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ot-ofs S078 MANUEL SOMARRIVA UNDURRAG#¢ Profesor de Derecho Givil de la Universidad de Chile (6 Eee . : Se693Tc Aa p= = Q> mh Q> Qu © Qu fay) on i) las ‘Cauciones + CAUCIONES PERSONALES. . .’ » Clausula penal Solidaridad pasiva Fianza Il CAUCIONES REALES Prenda is Hipoteca ie RSIDAD DE CHILE in 9560 10842223 EDITORIAL NASCIMENTO SANTIAGO DE C:H TLE fees fs YEG 4 3°" Z : i ‘ MANUEL SOMARRIVA U ued ; pueda ee un poco extenso, pero hemos querido pecar de ac- tO. y 7 ae ston h k ke et) es e.omision. Nos ha guiado en elio la experiencia: la ra- nae: a i pidez de la vida moderna impide al lector leer paginas de pagi- ‘8 nas; 5 es mecesario que en-pocos momentos encuentre la cuestion que le interesa consultar. C it; e 7 i gaa en que este libro preste utilidad a los estudios del lerecho. Naturalmente no tenemos la pretensién de que sea al. 80 per, . is je 5 ap feet Por lo. demds ya lo dijoel-ilustre autor de nuestro ‘édigo: obra tal no ha salido de la mano del hombre. INTRODUCCION,..:.. 4 i” Pl derecho de prenda general—La obligacién.¢ : Jo:jutidico en virtud del cual, ona persona determinada se_ obliga, para con otra ambién determinada,a dat, hacer o.,no hacer ‘algo: Por tra- tarse de un vinculo juridico, no, puede quedar al atbitrio del deudor darle-o. no cumplimiento, en fo que.se, diferencia Ia obligacién: de, los Por. eso el legislador da al acreedor diversos Ja obligacién de par- simples deberes morales. derechos tendientes a obtener el cumplimiento de te del deudor rebelde. Y No ha -existido a través de Jeza de estos derechos. En. Roma, | tiempo, uniformidad, sobre, la natura- el deudar, al contraer una obliga- cién, comprometia su.persona, .naciendo, ast .la “manus injectio”,, que “labs al aczeedor un, derecho, de, dominio sobre el deudor e& caso que fete no cumpliere lo pactado, Pero hoy en dia este criterio se, encuen- do. Va nueva nocién de obligacién .es de. cardcter, .ccond- ico, Bs [6gico entonces, que, responda, de su cumplimiento, no la pet fona del deudor, sino su’pattimonio, y este, 2 el principio en, que se asa el-deracho de prenda general, consagrado en nuestro Cédigo. Ci- ~yil en el. articulo 2,465,, al: manifesiar: “Toda obligacién personal da «al acreedor el.derecho de perseguir su ejecucién sobre, todos, los bie: © nes. raices .o muebles, del.:deudor, . seam) presences ©. fucuros, excep §. tudndase.solamente. los .no embargables;, designados en. cel articulo Este devecho de prenda general se fandamenta en la idea del_pa- trimonio universalidad, es decir,.en,el hecho, de, ser algo, distinto, de, los bienes. que lo component. Por. eso al deudor le es perfectamente posi “ble “énajenar sus bienes 0. hacer nuevas’ adduisitionss,” Sin afectar en lo. tra, abandona { i { | | j 10 vies MANUEL SOMARRIVA U. Sin: embat ; , tun de cennt8%; Rs caticiones personales, no coastituyen el desidera uh Buridad Bara ef lacreedor. Cietto que es més dificil que ¥: erSO1 igan en: i t ss i i ee a rene en: insolvencias pero elfo, bien puede aconte atonCes “e! 5 Poe me are teres de ‘péenda general que. puede ejercitar. ef aa Ustin cos i i i i i oe — patcimonios on @ set Hlusotio © inefieaz a ga. - 0 que encierran. las garantfa a garantias personales qui - Pletamente, descartado. con fas. garantias. reales, Hees 6. , Cauciones | = cauciones reale: 8) en afect reales,—L, i ‘ectar ‘al Ga X "— Las cauciones reales consis f 4 nsisten compiimiento, de, {a /obligacién ‘un bi determinadk d b on un bien determinado, seam eble o in. mueble. Ellas. otorgan a Asteedor el derecho. de perseguir en. m; Bi 0. g ld manos. arg. Med i aso dane (ates atsbutos el acteedor queda a eubierto de | que del. bien pueda hy 1 ssi 3 k [a hacer el. deudor, yal isc. gu p 2 , ya que, puede, persepuis Be pueden ates ce teceos; 0 de'las sumerosag dendas gas cr page fein colocarlo en