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HIDROGEOLOGÍA

INTRODUCCIÓN A LA HIDROGEOLOGÍA
Dr. Juan Carlos Baquero Úbeda y
Dr. Rafael Fernández Rubio
Departamento de Ingeniería Geológica (Hidrogeología)
Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Minas

ÍNDICE
1. UNIDAD DEL AGUA.......................................................................................................................1
2. DEFINICIÓN DE LA HIDROLOGÍA................................................................................................1
3. ÁMBITO DE LA HIDROGEOLOGÍA ..............................................................................................2
4. ALCANCE DE LA HIDROGEOLOGÍA ...........................................................................................4
5. RELACIÓN DE LA HIDROGEOLOGÍA CON OTRAS CIENCIAS.................................................4
6. COMPOSICIÓN Y NATURALEZA DEL AGUA .............................................................................5
7. EL CICLO HIDROLÓGICO .............................................................................................................6
8. BALANCE HÍDRICO.......................................................................................................................7

1. UNIDAD DEL AGUA


Un planteamiento previo a toda cuestión relacionada con la Hidrogeología, es el relativo a la
unidad de las aguas, sean superficiales o subterráneas. Todo intento de abordar la Hidrogeología,
científica o prácticamente, tiene que partir de que tanto las aguas superficiales como subterráneas,
son parte integrante del "ciclo hidrológico", cuyos componentes se relacionan tan íntimamente que,
para el correcto estudio de las aguas subterráneas, deberemos profundizar, al máximo, en la
investigación de las aguas en la atmósfera y sobre la superficie terrestre.
Las aguas subterráneas, por las especiales características del contexto en el que se
localizan, han dado lugar a una ciencia: la Hidrogeología, cuya importancia se acrecienta día a día,
pero sin dejar de ser una parcela de esa otra ciencia, más amplia, que es la Hidrología.
Por tanto, es conveniente definir primero el entorno conceptual de la Hidrología, para situar
después, dentro de él, el contenido específico de la Hidrogeología.

2. DEFINICIÓN DE LA HIDROLOGÍA
Para delimitar el alcance de esta ciencia, nos apoyaremos en definiciones que gozan de
gran consenso, por la autoridad de quienes las emitieron, y cuyo comentario nos va a permitir perfilar
el campo de actuación de la Hidrología.
Hoy está muy superada la definición que apareciera en el diccionario Larousse (1904,
1930), según la cual la Hidrología es la ciencia que trata de las propiedades mecánicas, físicas,
químicas, biológicas y terapéuticas de las aguas, definición demasiado parcial, al ceñirse sólo a
propiedades del agua.
En el que ha sido considerado como primer libro norteamericano sobre esta materia,
titulado Notes on Hydrology, del profesor Mead (1904), de la Universidad de Wiscosin, indicaba que
la Hidrología trata de las leyes de ocurrencia y distribución del agua sobre la superficie de la tierra, y
en las formaciones geológicas, así como de sus aspectos sanitarios y sus relaciones agrícolas y
comerciales. Se contempla, por tanto, en esta definición, la necesidad de romper fronteras con otras
ciencias.
Más acertada es la definición de Remenieras (1960), para quien la Hidrología puede ser
definida como ... la ciencia que estudia el ciclo del agua en la naturaleza, y la evolución en la

