarizados de palabra y de mantenimiento de una conversación y a las habili-
lenguaje puntúan muy bajo en los tests de repetición de pseudo- dades sociales y comunicativas. Por otro lado, la pragmática se
palabras y omiten los términos morfológicos que marcan el puede considerar como una perspectiva de estudio de las rela-
pasado simple de los verbos en inglés, mostrando el mismo ciones entre el hablante y el contexto, sea este contexto intrínse-
modelo de error que los niños con TEL. camente lingüístico o pertenezca al ámbito extralingüístico. En
Otros estudios han llegado a conclusiones similares a las de esta segunda orientación, la pragmática se podría definir como
Tager-Flusberg [22,23]. Los trastornos mixtos expresivorrecep- el conjunto de procesos por los que se usa el lenguaje para co-
tivos son más prevalentes en niños con autismo que en niños municar nuestras ideas y sentimientos a los demás [28]. Bajo
con TEL [22], así como los trastornos fonologicosintácticos esta perspectiva pragmática podemos llegar a la comprensión de
[23]. Estos resultados contradicen igualmente la noción de que los fenómenos implícitos en los mensajes verbales, como las
la fonología y la sintaxis están conservadas en el autismo. No diferentes formas de emitir un enunciado con cambios inferen-
obstante, en otras investigaciones se han encontrado perfiles lin- ciales sutiles en su significado (hipérboles, metáforas, humor,
güísticos diferentes entre niños con TEL y niños del espectro sarcasmo…), así como otras interpretaciones que van más allá
autista [24]. Tal vez en el tamaño de la muestra y en las medidas de la mera literalidad.
utilizadas se pueda encontrar el origen de las diferencias. Dos formas de interpretar la pragmática y dos orientaciones
En definitiva, podemos concluir este apartado diciendo que diferentes para analizar las dificultades pragmáticas que pueden
los problemas que afectan a los componentes formales del len- presentar los niños con TEL. Según la primera orientación, los
guaje no son tan específicos del TEL como previamente se niños con TEL no tendrían problemas pragmáticos primarios,
había pensado. Ya hemos visto que una considerable proporción sino que su escaso dominio de los aspectos formales del lengua-
de niños autistas presentan problemas similares, de la misma je repercutirían en el uso social del mismo; esto es, los proble-
forma que están bien documentadas las dificultades de los niños mas pragmáticos serían secundarios en el TEL y consecuencia
con síndrome de Down en las habilidades lingüísticas formales de la falta de recursos fonológicos y gramaticales. La segunda
con respecto a su nivel cognitivo [25]. perspectiva considera que las dificultades pragmáticas constitu-
yen un área de dificultad primaria en el TEL, no simplemente
una consecuencia de la falta de recursos lingüísticos. A conti-
PROBLEMAS PRAGMÁTICOS EN EL TEL nuación nos centraremos en el estudio pragmático en el TEL
En los albores del siglo XX, la pragmática iba camino de conver- bajo cada una de las orientaciones propuestas.
tirse en una de las disciplinas integradas en la semiótica, junto
con la sintaxis y la semántica [26]. La sintaxis atendería a la Dificultades pragmáticas ‘secundarias’ en el TEL
relación formal entre un signo y otro, la semántica a los víncu- En general, aunque con algunos datos discrepantes, bajo esta
los entre los signos y los objetos a que se refieren, mientras que consideración de la pragmática como un aspecto más de la com-
la pragmática se ocuparía de la relación entre los signos y sus petencia lingüística, los resultados de distintas investigaciones
intérpretes. Así considerada, la pragmática abarca todos los fe- han indicado que los niños con TEL no presentan problemas
nómenos psicológicos, biológicos y sociológicos que tienen lu- pragmáticos per se. Las dificultades observadas no son de tipo
je expresivorreceptivo (TEL-ER) y el autismo en base a la can- En función de los datos de los que disponemos en la actuali-
tidad y riqueza de comunicación no verbal, que, supuestamente, dad, no parece probable que se puedan desarrollar las habilida-
no estaría afectada en el TEL-ER, lo mismo que sucedería en des de TM en ausencia de unos requisitos lingüísticos mínimos:
los niños con grave pérdida auditiva. No obstante, la comunica- desde la pura gramaticalidad del mensaje [43] hasta la compren-
ción no verbal en niños con TEL está mucho menos documenta- sión del significado de determinados verbos sobre actividad
da que la de los niños sordos, aunque las escasas aportaciones mental, tales como pensar, saber o recordar [44], por lo que, a
de que disponemos no sugieren esta supuesta normalidad. El pesar de tratarse de un tema no totalmente clarificado, no pode-
40% de una muestra de niños con trastornos receptivos del len- mos descartar un desarrollo tardío de las habilidades de TM en
guaje no utilizaban gestos [14] y, en general, los niños con TEL- niños con TEL. Es probable que sus dificultades lingüísticas a
ER tienen dificultades tanto para utilizar gestos y expresiones edades tempranas impidan el desarrollo de los modelos comuni-
faciales como para interpretar las de los demás [38]. cativos idóneos que facilitan la emergencia de la TM [45]. Algu-
En el trabajo ya comentado de Bishop et al [37] sobre inter- nas aportaciones [46] nos indican que, por ejemplo, las madres
cambios conversacionales entre niños y adultos, muchos de los de niños hablantes tardíos usan en las conversaciones con sus
niños tenían importantes problemas pragmáticos, mientras que hijos menos términos sobre estados mentales que las madres de
el resto manifestaban los típicos problemas del TEL. De forma niños con desarrollo normal, probablemente ante la percepción
sorprendente encontraron que los niños con TEL, tuvieran o no de que sus hijos no captan plenamente el significado de estos tér-
problemas pragmáticos evidentes, utilizaban menos respuestas minos. En otras poblaciones que, por definición, son no hablan-
no verbales que los niños con desarrollo normal y similar nivel tes o hablantes tardíos, como los niños sordos, se ha comproba-
lingüístico. Por tanto, este escaso uso de indicadores de comu- do igualmente un retraso significativo en el desarrollo de la TM,
nicación no verbal no se puede interpretar como una señal de a pesar de una presentación signada de las tareas [47-49].
