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El CO.

LAB es el espacio donde sistematizamos las prácticas que llevamos adelante


en La Usina, en Akapacha y en otros proyectos y organizaciones en las que
participamos. Ta es el caso de la FADU (UBA), la red CreandoRed de Arte y Vejez, el
Proyecto Pequeñas Colecciones de Arte Contemporáneo y Comunidad.

Experimentamos en propuestas de escala humana para testear, contrastar y sistematizar


diversas prácticas colaborativas y herramientas sociales innovadoras, con el fin de lograr
mayor satisfacción y felicidad en el hacer. A través de la implementación de proyectos
como los ya mencionados (EPA!, voluntariado, talleres, canastas orgánicas, etc.) ponemos
en acto los valores de la colaboración.

Sistematizamos los resultados para compartirlos con otras experiencias y comunidades de


intereses de la cultura colaborativa. Tal es el ejemplo de los talleres Reconectando con la
Abundancia, donde se transmiten muchos de estos aprendizajes que surgen de la práctica.

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ECONOMÍA COLABORATIVA: EXPERIENCIAS Y SISTEMAS APLICADOS EN LA USINA


CULTURA Y AKAPACHA CHASCOMUS

Hoy somos muchas las organizaciones y personas que nos cuestionamos el modelo
económico vigente, y que buscamos experimentar otras alternativas. Economía solidaria,
creativa, social, del bien común, cosmovisión del buen vivir, procesos p2p: desde distintos
enfoques, todos compartimos el deseo de un cambio de paradigma. Un paradigma en el
que la producción, la distribución y el consumo de bienes y servicios sea diferente; en el
cual la economía incorpore otras variables además de la financiera, sumando variables
culturales, ambientales, sociales y buscando la equidad y el bienestar general; donde el ser
humano vuelva a entenderse necesariamente como parte de una comunidad y en relación
con la naturaleza.
Teniendo como marco estos valores, partimos de la economía colaborativa como un nuevo
paradigma desde donde entender el potencial que existe a nuestro alrededor,
comprendiendo que, muchas veces, lo que parece un obstáculo es de hecho una
oportunidad. La economía colaborativa es una nueva manera de estar y entender el mundo,
María Soledad Giannetti 16/7/16 02:36
las relaciones entre las personas y las oportunidades que nos rodean. Es compartir Comentario [1]: agregué este parrafo a
ver si sirve
nuestros recursos para que los proyectos sean posibles y no queden en el intento. Para
hacer mas agil y mas fácil nuestra vida diaria. Se centra en el usar más que en el tener, en
el compartir. Por eso esta mirada nos conecta con la abundancia. Permite ver recursos
disponibles para ponerlos en juego y estar más felices, haciendo y viviendo de lo que nos
gusta. Me asocio, me acerco, genero vínculos, busco salidas grupales a problemas
comunes, ya que muchas veces es más fácil aprovechar esta potencia del colectivo.

Trabajar desde la economía colaborativa, en la cual administramos recursos abundantes,


propios y de otros, implica entendernos como comunidad, como red. La red es el modelo de
organización y la lógica desde la que generamos comunidad, tomando y aportado recursos
múltiples que nos permiten avanzar y seguir regenerando más riqueza para el colectivo.

Este abordaje es reconocido internacionalmente por la rara combinación de desarrollo


sostenible a través de economía creativa y procesos colaborativos en red. Una parte
importante de la metodología es la matriz de cuatro dimensiones (4D) con la que trabaja
Lala Deheinzelin, que permite trabajar con un concepto ampliado de riqueza y calidad de
vida, más allá de lo financiero. Este modelo propone mapear recursos, generar resultados y
flujos simultáneamente en las cuatro dimensiones de la sostenibilidad: ambiental, social,
financiera y cultural. Algunos experimentos de aplicación de esta matriz se están realizando
en ámbito iberoamericano.

