Está en la página 1de 7
Ceti Cac rndricles SOBRE LA NATURALEZA ! I Los caballos que me llevan consigo cum- plen, al hacerlo, toda la plenitud de mi deseo, pues no hay duda que son ellos, mis verdaderos guias, los que me conduje- ron por la famos{sima ruta de la diosa, que encamina al hombre en posesion de las Ices del saber a través de todas las ciudades, Por esta ruta me veja llevado, y, cierta- mente, los caballos a cuyo impulso marchaba eran muy diestros, 5 ya que tiraban del carro y permitian a la vez que jévenes doncellas nos mostra- sen el camino. El eje se desplazaba sobre el buje de las tuedas, haciéndolo enrojecer con un agudo ‘chirrido —dos circulos torneados lo empujaban velozmente a uno y otro extremo—, cuando ya nuestra carrera hacia la luz era espoleada Por las jovenes hijas del sol que, habien- do abandonado la mansién de la Noche, £1 titulo del poema de Parménides, Hlepi vioews, aparece en Simplicio (De Coeto, 856, 25, Di 28°A 14). y no" ce sialon Poy sexuro que hubiese sido adoptado asi por el propio ator, Se trata, en todo caso, du un pocma épice de carieter mlepenes gn el que la inspiracion hesiGdica se hace clara y maniticsta, No eis de mencionarse, por ejemplo. el paralelismo que se advierte fentre Ja Introduccion del poema de Parménides ¥ ls que figure sl frente de Los trabajvs "! los dias de Hesfodo. 47 10 recogian con sus manos los velos que cubrian sus cabezas. ? Alli se encuentran las puertas que guar- dan los caminos de ta Noche y el Dia: un dintel_y un umbral de piedra las mantienen separadas, en tanto ellas mismas, alla, en la pureza del éter, se materializan’ en dos gran- des jambas. En poder de la severa Justicia se hallan las Haves compensatorias; 15 y he aqui que las jévenes doncellas le dirigen palabras melifluas persuadiéndola solicitamente de que des- corra en un vuelo los cerrojos que sujetan las puertas. En ellas, en efecto, produjeron una gran abertura tras su rapido ascenso por los aires, haciendo girar alternativamente sobre sus goznes las ricas jambas de cobre, 20 sembradas aqui y alld de clavos y de broches. Asi, pues, a través de éstas las jovenes doncellas llevaron rectamente por el arduo camino el carro y los caballos. Y la diosa me recibié con benevolencia, tomé mi mano derecha entre las suyas y, dirigigndose a mi, me hablo de esta manera: iOh, joven, compaitero de las inmortales conductoras! , 2 _ Las hijas del sol, guias luminosas de Parménides, van a condu- cir al poeta hacia'las puertas de la Noche y el Dia, que son fuardadas celosamente ‘por la Justicia, Serir ellas tambien Las Que persuadan a la fiel guardiana pars que permita el paso del Miajero. 48, 25 Bienvenido seas, ti, que Megas a nues- tra mansion con los caballos que te traen; pues no es un hado infausto el que te movi6 a recorrer este camino —bien alejado por cierto de Ja ruta trillada por los hombres—, sino la ley divina y la justicia.? Es necesario que conozcas toda mi revela- cién, y que se halle a tu alcance el intrépido corazén de la Verdad, de hermoso cerco, 30 tanto como las opiniones de los morta- les, que no encierran creencia verda- dera. No obstante, a ti te sera dado aprender todo esto, y como las apariencias tendrian que aparecerse para siempre co- mo la realidad total. Il Voy a decirtelo ahora mismo, pero pres- ta atencién a mis palabras, las Gnicas que se ofrecen al pensamiento de entre los caminos que reviste la biisqueda. Aquella que afirma que el Ser es y el No-Ser no es, * Xaupe, que es la formula usada por Parménides se encuentra realmente en el verso 26. + GAAS Oduis Te bien Te, on el texto exiego, OEuis, seein los escritos homéricos, ene a significar 1a ley diving O moral, eh destino mismo impuesto por la voluntad de los dioses; O seria agi el equivalente del latino fes, por oposicion a MHOC. la ley humana establecida por él uso, lex 0 Jus en la denominacion, adoptada luego por los romanos, Iori 4Andt¢ es precisamente lo que no puede alcanzar la 66fa, esto es la opinion de los mortales, 40 a significa la via de la persuasion —puesto que acompaiia a la Verdad—, 5 y la que dice que el No-Ser existe y que su existencia es necesaria, ésta, no tengo reparo -en anunciartelo, resulta un camino totalmente negado para el conocimiento. Porque no podrias jamas legar a conocer el No-Ser —cosa imposible— y ni siquiera expresarlo en palabras. © I... porque el pensar y el ser son una y la misma cosa. 7 IV Observa, pues, cémo lo que parece més lejano ‘se hace firmemente presente para el espiritu, que no se vera dividido por la unién del Ser con el Ser, * ni para dispersarse enteramente en contra del orden del universo ni para reunirse. v Indiferente sera para mi el lugar por dénde comience, porque a este punto tendré que ‘volver de nuevo. 