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Consecuencias del pecado.

La maldad formó parte del hombre al poco tiempo que Dios lo creó a su imagen
y semejanza. En el Edén, Adán y Eva desobedecieron las instrucciones de Dios.
No debían comer del fruto del árbol del conocimiento del bien y del mal.

Lamentablemente el hombre incorporó una naturaleza nueva orientada a hacer


el mal. Esa naturaleza se trasladó a través de las generaciones de la humanidad,
hasta nuestros días, donde ha adquirido su mayor intensidad. Y una primera
consecuencia del pecado es que el hombre sufrió la separación de Dios por
pecar.

Todo lo que conocemos del plan de Dios para la salvación constituye una
reacción contra el pecado. Cuando Adán y Eva desobedecieron a Dios,
evidentemente “pecaron”.

Adán y Eva pecaron y todos sus descendientes sufrieron las consecuencias.

Si pecamos nuestro destino directo es el infierno porque el pecado es del diablo.


Y allí pasaremos eternamente con Satanás y los ángeles caídos. Si pecamos y
no nos arrepentimos, ni pedimos perdón a Dios. Por eso debemos pedir perdón
a Dios y arrepentirnos para no pasar la eternidad junto al diablo.

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