inmadurez lingüística ni ser una consecuencia de la misma.
Según el DSM-IV [52], el trastorno autista es el prototipo de pos de sujetos dentro del grupo inicial con diagnóstico de TSP:
trastorno ‘generalizado’ del desarrollo, lo que quiere decir que los casos considerados ‘puros’, cuyo perfil psicolingüístico se
afecta a varias áreas de funcionamiento, que son las que consti- asemejaba al típico TEL, y un segundo grupo con síntomas adi-
tuyen la tríada del autismo: trastornos de lenguaje, de las rela- cionales característicos del espectro autista. Tal vez no sea el
ciones sociales y del repertorio conductual e imaginativo. El propio problema pragmático en sí mismo lo que conduce a la
TEL, por el contrario, es un ejemplo paradigmático de un tras- confusión diagnóstica, sino la escasa sensibilidad de algunos de
torno ‘específico’ del desarrollo, esto es, que afecta a un único los instrumentos de evaluación de determinados aspectos del
dominio, en este caso al lingüístico [6]. Si el perfil lingüístico desarrollo del lenguaje.
del autismo y del TEL es el mismo o diferente ocupa gran parte Retomando la reflexión relativa a las aportaciones más
del interés investigador actual, aunque parece claro que el tras- recientes sobre los problemas pragmáticos del lenguaje, pode-
torno lingüístico central en el autismo es de tipo pragmático, mos especular que un importante proceso psicolingüístico, co-
siendo más variables los trastornos que afectan al plano formal mo es la comprensión del lenguaje, puede ayudarnos a clarificar
del lenguaje, todo lo contrario a los que sucede en el TEL. Pre- parte del debate en torno al TSP. Hace ya una década, Craig et al
cisamente, la categoría de TSP estaría reservada para casos de [36] propusieron que los errores gramaticales que presentaban
TEL en los que sus principales dificultades lingüísticas serían los niños con TEL no constituían una constante, sino que varia-
de tipo pragmático, lo mismo que sucede en el autismo, aunque ban en función de las demandas del discurso. Tras analizar los
existen también casos de niños con el típico cuadro de TEL que modelos discursivos de niños con TEL, determinaron que no
también presentan dificultades pragmáticas. todos se comportaban de la misma forma ni cometían el mismo
Bishop [6] ejemplifica de una forma didácticamente magis- tipo de errores gramaticales en función de sus demandas, sino
tral el cambio de orientación de la investigación sobre el tema que se llegaron a diferenciar dos claros subgrupos en la conduc-
del TSP. Si en los años ochenta se consideraba que el trastorno ta discursiva: niños con deficiencias expresivas (TEL-E) y niños
fonológico-sintáctico (que parece corresponder a lo que en la con deficiencias expresivas y receptivas (TEL-ER). Mientras
actualidad corresponde al grupo más típico de TEL) era opues- que los niños TEL-E tendían a omitir en su discurso morfemas
to al TSP, puesto que en el primero las dificultades se circuns- de enlace (conjunciones y preposiciones, principalmente) y fle-
cribían al plano estructural del lenguaje, mientras que en el TSP xiones en los momentos discursivos más demandantes, los
se producían en el plano referido al uso del lenguaje, en la niños con TEL-ER omitían todo tipo de morfemas y flexiones
actualidad está cambiando la consideración de que estructura y en diferentes categorías discursivas, independientemente de que
uso son dos polos que se excluyen mutuamente: puede haber fueran más o menos demandantes. La consideración de las dife-
casos de trastornos que afectan especialmente a la estructura del rencias entre los dos grupos de niños con TEL nos parece que
lenguaje, otros que se manifiesten principalmente en el uso del tiene un gran interés a la hora de abordar los problemas relati-
lenguaje, mientras que también puede haber casos de TEL con vos a la pragmática discursiva. Deberíamos, tal vez, retomar la
funcionamiento deficitario, en mayor o menor grado, tanto en la caracterización del DSM-IV [52] sobre el trastornos mixto del
estructura como en el uso. lenguaje receptivo-expresivo: ‘el niño puede seguir instruccio-
Por tanto, en función de los resultados de distintas investi- nes de manera incorrecta o no seguirlas en absoluto, y dar res-
gaciones y de las sugerencias extraídas de los mismos, el tras- puestas tangenciales o inadecuadas a las preguntas que se le for-
torno semántico-pragmático o trastorno pragmático del lengua- mulan. El niño puede ser excepcionalmente silencioso, o por el
je sería un tipo de TEL en el que las principales dificultades lin- contrario, muy locuaz. Las habilidades para la conversación (p.