insolvenci, puts. goza de prefers ng a su E; érmis ai Fase oF ates téeminos, esa clase de geeancin aioe insuficiencia def der aera dan money iy Setecho de prenda,genezal, insufcencie quae Rena, eile, como lo djimos, cambién se peesenea op rene “Males, Day. pues,.una,tranguilidad absoluta al aac, ne 5 #5, cauciones reales més is taped ales..mas caracteristicas son lan, i teca, Hermanada i vaste ee Hermanadas en su origen, dif Cacti ‘igen, diferenciadas desoué. i dad preséntan lineaside dematcacln eaten ee 08 4 aetaal "I ada vez as ati ide prsntan linac z is siti a aac nba tu-oFigen.en la enajenacén con pacts de aly “aida nba ac ¢ cia y en Tie Doe gts SBaan, caractrzindose; ln hiposees tae ipotecs por tefe. por aplgngemutbless que. quedan en, poder del deudor, plo coe Tee e ease alos muebles,, que deben entregarse al age et Nay e826 Catactetisticas no son exclusiva, ya aue hone iva’, ya 4 , ye que ha -usbles, come Ja que ecae,en las naves,'y peg .guedan ets, po create bodes del deidoe; como aconteée en le prencha ce n zi ie sites tgracia {4 agraria, Ja industrial, ete : ie aks Tambjén milita entre tas cauciones seales Ie sau t te gue lag s ne au, comparada gon Ia, prenda | :Aplicacién; son, insignifeantes antieresis. Pero es eyj- fa hipoteca, ‘su importancia ie TRATADO, DE:LAS CAUCIONES WW pla und serie: de privilegios que el acteedor puede: hacer: valer, aun cuando los bienes del dendor hayan salido de’ su patrimonie, como pot ejemplo aquéllos que recaen sobre inmuebles, emimerados en el ar- ticulo 2,103,"de ese Cédigo, Con este ancecedente,’no es rato’ que los autores: y tratadistas ftanceses estimen uniformemente «que los privile- acupen-de ellos al referirse ala prenda Bios son una garantia real y se y-avla hipoteca ‘inex« En nuestro. Detecho Ia’ situacién es diversa, porque, ‘salvo conta- disimas excepciones,' los 'privilegios s6lo pueden’: invocatse mientras los bienes estén en el patrimonio del deudor, pero no una ‘vez que han sa- lido de él. : Las ‘excepciones refetidas estan: concempladas: en el articulo ‘835 del Cédigo de Comercio en relacién con el 825 del mismo Cédigo, se- iain los cuales los oréditos privilegiados sobre Ia nave’ que se enumeran en el primero:de dichos articulés’ pueden perseguirse en ella aun.cuan- do pertenezca a terceros; y'en el articulo 5.° de la ley N.° 6,071, ‘de 16 de agosto de 1937,-en cuya virtud el crédito que se tenga ‘contra el duefio de un piso 0. depattamento por expensas comunes goza de un ptivilegio de cuarta clase que se puede hacer efectivo en el piso-o de- partamento en manos de qitien se encuentre. Estas excepciones vienen a confirmat la regla de que en'-nuestea legislacién los privilegios no constituyen cauciones reales. Ciérto que en la prenda y en la hipoteca ef acreedor puede alegar su privilegio o pteferencia aun cuafdo los bienes hayan salido de manos del deudor; pero'ello se explica porque ambas tienen el caracter de derechos rea- les, y, como tales, se ejercitan sobre una cosa sin tespecto a determi- nada persona y levan consigo ¢l derecho de persecucién (2). 8. Importancia de Jas cauciones.—La importancia y aplica- cién de las cauciones en la vida jurtdica prictica no escapartn’ al cri terio del lector. Los acteedores siempre buscan las inayores sequrida- des posibles para conceder ‘créditos. De aqui entonces que el estudio de las caticiones sea. uno de los més interesantes que puede hacerse dentro del Derecho Civil, sobre todo en cuanto e relaciona con Ja hipoteca, “'7 (2) 0 Los privilegios;'en nuesiro ‘Derecho, ‘no son una caucién, :pero.st: son send garantfaen’ el sentide: amplio Ue esa expresidny ya’ que cliacreedar. que ‘go2a’ de’ ellos terideA una ‘mayar posibilicind' de ver sasisfocka sttcFédico. + 38 MANUEL SOMARRIVA U. 37. Bl-derecko a pedir la reduceién de la pena es irrenun- ciable, Dada la finalidad que persigue el legislador al permitir que el deudor solicite la imixacién de la pena al maximo fijado por Ia ley, _ resulta Iégico que este derecho sea ircenunciable. Si fuera posible su renuncia, ésta pasaria a ser una cldusula de estilo en todos los con- wratos y se desvirtuaria la referida ‘finalidad, Ja-cual es de convenien- cia pliblica, como han dicho nuestros etibunales (27). Este carécter de irrenunciable estd expresamente reconocido por el legislador en el articulo 2.