Por una parte, la risa es la manifestaci�n de la alegr�a, del gozo de vivir, del
puro placer por la existencia.
Por otra, la risa acompa�a al efecto distorsionante de lo c�mico, muestra el lado oculto, la faceta rid�cula de lo grave, la estupidez de lo serio.(...) Nietzsche celebra el valor: la lucha, la resistencia y una cierta grandeza. Porque la vida necesita del respeto y la veneraci�n.(...) Pero Nietzsche conoc�a la ambivalencia que existe en la grandeza. Lo grande tiene un lado que se avecina extra�amente a lo peque�o. Hay un punto en que la grandeza y lo sublime pueden rozar lo rid�culo. Y ese punto tal vez sea s�lo accesible para la risa. Al �esp�ritu de la pesadez� ��serio, grave, profundo, solemne� � opone Zaratustra la fuerza de lo c�mico, la iron�a y la risa, que torna �valerosos, despreocupados, ir�nicos, valientes�. (...) Zaratustra dice de s� mismo que ha santificado la risa y, como advierte S�nchez Pascual, por oposici�n a la corona de espinas del Dios cristiano, desea ce�ir sobre su cabeza la �corona de rosas� del que r�e. Santificar la risa: esto parece contravenir no s�lo la esencia del nihilismo, no s�lo la esencia del totalitarismo, para los que siempre la risa ha sido algo ajeno y extra�o, sino tambi�n la esencia de todo inmovilismo.