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5 claves para sobrevivir a las madres infantiles

Comprendemos que las personas que traen comportamientos que consideramos


inadecuados de acuerdo con el rol que deben desempeñar, del que se espera coherencia,
excelencia, normalidad… no siempre se da, las madres infantiles lo son a raíz de sus
profundas carencias afectivas, pues su infancia fue difícil, con desamparo, ausencias,
vacíos, por parte de sus propios padres, es decir: los abuelos. Entorno familiar que se
repite.

La madre infantil no sabe cómo hacer su tarea de madre “normal”, no cuenta con los
recursos necesarios, tiene baja su autoestima y no puede satisfacerse sus propias
necesidades, así pues, cómo esperar que cumpla con lo que requieren sus hijos. Se hace
víctima, es manipuladora, se queja y reclama todo el tiempo. Los hijos terminan
cumpliendo el rol de adultos, intentando completar a la madre, buscando que sea feliz.

Cuando la madre no recibió en su infancia la presencia de su propia madre, en presencia


física, respeto, educación, escucha, apoyo, orientación, respaldo, amor, orden, límites,
valores, pues los hijos difícilmente van a tener una vida fácil, sin embargo, desde el yo
adulto es imprescindible liberar y trascender las carencias infantiles.

Se vale así reconocer que la identificación del problema es el primer paso, los padres
marcan patrones que los hijos debemos cortar. No se trata de hallar culpables, tampoco
se trata de hacerse víctima, se trata de aceptar desde la responsabilidad. Nadie dice que
será fácil. Así las cosas, se vale trabajar en:

1. Alimentar la autoestima, nutrirse emocionalmente, regalarse atención, cuidado,


respeto.
2. Satisfacer las necesidades emocionales propias, así no habrá sentimientos de
carencia o desvalorización.
3. Soltar el control, no resulta esperar que los demás cumplan nuestras expectativas.
4. Responsabilizarse de lo que no se aprueba del propio comportamiento y
conductas, a fin de no generar proyección.
5. En lo posible buscar ayuda psicológica para la madre, habrá que ser creativos para
que acepte la ayuda, con motivación y estrategia se puede lograr.

Amando a papá y mamá


La familia es un sistema interconectado que genera un vínculo que en ocasiones resulta
tóxico. No basta el amor para que el sistema funcione de manera armónica y fluida, es
importante el orden, la jerarquía, los límites. Se debe honrar, respetar y aceptar.

Cada integrante del sistema debe ocupar su lugar, los padres a lo suyo, los hijos a lo que
les corresponde. Cuando un integrante forma su propia familia, ésta debe ser ahora su
prioridad.

Cuando el vínculo se ha hecho tóxico priman el desorden y el conflicto. Todos los


miembros de la familia tienen el mismo derecho a pertenecer, sea cual sea su
personalidad, su carácter. Si nos miramos una de nuestras manos vemos un sistema
conformado por 5 deditos, todos diferentes, así mismo es el sistema familiar, no está bien
que falte un dedo.

Con los padres el vínculo es más estrecho, resulta difícil abrir distancia, se actúa ante
ellos en automático, por tanto, se vale trabajar en aceptarlos de forma incondicional, libres
de juicios. Hicieron lo que pudieron con sus recursos, algunas conductas dañinas, de
conflicto, tóxicas, es lo que tienen, fue su vivencia, es su historia. Hay abuso? Maltrato?
Se vale buscar la reconciliación, sanar desde el corazón, no quedarse enganchados, no
sentir culpa incluso si se requiere apartarlos, no se puede permanecer en el conflicto toda
la vida.

Como hijos desde el amor más profundo por los padres debemos cuidar de ocupar
nuestro lugar, no estamos para corregir sino más bien para soltar todo lo que limita.

Yaneth Rubio Pinilla

Psicóloga

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