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Eróticas
1
Fischer-Lichte, Erika, Estética de lo performativo, Ed. Abada, España, 2011, p. 55-56.
es decir, al enfoque y a la actitud frente al modo en que investiga, a los medios por
los cuales reflexiona y comunica la experiencia.
Las ideas que se expondrán a lo largo de éste prólogo están relacionadas a
un determinado enfoque del investigador que indaga acerca de la experiencia
misma, reflexionando sobre ella. Éste enfoque científico propone un modo
reflexivo, por lo que da lugar a una metodología de la investigación basada en la
reflexión de los hechos o fenómenos. El científico reflexivo deviene de la
fenomenología, planteando una perspectiva acerca de cómo investigar los
fenómenos, lo que acontece.
Tal enfoque que será profundizado más adelante, permitirá analizar los
aspectos que tienen relación con la experiencia del organismo, consigo mismo,
con los otros y con el mundo circundante, vislumbrando una nueva actitud y
perspectiva de quién investiga, por lo que se transforma en una herramienta de
gran utilidad para esbozar una idea de investigador/performer.
Uno de los factores claves de la indagación corporal es el fenómeno de la
experiencia, por lo que éste aspecto se constituye como eje fundamental de la
investigación en las disciplinas escénicas, situando la problemática de la
experiencia en el campo de la actuación o la performance.
Emergen así, algunas cuestiones que tienen relación con la actitud del
investigador frente a eso que investiga, desde dónde se sitúa para observar y
analizar la propia experiencia y de cómo comunica la emergencia real de las
percepciones y sensaciones del propio cuerpo y del entorno.
Para situar la perspectiva de éstas reflexiones se ha tomado como referente
a las Ciencias Cognitivas y al enfoque Enactivo, que incluye no sólo la
participación del cerebro y las neuronas en los procesos cognitivos sino que a todo
el organismo, en el que el nuevo paradigma gira hacia la primacía de la
corporalidad en aquellos procesos. Éste enfoque está expuesto en el libro De
cuerpo presente2, escrito Francisco Varela, Evan Thompson y Eleanor Rosch,
donde describen que la cognición se haría posible gracias a la participación de
todos los sistemas del organismo.
2
Varela, Francisco, Thompson, Evan y Rosch, Eleanor, De cuerpo presente, Ed. Gedisa, Barcelona, 1997.
Éste conjunto de disciplinas, las llamadas ciencias de la mente, desarrolla
indagaciones en relación a los fenómenos funcionales y emergentes en las
actividades neurofisiológicas del encéfalo y del sistema nervioso, en lo que se
denomina mente y comportamiento del organismo humano.
La filosofía ha guiado las preocupaciones de éstas ciencias, enmarcándose
dentro de una vertiente epistemológica que abarca a las teorías del conocimiento.
La epistemología se cuestiona por los medios por los cuales los seres humanos
conocen y para ello se proponen dos grandes vías: el empirismo, un conocimiento
basado en la experiencia, y el racionalismo, un conocimiento basado en la razón.
El empirismo, como teoría filosófica, enfatiza el rol de la experiencia en la
formación de conocimiento a través de lo sensorio y perceptivo. Específica que
para la creación de conceptos siempre se parte del mundo sensible, fenoménico,
siendo ahí donde realmente reside su funcionamiento y relación con él.
La fenomenología nace del empirismo, con la intención de penetrar en la
esencia de lo fenomenológico para encontrar los fundamentos de la realidad que
lo sostiene.
Edmund Husserl, fundó la fenomenología trascendental, en la que propone
la intencionalidad de la consciencia, basada en la idea de que la consciencia es
siempre consciencia de algo, de un estar en el mundo.
Ésta concepción de la consciencia deviene en una idea acerca de la
intuición trascendental en la que los límites del racionalismo y el empirismo se
difuminan, uniendo ambas vías. La epistemología las había propuesto como los
dos modos cognitivos por los cuales los seres humanos conocen.
3
Merleau-Ponty, Maurice, Fenomenología de la percepción, Ed. Planeta-Agostini, Barcelona, 1993, p. 79.
Merleau-Ponty siguió la línea fenomenológica empírica de Husserl, en el
que se propone un procedimiento de examen de las intenciones de la consciencia
de manera interna, reflexionando sobre ella y discerniendo sus estructuras
esenciales, lo que se define como una introspección filosófica, dando origen al
científico reflexivo.
En el libro De cuerpo presente los autores exponen que Husserl, se quedó
sólo en la mente en cuanto al análisis de la experiencia, ya que todo el
procedimiento se basaba en una pura abstracción.
Más tarde Merleau-Ponty vendría a superar este aspecto, con la idea de
experiencia corpórea, aunque evidentemente, no desarrolló una práctica corporal
en la que se asentara su propuesta de análisis y basada en la experiencia.
4
Varela, Francisco, Thompson, Evan y Rosch, Eleanor, De cuerpo presente, Ed. Gedisa, Barcelona, 1997, p.
18-19.
neurociencias, planteando que la cognición se produce por el acto de moverse,
por lo que el movimiento está implicado de un modo activo.