° de la ley de 27 de noviembre de 1929, al decie: “Este derecho (de pedir la reducciSn) es irrenunciable y se- © td mula toda estipulacién en contratio”, Ademas, en otto de los pocos casos en gue nuestro legislador acepta la lesién, como es el de la compraventa de bienes raices, también se establece el mismo peinci- pio de irrenunciabilidad (articulo 1,892). 38, El tcibunal no puede decretar de oficio Ia reduccién de Ia pena—De la circunstancia de que sea itrenunciable el derecho de pedir la'limitacién de la pena no podemos deducie que el juez pueda proceder de oficio para décretarla..Tendria’ que solicitarla el deudor, ya que la justicia, salvo casos excepcionales, entre los cuales no se cuenta el .prosente, sdlo puede actuar a fequerimiento de parte. Por esta razén consideramos censurable una sentencia de la Corte de Ape- léciones de Valparaiso que en presencia de un contrato de arrenda- miento en el que se habia estipulado una pena de § 200 diatios para el caso de gue no se restituyera la propiedad a su vencimiento y ha- biendo alcanzado, ella a $ 28,000 en razén del tiempo transcutrido, la redujo de oficio 2 $ 10,000 (28). / - (27) Corte da Santiago, sentoncias de 16 y 18 de junio de 1887, Gaceta Tribunales do 1887, sentoncias N.* 1241 y 127], pigs. 743 y 759, res- vane; (28) Sentencia de 20 de juiio de 1907, “Revista de Derecho y Jurispru- dencia”, segunda parce, seccion primera, pdg. 238.'La sentencia contiene un voto disidente de don Luis Ignacio Silva que sienta la verdadora doctrina, Il LA SOLIDARIDAD PASIVA CAPITULO I DEFINICION Y. REQUISITOS : 39, Generalidades.—La solidaridad pasiva (29) constituye in- diseutiblemente la més eficaz de todas las garantias personales, ya que el acteedor va a poder hacer efectivo el detech® dé ptenda gene: ral ea tantos —pattimonios cuantos sean los .deudores solidarios, sin Gq a &st0s les sea licito oponer los benelicios de divisién y de excusién. ‘a de la solidaridad aparece mAs claramen- El cardcter de garanti ramen te cuando a obligacién se contrae por petsonas que no tienen interés en Ia deuda, sino que concurren a ella para garantizat su pago. El inciso 2° del articulo 1,522 se pone precisamente en este caso, el que, como veremos, tiene importancia pata determinac las relaciones de. los deudores solidarios entre si Como gacantia, la solidarided es més segura que la fiamza, pues en sta el deudor subsidiatio puede opanet los beneficios de excusién y de division, que debilitan la posiciin del acreedor. Pero, como ya lo adelantainos y estudiaremos en sw opoctunidad, es perfectamente po- fible combinar ambas garantias, dindose: nacimiento asia’ Ja fianza solidaria, que viene a constituir una caucién intermedia (30). Del-articulo 1,511 se desprende que estamos en presencia de la solidaridad cuando, existiendo varios deudores de un mismo objeto (29) En adelane slo hablaremos de solidaridad, entendiéndose que nos referimos 6 la pasiva. x (30) Ver infra N. 119. 42 MANUEL SOMARRIVA U. forme al articulo 1,515; que la accién del aceeedor contra los deudo- ves pueda tener distintos plazos de presetipeién (37), y que la causa de la obligacién de los deudores solidarios sea distinta (38). 44. 3. La solidaridad debe estar establecida en Ia ley 0 en la convencién. La sentencia judicial no es fuente de solida- tidad.