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"Partieron los hijos de Israel y acamparon en los campos de Moab, junto al Jordán, frente
a Jericó. Vio Balac hijo de Zipor todo lo que Israel había hecho al amorreo, y sintió Moab
un gran temor por aquel pueblo, pues era muy numeroso. Se angustió Moab a causa de
los hijos de Israel"
Observemos la situación: Israel está listo para entrar en la tierra prometida y ahora se
presenta este asunto en cuanto a Balac rey de los moabitas. Balac había visto lo que le
había sucedido a los amorreos y a Og, rey de Basán. Se estaba preguntando qué debía
hacer para que los israelitas saliesen de la tierra. Francamente, él no sabía si debía
atacarlos o no. Por lo tanto, decidió contratar los servicios de este profeta. Leamos, pues,
los versículos 4 hasta el 6:
"y dijo a los ancianos de Madián: Ahora esta gente va a devorar todos nuestros contornos,
como devora el buey la grama del campo. Balac hijo de Zipor, que entonces era rey de
Moab, envió mensajeros a Balaam hijo de Beor, en Petor, que está junto al río en la tierra
de los hijos de su pueblo, para que lo llamaran, diciendo: Un pueblo que ha salido de
Egipto cubre toda la tierra y se ha establecido frente a mí. Ven pues, ahora, te ruego, y
maldíceme a este pueblo, porque es más fuerte que yo; quizá yo pueda herirlo y echarlo
de la tierra, pues yo sé que el que tú bendigas bendito quedará, y el que tú maldigas
maldito quedará."
Y así fue que el rey Balac mandó a buscar a Balaam, y al parecer, Balaam era un profeta
bien conocido en toda esa tierra. Bueno, Balac le contrató para venir y maldecir a los
israelitas, quienes habían llegado y acampado cerca de Jericó junto al río Jordán. Por tal
motivo, Balac quería expulsarlos de la tierra. Continuemos leyendo el versículo 7 de este
capítulo 22 de Números:
"Partieron los ancianos de Moab y los ancianos de Madián con el dinero para pagar la
adivinación en sus manos. Llegaron a Balaam y le comunicaron las palabras de Balac."
El rey Balac, envió mensajeros a Balaam para que le hicieran esta proposición. Es que este
hombre Balaam tenía mucha fama. Los mensajeros vinieron trayendo el dinero para pagar
generosamente sus servicios de adivinación. Continuemos leyendo el versículo 8:
"Balaam les respondió: Reposad aquí esta noche, y yo os responderé según el Señor me
hable."
Así los príncipes de Moab se quedaron con Balaam.
Ahora, parece que aquí Balaam sinceramente trata de determinar la voluntad de Dios. Al
parecer, tiene contacto con Dios. Ahora, veamos lo que ocurre, leyendo el versículo 9:
"Entonces se le apareció Dios a Balaam y le preguntó: ¿Quiénes son estos que están
contigo?"
Es interesante observar que Dios, en realidad, se comunicó con él. Balaam le contó a Dios
la situación, y aquí en el versículo 12 está la respuesta de Dios. Pasemos al versículo 12:
"Entonces dijo Dios a Balaam: No vayas con ellos ni maldigas al pueblo, porque bendito
es."
Ahora, no hay duda alguna que este es un mandamiento claro y categórico. No había
manera de ser evasivo. Ahora, veamos la actitud de Balaam, en el versículo 13:
"Balaam se levantó por la mañana y dijo a los príncipes de Balac: Volveos a vuestra tierra,
porque el Señor no me quiere dejar ir con vosotros."
Parece que Balaam es sincero y recto delante de Dios. Ahora, si esto fuera el fin de la
historia, pues, tendríamos que pensar que esta era la verdad en cuanto a él. Pero, el rey
Balac era una persona tenaz. Leamos entonces los versículos 15 al 17:
"Otra vez volvió Balac a enviar príncipes, en mayor número y más honorables que los
otros, los cuales fueron a ver a Balaam y le dijeron: Así dice Balac hijo de Zipor: Te ruego
que no dejes de venir a mí, pues sin duda te honraré mucho y haré todo lo que me digas.
Ven, pues, ahora, y maldíceme a este pueblo."
Como podemos ver, esta vez le ofrecen un mejor precio. Le están ofreciendo más que
antes. Y Balaam respondió en el versículo 18:
"Balaam respondió a los siervos de Balac: Aunque Balac me diera su casa llena de plata y
oro, no puedo traspasar la palabra del Señor, mi Dios, para hacer cosa chica ni grande."
Bueno, habían aumentado en realidad el precio, pero parece que eso no influye sobre
Balaam. Lo rehúsa. Aquí todavía parece que Balaam es un hombre piadoso y nos sentimos
inclinados a aprobar su actitud. Pero, después de pensarlo bien, nos damos cuenta que
algo no anda bien aquí y que esto suena demasiado bien para ser cierto. Pues, ¿por qué
dijo Balaam lo que dijo? ¿Por qué habló de una casa llena de plata y oro? Bueno, lo dijo
porque en eso estaba él precisamente pensando. Es decir, que era codicioso y sus
pensamientos iban en esa dirección. Leamos el versículo 19:
"Os ruego, por tanto, ahora, que reposéis aquí esta noche, para que yo sepa qué me
vuelve a decir el Señor."
