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INNOVACIÓN TECNOLÓGICA E INVESTIGACIÓN

CIAT activa primera planta para producir biodiésel


en Bolivia
Obtienen el biocombustible del aceite bruto de soya y experimentan con cusi,
macororó, piñón y girasol. La Gobernación invierte $us 56.000 en el proyecto

El Centro de Investigación Agrícola Tropical (CIAT), dependiente de la Secretaría de


Desarrollo Productivo de la Gobernación de Santa Cruz, capitalizó la primera planta
piloto de producción de biodiésel en Bolivia que opera en la Estación Experimental
Agrícola de Saavedra (EEAS), distante 75 kilómetros al norte de la capital cruceña.

Tiene una capacidad instalada para procesar 210 litros de biodiésel por día. En la
actualidad se obtiene biodiésel del aceite bruto de soya, piñón, cusi, soya y girasol
para evaluar la calidad y el rendimiento como biocombustible y así obtener
información sobre la potencialidad y viabilidad de producción.
En la planta no se realizan los procesos de extracción de aceite de las especies
vegetales, ya que el proyecto no cuenta con prensas de extracción, por lo que el
CIAT obtiene la materia prima (aceite) de empresas aceiteras para fines de
investigación.
Blas García, responsable del programa Biodiésel en el CIAT, indicó que este es un
proyecto estratégico de investigación en bioenergías considerando que el país es
deficitario en la producción de diésel de petróleo.

García explicó que el propósito del proyecto es generar información técnica y


conocimientos sobre procesos de producción con diferentes materias primas y que
no busca un alcance industrial ni comercial, dado que el biodiésel que se produzca
tendrá un uso exclusivo en el CIAT.

Dio cuenta de que en la actualidad el biodiésel que se procesa en la planta es usado


en mezcla con diésel -en proporción 80/20- en motores a diésel convencionales
estacionarios y, una vez se tenga la certificación internacional (se enviaron
muestras a laboratorios de Argentina y Brasil) harán lo propio, gradualmente, en
los motorizados del parque automotor del CIAT (tractores, camiones, micros y
camionetas).

Para fuentes de sectores productivos cruceños se debería promover la producción


de biocombustibles a partir de cultivos alternativos (una opción es el piñón) para
bajar los costos y la dependencia de importación.
Investigación con piñón

El CIAT trabaja en investigación con el piñón (Jatropha curcas) que es una especie
potencial para materia prima de biodiésel, por su alto contenido de aceite que
tienen las semillas (39%). El CIAT cuenta con un banco de germoplasma de piñón
en Saavedra.
Se han establecido ensayos de investigación con piñón en diferentes zonas
agroecológicas (Saavedra, Pailón, Camiri, Roboré, Cabezas y Charagua) con la
finalidad de seleccionar materiales genéticos altamente productivos y así desarrollar
nuevas variedades de cultivos bioenergéticos para producir biodiésel

Piñon, con potencial

PRODUCTIVIDAD
En trabajos experimentales del proyecto Biodiésel el rendimiento promedio fue de
1.600 kilos por hectárea.
Concentración en la semilla
Se estima que de un promedio de 1.600 kilos de grano de piñón se obtiene 390
litros de aceite.

Plantaciones
Calculan que en una hectárea se siembran hasta 1.600 plantas.

Parcelas experimentales
Hay en Saavedra, Pailón, Camiri, Roboré, Cabezas y Charagua.

Bolivia tiene óptimas perspectivas para el desarrollo de agroenergías como los


biocombustibles líquidos, principalmente bioetanol y biodiesel, esto gracias a su
ecología, extensión y población. Proyectos de diverso tamaño son posibles de
ejecutarse en todas las macroregiones, destaca el estudio “Vocaciones
Productivas Departamentales para la Producción de Biocombustibles y
Seguridad Alimentaria”.

El estudio forma para del libro “Biocombustibles Sostenibles en Bolivia”, publicación


que será presentada este miércoles en la ciudad de La Paz en el marco del II Foro
Nacional sobre Biocombustibles Sostenibles en Bolivia, evento organizado por la
Cainco y el Ibce.

En el estudio encargado a los investigadores Daniel Ardaya Bernal, Blas García


Bustos y María Fátima Ichazo, se describe las potencialidades agrícolas y la
identificación de vocaciones productivas de cada uno de los departamentos para la
producción de biocombustibles.

La superficie con cultivos agrícolas en Bolivia alcanzan a 3,7 millones de hectáreas,


que representa apenas el 12% de las 30,4 millones de hectáreas con aptitud agrícola
entre las cuatro macroregiones bien diferenciadas del país -altiplano, valles, trópico
húmedo y chaco-, quedando un amplio margen para el desarrollo de de otros cultivos.
De los 31 cultivos más importantes que se producen a nivel nacional sobre una
superficie de 2,6 millones de hectáreas, 8 son susceptibles de ser empleados para la
producción de bioetanol y de 4 para la extracción dedicada al biodiesel.

Los cultivos más importantes y de mayor eficiencia que se podrían utilizar para la
elaboración de bioetanol es la caña de azúcar y para la elaboración de biodiesel, son
las especies oleaginosas como soya, girasol, y macororó.

“El gobierno tiene la oportunidad implementar políticas productivas para impulsar la


producción de biodiesel, inicialmente basados en los aceites vegetales de las especies
de soya, girasol y otras oleaginosas, para cubrir parte de la demanda nacional de
diesel, pero además sería una forma de darle valor agregado y uso local a la
producción de los derivados de las especies oleaginosas”, señala el estudio.

El estudio informa que en Santa Cruz se podría producir remolacha, sorgo dulce y
caña de azúcar para bioetanol; colza, soya, algodón, palma aceitera, macororo, piñón
y palmeras nativas como totai para biodiesel.

“El desafío más importante que tendrá que enfrentar el país, será orientar a situar el
tema de la generación de agroenergías y biocombustibles a un nivel de prioridad”.

La presentación del libro en el marco del II Foro sobre Biocombustibles Sostenibles en


Bolivia, evento que se replicará en las ciudades de Cochabamba, Tarija, Sucre y Santa
Cruz, forma parte del Proyecto “Bolivia: Estudio de Caso para la Mesa Redonda sobre
Biocombustibles Sostenibles”, iniciativa conjunta que llevan adelante desde marzo
pasado la CAINCO y el IBCE.

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