—La solidatidad no ‘puede tener su -origen sino en la volun- tad de las partes, manifestada en el contrato o en el testamento, 0 en la del legislador. Estas son las dos fuentes de la solidaridad pasiva, como lo establece el artfctilo 1,511, a diferencia de la activa, la cual jams emana de un texto legal. Se desprende entonces que la sentencia judicial no puede originar la solidaridad. Nuestra Corte Suprema ha aplicado este principio en dos ocasiones. En uno de los casos se trataba de un acreedor que, paca preparat la via ejecutiva, cité a reconocer deuda a dos personas. Nin- guna de ellas comparecié y la deuda se dié por reconocida en rebel- dia. Con posterioridad el acteedor pidié se despachara mandamiento de embargo contra una de ellas por el total. El juez accedié, Pero el curado se excepciond alegando que'la obligacién no era solidaria, sino conjunta, y que por ello no se le podia cobrat el total, sino La mi- tad, y este criterio fué acogido en definitiva por nuestro mas alto tri- bunal (39). En el otro. caso resolvié que si ambos cinyuges son con- denados a dar alimentos a unos nietos y fallece a mujer, no puede perseguirse al marido la. totalidad de ellos, pues la obligacién no es solidaria ni indivisible (40). 45. La ley como fuente de fa’ solidaridad’ Casos en que es- tA establecida en el Cédigo Civil. Al acoger el legislador eit sus preceptos la solidaridad, lo hace guiado por diversas razones. Las més (37) Ast lo ha declarado Iq Corte cién de cuatro afiox del arciculo 761 de socio de una sociedad colectiva’ mercantil 2 nda por la sociedad y que prescribia para éa en cinco afios, conforme al ‘cil 764 del mismo’ Cédigo. Sentencia de 26 le aoviembre de 1937, Gar ceta de los Tribunales de 1937, 2.° semestre, N.° £90, "pag. 733. (38) Ver infra N° 50, pag. 48. (39) Sentencia de 17 de julio de 1932, “Revina de Derecho y Jurispru dencia”, tomo XXIX, segunda parte, secciém primera, pag. 480. (40) Sentencia de 20 de julio de 1927, Gaceta de {os Tribunales de 1927, 2.2 semestre, N.° 9, plg. 32; y “Revista de Derecho y Jurisprudencia”, tomo XXV, segunda parte, secciéa primers, pag. 264. Concepeién, al acoger la prescrip- Cédigo de Comercio, opuesta por el 1 se le cobraba una letra acep- TRATADO DE LAS CAUCIONES 43 de las veces la estatuye como una sancién pata aquéllos que han vio- Jado la ley —por ejemplo en los atticulos 201, 549, 927, 2,189 y 2,317,— o en su desea de, favorecer a los incapaces —conto acontece en el caso de la pluralidad de curadores (articulo 419)— 0 tomando on consi- deracién [a voluntad de las pattes o del testador —por ejemple al de- clarar, en el articylo 1,281, solidatia la responsabilidad que afecta a los albaceas cuando hay pluralidad de ellos. De los articulos 201, 419, 549, 927, 1,281; 2,189 y 2,317; que es- tablecen casos de solidaridad, es inceresante detenerse en fos dos Gl- umos. i El articulo 2,189, refiriéndose al comodato, establece que si la co- » sa ha sido prestada a muchos, todos son solidatiamente responsables. Pero no dice a qué alcanza esta solidaridad, Ba nuestro concepeo, ella one el articulo 2,178 de indemnizar. al comedante de los perjuicios suftidos por la cosa, ‘Pero la obligacién de restitui no puede teferirse sino a la obligaciSn que in la cosa —obligacién que jamés puede faltar en el comodato y que es la tinica que emana del contrato mismo —no puede ser solidaria. A ella no se ha referido el articulo 2;189, ya que de acuerdo con el N° 2.