Está en la página 1de 1

NUESTRA VIDA Y LA CIENCIA

Robots asesinos

El 21 Noviembre de 2012, el Departamento de Defensa de los Estados Unidos, dio


a conocer la directiva 3000.09, donde se fijan los lineamientos para el desarrollo
de sistemas de armas autónomos. Un sistema de armas autónomo, “una vez
activado, puede seleccionar y atacar objetivos sin otra intervención de un operador
humano”. Lo que coloquialmente se conoce como un robot, o más precisamente
un robot capaz de matar, un robot asesino.

En Junio de este año, el Pentágono lanzó un proyecto de investigación dirigido a


construir robots autónomos a corto plazo. Se destinan a tal fin alrededor de 45
millones de dólares a siete equipos de investigadores del gobierno, que se ocupan
de resolver problemas en el ámbito de la robótica y la autonomía. No cabe duda
que estos robots cambiarán profundamente la forma en que se desarrollan los
conflictos bélicos. La decisión está tomada, como casi todas las cosas
importantes, sin el conocimiento de la mayoría de los ciudadanos.

Estados Unidos no es el único país que trabaja en esta dirección. La organización


Human Rights Watch señala en su informe “Losing humanity. The case against
killer robots.” (Perdiendo la humanidad. El caso contra los robots asesinos.) que
“una cantidad de países, muy especialmente los Estados Unidos, están cerca de
alcanzar la tecnología necesaria para hacer que los robots completamente
autónomos sean una realidad.”

Algo que nos permite imaginar el futuro son los “drones”, aeronaves no tripuladas
que se usan para reconocimiento y también para atacar objetivos enemigos. El
operador es un “guerrero” que no está físicamente en el campo de batalla.
Sentado frente a las computadoras, dirige quizás un ataque mortal a miles de
kilómetros de distancia y luego, cumplida su jornada laboral, regresa a su
domicilio, quizás cena con su familia y juega con los niños. Hay, como muchos
han señalado, un enorme distanciamiento físico y sicológico con lo que ocurre en
la zona de guerra. Hay que hacer notar que el uso de la avanzada tecnología de
los “drones” no ha limitado las víctimas civiles inocentes.

Otro tanto puede ocurrir con los robots asesinos. Las organizaciones de derechos
humanos no confían en que un robot que tome la decisión de matar pueda
discernir por ejemplo entre insurgentes y civiles inocentes, y solicitan que se
prohíba su utilización. Todos sabemos que eso no ocurrirá y en próximos años
veremos en acción a los robots asesinos. Al no arriesgar a los miembros de las
fuerzas armadas en el combate, será más fácil iniciar un conflicto armado. La
guerra que ya hace tiempo dejó de ser un enfrentamiento entre ejércitos para
convertirse en ataques a la población civil será más cruel aún.

Rubén Costiglia
costiglia@yahoo.com

También podría gustarte