Para el modelo Enactivo la cognición es un bucle, una circularidad entre
mente y cuerpo, por lo que éste enfoque se convierte en un modelo explicativo de
los procesos cognitivos que emergen de una causalidad no lineal y circular de
interacciones sensorio-motoras continuas.
A estas interacciones se les llama patrones recurrentes organizados, que
tienen como vehículo al sistema nervioso-cuerpo-mente de agentes autónomos y
situados en un contexto histórico particular, un mundo, del que dependen los
estados cognitivos y su funcionamiento. Plantean, además, la cognición como un
fenómeno temporal entendido a partir de sistemas dinámicos y, que la vida mental
sería endógena, es decir, integrada por procesos de compensaciones
organizativas por la interacción con el entorno.
modelos sensorio-motores recurrentes que permiten que la acción sea guiada por
5
Varela, Francisco, Thompson, Evan y Rosch, Eleanor, De cuerpo presente, op. cit., p. 233.
paradigma se centra en los aspectos corporales de la experiencia en conjunto con
la mente, en una codeterminación constante.
Por éstos y otros motivos que se irán desarrollando más adelante, el
modelo Enactivo es un paradigma que otorga una ventaja para los investigadores
que provienen del trabajo físico-corporal. En las artes vivas y escénicas, el valor
está precisamente en el énfasis de lo experiencial y en la reflexión de esa
experiencia.
Para la investigación escénica, experiencia y reflexión son pilares
fundamentales en la formación de la consciencia, la que se nutre,
indudablemente, de las experiencias pre-conscientes a través de las cuales el ser
humano adquiere las impresiones del entorno y de sí mimso.
Este estado pre-consciente es la principal fuente de estímulos y pulsiones,
de las cuales reflexionará el performer en su práctica. La práctica en sí misma
representa la conexión con la dimensión pre-consciente con la cual se habilita a sí
mismo un sitio para profundizar en los comportamientos, hábitos y finalmente
crear a partir de eso que descubre.
El modelo Enactivo, trae consigo la idea de una autonomía de lo vivo, ya
que la cognición se plantea como un excedente de significación promoviendo la
intencionalidad del organismo, que actúa e interacciona con el entorno para
adaptarse y movilizarse en su totalidad.
La adaptación (aprendizaje-des-aprendizaje), en general, va asociada a la
capacidad de cambio y trasformación según lo exija el contexto, adecuándose a la
emergencia de lo real, de lo fenoménico que surge entre la interacción del
organismo y su entorno.
La experiencia mediatiza la actualización del organismo, reorganizando los
patrones o ideas que resulten inadecuadas en la evaluación de las condiciones del
propio organismo y de su entorno.
La experiencia de la práctica del performer y su posterior reflexión se
convierten en una necesidad dentro de los procesos de aprendizaje, ya que a
través de ella se crea consciencia acerca de lo que ocurre a nivel de las
sensaciones.
El lenguaje y su estructura juegan un rol importante en la reflexión y la
designación de la realidad corpórea pre-consciente, ya que éstos se convierten en
el puente que permite el paso de una dimensión a otra. El uso de las palabras se
convierte en una herramienta para profundizar en los fenómenos, en un intento de
constituir versiones progresivas y constantes acerca del mundo.
La utilización del lenguaje como herramienta funcional, flexible y
metamorfoseante permite que las realidades mutables de los fenómenos sean
susceptibles de ser comunicadas en un acto intencional de trasparencia. En este
sentido el lenguaje, las formas de escribir, las normas, las teorías no han sido
construidas para que sean utilizadas como regímenes sino como portavoces y
medios.
Funcionalmente, el lenguaje mediatiza y vehicula la experiencia
posibilitando la construcción de sentidos en la reflexión. Entreteje a través de las
palabras aquello que se desea comunicar y expresar. Hacer uso de la palabra
otorga profundidad, permite referir a determinadas realidades corpóreas, es por
ello que el lenguaje debe ser tomado como una función flexible y transformadora.
Para enriquecer la consciencia es preciso desarrollar el uso del lenguaje
porque a través de su manejo se instaura lo simbólico y lo abstracto. El lenguaje
busca precisión y determinación, porque intenta dar nombre a aquello que
permanece oscuro y sin forma, justamente lo que se vivencia en los estados pre-
conscientes.
En este sentido, el investigador/performer se prepara para descubrir cómo
acechar, hacer emerger, un estado en el que toma distancia de su Yo, de sus
sujeciones y de sus preceptos, de su consciencia, realidades mentales que es
capaz de analizar, observar a través de las reflexión. De modo que todos esos
procesos, siempre circulares, progresivos, constantes le van acercando a la
comprensión de la naturaleza de su arte, cuyo centro es el cuerpo.
El lenguaje es, pues, definido aquí como comunicativo más bien que como
mente. Ni siquiera quienes afirman no creer en nada pueden decir que no creen
en su propio cuerpo, pues éste es algo básico para su existencia, y los límites y
8
problemas del mismo son claramente tangibles.