° del articulo 1,526 tiene el caracter de indi- visible, y, en consecuencia, el comodatario que poseyere el objero dado en comodato estaria obligndo a entregarlo al comodante. El caso del arcicule 2,317, que proclama la responsabilidad soli- daria por la indemnizacién de los perjuicios provenientes de un deli- to 0 cuasidelito cuando es cometido por varias personas, es sin duda el de més importancia entre los que establecen la solidaridad legal. Salta a Ia vista que en él fa solidacidad se ha establecido como una sancién para los que cometen el acto ilicito y a la vez en el deseo de proteger a la victima. Es evidence que la responsabilidad sera solidaria aun cuando el de- lito 0 cuasidelito sea civil y no penal. La disposicién citada no distingue, y, atin mis, ella estd ubicada precisamente en'el titulo de los delitos y cuasidelitas civiles, Esto no obstante, la Corte Suprema ha estima- do’ que el articulo 2,317, al declarar solidaria ia responsabilidad, se re- fiere tnicamente a los delitos y cuasidelitos penales (41). El error ma- nifiesto en que incurre nuestro més alto tribunal nos’ ahorra todo co- mentatio. {41} Sentencia de 13 de enero de 1937, “Revista de Dezecho y. Juris: prudeacia”, segunda parte; seccién primera, pag, 201, 6 MANUEL SOMARRIVA U. “por cuyo hecho o culpa. .., ete.”. Se establecia entonces una respon: sabilidad solidaria que afectaba a todos los herederos. Después se mo- ificd el atticulo, cambidndose la expresin “aquéllos de los herede- 0s” por “aguil de los codeudores”, y ino se tuvo cuidado de suprimir la palabra -“solidariamente”, que con la nueva redaccidn carece de sentido, En Francia, no obstance no existir un texto legal que declare la solidaridad por los perjuicios provenientes de la inejecucién del con- trato, ella es aceptada por Ja jurisprudencia, Josserand se expresa en los siguientes términos: “La Corte de Casacién admite la solidatidad entee deudores contractuales cuando la inejecucién del contcato sea impucable a todos y la culpa de cada uno de eltos sea suficiente paca * producie-la integridad del dafio, de suerte*que las culpas cometidas “sean indivisibles en sus resultados” (44). 47. La convencion y el testamento como fuentes de fa soli- dlaridad,—Bl inciso 2,° del articulo 1,511 dice que la solidaridad ‘de- be ser expresamente declarada en todos los casos en que no la estable ce la ley. Lo qué en otros tézminos significa que ella no se presume. Para determinar Ja exiscencia de la solidaridad, la doctrina esti {acuerdo en-aplicar los siguientes principios: que-para establecerla no-se requieren términos sactamentales; que na debe quedar la menor duda de que la intencién’ de las partes es pactar la solidaridad; y que en caso de duda debe darse por inexistente y reconocer el cardcter de conjunta de Ja obligacién. Por lo general en el contrato se dird que las personas se obligan solidariamente o in solidum. Pero, como deci- mos, noes de'rigor que se empleen dichas palabras: puede hacersé uso de frases semejantes que manifiesten la intencién clara de las pattes de estipular la solidaridad, Por ejemplo, decir que cada una se obliga por el total; que se obligent una por la otra; que se obligan conjunta- mente con renuncia-del beneficio de excusién y de division, etc, No esta refido con la exigencia de. que la solidaridad debe estar expresamente establecida lo dispuesto en ef articulo 1,635, segin el cual, para’ que haya novacién por*cambio de deudor, es necesario que el acteedor dé por libre al primitive deudor, y si ao lo hace se entea- (44) O. c, tomo II, N.° 784, pag. 426. Sobre si el incumplimiento de la obligacién sofidaria da fuga: a responsabilidad de la misma naturaleza, ver infra N° 62 y nota 80. TRATADO DE LAS CAUCIONES 47 dderé que el nuevo deudor es. diputado para el pago o que se ha obli- gado solidaria o subsidiariamente con aquél, segiin aparezca del tenor a dei espiritu del acto. Em este caso la solidaridad se va a deducir de interpretar el chutrato; fo que-es perfectamence posible, Naturalmente, para llegar a esta’ conclusién, no debe quedar la més leve duda de que la intencién de los conteatantes ha sido pactar solideridad: (45). Determinar st en un contrato se ha estipulado o no ‘solidaridad es cuestién de derecho; por lo tanto, lo que sobre ef particular resuelvan los jueces de fondo queda sujeto a la revision de la Corte Suprema. Asi lo ha deciarado este mismo tribunal (46). 