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HIDROGEOLOGÍA

superficie de la tierra y en el subsuelo, bajo sus tres estados. En este sentido la Hidrología abarca,
realmente, a todas las ciencias de la hidrosfera, excluida la Oceanografía.
Así Chow (1966), escribía: el concepto moderno del ciclo hidrológico es el que lo considera
como un sistema secuencial dinámico, consistente en un input (la lluvia efectiva), un output (la
escorrentía), y un through-put que es el agua, que atraviesa a los acuíferos. Pero, no obstante la
amplitud expuesta, la complejidad de esta ciencia lleva a la progresiva especialización.
Un criterio en buena parte coincidente con el anterior, es el expuesto por el hidrogeólogo
francés Margat (1968), para quien la Hidrología, en sentido general, es la ciencia de las aguas
naturales, y más particularmente de las aguas continentales, bajo los diversos estados, concepto,
amplio y multidisciplinar.
Así Lenz (1969), llega a decir no es difícil imaginar un sistema solar con la Hidrología como
sol, alrededor del cual giran muchos otros planetas científicos, y es que el conocimiento de la
Hidrología requiere de un mínimo de competencia en esas otras disciplinas, como consecuencia de la
necesidad de investigación y trabajo en equipo.
Kindswater y Snyder (1969) ven la Hidrología como la ciencia cuyos objetivos son la
cuantificación, movimiento, e interacciones del agua, como un recurso físico. Estos autores llegan al
planteamiento del concepto físico cuantitativo, que implica la Hidrología, dentro de los condicionantes
que la enmarcan, y definen el que, como toda ciencia, necesita entrar en el campo de lo medible. Por
eso añaden implica contribuciones significativas desde lo virtual hasta las ciencias naturales, y se
beneficia de sus relaciones dinámicas vitales con la matemática moderna. Esta concepción, de la
Hidrología, establece la apertura y comunicación con otras ciencias y técnicas.
Por ello esta ciencia deberá enriquecerse con la aportación interdisciplinar de
especialistas de diferente formación. Este planteamiento es consecuencia de que el hidrólogo actúa
en un dominio regido por leyes físicas y de la naturaleza, cuyas relaciones y predicciones se integran,
merced a la metodología de la matemática operacional.
Por este camino llegamos, finalmente, a una definición amplia, al tiempo que pretende ser
precisa, y que ha sido propuesta por el Federal Council for Science and Technology (1962), según
la cual la Hidrología es la ciencia que trata de las aguas sobre la tierra, su ocurrencia, circulación y
distribución, sus propiedades químicas y físicas, y su relación con el medio ambiente, incluyendo su
relación con los seres vivientes. Esta definición fue aceptada para el Decenio Hidrológico
Internacional, de acuerdo con el informe emitido en la reunión de técnicos y especialistas, celebrada
en París, en 1963, bajo los auspicios de la UNESCO.
Este es el marco real de la Hidrología, muy amplio, con fronteras difusas, pero abierto hacia
otros campos, e interesado por el enriquecimiento que esas otras ciencias le aportan.

3. ÁMBITO DE LA HIDROGEOLOGÍA
Hidrogeología, etimológicamente, significa estudio de las aguas terrestres, pero el vocablo
se acuñó, y ha tomado carta de naturaleza, sólo en relación con las aguas subterráneas.
No obstante, no es tarea fácil la delimitación conceptual de la Hidrogeología, de manera
clara y concisa, ya que presenta relaciones profundas (señaladas anteriormente para la Hidrología)
con muy diversas ciencias y técnicas. Surgen, además, los problemas de definición derivados del
concepto científico y de la multi-aplicación de esta ciencia.
Por otra parte, querer deslindar, con fronteras, a la Hidrogeología, en el campo de la
Hidrología, es un intento vano, ya que el agua, en su propio ciclo hidrológico, no reconoce dichas
fronteras.
Lo que sí ocurre es que, tanto por el ámbito geológico donde se localizan estas aguas,
como por las técnicas de estudio y aprovechamiento, la Hidrogeología tiene cuerpo de doctrina
propio.