1 EL No-Ser no existe —tesis de Parménides— porque no podria ser conocido. ni aun expresado. He aqui 10 que le contrapone 1 ‘Ser, que, como veremos, es aquello que se puede pensar. Identidad absohuta del pensamiento y del ser, pero on un sentido diferente a como la formular® Descartes, puesto que 10 Que Priva como ser en Parménides no es tan s0l0 el yo personal, sino ‘mas bien, con éste, el todo exterior a la reelidad de la Persona. * ES, tl voids, como dice Jean Zafiropulo, a quien Parménides parece referirse 50 VI Hay que decir y pensar que el Ser existe, ya que es a El a quien corresponde la existencia, en tanto es negada a lo que no es. Te invito a que consideres todo esto, pero, a la vez, quiero prevenirte acerca de esta via de la bisqueda y en cuanto a aquella otra por la que se lanzan los mortales ayunos de saber, 5 que mirchan errantes en todas direccio- nes, cual si de monstruos bicéfaios se tratase. Porque es la perplejidad la que en el pecho de estos dirige su espiritu vacilante. Y asi se ven leva- dos de aqui para alla, sordos, ciegos y Ilenos de asombro, como turba indecisa para la cual Ser y No-Ser parecen algo of idéntico y diferente, en un caminar en pos de todo que es un andar y un desandar continuo, ? VIL Porque jams fuerza alguna someterd el principio: que el No-Ser sea, Pero ti, no obstante, aleja tu pensamien- to de’ esta via y no te dejes levar sobre ella por la fuerza rutinaria de la costumbre, ni manejando tus ojos irreflexivamente, ni tus oidos que recogen todos los ecos, 5 ni acaso tu lengua; juzga, por el contra- Conclusion Idgica para quienes aceptando la imagen trasmi- ida por los sentidos ‘confunden ésta con el Ser de pienitud ¥ verdad. La via de las apariencias constituye para Parmenides un perpetuo efreulo weioso, 51 VII 10 15 rio, con razones que admitan miltiples pruebas, como las que yo te he’mostrado. Sélo nos queda ahora’el hablar de una Gltima via, la de la existencia del Ser. Muchos indi- cios que ella nos muestra permiten afirmar que el Ser es increado e imperecedero, puesto que posee todos sus miembros, es inmévil y no conoce fin, No fue jams ni sera, ya que es ahora, en toda su integridad, uno _y continuo. Porque, en efecto, ,qué origen podrias buscarle? (4De dénde le vendria su crecimiento? No te permitiré que me digas o que pienses que haya podido venir del No-Ser, porque no se puede decir ni pensar que el Ser no sea. ;Qué necesidad, pues, jo habria hecho surgir en un momento determinado, después y no antes, tomar su impulso de la nada y crecer? Por tanto, o ha de existir absolutamente © no ser del todo. Jamas una fe vigorosa aceptard que, de lo que no es, pueda nacer una cosa distinta; asi, tanto para nacer como para perecer la Justicia no le con- cedera licencia relajando los lazos con los que lo retiene. La decision sobre este punto descansa en esto: es 0 no es. Pero una vez decidido, como era necesario, el abandono de uno de los caminos por su carécter de impensable e innomina- do —porque no es el verdadero-, habra que considerar el otro como real y auténtico. 1 Porque, cémo en el curso del tiempo podria ser destruido el Ser? Como X podria llegar a existir? 20 Ya que, si alcanz6 la existencia, no es, y lo mismo ocurre si alguna vez debia existir. Asi se extingue el nacimiento y queda ignorada la destruccion No es igualmente divisible, puesto que es todo él homogéneo. Nada hay de mas que legue a romper su ack continuidad, ni nada de menos, puesto \ que todo esta leno de Ser. 25 De ahi su condicién de todo continuo, el Ser toca el Ser. '! por otra parte, en los limites de Sus grandes vinculos, carece de principio y de fin, puesto que nacimiento y destruccion aparecen muy alejados, rechazados ya por la verdadera fe. Como lo mismo que permanece en lo mismo, en si mismo descansa %© La imposibilidad de admitir el No-Ser viene dada por ta impo- sibilidad misma de pensarlo y nombrarto. La via verdadera de Parménides es también una via plenamente racional ¥. por racion nal, alejada del mundo de las apariencias y de le opinion, 08a. Ya en el verso 6 de este fragmento el ser parmenideo queda calificado ‘como uno y continuo, €v, ouvexest hi hacimiento. Bi Gevenir le convienen, sino homogeneidad toval 53 20 y asi prosigue inmutable en el mismo lugar, porque la poderosa Necesidad lo mantiene en los lazos del limite que aprisiona su contorno, No queda, pues, permitido al Ser el puro inacabamiento, ya que esta claro que no carece de nada, porque, de carecer de algo, careceria de todo. "? Es una y la misma cosa el pensar y aquello por lo que hay pensamiento, 35 pues sin acudir al Ser, en el cual se encuentra expresado, . 