48. Criterio de la jutisprudencia francesa para dar por es- tablecida la solidaridad—De lo expuesto anterioemente se despren- de que a falta de un téxto fegal o de la intencién clara de las par tes que establezcan la. solidaridad, debe entendeese que la oblig: es simplemente conjunta, Este principio, que también deberia regir en Francia, donde el legislador dice expresamenie que [2 solidaridad no se presume, no ha sido sin embargo respetado por la jurisprudencia, la cual acepta casos de solidaridad fundados en la presunta ineencidn de las partes o en la naturaleza’ de la. cbligacién, principalmente cuando ésta es coméin a dos o més personas y resulta dificil asignarle,2,cada ana de ellas una parte en la deuda. Asi, se ha estimado que si un pa- dre y una madre sepatados de bienes contratan un profesor para su hijo, son solidariamente responsables; y que también existe esta mis- ma responsabilidad cuando los. copropictarios de un inmueble ,encar- gan reparaciones a un terceco. : Elvespititu de la jurispradencia francesa, al apartarse claramense cién (45) Le Corte de Talca, en sentencia de 14 de enero de 1933, Gacema de fos Tribunales de 1935, No 83, pig. 345, did por establecida !a solideridad aplicando ‘ese articule en el siguiente caso: un sefior se comprometié a pagar 4 un abogado detecminada suma por la defensa que éste hiciera de un hijo suyo en wn asunto criminal, Dijo la Corte que en semejante: estipulacién- no habia novaciéa, ai diputacién el pago,-ni fianza, pues el padre “se obli- §0 @ satisfacer la deuda de su hijo en concepto de principal deudor, esto <5, in solidum”. Pero lo curiaso es que, después de dar por establecida la ¢ ridad en el considerando 15, aplica el articulo 2,344, diciendo que la obliga- cién del padre no podia ser més gravosa que la que los hijos habian estipulado con el abogadc, A primera vista ello aparece’como un error, porque el asticu- lo 2,344 se aplica en [a fianza, pero no en la solidaridad. (46) Sentencia de 14 de enero de 1916, “Revista de Derecho y Juris- pradencia’y segunda parte, seccién primera, pag. 193. Los jueca: de fondo’ die- ron por establecida la solidaridad y la Coxe Suprema deciaré sux inexistencis. | | | CAPITULO TI EFECTOS'DE LA SOLIDARIDAD SECCION © PRIMERA ErecTos QUE SE PRODUCEN ENTRE LOS DEUDORES Y EL ACREEDOR 53. Enunciaciéa y. explicacién de ellos. Teoria del mandato reciproco.—El primer efecto de la solidaridad consiste en la facul- tad. delacreedor para demandar de cualquiera de los deudores ef total de li obligacién, lo que se justifica porque, en esta clase de obligacio- nes existe’ unidad de la prestacién. Asimismo, la demanda ditigida por el acreedor contra uno de’ los deudores no extingue la -accién contra’ los otros sino en Ia parte en que hubiere sido satisfecho por el deman- dads; conclusiéit’ ldgica habida considetacién a que en la solidaridad como vimos— existe pluralidad de vineulos. ~ Fe Fuera ‘de los enuncitides, la solidaridad -produce otros efectos, que podrfamos llamar secundarios y que consisten en que intcrtumpida la prescripcién respecto de uno de los deudores también se interrum- pe respecto de los otros (articulo 2,519); en gue fa mota y la culpa de uno de ellos afecta a los demas (articulo 1,521); en que la sentencia dictada contra uno de los codeudotes produce cosa juzwade respecto a los, otros; en. que prorrogada la jurisdiccién con relacién a un deudor también se entiende prorrogada para los dems, etc,, etc. Bn presencia de éstos efectos, cabe preguntarse si'ellos se explican suficientemente, al igual que los anteriores, con ta idea dé la unidad de prestacién y pluralidad de vinculos que existe en la solidaridad, 0 fis fas ARATADO DE LAS CAUCIONES si esta-explicacién es insuficiente y es necesario recurtit a otra. bien, en el sentir de la mayoria de los autores semejante explicacién no es