Volver a las cosas mismas es volver a este mundo antes del conocimiento del
paisaje en el que aprendimos por primera vez qué era un bosque, un río o una
pradera.
11
Varela, Francisco, Thompson, Evan y Rosch, Eleanor : op. cit., p. 219.
12
Merleau-Ponty, Maurice, Fenomenología de la percepción: op. cit., p. 9.
consciente, enfatizando el estado pre-consciente que antecede a los procesos de
abstracción.
De modo que el concepto de la Enacción parece ser una base corporal, a
través de la cual sería posible delinear la actitud del investigador/performer frente
a su práctica corporal como investigación, considerando la naturaleza efímera del
acto escénico.
Incluso se puede evidenciar que toda actividad humana está mediada por el
cuerpo, por lo que éste enfoque no sólo sería útil para el trabajo artístico corporal
sino que trasciende los márgenes a los cuales se hacen referencia aquí, ―no
podemos permanecer en esta alternativa de no comprender nada acerca del
sujeto o de no comprender nada acerca del objeto. Es preciso que encontremos el
origen del objeto en el corazón mismo de nuestra experiencia, que describamos la
aparición del ser y comprendamos cómo, de forma paradójica, hay para nosotros
un en sí”.13
tierra firme; pero, más allá de esa pequeña isla, el vasto y borrascoso océano de
15
Varela, Francisco, Thompson, Evan y Rosch, Eleano : op. cit., p. 169.
―este real, su lugar puede inscribirse con ayuda del signo de la barra, en la
operación que aritméticamente se llama división‖.16
Relacionada a estas ideas surge la pregunta acerca de las experiencias
eróticas que lleva por nombre ésta indagación, porque es en el cruce entre la
Enacción como una actualizada manera de comprender la experiencia y de cómo
éste estado resulta ser una posibilidad de encuentro, contacto y conexión con el
cuerpo del goce y lo erótico.
striptease sobrevive algo de la desnudez ritual del rito pagano que conjura los
máscara, que debió servir alguna vez para ahuyentar a los demonios. Todo se
17
inicia, como es sabido, con una acción corporal […].
16
Lacan, Jacques, Seminario 10: La angustia, Ed. Paidós, Buenos Aires, 2006, p. 174.
17
Thies Lehmann, Hans, Teatro posdramático, Ed. Paso de gato, México, 2013, p, 345.
18
Anexo.
elementos que resultan fundamentales para el enfoque del investigador/performer
en su calidad de ejecutante reflexivo.
Ambos, por ser solidarios, se confunden a veces. No obstante, cada uno de los
dos términos puede ser definido por el contrario que entraña. Así, wu, que tiene
haber>> o <<nada>>; mientras que xu, que tiene como corolario shi, <<lleno>>,
19
se traduce por <<vacío>>.
19
Cheng, Francois, Vacío y plenitud, Ed. Siruela, Madrid, 2016, p. 78.
que incluyen estas concepciones acerca de cuerpos que dependen de su
contexto, que responden a individualidades biológicas y fisonómicas, potenciando
la particularidad de lo erótico del cuerpo y de su atracción.
Para ello se hace pertinente revisar algunas ideas contenidas en las teorías
de la Estética de lo performativo y el Teatro posdramático como referencias de las
artes escénicas, específicamente, porque toman como eje éstas ideas
relacionadas con la centralidad del cuerpo y su erotismo desde un enfoque
contemporáneo.
Finalmente, junto a todo lo expuesto anteriormente en relación al modelo
Enactivo de cognición y la propuesta de la presencia plena/consciencia abierta
como la experiencia en sí misma que permite el cambio de paradigma de
investigador reflexivo y las relaciones establecidas con el investigador/performer,
se añade otro modelo que permite describir verbalmente las experiencias pre-
conscientes del cuerpo de goce.
El Rizoma como modelo descriptivo y epistemológico respondería a una
lógica pulsional o libidinal, es decir, una lógica del goce que permite comunicar las
ambivalencias, expresar la segmentariedad, los estratos, las territorialidades, las
fugas y las velocidades de flujos pulsionales del sujeto descentrado, fragmentado
y desunificado de la experiencia de goce y lo erótico.
Por lo tanto, el rizoma como imagen de pensamiento, funcionaría con la
idea de devenir del cuerpo de goce y la constante inefabilidad y lo inasible de la
experiencial corporal del performer, ya que en él no habría puntos centrales,
elaborando así la comunicación desde la simultaneidad de todos los puntos.
Es un modelo productivo y experimental. Como organización rizomática del
conocimiento, representa un método para ejercer resistencia contra los modelos
jerárquicos, teniendo como ejes la multiplicidad, la heterogeneidad y la conexión
entre todas las emergencias. Según Deleuze y Guattari:
En un rizoma, por el contrario, cada rasgo no remite necesariamente a un rasgo
20
Deleuze, Gilles, Guattari, Félix, Mil mesetas: capitalismo y esquizofrenia, Ed. Pre-textos, España, 2002, p.
13.
Bibliografía