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HIDROGEOLOGÍA

El término Hidrogeología parece ser que fue creado por el naturalista francés Lamarck
(1802), quien lo definió como investigación de la influencia que tienen las aguas sobre la superficie de
la Tierra; es decir, en un sentido de Geodinámica Externa, relacionado con los procesos de erosión y
transporte por agentes acuosos.
Resultaría así similar al de Geología Hídrica, que utilizó Powel (1885), para referirse tanto
al agua superficial como subterránea, en cuanto agente geológico de meteorización, erosión y
transporte.
En ese espacio de tiempo, entre los dos autores citados, el español Vilanova y Piera
(1855), utilizó el término Hidrografía Subterránea, para designar con él a la parte de la Geología, y
de la ciencia en general, que se ocupa del estudio de las aguas subterráneas.
Fue Lucas (1880), quien empleó, por primera vez, Hidrogeología en relación con el estudio
geológico de las aguas subterráneas. Y, si bien en su época el término tuvo poca difusión, es de
resaltar que Bentabol, en su obra Las aguas de España y Portugal (escrita en 1878, y publicada en
1900), utiliza Hidrogeología con su actual acepción.
Mead (1919), a través de su clásico libro Hydrology, fue quien difundió este término,
referido a la ciencia que estudia las leyes relativas a la existencia y movimiento de las aguas
subterráneas, y a los factores hidráulicos condicionantes del flujo subterráneo, tenida en cuenta la
evolución de los cursos superficiales.
Si seguimos un orden cronológico, podemos destacar que, años más tarde, se difunde la
definición de Fourmarier (1939), que le da un sentido práctico, al decir que la Hidrogeología aplica
los principios de la Geología al estudio y a la investigación de las aguas, para atender a las
necesidades humanas y para el uso industrial.
Más adelante Meinzer (1942), en su obra Hydrology, marca diferencias entre Hidrología de
Superficie e Hidrología Subterránea, para encuadrar en la Hidrología, en sentido amplio, el estudio
del ciclo hidrológico completo. Este autor, tras describir la amplitud del mundo de las aguas
subterráneas, dice que para la Hidrogeología se requiere acudir tanto a la Física como a la Química,
y a todo el campo de la Geología. Esta aseveración, justifica que el desarrollo de la Hidrogeología se
haya visto siempre impulsado por los avances en estos campos del saber.
Por eso el autor ruso Bogomolov (1958), en su obra Hidrogeología y nociones de Geología
del Ingeniero, expone que: las aguas subterráneas juegan un papel considerable en la economía, la
vida y las actividades cotidianas de los hombres; ellas cubren las necesidades y utilizaciones de
numerosas ciudades, industrias y áreas rurales. Se utilizan ampliamente con fines medicinales
(aguas minerales), al tiempo que son materia prima para extracción de los principales minerales de
los que están cargadas, y para la puesta en valor del calor si su temperatura es elevada (aguas
termales) y, en fin, como indicadores, en la prospección minera.
Más reciente tenemos la definición de Castany (1964), muy extendida dada la difusión de
su obra Traité practique des eaux souterraines, para quien la Hidrología de las aguas subterráneas
concierne al estudio de su origen, repartición y circulación bajo la superficie del suelo. La
Hidrogeología se refiere, más específicamente, a los problemas geológicos relativos a las aguas
subterráneas. De ella es de destacar el sentido que podríamos definir como "geológico", pero ligado
estrechamente con los aspectos hidrodinámicos.
También Margat (1968), en su Terminologie hydrogéologique, insiste en el aspecto
geológico de esta ciencia, y en su campo de aplicación, al definir, en una acepción moderna
restringida, a la Hidrogeología como la parte de la geología aplicada relativa a las aguas
subterráneas, que estudia los factores geológicos, litológicos y estructurales, que controlan la
génesis, el yacimiento, la circulación y las propiedades de las aguas subterráneas, que condicionan
su captación. En un sentido amplio Margat presenta a la Hidrogeología como el estudio de las aguas
subterráneas en general, y desde los puntos de vista y según los métodos geológicos,
hidrodinámicos, químicos, etc.

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HIDROGEOLOGÍA

Por ultimo, es bueno añadir que, si bien se han empleado como sinónimos otros términos,
como Geohidrología e Hidrología subterránea, las diferencias que ellos pretenden matizar no
corresponden a la unidad intrínseca de las aguas y, por ello, se ha impuesto mayoritariamente el
término Hidrogeología, que enmarca perfectamente el ámbito de este "logos", estrechamente ligado
a la Hidrología y a la Geología.