güísticas estarían referidas a las dimensiones de contenido y uso ej., respetar turnos, mantener un tema) suelen ser muy deficien-
comunicativo del lenguaje. tes o inadecuadas’. Ante esta descripción, una vez realizada una
minuciosa evaluación de la comprensión del lenguaje y una
Implicaciones para la evaluación de lenguaje exclusión de los niños con probable sintomatología propia del
El debate en torno al TSP nos conduce a una reflexión sobre las espectro autista, no consideramos que sea necesario apelar a una
técnicas más usuales para la evaluación del lenguaje en los dis- nueva categoría diagnóstica independiente al TEL. La probable
tintos tipos de TEL. ¿Son las adecuadas?, ¿son lo suficientemen- diferencia entre el trastorno mixto del lenguaje expresivo-recep-
te precisas como para diferenciar entre trastornos gramaticales y tivo (TEL-ER) según el DSM-IV y el TSP es que en los prime-
pragmáticos? En una serie de trabajos conducidos por Botting et ros deben existir más dificultades de comprensión del significa-
al [53,54] se ha intentado delimitar el perfil psicolingüístico de do estrictamente estructural y literal, mientras que en el TSP
un grupo de niños diagnosticados inicialmente de TSP en base a estos problemas de comprensión se deben centrar especialmente
la puntuación de corte que establece el Children’s Communica- en el ámbito discursivo. No obstante, la información de la que
tion Checklist (CCC) [55], mediante la aplicación de una amplia disponemos no nos permite afirmar la ‘normalidad’ de la com-
batería de tests. Llegaron a las siguientes conclusiones: prensión literal y gramatical en el TSP, por las importantes in-
– Aproximadamente la mitad de los niños de la muestra pre- fluencias contextuales que intervienen en dicha comprensión.
sentaban problemas estructurales del lenguaje, tanto a nivel Consideramos que la investigación actual sobre los trastor-
expresivo como comprensivo. nos del lenguaje en la infancia debería avanzar hacia el diseño
– El resto de los niños diagnosticados como TSP manifesta- de instrumentos para la evaluación de la comprensión del len-
ban indicadores diagnósticos propios del síndrome de As- guaje en todas sus dimensiones (léxica, gramatical y pragmáti-
perger o del autismo de alto rendimiento. ca), con suficientes garantías psicométricas, para poder llegar a
diferenciar entre el TEL-ER y el TSP o para unificar su diag-
Aluden a la heterogeneidad de la población, compuesta por nóstico. Igualmente, abogamos por una estricta aplicación de
sujetos que sólo tienen en común la presencia de problemas los criterios diagnósticos del autismo para evitar esa especie de
pragmaticocomunicativos. Diferenciaron claramente dos gru- vacío en el que se ha querido ubicar al TSP. Especificidad fren-
te a generalización; aquí debe situarse, por el momento, la clave ciones teóricas y abrir nuevos ámbitos de investigación; en de-
diagnóstica precisa. finitiva, es probable que los fenotipos del autismo, del TEL y
de otras patologías que afectan al lenguaje nos conduzcan a la
búsqueda de un posible genotipo común y compartido entre
EL FUTURO ellas. Es probable que en un futuro los avances científicos nos
La evidencia de la que disponemos en la actualidad nos sugie- conduzcan a una mejor comprensión del lenguaje, de las perso-
re que se pueden delimitar áreas de fuerzas y debilidades de las nas que presentan distintos tipos de trastornos que afectan al
distintas dimensiones del lenguaje en diferentes condiciones lenguaje, así como a la búsqueda de nexos de unión entre los
clínicas [56]. Se ha documentado igualmente el alto riesgo de trastornos que afectan a los aspectos más puramente computa-
autismo entre hermanos de individuos con TEL [57]. Sabemos cionales del lenguaje y aquellos en los que están más implica-
igualmente que personas diagnosticadas en su infancia de au- dos los problemas más vinculados con el contenido y el uso del
tismo pueden llegar, con el avance de la edad, a confundirse lenguaje. Poco a poco los avances de investigación nos están
sus manifestaciones con las características del TEL-ER [17]. ayudando a buscar conexiones comunes entre distintos trastor-
Parece existir un solapamiento entre los perfiles lingüísticos nos y esperamos que en un futuro nos clarifiquen este continuo
del TEL y del autismo, que puede tener importantes implica- entre el TEL y el autismo.
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