satisfactoria; por el contrario, ellos ven el fundamento de estos efectos en el mandato tacito y recfproco que existe entre los deudores de la obligacién solidaria. t La doctrina del mandato tacito y reciproco arranca su origen des- de muy antiguo. Hace alusién a ella Renusson en su obra “Tratado de la subrogacién”, aparecida en 1685. Desenvuelea por Eustache Pi. lon en.su “Ensayo de una teotla general de la represencacién én Las obligacione’s”, acogida por Toullier en 1814, es después seguida sin va- cilacién por ‘asi todos los autores, para finalmente recibir su consagra- cién definitiva al ser aceptada sin resetvas por la Corte de Casacién Frasicesa en sentencia de 15 de febrero de 1873 (51): : Esta teoria.ha sufrido diversas variaciones; Dumoutin, explicando los efectos que se producen por la pérdida dela cosa debida solidariamente, afiema que el mandato existe para conservar y-perpetuat Ia obligacién, pero no pata ‘atimentarla:: Esto did origen a una critica, Se dijo que ‘no era razonable presumit un mandato de esta naturaleza, ya que’ precigainente ef interés de log deu- dotes era extinguir el vinculo juridico y no conservailo, Como” éénse. cuencia de estos ataques, algunos autores modificaron en parte la doc- trina: dijeron que cada deudor, mediante ‘el mandato, podrfa inejorar Ja pasicién de fos oftos, pero no empeorarla (52). 7 Esta variacién de la teoria no es aceptada por Batidey Ladantine= tie, quien dice al respecto: “Esta concepcién de un mandato que no es “ valido sino cuando el mandatario mejora la situaciéa del mandainte * conduce a resultados inadmisibles, sobre ‘todo en’ materia’ dé “cosa “ juzgada” (53). Josserand, después de formulat una objecién semejante a la de Boudry Lacantinerie, agrega una idea nueva que tios’ parece muy ati- nada. “En realidad —-dice— el mandato intetviene, no en interés de “los codeudotes, sino en el del acreedor: es lo que a veces parece ol- * vidarse y es lo que Dumoulin, y después de él el Cédigo Civil, han’ “ perdido de vista al limitar el pago de los petjuicios, en caso de cul- (51) Datos sacados de Baudty Lacantinerie, 0. ¢, como IT, NO°1213, pag. 304, (52) Larombiere, citado por Beaudry Lacantinerie, cita’ anterior, (53) Cita anterior, ! ! 1 34 MAN SOMARRIVA U. el més importante, esté expresainente. contemplado en -el atticulo 1,514 en fos siguientes términos: “El acreedor.podrd dirigirse contra todos Jos deudores .solidarios -conjuntamente, o contra cualquiera “ de ellos a su arbitrio, sin que por éste pueda oponécsele: el benefi- “cio de divisién”. (58). El negar este beneficio a.los deudores soli- datios significa que se puede cobrar el coral a cada uno de ellos, Pero s6lo por una razén histérica se justifica que el legislador haya dicho gue los deudozes no pueden oponer el beneficio de divisidn. Asi lo es- tablece ef Cédigo francés, el cual considerd: necesario hacerlo presen- te, porque él innovaba sobre el Derecho Romano, donde era posible oponerlo. Pero en realidad era inmecesario decirlo, pues ello se des- prende del inciso 2.° del articulo 1,511. El principio de que en la solidatidad pueda demandarse el to- tal a‘cada uno de Jos deudores tiene una excepcién cuando marido y mujes, en el régimen de sociedad conyugal, se hayan obligado en forina solidaria, pues en conformided al atticulo 1,751 sélo hay accién en contra dela mujer en cuanto el acto le haya reportado utilidad —esta”accién émana, no del coattato,) sino del principio que nadie puede entiquecerse sin causa, El Cédigo ha derogado en este caso la regla general por la forma como ha organizado la sociedad conyugals dando poderes.omnimodos al marido y declatando en el atticulo 1,750 que-respecto de teecetos éste es dueiio de los bienes sociales, - © Si bien el acteedor puede demandar a cualquiera de los deudoces por'el total; no podria en cambio, en la ejecucién que siguiere contra