4. ALCANCE DE LA HIDROGEOLOGÍA
La diversidad de las definiciones expuestas, permiten concluir con respecto a la necesidad
de establecer estrechas relaciones entre las diferentes ciencias y técnicas, conexas al complejo
aguas subterráneas - aguas superficiales.
Así pues la Hidrogeología, que se entronca en el ámbito de la Geología Aplicada,
encuentra la necesidad de evaluar la precipitación, evapotranspiración, infiltración y escorrentía
superficial y, por tratarse de un recurso subterráneo dinámico, que se renueva con arreglo al "ciclo
hidrológico", entra en conexión con el almacenamiento e hidrodinámica de fluidos.
Relaciones que hay que contemplar en el campo interconectado de la investigación
científica y experimental con la aplicación práctica, ya que la utilización de las aguas
subterráneas, para abastecimiento o regadío, presta un extraordinario interés a la Hidrogeología
como ciencia aplicada.
Por otra parte, la demanda de agua, y de agua de calidad, aumenta con el nivel de vida, y
esto trae consigo la necesidad de cuantificar, con la mayor precisión, los recursos hidráulicos totales
(de los cuales las aguas subterráneas integran una partida muy importante), y de preservarlos frente
a la creciente amenaza derivada de la contaminación.
Si de captaciones se trata, el hidrogeólogo debe procurar obtener la cantidad de agua
requerida, de calidad apropiada, en lugar adecuado, y a costo razonable, etc. Pero no sería
hidrogeólogo completo quien sólo supiera abordar estos problemas de la captación; hoy es obligado
enfocar el estudio de los recursos hidrológicos en el más amplio sentido de la palabra, es decir con
visión global de las aguas superficiales y subterráneas, así como de sus recursos y reservas.
Además, son muchos otros los campos de actuación del hidrogeólogo. Por citar sólo
algunos puede tratarse de prever la incidencia del agua subterránea en la estabilidad de una
excavación; o estudiar las subpresiones de una presa; o evitar la contaminación de un acuífero;
o conseguir la recarga artificial; o proyectar el drenaje de una mina; o analizar las posibilidades de
interferencia entre captaciones; etc.
Merced a esta necesidad, la Hidrogeología, aunque en muchos aspectos es una ciencia
relativamente nueva, ha alcanzado extraordinario auge en los últimos años, y se ha hecho cada ida
más imprescindible en toda la planificación hidrológica. Esa actividad creciente ha tenido dos
respuestas significativas: el desarrollo y aplicación de nuevas técnicas, y la obligada necesidad de
una formación hidrogeológica moderna, a la que quisiéramos contribuir con esta serie de temas
lectivos.

5. RELACIÓN DE LA HIDROGEOLOGÍA CON OTRAS CIENCIAS


Al integrarse las aguas subterráneas en lo que se denomina "ciclo hidrológico", la
Hidrogeología tiene estrecha relación con la Meteorología y la Climatología, ante la necesidad de
analizar y cuantificar los aportes de aguas, por precipitaciones de cualquier tipo.
El estudio, en este campo, debe permitir estimar esa difícil partida que es la evaporación y
transpiración vegetal, no sólo de acuerdo con la insolación, humedad, latitud, etc, sino también
mediante conexiones interdisciplinarias con la Edafología y la Agronomía.
También hay que considerar que una partida importante de las aportaciones pluviométricas
pasa a escorrentía de superficie, y que existen dependencias intimas entre las aguas superficiales y
las subterráneas, lo que lleva a una ligazón con la Hidrología de Superficie. Por otra parte, los

