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El triunfo de la democracia en el 2001 ocurrió sin una concepción de desarrollo para un país más pobre y con una
economía desconectada de su geografía y demografía. Pero, «sin querer queriéndolo», se puso en marcha un
nuevo modo de crecer distinto al neoliberal, porque está ampliando el mercado interno incorporando a la
población pobre y provinciana del país, no es adicto al dólar y no depende de los flujos de capital extranjero.
Junto a este proceso desconocido por los políticos tradicionales, hay otro que podría truncarlo, impidiendo el
encuentro definitivo de la democracia con el desarrollo nacional. Este es el proceso generado por los que desean
exportar nuestros ahorros, por los que no entienden la actual política monetaria, por los lobbies económicos, por
los neoliberales patrimonialistas (que aún usufructúan del Estado) y... en fin, por los que «condicionan» el futuro
del país a la firma del TLC (¡).
Productividad y Mercado
Estos adhieren a la competencia como palanca del desarrollo, pero olvidan que el objetivo más importante de la
competencia es incrementar la productividad y que este objetivo se puede lograr independientemente de las
políticas neoliberales de comercio. La literatura especializada muestra que el aumento de la productividad mejora
el nivel de vida de la población porque incrementa el producto per cápita, con o sin comercio internacional. De
aquí no se deriva una adhesión a la autarquía, sino que el aumento de la productividad no puede ser tratado
como fruto de las políticas comerciales que hacen énfasis en el mercado externo y no en el mercado interno. A
diferencia de la participación en el comercio mundial, el aumento de la productividad en un país no tiene por qué
implicar la disminución de la productividad en otro.
¿Y cómo se aumenta la productividad? El crecimiento de la productividad, decía Adam Smith --el mismo de la
«mano invisible»--, está determinado por la extensión y profundidad de la división del trabajo; y esta, por el
tamaño del mercado. Un mercado interno en expansión, al generar aumentos en la productividad, también
incrementa el consumo y los ingresos de la población. Asimismo, cuando los aumentos en la productividad
provienen del crecimiento del mercado interno, acrecientan la capacidad de penetración de la economía en los
mercados externos, es decir, su competitividad. No ocurre lo mismo si el mercado es externo. En este caso, los
incrementos en la productividad conducen solo a incrementos en la participación en el comercio mundial. Por lo
demás, el libre comercio como instrumento de esta última opción puede generar pérdidas (ausencia de
beneficios) cuando la especialización no es la óptima. Y, ciertamente, nadie puede decir que es o lo será ---pues
tenemos una estructura productiva heterogénea y subdesarrollada--, a menos que sea, como diría Krugman, un
internacionalista POP.
Lo segundo es poner la economía al servicio del interés nacional. Tener un Estado que privilegie el interés
nacional por encima del interés de los grupos de poder económico. Los recursos naturales deben servir
fundamentalmente al desarrollo nacional y el capital extranjero debe operar bajo condiciones que contribuyan a
ese desarrollo sin depredar el medio ambiente, transfiriendo tecnología, generando oportunidades de empleo,
desarrollando las zonas circundantes a la explotación de recursos naturales, etc. Estas condiciones tienen que
ver con un Estado que privilegia el interés nacional por encima del interés económico transnacional.
-¿Qué candados hay que romper para tener una economía nacional de mercado?
-Como ya dije, el modelo neoliberal tiene un circuito de generación de demanda e ingresos centrada en los
mercados internacionales. Tenemos una Constitución que favorece ese tipo de economía y por eso tenemos
contratos de estabilidad tributaria, por eso hay óbolo minero y el Estado no aplicó un impuesto a las
sobreganancias, por eso los salarios reales están estancados, y por eso la productividad del agro y la industria es
muy baja.
Como la Constitución de 1993 generó las condiciones para que este modelo neoliberal operara reduciendo al
Estado a una función subsidiaria, esa constitución tiene que cambiar. Necesitamos un nuevo contrato social, una
nueva Constitución que permita no sólo que los recursos naturales sean utilizados en función del interés nacional,
sino también que el Estado recupere su soberanía para aplicar condiciones al capital extranjero, como se hace en
cualquier país decente en el mundo.