uno, embargar bienes de los otros. Nuestra jurisprudencia ha tenido n de aplicar ‘este principio en mas de una oporunidad con rela- cidn al caso'en que un bien que pertenece en comtin a todos los co-deu- coca’ (58): Aplicacién de este articulo es la dispesicién contenida en el articu- Jo 114 de la Ley de Quiebras, que establecs que si varios de los deudores soli- darios. son déclarados en quiebra, el acreedor puede preseatarse en todas ellas \ por el valor nominal, de! crédito hasta su‘completo paso y participar de fos dividendes que dé cada una de’ ella: vireud de esta cisposicién y del aré ticule 15514 es eriticable una sentencia de la Corte de Concepeiin, de fecha 27 de marzo de 1928 (Gaceta de los Tribunales de 1928, Ler vemestee, son cia No 173, pag..735), en la cual se declara que, veriBeada ‘un crédito, en una quiebes, no puede ef acreedor, abardonando esa accién, demandar a los herederos de owes de los co-deudores,solidarios. El Ministre sefior Brafias Mac en un voto disidente, signta la, buena doc TRATADO DE.LAS CAUCIONES dores solidatios sea embargado en st totalidad en la ejecucion segui- da contra uno solo de ellos (59). La citcunstancia de que el acreedor. demande a’ un deudor, estan- do el juicio pendiente, no es dbice, para que pueda demandar a los otros. El articulo 1,515 aleja toda duda al respecto al manifestar que la demanda dirigida contra uno de los co-deudores no extingue la obli- gacién solidaria sino en la parte en que hubiere sido ‘satisfecho por el demandado (60). y Asisaismo, como lo ha declarado la Cote de Valparaiso, de los ar- ticulos 1,514 y.1,515 se despeende que si el acreedor se desiste de Ja accién ejecutiva con respecto al ejecutado, declarando todavia que se reserva la accign contra los otros co-deudores solidarios, el: desistimien~ to no beneficia a éstos (61). biases ants = La regla del articulo 1,515 tiene una excepeién en el articulo.705 del Cédigo..de Comercio, segiin el cual.si,el portador de. una ‘letra de cambio hubiere dirigido su-accién,contra uno.de los codeudotes de la letra, no puede suspender su curso para ejercerla contra los demds, salvo las excepciones que,.la misma. disposicién indica. > 55. .gLa sentencia, dictada contea uno de los deudores sirve de titulo ejecutivo. contra los.que.no han intervenido.en.el jui- cio? Cosa jurgada.—Bl acreeder,, haciendo uso del-derecho- que, Je confiere.el articulo 1,914, puede haber demandado a,uno'de:los deudo: res y obtener séntencia favorable: zPodsia enconces can ella iniciae ejecu- cidn contra aquél, 9 aquéllos que no, han intervenido,en el. juicio?..L.a cuestida se tcaduce en saber si produce cosa juzgada la sentencia que (99) Corte de Santiago, sentencias de 24 de matzo de 1899. (Gaceta de los Tribunales de 1899, sencencia N.° 388, pg. 323) y de 11 de abril de 1888 (Gaceta de los Tribunales de 1888, sentencia N.°.351, pig. 287); y Corte-Su- Prema, senteacia de 24 de abril de 1920, (Gaceta de los Tribunales de 1920, sentencia N.° I1,, pag. 100), y “Revista-de Derecho jucisprudencia”’, tomo XVUIZ, segunda ‘parce, seccidn primera, pag. 482. oe 7 " (60) La Corte Suprema reconocié ese principio en sentencia de 19 agosto de 1931 (Gaceta de los Tribunales de 1931, 2,0 semestce, sentencia N. 19, pag. 110; y “Revista de Derecho, y Jurisprudencia”, tomo XXVIII, segunda parce, seccién primera, pig. 762). En ella_casé la sentencia de la Corte de Concepcién de 4 de septiembre de 1930 (Gaceta de los Tribunales de 1930, 2 semesire, sentencia N.°'118, pég. 444), que erradamente -coscenia que pa ra perseguir simulcaneamente a dos o mas deudores eta,necesario que se re-~ nunciara‘ la ‘solidaridad y #e eobraré la euota a cada unc. _ (61) Sentencia de 25 de septiembie de. 1917’ (Gaceta. de to: les He 1917;"2.9 semestré, seniencia N° 267, pg. 820)... i fribune- v

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