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El sueño es el estado más caótico de los existentes

7 de enero de 2018/ Sesha /

La información que la mente detecta en el sueño en forma de sujeto y objetos es


creada por ella misma. El sujeto onírico, que es la suma de fracciones mentales
relacionadas, al igual que los objetos que él reconoce, son todas creaciones
mentales imposibilitadas de generar sentido de causalidad. El “yo” onírico que
hace parte del sueño es una fracción pensada, de igual modo que los “yoes” de
todos los soñados, al igual que el universo percibido es una proyección mental que
subsiste hasta antes de despertar.

El sueño es el estado más caótico de los existentes; es la sombra de una sombra, la


creación de una ilusión, es una inmensa colcha de retazos vigílicos. El “yo” onírico
es la suma momentánea de recuerdos del “yo” vigílico, al igual que todos los demás
eventos que se traen a colación mientras se duerme. El “yo” onírico y los objetos
que conforman dicho mundo se parecen a la descripción que tiene un niño de un
extraterrestre desconocido: lo supone de color verde, con cabeza grande, un solo
ojo, etcétera. Al final, el extraterrestre es una suma de innumerables y sugerentes
relaciones mentales que logran definirse con una palabra: extraterrestre. El “yo”
onírico nace de la suma de pensamientos engendrados en la vigilia y que hacen
parte de la memoria. Los objetos oníricos tienen igual consistencia que el sujeto
onírico que los percibe y es imposible, entonces, que ese sujeto onírico sea causa
de algo continuo y causal, pues aparece y desaparece como las diversas formas que
adoptan las nubes mientras recorren el cielo; por esta razón, no existe causalidad
en el sueño; no hay aparición de karma entre conocedor y conocido mientras fluye
este estado de conciencia.

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