Resulta muy obvio lo que estaba sucediendo. Ya había recibido una respuesta directa y
categórica de Dios. Dios ya le había dicho que no fuera, pero este hombre está esperando
que el Señor le entreabra la puerta para poder meter el pie; y si le es posible meter el pie,
pues, sin duda que entrará. Ya tenía la respuesta de Dios. No necesitaba otra cosa. Este
es, sin duda, un detalle interesante.
Ahora, observe usted lo que sucede. Dios no solamente hace esto para Balaam. Lo ha
hecho para muchos de Sus siervos y lo hará para usted y para mí también. Aunque no sea
bueno para nosotros, estimado oyente, a veces, Dios permite que hagamos lo que
queremos hacer. Leamos el versículo 20:
"Y se le apareció Dios a Balaam de noche, y le dijo: Si vinieron para llamarte estos
hombres, levántate y vete con ellos; pero harás lo que yo te diga."
En otras palabras, Dios le está diciendo: "Está bien, tú quieres ir y antes que termine este
asunto, acabarás por ir; pero si vas, tendrás que decir lo que yo quiero que digas. ¡Ten
cuidado de hacerlo así! Lo que tenemos aquí es lo que se conoce como la voluntad
permisiva de Dios. El nos permite muchas veces hacer algo que insistimos en hacer, aun
cuando tal cosa no sea Su voluntad clara e inequívoca. Usted recordará que aprendimos
de los israelitas que cada vez que murmuraban, Dios les dio lo que pedían, pero también
envió mortandad sobre ellos. Y a veces, Dios nos concede nuestra petición, pero al mismo
tiempo recibimos escasez y experimentamos la sensación de descontento e insatisfacción
por no haber buscado realmente la voluntad de Dios. Continuemos leyendo los versículos
21 al 23:
"Balaam se levantó por la mañana, ensilló su asna y se fue con los príncipes de Moab.
Pero la ira de Dios se encendió porque él iba, y el ángel del Señor se puso en el camino
como un adversario suyo. Iba, pues, él montado sobre su asna, y con él dos criados
suyos. Cuando el asna vio al ángel del Señor, que estaba en el camino con la espada
desnuda en la mano, se apartó del camino y se fue por el campo. Entonces azotó Balaam
a la asna para hacerla volver al camino."
Dios le había amonestado que debía tener cuidado ahora al irse. Balaam había recibido la
respuesta clara de Dios, pero no le gustó. De modo que insistió, y ahora por fin, Dios le
permite ir. Pero Dios envía a Su ángel, pero en este incidente es evidente que este profeta
no está conectado con la mente de Dios, ni tiene ningún discernimiento espiritual, ni
siquiera el discernimiento de esta muda bestia. Continuemos leyendo los versículos 24 al
31:
"Pero el ángel del Señor se puso en una senda de viñas que tenía pared a un lado y pared
al otro. Al ver el asna al ángel del Señor, se pegó a la pared, y apretó contra la pared el
pie de Balaam. Él volvió a azotarla. El ángel del Señor pasó más allá, y se puso en un
sendero angosto donde no había camino para apartarse ni a la derecha ni a la izquierda.
Cuando el asna vio al ángel del Señor, se echó al suelo debajo de Balaam. Balaam se
enojó y azotó a la asna con un palo. Entonces el Señor abrió la boca a la asna, la cual dijo
a Balaam: ¿Qué te he hecho, que me has azotado estas tres veces? Porque te has burlado
de mí - respondió Balaam a la asna -. ¡Si tuviera una espada en mi mano, ahora mismo te
mataría! El asna dijo a Balaán: ¿No soy yo tu asna? Sobre mí has cabalgado desde que tú
me tienes hasta este día ¿Acaso acostumbro a portarme así contigo? No - respondió él.
Entonces el Señor abrió los ojos de Balaam, que vio al ángel del Señor en medio del
camino, con la espada desnuda en la mano. Balaam hizo una reverencia y se postró sobre
su rostro."
Balaam, en realidad, quería ir. Es un hombre codicioso. Pero, el Señor hace aquí un
milagro. Está utilizando Su método para que Su mensaje llegue con claridad.
En los versículos 32 al 35, que no leeremos, el ángel le ordenó a Balaam una vez más, que
debía hablar solamente las palabras que el Señor le dijera. Por lo tanto, Balaam prosiguió
su camino para reunirse con el rey Balac.
Las Sagradas Escrituras califican esta forma de actuar como el camino de Balaam.
Hablando de los falsos profetas, el apóstol Pedro en su segunda carta, capítulo 2, versículo
1 y luego versículos 15 y 16 dice: "Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo,
como habrá entre vosotros falsos maestros . . ." Versículo 15: "Han dejado el camino
recto, y se han extraviado, siguiendo el camino de Balaam hijo de Beor, el cual amó el
premio de la maldad, y fue reprendido por su iniquidad; pues una muda bestia de carga,
hablando con voz de hombre, refrenó la locura del profeta." ( 2 Pedro 2: 1-16)
TEMÁTICA: EL CAMINO DE BALAAM
INTRODUCCIÓN
DESARROLLO
1. LA USURA
3. EL LUCRO DE BALAAM
24:10-11
eso como perdida con tal de ganar el verdadero conoci miento del
CONCLUSIÓN