LA USINA CULTURA

Desde la perspectiva del aprendizaje, decimos que somos una Multiversidad; una
comunidad de aprendizaje colaborativo integrada en principio por dos organizaciones, La
Usina Cultura y Akapacha. Construímos la Multiversidad a través de múltiples contenidos
relacionados con la permacultura, las energías renovables, el diseño bioclimático, la
economía colaborativa, el arte, la salud, la cocina natural, el diseño y la comunicación.
Proponemos un modelo de aprendizaje que se basa en tres pilares: el hacer, el sentir y el
pensar, que suceden a través de vivencias.
En La Usina, este año decidimos probar como eje transversal la Economía Consciente.
Lanzamos un desafío a la comunidad “para que el dinero no sea un obstáculo”. Planteamos
entonces un uso consciente de los servicios que brinda La Usina: talleres artísticos,
funciones de cine, espectáculos teatrales y espacio living (de consumo tipo buffet). Los
espectáculos son a la gorra, para que cada uno pueda según sus posibilidades. En el
Living, colocamos una cartelera con precios de cafe, te, cervezas, torta, frutas, etc. y un
buzón al lado, para que cada uno aporte según lo que consume; para los talleres,
organizamos un formato con un piso mínimo que se paga en dinero y el resto del valor del
taller se puede abonar con un intercambio de servicios (limpieza, volanteo en la calle,
cobertura fotográfica). Al principio costó bastante que se entienda el concepto, sobretodo
del Living, de que cada uno puede usar a su manera el espacio, y aportar sin que nadie esté
controlando ni verificando. Es, como decimos siempre, un modelo de economia que se basa
en la confianza.

AKAPACHA

Akapacha significa “Tierra de aquí”. Es el pedazo de tierra donde decidimos enraizarnos. Lo


conformamos un grupo estable comunitario de 15 personas que diariamente compartimos
espacios y proyectos. Provenimos de campos diversos, entre ellos la construcción, la
psicología, la docencia, el diseño gráfico, la comunicación y las artes.

Akapacha funciona a través de micro sistemas de economía colaborativa integrados en un


modelo comunitario sustentable. Cada área o proyecto surge por iniciativa de cualquiera de
los miembros de la comunidad. Si hay un motor para el desarrollo (una persona motivada y
empoderada para ser impulsor y fuerza de empuje) se piensa el modelo de funcionamiento,
para hacerlo sustentable. Nos preguntamos qué nos mueve, qué problema o desafío viene
a resolver o desarrollar, qué hace falta para conseguirlo, qué recursos ya tenemos
disponibles. A partir de este diagnóstico racional/emocional decidimos con quiénes nos
asociamos o a quiénes de la propia comunidad integramos.

Trazamos nuestra matriz 4d del proyecto/área, revelando recursos en las dimensiones


social, cultural, financiera y tecnoambiental. Esto sería: saberes que tiene el equipo,
equipamiento como máquinas para construcción, herramientas, infraestructura de las
cabañas, el espacio para los niños, el almacén orgánico, la red de familias que participan,
las redes sociales disponibles, etc.

Los proyectos y áreas son abiertas, todo miembro de la comunidad puede decidir sumarse
si siente que puede hacer un aporte significativo o si desea aprender un área nueva de
desarrollo profesional o personal. Cada proyecto o área genera su propio modelo de
organización y de planificación del trabajo.

En este momento, los microsistemas son: construcción natural, huerta orgánica, cocina
consciente, espacio de aprendizaje para niños, almacén orgánico, ecocabañas,
talleres, voluntariado y producción. Todos se integran en un modelo general. Esta
relación e interdependencia genera un flujo de recursos, saberes y energía que hace al
modelo sustentable; en movimiento y constante transformación.

En el caso del EPA! Espacio de Aprendizaje para niños trabajamos de esta manera: El
propósito es generar un espacio para favorecer el aprendizaje desde la experimentación,
tanto de los chicos como de toda la familia. Los niños aprenden naturalmente, por lo cual, el
objetivo es brindar un lugar contenido y preparado para que este aprendizaje florezca, con
las herramientas y recursos disponibles. Estas herramientas y recursos los generamos entre
todos: son las infraestructuras (alimentos, cocina, huerta, materiales, juegos, pinturas),
nuestros saberes y todo lo que cada uno puede poner en juego.

Proponemos diversas formas de participación de la comunidad de familias. Hay muchos

roles a cubrir, cada familia define en cuál se siente que puede ser más provechoso para el

proyecto, siempre considerando una equidad de aportes entre todos los que se sumen.

Cada familia pone y recibe a la vez. Es co-creadora del contenido, del espacio, de las reglas

de funcionamiento, de su sustentabilidad. Los roles que visualizamos son de administración,

guías de los niños, cocineros del pan EPA!, limpieza del espacio, mantenimiento y

jardinería, talleres temáticos. Sobre ello se aplica entonces el modelo de economía

colaborativa y EPA! tiene asegurado recursos, que lo hacen viable:

Recursos financieros:
A través del Almacén Orgánico. El Almacén es gestionado por Akapacha (se ocupa de la

administración, compra de insumos, mantenimiento, atención al público). Las ganancias se

distribuyen: 50% para Akapacha y 50% para EPA.