-Entonces, se tiene que cambiar las reglas de juego, revisar y renegociar los Tratados de Libre Comercio
y los Acuerdos de Protección de Inversiones.
-Por supuesto, pero negociando. En la estrategia de desarrollo del mercado nacional, no hay lugar para ningún
acuerdo o tratado internacional que vulnere el interés nacional o que impida el desarrollo nacional en el sentido de
un desarrollo integrado de la agricultura y la industria, y de una mejora en las condiciones de vida de la población.
Pero se debe negociar. Un gobierno democrático negocia y conversa con las partes involucradas, como lo han
hecho otros países. Hay experiencias. Lo ha hecho Bolivia y las inversiones no se han ido. No se puede iniciar la
transformación de la economía y desarrollar una economía nacional de mercado sin cambiar la Constitución.
-¿Cómo plantearía la relación del Perú con el mundo? Me refiero a la política de integración.
-El neoliberalismo ha tergiversado el concepto de integración. Hay un énfasis en aspectos comerciales, más que
en aspectos de desarrollo económico y social. La integración supone lo segundo, y supone también integrarnos
en primer lugar con nuestros pares, es decir con los países andinos, obviamente sobre la base de igualdad y
respeto mutuo.
El Perú desarrollaría una economía nacional de mercado, privilegiaría el desarrollo de sus mercados internos, y
sobre la base de ese tipo de estrategia de desarrollo se vincularía con los países andinos y con los de América
Latina.
Hay varios temas a trabajar en materia de integración; por ejemplo, los temas de políticas de ciencia y tecnología,
culturales, educativos y de medio ambiente. Hay muchas cosas que se pueden hacer de manera integrada entre
los países de la región: cuidado y preservación del medio ambiente, políticas de recuperación de bosques,
políticas agrarias e industriales, dependiendo del grado de desarrollo que tengan los países involucrados.
Me explico. Nuestro país tiene una economía que no está conectada con su geografía ni con su demografía. Por
eso los mercados internos son reducidos y no se puede generar empresa en la sierra y en la selva del país con la
misma velocidad que se genera en la costa. Para superar esta restricción se deben hacer inversiones en
infraestructura. El Perú tiene un déficit de infraestructura de cerca del 35% ó 40% de su Producto Bruto Interno
(PBI). Debemos superar ese déficit en varios años. La idea es formular planes de 5 años.
Por el lado de la restricción de financiamiento, el mercado financiero está dominado por el oligopolio bancario y
los préstamos de mediano y largo plazo básicamente son para grupos relacionados. Los medianos y pequeños
empresarios no consiguen financiamiento barato y lo que consiguen es de corto plazo. Las inversiones en
agricultura y en manufactura son básicamente de largo plazo. Por eso debemos desarrollar más el mercado de
capitales, adecuando su marco regulatorio para que las empresas pequeñas, medianas y también las grandes
puedan emitir deuda y captar recursos para financiar sus inversiones.
Por último no se puede dejar de lado el tema de la educación y de la investigación y desarrollo. Aquí hay otra
restricción importante. Tiene que darse una revolución educativa en el país y tiene que haber un esfuerzo del
Estado en investigación y desarrollo. Los niveles superiores del sistema educativo deben vincularse al mundo
empresarial, al mundo de la producción, porque ahora hay una disociación entre la composición de las
disponibilidades de mano de obra y la composición de la utilización de la mano de obra; por eso hay subempleo y
profesionales que no encuentran trabajo, jóvenes que están buscando trabajo un año o año y medio. El período
de búsqueda de trabajo de los jóvenes ha aumentado enormemente en los últimos años. Esto debe cambiar con
inversión en investigación y reformando los programas de los institutos superiores y de las universidades. Debe
haber una reforma universitaria. Hay cerca de 90 universidades que operan sin control de calidad alguno.
Por ejemplo en el espacio aéreo. Si no hay competencia, los pasajes son muy caros, en cambio si hay
competencia los pasajes bajan. Una o dos empresas no deben tener el monopolio del espacio aéreo nacional. Se
puede alentar la creación de una empresa nacional, una empresa de bandera nacional, con capital del Estado y
capital privado, o simplemente una empresa estatal que fomente la competencia en el espacio aerocomercial del
país.