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HIDROGEOLOGÍA

factores que condicionan esta escorrentía, como son el drenaje, régimen hidrológico, hidráulica
fluvial, etc., vinculan a la Hidrogeología con la Hidrografía y la Geomorfología.
Y, dado el entorno donde se ubican las aguas subterráneas, hay que resaltar la conexión
indisoluble con la Geología, en muchas de sus ramas y disciplinas, que van desde la Estratigrafía y
Sedimentología, hasta la Geología Estructural, con estrechos puntos de contacto, en aspectos
concretos, con la Mineralogía y la Geología Económica, así como con la Petrología y la
Geoquímica, dado que en el contexto subterráneo es fundamental establecer las características de
la roca almacén: extensión y limites; posición en el espacio; porosidad y fisuración; solubilidad y
quimismo, etc.
Por otra parte, en campos específicos de la Geología Aplicada, como la Geotecnia, las
aguas subterráneas juegan papel de primer orden. Igualmente se pueden destacar las implicaciones
en la Minería, ya que muchos de sus problemas son eminentemente hidrogeológicos, motivados por
la presencia de agua en el subsuelo, y por las modificaciones que ésta aporta al comportamiento de
los materiales, frente a las excavaciones de cualquier tipo. Con referencia a los Yacimientos
Minerales, tanto génesis como transformación están frecuentemente relacionados con la presencia
del agua subterránea.
Ahora bien, por la propia esencia del agua, como materia de estudio, se entra en conexión
con ciencias tales como la Hidroquímica y la Bacteriología, por cuanto se refiere a la calidad del
agua y a la contaminación.
Pero, además, la Hidrogeología ha recibido una gran aportación derivada de la
Hidrodinámica, la Hidráulica Subterránea y la Mecánica de Fluidos., Estas técnicas han permitido
establecer los conceptos y leyes básicas que rigen la circulación subterránea en medios porosos, la
cuantificación de reservas y recursos, y la simulación analítica, del comportamiento de los acuíferos,
con el aparato matemático de la Informática y la Modelización, es decir en conexión estrecha con la
Física y la Matemática.
En otro campo, conviene destacar el apoyo que ha encontrado el hidrogeólogo con la
aplicación de Técnicas Isotópicas, no sólo por su utilidad para la datación absoluta de la edad de las
aguas, sino también como medio de "marcado" en la circulación superficial y subterránea.
En el área de prospección de las aguas subterráneas, entra de lleno la aplicación de los
sensores remotos, de los que destacaríamos la Fotointerpretación y la Prospección Geofísica,
herramientas habituales para el hidrogeólogo. Esta última tanto en su aplicación sobre el terreno,
como en el interior de los sondeos.
No podemos tampoco olvidar que, cada día más, se requiere prestar mayor interés al
proyecto, supervisión y desarrollo de sondeos mecánicos, de reconocimiento o de captación, con lo
que se establece una profunda relación con las Técnicas de Perforación.
Por ultimo, hay que mencionar los aspectos relacionados con la Legislación, ya que a ella
tienen que supeditarse las obras de captación y regulación. Igualmente toda la novedosa temática de
la Ingeniería Ambiental plantea cada día más interconexiones con la Hidrogeología.
Como resumen, de esta panorámica, se puede resaltar que, en Hidrogeología, se requieren
cualidades de buen observador, capacitado para la interpretación y síntesis de lo puntual y lo general,
y familiarizado con las modernas tendencias de esta ciencia.
Por ello el hidrogeólogo debe actualizar continuamente su base científica y técnica, para
poder cimentar en ella la obligada especialización, más o menos extensa, a la que se encuentra
abocado, ante la variedad de problemas relacionados con las aguas subterráneas.

6. COMPOSICIÓN Y NATURALEZA DEL AGUA


El agua, aparte de las moléculas de Hidrógeno (1H, 2H y 3H) y Oxígeno (16O, 17O y 18O) que
la componen, puede presentar una serie de compuestos en suspensión o disueltos, orgánicos y/o
inorgánicos (cationes y aniones), gases disueltos, etc, todos ellos en mayor o menor concentración.