Recursos culturales: talleres de arte, diseño, teatro, huerta, cocina, etc. para los niños;

elaboración de material didáctico para el espacio, coordinación de talleres, administración,

mantenimiento, comunicación.

Recursos tecnoambientales: Donación de equipamiento, juegos, material didáctico,

mobiliario; préstamo de herramientas, equipamiento, transporte, donación de alimentos,

telas, pinturas.

Para llevar adelante el proyecto cada familia aporta 4 hs semanales. Se puede aportar

tiempo, dinero o insumos:

● 4 horas en distintas áreas/roles x semana, 16 horas al mes

● $600 por mes

● Dicho costo en insumos, materiales, etc.

Un dato importante es que a través del modelo de economía comunitaria, resolvemos dos

gastos que siempre son complejos de resolver: el espacio y los sueldos para las guías. El

espacio es propio y se contruyó a través de mingas, y las guías reciben, por su tiempo de

acompañamiento a los chicos, casa y comida.

Otro ejemplo son las Canastas de Fruta y Verdura Orgánica del Almacén.

En este caso, buscamos una salida colectiva a una necesidad común: alimentarnos sano y

a un precio posible. Con este objetivo, nos pusimos manos a la obra. Conseguimos un flete

de confianza, el contacto con productores orgánicos y 30 familias que decidieron sostener

un compromiso semanal con la canasta. Se está consolidando un entramado de familias,

productores, huerteros y distribuidores que hacemos un uso y consumo consciente. El

Paralelo Orgánico del Mercado Central, la Familia Sasaki de Monte Grande, Akapacha, el
Almacén Orgánico y 30 familias de Chascomús. Akapacha cumple el rol de gestor, sin

cargo, de los pedidos, cada familia se compromete rotativamente a colaborar en el armado

de las canastas y la atención del Almacén y de la verdulería la cubre un miembro de la

comunidad, a cambio de casa y comida. Todos ganamos y resolvemos necesidades básicas

como la casa y el alimento.

Programa de Voluntariado. Otro modelo de trabajo colaborativo

A través de plataformas virtuales, viajeros nos contactan. Somos hosts desde hace dos

años y ya han venido aproximadamente 80 voluntarios. Nos gustó mucho la idea de poder

intercambiar saberes y abrir nuestra comunidad a personas extranjeras. A cambio de 6

horas diarias de trabajo en tareas, que van desde construcción sustentable hasta trabajos

en la huerta los viajeros reciben alimentación vegana y orgánica, alojamiento y mucho

aprendizaje en las áreas en las que se desarrollan. “Tuvimos voluntarios que vinieron por

dos semanas y se quedaron cuatro meses, como Monique y Bruno, de Recife Brasil. Se

entabló un vínculo tan profundo que sus padres vinieron también a visitarnos y ahora ellos

están promoviendo en Pernambuco una comunidad semejante de permacultura. El mismo

caso sucedió con Javier y Paula, de Australia, quienes nos están llevando en el mes de

octubre a dar talleres en su país. O una familia polaca, con su hijita Lila, de cuatro años,

quien se sumó al espacio de aprendizaje para niños y terminó hablando perfecto español,

además de compartir sus palabras en polaco con los niños de Chascomús. Lo lindo es que

los sistemas se cruzan. Un voluntario aporta su tiempo y conocimiento para construir el

SUM que otros voluntarios usarán en el futuro. Cocinan para los turistas o para los alumnos

de talleres, se suman a los espacios de aprendizaje, comparten nuestra mesa diariamente.

Aquí se dió además otro intercambio junto a La Usina. Organizamos mensualmente

Diálogos interculturales, donde los voluntarios comparten con la comunidad de Chascomús,

en La Usina, su experiencia de vida. Hacemos city tours en inglés, donde vecinos de la

ciudad les muestran a los voluntarios los espacios de interés, y de paso practican idiomas.

Nos asociamos también a proyectos fuera de Chascomús, como es Ensalada Verde,

Radio On line que funciona en Palermo y trata temas de vida saludable. Hacemos canje de

publicidad, tenemos una columna sobre cultura colaborativa, y a cambio becamos a


integrantes de su proyecto en nuestros talleres de construcción natural y de economía

colaborativa, por ejemplo.

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