55 Esta armaz6n fue por ellos dividida en contrarios, con caracteres precisos y separados unos de otros: a uno quedd asignado el fuego etéreo de la ilama, “5 1 término usado por Parménides, Zovhov = inviolable, indica claramente que ninguna eausi, y por ninguna parte, podria mo- fificar la homogeneidad absoluta del Ser. ' Lo que ahora va a decirse nada tiene que ver con ta verdad, La diosa recogerd en sus nuevis palabras la opinién engafiosa dé los mortales, que toma como realidad lo que e6lo es falsa apa- Mencia, 55 que es dulce y en extremo ligero, idénti- co a si mismo en todas partes, pero no al otro. Este otro es el contrario de aquél, como noche incapaz de conocer y estructura com- pacta y pesada, !7 60 Te declaro, pues, como sistema universal toda esta serie de cosas verosimiles, para que ninguno de los mortales pueda sobrepasarte con su facultad de cono- cer. | IXY puesto que ya todo ha sido nombrado como luz y tinieblas, que ejercen su accién segin su respectivo poder, todo también se vuelve a un tiempo leno de luz y de noche invisible, y ambas formas se mantienen igualadas puesto que nada hay que no dependa de elas. X Liegards a conocer asimismo la naturale- za del éter y todos los signos que en él se encuentran, y no menos la accion destructora de la pura llama del luminoso sol, asi como la fuente de donde proviene. Y conocerds también la accién envolven- te de la luna, de apariencia redonda, 1 Bn el texto de Parménides: maxwwdv Séuas éuppwés re. ¥ esto resulta convincente poraue la via de la luz es en Parménides a via del conocimiento, §9 Entiéndase que se trata de una docttina revelada la que Par- ménides da conocer en #4 poema, 56 5 y su propia naturaleza, Sabras, en fin, en cuanto al cielo que lo rodea todo, de dénde nacié y como la Necesidad que acttia de conductora lo forzé a imponer sus limites a los astros. '” XI... como la tierra, el sol y la luna, el éter que es de todos, la via léctea celeste y el Olimpo, que es el més alto de los montes, y la célida fuerza de las estrellas fueron lanzados hacia el nacimiento. XII Porque los mas estrechos circulos se le naron de fuego puro, los que venian después, de noche, en tanto discurre entre ellos el fulgurante destino. Pues en medio de éstos se encuentra la diosa que lo gobierna todo, y ella misma preside el parto doloroso y la union sexual, 5 enviando la hembra al macho para que conviva con él y, reciprocamente, el macho a la hembra. ™ XIII Eros fue el primero de todos los dioses concebido por ella. ls La Necesidad impone su ley al cielo y, por intermedio del gielo, a los astros. Nada escapa en los griegés, y por supuesto en Parménides, al sentido armonico universal, que domins tambien en el mundo ‘de los dioses, i Parece presumible que el fragmento XII refleje une concep sign, cosmoudnica andloxs a ta de Anaxinandro. De todas mane: ras los versos conservados no son concluyentés ¥ slo, puede deducirse en firme que la diosa de Parménides era la verdadera madre de los dioses, engendradora en primer lugar de Fros como, inmediatamente te dice: 57 XIV Luz extrafia que brilla durante la noche, Jengua latina los seis versos aue figuran a Continuacién, incluidos vagando alrededor de la tierra. segun él'en el Tlept ploews de Parmenides: femina virque simul Veneris cum germina miscent, XV_ Siempre dirigiendo sus miradas hacia los vents informans diverso ex sanguine virtue,” rayos del sol. ham si virtutes permicto semine pugnent hee faciant unam perméxto in eorpore, dirae ee Nascentem gemino vexabunt semine seit XVa_... de raiz acuatica. . | 2? or Diets, no) nos oftecsm con garantin de autensieldad ie opt XVI De modo que cada uno encierra en si anion de Parménides de Plea una mezcla de Srganos engafiosos, por la cual el pensamiento se establece en los hombres. Porque es lo mismo para los hombres lo que piensa y la sustancia de sus érganos, en todos y para todo. Lo que manifiesta superioridad, eso es el pensamiento, ** XVII A la derecha los mancebos, a la izquierda Jas doncellas. XIX Asi segin la opinién, todo nacid y existe todavia, y continuaré creciendo hasta que un dia muera. A todo esto los hombres asignaron un nombre, que es como la sefial caracte- ristica de cada uno, *4 si Alision 2 la luna e incluso, como ocurre en ei fragmento siguiente, a la iluminacién que recive del sol, * b6ardpiov es el término griego usado por Parménides. ® EI pensamiento, en Parménides, es un 16 mAgov individual. 2* Parece que el framento XVIII de Parménides versaba sobre la gemeracion. continuando asi la teor‘a expuesta en el fragmento XVII, que ‘nada nuevo aports por su extrema brevedad. Del pro, Pio texto griego del fragmento XVII no hay otra noticis que la indicacion de Caclius Aurelianus, médico del siglo TV de nuestra Era, que en su De Morbidis Chronicis, 1. 9. (Bas. “1529), declara haber tradueld

También podría gustarte