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HIDROGEOLOGÍA

El agua puede presentarse, tanto en la atmósfera como sobre o bajo la superficie de la


tierra, en sus tres fases (sólida, líquida y gaseosa).

7. EL CICLO HIDROLÓGICO
El agua, en la naturaleza, sigue un "ciclo". Este ciclo del agua se conoce también como ciclo
hidrológico. Hay la misma cantidad de agua en la Tierra ahora que cuando la Tierra empezó. El ciclo
de la agua es cómo el agua de tierra se recicla. El ciclo incluye la precipitación, la evaporación, la
condensación, y la transpiración. El agua de la tierra continua cambiando: de agua líquida al vapor y
viceversa. Este ciclo sucede a causa del calor del sol y la gravedad.
Podemos recorrer el ciclo hidrológico a partir de su presencia en la atmósfera, en forma de
nubes. Esta humedad atmosférica, bajo determinadas circunstancias, da lugar a la precipitación en
sentido amplio (lluvia, nieve, granizo, rocío o escarcha). Las partículas de agua atmosférica, en su
caída hacia la tierra, se ven sometidas a la evaporación, en parte sin llegar a alcanzar el suelo, y a la
intercepción por la vegetación, desde cuya superficie, se evapora también otra fracción. El resto
alcanza al suelo y, a partir de él, puede seguir varios caminos.
En primer lugar, tenemos que considerar la retención superficial, por la que el suelo
retiene parte del agua, cuando tiene déficit de humedad, hasta saturarse. Una vez que este suelo se
ha saturado, el agua tiene aún varias posibilidades:
ª circular sobre la superficie, en forma de escorrentía superficial, en arroyos y ríos, o
acumularse en lagos y mares,
ª compensar el déficit de humedad del suelo, quedando retenida, en él suelo, y
ª dar lugar a infiltración que alimenta, por gravedad, a los acuíferos (infiltración).
El déficit de humedad, dependiendo del ámbito en que hablemos, puede denominarse:
capacidad de campo o déficit hídrico.
Durante su recorrido por escorrentía superficial, el agua puede evaporarse, o pasar a
saturar déficits de humedad de suelos, o infiltrarse desde el cauce del río hacia acuíferos
subterráneos, después de haber recorrido cierta distancia en superficie.
Por su parte, el agua de las capas superiores del suelo, se ve sometida a la evaporación
directa, en condiciones climáticas adecuadas.
Por otra parte, la humedad del suelo es utilizada por las plantas, las cuales, a través del
fenómeno de la transpiración, devuelven parte del agua subsuperficial a la atmósfera.
A través de esta evapotranspiración gran cantidad de agua retorna a la atmósfera, en la
que, de nuevo, se forman nubes que, arrastradas por el viento, se descargan sobre la tierra y el mar.
De esta forma se cierra la parte del ciclo del agua "visible", y que denominaremos "ciclo
rápido". Este ciclo rápido tiene duración de algunas horas o algunos días.
Por su parte, el agua infiltrada más profundamente, pasa a alimentar a los acuíferos
subterráneos, que son formaciones litológicas permeables, donde el agua puede moverse libremente,
a través de huecos, poros o fisuras, a velocidades que dependen de gran número de factores.
El agua subterránea circula desde las áreas de mayor potencial hidráulico a las de menor
altura piezométrica. Los puntos de descarga corresponden a manantiales y humedales, o a ciertos
tramos en los cauces de los ríos, o a surgencias bajo el mar, o a las obras de captación (pozos,
sondeos, galerías), donde el hombre crea, artificialmente, una depresión o "llamada" de agua,
mediante los correspondientes sistemas de extracción.
De cualquier forma, el agua infiltrada vuelve a salir al exterior, después de haber seguido un
ciclo muchísimo más lento que el de las aguas superficiales, a las que se une en arroyos, ríos o
mares. Este "ciclo lento" tiene duración de años a millones de años.
En resumen, los aportes por precipitación pueden distribuirse en tres partidas principales:
evapotranspiración, aguas superficiales y aguas subterráneas (hipodérmicas y profundas).

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Es fácil comprender que se pueden producir una serie de interconexiones, en el ciclo


hidrológico, y que el agua puede recorrer sub-ciclos hidrológicos cerrados muy sencillos. Por
ejemplo, puede ser extraída, por bombeo, de un acuífero subterráneo, utilizada para regar y de nuevo
infiltrarse hacia el acuífero, sin ser absorbida por las plantas.
También, el agua subterránea puede salir a superficie, por ejemplo, en el cauce del río, y
luego volver a infiltrarse, aguas abajo, en otro acuífero diferente.

8. BALANCE HÍDRICO
Se denomina balance hídrico a la ecuación de equilibrio de masas que rige las entradas y
salidas de agua (superficial y subterránea), en un sistema:
ENTRADAS = SALIDAS ± ∆ ALMACENAMIENTO
P = ETR + Es + Ie + ∆ R
P: Precipitación, ETR: Evapotranspiración, Es: Escorrentía, Ie: Infiltración eficaz, R: Reservas

P = ETR + Es + I = ETR + Llu


I: Infiltración eficaz, Llu: Lluvia útil

La fracción de las lluvias que escapa a la evaporación y a la transpiración vegetal


(evapotranspiración), constituye la denominada "lluvia útil", que integra el conjunto de aguas
superficiales y subterráneas. En España, la lluvia útil media anual, es de unos 110.000 Hm3/año.
En la Tabla 1 se indica, a título de ejemplo, el reparto medio de cada término del ciclo, en
mm y %, tanto en el Mundo continental como España.

Tabla 1. Reparto medio de cada componente del ciclo hidrológico.


MUNDO CONTINENTAL ESPAÑA
mm/año % mm/año %
Precipitación 730 --- 685 ---
Evapotranspiración 470 65 485 68
Escorrentía 180 24 160 25
Infiltración 80 11 60 7

En la Tabla 2 se indica, a título de ejemplo, el reparto medio que se produce en el agua de


lluvia cuando cae sobre diferentes materiales, en función de su permeabilidad.
Lo que de esta síntesis se desprende es que, en la naturaleza, el agua forma una unidad
bien definida, aunque desde el punto de vista práctico, el estudio de su comportamiento, en los
diversos medios en que circula, se realiza mediante técnicas y procedimientos muy distintos.
Y, sobre la base de cuanto se ha expuesto, hemos de señalar, que está completamente
superada, a causa de los errores a que ha dado lugar, la distinción, arbitraria, entre recursos
hidráulicos superficiales y subterráneos. La separación y la escisión de estos campos es
consecuencia de la especialización de las técnicas, y no de las condiciones naturales, que
demuestran, por el contrario, la unidad del ciclo hidrológico.

Tabla 2. Reparto del balance hídrico en función del substrato predominante.


Evapotranspiración Escorrentía Infiltración
MATERIAL
(ETR) (Es) (Ie)
35 -75%
Detríticos 15 – 35% 7 – 30%
(T ≈ Ev/2)
5 – 15%
Kársticos < 5% > 90%
(<< T)
Ígneos y 25 – 50%
50 – 60% < 15%
metamórficos (T < 10%)
15 – 45%
Volcánicos 50 – 70% < 15%
(T < 5%)

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Porcentajes establecidos en función de la Precipitación.

En este sentido el aprovechamiento de los recursos hidráulicos, debe considerar al conjunto


de las aguas, tanto desde el punto de vista de la cantidad como del de la calidad.
Esta unidad, entre aguas superficiales y aguas subterráneas, debe llevar a la necesidad de
armonizar y coordinar la explotación de todos los recursos hídricos, cuyo aprovechamiento racional
pasa por el adecuado conocimiento y cuantificación de los recursos hidráulicos totales, y por la
adopción de la solución técnica más conveniente desde todos los puntos de vista.

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